Mallojula Koteshwar Rao ("Kishenji")

 

"Establecer una zona liberada"

Entrevista concedida a Suhrid Sankar Chattopadhyay

 

 


Redacción: En 2009, por Suhrid Sankar Chattopadhyay.
Publicado por vez primera: En Rajeesh, el 21 de octubre de 2009.
Traducción al castellano: Colectivo Odio de Clase, 2011.
Fuente del texto: Blog Revolución en la India, del Colectivo Odio de Clase, 11 de diciembre de 2010.
Esta edición: Marxists.org, marzo de 2014.


 

 

 

KOTESWAR RAO, alias Kishenji, es miembro del Politburó del ilegal PCI (Maoísta) y está a cargo de las operaciones del Partido en Jharkhand, Bihar, Bengala Occidental y Orissa. Se sumó al movimiento revolucionario cuando aún era un estudiante universitario de matemáticas en Karimnagar, Andhra Pradesh. Se convirtió en revolucionario profesional del PCI-ML (Guerra Popular) en 1974.

"Planeamos extender nuestro movimiento al norte de Bengala, a las llanuras de Bihar, los distritos centrales de Orissa y a Chhattisgarh oriental," dijo a Frontline en una entrevista telefónica exclusiva en que habló sobre el movimiento de Lalgarh, el programa maoísta de ejecuciones selectivas y los planes futuros del movimiento maoísta. Estos son algunos extractos:

 

¿No cree Usted que el movimiento en Lalgarh es más una consecuencia de los movimientos de Singur y Nandigram que una herencia del movimiento Naxalbari?

El movimiento en Lalgarh es consecuencia del movimiento Naxalbari, aunque los movimientos de Singur y Nandigram también influyeron en el movimiento de Lalgarh y sobre las gentes de Lalgarh. Nunca ha tenido lugar en la historia de la India independiente un movimiento tan largo y sostenido sobre una cuestión política. El principal motivo de ello es el aumento de la conciencia política entre las masas.

Al mismo tiempo nos encontramos, por un lado, con una crisis económica mundial y, por otro, con multinacionales indias apoderándose de la tierra y las propiedades del pueblo llano. También el pueblo tenía un papel que desempeñar en la estallido de Lalgarh.

Y por supuesto que las agitaciones de Singur y Nandigram, en las que también estuvimos presentes, son sin duda factores relevantes. En la actualidad, no es posible llevar a cabo sólo agitación pacífica en Bengala Occidental; junto con la agitación pacífica debe haber grandes manifestaciones y mítines que cuenten con la participación directa de miles de personas.

 

Hay quien sostiene que el movimiento de Lalgarh es un movimiento tribal espontáneo que alcanzó tales dimensiones que al PCI (Maoísta) no le quedó otro remedio que subirse al tren en marcha o perderlo. ¿Qué comenta a ello?

No fue ayer cuando empezamos a trabajar sobre el terreno en esta región; hemos estado implantando nuestras bases en ella desde hace mucho tiempo. El papel y la dirección de los maoístas en la zona ha sido un proceso continuo. Pero, al mismo tiempo, el PCPA [el Comité Popular contra las Atrocidades de la Policía, en sus siglas en inglés] y el movimiento maoísta no son lo mismo, y sería incorrecto decir que la gente de la región sólo ha recibido la influencia de los maoístas; también el PCPA ha influido considerablemente en el movimiento de Lalgarh.

 

Pero, ¿si no hubiera habido ninguna detención tras el intento de asesinato del Primer Ministro Buddhadeb Bhattacharjee el 2 de noviembre del año pasado, habrían podido construir un movimiento tan fuerte?

Un movimiento así, no. Se habría desarrollado en un proceso lento. Pero la reacción del pueblo operó a nuestro favor, mucho más que en Singur y Nandigram. No teníamos otra exigencia que no fuera que la policía pidiera disculpas al pueblo, pero el Gobierno del estado no la aceptó. Nos quedaron pocas opciones.

¿Pensó en algún momento que el movimiento podría no necesitarlos?

Sí, lo pensé. Esperábamos agitaciones tras el 2 de noviembre, pero nada tan grande como lo que ocurrió. Esperaba que la fuerza del movimiento alcanzase aproximadamente un 50 por ciento de lo realmente llegó a ser. Pero el propio movimiento ha sufrido un cambio cualitativo a los largo de los meses. Al principio, cuando los aldeanos protestaban, se reunían en gran número con sus arcos y flechas tradicionales. Luego, las fuerzas combinadas penetraron en la región y muchos aldeanos huyeron.

Posteriormente todos regresaron y ahora no huyen a ninguna parte. Se mantienen firmes sobre el terreno y acaparan armas para devolver los golpes. Dígame Usted, ¿de dónde cree que procede ese espíritu de justa venganza? ¿A quién cree que apoyan ahora los aldeanos?

En 2007, se decidió que el PCI (Maoísta) ampliaría sus actividades y no se centraría sólo en ejecuciones selectivas como el primer movimiento naxalita. No obstante, se informa prácticamente todos los días de ejecuciones llevadas a cabo por los maoístas. Díganos, ¿qué diferencias hay con el antiguo programa?

Antaño, la aniquilación de los enemigos de clase fue la única forma adoptada para hacer la revolución. Hemos cambiado en eso. Ahora decimos que la aniquilación es una de las formas. Esto no lo han inventado los maoístas; la historia nos muestra que las masas siempre lo han permitido. Para nosotros, la aniquilación de enemigos es uno de los aspectos de la totalidad de nuestro movimiento.

No era algo característico y habitual de antaño, como usted afirma. Se convirtió en forma de actuación habitual sólo después de que las fuerzas combinadas penetraran en la región. Si usted recuerda, antes del despliegue de fuerzas del estado central, celebramos un Jana Adalat [tribunal popular] contra 30 miembros del PCI-Marxista [partido revisionista al servicio del imperialismo] en Madhupur [cerca de Lalgarh].

Mas de 12.000 aldeanos asistieron al juicio. El pueblo solicitaba la pena de muerte para 13 de los encausados. Pero Bikas [el comandante maoísta encargado de las operaciones en Lalgarh], después de horas de persuasión, consiguió finalmente convencer a los asistentes de que no era el momento adecuado para aplicar este tipo de castigo. Al cabo, los asistentes aceptaron que se castigara a esas 13 personas a llevar una vestimenta identificativa y a que pidieran públicas disculpas. Las ejecuciones tuvieron lugar sólo después de que las víctimas hicieran continuo caso omiso de las reiteradas advertencias que les hicimos tanto nosotros como el pueblo de la región.

Las víctimas no sólo eran informadores de la policía: en la práctica estaban integrados en las fuerzas combinadas. No sólo acabamos con miembros del PCI-Marxista, también ejecutamos a miembros del Partido Jharkhand, por colaborar con las fuerzas combinadas y por unirse al Comité Gana Pratirodh [Resistencia Popular]; me gustaría agregar que no hay diferencia alguna entre los Salwa Judum [paramilitares organizados por el estado indio y los estados federales] y el Comité Gana Pratirodh.

Ejecutamos a los principales dirigentes del Comité. De los seis dirigentes principales del Comité Gana Pratirodh, tres eran del PCI-Marxista y tres del Partido Jharkhand. Aquí una vez más, los ejecutamos después de solicitarles reiteradamente que desistieran de crear ese Comité. No nos escucharon y no nos quedó otra alternativa.

La política de aniquilación de antaño y lo que hacemos ahora no son lo mismo. Junto con ejecuciones selectivas, también emprendemos otras formas de actuación: diferentes tipos de movimientos de masas, boicoteos colectivos contra reconocidos elementos antisociales y diversos trabajos de desarrollo.

De hecho, recientemente, en la aldea de Shankabanga [en Purbo Medhinipur], construimos un canal de siete kilómetros para el riego. Hemos hecho trabajos similares en muchas aldeas.

El PCI (Maoísta) había anunciado que extendería el movimiento a nuevas zonas tras las elecciones generales de este año. ¿Qué zonas se han identificado?

El norte de Bengala, las llanuras de Bihar, los distritos centrales de Orissa y Chhattisgarh oriental. Todas estas zonas son áreas atrasadas donde están tratando de penetrar diversas empresas multinacionales con las que los gobiernos estatales están firmando Memorandos de Entendimiento. La ubicación estratégica de estas zonas también nos ayudará en nuestros movimientos.

El movimiento en Orissa es uno de los más inminentes por nuestra parte, lo que facilitará una consolidación combinada de nuestros movimientos en los vecinos Estados de Jharkhand, Bengala Occidental y Andhra Pradesh, y colocará hasta 15 distritos bajo nuestro control.

Díganos algo sobre sus planes en Bengala Occidental.

Muy sencillo, establecer una zona liberada. Decidimos en 2007 que ésta [Jangalmahal] sería una zona de guerrilla. Desde entonces hemos avanzado mucho: ya hemos llegado a más de la mitad de la población de la región y la hemos concienciado políticamente. Sólo puedo decirle eso. Nuestro Politburó no nos permite divulgar los aspectos tácticos de nuestros programas.

¿Pero se produce un alistamiento generalizado en su movimiento procedente de esta región?

Claro que se produce; si no, ¿cómo habría de crecer el movimiento?

Hay informes de planes recientes de su Partido para tratar de asesinar al Primer ministro e incluso de asaltar el Palacio del gobierno del Estado de Bengala Occidental [edificio llamado en inglés Writers' Building]. ¿Qué puede comentarnos?

Los medios de comunicación necesitan noticias sensacionalistas y la policía necesita justificar sus pingües salarios. ¿Es realmente necesario que diga algo más? Como ya he dicho varias veces, ejecutar a Buddhadeb Bhattacharjee no fue mi decisión. Fue decisión del pueblo de Nandigram, del pueblo de Bengala Occidental, e incluso de sectores de la burguesía liberal.

La Ministra de Ferrocarriles, Mamata Banerjee, que en un primer momento mostró su apoyo al movimiento del PCPA [Comité Popular contra las Atrocidades de la Policía, en sus siglas en inglés], parece haberse distanciado de él. ¿Qué comentarios nos puede hacer?

Durante los últimos tres meses he estado pidiendo a Mamata Banerjee que clarifique su posición. Después de las elecciones generales su fortuna ha aumentado vertiginosamente, pero, ¿qué pasa con la fortuna del "Ma, Mati, Manush" [el slogan político de Mamata Banerjee, es decir, "Madre, Tierra y Pueblo"]? Su situación sigue siendo la misma. Lo que está haciendo Mamata Banerjee es consagrarse a la política oportunista.

Ahora que el Estado y la Federación central planean lanzar un ataque mucho más fuerte, ¿no cree Usted que su movimiento, tal como está hoy, pondrá en peligro las vidas de miles de aldeanos inocentes y apolíticos?

El Estado debería reflexionar sobre ello. Personas como Manmohan Singh, P. Chidambaram y Buddhababu son responsables de la situación, tal como está hoy en día. En última instancia, son los responsables del derramamiento de sangre. Nosotros todavía queremos la paz; es el Gobierno el que no la quiere.

¿Por lo tanto están Ustedes dispuestos a sentarse a dialogar con el Gobierno en aras de la paz?

Usted es, probablemente, la 210ª persona que me hace esa pregunta. Chidambaram y Buddhababu han dicho claramente que no habrá ningún diálogo; ya han dispuesto sus fuerzas para la guerra y, aún así, sigue habiendo personas de los medios de comunicación que insisten: "No quedará ninguno de Ustedes vivo". El objetivo no es otro que desanimar al pueblo llano. No entiendo por qué todos ustedes me preguntan continuamente lo mismo. Realmente no me es posible dar respuestas rutinarias a esas preguntas rutinarias. Yo estoy en un campo de batalla aquí.