Salvador Allende

Discurso en la clausura de los trabajos voluntarios


Pronunciado: El 11 de marzo de 1972.
Versión digital: Eduardo Rivas, 2015.
Esta edición: Marxists Internet Archive, 4 de febrero de 2016.


Muy queridas compañeras jóvenes, muy estimados compañeros:

Es mi obligación y cumplo el penoso deber antes de plantear otros aspectos del trabajo y de la política nacional, rendir homenaje a nombre del pueblo y del Gobierno chileno, a dos compañeros jóvenes que dieron su vida con generosidad ilimitada, en estas jornadas al servicio de Chile y de su pueblo.

He resuelto, como Presidente de la República ‐y mandaré el proyecto de ley respectivo- establecer la Orden del Trabajo Voluntario. Y es mi propósito otorgarla, póstumamente, a Eduardo Urrea y Rubén Araya Castillo, jóvenes, socialistas el primero y comunista el segundo, que pagaron con su existencia, en años juveniles, su entrañable cariño a Chile, a su pueblo y a la Revolución. Les pido un minuto de silencio, para rendir, ahora, este homenaje a sus compañeros caídos.

Esta mañana abandoné la ciudad de Antofagasta, después que el Gobierno estuvo allí doce días. En esos doce días recorrí el litoral, las salitreras, el cobre y la precordillera. Dialogué con el minero, el ferroviario, el hombre de la escuela, del riel, y de la usina, con la muchacha, en el desierto del Norte Grande.

Pude comprobar ‐con profunda satisfacción‐ cómo en la conciencia y en la voluntad de los duros trabajadores del salitre y los no menos aguerridos del cobre, el trabajo voluntario ha prendido como una obligación revolucionaria.

Se quemó la Planta de Yodo en Pedro de Valdivia: la reconstruyeron los trabajadores (obreros, empleados, técnicos y profesionales). Hicieron una planta nueva más pequeña, y están reparando la vieja planta y la producción de yodo entre 1971 y 1970 aumentó en un 17%.

La mina más grande de tajo abierto del mundo, Chuquicamata, los que se habían apropiado de nuestras riquezas, de quienes se supo que tenían depuradas técnicas de producción, han entregado (especialmente la mina) en las peores condiciones. A pesar de que en 1971 se removió mineral y tierra y sobre todo estéril, para poder trabajar las vetas en una proporción superior a un 75% sobre el año 1970, es necesario todavía remover más estéril acumulado irresponsablemente, para perjudicar la posibilidad del Mineral.

Eso lo hacen trabajadores voluntarios que todos los domingos están ahí en el gran anfiteatro de la Naturaleza, que es Chuquicamata, movilizando el ripio acumulado, para cumplir las metas que ese Mineral debe alcanzar, demostrando con ello una gran conciencia y señalando que saben perfectamente bien lo que representa el cobre para Chile.

Por eso, no sólo estoy aquí como el Compañero Presidente. Les traigo el mensaje de cariño y de afecto del hombre, del joven, del trabajador del Norte. Les traigo la decisión de victoria en la producción y en él esfuerzo de los obreros, pescadores, de los hombres del cobre y del salitre, les traigo el mensaje fraternal de los herederos de Luis Emilio Recabarren. (Ovación).

Saludo cariñosamente a todos los jóvenes, sin fronteras políticas. A los que pertenecen y a los que no son de la Unidad Popular. A quienes tienen ideas distintas a las nuestras. Saludo a los que no están ubicados en el terreno político ideológico pero que son jóvenes. Saludo, con satisfacción y orgullo, como Compañero Presidente a la juventud chilena que hace el trabajo voluntario. (Ovación).

Me interesa reafirmar ‐estoy informado‐ que han participado cerca de 70 mil jóvenes. Esta vez la organización y planificación se han concretado frente a proyectos e iniciativas de importancia.

En Cabildo: la represa subterránea; tres mil jóvenes acometieron el trabajo más duro. Me lo dijo el Ministro de Educación (quién fue acompañado de una hija mía); me agradó saber que los muchachos ‐cariñosamente, sin ningún complejo‐ mirando a Alejandro Ríos le dijeron: “Ministro ¿será capaz Ud. de entendernos a nosotros? Porque Ud. tiene muchos años. ¡Oiga Ministro, no tome la pala y no pretenda hacer algo en la tierra porque es muy duro! Oiga Ministro, nosotros creemos que Ud. nos entiende y que el compañero Allende también”.

¡SÍ compañeros, ese Ministro los entiende como también los entiende su viejo Compañero Presidente, porque la juventud es transparente y clara en su voluntad de lucha y de coraje! (Ovación).

Pampa del Tamarugal: 100 hectáreas de tamarugos. En Valdivia a Corral: el camino de 5 kilómetros ¡a golpe de hacha!

En la Avicultura, CORA‐FECH: 54 pabellones avícolas. En la III UNCTAD, CUT‐Juvenil: terminaciones. Y ya los compañeros de la FESES se aprestan para limpiar Santiago. (Aplausos).

Los muchachos de la Universidad Técnica del Estado, en las minas: cobre, salitre, carbón: ¡mil ochocientos! (Aplausos).

En esta oportunidad, el trabajo ha sido más productivo, con mayores resultados económicos.

Las brigadas estuvieron más organizadas y planificaron mejor sus actividades, se esforzaron más pese a las duras condiciones que tuvieron que sobrellevar.

Quiero recordarles que en la Pampa del Tamarugal se registra muy baja temperatura en la noche y alta en el día. He sido senador por el Norte Grande y sé qué la variación de temperatura alcanza a veces a cuarenta grados.

¡Y allí estaban esos muchachos plantando los tamarugos, que es riqueza destinada al pueblo!

En el punto, de vista económico, el camino Valdivia‐Corral significa ahorrar dos millones de escudos. Los problemas avícolas significan aumentar la producción anual de pollos a cuatro millones. Se lo agradecerán “las señoras de las ollas vacías”.

El costo ‐a nivel nacional‐ de los trabajos voluntarios ha sido de cuatro millones de escudos.

Pero sólo en la producción minera, hemos aumentado en cuatro millones y medio de dólares.

Además se hicieron tareas de alfabetización, se rectificó vías ferroviarias, trabajos en la Planta de Yeso de El Volcán. En el canal de riego Talca se hicieron ¡tres Kilómetros! Han trabajado compañeros de la FECH, la FEUT, la FESES, la FEITECH, la CONFECH, la CUT y RANQUIL.

Han participado compañeros de la Unidad Popular, independientes de Izquierda y jóvenes demócrata cristianos. (Aplausos).

El Gobierno ha tenido contacto con Uds. a través de la Secretaría Juvenil de la Presidencia y el Servicio del Trabajo Voluntario, del Ministerio de Educación.

Finalmente, quiero rendir un especial homenaje a las muchachas, a las compañeras de Uds. a las jóvenes. (Aplausos).

Ellas han compartido el clima duro, la tarea difícil. Ellas, por último, han puesto alegría en Uds. con su sonrisa y su femineidad. Para ellas: ¡el más estruendoso aplauso, para las voluntarias, compañeros! (Ovación)

Me interesaba resumir esto a escala nacional porque algunos al trabajar en un sector o en una provincia, es posible que desconocieran lo ocurrido en otras zonas del país.

Me interesa señalar que si desde el punto de vista material, Chile se ha beneficiado con la labor de Uds. hay algo que tiene un valor que no puede medirse jamás en dólares ni en escudos: es la convivencia de la juventud estudiantil, secundaria o universitaria, con el joven trabajador, con el obrero y el campesino. Es la convivencia de jóvenes estudiantes con viejos trabajadores, que fueron sus maestros en un momento determinado. Es el contacto íntimo que permite que el joven comprenda la vida dura y difícil del campesino y el obrero. Es el vínculo que no separará más a los estudiantes chilenos de los campesinos y los trabajadores y los obreros de la Patria. (Aplausos).

Es evidenciar una conciencia distinta. Es señalar que cada uno de Uds. ha medido los cambios y las transformaciones que se están realizando en la Patria, que reconocen la diferencia de trabajar para Chile y los chilenos, que hacerlo para quienes eran dueños de los medios de producción, que es muy diferente el sentido superior de esfuerzo y la tarea colectiva para el pueblo y el futuro de la Patria, que trabajar para un grupo pequeño y reducido que tuvo siempre como divisa vivir de la explotación del hombre.

¡Uds. están comprendiendo el camino que se abre, el camino que conduce al Socialismo y Uds. lo van a edificar a plenitud, queridos compañeros jóvenes de la Patria! (Ovación).

Me interesa que cada uno de Uds. comprenda también los momentos que vive Chile; duros momentos. Estamos siendo agredidos desde fuera y desde dentro, por haber nacionalizado las riquezas fundamentales en manos del capital foráneo.

A pesar de que lo hemos hecho ‐concretamente en el caso del cobre‐ a través de la Reforma Constitucional, y encuadrando nuestros procedimientos con las disposiciones de esa Reforma (en esa nacionalización intervino el Congreso, que por la unanimidad aprobó el Proyecto nuestro introduciéndole algunas modificaciones), a pesar de que el Contralor General de la República ha tenido que dar documentadamente su opinión, y a pesar de la existencia de un Tribunal Especial del Cobre, es decir, a pesar de que hemos actuado dentro de los cánones más estrictos de disposiciones constitucionales y legales, desde fuera se nos agrede porque los intereses heridos ‐son demasiado poderosos, porque estaban acostumbrados a succionar las riquezas de los países en vía de desarrollo, porque no se imaginaron que el pueblo hecho Gobierno iba a profundizar ‐con patriótica visión‐ la necesidad de que Chile recuperara y fuera el dueño de su cobre, de su carbón, de su salitre, de su acero, y hoy: ¡el cobre, el salitre, el carbón y el acero son patrimonio del pueblo de Chile! (Aplausos).

Y cuando hemos tenido que recurrir a renegociar la deuda externa, se nos quiere presentar como a gente que no desea cumplir sus obligaciones.

Chile, a través de gobiernos anteriores ha comprometido sus posibilidades y debe cumplir obligaciones que pesan extraordinariamente sobre Uds., sobre el pueblo, sobre todos nosotros. Por eso hemos ido a renegociar la deuda externa. Porque no podemos, al mismo tiempo, con los ingresos ‐producto de las exportaciones‐ cumplir los altos niveles que significaría amortizar y pagar los intereses; sólo quiero que sepan ‐jóvenes‐ que deberíamos pagar este año, para amortizar la deuda y los intereses: 410 millones de dólares y el año 1973 y 1974 y el presente, una cifra cercana a los mil millones de dólares. Quiero que sepan que de cada cien dólares que ingresan a Chile por su comercio exterior, tendríamos que pagar 35 para servir la deuda externa.

Por eso ‐y los jóvenes deben entenderlo‐ hemos ido ante los países acreedores ‐en actitud digna, no humillada‐ diciendo que queremos pagar. Y el Gobierno Popular hará todos los esfuerzos para pagar los compromisos contraídos por gobiernos anteriores, Pero, al mismo tiempo, hemos ido a decir que queremos se nos den facilidades y que no aceptamos se nos planteen limitaciones al derecho nuestro de impulsar sueldos y salarios e inversiones, de acuerdo con las necesidades de Chile.

Hemos ido a París, a lo que se llama el “Club de París” no a renegociar el Programa ni la dignidad ni el destino de Chile. (Aplausos).

Y a estos hechos importantes, desde el punto de vista nacional se agrega una oposición sañuda, combatiente, apasionada y, dentro de esta oposición sectores que, no se detienen ante nada. La juventud tiene que entender que Chile vive uno de los momentos más difíciles.

El Congreso Nacional ha aprobado una Reforma que limita las atribuciones del Presidente de la República e impide al Estado y a las instituciones, empresas estatales o entidades autónomas, adquirir o vender acciones. Se limitan las atribuciones de organismos tan importantes como DIRINCO, y lo que es peor, obliga a devolver empresas que el Gobierno ya ha estatizado y traería como consecuencia, el tener que entregar a monopolistas, que el pueblo sabe son fundamentales en el Área Social de la Economía. Lo mismo acontecería con la mayoría de las acciones de los bancos que hoy están en el Área Social.

Como Presidente de la República ‐y me interesa que la juventud lo entienda‐ no puedo manifestar las proyecciones de un proyecto de esa naturaleza, que está dentro de las atribuciones del Congreso, pero, lo tengo que señalar ‐y eso es lo serio y lo grave‐ es la interpretación que la mayoría del Congreso da al Reglamento y a disposiciones constitucionales, lo cual significaría que la voluntad del Ejecutivo que es colegislador se vería burlada por simple mayoría del Congreso, cuando hasta ahora en las leyes y en las reformas constitucionales, para insistir en un artículo que ha vetado el Ejecutivo, se necesitan dos tercios. Esto debe entenderlo la juventud.

Al Gobierno ‐que es un Gobierno Revolucionario‐ le interesa que se tenga conciencia que respeta la Constitución y la Ley. Por eso ‐inclusive‐ hemos dicho que frente a esa discrepancia, a pesar de que a nosotros no nos cabe duda, acataríamos ya, lo que el Tribunal Constitucional dictaminara y la mayoría del Congreso le niega al Tribunal Constitucional atribuciones para ello.

En cuatro oportunidades el Tribunal Constitucional ha tenido que resolver. Tres veces requerido por el Gobierno y una vez por la oposición. Y las cuatro veces lo resuelto por el Tribunal Constitucional, ‐por cuatro de sus miembros, lo integran cinco‐ ha fallado a favor de la tesis sostenida por el Ejecutivo. Parecerá extraño, pero, me interesa que la juventud lo entienda: es el Gobierno quien quiere defender las instituciones fundamentales. Es el Gobierno quien tiene la obligación de señalar, su ejercicio dentro de la Constitución y de la Ley.

Es el Gobierno quien le dice al pueblo de Chile, una vez más, frente a la realidad nuestra, nuestra idiosincrasia, nuestra historia: vamos a hacer la Revolución dentro de los marcos que nos hemos trazado, pero vamos a cumplir, implacablemente, el Programa de la Unidad Popular. (Aplausos).

Estando en Antofagasta, donde no hay una sola radio partidaria del Gobierno, en Antofagasta, donde “El Mercurio”, saca dos diarios más (uno de ellos en la tarde) y otro diario en Tocopilla (que es el mismo “El Mercurio” sino que con otro nombre). Ahí, se publica en esos tres diarios los mismos editoriales escritos en Santiago. Pero, allá, además (lo que no se hace acá) publican algunos artículos donde “El Mercurio” pierde su aparente mesura y el lenguaje que usa habitualmente.

Allá me impuse de una campaña tenaz. Allá pude leer titulares agresivos. Allá conocí pronunciamientos y, sobre todo, el discurso del Presidente del PN (Gritos y rechiflas). Allá, como aquí, se ha distorsionado la verdad. El Gobierno ha entregado a conocimiento del país, la lista de 91 empresas, que estima deben pasar al Área Social de la Economía, fuera de las que ya están nacionalizadas. Y utilizaremos todos los resortes constitucionales y legales para que así sea. Pero en estos días no ha habido ninguna estatización. En estos días el Gobierno ha tenido que aplicar la Ley y lo ha hecho conscientemente. Ha requisado a través de un Ministro, pero, por la voluntad del Presidente y del Gobierno. Lo ha hecho a través de Pedro Vuskovic (Ovación) para impedir el ocultamiento de mercaderías. Para no tolerar que los industriales establezcan precios que a ellos se les ocurra.

Para terminar con el ocultamiento de alimento hemos procedido entonces, a requisar. No se ha estatizado ninguna de las 91 empresas. Lo que se ha hecho es la obligación que tiene un Gobierno Popular en beneficio del pueblo.

Aquí el Presidente de Chile no tiene que resolver entre el Ministro Vuskovic y la Constitución.

Nosotros no hemos atropellado la Constitución y las leyes. Hemos aplicado las leyes que inclusive otros hicieron, pero, las hemos aplicado con el coraje y la decisión y la voluntad revolucionaria que significa colocar el interés del pueblo por sobre los intereses privados y particulares. (Aplausos).

Por eso, quiero que se sepa que no hay ningún Ministro que actúe independientemente. Todos los pasos que se han dado ‐y se darán‐ responden a la política del Gobierno. Y, por último, una vez más, debo decirlo: por mandato de la Constitución, yo soy el responsable directo de la marcha política, administrativa y económica de la nación.

¡Si quieren buscar un responsable, que sepan que es el Presidente de la República! (Ovación).

Queridos compañeros, jóvenes, no perderemos la calma, no querremos conflictos artificiales, no nos saldremos de la Constitución y de la Ley. Estamos haciendo la Revolución chilena dentro de las características de nuestro propio país, sin costo social.

Aquí no hay un adversario político preso. No hay un periodista detenido, Aquí existe la más amplia tolerancia para todas las ideas. Aquí, diarios que no representan sectores de opinión sino empresas capitalistas, comprometidas con estafas, se atreven a levantar su voz actitud de catones mercenarios.

Las conquistas que alcanzó el pueblo de Chile, si otros las deformar, el pueblo tiene conciencia de ello. No fuimos nosotros los que dictamos la “ley mordaza” y la “ley maldita”. Hemos sido siempre partidarios de la más irrestricta libertad de información, aunque con ella se nos lancen toneladas de ataques arteros y falsos. Nunca hemos perseguido a nadie por sus ideas, y allí está la “ley maldita” que permitió tener diez años fuera de la vida cívica, por pensar, a los militantes del Partido Comunista.

Nosotros creemos, no en la democracia falsa sino en la auténtica democracia que estamos empezando a crear en nuestro país.

¡Queremos más democracia, más participación del pueblo, más desarrollo económico, más bienestar social, queremos más libertad!

Y lo vamos a conseguir con la adhesión del hombre y la mujer de la Patria. Con la voluntad de Uds. compañeros jóvenes.

Con la decisión de Uds. camaradas jóvenes. Con la serenidad que deben tener en los momentos más difíciles. Pero, al mismo tiempo, con la convicción absoluta de que si nosotros respetamos ‐porque es una obligación‐ la oposición que se ejercita dentro de los cauces legales, no aceptaremos ninguna tentativa sediciosa y aplastaremos implacablemente a aquellos que pretendan levantarse contra el Gobierno Popular. (Ovación).

Por eso, quiero decirles que hoy más que nunca, vengo fortalecido por la fe que me entregaran los trabajadores del salitre, del carbón, del litoral, en Antofagasta, por la expresión de comprensión y de tibieza humana de las compañeras con las cuales dialogué el Día Internacional de la Mujer. Y, ahora, fortalezco, afianzo, refuerzo mi decisión al verlos a Uds.: sonrientes y alegres, serenos, sabedores de las horas duras que vivimos, trayendo la experiencia de las noches sobre el suelo húmedo por la “camanchaca” o por la lluvia.

Uds. tienen hoy una imagen distinta jóvenes chilenos, porque han vivido una realidad diferente, en el contacto con el campesino y el obrero.

¡Camaradas jóvenes, la historia no se detiene! No podrán detenerse jamás las mareas revolucionarias ni con la amenaza ni con la violencia.

Nosotros no queremos la violencia, no necesitamos la violencia. Otros siempre la han usado cuando sus intereses han sido heridos o cuando han perdido el Gobierno y el Poder.

Jóvenes de Chile, Uds., con este nuevo espíritu, con esta confianza en Uds. mismos tienen que ser más revolucionarios que nunca, y más revolucionario significa ser mejor estudiante, mejor hijo, mejor hermano, mejor compañero. Ser mejor revolucionario significa prepararse más, sacrificarse más. Ser revolucionario significa entender que el mañana se edificará con generosidad y con sacrificio.

Yo creo en el pueblo, en el obrero, en el trabajador y el campesino. Creo en el hombre de Chile y, con mayor razón, como compañero de Uds. como Compañero Presidente, creo en la voluntad rebelde, pero constructiva, de los jóvenes de mi Patria.

¡Compañeros jóvenes, a construir el mañana, a abrir las grandes avenidas del Socialismo, camaradas! (Ovación).