F. ENGELS

CARTA A A. SORGE



Primera edición: La colección de la correspondencia de Marx y Engels se publicó por vez primera en alemán en 1934 a cargo del Instituto Marx-Engels-Lenin de Leningrado. La segunda edición, ampliada, se realizó en inglés en 1936.
Fuente  de la versión castellana de la presente carta: C. Marx & F. Engels, Correspondencia, Ediciones Política, La Habana, s.f.
Esta edición: Marxists Internet Archive, 2010.


 

 

Londres, 7 de diciembre de 1889

AQUÍ, en Inglaterra, puede verse que es imposible machacarle simplemente una teoría en forma abstracta y dogmática a una gran nación, aun cuando se posea la mejor de las teorías, surgida de las propias condiciones de vida, y aun cuando los tutores sean relativamente mejores que el SLP.[1] El movimiento ha echado a andar por fin, y creo que para bien. Pero no es directamente socialista, y los ingleses que mejor han aprendido nuestra teoría se mantienen fuera de él: Hyndman, porque es incurablemente celoso e intrigante; Bax, porque es tan sólo una rata de biblioteca. Formalmente, por el momento el movimiento es sindical, pero absolutamente distinto del de las viejas trade unions, los obreros calificados, la aristocracia del trabajo.

La gente se está poniendo al trabajo en forma muy distinta, está conduciendo a la lucha a masas muchísimo más colosales, está conmoviendo mucho más profundamente la sociedad, está planteando demandas de mucho mayor alcance: jornadas de ocho horas, federación general de todas las organizaciones, solidaridad total. Gracias a Tussy[2] se han formado por primera vez ramas femeninas, en el sindicato de obreros del gas y en la Unión General Obrera. Además, la gente sólo considera como provisorias sus demandas inmediatas, si bien ellos mismos no saben todavía cuál es el objetivo final por el cual están trabajando. Pero esta idea nebulosa está lo bastante arraigada como para que sólo elijan líderes declaradamente socialistas. Como cualquiera, deberán aprender por experiencia propia y por las consecuencias de sus propios errores. Pero como, a diferencia de las viejas trade unions, toman en sorna y ridiculizan toda sugerencia de identidad de intereses entre el capital y el trabajo, esto no tomará mucho tiempo...

...Lo más repulsivo de aquí es la “respetabilidad” burguesa, que se ha adentrado profundamente en los huesos de los obreros. La división de la sociedad en una escala de innumerables gradaciones, cada cual reconocida sin discusión, cada cual con su propio orgullo pero también con su respeto innato por sus “mejores” y “superiores”, es tan antigua y está tan firmemente establecida que al burgués le sigue siendo facilísimo que le acepten su carnada. No estoy del todo seguro, por ejemplo, de que John Burns no esté para sus adentros más orgulloso de su popularidad entre el cardenal Manning, el Lord Mayor y la burguesía en general, que de su popularidad dentro de su propia clase. Y Champion —un exteniente— ha intrigado durante años con los burgueses y especialmente con elementos conservadores, ha predicado el socialismo en el Congreso de las Iglesias, etc. Incluso a Tom Mann, a quien considero el mejor de todos ellos, le gusta mencionar que habrá de comer con el Lord Mayor. Si se compara esto con los franceses, se puede ver para qué sirve, después de todo, una revolución. Sin embargo, ello no le ayudará mucho a la burguesía, si no logra seducir a alguno de los líderes. El movimiento ha sido demasiado reforzado para que sobrevenga algo de esta suerte.

 

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[1] Socialist Labour Party of North America. Nombre adoptado en 1877 por el Partido Obrero Socialdemócrata de Norteamérica, fundado en 1874, principalmente por alemanes. (N. Ed. Ingl.)

[2] Eleonor Mary Aveling (1856-1898) la hija menor de Marx.