Salvador Allende

Encuentro con la prensa internacional en la ONU


Pronunciado: El 4 de diciembre de 1972.
Versión digital: Eduardo Rivas, 2015.
Esta edición: Marxists Internet Archive, 5 de febrero de 2016.


Presidente, muy buenas tardes.

Allende: Muy buenas tardes. Es muy grato para mí saludarlos a ustedes, señoras y señores trabajadores de la prensa. Y estoy a la disposición de ustedes para que me hagan las preguntas que estimen convenientes. Lo único que les puedo pedir es que no me acribillen tanto como los compañeros fotógrafos.

Le rogaría, sí, a la persona que quisiera hacerme una pregunta, tuviera la deferencia de individualizarse para saber quién es y dónde trabaja.

Periodista: Señor Presidente, mis colegas de la Asociación de Corresponsales de las Naciones Unidas y los periodistas que están visitando las Naciones Unidas, tienen un gran placer en que usted nos haya concedido tiempo para contestar nuestras preguntas. Aunque nos consideramos periodistas muy objetivos, quiero hablar en nombre de mis colegas cuando decimos que, compartimos su confianza en la humanidad y que también estamos de acuerdo con su declaración en el almuerzo dado en su honor por el secretario general, sobre la indicación de que el mundo necesita soluciones para ciertos problemas que plagan la humanidad; soluciones que no pueden esperar más.

Los que estamos aquí en las Naciones Unidas, apreciamos su confianza, su fe, en la labor de esta organización mundial.

Señor Presidente, igualmente apreciamos el honor que nos hace al venir a reunirse con nosotros.

Ejerciendo mi prerrogativa como Presidente de la Asociación de Corresponsales, quisiera iniciar las preguntas, presentando una cuestión filosófica. Señor Presidente, en su opinión, ¿cuáles son las probabilidades de facilitar lo solución para la tensión que existe actualmente entre su país y el mío, los Estados Unidos de Norteamérica?

Allende: En primer lugar, quiero agradecer las palabras pronunciadas por el Presidente de la Asociación de Corresponsales que trabajan en las Naciones Unidas. En respuesta a su pregunta, debo manifestar que por lo menos de parte de Chile no hay ninguna tensión con el gobierno de Estados Unidos.

Nuestros problemas son con las empresas transnacionales que esta mañana he denominado: la ITT y la Kennecott. Siempre he creído -y sigo creyendo- que el pueblo de los Estados Unidos y su gobierno no son las empresas, ni serán las empresas; por lo tanto, con el gobierno de Estados Unidos hemos estado y estaremos siempre dispuestos al diálogo. Si hay problemas entre nosotros, existen mecanismos que permiten establecer los contactos para poder iniciar las conversaciones.

Periodista: Señor Presidente, represento a una agencia norteamericana y soy corresponsal de Mente universal. Todos aquí, durante el período de sesiones, y usted mismo hablaba de la debilidad del Tercer Mundo. Pero nadie hasta ahora ha explorado su fuerza, excepto en la declaración que usted hizo esta mañana, pidiendo a algunas naciones que rompan las relaciones con la compañía Kennecott. ¿Está usted iniciando o introduciendo la idea de que el Tercer Mundo pueda disponer de un potencial que nunca ha utilizado, para iniciar sanciones informales en contra de esa corporación internacional?

Allende: En primer lugar, yo no he pedido que se rompan relaciones con la Kennecott. Han sido los países que forman parte de CIPEC -vale decir, que reúne a cuatro países exportadores de cobre: Zambia, Zaire, Perú y Chile-, los que en una reunión, en que han estado presentes los ministros de Minería de esos países, en una reunión efectuada en Santiago, nuestra capital, a petición de Chile, entre otros aspectos plantearon que solicitarían de sus gobiernos que no tuvieran tratos comerciales con la Kennecott.

Esclarecido esto, quiero señalar -y no es el caso, porque no se me ha hecho la pregunta-, que estos países, a través de sus ministros de Minería, Energía y Carburantes, han condensado otros puntos muy importantes definiendo que toda acción en contra de la soberanía, se estima como una agresión y que en el caso de Chile ha habido una agresión. Sobre todo, se ha definido crear un organismo permanente para defender a los países exportadores de CIPEC y, fundamentalmente, luchar en los mercados internacionales por el respeto a nuestros derechos y, por cierto, al desarrollo y a los precios que interesan, como países exportadores de cobre.

Enseguida, yo creo que es importante señalar que pocas veces ha quedado más claramente evidenciada una fuerza, que en este caso es una fuerza potencial de magnitudes incalculables: son los trabajadores -no sólo de los países del Tercer Mundo, sino inclusive de los países industrializados de Europa-, los que han expresado su apoyo a Chile y los que han resuelto -en el caso concreto del embarque de cobre que se quiso embargar-, no descargarlo. Y esos trabajadores no pertenecen sindicalmente a la Federación Internacional.

Los trabajadores holandeses y los suecos tuvieron igual actitud, o igual disposición, aunque no tuvieron necesidad de actuar. Si acaso esta conciencia expresada y evidenciada por los trabajadores franceses, proyectada en el ámbito mundial es una decisión de ellos, yo creo que es una fuerza incontrarrestable; la mayor fuerza que podríamos tener para defender a los países atacados por las empresas transnacionales. Los países del Tercer Mundo, sus gobiernos, teniendo un lenguaje o una actitud similar, son también una fuerza extraordinaria que podría utilizar diversos caminos para hacerse respetar, para hacerse oír y para estar presentes en la defensa de los comunes intereses.

Periodista: Soy un periodista de El Cairo, Egipto. Usted habló en las Naciones Unidas acerca de la agresión israelí hoy en la mañana. ¿usted cree que la solución de este problema, que ahora pasa ya su sexto año, está en las manos del Presidente Nixon?

Allende: He hablado esta mañana no directamente de una agresión israelí. He hablado de los problemas del Medio Oriente, y he hecho referencia a que por desgracia no se ha alcanzado la paz y que lamentablemente no se ha cumplido con la disposición 242 de las Naciones Unidas.

Lógicamente, el señor Presidente de los Estados Unidos tiene una gran influencia y podrá ser un factor más para contribuir a que la paz allí se alcance. Pero no creo que sea problema de un hombre.

Periodista: Yo soy Guillermo Restrepo, de la Compañía Hispánica de Televisión, aquí, en los Estados Unidos. ¿Qué es lo que usted y su gobierno esperan de este tipo de visitas a Naciones Unidas, a Cuba y a Rusia? (Risas).

Allende: Usted mezcla muchas cosas. (Risas). Empecemos por Naciones Unidas (Risas) y terminemos con ello, porque ya he hablado bastante de Naciones Unidas. (Risas). Voy a Cuba, porque el primer ministro Fidel Castro visitó Chile; soy amigo personal, desde hace muchos años del comandante Castro y del pueblo cubano, como fui amigo del comandante Ernesto Che Guevara. Claro que no vaya Cuba a una visita protocolar; voy a Cuba, porque tengo afecto, respeto, cariño por el pueblo cubano y su Revolución; porque además han sido solidarios, como tenían que serlo, con Chile permanentemente.

Ahora, la segunda parte de su pregunta. Voy a la Unión Soviética porque es el primer país socialista que me invitó y además; ¡porque es la Unión Soviética! con lo cual digo bastante, ¿verdad? Y aquí debo aclarar que la Unión Soviética -como los países del campo socialista-, ha sido solidaria; comprende el proceso chileno; nos ha entregado su apoyo técnico-científico; hemos sellado convenios comerciales y culturales; tenemos expectativas de crédito para bienes de capital. Por eso voy a la Unión Soviética. Porque se me invitó, porque quiero expresar mi reconocimiento a la cooperación que hemos recibido y porque pienso ampliar los convenios existentes.

Estoy en las Naciones Unidas, como decía esta mañana, porque este es el foro mundial donde puede expresarse un pensamiento; donde puede entregarse la inquietud de un pueblo; donde puede hacerse presente lo que es la esperanza quebrada de millones y millones de seres humanos, que no tienen otra posibilidad de hacerse oír sino por los que los representan aquí, para encontrar expectativas de paz, de tranquilidad, frente a la miseria y a la angustia en que viven.

Periodista: The Dailey Economic Development. Volviendo a los problemas de tipo económico, ¿tiene usted ahora planes, para crear ciertas disposiciones en cuanto a inversionistas extranjeros? ¿Podrían definirse las reglas para la nacionalización y compensación para las propiedades que se tomen, y que se haga de un modo semejante al que se ha adoptado actualmente en México y en otros países en desarrollo?

Allende: Cada país actúa de acuerdo con sus leyes, sus instituciones. No conozco en detalle la legislación mexicana. Sí puedo decir muy claramente, que en el caso de Chile la nacionalización se ha hecho de acuerdo con nuestras leyes. Más que eso. Con la Carta Fundamental. Por ahí, un periodista me dijo que alguien, no sé quién, esta mañana le ha dicho que nosotros habíamos nacionalizado el cobre por decreto. ¡No, señores periodistas! Lo hemos hecho, a través de una disposición de la Constitución, aprobada por la unanimidad de un Congreso, en que mi gobierno, no sólo no tiene mayoría sino que es una minoría apreciable. Sin embargo, ese Congreso aprobó por unanimidad el proyecto enviado por el Ejecutivo, vale decir, por mí sobre Reforma Constitucional, que permitió la nacionalización de las compañías del cobre.

Además, como norma general, nosotros no somos contrarios a las inversiones del capital foráneo; eso sí que no aceptamos inversiones en industrias fundamentales o estratégicas que determinen la vida y la existencia de un país. Para terminar, quiero señalar que en el caso de las inversiones, por lo menos los países signatarios de los convenios de Cartagena, vale decir, el Pacto Andino, Perú, Bolivia, Colombia, Ecuador y Chile, ya tienen un criterio uniforme respecto a las inversiones foráneas en esos países, limitando los años de esas inversiones.

Periodista: Señor Presidente, usted dijo hace unos minutos que las corporaciones de los Estados Unidos, después de todo, no representaban al gobierno. Pero ¿tiene usted una idea en cuanto a la responsabilidad que tiene el gobierno frente a los nacionales que actúan en el extranjero, cuando estos nacionales revisten la forma de una corporación y están afectando el bienestar de otro país?

Allende: Creo que habría una responsabilidad legal, fuera de una responsabilidad moral.

Lamentablemente existe un seguro para las inversiones de algunas compañías. Y ese problema sí que es serio, porque en un momento determinado las diferencias entre las compañías y un Estado, pueden llegar a ser una diferencia entre dos Estados.

En ese sentido, no puedo dejar de expresar que creo que no es conveniente que un Estado garantice de tal manera las inversiones de sus connacionales creando posibilidades de conflicto con otro Estado. Porque para nosotros, los países dependientes y en vías de desarrollo, puede ser respetable -y lo es- la inversión que está hecha. Pero es más respetable el derecho a la vida, al trabajo, a la salud, a la alimentación, al descanso y a la recreación de nuestra gente.

Periodista: Periodista norteamericano. Señor Presidente, en cuanto a Kennecott respecta, si los tribunales franceses se van a pronunciar a favor de Kennecott ¿su país entonces estaría dispuesto a reanudar las negociaciones con Kennecott y Anaconda? De no ser así ¿qué es lo que haría?

Allende: Prorrogaremos negociaciones con las compañías. Además no creemos que los tribunales franceses vayan a fallar a favor de ellas. Para nosotros es un problema de soberanía.

Periodista: De Puerto Rico. Quisiera preguntarle cuál es la posición del partido Unidad Popular en cuanto a la inclusión de Puerto Rico, como territorio que no ha alcanzado su independencia.

Allende: En primer lugar, quiero señalarle que no hay un partido Unidad Popular. La Unidad Popular está formada por cinco partidos. Ese es un aspecto interesante, que caracteriza la realidad política chilena. Entre los partidos que forman la Unidad Popular, hay partidos de un pensamiento laico, hay partidos marxistas, y hay partidos de pensamiento cristiano. Creo que es un aporte de Chile a los procesos políticos más allá de nuestras fronteras.

La Unidad Popular no tiene por lo tanto sino que un pensamiento genérico sobre la independencia de los pueblos. Estamos contra toda forma de dependencia y respetamos la autodeterminación. Es a esos pueblos, a los que les corresponde luchar para conquistar su independencia.

Periodista: Estación hispano parlante para el área de New York y el Este de Estados Unidos. Señor Presidente, en caso de que se intensifiquen las medidas de agresión perpetradas por el imperialismo contra el pueblo chileno, que usted acaba de señalar en el día de hoy en las Naciones Unidas ¿qué medidas tomará el gobierno de la Unidad Popular para afrontar y enfrentar dicha agresión?

Allende: Todas las que sean necesarias.

Periodista: Gonzáles González, del periódico Claridad, de Puerto Rico. Cambiando un poco el tema, hace algunos años, Chile formó parte del comité de descolonización, Comité de los 24.

Hace dos meses Ecuador renunció a dicho Comité, de suerte que ahora de nuestra América, solamente hay dos países del Caribe en el Comité. Venezuela y Trinidad. ¿Aspira Chile, intenta Chile, le interesa a Chile, volver al Comité y ocupar el estrado que ha dejado vacante el Ecuador?

Allende: Tengo entendido que no se ha presentado la candidatura de Chile. Nos interesa, nos preocupa, y quisiéramos ser elegidos. ¡Ayúdenos! (Risas)

Periodista: La mujer en el nuevo proceso socialista es muy importante. ¿De qué manera el gobierno está proveyendo medidas para integrarla más activamente al nuevo proceso?

Allende: Agradezco su pregunta. Quisiera disponer de más tiempo; trataré, porque lo encuentro muy importante, de sintetizar -cosa que me cuesta-, mi pensamiento y la realidad.

Creo que la revolución sin la presencia de la mujer no puede ni afianzarse ni desarrollarse; por lo tanto, para nosotros, la presencia de la mujer es fundamental en el proceso que vive nuestro país. Además, en el régimen capitalista, sin discusión, la mujer está en condiciones de inferioridad frente al hombre, y se hace más evidente en los países como el nuestro.

Inferioridad jurídica, inferioridad en cuanto a remuneraciones; a igual trabajo, la mujer no gana lo mismo que el hombre; gana menos; la mujer no tiene capacidad plena desde el punto de vista jurídico; la mujer además, sufre las consecuencias de una moral injusta, la sufre ella y la sufren sus hijos.

De nuestros países, puedo poner el ejemplo de Chile que es un país que tiene una tradición institucional muy seria donde la mujer ha alcanzado niveles que no ha alcanzado en otras partes. Cuando estoy diciendo esto, quiero dar un antecedente a los señores periodistas que les permita formarse una idea. El Congreso de Chile tiene sus 160 años de vida ininterrumpida.

Sólo Estados Unidos e Inglaterra en el mundo tienen Congresos de más larga data que el nuestro; sin embargo en Chile la mujer está en condiciones de inferioridad ante la ley; nosotros hemos enviado un proyecto de ley para igualar a la mujer con el hombre.

Enseguida -y esto sí que es doloroso-, las legislaciones de nuestros países consagran diferencias entre los hijos. Por ejemplo, hay hijos naturales, hijos legítimos e ilegítimos. ¿Qué culpa tiene el hijo? Además -a nadie, supongo, le parecería impropio que lo diga-, la mujer tiene menos expectativas de trabajo, de educación en nuestros países. Jamás, por lo menos técnicamente, científicamente, se le ha hablado de los problemas de la vida y sufre consecuencias de las lacras sociales. Entonces los problemas de la prostitución y del aborto, cosa que se puede tratar aquí con respeto pero con realidad, tienen una densidad que golpea muy fuertemente en muchos países. Claro que esas cosas se callan, pero nosotros las hablamos. Y las puedo hablar porque soy médico; he sido cinco años Presidente del Colegio Médico de mi Patria, y he sido profesor de medicina social.

La madre soltera, por ejemplo, es un drama; marginada de la posibilidad de tener trabajo; marginada de la vida; golpeada por una moral injusta.

La irresponsabilidad del hombre que engendra un hijo en nuestros países, marca también lo que es una moral injusta.

Por ello, para nosotros preocupamos de la mujer, es preocuparnos de un factor esencial y la mujer en un proceso revolucionario es la que más tiene que ganar. Si hay alguna cosa que nos interesa, es precisamente enseñarles a los hombres de nuestra Patria el respeto que le deben a su mujer, a las mujeres, y bastaría que pensaran en sus madres para que lo tuvieran.

Periodista: De Los Ángeles Times. En su discurso de esta mañana Usted discutió este bloqueo financiero que se impone en contra de su país. Usted no identificó quiénes eran los responsables. Existe una impresión de que usted considera a los Estados Unidos plenamente responsable de este bloqueo económico, pero, ¿en verdad usted comparte esta culpa con otros países?

Allende: No considero plenamente responsable a los Estados Unidos. Si lo considerara lo habría dicho; no tengo ambages, no oculto mi pensamiento. Sí pienso que algunos organismos en los Estados Unidos tienen influencia decisiva y han procedido en forma discriminatoria contra Chile. Esos son los bancos internacionales, y eso es injusto y además va contra el propio concepto de estos bancos.

Periodista: Considerando el problema social y económico de toda la gente chilena ¿espera usted que la Unidad Popular va a ganar las elecciones en marzo y qué pasará si pierde?

Allende: No hay ningún Presidente que diga que sus partidarios no van a ganar, (Risas) y es un problema por el que yo puedo hacer poco, porque vea usted la diferencia que hay, allá en Chile el Presidente de la República no es como en los Estados Unidos. Aquí el señor Presidente de la República sale a las campañas; allá está prohibido, allí me acusarían constitucionalmente que he salido a hacer campaña por mis candidatos; dirían que estoy interviniendo. Sin embargo le voy a decir a usted que desde luego no podemos ganar el Senado, porque sólo se renueva parcialmente.

La Cámara de Diputados, podemos ganarla, pero es difícil; lo único que puedo decir es que ningún gobierno después de dos años ha tenido un apoyo más fuerte que el que tiene mi gobierno. Nosotros hemos perdido cuatro elecciones complementarias y hemos ganado una, pero en las cuatro elecciones que hemos intervenido hemos perdido sacando un porcentaje correspondiente al 47,2 por ciento. A dos años de gobierno, todos los gobiernos anteriores tuvieron menos del 33 por ciento de la votación. Yo fui elegido Presidente con el 33,9 por ciento vamos a subir bastante esta votación.

Pero además del apoyo electoral, hay una fuerza social, que para nosotros vale tanto o más.

Son los trabaja dores organizados. En la Central Única de Trabajadores en donde votan cerca de un millón de trabajadores, hemos sacado cerca del 70 por ciento de los votos. Por lo tanto el apoyo de mi gobierno es políticamente muy sólido, electoralmente muy fuerte y socialmente extraordinariamente fuerte. No ha habido en Chile nunca un gobierno más sólido que el gobierno que tengo el honor de presidir, porque es el gobierno de los trabajadores.

A ello se agrega la actitud de las Fuerzas Armadas que son Fuerzas Armadas profesionalmente, técnicamente eficientes, respetuosas de la Constitución y de la ley.

Periodista: Señor Presidente, ¿podría decirnos cuáles son las opiniones de Chile respecto a la explotación de los recursos marinos, más allá de los límites de la jurisdicción nacional?

Santiago va a ser la sede de esta próxima conferencia, y quisiéramos conocer sus puntos de vista.

Allende: Ya hemos dicho que le damos tanta importancia que hemos pedido u ofrecido que Chile sea la sede. Nosotros hemos apoyado la posición de Ecuador y Perú de las 200 millas, y sabemos perfectamente bien cuál es la concepción del mar patrimonial, del mar territorial.

Creemos sí, que hay las expectativas y las posibilidades para que las riquezas marinas que no podrían ser jamás aprovechadas por los países en vías de desarrollo, puedan ser explotadas en beneficio común, y fundamentalmente orientadas y dirigidas por un organismo internacional.

De ahí que tengamos sumo interés en que esa conferencia se realice en Santiago; pondremos todo nuestro empeño en que así sea.

Periodista: Parece que muchos profesionales y personas especializadas que trabajan en compañías transnacionales se han ido de Chile. ¿Qué planes tiene el gobierno para capacitar y entrenar otras personas?

Allende: Esa es una de las consecuencias que hemos sufrido. Los ingenieros chilenos nunca alcanzaron los niveles superiores de la dirección de las empresas mineras que hemos nacionalizado, lo que me parece a mí que es inaceptable, porque yo pienso que los técnicos chilenos están en condiciones de desarrollar actividades aprovechando la experiencia internacional, pero sobre la base de su propia capacitación.

En los hospitales chilenos, se opera al corazón; ojalá no haya que operar el suyo porque es muy joven (Risas), se opera cerebro y no hay necesidad de que opere un técnico extranjero. Sé que la técnica para operar corazón o cerebro es una técnica especializada y difícil. Pienso que no puede ser un misterio dirigir la explotación de una mina y ser ingeniero de planificación de expansión minera.

Se han ido los técnicos. No los hemos echado. Ese es uno de los aspectos también dramáticos, porque estas compañías transnacionales, a esos ingenieros que trabajaban en Chile les ofrecieron grandes expectativas en otras partes. Pero no hay nadie que no sea insustituible.

Las minas han seguido funcionando con la dirección de los ingenieros, los técnicos y los obreros chilenos; y estamos produciendo más cobre que lo que producían los técnicos que antes estaban a cargo de las minas. Pero lo que es mejor, hemos encontrado apoyo en los trabajadores, para sugerir, aunque no han pasado por la Universidad, algunas modificaciones en algunas etapas del proceso de industrialización que ya significan ahorro y mayor producción.

Periodista: Un tanto más personal si se quiere. Usted habló de la influencia de un zapatero anarquista y de su punto de vista marxista. ¿Qué influencia en su vida ha hecho que sea tan distinto de los otros hombres de izquierda y que esté tan adherido a la idea de legalidad y de democracia? ¿Ve usted un conflicto entre sus dos creencias políticas?

Allende: Tan joven y una pregunta tan seria y complicada. (Risas). Esa es una pregunta para el catedrático. (Risas). De todas maneras, vaya tratar de contestársela. En verdad tuve influencia en mi formación, de un viejo zapatero anarquista que vivía frente a mi casa, cuando yo era estudiante secundario. Además me enseñó a jugar ajedrez. Cuando terminaba mis clases, atravesaba la calle e iba a conversar con él. Pero como era un hombre brillante, no sólo me planteaba sus puntos de vista, sino que me aconsejó que leyera algunas cosas. Y empecé a hacerlo. Cuando fui a la Universidad, ya había allí una inquietud mayor, y también en esa época los estudiantes de medicina representábamos al sector menos pudiente -no como los abogados-; los abogados como estudiantes, formaban parte de la oligarquía. Aquí hay tres abogados chilenos, por eso lo digo. (Risas).

Además, yo era de provincia y desde esa época empecé a ver la diferencia que existía en la Universidad y en la vida. Como médico, las cosas se me fueron haciendo mucho más claras. No soy un gran teórico marxista, pero creo en los fundamentos esenciales, en los pilares de esa doctrina, en el materialismo histórico, en la lucha de clases.

Pero pienso que el marxismo no es una receta para hacer revoluciones; pienso que el marxismo es un método para interpretar la historia. Creo que los marxistas tienen que aplicar sus conceptos a la interpretación de su doctrina, a la realidad y conforme a la realidad de su país. Por ejemplo, yo era tan marxista como ahora en el año 1939, y fui, durante tres años, ministro de Salubridad de un gobierno popular. Soy fundador del Partido Socialista que es un partido marxista, y llevo dos años en el gobierno. Pero ya lo he dicho: no soy Presidente del Partido Socialista, ni mi gobierno es un gobierno marxista. Mi gobierno es un gobierno de cinco partidos. En respuesta a una pregunta, dije que la base política estaba formada por laicos, por marxistas y cristianos; lo que prueba que puede haber la flexibilidad necesaria -y por eso estamos contra el sectarismo, contra el dogmatismo-, para poder actuar marxistas y no marxistas, en un programa de beneficio común. Este es uno de los aportes serios que hace la revolución chilena. Y no me pregunte más, porque me obliga a hacer un esfuerzo enorme. Muy docto usted. (Risas).

Periodista: Periodista árabe. Quiero continuar en esta línea marxista. ¿Hasta dónde se considera Usted un nacionalista?

Allende: Creo que en el marxismo hay mucho que afiance una concepción nacionalista. Mucha gente cree que porque uno habla del materialismo histórico no es humanista. Creo que todos los hombres que tienen un pensamiento político claro son nacionalistas. Otra cosa es el chauvinismo patriotero, y otra cosa es la concepción amplia, justa de un justo nacionalismo.

Soy esencialmente patriota, lo cual no implica que no mire más allá de las fronteras de mi Patria.

Periodista: Señor Presidente, como cubano, le doy las gracias por sus palabras y le felicito por su discurso de esta mañana. Hace unos segundos, Usted mencionó abogados, militares, médicos, pero le faltó un poeta.

Allende: Médico, poeta y loco, de todo tenemos un poco. (Risas). Fíjese, además, soy médico.

Periodista: Pero hay poetas que no son médicos.

Allende: Sí, claro.

Periodista: Por ejemplo, el señor Neruda en París; Humberto Díaz Casanueva acá.

Allende: La poesía es una medicina, compañero.

Periodista: Quisiera saber cuál es su evaluación sobre los diplomáticos-poetas. ¿Qué piensa Usted de los diplomáticos-poetas o de los poetas-diplomáticos?

Allende: Son una especie bastante rara, que ojalá se diera más. Estoy muy satisfecho, como Presidente de la República, de mi amigo Humberto Díaz Casanueva, porque es un gran poeta, un gran diplomático. Imagínese usted, nuestra gran poetisa Gabriela Mistral fue cónsul en México. Y para qué hablar de Pablo Neruda, nuestro embajador en Francia. Yo leí, por ejemplo el discurso pronunciado aquí en Estados Unidos, por Neruda; y les puedo decir que es un poeta que tiene una “cachaza” política, que dice las cosas con una belleza y al mismo tiempo con una precisión extraordinaria.

Por lo tanto, por el caso personal y por la experiencia personal, yo estoy muy contento con los poetas diplomáticos que tenemos. Porque en verso o en prosa, dicen las cosas. (Risas).

Periodista: Señor Presidente, Usted, ha hablado de la posibilidad en Chile de una guerra civil ¿cuáles son las posibilidades de que esto se produzca?

Allende: No, no, no. Dije en un momento determinado, que estábamos al borde de la guerra civil. Claro que el borde era un poco ancho. (Risas). No era para caerse a la guerra civil de inmediato. Había que evitar eso sí que nos cayéramos. Pero, ¿qué es lo que he dicho yo? Que la ITT -y por eso lo he denunciado-, utilizó su influencia, su dinero, su organización, las posibilidades de crear un clima internacional para impedir que yo fuera Presidente, y estuvo a punto de arrastramos a un enfrentamiento. Entonces la he culpado y por eso he usado la tribuna más prestigiosa del mundo, para señalarlo. Estas compañías transnacionales no se detienen ante nada, aun pudiendo llevar a un país a la guerra civil. Ha sido la respuesta de un pueblo disciplinado, consciente, organizado; ha sido la lealtad de las fuerzas de orden, Carabineros, Investigaciones; han sido las Fuerzas Armadas chilenas, que tienen una tradición profesional, los que impidieron que se consumara la tenebrosa maniobra de una compañía imperialista.

Periodista: Mi pregunta es tan básica, que no es filosófica para nada. Es muy materialista. El cobre es tan vital para Chile, y según entiendo usted, muy recientemente, asumió la dirección de las corporaciones chilenas en Chile. ¿Tengo razón o no?

Allende: No, usted está un poco equivocado. La dirección de las compañías, con la ley, la tiene el organismo que se llama CODELCO, Corporación del Cobre. Pero cada compañía nacionalizada, está dirigida por un Consejo de Administración, formado de acuerdo con el convenio CUT-Gobierno. Cuando hablo de CUT, hablo de la Central Única de Trabajadores. Por ejemplo, la más grande mina de cobre del mundo que es nuestra y no es de la Anaconda, como El Teniente, que es la segunda gran mina de cobre del mundo, que no es de la Kennecott, están dirigidas por un Consejo de 11 personas: cinco trabajadores, elegidos en la Asamblea de Trabajadores y cinco que elige el gobierno, entre los trabajadores de esa empresa. El director de ella se nombra a propuesta del gobierno, por estos 10 representantes de los trabajadores.

Cuando hablo de trabajadores, hablo de obreros, empleados, técnicos y profesionales.

Entonces, cada empresa minera tiene su propia administración. Pero hay un organismo -que ya he nombrado-, que se llama CODELCO, que tiene la supervigilancia, la coordinación, y por lo tanto la planificación del desarrollo de la producción minera.

Lo que hemos hecho nosotros es muy distinto. Exportaba CODELCO y para evitar que siguieran las querellas, o por lo menos para restringir esta posibilidad, establecí el Estanco de exportación. Ahora el Estanco implica que lo hace el gobierno. Suponemos que será mucho más difícil para cualquier tribunal de cualquier país del mundo, ir contra la soberanía de un país, ya que directamente la exportación la hace el gobierno. En este momento soy vendedor de cobre.

Periodista: De Estados Unidos. ¿Qué se va a hacer para ganar la clase media en Chile?

Allende: La clase media adquirirá conciencia a través de lo que nosotros hacemos, pues será más beneficiada de lo que se imagina o piensa. En realidad, la clase media no tiene por qué temer a un gobierno popular. En mi país, por ejemplo, hay muchos arquitectos que nunca han construido una casa, y tenemos un déficit de 600 mil viviendas. En mi país hay ingenieros que nunca han pavimentado un camino, y nos faltan muchos medios de comunicación. En mi país, los médicos saben que la salud se compra y que hay mucha gente que no puede comprar la salud, que a mayor enfermedad hay mayor miseria y a mayor miseria mayor enfermedad.

El gran problema que se nos presenta a los países en vías de desarrollo, es que ahora además de ser exportadores de materias primas, estamos exportando capacidad intelectual, y “materia gris”. Porque muchos profesionales -sin entender que son profesionales, porque el pueblo es en esencia el que financia las Universidades- abandonan nuestros países para buscar medios económicos más altos en otros países. Es decir, la formación individualista de los profesionales es un factor muy grave; y el éxodo de los profesionales es algo que nos inquieta mucho.

Nosotros vamos a conquistar la clase media, a través de la acción del gobierno, cuando la clase media se dé cuenta de que no vamos en contra de ella; por el contrario, nosotros queremos que haya más técnicos en los hospitales, que se democratice la medicina, por ejemplo; que haya más medios de información; que tengan elementos técnicos, pero para que la medicina se realice en equipo, no individual. Porque una medicina individual no puede, técnicamente, ser eficiente.

De allí entonces, que toda una política está destinada, entre otras cosas, a hacer posible que la clase media vea en la realización del Programa de la Unidad Popular, su propia defensa. Si es comerciante, verá que lo defenderemos de los monopolios, de la concentración capitalista; ellos han sufrido extraordinariamente y ahora obtendrán los créditos, que antes eran distribuidos entre algunos pocos.

En resumen, hay una serie de medidas que irán formando conciencia, para que la clase media esté junto a los trabajadores, fundamentalmente a los obreros, en el proceso revolucionario chileno.

Periodista: ¿Cuál es la posición específica de Usted en lo que se refiere a la situación de Israel y los países árabes?

Allende: Esa es una pregunta que ya he contestado y que mi gobierno ya ha definido a través del Ministerio de Relaciones Exteriores. Aquí también, en Naciones Unidas, he dicho categóricamente que somos partidarios que se cumpla la Resolución 242. ¿Está claro?

Definitivo, ¿verdad?

Periodista: ¿Cómo visualiza el paso hacia el socialismo dentro del marco constitucional burgués que existe en Chile? ¿O es que usted piensa celebrar una Asamblea Popular para enmendar la Constitución?

Allende: Dentro de las disposiciones de la propia Constitución, puedo dictar la nueva Constitución. La legislación chilena es flexible, es amplia, y puede permitir estos cambios. Por ejemplo, si ganamos la Cámara de Diputados, nosotros podemos dictar una nueva Constitución. Pensamos hacerla y en ella vamos a consagrar los derechos de la mujer.

Periodista: Señor Presidente, la prensa de Montreal no puede visitar todos los países del mundo, pero cada uno de sus pasos tiene una importancia especial ¿Cómo podemos explicar el hecho de que usted no esté visitando China? ¿Usted proyecta una visita a China en el futuro?

Allende: Yo soy Presidente de mi país. No soy agente viajero. (Risas). Estoy invitado a China. Iré el próximo año, pero tengo 18 invitaciones. ¿Cómo puedo aceptarlas todas? Usted comprende.

Con qué gusto iría a Canadá también; pero iré a China, iré a India -son los primeros países que me invitaron-, pero la verdad estricta, y ahora va en serio, es que tengo algunas obligaciones. A mí me pagan para trabajar en Chile. (Risas).

Periodista: Señor Presidente, quisiera darle las gracias una vez más. Ha sido usted sumamente generoso esta tarde, en sus comentarios y en este intercambio fructífero.

Señor Presidente Allende hemos apreciado mucho su llegada. Le deseamos lo mejor en próximo viaje, y espero que pueda regresar a las Naciones Unidas y a visitar este país también muy pronto. Gracias, señor.