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Anatoli V. Lunacharsky


La ética y estética de Chernyshevsky:

Una evaluación contemporánea

 



Escrito: En 1928.
Traducción: Luis Salvatierra, 2017.
Esta Edición: Marxists Internet Archive, octubre 2017.



 


La conexión entre la doctrina estética y ética de Chernyshevski y su personalidad generalmente la perfilan tanto sus amigos como enemigos, pero esto se hace incorrectamente, creo, porque generalmente no se pinta el retrato de Chernyshevski con suficiente claridad. Quizás no es difícil extraer sus características como persona del abundante material que tenemos a nuestra disposición en su correspondencia, memorias, diario; pero, hasta ahora, tal material ha sido usado de manera extremadamente insuficiente.

La imagen existente de Chernyshevsky es una de un hombre con convicciones firmes inusuales, un extremadamente fuerte intelecto, una amplia educación, una naturaleza corajuda y una personalidad extremadamente seria; ciertamente uno de los hombres sobresalientes de su época, pero al mismo tiempo un hombre con una forma de pensar prosaica, un nihilista, “un hombre malhumorado” como lo llamaba Herzen. La expresión que Turgenev usó cuando le hablaba: “Tú, Nikolai Gavrilovich, eres simplemente una culebra, mientras Dobrolyubov es una cobra”, muestra que hasta Turgenev le consideraba una persona muy sabia, inteligente y astuta. Sea como fuere, para cualquiera que le conociese de segunda mano o tuviese un conocimiento superficial de Chernyshevsky, él aparecería ser alguien relativamente seco para quien el idealismo era bastante ajeno.

Nosotros generalmente solíamos confundir el idealismo teórico o filosófico con idealismo práctico; quizás todavía lo hacemos. Por ejemplo, el bien conocido poeta Tretyakov proclamó solamente recientemente que era necesario declarar la guerra sobre lo dramático y poner todo su esfuerzo en “lo práctico”; y verdaderamente estamos frecuentemente inclinados a considerar a Chernyshevsky como una persona práctica, un hombre sin patetismo, un hombre que reaccionó a lo estético tan irónicamente como Bazarov reaccionó a las frases bellas –en resumen, una naturaleza esencialmente práctica, racional.

Es de ahí que la gente concluye su falta de talento como un escritor de ficción.. Dicen que no cabe duda que ¿Qué hacer? Es un gran trabajo de su tipo que causó un tremendo revuelo y fue, para su tiempo, una estrella señera para muchos; pero si se juzga desde un punto de vista estrictamente artístico, le falta cierta fantasía y lirismo –precisamente aquellos elementos que faltarían en alguien que, aunque sea muy culto y respetado, hasta grandioso en su propia manera, es al mismo tiempo una persona prosaica. Parece ser que a él se le debería haber dado el mismo consejo que Apolo le dio a Sócrates, una persona de naturaleza sobradamente intelectual y racional, no mucho antes de su muerte: Apolo aconseja a Sócrates a hacer música.

Esta música suavizante, armónica con su mezcla de intuición y romanticismo era evidentemente completamente ausente en Chernyshevsky. Sin duda, aquellos que apuntan a “lo práctico” se emborrachan en este “realismo” de Chernyshevsky y deben quedar extremadamente impresionados por tal imagen enjuta que tiene. Puede que se considere que esta sequedad de corazón, esta “intelectualidad” abrumadora llevó a Chernyshevsky a pensar que en realidad solamente el egoísmo existe; que una persona solamente tiene una posibilidad racional, desde un punto de vista egoísta, la manera de comportamiento; y que no hubo, no podría haber una forma de ética diferente a la ética del racionalismo egoísta. Hosco y racionalista. Aquellas cantidades desconocidas, el inconsciente –todo se escapa sin que Chernyshevsky lo note. Se hace fácil llegar a la conclusión que el autor de tal teoría, Chernyshevsky, fue una persona demasiado racionalista que poseía una naturaleza exclusivamente intelectual.

¿Cuál es la idea principal del tratado de Chernyshevsky The Aesthetic Relationship of Art to Reality (La relación estética del arte a la realidad)? Se trata de una refutación de la estética como tal que llegaba a tanto que hasta Pisarev sintió que Chernyshevski, al enfrentarse a fenómeno tan sutil como el arte y la estética tan rudamente, había conseguido sofocarlas para el bien de todos, en la opinión de Pisarev. Es verdad que Plekhanov se empeñó en mostrar que nada de aquello había sucedido, que el tratado de Chernyshevsky era un trabajo científico serio y exhaustivo. Pero el solamente proponer el punto –la sospecha que el arte es relativamente impráctico, el tratar de probar que la realidad como tal es más perfecta que cualquier sueño o cualquier creación artística- todo esto, por supuesto, forzó a los liberales que rodeaban a Chernyshevsky a identificarlo como un monstruo anti estético y un tipo extremadamente práctico y seco.

Fue Plekhanov el que pintó el retrato más brillante de Chernyshevsky, de todas las facetas de su personalidad inusualmente rica. Los volúmenes cinco y seis de las obras de Plekhanov son los volúmenes más brillantes dedicados a Chernyshevsky. Pero la tesis principal de Plekhanov –hasta puedo decir que la línea básica de aproximación en su interpretación de Chernyshevsky- es cercana a retratar a Chernyshevsky como una persona hosca, un nihilista, un Bazarov.

Chernyshevsky, el educador, el hombre que del tipo del siglo diecinueve esclarece –esta es la tesis principal de Plekhanov en su retrato. Los esclarecedores del siglo diecinueve eran, como es bien conocido, intelectuales por excelencia, gente para quienes la metodología racional se mantuvo suprema, gente que estaba bastante imposibilitada para apreciar lo instintivo y el subconsciente; en vez de aproximarse al fenómeno desde un punto de vista histórico, o como dijo Marx, dialéctico, propusieron sus preguntas desde una posición lógica, de sentido común, de las exigencias del intelecto.

¿En qué basa Plekhanov sus acusaciones contra Chernyshevsky? Principalmente, obviamente (y aquí Plekhanov está absolutamente correcto), las basa en la visión de mundo de Chernyshevsky, en las características básicas de su filosofía, por sobre todo en su filosofía social. No cabe duda que Plekhanov establece que Chernyshevsky fue un materialista incondicional e inquebrantable, un seguidor de Feuerbach, y eso, como muchos hombres de ese tipo, cesó de ser materialista tan pronto como se puso a resolver problemas sociales. Su imagen del mundo y de la humanidad era materialista; como fuese, solamente reconoció la materia con sus características y evolución. A pesar de ello, como dijo Plekhanov, consideró que el mundo estaba controlado por opiniones. Quiere decir, ya entendidas las leyes que gobiernan la naturaleza y la humanidad, usted puede imponer su deseo racional sobre este mundo. Este también fue el entendimiento de figuras sobresalientes de la revolución francesa; ya entendida la naturaleza como la combinación natural de la fuerza y la materia, entonces usted no solamente llega a conocerla, sino presentar la orden de cosas existentes al tribunal de la razón, rechazando todo lo que la razón nombra como basura sin valor, y manteniendo todo lo que encuentra ventajoso para la gente. Todo el problema recae en el conocimiento, juicio y del darse cuenta de un plan racional. Tal concepto de cómo se desarrolla la sociedad y los medios resultantes para su transformación se encuentran en la realización de un plan racionalmente establecido cuya fuerza está en su poder de convicción, su racionalidad –esta es obviamente una aproximación idealista.

Los materialistas pre-marxistas, por tanto, caen en el idealismo cuando tratan de abordar problemas sociales. Como ellos tratan de enfocar los problemas sociológicos, históricos, económicos y políticos desde este punto de vista idealista, son racionalistas y esclarecedores, gente que considera que las ideas son la fuerza motriz tras el proceso de desarrollo histórico. Es desde esta idea exagerada sobre la importancia de los ideólogos que la idea nace inevitablemente.

Un hombre inteligente, educado y crítico es el que lleva esta idea. Una idea es la fuerza que transforma el mundo. Entonces, se deduce que es precisamente esta persona racional la que transforma el mundo y guía el curso de los acontecimientos. El factor más importante en este ser racional es su intelecto. El resto –los sentimientos, etc.- se pierde en el segundo plano.

En su definición de Chernyshevsky como un esclarecido, Plekhanov no dice él mismo que es un intelectual. No se acopla a la gente que pintan el retrato de una persona fría en los que su vida está gobernada completamente por su cerebro y sus convicciones (mucha de esta gente, debo agregar, respeta a Chernyshevsky). Pero como la acusación que Chernyshevsky sobrevaluó la importancia de las ideas y exageró la importancia de los intelectuales y sus intelectos, antes y después de Plekhanov, recibieron el apoyo de la crítica en cuanto a su imagen estrecha de Chernyshevsky, se puede decir que Plekhanov ayudó a establecer tal representación.

Yo deseo restaurar la imagen del Chernyshevsky real como una persona en demasía emocional con una naturaleza sensible: se le puede llamar un hombre de corazón. Fue un hombre de grandes pasiones y una gran vida real, fervientemente enamorado de la vida y con los acontecimientos reales de una existencia personal y hasta íntima. Es precisamente esta la imagen de Chernyshevsky que deseo recrear, porque en los hechos su ética y estética no brota ni de su intelectualidad ni de su unilateralidad, sino de sus emociones poderosamente apasionadas y de su multilateralidad, de su realismo que solamente se puede interpretar como un amor por la vida, como una manifestación de la colosal fuerza vital de Chernyshevsky. Si puedo tener éxito al recrear estas calidades, entonces el retrato de Chernyshevsky se verá diferente y, quizás, tendrá que ser evaluado desde un comienzo.

El primer volumen de la herencia literaria de Chernyshevsky se publicó recientemente. Su diario, que cubre sus años de hombre joven, es una de las muchas secciones de este volumen. La mejor sección de este diario maravilloso, que es capaz de inspirar a todos los que lo leen con un tremendo amor por el hombre, es la última parte que el mismo Chernyshevsky llama: “El diario de mis relaciones con la chica que ahora es mi felicidad”. Todas las conversaciones que tuvo con su novia están anotadas aquí con detalle extraordinario. Cuando leemos de las dos páginas siguientes de su diario, estamos escuchando a Chernyshevsky mismo en un momento importante de su vida y al momento podemos apreciar el ritmo en que vivió y la música que le era inherente como individuo. Está muy lejano del retrato que los latifundistas liberales pintaron de él; un retrato que más tarde sería repetido por Volynsky y otros idealistas en una época cuando la gente estaba empezando a censurar a Chernyshevsky y a verse desilusionados de él. El método usado es bastante interesante; se hace interesante ver la agitación y la precisión en que este profesor de escuela de veintiséis años, al prepararse para la actividad revolucionaria y literaria, anota sus conversaciones con su futura esposa.

“Tras el té, nos sentamos –ella en la ventana y yo al otro lado de la mesa- el lado largo, por lo que había una esquina de la mesa entre nosotros. Eran las 5:30. Le di una mirada rápida por un momento o dos, y ella no me sacó los ojos de encima. “No tengo el derecho a decir lo que diré, pero lo diré de todas maneras a pesar que te puedas reír de mí: te quieres casar porque las relaciones en casa están tensas.

“Sí, es cierto. Cuando era joven era feliz y no deseaba hacer nada; pero ahora que puedo entender cómo me ven en casa, mi vida ha llegado a ser miserable. Y si estoy feliz, mi felicidad es más bien forzada que genuina.

“Me es bastante imposible contestarte como lo debería hacer. (Continuaré mañana a las 11 pm., debo ira donde Stephany a examinarme mi pecho.)

“Dime, ¿tienes pretendientes?

“Sí, dos.

“¿Pero son malas personas? ¿Qué pasa con Lindgren? (Pronuncié su nombre como para que estuviese diciendo: de estos dos ciertamente no le considerarías a él.)

“No. (En un tono que diría ¿Cómo podría?)

“¿Qué pasa con Yakolev? No es un mal muchacho, ¿o sí?

“Es esa la razón por la que no puedo casarme con él. Es un viejo conocido de papá. En camino a Kiev pasamos a Kharkov (a ver un tío u otro pariente –no puedo recordar a quién mencionó). Allí uno de los terratenientes –uno bastante rico, 150 siervos, pero un hombre viejo –pidió mi mano y le dije que no podía hacerlo sin el consentimiento de papá y que a pesar de su consentimiento, aún así no me casaría con él. ¿Cómo puede alguien tomar una decisión que arruinaría la juventud de uno?

“Escucha lo que te tengo que decir con toda sinceridad. No puedo vivir aquí en Saratov, porque nunca ganaré el suficiente dinero que necesito. Aquí no hay futuro para mí. Tendré que ir a San Petersburgo. Pero eso no es ni parte de ello. No me puedo casar aquí, porque acá nunca podré lograr independencia y crear un hogar y una familia tal como me gustaría. Es verdad, mi madre me ama mucho y amará aún más a mi esposa.

“(Continuado el 21 de febrero, 7 am. antes de ir a ver a Stephany.)

“Tal como las cosas van en casa, ciertamente que no me puedo quedar aquí. Por esta razón, soy un extraño en casa; quedo fuera de todos los asuntos de familia y todo lo que hago ahí es divertirme con mamá. Por tanto, debo ir a San Petersburgo. Cuando esté allí debo estar extremadamente ocupado y trabajar arduamente para asentarme bien. Cuando llegue allá no tendré nada: ¿cómo me será posible llegar casado? Sería cruel y despreciable si uno mi vida a la de alguien más, especialmente cuando no estoy seguro cuánto se me ha dado de vida y libertad. Mi forma de pensar es tal que puedo esperar que la policía venga a buscarme en cualquier día para llevarme a San Petersburgo y ponerme en prisión, sólo Dios sabe por cuánto. Estoy diciendo cosas en la clase y haciendo cosas allí que puedo terminar en trabajos forzados.

“Sí, así he escuchado.

“Y no puedo cambiar mi forma de pensar, quizás me calmaré con el tiempo, pero lo dudo.

“¿Por qué? ¿Realmente piensas que no puedes cambiar?

“No puedo cambiar mi forma de pensar porque es parte de mi naturaleza, que ha llegado a desilusionarse y estar insatisfecha con todo lo que me rodea. Ahora no sé si en cuanto a esto alguna vez me calmaré. De cualquier forma, hasta ahora, esta tendencia va solamente en aumento, poniéndose más y más aguda y jugando un mayor y más grande papel en mi vida. Y también espero que la policía aparezca en cualquier minuto, tal como un monje devoto espera el día del juicio. Aparte de esto, habrá un levantamiento luego en el que por cierto participaré.

“Esto pareció una idea tan extraña e improbable que ella estuvo cerca de reventar en carcajadas.

“¿Qué quieres decir? ¿Cómo?

“¿Has pensado esto del todo?

“No.

“Es inevitable. El descontento de la gente con el gobierno, los impuestos, los burócratas y los terratenientes está aumentando. Solamente se necesita una chispa para prender todo. La cantidad de gente de los círculos educados que están en contra del orden actual de las cosas también crece; la chispa que comenzará el fuego también está lista. Solamente una cosa es incierta -¿cuándo comenzará? Quizás dentro de diez años, pero creo que será más pronto. Y si comienza, no me podré restringir a pesar de mi cobardía. Tomaré parte en ella.

“¿Y Kostomarov también?

“No creo –él es de pensamiento demasiado noble y demasiado poético; la matanza y la mugre le asustará. No me asusta la mugre ni los campesinos borrachos blandiendo garrotes ni de la matanza.

“¡Tampoco yo! (Mi dios, ¡si solamente se diera cuenta de la importancia de lo que dice!)

“¿Pero cuál será el resultado de todo esto? Trabajos forzados o la horca. ¿Ves ahora por qué me es imposible enlazar la vida de alguien a mi vida? (De su expresión pude ver que estaba encontrando que esta conversación era aburrida.) Ves –ya estás aburrida por todas estas discusiones- pero seguiré por años porque no hay nada más de lo que pueda hablar. Ya es suficiente que la vida de mamá esté ligada a la mía –y ella nunca sobrevivirá tales acontecimientos. ¿Y qué pasará con la esposa de tal hombre? Déjame darte un ejemplo. ¿Recuerdas el nombre Iskander?

“Si.

“El fue una persona muy rica que se casó por amor con la niña con la que había crecido. Después de algún tiempo, la policía llegó y se lo llevó y pasó un año en prisión. Su esposa estaba embarazada (por favor excúsame tales detalles), y como estaba tan asustada, ella dio a luz un hijo que estaba sordo y mudo. Su salud quedó permanentemente devastada. Finalmente lo soltaron y le dejaron abandonar Rusia. Para él la excusa fue que su esposa estaba enferma (en verdad ella tenía que sanarse) y su hijo necesitaba tratamiento. El se avecinó en alguna parte del imperio sardo. Repentinamente, Luis Napoleón, ahora el emperador Napoleón, deseando ofrecer a Nicolás I un servicio, le prendió y mandó de regreso a Rusia. Su esposa, que estaba viviendo en alguna parte de Ostend o Dieppe, escuchó de esto y cayó muerta. Esto es lo que le pasa a las niñas que se casan con este tipo de gente. No digo que yo sea igual a Iskender –en intelecto, por ejemplo- pero mi forma de pensar es tan intransigente como la suya y debo esperar un destino parecido”.

Este es el autorretrato del joven Chernyshevsky. El desea casarse con ella, tal como lo describe en otro lado: “Si dejo pasar esta oportunidad, no tendré vida personal, sin felicidad personal, y a pesar de ello he sido creado para una vida para una vida personal y una familia...” etc. A pesar de su deseo apasionado de felicidad personal, puede decir: no siento miedo ni de la sangre ni de la prisión y me es imposible retirarme de la revolución.

Esta ya es una imagen muy poco posible de él como la persona seca que se nos da continuamente.

Sin duda la fuente vital de sus ideas estéticas es su fuerza interna. En sus largos ensayos sobre estética, define su enfoque al tema de esta manera: “En realidad, ¿qué es belleza?... el sentimiento que la belleza evoca en nosotros es la felicidad radiante, tal como lo sentimos en presencia de alguien querido. Amamos sin egoísmo a la belleza; nos deleitamos en ella y nos llena de felicidad tal como lo hace una amada. Por tanto, la belleza posee algo que es profundamente envolvente, algo capaz de incorporar las formas más variadas, algo de una naturaleza extremadamente general porque la belleza se nos aparece en objetos extremadamente variados, en cosas que son muy diferentes unas de otras.

“El fenómeno más querido del hombre es, en general, la vida: sobre todo, el hombre ama la vida que más desearía llevar, tras esto, ama casi toda clase de vida porque es mejor vivir que no vivir. Por esta mera naturaleza, todo lo vivo se aterroriza con el pensamiento de la muerte, de la no-existencia, y por tanto ama la vida. Y parece que la definición: ‘belleza es vida’ –esto es, ‘la persona en la que podemos ver la vida como debería ser, como la entendemos; el objeto en el que se manifiesta la vida o que nos recuerda que la vida es bella- esta definición, parece, puede explicar satisfactoriamente todas aquellas ocasiones cuando la emoción de la belleza se evoca en nosotros”

Como se puede ver, estas son, sin duda, líneas poéticas. Nótese de dónde saca sus analogías –de la esfera de la vida del corazón, del amor y el sexo, pero en el significado más alto posible de la palabra. Para decir que la vida es lo más apreciado que nada para él; que más que nada quiere que su vida se desarrolle armoniosamente y alcance su madurez; que donde la vida se está desarrollando armoniosamente se puede encontrar belleza y felicidad radiante –para expresarlo todo, él dice: Es lo mismo que encontrarse con una enamorada. Esos pasajes cambian completamente la imagen común de Chernyshevsky como un raznochinets. Ascético. Lo que nos impresiona en Chernyshevsky es una sed insaciable por la vida, una aceptación de la vida más real y genuina.

Las cartas de Chernyshevsky a Nekrasov se publicaron recientemente. Hay una página en su correspondencia que es en efecto notable. Hasta yo, que amo a Chernyshevsky y que lo he estudiado desde mi juventud, la encontré inesperada. Nekrasov escribió una carta autocompasiva a Chernyshevsky. No sabemos de su contenido, pero queda claro de la respuesta que se había cansado de la vida, que todo le aburría y que estaba considerando si la muerte no era en verdad mejor. Estas son las líneas líricas que Chernyshevsky le escribió en respuesta: “Por favor no piense que en mi evaluación me dejo llevar por su tendencia –una buena tendencia no reemplaza a un talento débil. Lo sé como cualquier otro- además no soy un defensor total de esta tendencia; solamente parezco uno porque soy persona de opiniones extremas que algunas veces tengo que defender ante gente que no tiene ninguna opinión de nada. Pero yo mismo sé por experiencia que las convicciones no lo son todo en la vida; el corazón tiene sus necesidades también y la vida del corazón para nosotros significa una gran pena o una felicidad real. Esto también lo sé por experiencia mejor que nadie. Es solamente cuando nuestros corazones están en descanso de la pena o de la felicidad que las convicciones pueden ocupar nuestras mentes. Hasta diría que, para mí, mis propios asuntos son más importantes que los problemas de importancia mundial; la gente no se dispara a sí mismo ni se convierten en borrachos por los problemas mundiales. Esta ha sido mi propia experiencia, y se que la poesía del corazón tiene sus derechos tal como la poesía de la mente, y encuentro la primera más atractiva que la segunda. Esto explica, por ejemplo, por qué estoy más impresionado por su teatro que está libre de cualquier tendencia que de sus obras con una tendencia. Cuando de la confusión de la melancolía…, Desde mucho despreciada por ti…, Estuve en tu tumba…, Oh, pasión fatal, fútil…, y sigue, por seguro me hace llorar –algo que ninguna tendencia puede hacer. Si puedo ser franco acerca de mí mismo, es para hacerles saber que yo (personalmente) de ninguna manera entiendo a la poesía meramente des de un punto de vista político. Por el contrario, la política fuerza su ingreso a mi corazón –un corazón que no vive para nada de la política, o que por lo menos no tiene deseo de vivir de la política.

¿Qué quiere decir esto? ¿Puede que sea una retracción de parte de Chernyshevsky? ¿Habremos quizás tocado la parte débil de su corazón? ¿Le habremos tomado por un revolucionario heroico mientras todo el tiempo él ciertamente deseaba dejar la política completamente abandonada? No, la evaluación de Chernyshevsky aquí es, ciertamente, una correcta y racional.

¿Cuál era le esencia de la política de Chernyshevsky a la que dedicó toda su vida? Se trataba de la abolición de la servidumbre, la autocracia, el sistema burgués y suma y sigue. ¿Por qué deseó la abolición de todas estas cosas tan apasionadamente? Porque le permitiría a la gente vivir una vida real del corazón, vivir una existencia culta con su riqueza de experiencias. El objetivo de la lucha política es el establecimiento de una existencia humana feliz. Sin ese objetivo, ¿cuál sería el propósito de la política? Es la necesidad la que nos hace participar en la política. Si cada uno de nosotros pensáramos solamente en su propio bienestar personal y por tanto disminuyera la energía que cada uno pone en la lucha general, estaríamos derrotados. Pero esto no significa que un revolucionario genuino es aquel que está apasionadamente enamorado de la política –un jugador de ajedrez o de cartas está apasionadamente atado a su juego- y debe considerarla el objetivo de todo el mundo. Por supuesto que no. La actividad política de un revolucionario es oportuna y sirve para conducir a la humanidad para salir de este océano de males hacia la felicidad, prosperidad y existencia racional. Por tanto, Chernyshevsky tiene el derecho de decir que hemos aprendido de esta carta que muestra qué tan apasionada sed tenía por la felicidad y lo rica y saludable era la personalidad que poseía. Se hace claro que sus reglas de conducta nacían precisamente de esta fuerza vital.

Chernyshevsky escribe, incidentalmente: “Sé de mi propia experiencia que alguien puede llegar a ser un borracho como resultado de las calamidades de la vida”. ¿Le pasó algo de este tipo a él? Si, le pasó, y se encuentra en estas exactas cartas a Nekrasov. Es muy admirable ver una característica tan tierna en una personalidad tan fuerte. Esto es lo que escribe en otra carta:

Lessing y yo no hemos tenido el tiempo suficiente para recopilar Foreign News –lo que quiere decir que podría haber tiempo suficiente si fuéramos calmados; pero si solamente supiera lo que hemos vivido en estas pasadas seis semanas, se asombraría que pueda escribir solamente algo en este momento. Solamente diría esto: Mientras más vivo, más me convenzo que, a pesar de que la gente está llena de irracionalidades y estupideces, existe sin embargo más bien que mal en ellas. Para aliviar nuestros temores le dirá que estos disgustos no nacieron de la literatura y no le importan a nadie más que a mí mismo. He llegado a estar más convencido que todas las instituciones actuales son estúpidas y dañinas a pesar de lo maravillosas que puedan parecer: amor, amistad, enemistad –si esto no es un completo sinsentido, entonces lleva a un completo sinsentido. Si, el hombre, de todas maneras, es una criatura buena y noble; es imposible no respetar ni amar a la gente, a al menos a mucha gente”.

¿Qué clase de experiencias fueron estas de las que se formó la impresión que todo era estúpido y absurdo, pero que a fin de cuentas reforzó su fe en la humanidad aún más? Aquí hay algunas líneas íntimas que nuevamente muestran cómo Chernyshevsky es una poco usual luz tierna:

“Usted quizás recuerda que amo a mi esposa y que el nacimiento del primero de nuestros hijos estuvo acompañado de muchas complicaciones, incluyendo la pérdida de la leche, etc. Los doctores dijeron que esto podría pasar nuevamente si ella daba luz a un segundo niño y que podría resultar en una muerte. Entonces decidí quedarme satisfecho con un solo retoño, pero resultó que por nuestros pecados y en contra de mi voluntad, se venía otro bebé. No se puede imaginar lo atormentado por la duda que yo estaba si este acontecimiento estúpido tendría un fin feliz. Septiembre fue el último mes en que pude retener calma alguna; pero desde octubre en adelante la depresión y la ansiedad mental completamente confundieron mis pensamientos. Cuatro meses pasaron de esta manera; escribí lo que pude, pero esto fue muy poco –y semana tras semana no pude coordinar más de dos palabras; me emborraché dos veces, algo que no acostumbro hacer para nada. Solamente en los días recientemente pasados cuando todo ha resultado bien y mi esposa ha comenzado a caminar que he vuelto a ser como una persona nuevamente. Pero antes que eso tanto mi mente y alma eran en un estado horrible. Lo bueno es que este estúpido asunto ya pasó.

Aquí está su “persona prosaica” y “egoísta”, su naturaleza apasionada le empuja hacia los brazos de su esposa joven y bella. El sabe que su intimidad puede matarla y, cuando parece que quizás la ha matado, él pierde su cordura; pierde su control sobre todo; y el creer que él mismo ha matado esta persona tan querida por él, que le ha sacrificado por su propia pasión, toma superioridad sobre todo el resto. Pero al recuperarse de su conmoción se le recuerda de sus muchas palabras que fueron dichas aquí mismo, muchas emociones sentidas; y dice: “¡Qué maravilloso ser es el hombre!”

Me gustaría mostrarles, además, su actitud personal a la poesía. Veremos más tarde, cuando analice sus puntos de vista estéticas, que para Plekhanov, la actitud de Chernyshevsky hacia la poesía es intelectual, que él juzga según el grado de moralización que contiene. Pero ya hemos visto que esto no es así; hemos visto que él reaccionó cálidamente a las obras líricas que mostraban emociones humanas. (Por otra parte, esto no significa que dejó pasar con indiferencia, digamos, la lírica de Nekrasov porque eran de una naturaleza social; por el contrario, esas líricas le movían tremendamente.) Así es como Chernyshevsky, arrinconado como bestia salvaje, su razón desvaneciéndose de la completa inactividad, escribió a Pypin de los helados desiertos de Liberia al escuchar que Nekrasov estaba muriendo:

“Si, cuando reciba mi carta, Nekrassov respira aún, dígale que le amo cálidamente como persona, que le agradezco su actitud hacia mí y que le abrazo: dígale que estoy convencido que su fama no morirá nunca, que el amor que Rusia le tiene, el más grande de los genios de todos los poetas, será duradero. Lloro por él…”

Nekrasov todavía respiraba y las palabras de Chernyshevsky leídas por Pypin le trajeron una gran felicidad y le conmovieron profundamente.

Como pueden ver –también nació del corazón.

He aquí Krasnov, secretario de Chernyshevsky, describe cómo Chernyshevsky solía leer a Nekrasov en Liberia:

“Nikolai Gavrilovich me pidió escuchar Un caballero por una hora. Su manera livianamente interminable de lectura, con sus énfasis lógicos, me provocó gran impresión; completamente absorto me di cuenta que la voz de Nikolai Gavrilovich se ponía más y más resonante. Leyó ‘la subida al campanario’ como si él mismo lo estuviese viviendo. En una voz ronca, quebrada, leyó el último verso en una auto-súplica del poeta al pensar de su madre. Repentinamente, Nikolai Gavrilovich ya no se pudo contener y rompió en sollozos y siguió leyendo el poema. Yo no tuve corazón para decirle que parara porque yo también estaba profundamente emocionado. Olga Sokratovna interrumpió esta escena tan cargada de emoción al decir:

“Le es dañino”.

“’Esta bien, estimada, está bien’ y en un tiempo corto nos pusimos a trabajar.”

Parece que la poesía inspiraba todo en Chernyshevsky menos “las frías observaciones de la mente”, o los cálculos basados puramente en la cantidad de nuevo conocimiento contenido en el trabajo. Nikolai Gavrilovich era el más suave y sensible de los lectores en cuya alma rica y noble el llamado de la poesía resonaba con fervor intenso. Esto es por qué se hace difícil creer que cargaba su estética, su teoría del arte, con ese intelectualismo seco del que no solamente los idealistas como Volinsky, sino también, hasta cierto punto, Plekhanov, le acusan. Más tarde hablaremos de estas acusaciones en detalle.

Ustedes saben que Chernyshevsky estaba extremadamente bien dispuesto hacia Dobrolyubov y que los dos se apreciaban mucho. Para concluir esta parte de mi charla, citaré otros dos extractos. El primero –del libro de Cheshikhin-Vetrinsky- que describe la forma en que la gente reaccionaba a Chernyshevsky. El segundo, lo que Chernyshevsky dijo sobre Dobrolyubov, que se puede aplicar completamente al mismo Chernyshevsky y que, los amigos y admiradores de Chernyshevsky, podemos usar para responder a quienquiera que se atreva todavía aún a acusarle de trivialidad descorazonada, nihilismo, egoísmo, etc.

Esto es lo que escribe Cheshikhin-Vetrinsky:

“Dos características básicas recorren por los primeros años de Chernyshevsky y los posteriores de su vida; estas dos características detienen la atención del estudiante.

“Primero, él tiene un corazón natural y desacostumbradamente dulce y compasivo que encanta a todos quienes le rodean.

“En su juventud era un ‘angel en carne y hueso’; siendo adolescente estaba rodeado por la adoración a quienes se podía ganar con sus juegos. Sus compañeros de estudio simplemente lo adoraban, no solamente por la sorprendente calidad de su genio estudiantil, sino también por el encanto de su carácter y gentil naturaleza. Como hombre joven, se le veía como alguien ‘que fue hecho para que se le confiara todo’. Los jóvenes se le pegaban como ‘perritos’, como uno de ellos confesó; y sus pupilos de escuela secundaria recordarán con lágrimas en sus ojos por el resto de sus vidas. El joven Lobodovsky, y muchos años más tarde el poeta Nekrasov, desilusionados y sufriendo un dolor penetrante, le compararon con Cristo. Esto era, en aquellos días, la más alta alabanza posible.

“Aquellos que le conocieron en años posteriores también le recordarán con adoración –mucho después de su muerte, uno de ellos dirá, recordando su separación forzada: La herida aún no ha sanado”.

“’El, aquel que lo ha conocido nunca olvidará; sufrirá un dolor tormentoso,’ –uno de sus amigos en el exilio (Shaganov) citó estas líneas de Nekrasov sobre él. Pero más notable es la forma en que podía encantar a la gente simple –una habilidad que debió haber desarrollado en sus años tempranos porque, hablando en general, es solamente extraño que la habilidad de la intimidad sociable crezca con los años. El Sr. Nikolayev, quien fue testigo del efecto calmante de las palabras de Chernyshevsky ante una turba de polacos, ineducados y extremadamente reaccionarios, que se apandillaron en la prisión en contra de los socialistas, sus compañeros de cárcel, cuenta una historia asombrosa. Les vio ‘llorar’ cuando ‘Pan Chernyshevsky’ llegó al final de su discurso, simple pero sentido”.

A esto se le puede agregar lo que ya he dicho; caracteriza completamente a esta persona que era bastante excepcional en lo atractivo de su naturaleza. Este encanto se originaba en su fuerza vital poderosa y la extraordinaria simpatía que se extendía a todo –excepto, por supuesto, aquello que era un mal y que impedía el desarrollo de la vida.

Chernyshevsky terminó su primer artículo sobre la muerte de Dobrolyubov con las palabras siguientes:

“Estimados señores, ustedes han llamado a nuestro amigo un hombre sin alma ni corazón. Ahora tengo el honor de dirigirme a ustedes en mi propio nombre y el nombre de todos los que lean estas páginas, incluidos ustedes, y ustedes se repetirán a sí mismos lo que estoy por decirles –Ahora tengo el honor de llamarles simplones aburridos. Les desafío a presentarse, ustedes aburridos indignos, a que apoyen sus opiniones pasadas, les desafío… ¡ustedes están asustados! Les veo retirarse.” Nosotros podríamos repetir las mismas palabras a todos los liberales, estetas o idealistas que dicen: “Ah si, Chernyshevsky – los raznochinets, el primer seminarista demócrata de quien Tolsotoy escribió ‘huele a chinches’; aseguro que este hombre está completamente vacío de poesía, un pedante seco imposible en quien no hay nada que le toque el corazón, un tipo de Bazarov en un hábito de seminarista cosido torpemente”. El materialismo de Chernyshevsky también viene de su inusualmente apasionada y fuerte naturaleza. Ahora vivimos en una atmósfera diferente; muchos conceptos han cambiado completamente, pero no hace mucho tiempo que la idea general del materialista era la misma que la retratada en una imagen de Mayakovsky llamada El materialista y el idealista, que está en la Galería de Arte Tetyakov. Al materialista se le retrata como un cocinero gordo con una poco acostumbrada enorme barriga (por lo que se hace inmediatamente obvio que es un materialista –vive para su barriga); tiene un cuello grueso y es corto de vista, con lentes sobre su nariz (por supuesto que es una alegoría); su expresión es una de escepticismo auto-suficiente. Está escuchando enojado y su desacuerdo con lo que el idealista de aspecto cursi le tiene que decir es obvio. El segundo es un hombre delgado que podría volar por los aires con la facilidad de una pluma; sus ropas están rasgadas y deterioradas, su cuello era tal que se le podría estrangular con dos dedos; su pelo está desordenado (la preocupación mental le impide peinarse); tiene una mirada perdida en sus ojos y un brillo rosado difuso de soñador en su cara. Quizás un idealista mostrado así no es de su gusto, pero por lo menos es mejor que el cocinero con sobrepeso. Esta imagen de que el materialista es un hombre relativamente estúpido en quien los horizontes son relativamente limitados, que valora solamente lo material y que el idealista es un individuo inspirado, que vive en otros mundos, que está lleno de imágenes brillantes e intangibles y música maravillosa –estas imágenes se repiten una y otra vez y han logrado cobrar una cierta fuerza en el conflicto de las dos filosofías. En verdad, el idealista es una persona superficial, y su Weltanschauung [visión del mundo] es idealista y superficial –hasta nebulosa.

Al idealista no le gusta la realidad y no puede aceptarla.

Es verdad, hay ocasionasen que la realidad es detestable cuando se transforma en algo como una cara de piedra que mira por ojos despiadados. El llegar a aceptar tal realidad es aceptar la vileza de la vida.

Los militantes materialistas, por otra parte, aceptan y aman la realidad, y la entienden como la materia prima de sus luchas y de su actividad creadora. El idealista no puede ver este factor creativo –y esto nace no simplemente de lo superficial de su naturaleza; no porque Ivan Ivanovich tiene un carácter más fuerte y como resultado puede llegar a ser un materialista, mientras Pyotr Petrovich tiene un estómago débil y músculos flojos, y consecuentemente tiembla ante la visión de la realidad. No, la razón de ello descansa mucho más hondo: las clases, los grupos, los individuos que se hayan marginados de la vida, que no pueden llegar a aceptar la vida porque no han recibido nada de ella excepto disgustos –a pesar hacia el exterior han logrado el peldaño más alto de la escala social, sus nervios y estómago están en tirillas y están separados de la vida, bastante incapaces de gozarla- estas clases, grupos e individuos se expulsan de las costas de la realidad hacia la esfera de lo imaginario, un mundo de sueños superficial y nebuloso que empieza, para ellos, a tomar el lugar de la vida. Esto lo pueden encontrar maravilloso. ¿Les damos por muertos –qué son ellos para nosotros? Déjenles envenenarse de la manera que quieran. Y ellos están creando una filosofía, una seudo ciencia y una forma de arte que generalmente es una negación de la vida.

Nuestro contemporáneo Eichenbaum, el académico de la literatura y las bellas artes, dijo estas notables palabras:

“¿Qué les hace pensar que el arte está enlazado con la vida? Quizás está más bien ligado con la muerte”. Eichenbaum piensa que la muerte tiene una mayor calidad poética que la vida, porque evidentemente él es una persona superficial, a la que le falta estabilidad y principios firmes; esta es por lo que le gusta todo lo de una naturaleza calmante, adormecedora, todo lo que es ajeno a lo utilitario, todo lo que es bello en ello mismo. Chernyshevsky entendió asegura que solamente la forma tiene valor en el arte, que el arte es ilusorio y se le debe valorar precisamente por su naturaleza ilusoria. Pero Chernyshevsky mismo no era como esto. Se puede decir que un materialista como Chernyshevsky es alguien apasionado con cada célula y fibra de su ser, enamorado de la naturaleza, con la realidad, con la vida. A pesar de esto, no significa que acepte la vida incondicionalmente. Por el contrario, fue porque él amaba la vida y su desarrollo, amó todo lo que era positivo en la vida, que él vio que la vida en la naturaleza y especialmente en la sociedad, estaba establecida en condiciones anormales. Fue a nombre de su amor por la vida que aumentó su odio por todo lo que significaba su retrazo y que aceptó la lucha y todo el sufrimiento que la acompaña porque podía vislumbrar la victoria futura. La victoria era la transformación de la realidad misma, la eliminación de cada impureza, de todo lo que es absurdo, monstruoso, risible o viciado.

Como ya se ha indicado, Chernyshevsky estaba constantemente deduciendo una analogía entre el amor por la vida y el amor sexual; pero esto no significa que era algo dentro de la naturaleza de lo freudiano. El significado de la analogía es como sigue: el amor de una persona por el cuerpo de otra persona, el deseo de posesión y por el deleite –todos estos sentimientos están ligados de manera fundamental con la verdadera riqueza de la vida, con su fuerza real; es la felicidad de la vida tan característica de los representantes de las clases nuevas, surgentes, que tiende a esa filosofía corajuda del luchador victorioso basado en la idea del trabajo, que forma al materialista. Y repito: consideramos incorrecto por adelantado –que no había una calidad radiante en la Weltanschauung de Chernyshevsky, que no contenía nada que pudiese llamar belleza o poesía. Al acercarnos a Chernyshevsky, nos daremos cuenta que su vida fue una donde se logró su completo florecimiento, que Chernyshevsky fue una de las personas más maravillosamente versátiles y maduras que ha vivido nunca. Y toda su visión, y no cabe duda que toda su vida, está estampada con el sello de la fuerza, belleza y poesía.

Sabemos que Chernyshevsky fue un raznochinets, un seminarista, el hijo de un sacerdote. ¿Por qué fue que los terratenientes de la época, gente de cultura de casas-haciendas (incluyendo los terratenientes más liberales como Turgenev), estaban inclinados hacia los sueños y los ensueños despiertos, y por qué les parecía que la realidad era más áspera para ellos? Por supuesto, era porque estaban más que divorciados del trabajo duro, de la lucha por la existencia. El latifundista en su mansión solamente estaba medianamente vivo. Experiencias, música, siendo enamorados dentro de su círculo, inventando dramas de todos tipos, viajes artificiales, etc. –podrían llenar su vida pero todavía se sentiría completamente incapaz de entender la realidad. Toda su visión traicionaría el refinamiento artificial que salía del tipo de vida que llevaba. ¿Cuál era en verdad la lucha política del latifundista, partiendo, digamos de la rebeldía de Pushkin en su vida de joven? Se trataba de un tipo de disputa entre ellos mismos. Los Decembristas revolucionarios irían al círculo de Nicolás y dirían: Mi padre, mi zar, etc. Era una pelea entre ellos mismos, una disputa totalmente artificial y la lucha se vería velada tras el alto ideal de servir a una u otra causa. Es verdad que algunos terminaron la horca, y que en verdad fueron guiados por el deseo de extender de alguna manera los derechos de las filas de la burguesía, pero no era el tipo de conflicto sangriento que inevitablemente, y no por accidente, lleva a una revolución, a un conflicto que nace porque es imposible vivir lado a lado con la autocracia –no porque la conciencia de uno no se lo permite, esto es de importancia secundaria, sino porque uno se ve impelido por los problemas de la misma vida de uno.

Un raznochinets es otro asunto totalmente diferente. Dada su exacta posición en la vida, un raznochinets no podría dejar de ser un revolucionario a no ser que le faltara totalmente un programa político maduro y se hundiera en el fango común. A pesar que Chernyshevsky venía de una familia de clérigos, se vio forzado a trabajar desde su niñez. La vida le fue dura tanto en el seminario como en casa. Como él mismo relata: “Es verdad que teníamos lo suficiente para comer, pero nunca había dinero y cuando se necesitaba un par de botas, el conseguir el dinero siempre era un proceso largo y engorroso”.

Ustedes pueden recordar que Chernyshevsky no entendía el problema del matrimonio como un latifundista que siempre tenía más de lo suficiente y podía casarse con diez esposas si así lo deseara. Chernyshevsky tenía que considerar si estaba hacienda una acción innoble o no al osar hacer suya a su amada cuando quizás ella moriría de hambre al ser su esposa. A un terrateniente, ciertamente, esto le parecería contrario a lo poético.

Déjenme leerles una conversación interesante entre Turgenev y Nekrasov, que ilustra claramente este ángulo de clase:

“Un día, cenando con Nekrasov, Turgenev dijo:

“De la manera en que Sovremennik luego llegará a ser exclusivamente una revista seminarista; ¡ahí no hay ningún artículo que no haya sido escrito por un seminarista!

“No importa quién escriba los artículos -¡basta con que hagan efecto!

Nekrasov objetó.

“’Les puedo asegurar, señores, que puedo distinguir a un seminarista hasta en los baños turcos ahora’, dijo uno de los hombres de letras que estaba presente; ‘se puede sentir el olor a aceite de oliva y humo de tabaco en la presencia de un seminarista; las lámparas que comienzan a alumbrar débilmente por la falta de oxígeno y se hace difícil respirar’.

“¿De dónde han brotado los seminaristas? Preguntó Annenkov, el amigo de Turgenev. ¿Cómo es que han invadido la literatura?’

“’Es porque las cosas han cambiado’ respondió Nekrasov. ‘El público ahora está exigiendo la discusión de problemas sociales, algo que no podemos darles. En otros aspectos, también, se debe confesar, hay un tremendo abismo entre ellos y nosotros. Los más estrictos entre los jueces morales no encontrarían nada censurable en sus vidas privadas, pero en las nuestras encontrarían tanta basura. En sus principios morales son tan fuertes como acero, mientras que nosotros somos gente destrozada’.”

¿Qué debe Chernyshevsky, una gran personas y seminarista, un representante típico de la primera ola del movimiento democrático cercano al pueblo, qué tenía que decir cuando analizaba el problema de la estética? Que una persona genuina, sana, ama la realidad, ama la naturaleza, ama la humanidad y ama la vida. Los estetas refinados –tanto los que filosofan como los facultativos- y los artistas llenaban la vida pinada con toda suerte de desechos, con basura estética discordante y estilizada; ellos mantenían, además, que todo esto era un reflejo de ideas, un resplandor divino brillando hacia nuestro mundo opaco; que eran los genios quienes eran los abanderados de estos regalos magníficos, a la vista de la que nuestra realidad patética debe inmediatamente inclinarse avergonzados. Todo esto fue un intento por una clase –que no estaba meramente divorciada de la vida del todo, sino que también estaba empezando, en una forma social, a morir- para desacreditar la realidad viviente y con ello desacreditar la lucha, también, para imponer su paraíso artificial, su propio Jardín del Edén artístico, narcótico a las otras clases, en la juventud, sobre la nueva generación que crecía.

No cabe duda que Chernyshevsky defendía la pureza sagrada de la democracia de toda esa pseudo-estética, que a pesar de ser beneficiosa a primera vista, estaba verdaderamente tratando de envenenar a la joven democracia. Esto explica la actitud desconfiada de Chernyshevsky hacia el arte. Le hizo rechazar al arte que se consideraba a sí mismo un reflejo maravilloso de una existencia superior, porque se trata de un fantasma puro, que simplemente adopta la forma de aquello que existe verdaderamente, sin su transitoriedad, ni peso, ni firmeza ni casualidad, etc.

Chernyshevsky condenó todas las formas de arte como ficticias y débiles y demostró que, de un punto de vista genuinamente estético –el desarrollo máximo de la vida- a esas formas les falta mucho para llegar a la realidad y no tienen ningún derecho a existir.

Pero de esto no se deduce que Chernyshevsky creía que el arte no debería existir, como Pisarey creyó que él pensaba; tampoco se deduce que él no entendía que el arte tiene una función extremadamente importante que jugar. He aquí el extracto que lo demuestra:

“Al definir la belleza como la completa manifestación de una idea en un caso concreto, debemos inevitablemente llegar a la conclusión que ‘la belleza es solamente un fantasma, colocado allí por nuestra imaginación’; de esto se deduce que ‘estrictamente hablando, la belleza es un producto de nuestra imaginación; en realidad (o [como diría Hegel]: en la naturaleza) no hay una belleza verdadera’. De esta conclusión se llega a que ‘el arte tiene como fuente los esfuerzos del hombre para compensar la falta de belleza en la realidad objetiva’ y que ‘la belleza, creada por el arte, no es un nivel más alto que la belleza de la realidad objetiva’ –todos estos pensamientos compensan la esencia de [la estética de Hegel y son parte de ella] no por accidente sino como el resultado de un desarrollo estrictamente lógico del concepto básico de belleza.

“Como contraposición, de la definición ‘belleza es vida’ se deduce que la forma genuina, más alta de la belleza es precisamente aquello que se encuentra en la realidad y no aquello que ha sido creado por el arte; con tal idea de la belleza en la realidad, el origen del arte se debe explicar como proveniente de una fuente completamente diferente; tras esto, la importancia material del arte aparece de la misma manera bajo una luz totalmente diferente”.

Chernyshevsky demostró que las emociones estéticas del hombre no están de ninguna manera conectadas solamente con la belleza. Por supuesto que otros estetas también supieron de esto y hablaron de un tipo de fenómeno estético como lo elevado, lo trágico y lo cómico. Me retendré de analizar lo elevado y lo cómico porque hay poco que discutir aquí, pero antes de ir a las ideas de Chernyshevsky sobre la función social del arte, me detendré por un momento en su definición de lo trágico. Plekhanov consideraba que esta parte de la Estética de Chernyshevsky era algo cruda e incompleta.

La idea dominante en la época de Chernyshevsky era una que había sido dominante en las grandes tragedias del mundo antiguo. En su inmortal Poética (sobre la que, por cierto, Chernyshevsky escribió un estudio especial), Aristóteles explicó la idea básica de la tragedia de la manera que el mundo antiguo la veía. Hegel y Fichte, los reyes de la estética en la mitad del siglo pasado, tomaron mucho de esta idea. La interpretaron de esta manera: la tragedia denota el destino de una gran e importante persona, un individuo sobresaliente, que muere como resultado de su culpa trágica. Nos da pena que este individuo perezca porque es una persona espléndida, pero debemos reconocer que se ha hecho justicia. ¿Cuál es la culpa? Representa fuerza, pero no puede aceptar su entorno; lleva dentro de él algo nuevo y original, y no se inclina ante eso que es generalmente aceptado por la ley. Los griegos definieron esto como hubris –honor. Hubris –el sentimiento de honor en la propia independencia de uno, el tratar de situar las leyes humanas en contra de las leyes divinas- viene de la fuerza, de un cuerpo fuerte, un espíritu fuerte, una posición social fuerte. El hecho de que este individuo es sobresaliente lleva a su caída. En una época anterior, Heródoto dijo que una vez que una persona se distingue completamente por sobre el resto, los dioses lo matarán inevitablemente dada su envidia. Los dioses ven que una persona es mejor que el término medio como un criminal porque son los guardianes de las normas. Si alguien ha descollado por sobre el término medio, ha llegado a ser interesante por su anormalidad, por su posición más que término medio. Usted perecerá porque todo lo que excede el promedio perece.

¿De dónde sacaron esta idea los griegos? ¿Por qué era necesaria para la democracia griega? Por las mismas razones que el ostracismo era necesario. En este ambiente democrático, uno extremadamente inestable e inquieto, los demagogos individuales, sin importar a qué clase pertenecían, tratarían de tomar el poder, pisotear a otros; uno tras otro tirano insignificante se levantarían bajo nombres diferentes –ora como dictadores, ahora como oradores públicos, ahora como dirigentes de un motín aristocrático. Pero la genuina clase media democrática, con su aerópago y todas las instituciones que nacieron para proteger la estabilidad de la nación, crearon una moral política definida, con la que combatieron en contra de este mismo hubris. Ellos decían: “Si ustedes dejan las clases medias y quiebran las leyes de la patria establecidas por la democracia de la clase media (que era dominante en Atenas), perecerán”. Se trata de un antídoto social, como lo son la mayoría de las éticas. Querían inculcar en la gente un miedo a llegar a ser demasiado sobresaliente. Si alguien llega a ser demasiado importante y famoso se le expulsaba de la sociedad y nadie explicaba por qué. Aquí se revela la profunda desconfianza de esta democracia inestable. El mismo individualista Fichte y un defensor del individuo, que salió a la palestra con la revolución francesa, dijo que hasta si los cielos y las estrellas cayeran, la libertad del individuo moral nunca se adolecería. Pero al erigir Hegel el antiguo ideal democrático sobre una nueva fundación social, dijo que una persona que se hincha y se coloca en contra del progreso eterno y legal de la ideas era simplemente risible.

Chernyshevsky estaba extremadamente indignado por todo esto y con toda razón. Dijo que los grandes pueblos son felices a veces y otras veces no. Todo le puede pasar a cualquiera: no se nos puede asustar con su hablar. Se divertía con la doctrina de la existencia del destino. A fin de cuentas eran simplemente cuentos de viejas, una característica de la religión; simplemente asustaba a la gente con supuestas leyes eternas que verdaderamente habían sido establecidas por un ambiente claramente establecido para poder luchar en contra de la independencia humana. Esto no es una tragedia. La tragedia se encuentra en cada acontecimiento terrible, en cada final terrible, en cada sufrimiento de la humanidad, aunque fuera completamente inmerecido. ¿Y verdaderamente, por qué es trágico si alguien es culpable y perece, y no es trágico si es inocente y perece? Tras una serie de victorias, una bala perdida mató a Gustavus Adolphus en una batalla -¿por qué no es trágico?

Según Plekhanov, Chernyshevsky está equivocado al declarar que todo lo terrible es también trágico. Hay una diferencia entre lo trágico y lo simplemente terrible. No hay nada que aprender de lo simplemente terrible, no hay material para un genuinamente trágico trabajo de creación. Según Plekhanov, Hegel y Aristóteles están más correctos. La tragedia es una muerte lógica. Su importancia no es que el héroe muere a manos del destino y dioses envidiosos, no obstante, sino que los profetas y antecesores de un nuevo mundo y nuevas condiciones chocan con el mundo antiguo e inevitablemente mueren. Este destino de los profetas de un nuevo mundo, que a nosotros nos parece un destino espléndido, evocando nuestra solidaridad, y a pesar de ello es un destino inevitable porque ellos son las primeras golondrinas de una primavera que no se ha asentado aún –todo esto es tragedia verdadera.

Plekhanov dijo que la posición de Chernyshevsky frente a la tragedia era abstracta, tomada fuera de su contexto social y que no abordaba el tema como, en la opinión de Plekhanov, como lo debería enfocar un marxista, desde el punto de vista de la lucha de clases.

Yo debería objetar aquí que la tragedia no es siempre la tragedia de los precursores; que no es simplemente el choque entre un individuo y la sociedad o entre un representante de una clase más débil y una clase más fuerte. Yo no sé verdaderamente por qué la muerte de Gustavus Adolphus no es trágica, ni por qué, si una casa cae destruida y hay mujeres y niños que mueren aplastados es meramente un accidente y no una tragedia.

¿Cuál es el origen del sufrimiento, de la muerte prematura y horrible? Es un resultado de nuestra debilidad frente la naturaleza, el resultado de los que se llama pura casualidad. Fuerzas que escapan a nuestro control destruyen nuestra existencia, y estas no son necesariamente fuerzas sociales. El orden social burgués hace su parte aquí: gracias a este desorden, su dispersión, su desarticulación, somos débiles frente a la naturaleza. Marx dijo que la gente necesitaría religión mientras necesitaran consolación por ser débiles ante la naturaleza. Cuando la humanidad haya conquistado la naturaleza ya no necesitará religión y el sentimiento de tragedia que impregna toda nuestra existencia desaparecerá. Cuando Engels habló del “salto del reino de la necesidad al reino de la libertad”, dijo que vivir en el reino de la necesidad es una tragedia. Significa estar forzado a actuar en contra de los deseos de uno, a encerrar la vida de uno en un marco que no corresponde a los deseos propios. El salto hacia el reino de la libertad, por otra parte, significa que podemos moldear nuestras vidas según los deseos de uno –es decir, primero y antes que todo, según las leyes de la existencia y esto marca el fin de la tragedia humana. La humanidad gradualmente controla la naturaleza. Desde este punto de vista, el capitalismo se presenta como una situación donde el hombre cae bajo el poder de una sociedad desorganizada, bajo el poder de la máquina –el capitalismo es la última esclavitud. Cuando el socialismo haya transformado la máquina en una sirviente genuina de la sociedad organizada, cuyos deseos se convertirán en ley, la transición desde la trágica introducción de la humanidad, habrá tomado su lugar la historia real, racional historia de la humanidad.

Esto es por lo que considero que Chernyshevsky básicamente estaba bastante en lo correcto y que Plekhanov confundió la muy importante aunque específica y parcial tragedia con la enorme tragedia general que Chernyshevsky en forma bastante realista opuso a los artificios dictados por los intereses de clase de la democracia burguesa.

Los idealistas argumentan y tratan de proponer dudas a la existencia y estabilidad de la realidad. Dicen que la realidad es transitoria y fugaz, o hasta que esencialmente no hay realidad; ¿dónde está? En el momento que dice su última palabra, ya se ha ido; el momento que se llama presente se va y es imposible detenerlo ni siquiera por un segundo; se está viviendo en el futuro que, a su vez, llegará a ser el pasado. Entonces, ¿dónde está esta realidad? Es un fenómeno simple e imaginario. El arte, sin embargo, trata lo más posible de detener la realidad. La rosa que pintó un artista vive mucho más que la rosa real. Chernyshevsky se daba cuenta de esta línea de razonamiento y por eso responde: “Sería tan aburrido vivir nuevamente lo que se ha experimentado como escuchar un chiste divertido por segunda vez por lo más interesante haya sido la primera vez. Se hace necesario distinguir los deseos reales de los deseos imaginarios que realmente no desean satisfacerse del todo; es un deseo de la imaginación que la belleza nunca debería desvanecerse. ‘La vida avanza y se lleva la belleza de la realidad en su presenta’ dicen los estetas. Es verdad, pero mientras la vida avanza, también lo hacen nuestros deseos, es decir, se alteran en su contenido, consecuentemente, los arrepentimientos ante la desaparición de un fenómeno bello son producto de nuestra imaginación –un fenómeno bello desaparece, su tarea completada, dejando atrás tanto gozo estético como se podría contener en el mundo actual; mañana será un nuevo día, con nuevos requisitos que solamente puede satisfacer la belleza. Si la belleza fuera en realidad estacionaria e inmutable –‘inmortal’ como exigen los estetas- llegaría a ser aburrida y repugnante. A una persona viva no le gustan las cosas inmóviles en la vida; por esta razón nunca puede la vista celebrar la belleza viva lo suficiente, mientras se harta rápidamente al observar una naturaleza muerta que los grandes sacerdotes del arte prefieren a las escenas vivas.

Aquí hay dos filosofías diametralmente opuestas. Una apología por la paz y la tranquilidad: alguien ha encontrado algo que le gusta, por lo que le pide al tiempo que se detenga y a la vida que espere. Desea que todo se detenga en este instante. En poco tiempo, el goce genuino, un goce novato, se acabará, tomará su lugar una admiración maravillosa- una sensación que, como prometieron los sacerdotes, gozaremos en el paraíso cuando busquemos la eternidad que lleva al Señor nuestro dios, nuestras almas fundiéndose en felicidad –Nirvana, una celestial caída hacia la no-existencia, hacia el olvido. Todas estas emociones inmóviles son un medio de auto-hipnosis, una manera segura de adormecer nuestros sentidos como el uso de las drogas. Es arrancarse de la vida.

Esto no es lo que desea Chernyshevsky. El quiere que la vida palpite – es bella solamente entonces. El la quiere constantemente variando. Esta es la visión revolucionaria de la vida, una idea que es inherente en la naturaleza genuinamente activa, y solamente esas naturalezas valen la pena de la vida. Aquella gente que considera que la paz y el silencio son la cosa más importante en la vida se pueden ir al cementerio –allí la encontrarán.

Pasemos al análisis del choque entre estos dos grandes escritores - Chernyshevsky y Plekhanov- sobre el problema de la importancia del arte. Así es como Chernyshevsky lo define:

“El signo característico general del arte, que revela su esencia, es la reproducción de la vida; las obras de arte por lo común tienen otro significado –la explicación de la vida; usualmente, también, son la evaluación del fenómeno de la vida”.

En su opinión, el arte es realista y reproduce la vida, aquellos rasgos de la vida que puedan interesar al hombre. Las características esenciales se muestran en el primer plano, mientras que las menos importantes se omiten del todo. El efecto de esto es la explicación de la vida. Explicación aquí no significa un comentario o una traducción a lenguaje racional. Significa lo siguiente: al leer las líneas de Mogol sobre Plyushkin, se obtiene un claro entendimiento de cuán mísera, inhumana y sin vida es la ancianidad. Puede que no se la enfrente nunca en la vida misma o, en cualquier caso, no se la entienda claramente.

“La importancia básica del arte es la reproducción de todo lo que, en general, la humanidad está interesada. Pero alguien que está interesado en los fenómenos de la vida no puede ayudar, consciente o inconscientemente, evaluándolos; aún si lo desea, un poeta o un artista, ambos incapaces de dejar ser humanos en general, no pueden negarse a ofrecer su evaluación de lo que ha mostrado –se revela en su trabajo y esta es la nueva importancia de las obras de arte por las que el arte llega a ser una de las actividades morales de la humanidad”.

Para no tener que citar tanto, detengámonos aquí y ordenemos lo que se ha dicho.

¿Qué es el arte según Chernyshevsky?

El hombre se interesa en muchas cosas en la vida; desea no solamente entender el objeto de su interés con su intelecto, sino también absorberlo, darse cuenta de él, abordarlo detenidamente, estudiarlo de corazón y mente y aquí es donde el artista le presta ayuda. Belinsky ya ha establecido (y Chernyshevsky hace el mismo punto) que cuando un artista se refiere a las cosas, no las explica en conceptos sino en imágenes. ¿Por qué? Porque evitan lo fortuito y solamente dan aquello que es lo más importante. De esta forma, los fenómenos de la vida se hacen comprensibles, más claros y más convincentes. Pero no cabe duda que las convicciones no se logran cuando el artista dice, por ejemplo, “amo a este hombre pero no a aquel”, y mostrando por qué esto es así en una avalancha de razonamiento publicitario. Es verdad que el mismo Chernyshevsky lo hace en algunos de sus trabajos artísticos, pero lo considera equivocado. Dice que nuestra evaluación de la vida debe llegar desde esta explicación por medio de imágenes representadas en relieves audaces. Aunque las ame o las odie, aunque este o el otro personaje o fenómeno mostrado por el artista evoca pena o respeto en usted –depende de su propia disposición, en sus convicciones o en cómo reacciona a ello en la vida. Solamente en la vida, quizás, no podría ser capaz de comprenderlo inmediatamente y pasarlo por alto, mientras que el artista le ha dado, en su imagen, lo más esencial y se lo ha observado.

¿Puede alguien decir que hay algo en este juicio del arte que no podamos aceptar hoy? A pesar de ello, este juicio de Chernyshevsky –que el artista explica, que un artista evalúa la vida- asusta a Plekhanov y él declara: en cuanto se trata de la evaluación de un artista genuino, la influencia filosófica, ética o social de sus trabajos sobre la gente no tiene nada que ver con ello. Obviamente tal influencia es posible, pero no hay necesidad de juzgar y agobiar al arte con estos objetivos académicos. No cabe duda que Plekhanov renuncia al arte por el arte; no hace falta decir que un artista está atrapado en la vida ideológica de su época, si es un gran hombre, especialmente si es un representante de la clase dirigente. Pero como dice Plekhanov el profeta en Chernyshevsky se revela en el hecho que considera de especial importancia del arte en la vida, no las imágenes de l artista, no en lo intuitivo, no en lo que distingue especialmente la literatura artística de la actividad intelectual en general, sino aquello que lo hace parecido a la actividad intelectual. Plekhanov cita con horror las palabras de Chernyshevsky que la poesía, invariablemente, integra todos los tipos de conocimiento. A él le parece que Chernyshevsky valoraba en el arte precisamente lo que era lo menos importante –puras insignificancias y trivialidades; que él valoraba lo que estaba allí, pero solamente incidentalmente; es precisamente que el no usar aquellos elementos que lo hacen cercanos al pensamiento que el arte tiene su efecto más poderoso, más genuino y más educativo. Aquí Plekhanov ve una falla en las ideas que tiene Chernyshevsky sobre el arte que nacen, en su opinión, del intelectualismo notorio del segundo.

Plekhanov y Chernyshevsky estarían de acuerdo en que la creación artística es una actividad moral. Es imposible considerar que el trabajo creativo de un artista “puro” (que tanto Plekhanov como Chernyshevsky rechazaban) es una actividad moral; si las obras de arte dan una evaluación y si como resultado de esta evaluación llegamos a ser más sabios en cuanto a la vida, más capaces de distinguir los fenómenos de la vida y recibir estímulos frescos hacia la acción progresista, entonces, obviamente, el artista ha cumplido su misión moral. ¿Cuál es la gran diferencia entre Plekhanov y Chernyshevsky aquí? Es que Plekhanov teme a Chernyshevsky como un racionalista y un profeta; tiene miedo que el motivo ulterior de Chernyshevsky es forzar al artista a llevar a cabo su misión moral. Plekhanov dice: vemos cosas, como aparecen en la naturaleza y en la sociedad y explicamos sus causas. Por ejemplo, podemos ver frente a nosotros a toda una época en que los artistas no están cumpliendo con su función moral, sino están ocupados en lo que se llama arte por el arte; pero no puede ser de otra manera, tanto como las rosas no pueden florecer en invierno ni nevar en julio . Aquella gente que está divorciada de la vida, que no se satisface con la realidad, infaliblemente se vuelca hacia un mundo de de sueños y fantasías. Debemos entender y reconocer esto. Cada flor tiene su temporada –y en nuestra época las flores producirán lo que corresponde a nuestro período. Pero el dictar nuestros deseos, el decir lo que debería ser el arte, esto es imposible, dice Plekhanov. Debemos olvidar esos pensamientos como: queremos este tipo de arte, el arte debe ser como esto. No, entiendan al arte como lo ha hecho la vida y expliquen en términos marxistas qué clase ha expresado sus tendencias en él. Plekhanov dice lo siguiente en su artículo “La teoría estética de Chernyshevsky”:

“En nuestro artículo sobre las opiniones literarias de Belinsky dijimos que, en sus discusiones con los partidarios del arte puro, él abandonó la perspectiva de una dialéctica por una de profeta. Pero a pesar de ello, Belinsky estaba más dispuesto a ver el problema desde un punto de vista histórico. Fue Chernyshevsky quien transfirió el problema de una vez por todas el problema de la ‘esencia del arte’ al dominio de la teorización abstracta o, mejor aún, en lo que el arte debería ser. ‘La ciencia no se considera superior a la realidad, y no hay humillación en esto’, dijo en una disertación. ‘Tampoco puede el arte considerarse superior a la realidad… Dejen que el arte se satisfaga con su elevada función: ser un sustituto de la realidad en su ausencia y ser un libro de texto de la vida para la humanidad’”. Se podría decir que Plekhanov le pide a los cielos: “Estas son las opiniones del más puro tipo de profeta. El ser un libro de texto de la vida significa servir al desarrollo intelectual de la sociedad. Esto es lo que el profeta ve como la función principal del arte”.

Permítasenos tomar el toro por las astas y ver qué es lo que Plekhanov quiere, primero en el ámbito de la estética y luego en el ámbito de la estética.

Plekhanov era un marxista, analítico y objetivo en su punto de vista de las cosas; dice: No establezcan normas a la vida, mejor esclarézcanla. No analizaremos si Plekhanov tenía pensamientos similares en cada ámbito, pero mantenía que, en la esfera del arte, un marxista nunca podía decir: el arte es tal y cual, y este es el por qué.

Sí, antes del marxismo la gente tenía una vaga idea de la esencia del fenómeno social. Chernyshevsky fue un materialista pre-marxista por lo que pudo fácilmente exagerar el poder del intelecto humano y de la determinación humana. Como saben, Chernyshevsky no creía en la gente ni en el poder de la gente y Plekhanov está en lo cierto al decir que, absolutamente, Chernyshevsky no era un Narodnik. El amó a la gente y quería que ella se librara de la opresión, pero no pensaba que el pueblo mismo podría lograrlo. La gente podría luchar, se alzarían por sus derechos en una rebelión universal solamente cuando fuera incitada por otra fuerza –los intelectuales, los intelectuales progresistas, con él, Nikolai Gavrilovich, Dobrolyubov y otra gente de su tipo a la cabeza. Los intelectuales y sus organizaciones revolucionarias podrían liberar a la gente por medio de la incesante difusión y, quizás, el terror (como han escuchado al principio de mi charla, Chernyshevsky dijo en forma inequívoca: “No tengo miedo de la basura ni de la matanza”.

Plekhanov dice que este es socialismo utópico y que sin duda está en lo correcto aquí. Desde este punto de vista se trata de una acción de un profeta . Chernyshevsky era un utópico, pero consideremos lo que el marxismo altera en las ideas de Chernyshevsky sobre el arte.

El marxismo ha dado una perspectiva correcta de las leyes según las que se desarrolla el fenómeno social. Pero si eliminamos la idea de la conciencia del marxismo, del conciente controlando el fenómeno, de la función activa que cumplimos; si tomamos la posición que debemos entender los fenómenos sociales como procesos y descartar la idea de participación activa, pasaría a ser marxismo menchevique en su forma más desnuda. ¿No es cierto que ahora somos la vanguardia de una clase enorme, el proletariado organizado en un partido, la manifestación más grande del conocimiento conciente que haya existido nunca?

Administramos un estado que consiste de un gobierno que es una expresión de la dictadura del proletariado. Entendemos que esto no es simplemente un asunto de emitir un decreto para que todo sea como queremos que sea. Por supuesto que no. ¿Pero se puede decir que no discutiremos la forma de este o tal fenómeno? Si lo hacemos, seríamos los más puros de los mencheviques puros. Pero somos marxistas bolcheviques, hombres de estado marxistas y mantenemos como sigue: Nuestro primer acto dictado por el marxismo debe ser el estudio más profundo y objetivo de la estructura de clase de la sociedad, el estudio de la sociedad, el estudio de las tendencias del desarrollo de las fuerzas productivas, el estudio del comercio y la economía como un todo, el conocimiento de la ideología de los grupos individuales –las “superestructuras”por encima de este organismo económico. ¿Pero significa esto que debemos simplemente confinarnos a la definición de estas fuerzas objetivas? No –no pasamos nuestro tiempo en la clandestinidad: no somos una elite intelectual sin enlaces con la masa sin nada que podamos hacer excepto observar el progreso de la vida- a la izquierda o a la derecha. Obviamente, nuestras premisas deben ser los datos objetivos de la vida; pero somos un partido dirigente capaz de ejercer una influencia tremenda sobre el curso de los acontecimientos. Debemos esbozar un plan sobre la base de un análisis objetivo y científico y prácticamente no hay nada en la vida de un país, incluso su cultura, que no le preocupe a este plan. ¿Cómo puede ser posible suponer que podemos evitar el problema de cuál literatura debemos valorar, desarrollar y apoyar y a cuál debemos luchar? Todos saben que el Comité Central del Partido ha emitido un manifiesto sobre la literatura.

Para tomar un ejemplo de la esfera de la economía social. El desarrollo de la vida del país bajo las condiciones burguesas es como sigue: la capa media –el campesino con propiedades de tamaño medio- se divide en campesinos pobres y los kulaks. Un estrato superior inevitablemente aparece y forma una burguesía rural. Pero el efecto de estas leyes es muy diferente bajo la dictadura del proletariado, bajo el poder de los Soviets. No solamente afirmamos esto, sino declaramos simple e inequívocamente que depende de nosotros, como apoyamos a los pobres y unimos a los campesinos medios en granjas colectivas, hacemos presión sobre el kulak, alejamos al campesino medio de aquel, le quitamos sus oportunidades políticas y le imponemos impuestos altos.

Un árbol que ha crecido en el bosque da frutos amargos, pero tras injertarlo, da bellas peras dulces. Nosotros, al alterar concientemente los fenómenos de la naturaleza, somos tales jardineros; y tampoco tenemos creadores de milagros; este no es un milagro –es uso activo del conocimiento y es marxismo bolchevique.

Chernyshevsky se imaginó que él y su grupo estaban ya controlando el fenómenos social, a pesar que este puñado de la elite intelectual verdaderamente no podía hacer nada socialmente importante, no podía inducir a los campesinos a que les siguieran, no podían organizarles. Por esta razón, Chernyshevsky era un utópico. Marx y sus discípulos establecieron que, para que hubiese una posibilidad de revolución social, el capitalismo tenía que arar la tierra con un arado de acero, así cavando su propio sepulturero –el proletariado, y el proletariado haya llegado a estar organizado. Luego, al interior del proletariado, el partido se empieza a formar como su vanguardia consciente, cuyo poder recae en el conocimiento de las leyes por medio de las que se desarrolla la sociedad –una sociedad en la que el proletariado juega un papel progresista. El marxismo, la sociología científica, nos resguarda de teorías fantásticas y arbitrarias e indica hacia las tendencias reales de la historia. Pero si, a diferencias de este conocimiento, no logramos nada, entonces simplemente nos llevará la corriente. En Rusia, por ejemplo, el capitalismo logró una etapa muy baja de desarrollo, había pocos trabajadores en las ciudades y una revolución social solamente habría sido inevitable tras muchos años. ¿Deberíamos realmente haber actuado dentro de los límites permitidos por el destino?

Los Narodniks, que querían confiar en el apoyo de los millones de campesinos y agitar una revolución, obviamente no podían hacerlo. ¿Pero será que el proletariado comprobará tener la fuerza suficiente para hacer lo que los otros no pudieron? Este es un paso atrás, según Plekhanov. En el Congreso de Estocolmo, Plekhanov le gritó a Lenin: “Siento que hay algo viejo en sus nuevas ideas”. ¿A qué se refería? A Chernyshevsky. Pero estaba equivocado si pensaba que había algo nuevo en esto –era marxismo genuino. En 1877, Marx escribió su famosa carta a Mikhailovsky, con la que todos los mencheviques quedaron confundidos por largo tiempo, antes de llegar a la conclusión de que Marx estaba simplemente bromeando. Pero Marx era una persona seria y nunca habría comenzado a bromear en sus cartas a los revolucionarios rusos. Esta carta perturbó y atormentó a uno de los más finos hombres del país: Gleb Ivanovich Uspensky. La leyó y releyó, derramó muchas lágrimas agrias sobre ella. ¿Por qué? Marx escribió que Rusia había dejado pasar una oportunidad especial: un grupo de su elite de conciencia revolucionaria podría haber estado a la cabeza del movimiento campesino revolucionario y cambiado el curso de los acontecimientos, el curso del desarrollo histórico. Pero ahora Marx escribía, el momento había pasado, esto no se podía hacer y Rusia había entrado irrevocablemente en el camino hacia el capitalismo. Uspensky entendió esto y creyó en la verdad de las palabras de Marx, pero los “marxistas” mencheviques dijeron que Marx estaba bromeando o equivocado. Uspensky se tomó un trago y se volvió loco; entre otros factores, la carta de Marx jugó una parte en esto. A Uspensky le pareció que como este momento había pasado, el país podía perecer. Pero Marx no tenía esto en mente de ninguna manera; él dijo: como los otros países, los países “impíos”, su “Rusia sagrada” se ha embarcado en el camino del desarrollo capitalista.

Es decir, ahora esperen al proletariado. Ya cuando el proletariado esté allí, en ese momento habrá llegado su hora; pero sin el proletariado no habrá revolución. Cuando el proletariado llegue, su columna de siete u ocho millones probará ser los verdaderos guías y organizadores del ejército campesino con una fuerza de un millón.

Seguimos esta “vieja” idea de Lenin. Sin duda el capitalismo no había madurado lo suficiente aquí, y el proletariado todavía no formaba la mayoría de la población; pero, tomando ventaja de del estado de cosas histórico en nuestro país que preparaba el camino para el levantamiento agrario de los campesinos, consideramos necesario arriesgar una revolución social.

La gente se opuso: Está bien, dado que se haya tenido éxito en obtener el poder, ¿pero qué va a hacer con estos campesinos ahora? Tras haber conseguido su tierra no hay nada más que se pueda hacer con ellos. ¿Por seguro no piensa que se puede pensar que se puede construir socialismo en un país donde la mayoría de la población son campesinos?

Los marxistas bolcheviques, sin embargo, no estaban alarmados. Es posible, si conseguimos construir un estado soviético firme, una dictadura del proletariado que dirigirá a los campesinos. En tales circunstancias es muy ciertamente posible que los campesinos se muevan por sus propios medios adelante hacia el socialismo, método característico –el método cooperativo que incluye tanto la tierra arable y la colectivización; un método que fue analizado en el Quinceavo Congreso del Partido. Esta es la distinción entre el fatalismo menchevique y la acción bolchevique que debemos recordar en nuestras discusiones sobre literatura.

¿Tiene la crítica actual el derecho de hablar sobre literatura desde la perspectiva de lo que debería ser? ¿Puede, tiene el derecho de decir que los escritores están obligados a escribir por pedido, que los mejores lectores exijan material para aumentar su conocimiento, para estudiar la vida de las clases y grupos sociales del país en este período transitorio? ¿Tenemos el derecho de exigir a los escritores que muestren personajes positivos que ilustren lo que un joven ciudadano de nuestra república debería ser, a exigir que los escritores sean capaces de marcar y mostrar como despreciable ante nuestros ojos aquellos vicios y defectos que impiden nuestro desarrollo? ¿Tenemos el derecho de imponer estas exigencias éticas a la literatura? ¿Estamos en lo correcto o no cuando damos la espalda a los “sonidos y rezos dulces” y declarar que nuestra literatura debe ser una fuerza ética, que debe ayudar a nuestra auto-educación, que nuestra literatura es en sí misma un proceso de auto-educación de nuestra clase? Creo que estamos correctos.

Y entonces, ¿quién está correcto: Plekhanov que mantiene que es un gran pecado decir que nuestra literatura debe ser así, o Chernyshevsky con sus ideas sobre la actividad moral del escritor? Plekhanov mismo dijo que cada clase crea una literatura en su propio parecido o imagen, para sus propias necesidades; dijo que cuando una clase progresa todas sus acciones son acciones concientes. Cuando, por ejemplo, la edad de la caballería en su punto álgido creó la novela de caballería que debía aumentar el respeto del caballero por sí mismo, esto no se hizo inconscientemente, sino con una considerable cantidad de conciencia de clase.

Obviamente, no todas las culturas de clase aparecen concientemente, pero mientras más conciencia, lo más organizado que es, lo más conciente que serán todas sus acciones y desarrollo.

La clase proletaria no puede permitir que la literatura crezca como hongos en un bosque. La actitud de un jardinero, un cultivador hacia la vida es característica del proletariado, la nueva clase que surge. Su política no solamente es una explicación de la realidad ante loa verdad de las leyes de la naturaleza, sino también una combinación técnica que alterará el desarrollo del fenómeno. Esta es la calidad activa del marxismo.

Esta es la razón por la que digo que la estética de Chernyshevsky con su odio apasionado hacia el concepto de arte como sustituto de la realidad, con su amor por la realidad, con su deseo por el crecimiento, el desarrollo y el florecimiento de la vida genuina, con su actitud negativa hacia ausencia de vida y su afirmación que el arte refleja lo que le interesa al hombre y no simplemente refleja todo como un espejo –esto es por lo que yo digo que la estética de Chernyshevsky es importante y aceptable para nosotros. La línea básica de pensamiento de Chernyshevsky que el arte evalúa la vida- que evoca en nosotros una reacción emocional definitiva a lo que se muestra- y que el artista tiene una influencia moral y ayuda a levantar la cultura, es absolutamente correcta. Declaramos que, aunque Chernyshevsky no era un marxista, nosotros los marxistas podemos aceptar su enseñanza. Sin poseer el método marxista, por ejemplo, él no podría haber explicado la razón de la transición en la literatura rusa de la década del 20 al 30. Tenemos un foco de luz marxista que ilumina las raíces escondidas de los acontecimientos, el enlace necesario de los fenómenos –esta es nuestra ventaja extraordinaria. Pero al poseer los medios del análisis científico, no podemos olvidar las funciones activas que debemos cumplir, una función que Chernyshevsky entendió tan bien.

Permítannos hacer una pequeña excursión al conjunto de la ética de Chernyshevsky. Plekhanov no dedicó muchas páginas a este tema, pero loo que escribió es extraordinariamente profundo y efectivo. La teoría de la ética en Chernyshevsky no es especialmente complicada y se puede resumir en una pequeña cantidad de tesis categóricas.

Para poder determinar la esencia de la perspectiva ética de Chernyshevsky, Plekhanov cita el pasaje siguiente de aquel:

“Cuando se examina cuidadosamente los impulsos que controlan las acciones de la gente, el resultado es que cada acción, buena o mala, noble o ruin, heroica o cobarde, viene de una fuente en todos. Una persona se comporta le parezca más placenteramente comportarse; ella está controlada por un sentido común que le hace rehusar lo que le trae menos ventaja, menos placer y se vierte hacia lo que le entrega más ventaja, más placer”.

Aquí Chernyshevsky anticipó la pregunta: ¿Rechazó el auto-sacrificio, el hecho que un hombre puede morir por sus amados, por un ideal, etc.? Chernyshevsky no lo niega. Por tanto parece esto es un excéntricamente egoísta que preferiría su propia aniquilación por ser más ventajosa. Chernyshevsky no se sentía incómodo por esto y dijo:

“Una persona fastidiosa preferiría mejor sufrir hambre que tocar comida que ha sido arruinada por basura; para alguien acostumbrado al auto-respeto, la muerte es mucho más fácil que la humillación”.

Esta es una posición ética extremadamente importante, testigo del hecho que la ética de Chernyshevsky no es primitiva en lo absoluto. Dice que hay ocasiones cuando sin sacrificarse uno mismo, uno se condena a una extremadamente miserable; una vida que quizás podría ser externamente humillante –se puede estar viviendo en miedo o cualquier otra cosa o en esclavitud, entre la humillación, insulto y sufrimiento, etc. –o quizás el respeto hacia uno mismo haría, como resultado, caer hasta tal punto que toda la felicidad de la vida desaparecería. Una persona que no se considera digna para vivir, que se menosprecia a sí mismo, que constantemente escucha una voz que le condena –tal persona no tiene deseos de vivir y si es inteligente preferirá morir. Es mejor morir que vivir una vida llena de humillación.

Plekhanov está muy correcto cuando dice que las preferencias del hombre o la forma en que se comporta no dependen para nada de su razón o sentido común. Hasta cuando adoptamos una posición racional, a pesar que si creemos que cada persona pensó antes de actuar, ni siquiera entonces podríamos decir que alguna cantidad de algo que no se puede definir fácilmente entra en nuestro razonamiento. ¿Por qué, por ejemplo, un hombre prefiere robar para no estar hambriento mientras que otro prefiere pasar hambre antes que robar? ¿Podemos realmente decir que hay escalas completamente imparciales en las que ambas acciones se pueden pesar y que cada uno resuelva el mismo problema de la misma manera? Sabemos que diferente gente resuelve el problema de diferentes maneras dependiendo de lo que se ha heredado y en cómo se le ha educado, como Plekhanov observa correctamente. Aunque comencemos a hablar de comportamiento racional –que nace fuera del razonamiento- aún en este caso, lo que alguien prefiere depende no en la fuerza del razonamiento de uno, sino en el grado de placer, gusto, en el valor que uno pone en la ventaja a ganar. Esto depende en el carácter, de la manera; es decir, en que la persona ha sido moldeada. En base a nuestra posición científica psicológica, podemos decir que depende de cuáles reflejos posee la persona en cuestión, sobre lo que son las reacciones dominantes. Quedando establecido esto, nos damos cuenta que el razonamiento es una reacción compleja que, muy seguido, nunca ocurre. La acción no siempre aparece del supuesto pensamiento, es decir, como resultado de un complejo patrón de reflejos diferentes, algunos de ellos proscriben el resto; por lo común la gente reacciona inmediatamente, sin pensar. Un buen o mal carácter, uno corajudo o cobarde, depende no tanto en la cantidad de capacidad de razonamiento como en el complejo de reflejos.

Plekhanov pone una gran cantidad de atención, muy en lo correcto por supuesto, al hecho que el carácter de una persona se forma no espontáneamente, sino por la sociedad –el ejemplo de su familia, la calle y la escuela, las barracas, la prensa y la opinión pública. Su ambiente social es un vasto aparato educacional donde la sociedad se esfuerza para hacer al hombre, por naturaleza indisciplinado, en un ser social- esto es, para distorsionar o, por el contrario, para ennoblecer sus instintos para que se transformen en instintos sociales para que la sociedad reciba el mayor beneficio posible de ellos. Según la mayoría de la gente, el comportamiento moral es aquello que beneficia a la sociedad toda; por tanto se puede decir que la sociedad está presentando influencias continuamente para pesar sobre la gente para que, en vez de convertirse en criminales o violar los reglamentos generales, actúe según estas leyes y se comporte correctamente. El objetivo de cada sociedad es inducir a la humanidad a comportarse correctamente y según los reglamentos establecidos normalmente.

El razonamiento de Chernyshevsky, desde esta perspectiva, parece ser casi infantil. Una persona, a pesar de si razona o no, actúa como resultado de los reflejos que se han formado en él, principalmente por la presión de la fuerza educacional de la sociedad; Plekhanov habla de esto como sigue:

“Supongamos que tenemos una sociedad que no está dividida en estamentos o clases. En una sociedad como esta aquellas acciones de los individuos, que coincide con los intereses de todos se considerarán buenas, mientras que a aquellos que contradicen estos intereses se les considerará malos. En otras palabras, en la fuente de cada juicio sobre lo bueno o lo malo, descansa lo que podríamos llamar el egoísmo del total, o el egoísmo público. Pero el egoísmo del todo no incluye el altruismo de cada persona, o el altruismo individual. Por el contrario, es su fuente: la sociedad se esfuerza para educar a sus miembros para que pongan los intereses de la sociedad por encima de sus propios intereses; mientras más satisface el comportamiento de los hombres esta exigencia de la sociedad, más abnegada será la persona moralmente y altruistamente. Y esta exigencia, mientras más viola este comportamiento, más egoísta, inmoral y mezquino será. Este criterio que siempre –con mayor o menor conciencia del hecho- ha sido aplicado cuando se considera el problema del altruismo del comportamiento de tal o cual persona; toda la posible diferencia aquí entre uno y otro depende precisamente de la naturaleza del todo cuyos intereses en el caso dado se colocan por sobre aquellos de los individuos…

“La educación del hombre en el espíritu de la moralidad significa que su comportamiento, que es a beneficio de la sociedad, llega a ser una necesidad instintiva (el ‘imperativo categórico’ de Kant). Mientras más fuerte sea esta necesidad, más moral será el individuo. A la gente se les llama héroes cuando no pueden sino obedecer esta necesidad, aún cuando esta satisfacción va decididamente en contra de sus propios intereses materiales –por ejemplo, les amenaza con la muerte. Los profetas, Chernyshevsky entre ellos, generalmente no tomaban esto en consideración. Es más, se puede agregar que Kant no estaba menos equivocado que los profetas cuando mantuvo que los impulsos morales no tienen relación con el beneficio. Tampoco fue capaz de en este caso de ver las cosas desde la perspectiva del desarrollo y traza el altruismo individual al egoísmo público.

Criado totalmente en el espíritu de una sociedad dada, o de una clase dada, un hombre actúa como si fuese de manera instintiva, y todos esos reflejos que han sido inculcados en él por medio de presión social se transforman en instintos. No se puede dudar de esto. Y siendo así un “pero” importante nace aquí, de lo que hablaré ahora.

Chernyshevsky dice: Un hombre en un dilema razona cómo sería la mejor manera de actuar en esta instancia, y escoge una u otra acción guiada por su sentido común. Lo que escoge puede que no sea de ninguna manera en lo que desea. Por ejemplo, Se quema una casa y una persona debe decidir lo que es mejor –morir quemado o tirarse abajo desde el quinto piso. Bajo circunstancias normales no habría tenido que tirarse abajo, pero aquí se ve forzado a hacerlo. De esto no se deduce, sin embargo, que a él le gusta saltar del quinto piso. En este caso es el menor de dos males. Y por supuesto, bajo todas las circunstancias, una persona escogerá el menor de los males o lo mejor de lo mejor.

¿Usted cree que se trata de usted quien hizo la selección? Plekhanov se opone. No; fueron su educación social y su carácter los que escogieron por usted y su educación y su carácter no dependen de usted mismo. Mucho depende en el tipo de cuerpo que nació y hasta aún más en el tipo de gustos, instintos y conceptos de la vida social, de la que se es parte, ha desarrollado en usted.

Obviamente esto es verdad; pero de esto podría parecer que se podría concluir que, en la esfera de lo moral, también somos observadores de una u otra forma. Observamos a la gente cuando actúa, pero resulta que no están, en realidad, actuando, es decir, no están llevando a cabo ningún acto. Un proceso se está haciendo donde no es la gente la que escoge, sino algo en ellos que está escogiendo. Este algo es un algo social; y en todas partes, en todo, solamente vemos el rocío del océano social. En nadie puede haber un deseo activo, una creación activa.

La opinión de Chernyshevsky trata de la actividad humana. Dice que un hombre escoge el menor de los males o lo mejor de lo mejor y está guiado por esto en la vida; por esta razón, el hombre es un egoísta. Decir que: yo soy un héroe, un benefactor, etc., no tiene sentido. Cada uno hace lo que le gusta. Si, cuando algo me gusta, también les gusta a otros, es mucho mejor. Chernyshevsky considera que una persona social honesta, valiente, no puede exigir recompense para sí. Tal persona recibirá una recompensa de la acción misma. Esta es una actitud satisfactoria, honesta y pura, pero de ninguna manera es el punto más importante. Lo importante es la teoría del comportamiento humano. Como Holbach y Helvetius, Chernyshevsky pensaba que el hombre escoge las leyes de su comportamiento; Plekhanov por otra parte dice se da a lugar conforme a la ley y que no hay selección; que el hombre solamente tiene la ilusión de que está escogiendo cuando el hecho es que escoge según las leyes de su naturaleza, una naturaleza que ha aparecido como resultado de las influencias sociales.

¿Cuándo aparecen entonces estos racionalistas, estos profetas? Ellos han surgido y debemos explicarlo. ¿Por qué Helvetius y Chernyshevsky pensaron que todos eran egoístas, una persona que escogió lo que mejor le venía? ¿Qué significa cuando ciertas épocas producen gente que dice: No hay moral, ni mandamientos, ni deberes; el hombre es completamente libre y escoge lo que más le guste –y la persona que se da cuenta de esto es una persona genuina? ¿Cuál es la razón histórica para que aparezcan estos profetas?

Pasa cuando las morales estables se desmoronan; cuando las morales de una clase dominante y de toda su época colapsan; cuando una nueva clase sale al frente y aún no ha establecido morales, pero que inicialmente avanza en la forma de una vanguardia revolucionaria, destrozando el sistema antiguo.

Esta “gente que piensa críticamente”, que destroza el antiguo sistema, aparece, por decirlo así, como la expresión natural del proceso de descomposición del antiguo mundo estable y de la aparición de una nueva sociedad. Se puede decir, por ejemplo, que los Rakhmetov, los Lopukhov y otros héroes de Chernyshevsky, que Chernyshevsky mismo y Dobrolyubov –ninguno de ellos hubo crecido por una u otra clase bajo el espíritu de reacciones definidas. No creo que sus sacerdotes, el ambiente seminarista, inculcaron en ellos reacciones definidas que entendieron como un nuevo conjunto de morales. Creo que esta idea es incorrecta. Ellos entraron en la vida como gente que dudó de las morales de sus padres –tales morales ya no les llamaba la atención del todo. Entraron a la vida en un momento en que la moral de la pequeña burguesía, de la que habían salido, ya había sido destrozada. Ya no tenían el poder de estas morales, pero las leyes de la autocracia y las morales de la nobleza, etc., tampoco les eran aceptables. Y fue en contra de todo esto que establecieron su libertad.

Desde la perspectiva del determinismo materialista, su libertad fue, obviamente, ilusoria –pero no del aspecto social.

Declararon: Renunciamos a todo deber; no queremos actuar según ningún mandamiento, queremos ser libres. Y querían que su derecho a la libertad se cumpliera. Sabemos que hasta en algunas sociedades antiguas había gente que no se sentía obstaculizada por algún mandamiento claro que declaraba que el hombre es la medida de todas las cosas. Ese tipo de personas frecuentemente eran cínicos, porque tan pronto como uno denuncia la existencia de dios, del alma, de los deberes, las leyes y las normas de comportamiento, en ese momento se debe tratar de conseguir cada sentimiento y momento delicioso –“todo está permitido”. Recuérdense en Dostoyevsky, cómo Smerdyakov interpretaba esta frase “todo está permitido”; quizás usted, Ivan Karamazov, es un alma noble y el “todo está permitido” es solamente una frase, mientras que Smerdyakov iría a cometer una acción vil. Hay un Smerdyakov en cada persona denle la libertad y se comportará vilmente. Esta es la manera en que Dostoyevsky entiende este amoralismo. Pero cuando la gente se ve situada en nuevas rutas por una nueva forma de vida revolucionaria, no tienen acciones viles en la mente; anuncian su libertad –necesitan la libertad porque encuentran que poseen una tendencia espiritual especial o, como diríamos ahora, un tipo definido de reflejo.

Vladimir Solovyov se burlaba de la filosofía de Chernyshevsky diciendo: “El hombre desciende de los simios, tras la muerte le crecerá bardana –por tanto, déjennos morir por la comunidad” y luego, estallando a carcajadas, agarrándose sus costillas. Claro, si el hombre desciende de los simios y no de Adán, en cuyo pecho Dios sopló un alma en su propio parecido e imagen, ¿entonces por qué morir por la comunidad? En ese caso, obviamente, uno tendría que esperar hasta que el alma de uno, habiendo abandonado esta concha terráquea, regresara a Dios el señor y viviera allí en una eterna felicidad. Si la muerte no resulta en bardana que crece del cuerpo de uno, sino en las rejas del paraíso o abertura del infierno, entonces sería un tema completamente diferente. Solovyov considera que, si no hay alma y la muerte significa el fin del todo, entonces nosotros inevitablemente seremos sinvergüenzas e inevitablemente haremos actos viles en contra de otros. Solamente si hay cielo e infierno, recompensas y castigos, la gente no cometerá actos viles. El sabio Solovyov no llega a comprender a Chernyshevsky no desde las majestuosas alturas donde se imagina que él está, sino que como algún salvaje primitivo. Chernyshevsky dice que si la vida es un proceso biológico de corta duración, entonces la debemos hacer lo más feliz posible; pero que al individuo le es imposible hacer la vida lo más feliz posible porque, en primer lugar, es terriblemente difícil crear la propia felicidad en una atmósfera de odio, egoísmo, presión de el más fuerte que uno, etc.; y en segundo lugar, está la conciencia de uno; se hace difícil, agonizante, hasta imposible tomar ventaja de su buena fortuna sabiendo que al lado suyo hay gente que está muriendo y que se está tomando ventaja de su trabajo forzado, sus muertes, para que se sea feliz. Por esta razón, se necesita una revolución social para crear vida que es realmente racional, una vida que significará felicidad para todos. Ya cuando esto sea, entonces la única felicidad racional genuina, la única justificación real para la vida, es la participación en una revolución, operando con todas las fuerzas de uno para ella. Y si resulta que la generación de uno no puede hacerla –bien, entonces lo haremos en varias generaciones; si resulta que no seremos nosotros quienes lograremos esta tarea por medio de nuestras fuerzas, que no podemos hacer esta tarea nosotros mismos, actuemos a nombre del pueblo. Así fue como esa generación construyó un puente desde el amoralismo, desde la teoría del egoísmo hacia el servicio del pueblo, algo que Vladimir Solovyov ignora.

Tales sentimientos en una persona con mentalidad revolucionaria que a todo lo mira críticamente y desea actuar racionalmente. Obviamente, un marxista que se para al lado como un observador de tales éticas, dirá: Todo esto es, en esencia, una ilusión; el comportamiento está, ciertamente, predeterminado por leyes. Pero Plekhanov mismo, en su brillante crítica al determinismo fatalista, afirma correctamente que dado el hecho que cada paso que tomamos está predeterminado, que cada una de nuestras acciones se hace según una ley, no se concluye en que actuemos ciegamente. Desde la perspectiva del observador imparcial, el futuro historiador, todo aparecerá como un proceso natural. Pero en nuestros ojos, los ojos de la gente que ha vivido y luchado en tales condiciones, todo es hecho a voluntad, una acción definida, una actividad creativa. Sentimos esto porque el proceso que estamos explicando es el proceso de la vida misma, el proceso de la actividad creativa orgánica. Plekhanov entendió esto muy bien, pero en este caso se desvió algo. Debería haber tomado en cuenta que las ideas éticas de Chernyshevsky y sus compañeros de pensamiento no solamente correspondían objetivamente a las condiciones históricas de la época, pero también eran las más capaces de desarrollar los deseos de la gente a la acción –de sacudir a la gente sacándola de su ambiente de estancamiento hacia una vida llena de actividad creativa brillante- una vida aclamada por Chernyshevsky, Pisarev y Dobrolyubov.

Por supuesto que todos nos damos cuenta que, por ejemplo, la formación de un nuevo conjunto de morales que necesitamos es un proceso social complicado. ¿Pero significa esto que deberíamos de una vez activamente dedicarnos a revisar los fundamentos de la moralidad? Aquí en frente de nosotros está un joven proletario que actúa siempre, sin razonamiento primero, en la manera proletaria. Su enseñanza social ha llegado a ser evidentemente instintivo y por ello le podemos envidiar. Pero esto está lejos de ser el caso de todos. A la persona que le falta tal madurez de un aprendizaje social, que, por una parte, desea actuar como un genuino proletario y, por la otra, siente sus propias pasiones, prejuicios y fallas que le empujan en direcciones opuestas –esta persona se enfrentará con conflicto moral interno. ¿Podemos educar a tal gente? Si, somos. La burguesía se esfuerza por educar, para transformar ciertos reflejos y modos y modos de comportamiento a instintos. Debemos hacer esto también. Debemos hacer esto en el jardín infantil, en la escuela, por medio de influencias directas del ambiente, por influenciar a otros y a nosotros, para que los elementos del proletariado triunfen y lleguen a ser instintivos- para que sean transformados, como Vladimir Ilyich dijo, a una moralidad proletaria. No estamos diciendo que el proletariado está construyendo su moralidad intuitivamente, como una araña que construye su telaraña. Cuando un conjunto de morales se destroza y otra todavía está siendo formada, cuando se tiene que activamente crear las reglas de su comportamiento, ¿cómo se hace posible no razonar? Cuando alguien se dirigió a San Pablo con una pregunta sobre Dios, él contestó: “¿Y quién es usted para preguntar por el Señor nuestro Dios? No nos sentimos satisfechos con tal respuesta “apostólica”; necesitamos saber, necesitamos explicar por qué ciertos reglamentos y normas de comportamiento son los únicos racionales y legales. ¿Quién me dirá: “No piense en esto porque la verdad es que el hombre no piensa, porque son los reflejos formados por la sociedad los que hablan por él”? ¿Qué es esto para mí, cuando necesito saber cómo actuar mañana; si debo o no robar un libro a un amigo y venderlo? Si no hago esto no podré pagar mis deudas y tendré hambre; pero si lo hago, me despreciaré a mí mismo. No puedo dormir por la noche, dándome vueltas de lado a lado, preguntándome cómo actuar.

Siempre hay conflictos morales, dudas y contradicciones, pero especialmente cuando la moral está en decadencia; cuando por una parte no hay ninguna obligación o moralidad y alguien debe mirar las cosas directamente, considerando las cosas desde una perspectiva puramente utilitaria y, por otra parte, debe preguntarse si sería mejor actuar desde el punto de vista de su propia autoestima, pero no de sus propios intereses, o tomar la actitud de su propia clase, aunque significaría su fin como individuo. Si se me dice que es necesario actuar según ciertas reglas de comportamiento, entonces exijo que estas reglas de comportamiento se comprueben.

Nuestra moral no puede ser intuitiva, categóricamente preceptiva; debe demostrar que es correcta. ¿Pero es posible vivir sin un código moral? Las normas de comportamiento son necesarias, que debemos desarrollar y transformar en normas de educación. Sin embargo, si esto es así nos estamos acercando mucho a Chernyshevsky porque si consideramos que el hombre debe razonar y escoger por sí mismo las reglas de su comportamiento, entonces debe escoger las mejores reglas desde un punto de vista racional. Cada persona, siendo egoísta, tiene el derecho y la posibilidad de escoger lo que es mejor para él; le enfrentamos y le decimos: debo explicarle la forma en que tiene que comportarse y debo mostrarle que esta es la mejor manera en que usted se comporte. Ya aceptado esto, estaremos muy cerca de Chernyshevsky. ¿Cómo es que la teoría del egoísmo de Chernyshevsky, que es, a primera vista, tan inocente, y que a Plekhanov, pareciera, le resultara tan fácil de demoler su crítica penetrante, cómo es que esta teoría ha aparecido nuevamente?

Es porque el período en que estamos viviendo, las obligaciones que se colocan sobre nosotros y el comportamiento que este período nos dicta, son como aquellas que Chernyshevsky imaginó existían durante su vida.

Chernyshevsky imaginó que él era un gran profesor de la vida, que reuniría un partido tras él, un partido de los intelectuales que reorganizaría la vida y que crearía una moralidad nueva, racional; él imaginó que podría ser capaz de probar que esta era en verdad una moralidad racional y que cualquier otra forma de moralidad era inválida. Pero estas ideas sobre el período en que vivió y las funciones que debía cumplir eran ilusorias. Sin embargo, nosotros estamos en posición de hacerlo. Solamente recientemente estábamos diciendo que no escribiríamos un código de moral y comportamiento, pero ahora es obvio que no podemos hacerlo sin aquel. La gente joven lo exige. Nos deberíamos hacer una imagen del proletariado genuino: ¿qué tipo de persona es y cómo se comporta en circunstancias diferentes? ¿Qué queremos decir con lo bueno y lo malo? No podemos confiar en que los instintos nos instiguen. Nosotros somos quienes están concientemente educando a nuestras generaciones y tratando de aclarar las razones de cada problema -¿podemos realmente confiar en nuestros instintos y decir?, “No te preocupes, ¿resultará todo bien de alguna manera?" No, no podemos decir que un ciudadano joven puede vivir sin las normas de comportamiento. Lenin nos dice de manera simple que habrá tal código de morales y que su principio fundamental será, sin duda, que en este período transitorio, un período de lucha, cada persona debe subordinar su comportamiento a los intereses de su clase entera. De esto surgen una cantidad de puntos varios que aún se tienen que desarrollar.

No quiero decir que Plekhanov, si él fuera a pensar sobre las sobre las tareas morales a las que nos enfrentamos hoy, no diría que Vladimir Illich dijo, o lo que estoy diciendo ahora. Pero está el sentimiento, cuando él se acerca a Chernyshevsky, que se aleja un tanto de esta posición; parece poner demasiado énfasis el hecho que todo aparece naturalmente, que las acciones no son verdaderamente acciones, sino procesos, el resultado de causas definidas. ¿Por qué? Es porque Plekhanov representa el estado de desarrollo en que el proletariado y de la ideología proletaria cuando era necesario destruir el subjetivismo y la utopía de Mikhailovsky. Esto tenía que ser destruido sin merced; se tenía que mostrar que, hasta que el trabajo básico estuviera echado, hasta que las masas pasaron al frente y adquiera una energía definida y una organización definida, no podía hacer progreso ni victoria. Por eso, no se imagine que un hombre pueda desatar los nudos de la historia. Vaya al proletariado y ayúdelo a desarrollar y concientemente organizarse a sí mismo, ayúdelo a actuar en conjunción con las fuerzas de la historia. Solamente entonces, cuando sus propios de seos coincidan con las leyes del desarrollo social, se será victorioso. Todo lo racional es real, todo lo racional es real. ¿Significa esto que lo que es racional debe inevitablemente transformarse en real? ¿Pero cuánto se demorará esto? ¿Cuándo madurará la irracionalidad actual en la racionalidad de mañana? Todo lo real es racional. Pero esto significa que hay un elemento irracional en la realidad presente: algo que verdaderamente pertenece al pasado y que se está muriendo. Se debe por tanto adoptar el punto de vista de la racionalidad de mañana y ayudar a su desarrollo; solamente al actuar al unísono con la naturaleza y al ayudar el curso de la historia se podrá lograr algo.

Mientras Mikhailovsky estaba formando su subjetivismo inoperante –su teoría de que se puede cambiar el curso de la historia como uno lo desea- Plekhanov fue el poderoso anunciador de la verdad real, el profesor de la sabiduría de la vida. Todo lo que dice es verdad, ¿pero representa toda la verdad? No, quizás sea la tercera parte de la verdad –hasta nueve décimos- pero no toda la verdad.

Se necesita cooperar con la realidad. Cuando estábamos en la clandestinidad, las palabras “desencadenen la revolución” a los mencheviques les parecía ser improbable y terriblemente osado. ¿Por qué? La revolución es un fenómeno elemental que ocurre bastante naturalmente como las fases de la luna. ¿Puede uno apurar las fases de la luna? Por supuesto que no. Nuestra mente y deseo solamente puede influenciar el fenómeno social hasta cierto punto; si se puede, puede dar una mano. Los revolucionarios románticos del tipo Narodnik puro encontraron que esto era fastidioso; se consideraban una fuerza única que estaba dejando su huella en la época. La gente le dijo, ¿Qué tiene que ver una huella en ello? Todo lo que se necesita explicar es por qué pasa esto y lo otro y dar una mano para que la vieja señora historia no se quede atrás, sino siga su camino. Cuando estábamos en la clandestinidad, ¿qué tipo de ayuda a la historia fue, por ejemplo, cuando le enseñamos a los trabajadores de la fábrica Obukhov con la ayuda del panfleto ¿Quién vive de qué? ¡Compare eso con lo que octubre tenía que ofrecer! Ocurrieron eventos históricos de tremenda importancia mundial –todo se hizo concientemente y en una manera organizada. La época vino moviéndose tan raudamente, tan revolucionariamente, tan cargada de energía, con tal acumulación de fuerzas que solamente se necesitaba organizar para hacerlas prevalecer. Nosotros los bolcheviques sabíamos, mientras todavía estábamos clandestinos, que este tiempo vendría.

Déjenme otra vez recordarles la gran frase de Engels sobre el salto del reino de la necesidad al reino de la libertad. ¿Qué quiso decir Engels de esto? Ya cuando el deseo humano está organizado, logra un tremendo poder sobre el destino de la humanidad. Marx también hizo énfasis sobre el punto más de una vez que el hombre cree en dioses, etc., gracias a sus relaciones sociales confusas y caóticas; pero tan pronto como la sociedad ha sido organizada, la humanidad se levantará por sobre las leyes sociales y todo su destino se subordinará a la razón, avanzará según la razón. Ya estamos en el punto de cambio. Ya tenemos los comienzos de una sociedad socialista y la dictadura de una clase concientemente política –el proletariado; en nosotros llevamos la conciencia de la clase que es la hacedora del destino de la humanidad. Esto significa que la conciencia, conciencia organizada, está logrando para nosotros un poder cada vez más grande. Este poder no es sin límites –es quizás muy limitado: los fenómenos primero deben ser analizados profundamente antes de que puedan ser influenciados; deben ser correctamente evaluados para que no hayan errores, pero sin embargo es posible influenciarlos y alterarlos. Aquí se pueden incluir la moral humana, las reglas de comportamiento. Ya no se puede decir como Plekhanov que la moral depende de la educación –de la manera en que se le enseñó se comportará. Y a pesar de eso, Plekhanov, quiere decir por medio de la influencia de nuestra sociedad, debemos inculcar estas reglas en la gente. Pero ya que sabemos quién está educando, como todas las escuelas, toda la prensa, toda la economía y las fuerzas educativas están en nuestras manos, tenemos que preguntarnos ¿cómo, en qué espíritu educaremos, qué es lo que consideramos ser genuinamente bueno y cómo nos arreglaremos, por selección consciente y cuidada, para transformar este elemento de bondad en instinto? Debemos definir el contenido de nuestra educación y el método por el cual deseamos inculcar la moral proletaria en un niño, desarrollar sus pensamientos, hacerle considerar diferentes motivos de conducta y escoger cuáles son los beneficios sociales más grandes.

Esto explica por qué estamos nueve décimos de acuerdo con Plekhanov; pero por sobre su cabeza estrechamos nuestras manos hacia este socialista utópico que atribuyó una importancia tan grande al poder de la razón y el deseo humano. El marxismo ha limitado estos factores en mucho y ha demostrado que estos mismos están dominados por leyes objetivas; al mismo tiempo ha demostrado que, cuando el proletariado llega a estar más organizado en el momento en que toma el poder en sus manos, también la esfera de influencias del deseo y la razón se ampliarán más y más –y no como los utópicos lo imaginaron, sino en la realidad.

Esta es la razón por qué la ética y estética de Chernyshevsky y sus ideas ilusorias del poder de la razón de la humanidad sobre la realidad parecen estar ahora tan cerca de nosotros, y una gran cantidad de la crítica de Plekhanov a Chernyshevsky ya no es válida. Por esta razón no puedo estar de acuerdo con el camarada Steklov cuando dice que Chernyshevsky no era un utópico, pero tampoco estoy de acuerdo con Plekhanov que dice que, como Chernyshevsky era un utópico, todo su sistema de ética y estética era completamente inservible, que él estudió estos problemas de la manera que lo hizo fue precisamente porque era un utópico y que ninguna de sus enseñanzas se puede usar. Las ideas de Chernyshevsky son de importancia a la persona que está cierto de la victoria, importante para nosotros porque estamos construyendo socialismo y construyéndolo concientemente, porque tenemos poder real, aunque limitado, sobre los acontecimientos.

Esto es lo que se puede decir sobre la ética y estética de Chernyshevsky si se le juzga desde un punto de vista contemporáneo y a la luz de las nuevas condiciones. Chernyshevsky mismo, como persona y como todo lo que dejó tras él representa las herencias más tremendas y valiosas.

Cuando el otro día conocí a Nadezhda Konstantinovna Krupskaya, ella me preguntó qué estaba haciendo por esos días. Mencioné que, entre otras cosas, estaba preparando una charla sobre Chernyshevsky para la Academia Comunista. Nadezhda Konstantinovna me dijo:

“Difícilmente había alguien que Vladimir Ilyich amaba tanto como a Chernyshevsky. Sentía una afinidad íntima con él y tenía un respeto extraordinariamente profundo por él”. Y luego, tras unos momentos de pensamiento, dijo:

“Creo que había una cantidad de cosas en común entre Chernyshevsky y Vladimir Ilyich”. Por seguro no sé si había mucho en común –había diferencias como puntos en común- pero sí sé que, en la evaluación del calibre humano, de la belleza y la forma de carácter, estas dos personas estaban ubicados el uno cerca del otro. La herencia y sabiduría de Lenin representa para nosotros y para muchas generaciones futuras una rica casa del tesoro para el estudio. Chernyshevsky también ha dejado mucho tras él que se debe reconocer, no solamente como conmemoración a una era definitiva, sino como algo que se debería estudiar. Con esta charla quise contribuir a precisamente tal evaluación de Chernyshevsky.