Chen Yun

 

  DISCURSO PRONUNCIADO ANTE EL XII CONGRESO NACIONAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CHINA

(6 de setiembre de 1982)

 

 


Pronunciado: Ante el XII Congreso Nacional del Partido Comunista de China el 6 de setiembre de 1982.
Versión en castellano: Duodécimo Congreso Nacional del Partido Comunista de China. Beijing: Ediciones en Lenguas Extranjeras, 1982; págs. 152-157.
Versión dígital: Juan Fajardo, para Marxists Internet Archive, agosto 2012.
Esta edición: Marxists Internet Archive, agosto 2012.


 

 

Estimados delegados y camaradas:

Estoy totalmente de acuerdo con el informe pronunciado por el camarada Hu Yaobang en nombre del Comité Central ante el presente Congreso, con el proyecto de revisión de los Estatutos del Partido, con el discurso de apertura pronunciado por el camarada Deng Xiaoping y con el discurso del camarada Ye Jianying.

Después de aplastada la "banda de los cuatro", nuestro Partido enderezó el rumbo de su avance como resultado de la III Sesión Plenaria del XI Comité Central y, luego de la IV, V y VI, ha ido encauzando gradualmente la vida política y la construcción socialista del país por el camino de un desarrollo sano y acertado.

Sin embargo, debemos tener clara conciencia de que, por diversas razones, existe desde hace bastante tiempo el problema de diferente grado de envejecimiento del contingente de cuadros en nuestro Partido, es decir, el problema de que "cuando la última cosecha está a punto de agotarse, la nueva aún está verde". Si este problema no se resuelve ahora o no se resuelve como es debido, la causa del comunismo en China puede encontrar recodos en su camino. Todos los camaradas, en particular los camaradas de edad avanzada, deben comprender lo grave y apremiante que es este problema.

De ahí que la solución del problema del relevo de cuadros sea una tarea primordial que enfrenta todo el Partido.

Para resolver este problema, antes que nada los cuadros de edad avanzada deben ir retirandose sucesivamente de los equipos dirigentes.

En la reforma estructural de los organismos del Comité Central del Partido y del Consejo de Estado que se llevó a cabo hace poco tiempo, cierto número de estos camaradas dejaron sus puestos dirigentes en la primera línea de trabajo. En la VII Sesión Plenaria del XI Comité Central, efectuada hace poco tiempo, numerosos camaradas viejos expresaron su buena disposición a retirarse del Comité Central y de otros puestos de dirección. Esto habla del alto sentido de responsabilidad revolucionaria de que están imbuidos nuestros cuadros veteranos.

¿Los viejos cuadros, al retirarse de la primera línea de trabajo, han llegado al final de su trayectoria revolucionaria? No. Tanto los que pasen a la segunda línea de trabajo para realizar labores de acuerdo con sus posibilidades físicas como los que se jubilen deben apoyar el trabajo de los cuadros jóvenes y de edad mediana y asumir la tarea de comunicarles su experiencia, ayudarlos y guiarlos. Sólo con el cumplimiento de esta tarea se podrá considerar que los viejos cuadros han contribuido con sus últimos esfuerzos a la causa del Partido y de la revolución.

Por otra parte, puesto que aún adolecemos de insuficiencia de nuevos cuadros de relevo, los camaradas viejos no podrán retirarse todos de una vez de los equipos dirigentes. Según las necesidades derivadas de la situación real, algunos de ellos tendrán que quedarse, por el momento, en la primera línea de trabajo. Pero estos camaradas ya no deben dedicar la mayor parte de sus energías a los pesados quehaceres cotidianos, sino ocuparse de la tarea de comunicar a los cuadros jóvenes y de edad mediana su experiencia, ayudarlos y guiarlos dandoles consejos en los problemas importantes y velando por que encuentren su justa solución.

Para resolver el problema del relevo de cuadros, es necesario promover a cuadros jóvenes y de edad mediana a los equipos dirigentes de todos los niveles.

Quisiera señalar dos puntos con relación a este problema.

Primero, hay que promoverlos por millares y millares y no por decenas y decenas.

¿Por que debemos proceder así? Porque sólo de este modo tendremos suficiente personal como para cubrir todas las vacantes que dejarán gran número de viejos cuadros en los equipos dirigentes de los diversos niveles, porque sólo de este modo contaremos con un amplio margen como para hacer una mejor selección a fin de poder entregar el relevo a las personas que realmente sean dignas de confianza, y porque sólo de este modo podremos impedir que aquellos elementos perturbadores que se encaramaron durante la "revolución cultural" provoquen grandes disturbios en el futuro.

Para promover a los cuadros jóvenes y de edad mediana por millares y millares, debemos apreciarlos tomando en cuenta su futuro desarrollo, y no fijarnos únicamente en su escasa experiencia. Es cierto que su experiencia en el trabajo aún no es tan rica como la de los cuadros veteranos, pero, debemos preguntarnos, ¿de donde provienen las experiencias? No provienen sino del temple en el crisol del trabajo práctico. Si a los cuadros jóvenes y de edad mediana los colocamos en puestos de responsabilidad para que tomen sobre sí el peso del trabajo, estamos seguros de que, al cabo de un temple de tres a cinco años, o de ocho a diez años, adquirirán experiencias y se harán paso a paso maduros. Además de esto, podemos establecer muchos cargos equivalentes a la categoria de "asistente"; con esto se disminuirá la resistencia que la promoción formal de cuadros jóvenes y de edad mediana a cargos de dirección pueda encontrar en su proceso y, al mismo tiempo, se facilitará a las organizaciones del Partido el poder comprobar en la práctica las aptitudes de dirección y organización de esos cuadros antes de su nombramiento definitivo.

El otro punto que quiero indicar sobre la promoción de cuadros jóvenes y de edad mediana se refiere a que no debemos promover ni a una sola persona de los siguientes tres tipos: los que se encaramaron mediante la "rebelion" siguiendo a Lin Biao, Jiang Qing y compañía durante la "revolución cultural", los que están contagiados de una profunda mentalidad fraccionalista y los que se dedicaron a actividades de agresión, destrucción y pillaje. Elementos como estos, si han sido promovidos, deben ser eliminados resueltamente de los equipos dirigentes.

¿Por qué no debemos promover ni a una sola persona de estos tres tipos? Porque si semejantes elementos entran en los equipos dirigentes, dentro de algunos anos podrán aprovechar cualquier momento propicio o cualquier viento en el Partido para salir a desencadenar tempestades volviendo a causar daños al Estado y al pueblo.

Desde luego, debemos tener en cuenta que entre los jóvenes y las personas de edad mediana que cometieron errores en la "revolución cultural" son pocos los que pertenecen a esos tres tipos, mientras que constituyen una gran mayoría los que no hicieron mas que dejarse llevar por la corriente. Respecto a estos últimos, siempre que reconozcan realmente sus errores, deslinden con decisión los campos con los tres tipos de elementos arriba mencionados y hayan venido comportandose correctamente después del aplastamiento de la "banda de los cuatro", el Partido debe tener confianza en ellos y emplearlos y seguir comprobando sus cualidades y ayudandolos en su trabajo.

También debemos tener en cuenta que son muchos los jóvenes y las personas de edad mediana que siguie-ron una linea de conducta buena o en lo fundamental buena durante la "revolucion cultural"; por eso, cuando tengamos que promover cuadros de su edad, debemos escoger principalmente entre ellos.

Además de esos tres tipos de personas, hay otros dos tipos de gente que no debemos promover tampoco: aquellos que se oponen a la línea que sigue el Comité Central del Partido desde su III Sesión Plenaria y aquellos que infringen gravemente la ley y la disciplina en el terreno económico y en los demás sectores.

En resumen, de un lado, debemos promover con audacia y rapidez a cuadros jóvenes y de edad mediana y, del otro, atenernos estrictamente a la norma de la cualidad política. Entre la cualidad política y la aptitud profesional, debemos poner mayor enfasis en la primera, es decir, debemos promover sin equivocación a aquellos que esten imbuidos de un fuerte espiritu de partido, sigan una buena línea de conducta y tengan el valor para defender los principios.

Estoy convencido de que basta solucionar como es debido el problema del relevo de cuadros para que tengamos la seguridad de contar con personas que continúen la causa de nuestro Partido.