Salvador Allende

Palabras pronunciadas en la cena ofrecida en su honor en el Kremlin, Moscú


Pronunciado: El 6 de diciembre de 1972.
Versión digital: Eduardo Rivas, 2015.
Esta edición: Marxists Internet Archive, 5 de febrero de 2016.


Estimado camarada Podgorny:

Estimados camaradas Miembros del Presidium del Soviet Supremo de la URSS.

Diputados al Soviet Supremo de la URSS:

Estimados Camaradas:

Quisiera expresar agradecimiento por la invitación, que consideramos un gran honor para nosotros y para todo el pueblo chileno, que nos ha permitido llegar a su país. Quisiera expresar nuestro profundo agradecimiento por el recibimiento cálido y cordial que nos han dispensado los dirigentes de la Unión Soviética, el pueblo soviético.

Me encuentro aquí como viejo amigo. Hace ya muchos años en 1954 estuve aquí junto con mi esposa, encabezando la delegación parlamentaria de nuestro país.

Después llegué a la Unión Soviética cuando regresaba de Vietnam a mi Patria. Tuve el honor de encabezar la delegación chilena que llegó a la Unión Soviética para asistir a los festejos en conmemoración del Cincuentenario de la Gran Revolución de octubre. He tenido el gran honor de recibir la Medalla que me impuso el estimado camarada Kirilenko en conmemoración del Centenario del Natalicio de Lenin. Mi esposa y mis dos hijas también estuvieron anteriormente en la Unión Soviética.

Primer Presidente chileno en la URSS

Pero ahora, hablo no sólo personalmente, hablo como Presidente de Chile.

Constituye para mí un gran honor ser el primer Presidente de Chile que visita la Unión Soviética.

El discurso del camarada Podgorny me brinda la posibilidad de manifestar algunos pensamientos. Nikolai Podgorny se detuvo en los determinados cambios que han tenido lugar en el mundo. En los cambios que nuestro pueblo que se encuentra tan lejos de aquí, en el extremo sur del continente americano, percibe con profunda comprensión.

Nuestro pueblo, aunque pequeño por su número, también participa en la realización de estas transformaciones desde que subió al poder en septiembre del año antepasado.

Contenía varios puntos el discurso que pronuncié hace 48 horas en la ONU y al que se refirió Nikolai Podgorny. Hablé de la lucha de los pueblos por su independencia económica y por su libertad. Señalé el progreso de la ciencia y la técnica y los éxitos de los países del socialismo, de su actividad encauzada a plasmar en vida los principios de la coexistencia pacífica. Remarqué también la ayuda que prestan los países de la comunidad socialista y la Unión Soviética ante todo a los pueblos que luchan contra el dominio imperialista, contra la injerencia de los imperialistas en sus asuntos internos, así como nuestra decisión de estar junto a los que luchan contra el colonialismo y el neocolonialismo.

Sobre la realidad chilena

Dije también que nosotros amamos mucho a nuestra Patria. Hablé de la vía que hemos elegido.

Nuestro pueblo posee ricas posibilidades potenciales, pero en la actualidad vivimos muy pobremente. Gran número de habitantes de nuestro país están bajo las mínimas posibilidades para cubrir sus necesidades. Nuestras principales riquezas nacionales estuvieron largo tiempo en manos del capital extranjero.

En la agricultura se observa el atraso originado por el dominio de los grandes latifundistas.

Además, toda la economía se encontraba al servicio de una pequeña minoría que disponía de grandes ventajas materiales. A la vez, la mayoría de la población arrastraba una existencia de miseria.

Ahora nosotros realizamos el proceso revolucionario en correspondencia con nuestras condiciones, con nuestra Constitución, con nuestras leyes. Lo hacemos en el marco de la democracia burguesa. Y no es nada fácil. Hemos tocado algunos intereses de los amos de nuestras principales riquezas nacionales y ellos lo han notado. Lo ha notado también la oligarquía financiera, bancaria, los latifundistas.

La agresión de que somos víctima, parte de los monopolios extranjeros.

En la III UNCTAD contorné la situación existente en los países del Tercer Mundo. Remarqué a qué conduce para estos países el aumento de la influencia de los monopolios extranjeros.

Hablé de la deuda de estos países, que asciende a 75 mil millones de dólares. Remarqué también que aumentar esta deuda significa aumentar nuestra dependencia de los monopolios.

Remarqué también lo que significan los gastos militares para los países que únicamente deberían luchar contra el hambre y la miseria.

No estamos solos

Cité varios datos en mi discurso en la ONU y demostré que los monopolios internacionales imperialistas han desencadenado la agresión económica contra mi Patria. Remarqué, al mismo tiempo, que no estamos solos. Contamos con la solidaridad de muchos gobiernos y pueblos.

Remarqué que encontramos entendimiento en muchos países industriales de Europa y también que los países de la comunidad socialista patentizan solidaridad fraternal con nosotros. Esto se refiere principalmente a la Unión Soviética, a la que nosotros denominamos “Nuestro hermano mayor”. Merced a esta solidaridad, merced a esta ayuda, gracias a que nuestra causa es justa, jamás nos desviaremos de nuestro camino, aunque comprendemos perfectamente la escalada de la resistencia contra los pueblos que intentan conquistar su libertad económica.

Comprendemos que Vietnam es el símbolo del heroísmo de nuestros días. Sabemos también lo que significa para el pueblo vietnamita la ayuda que le presta la Unión Soviética. De ello hablamos repetidas veces en la Patria.

Los que cayeron en Vietnam perecieron no sólo en aras de la libertad y de la reunificación de su país. Cayeron también por abrir el camino de la liberación para muchos pueblos. Por esto, la ayuda que prestan a Vietnam los países de la comunidad socialista y especialmente la Unión Soviética, significan el vasto apoyo a la noble causa de la justicia.

Tiene especial alcance el apoyo a Chile de los países donde reina la paz y no hay guerra, donde reina la colaboración económica y no hay explotación, donde respetan nuestra soberanía.

Como dijo nuestro gran amigo y camarada, el poeta Pablo Neruda, Premio Nobel, Chile se convierte en un “Vietnam silencioso”, sin el estruendo de aviones ni explosiones de granadas, pero con los mismos sentimientos: millones de compatriotas nuestros sienten el cerco abierto y encubierto que tiene lugar en torno a nuestro país.

Por esto, queridos camaradas soviéticos, tiene especial importancia su ayuda y solidaridad con nosotros. Sienten también esta solidaridad otros países.

Especialmente los que exportan cobre, se han unido para salvaguardar sus riquezas nacionales, para hacer frente a la penetración y la agresión imperialista.

Pero, debemos remarcar que en esta campaña de solidaridad participaron siempre los trabajadores de muchos países. Esta solidaridad se manifestó en El Havre y Rotterdam, cuando los trabajadores se negaron a participar en la descarga del cobre que la “Corporation” llamaba suyo. Cuando este cobre era nuestro, chileno.

Trabajadores unidos

Además, los trabajadores del mundo entero apoyan a la Central Única de Trabajadores de Chile y se han pronunciado por convocar próximamente el Congreso Sindical Mundial para, en particular, adoptar medidas contra las acciones de los monopolios extranjeros.

Los trabajadores levantarán, una vez más, un enorme dique en el camino de los que utilizan a los ricachones para sus acciones.

Estimado camarada Podgorny: Usted ha expresado simpatías por Chile.

Ha declarado el apoyo del Estado Soviético. Del pueblo soviético a nuestro país. Nosotros hemos percibido esta simpatía, este calor fraternal. Solidaridad y apoyo. La firmeza inquebrantable de la Unión Soviética en la defensa de la libertad y la independencia de los pueblos.

En nombre de Chile expreso conmovido agradecimiento por sus palabras.

Sé que en lo sucesivo gozaremos también de este apoyo. Porque somos fieles a los intereses nacionales. Porque nos encontramos en la vía que abre nuevas posibilidades para la construcción del socialismo en nuestra Patria. En esto nos apoyamos en su cariño, en ustedes, pioneros de la construcción del socialismo.

Lamento mucho no poder encontrarme entre ustedes en la Conmemoración del Cincuentenario de la formación de su Estado multinacional, cuya grandeza se reveló durante la guerra y se reafirmó aún más en los tiempos de paz.

Gracias camaradas.