Rosa Luxemburgo

Carta A FRANZ MEHRING

 


Escrito: 27 de febrero de 1916.

Nota sobre esta carta por la Fundacion Federico Engels: Al cumplir Mehring setenta años de vida, el 27 de febrero de 1916, Rosa Luxemburgo, que fue en los años 10 y hasta su muerte, la mas leal amiga y camarada de luchas, le dirigió una carta en la que con su habitual rigor y concisión de razonamiento explicitaba la importancia de la figura de Mehring en el movimiento obrero europeo. Dicha carta, que permane- ció inédita por varios años, fue publicada por Eduard Fuchs en el prólo- go al primer tomo de las obras completas del autor, del cual era su testa- mentario y editor. En español se publicó como apéndice de la edición espa- ñola de la biografía de Marx (Franz Mehring, Carlos Marx. El fundador del socialismo científico, Buenos Aires, Editorial Clari- dad, 1965, 3 q edición, pp. 422-423).

Fuente de esta version: El siguiente texto tomado del la compilacion de escritos editada por la Fundacion Engels, sobre Mehring, intitulada SOBRE EL MATERIALISMO HISTÓRICO Y OTROS ESCRITOS FILOSÓFICOS. Primera edición: mayo 2009, ISBN: 978-84-96276-44-4 Depósito Legal: M-24298-2009

Traduccion: Fundacion Federico Engels

Transcripcion/Html: Rodrigo Cisterna, Abril de 2014


 

Mi venerado amigo: Tiene usted que permitirme que re- produzca aquí las pocas palabras en las que he intentado decir- le verbalmente por qué su personalidad y su obra me son y seguirán siendo siempre tan caras. Desde hace muchos años, ocupa usted cerca de nosotros, por derecho propio, un puesto que nadie le puede disputar: el de representante de la auténtica cultura del siglo en todo su brillo y esplendor. Y si según Marx y Engels el proletariado alemán es el heredero histórico de la filosofía alemana clásica, usted es el albacea de esa herencia. Ha salvado usted del campo de la burguesía para traerlo al nuestro, al campo de los socialmente desheredados, todos los tesoros que aún guardaba la cultura en otro tiempo espiritual de la burguesía. Sus libros y sus artículos han fami- liarizado íntimamente al proletariado alemán, no sólo con la filosofía alemana clásica, sino también con los poetas clási- cos, no sólo con Kant y Hegel, sino también con Lessing, Schi- ller y Goethe. Con cada trazo de su pluma maravillosa, ha enseñando usted a nuestros obreros que el socialismo no es, precisamente, un problema de cuchillo y tenedor, sino un movimiento de cultura, una grande y poderosa concepción del mundo. Defenderla, permanecer en su atalaya a pie fir- me, es la misión que usted se ha impuesto desde hace más de una generación. Cierto es que hoy -desde la espantosa bancarrota de la guerra mundial- los herederos de la filosofía clásica andan como míseros mendigos llenos de penurias. Pero las férreas leyes de la dialéctica histórica que usted ha sabido exponer ante el proletariado, día tras día, con mano maestra, harán que los mendigos, los "desharrapados" de hoy, vuelvan a erguirse y sean otra vez los luchadores fieros e indomables. Tan pronto como el espíritu del socialismo vuelva a soplar en las filas del proletariado alemán, su primer movimiento será para alargar la mano hacia sus obras, hacia los frutos de la la- bor de su vida, cuyo valor es imperecedero y en los que alienta siempre el mismo hálito de ideas fuertes y nobles. Hoy, en que las inteligencias de origen burgués nos traicio- nan y desertan de nosotros en manada para retornar al pese- bre de los que mandan, podemos verlos marchar con una sonrisa de desprecio, y decirles: ¡Idos en buena hora! ¿Qué nos importa que os vayáis, si le hemos arrancado a la burguesía alemana lo último y lo mejor que le quedaba de espíritu, talen- to y carácter: a Franz Mehring? ●

Siempre suya, cordialmente

ROSA LUXEMBURGO