Salvador Allende

Trabajadores y participación. Discurso en ocasión de celebrarse el Día del Trabajador


Pronunciado: El 1 de mayo de 1972.
Versión digital: Eduardo Rivas, 2015.
Esta edición: Marxists Internet Archive, 4 de febrero de 2016.


Saludo hoy este segundo 1 de mayo en que nos reunimos nuevamente. Es distinto al del año pasado, y será diferente al del próximo, por el proceso dialéctico, el desarrollo de las luchas y las metas que iremos alcanzando.

Este 1 de mayo, al igual que el año pasado, es diferente a todos los 1 de mayo que se han realizado en nuestro país. El Gobierno de ustedes, el pueblo hecho Gobierno, tenía que proceder así, por esto, este 1 de mayo es también un 1 de mayo sin masacres, sin represión, sin someter trabajadores a la persecución.

Es también conveniente reseñar que estamos aquí reunidos para recordar a los que cayeron en distintas latitudes luchando por una vida mejor para el hombre y la mujer de la humanidad.

Estamos aquí y no debemos dejar de pensar y de pensar que en nuestro propio país, y reunida la Tercera UNCT AD, hemos podido nuevamente oír, por personeros de pueblos y gobiernos, las dantescas y dramáticas cifras que señalan la angustia, la miseria y sufrimiento que padecen millones y millones de seres humanos. Cómo todavía el colonialismo estrangula algunos países, cómo la presencia neocolonial se mantiene en otros, pero al mismo tiempo cómo los pueblos luchan por su independencia y por su dignidad; y por eso se ha señalado aquí, y yo reafirmo, que todos los combatientes y los pueblos del mundo rinden un homenaje al heroísmo del pueblo de Vietnam.

Como Presidente de Chile, responsable de las relaciones internacionales, declaro que próximamente estableceremos relaciones, a rango de Embajadas, con Norvietnam, con Norcorea, y reconoceremos a Bangladesh.

Me parece importante señalar y agradecer la presencia en esta tribuna de representantes de países amigos, embajadores y encargados de negocios, representantes de movimientos sindicales de Latinoamérica, también de Europa, como son los compañeros que traen el mensaje de los socialdemócratas. Destaco en esta tribuna la presencia del jefe de la Iglesia Católica chilena, cardenal Raúl Silva Henríquez, quien me ha pedido excusas, y a ustedes también, porque lamentablemente tendrá que retirarse para cumplir ineludibles compromisos.

Saludo en esta tribuna a los dirigentes de los trabajadores, saludo a los compañeros de la Directiva Nacional de la Central Única de Trabajadores, y frente al pueblo puedo decir, con satisfacción, que si el Gobierno Popular ha avanzado y afianzado sus conquistas, se ha debido al entendimiento que hemos tenido con la Central Única de Trabajadores, a la responsabilidad de sus dirigentes y a su conciencia revolucionaria.

Quiero cumplir frente a ustedes un honroso encargo. En la última sesión del 26 del presente mes, en la III UNCTAD, el delegado de Francia, junto con el de Bulgaria, como copatrocinante, presentó un voto o una declaración que fue apoyada en nombre de 76 países de los 77 por el delegado del Perú. El proyecto de resolución dice lo siguiente: “La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo reunida en su tercer período de sesiones en Santiago de Chile, atendiendo a la invitación del Gobierno de Chile, reconociendo la eficacia de las medidas administrativas tomadas y el carácter completo de los preparativos, la belleza, la funcionalidad del centro de conferencia y la cálida recepción con que han sido acogidas todas las delegaciones, felicita al Gobierno y el Pueblo de Chile por los notables esfuerzos que han consagrado a la preparación y organización de la Conferencia y por el completo éxito que ha coronado dichos esfuerzos; quiere dejar constancia agradecida de la generosa hospitalidad y la amistad mostrada por todos los sectores del pueblo chileno hacia los participantes de la Conferencia; solicita al Presidente de la Conferencia que exprese la profunda gratitud de la misma al Presidente de Chile, rogándole que la transmita a todo el pueblo chileno”. Cumplo con satisfacción este pedido: ha sido el pueblo con su esfuerzo, con su empuje, con su conciencia, quien ha hecho posible la realización en Chile de la III UNCTAD.

No esperamos recompensas, pero anhelamos que las conclusiones de ella afiancen los derechos a la vida de los pueblos del Tercer Mundo frente a las agresiones de las empresas transnacionales y frente a las agresiones imperialistas.

Deseo destacar que no sólo en esta tribuna se expresa la solidaridad con los representantes que están entre nosotros y cuya presencia agradecemos. A lo largo de los distintos continentes, reiteradas manifestaciones en actos públicos, como en Suecia, Holanda y Francia, en cientos y miles de artículos de prensa, en libros y películas, se habla de Chile, de su pueblo y de sus luchas, de la Revolución Chilena, y se expresa la solidaridad de los pueblos con nuestro combate.

Quiero señalar un hecho extraordinario, que el pueblo no olvidará jamás: por primera vez en la historia, óiganme bien, por primera vez en la historia, no sólo de este país, o de este continente, sino de los distintos continentes, los artistas han expresado la solidaridad con Chile de una manera que no sólo compromete nuestro reconocimiento público, sino que al mismo tiempo es demostrativo de un nuevo espíritu: cientos de artistas, fundamentalmente pintores, han obsequiado al pueblo de Chile y a su Gobierno 450 o más telas que vamos a inaugurar el próximo jueves o el próximo viernes en el Museo de la Quinta Normal. Por primera vez en la historia un pueblo acrecienta su patrimonio cultural con la expresión de los grandes creadores de la belleza y del arte. Han llegado cuadros de Juan Miró, de España; de Hungría, de Argentina, de Venezuela, de Francia, de Pablo Serrano, de España; de Peñalba, de Argentina; de Moraga, de Uruguay; de Brasil; de Siqueiros, de México; de María Elena Vieira, de Lisboa, Portugal; de Portocarreto, de Cuba; de Jean Lucart, de Francia; de Modesto Villar, de España, y están por llegar telas de Inglaterra; de Marino Marini, de Italia, y de Picasso, de España…

Quiero agradecer al Comité Ejecutivo de Europa, formado por poetas, cineastas, críticos, pintores, a los representantes de Chile, Mario Pedraza y Danilo Tréllez, su trabajo y el contenido que él tiene como expresión superior de la solidaridad entre los artistas y el pueblo de Chile.

Las metas alcanzadas

Por todos estos hechos, este 1 de mayo es un 1 de mayo distinto y, a pesar de que nos remontamos en el recuerdo de los caídos, es para nosotros un 1 de mayo que tiene también la íntima alegría porque aquí en Chile, en este 1 de mayo, como el del año pasado, el pueblo, los trabajadores, son el Gobierno, el pueblo es el Gobierno.

No voy a dar una cuenta detallada de lo hecho en estos diecisiete meses y días. Quiero tan sólo señalar que ustedes y nosotros, el Gobierno del Pueblo ha trabajado por Chile y todos los chilenos, más allá de las fronteras, por cierto, de la propia Unidad Popular. Quiero tan sólo reseñar los hechos fundamentales que caracterizan este Gobierno. La gran mayoría, representada por campesinos, obreros, empleados, técnicos, profesionales, estudiantes, artistas y escritores, pequeños y medianos industriales y comerciantes integran este Gobierno y hemos desplazado a los grupos pequeños, que durante tantos años gobernaron este país, y creyeron que sus intereses eran los intereses de Chile; han perdido sus privilegios y sus granjerías ¡y no los van a recuperar nunca más!, ¡jamás lograrán recuperarlos! ¡Sin encarcelar a nadie, sin perseguir políticamente a nadie, hemos quebrado y seguiremos quebrando los centros de poder de la oligarquía terrateniente, feudal y bancaria de Chile!

Hemos cumplido las metas fundamentales que nos trazáramos en el Programa de la Unidad Popular: recuperación de nuestras riquezas básicas. El cobre, el acero, el hierro, el petróleo y el salitre son hoy del pueblo de Chile. Hemos redistribuido los ingresos, favoreciendo a los explotados. Hemos aumentado la seguridad social para 700 mil chilenos que carecían de ella.

Hemos estatizado los bancos y vamos a dar forma al sistema bancario nacional con el Banco Central, el Banco del Estado y la banca nacional, ayer privada y hoy banca al servicio de Chile y el pueblo. Hemos acentuado la Reforma Agraria. Hemos estructurado el Área Social de la economía, destruyendo los monopolios que fortalecían el capitalismo, para desarrollarlos al servicio de Chile y los trabajadores.

Hemos controlado el comercio de exportación e importación. En resumen, hemos dado más democracia política, económica y social. Hemos dado más libertad. Hemos dado más libertad social. Hemos dado más independencia económica a la Patria: por lo tanto, podemos estar satisfechos de la labor realizada. ¡Ustedes y nosotros! ¡Ustedes que son Gobierno y yo que soy el Compañero Presidente de la República!

¡Con qué profunda satisfacción puedo mirarles el rostro, compañeros! El rostro de ustedes es el rostro de trabajadores desde Arica a Magallanes y desde la cordillera al mar.

Vivimos hoy en un país independiente en lo económico y soberano en lo político, hemos conquistado la dignidad que necesitábamos como pueblo, y la dignidad para cada uno de los hombres de esta tierra. Estamos aquí reunidos en este 1 de mayo y podemos decir que hemos realizado la más grande y patriótica tarea: ¡hacer la Segunda Independencia, la Independencia Económica de la Patria! ¡Esa es la tarea que cumplimos y ésa es la tarea que defendemos!

Nadie puede negarse a defender esta conquista de la Historia. Nadie puede estar ausente de este llamado que nace de los albores de nuestra formación como pueblo. Hemos luchado y seguiremos luchando por la dignidad y la independencia de la Patria. Y en esa lucha los trabajadores tienen la máxima responsabilidad.

Compañeros, quiero que ustedes me escuchen y me entiendan. Para asegurar la independencia y la dignidad hay que vencer viejas dificultades y nuevas dificultades. Por ejemplo, debemos ver el carácter que tienen los problemas de comercio exterior, de balanza de pago.

Algunos dicen que la situación que confrontamos se debe -y ellos quisieran que fuera así- a ineficacia del Gobierno. La verdad es otra: las raíces están en la irresponsabilidad de aquellos que contrajeron compromisos, deudas que pesan sobre Chile. Y también está en las agresiones imperialistas. No hay que olvidar que Chile es el segundo país del mundo que tiene la más alta deuda por persona, sólo superada por Israel, que es un país que está en guerra.

Debemos recordar cómo han sido las agresiones imperialistas, y el ejemplo más típico -y no vaya profundizar en él- es el de esa empresa denominada ITT. ¡Sólo quiero decirles que el viernes de esta semana enviaremos al Congreso el proyecto para expropiar esa empresa!

El pueblo debe pensar que como consecuencia de haber nacionalizado el cobre fue intentado un bloqueo contra nuestro país, lo que a veces los compañeros no ven con claridad. Pero recordemos que nos negaron los créditos para comprar aviones para la LAN; se han dado instrucciones a los representantes ante los bancos multinacionales, a fin de no facilitar los créditos para Chile. No hemos obtenido de esas organizaciones un solo crédito a largo plazo.

Hemos sufrido, como consecuencia de querellas de la Braden y de la Anaconda, embargos y hemos encontrado dificultades extraordinarias para poder obtener los repuestos, los insumos y las materias primas que necesitamos. Se han suspendido las líneas de crédito a corto plazo.

Vean ustedes, el aña 70 Chile dispuso de 220 millones de dólares en líneas de créditos a corto plazo; 88 millones el año 71, y hasta ahora las expectativas han sido de 25 millones para este año. También un representante del Congreso de Estados Unidos planteó una amenaza, no encubierta sino clara, para los países que siguieran el camino de Chile, creando inclusive la posibilidad de dificultades de nuestro país en el propio corazón de Latinoamérica. Es decir, compañeros, nosotros tenemos que tener conciencia de que las raíces están y han estado en lo que es la economía dependiente de un país en vías de desarrollo y lo que son las presiones y agresiones imperialistas. Por lo tanto, enfrentados estos problemas, es una gran tarea de un hombre, no es tarea de la Unidad Popular, no es tarea tan sólo del hombre de la Unidad Popular, ni siquiera tampoco de la Central Única de Trabajadores, es la tarea política de todo el pueblo de Chile y los trabajadores deben impulsarla.

Para cumplir, para continuar todos cumpliendo las tareas, nosotros afianzamos nuestro proceso revolucionario como consecuencia de los viejos problemas de un país dependiente, la reacción que provoca este proceso y las dificultades que todo proceso revolucionario genera.

Nosotros tenemos la obligación de mirar la realidad que confrontamos y las medidas que hemos debido tomar.

Primero planteamos la renegociación de la deuda externa; y como Presidente de los trabajadores muy sucintamente debo informar a los trabajadores. Planteamos esta renegociación y declaro que ha sido un hecho positivo el resultado de la reunión con los países acreedores en París y agradezco la comprensión de esos países. Pero, al mismo tiempo, que el pueblo de Chile y nuestra nación lo entienda. La renegociación de la deuda externa ha sido un alivio, no una solución, no es una panacea. Si hubiéramos tenido que pagar este año los compromisos derivados y obligaciones de gobiernos anteriores, habríamos tenido un déficit de cerca de 146 millones de dólares. Y esto hay que meditarlo muy bien. Todavía quedan conversaciones bilaterales, vale decir, con cada uno de los países acreedores y fundamentalmente, con el país a quien más le debemos, que es Estados Unidos, y después la República Federal Alemana y a Inglaterra.

Quiero señalar que a raíz de la renegociación de la deuda externa el Gobierno de Chile mantuvo una misma línea y al regreso de la delegación que presidiera el compañero Alfonso lnostroza, el ministro de Relaciones Exteriores, Clodomiro Almeyda, dio una conferencia de prensa. Sin embargo, es conveniente que el pueblo escuche la declaración del ministro de Relaciones, que por no salir hoy día los diarios, ustedes no han podido conocer. Ella dice lo siguiente:

“En relación a ciertas declaraciones que habría hecho un vocero del Departamento de Estado sobre acuerdos obtenidos en París para la negociación de la deuda externa chilena y alusivas a las indemnizaciones derivadas de la nacionalización del cobre, el ministro de Relaciones Exteriores declara: Durante las negociaciones de París, el Gobierno chileno reafirmó lo que ha sostenido desde su asunción al poder, en orden a que reconoce sus compromisos y deudas internacionales y que es su propósito cumplirlos y pagarlos de acuerdo con las posibilidades de su balanza de pagos.

En cuanto al pago proveniente de indemnizaciones por nacionalizaciones, el Gobierno chileno reitero también su posición de que dicha indemnización, como todo lo atingente a las nacionalizaciones, debe acomodarse al Derecho Interno y al Derecho Internacional y según se establece en la Resolución 1803 de las Naciones Unidas.

En consecuencia el régimen de indemnizaciones a las empresas de la Gran Minería del Cobre, su monto y modalidades de pago y las situaciones que accedan a dicha indemnización, como todo lo relativo a esas nacionalizaciones, debe acomodarse a nuestra Constitución Política, que norma específicamente ese proceso y a las resoluciones del Tribunal Especial que constitucionalmente se creó el efecto para conocer de las cuestiones suscitadas sobre el particular.

El Derecho Internacional y singularmente la aludida resolución 1803 de las Naciones Unidas confirman la validez y vigencia de nuestras leyes en la especie, leyes que por su parte son compatibles con ese Derecho y esa resolución.

Lo anterior quedó expresamente consignado en el comunicado de prensa que emitió el propio Club de París, al final de las negociaciones, al expresar textualmente que los representantes chilenos confirmaron su política de reconocimiento y pago de todas las deudas extranjeras y de aceptación del principio de pago de una compensación justa para todas las nacionalizaciones, de acuerdo con la Ley Chilena y el Derecho lnternacional.”

Quiero señalar que el Derecho Internacional reconoce legítimamente a las leyes internas de los países para hacer sus nacionalizaciones; es por eso que nosotros hemos hecho la nacionalización del cobre de acuerdo a nuestra Constitución. Ya nuestra ley y nuestro pensamiento lo planteamos antes de la reunión de París; lo planteamos a través del Canciller chileno en las Naciones Unidas; lo hemos planteado en París; lo hemos planteado en la Organización de Estados Americanos, a través del subsecretario de Relaciones Exteriores, y los hemos reiterado en la III UNCTAD a través de mi propio pensamiento y a través de los planeamientos del Presidente de la delegación chilena. Hernán Santa Cruz. Por lo tanto, ante el mundo podemos decir que hemos cumplido lo que siempre dijéramos: hemos hecho los cambios de Chile dentro de la Constitución y la Ley y nadie nos va a obligar a que violemos nuestra propia Constitución.

A pesar, he dicho, de la renegociación, tenemos un alto déficit de divisas. ¿Cómo podemos enfrentarlo? Intensificando nuestro comercio, obteniendo mayor comprensión y ayuda de los países de Europa Occidental. Y, fundamentalmente, de los países del campo socialista. Y con satisfacción, como gobernante y compañero de ustedes, como Presidente de Chile, puedo señalar que se han abierto puertas en los países de Europa para nosotros y, fundamentalmente, hemos encontrado el apoyo, la cooperación y comprensión de los países del campo socialista.

Sin embargo, el esfuerzo interno es lo básico. El esfuerzo nuestro. El esfuerzo de cada uno de ustedes. Y yo les pregunto, compañeros: ¿van a trabajar más, van a esforzarse más, van a cumplir más con el programa revolucionario?, ¿sí o no, camaradas? (Miles de voces responden: ¡Sí! ¡Sí! ¡Sí!).

Por eso hay que entenderlo bien. Tenemos que aumentar los bienes de exportación. Cada tonelada que exponemos más de hierro, cada tonelada que exportemos más de fruta, cada tonelada más que exportemos, sobre todo de cobre, es una forma en que el pueblo políticamente responde a las agresiones. Y es la manera de defender a Chile y nuestra revolución. ¡Qué gran responsabilidad tienen los trabajadores del cobre, porque como aquí se ha dicho y lo hemos dicho tantas veces, el cobre es el sueldo de Chile!

Tenemos que aumentar, entonces, los bienes de exportación; tenemos que aumentar la producción de bienes que reemplacen a los que tenemos que importar. Todos los años sólo en alimentos importábamos cerca de 190 millones de dólares y, sin embargo, el 43 por ciento del pueblo chileno se alimentaba mal. Ahora vamos a importar más que el año pasado, y el año pasado importamos más alimentos que todos los años anteriores, porque es nuestra preocupación que la inmensa mayoría de los chilenos pueda alimentarse mejor; y la tierra chilena no produce los alimentos que necesitamos. Pero aquí se ha dicho ya: aumentar el área agrícola del trigo; reemplazar el máximo de trigo que importamos y producirlo en Chile, es tarea política de los campesinos, pequeños y medianos agricultores. Aumentar la producción de leche: sepan que la leche ha subido en un 82 por ciento en su precio internacional.

Si aumentamos el petróleo, tendremos que comprar menos petróleo y economizaremos divisas: tarea para los trabajadores de ENAP.

Así participa el pueblo en la defensa de la revolución. Qué gran ejemplo han dado, y desde aquí les rindo un homenaje a las compañeras, las modestas mujeres de las poblaciones. Ellas han entendido antes que algunos compañeros su gran obligación de participar. ¿Y cómo lo han hecho? Creando las Juntas de Abastecimientos y Precios.

Hay por ahí unos comentarios de prensa, una expresión irónica; hablan de la “revolución de la merluza”. Pero yo les digo que rindo un homenaje a esas mujeres que han convocado al pueblo para reunirse en las calles, que han preparado de distintas formas la merluza, porque ellas han comprendido que queremos ahorrar divisas, que no podemos comprar toda la carne que necesitamos, que el precio de la carne ha aumentado extraordinariamente, que hay países productores de carne que comen carne una vez a la semana. Nosotros vamos a reemplazar las proteínas del vacuno por las proteínas de los pescados, y la merluza es símbolo de la acción de las mujeres chilenas.

Por ejemplo. tenemos dificultades en los repuestos, y ¡cuántos talleres, cuántas pequeñas o grandes fundiciones, cuántos trabajadores artesanales pueden emplear su capacidad y su esfuerzo! Eso será participar en la solución de los problemas de Chile, haciendo posible que reemplacemos los millones, millones y millones que gastamos importando repuestos, fabricándolos en nuestro país. Hay grandes empresas estatales, como la ENAP, fundamentalmente la CAP, por ejemplo, que tienen un selecto equipo de ingenieros, que tienen talleres de diseño y prototipo; les pediremos a ellos que prueben su capacidad, su cariño por Chile y que entreguen a estos pequeños industriales, a estas fundiciones pequeñas y a las grandes fundiciones del Estado la tarea de ahorrar divisas y hacer posible la fabricación de la mayoría de los repuestos que necesitamos para la agricultura, para los automóviles y para la maquinaria minera de nuestra Patria.

Tenemos que evitar todo derroche de divisas, tenemos que cuidar las materias primas que compramos, tenemos que cuidar las maquinarias. Esta no es tan sólo tarea de los trabajadores, todos, absolutamente todos, profesionales, técnicos, obreros, campesinos, cual más, cual menos, tienen responsabilidad. Hay campesinos que quizás nunca han oído lo que es un dólar, pero podrán entender que el tractor que viene tenemos que pagarlo, la mayoría de las veces, en dólares y que hay que cuidarlo. Por lo tanto, una gran tarea nacional, una gran tarea política, para afianzar la revolución, para asentar las conquistas que hemos alcanzado, para avanzar más, es ahorrar divisas, ahorrar dólares, y eso debe cumplirlo desde el más modesto compañero hasta el Compañero Presidente de la República.

Participación de los Trabajadores

Compañeros, hemos conquistado un largo tramo hacia la independencia económica para impulsar el desarrollo de nuestro país, para entregarle al pueblo lo que el pueblo necesita y que con justicia ha reclamado durante tantos y tantos años. Esto sólo lo podremos hacer fortaleciendo cada día más el poder de los trabajadores. ¿De qué manera? Aumentando su poder de decisión política, aumentando su poder de control económico, fortaleciendo la organización del pueblo y aumentando y haciendo real su participación.

Hay que entender, hay que darse cuenta: la participación es un instrumento fundamental para los trabajadores organizados para conquistar el poder. La participación revolucionaria de los trabajadores significa reemplazar a los propietarios privados, a los capitalistas de las grandes empresas y los monopolios. La participación -insisto y lo repito- es instrumento para afianzar el sentido del trabajo y de la responsabilidad al servicio del hombre y al servicio de la Patria. Los grandes capitalistas combaten la participación de los trabajadores porque ven en ella la consolidación del poder del pueblo; la plena participación no se improvisa, la participación se organiza, la participación se prepara, la participación es producto de la capacidad que debe desarrollar cada compañero, campesino, empleado, técnico o profesional. Por eso tenemos que analizar, compañeros, cómo hemos avanzado y cuánto hemos avanzado en la participación.

Veámoslo:

Consejo de Trabajadores y Administración. Están constituidos en 70 empresas, alcanza a más de 70 mil trabajadores. Pero falta el reglamento para ponerlo en marcha en 27 empresas y por lo tanto no hay Consejo de Administración en ellas. Y hay todavía 14 empresas que no han estudiado siquiera el reglamento de participación, a pesar de que la CUT y el Gobierno llegaron a un compromiso el año pasado en el Congreso de Valparaíso.

Los trabajadores del campo, con Consejos Provinciales Campesinos, se han constituido en 19 provincias y no hay en 6 provincias.

Los Consejos Comunales Campesinos se han constituido tan sólo en un 70 por ciento de las comunas agrarias del país, pero lamentablemente muchos de ellos no han funcionado debidamente.

Por eso es indispensable pesar lo que ello significa, hemos avanzado, pero todavía falta mucho más. Tienen los trabajadores que entender que la única manera de fortalecer la revolución es precisamente ésta: la integración, la participación, la decisión de los propios trabajadores en todos los niveles de la vida nacional y ello es lo que vengo a plantear este día frente a ustedes.

compañeros trabajadores de Santiago y trabajadores de Chile que me escuchan.

Sin embargo, también podemos señalar que frente a los ataques, los trabajadores han respondido y aquí tengo, por ejemplo, y es bueno que lo tomen en cuenta, lo que ha significado el aumento de la producción en el Área Social.

Veámoslo por sectores.

El pesquero aumentó un 11 por ciento.

El forestal un 12 por ciento.

El de la alimentación un 34 por ciento.

El textil en un 10 por ciento.

El químico en un 36 por ciento.

El electroelectrónico en un 6 por ciento.

El metalmecánico en un 4 por ciento.

El promedio nacional del sector industrial estatizado aumentó en 7,6 por ciento, lo que es una cifra bastante elevada.

Sin embargo, no tuvimos aumento en materiales de la construcción y tampoco en el sector energía y combustible. Si calculamos datos por empresas individuales, y diré tan sólo algunas, nos encontramos por ejemplo que:

En Textil Progreso hubo un aumento de 11 por ciento.

En Rayón Said un 15 por ciento.

En FABRILANA un 28 por ciento.

En Sumar un 27 por ciento.

En ENDESA un 32 por ciento.

En FAMAE un S4 por ciento.

Pero también ha habido problemas y descenso en la producción.

Estuve ayer en Yarur, no hablé de esto con los compañeros; debía haberlo hecho, pero no tenía el dato. Sé que hay causas que lo justifican, pero ha disminuido en un 5 por ciento la producción en Yarur; en Cemento Polpaico en un 10 por ciento, como consecuencia del terremoto y del sismo de Valparaíso. CHILECTRA ha disminuido en un 11 por ciento e Hirmas en un 6 por ciento. El pueblo debe conocer claramente estas cosas como próximamente conocerá, porque yo se lo daré a conocer, la realidad financiera y económica de cada una de las empresas estatales. Hemos creado en la Corporación de Fomento un Departamento Cibernético para que, a través de computadoras, llevar al día, en la punta de los dedos, la producción de cada una de las empresas, y yo iré a visitarlas y hablaré con los trabajadores y vamos a terminar con el San Lunes, camaradas.

Por ejemplo, ha habido en este mes 10 paros pequeños parciales en Chuquicamata. Me duele decirlo. Esto no puede continuar. Los compañeros trabajadores de Chuquicamata tienen que entenderlo. Estuve en El Teniente; fui con el Presidente de México. Al terminar la visita, al fondo del pique, antes de invitarnos a un ligero refrigerio, con orgullo, se les veía en los rostros, se sentía el orgullo de los trabajadores, nos llevaron a una muralla que tiene más o menos ochenta o más metros de largo. En esa muralla había cuatro murales pintados; el motivo era el trabajo en los distintos departamentos de la industria.

Murales hechos por los trabajadores; pero cada mural tenía las cifras de producción. Y nos decían: “Fíjese, Presidente; fíjese, señor Presidente de México; fíjese, compañero Allende, cómo hemos ido aumentando la producción. El mes de marzo El Teniente produjo más que lo que había producido en los últimos once meses”. Y me agregaron: “Tenemos en la misma organizados 56 Comités de Producción; y ya hemos hablado con los compañeros que faltan; todavía hay compañeros que no trabajan lo suficiente. Ya les hemos dicho como usted. ¡No es posible repetir el “San Lunes”!; por eso le garantizamos, palabra de hombre del cobre, vamos a alcanzar las metas que el departamento del cobre y el Gobierno, a través del Ministerio de Minerfa, han trazado”. Eso nos dijeron los trabajadores de El Teniente; eso demostraron los trabajadores de El Teniente; eso señalaron los trabajadores de El Teniente.

Compañeros, estamos recorriendo un camino nuevo y lógicamente se han producido fallas; hemos cometido errores; hemos improvisado. Es fundamental que los comités de dirección entiendan que no son comités teóricos, que tienen poder de decisión, que deben tomarlo; lo mismo les dije a los funcionarios públicos. Prefiero un compañero Intendente, Gobernador o Subdelegado que se equivoca, a aquél otro trío burócrata que vive en su oficina y que es incapaz de intentar resolver los problemas de los compañeros trabajadores.

Los Comités de Producción deben estar en la primera línea de batalla y ya he señalado la amplia gama de responsabilidades que ellos deben tener.

Los compañeros de los Comités de Administración, los compañeros directores de las empresas tienen que dialogar quincenalmente, semanalmente, con las Asambleas de Trabajadores.

Tienen que informarles, tienen que darles los antecedentes, tienen que señalarles las dificultades encontradas, los compromisos que tienen que cumplir. El Comité Relacionador entre el Comité de Dirección y la Directiva Sindical debe funcionar. No hay antagonismo entre la labor del Comité de Dirección y los dirigentes sindicales, no marchan por rutas paralelas. Se integran, se compenetran, están en la misma tarea: impulsar y empujar el progreso de las industrias estatizadas, que son Industrias del Pueblo.

Por eso, compañeros, quiero decirles que, preocupado seriamente por estas materias, he resuelto -y voy a leer tan sólo dos páginas y lo hago para no olvidar ningún detalle-, voy a leer las instrucciones de las resoluciones que he tomado. Primero, he resuelto dar instrucciones para que, a fines de junio, todos los comités sectoriales hayan hecho un ampliado de evaluación y movilización con los directivos sindicales, los representantes de los trabajadores en los consejos de administración, los representantes de Gobierno, interventores y gerentes en sus áreas respectivas. De ellos debe emanar la práctica futura a seguir y fijar con claridad las atribuciones de los diversos organismos de dirección. Segundo: daré instrucciones a los ministros de Trabajo, Obras Públicas, Minería, Agricultura y Economía, para que, en un plazo de treinta días, elaboren un estudio profundo y riguroso, destinado a cambiar el actual sistema que fija las remuneraciones, propio de una estructura de la empresa capitalista por un modelo que se ajuste a las características de las empresas del Área Social. Debe organizarse una amplia discusión con los trabajadores, en tomo a la necesidad de encontrar nuevas fórmulas para relacionar la función que corresponde a los asalariados en el proceso de producción y las remuneraciones a que tienen derecho por su trabajo. Tercero: pediré a los servicios económicos del Gobierno que, en un plazo de treinta días, me entreguen una descripción razonada de la estructura de decisiones y responsabilidades en las empresas del Área Social, sector por sector. Cuatro: los ejecutivos de los organismos económicos del Estado, de los servicios y de las empresas, tendrá que responder ante el Gobierno y los trabajadores, no sólo con metas de eficacia en la producción de bienes y servicios, sino del nivel real de integración de los trabajadores en la marcha de las instituciones. Quinto: pensamos que es una responsabilidad de los organismos del Estado y las universidades coordinar sus esfuerzos con

la CUT para organizar un vasto y profundo programa de capacitación de los trabajadores.

Destacaremos a fines de año los organismos económicos del Estado y las empresas en que se haya concretado, en los niveles de decisión y en forma más efectiva, la integración de los trabajadores.

En resumen: el año 1972 es para los trabajadores y los dirigentes de la CUT el año de la participación, el año de la integración, el año de asumir la responsabilidad, el año de acentuar el poder del pueblo, ¡el año de afianzar la revolución! Por eso desde aquí señalo como los trabajadores y los dirigentes de la CUT se han empeñado en esto; pero golpeo en la responsabilidad que tienen los partidos políticos y los funcionarios del Estado. Me interesa esencialmente -y en forma rápida- que sea posible una participación más efectiva de los campesinos. Ya he señalado dónde existen comités comunales y dónde no existen. He hecho presente las fallas de los comités provinciales campesinos. Es fundamental que tengan fuero, que cuenten con la capacitación necesaria y que además tengan los medios para realizar su labor, y me preocupé de ello. Y la participación de los empleados, de los técnicos y de los profesionales es también un factor importante que impulsaremos dialogando con los profesionales y los técnicos.

Por eso, compañeros, este año es el año de la participación y me parece que es conveniente que les diga que he resuelto crear la “Orden al Mérito del Trabajo”, que llevará el nombre del guerrero insigne: Manuel Rodríguez. Entregaremos la distinción a los sindicatos, a las empresas y a los trabajadores que más se distingan laborando por Chile y por la Patria, y llevarán en su pecho la condecoración que ostentará el nombre del guerrillero inmortal: Manuel Rodríguez.

Por eso es importante señalar que frente a la revolución en marcha nos ponen obstáculos.

Frente a lo que hemos hecho en la creación del área de la economía y la participación de los trabajadores se levantan las dificultades con que quieren detener nuestro avance. Hay una Reforma Constitucional que va a votarse en la próxima semana en el Congreso, en función de los votos que el Gobierno ha presentado. Ya lo he dicho y no lo voy a analizar a fondo. En la extraordinaria concentración que realizamos como respuesta a otra concentración, allí dije lo que significaba la Reforma Constitucional; como la mayoría puede insistir en los artículos vetados por el Ejecutivo, en circunstancias de que nosotros sostenemos que debe ser por dos tercios, de acuerdo con la disposición reglamentaria de la Cámara y del Senado.

He hecho presente que detrás de esta actitud apunta inclusive la amenaza de destituir por simple mayoría al Presidente de la República. No me inquieta, no me inquieta en lo personal ese hecho. Me preocupa porque es mi obligación defender la Constitución, Y he agregado que nosotros recurriremos al Tribunal Constitucional y que esperaremos lo que este Tribunal diga.

Es la mayoría del Congreso la que le niega atribuciones al Tribunal Constitucional. Nosotros no decimos si las tiene o no las tiene. El único que puede pronunciarse es el propio Tribunal Constitucional. Repito que no me inquieta en lo personal, si intentan hacer esto. Lo que me inquieta es que se barrenan las bases de la institucionalidad chilena, en que se quiere cambiar el juego, y en que se quiere, por lo tanto, precipitar a este país a una lucha muy dura y muy profunda.

Es mi obligación -y la voy a cumplir- defender los preceptos constitucionales.

Es mi obligación evitar el enfrentamiento.

Es mi obligación rechazar toda violencia, física, económica y social.

Es mi obligación impedir que haya un baño de sangre en Chile.

Es mi obligación defender las conquistas de los trabajadores y la Revolución Chilena.

Por eso, el otro hecho que los trabajadores deben meditar es lo que se intenta también en esa Reforma Constitucional, que anularía las conquistas alcanzadas en el campo del Área Social de la economía. y la tentativa -repito- de crear lo que han llamado las empresas de trabajadores.

He estado leyendo un folleto que circula por ahí. La introducción de ese folleto la firmaría cualquiera de nosotros. Usa un lenguaje anticapitalista, casi revolucionario, que habla de sustituir el sistema y el régimen y una de las palancas para hacerlo es nada menos que la empresa de trabajadores. Compañeros, ustedes tienen que tener claro que los capitalistas se defenderán hasta el último aliento, por todos los medios y todos los caminos. Si pueden utilizar la violencia física y económica, como lo dijera hace un instante, lo harán; ésa es la experiencia que viene desde la historia lejana de otros pueblos. Pero además siempre utilizarán la mistificación y a veces hasta el engaño.

Ahora, como alternativa al Área Social de la economía, la lucha por las empresas estratégicas que interesan a Chile y que está concebida como el embrión, óiganlo bien, como el primer paso hacia una sociedad y una economía socialista, levantan demagógicamente la llamada empresa de trabajadores. ¿Qué constituye esto? Es el máximo del tartufismo y del fariseísmo: aparecer como anticapitalistas y proponer supuestas empresas de trabajadores que, a nuestro juicio, están destinadas precisamente a defender el sistema en el fondo.

Esas empresas seguirán siendo propiedad privada, y aquí viene la cuestión esencial, compañeros. La célula madre del capitalismo descansa precisamente en la propiedad privada de los medios de producción, y por lo tanto los capitalistas quieren mantener el dominio de sus empresas, cambiando de nombre y llamándolas ahora “empresas de trabajadores”.

Compañeros: para caminar al socialismo hay que socializar los medios de producción y el capital; es decir, que estos medios de producción deben ser de propiedad de los trabajadores.

Es un absurdo enarbolar las banderas del socialismo y defender la apropiación por el capital privado de las empresas estratégicas del país. A nuestro juicio, es una hipocresía el afirmar que los trabajadores arriendan el capital en las empresas y pagan una renta a los aun propietarios del capital y decir que esas empresas son de los trabajadores. En una empresa socialista, los trabajadores no arriendan ningún capital porque la empresa es de los trabajadores, es de toda la clase y por lo tanto los trabajadores no pagan ninguna renta a los capitalistas, porque han suprimido la propiedad de esas empresas, camaradas.

En ese folleto se asegura un porcentaje que alcanza a un 5 por ciento de utilidad de los empresarios, y son empresas del Área Social, compañeros. Y se les entrega esa renta a los capitalistas privados e incluso se dice que debe reajustarse anualmente, y se agrega que, si hay pérdidas, ellas serán responsabilidad de los trabajadores. Tomen nota, compañeros. Aprendan, compañeros.

Yo pienso que los trabajadores no deben aceptarlo. El fruto y el esfuerzo de los trabajadores no irá más en Chile a los bolsillos de los monopolistas. El fruto del trabajo en las empresas estatizadas lo distribuiremos, fundamentalmente, como ingreso para que beneficie a todo Chile, para impulsar el desarrollo de las empresas y para darles sueldos y salarios justos a los que en ella trabajan, pero que se entienda bien, como lo he dicho tantas veces, las empresas estatizadas no son empresas de determinados trabajadores, son empresas del pueblo de Chile al servicio de la economía nacional.

Se pretende organizar las empresas de trabajadores, como le llaman, como una especie de banco de empresas, con el propio criterio bancario tradicional. Esto lo descubren hasta los ciegos, compañeros. Hay que ver lo que en Chile está en juego en este instante: si se mantiene el régimen capitalista caduco y fracasado o se hace la revolución, ¿Qué quieren ustedes, compañeros? ¿Caminar al socialismo? ¿Sí o no, camaradas? (La multitud grita: ¡Sí! ¡Sí! ¡Sí!)

Entonces no pueden caber las empresas de trabajadores. ¿Verdad, camaradas? (La multitud grita nuevamente y dice: ¡No! ¡No! ¡No!) (¡Échele p’arriba nomás, compañero!, grita un trabajador.) Compañeros, echarle para arriba, para abajo, para el lado, hay que echarle para todas partes, compañeros. Por último, compañeros, el crear esas empresas lleva algo muy grave en sí mismo. Es establecer diferencias entre la propia clase. Es dividir a los trabajadores con ingresos, posiblemente con ingresos bajos. Es la cuña que se quiere meter entre los propios trabajadores. No lo vamos a aceptar. Lo vamos a rechazar. Y la manera de rechazarlo es que los trabajadores comprendan que el Área Social de la economía, tal como lo hemos planteado, es el primer pivote y el primer peldaño de la construcción de la sociedad del mañana, de la construcción socialista, compañero.

Por eso, compañeros, y no sigan gritando Allende, porque me estimulan a seguir hablando y yo soy contrario a la explotación del hombre por el hombre, así que ya no me exploten más…

Bueno, camaradas, voy a tratar de aterrizar rápido.

En primer lugar, claridad, entender bien, saber adónde vamos, qué meta debemos alcanzar en esta etapa. Yo he dicho honestamente: el Gobierno que presido no es un Gobierno socialista.

El Programa de la Unidad Popular no es un programa socialista. Pero el Gobierno y el Programa inician la construcción socialista y tenemos que ir afianzando firmemente, ir poniendo cada ladrillo del futuro edificio, con dolor, con sudor, con esfuerzo, sin sangre, pero con la decisión de derramarla si es necesario, camaradas.

No para agredir, no queremos la violencia. Para defendernos de la contrarrevolución, de la violencia reaccionaria y filofascista.