Olga Lucía Marín

Che Guevara: 30 años después

 


Redactado: En 1997, como ponencia ante el Seminario Internacional "Ernesto Che Guevara - 30 Años".
Esta Edición: Marxists Internet Archive, 8 de marzo de 2012, Día Internacional de la Mujer.
Fuente del texto de la edición: Olga Lucía Marín, "Che Guevara: 30 años después", en América Libre, no. 12, edición digital.
Derechos: Revista América Libre.  Esta permitida la reproducción del artículo siempre que se cite a América Libre como la fuente original y se incluya un enlace a su página de internet, http://www.nodo50.org/americalibre/.


 

 

El futuro de los pueblos de América Latina está determinado hoy por la capacidad de movilización y lucha que puedan acumular y aprovechar organizadamente en cada país, las distintas fuerzas revolucionarias, democráticas y progresistas, en defensa de los intereses más sentidos de los pobres que cada día tienen menos posibilidades y crecen en cantidad, por las distintas formas de explotación, exclusión y dominio que practica el capitalismo, con nuevos métodos que sólo precisan su verdadero carácter y esencia.

El hambre, el desempleo, las enfermedades, la falta de libertades, el despotismo de los gobiernos y de los partidos políticos que aplican el sistema capitalista en el continente evidencian la necesidad de continuar sin tregua el combate decidido por un sistema económico, político y social que le permita a los pueblos vivir en condiciones dignas sin que continúen muriendo niños y ancianos por hambre, desnutrición y abandono por parte del Estado. Las distintas experiencias que tenemos a la vista en cada uno de los países del continente demuestra el compromiso y la visionaria posición política del Che, en la búsqueda de conseguir la independencia de todos los pueblos del dominio imperialista.

Después de 30 años de la desaparición física, su ideario de combate decidido por la justicia social demuestra que los pobres no tienen otra alternativa para cambiar su propio destino y el de sus generaciones, que producir cambios estructurales mediante la lucha revolucionaria que los lleve al poder político. El ejemplo combativo, de hombre revolucionario entregado a los intereses mas nobles del pueblo es digno de valorar en su justo lugar. Hoy es mas fácil entender la grandeza de los hombres y mujeres que se desprenden de todo lo material y personal para organizar a los pueblos y luchar por ellos a costa de sufrir calumnias, persecuciones, cárceles, asesinatos, amenazas para sus familiares, con privaciones de todo tipo, por el ideal mas noble; cual es entregarle toda la capacidad intelectual, física, de combate y de trabajo a una sociedad libre de explotados y explotadores, distinta a la impuesta por el capitalismo.

Primero Simón Bolívar y luego el Che Guevara, entendieron que la patria para quienes vivimos en este continente es América; está vivo su ejemplo y práctica de que el enemigo de clase no entiende ni acepta fórmulas que pongan en peligro su poderío económico. Y mientras los pueblos no dispongan de ejércitos revolucionarios dotados de concepciones ideológicas firmes, capaces de sacrificarse por los pueblos hasta con su propia vida por los millones de pobres que constituyen mas del 60 por ciento de los habitantes de cada uno de nuestros países; no será fácil recuperar la independencia usurpada por los capitalistas mediante la violencia indiscriminada.

El capitalismo ha desarrollado en estos últimos 30 años mayor capacidad de explotación, de saqueo y de intimidación, con la presión política, militar, económica, tecnológica y cultural; para extraer de los países de pendientes todo lo que le permita engrosar aún más su poderío, para chantajear e intervenir encubierta y directamente en los asuntos internos de los países bajo su dominio. Para eso desertifica gobiernos y dicta leyes criminales como la Helms Burton, exige lucha contra los narcóticos y se permite orientar las principales políticas que deben ejercer los gobiernos títeres.

El narcotráfico, el neoliberalismo, el armamentismo y la discriminación de razas y de grupos sociales, es consustancial al capitalismo. La llamada lucha contra el narcotráfico que no hacen los gringos en su país, la im-ponen por la fuerza a sus administradores para mantenerlos controlados y armar a los ejércitos y organismos de seguridad de los estados de sofisticados armamentos, me-dios técnicos y asesoría militar en la lucha contra-rrevolucionaria que tiene sus propias particularidades en cada uno de los países. Los revolucionarios por principio y por ética no compartimos con el narcotráfico. Se hace necesario insistir en que una verdadera lucha contra el narcotráfico debe comprometer a los nacionales y a la comunidad internacional, porque una cosa son los países productores de las materias primas para la producción de sicotrópicos; otra son los países productores de los elementos químicos necesarios para procesar la hoja, y otra los países que encabezados por los propios Estados Unidos consumen la inmensa cantidad de coca, heroína y otras sustancias que además proporcionan inmenso mercado y utilidades que forman parte de la economía norteamericana y de los países que participan en cualquiera de los tres grandes componentes del narcotráfico, que además afecta directa e indirectamente la economía general de la región.

El neoliberalismo con el libre comercio, resulta ser beneficioso para la actividad del narcotráfico, porque obtienen fabulosas ganancias en el lavado de dólares mediante la compra de bienes raíces, con participación en la industria, el comercio y la banca, al punto que los propios capitalistas que no quieran participar del narcotráfico están condenados a perder sus capitales porque no pueden competir con el río de dólares del ilícito negocio y con el crimen, el chantaje y la corrupción que este fenómeno genera. Y ciertamente tienen limitadas opciones para subsistir participando del mundo de los negocios, con evidente riesgo de afectar sensiblemente los patrimonios.

El mismo desarrollo del capitalismo mundial con cada uno de sus componentes convierte al Comandante Che Guevara en destacada figura revolucionaria de Latinoamérica, dotado de excepcional visión y orientador de las formas de lucha que deben emprender los pueblos, si quieren verdaderos cambios. Treinta años después nada ha cambiado en el capitalismo como sistema en términos de sensibilizarlo frente al dolor, al hambre y a la miseria que sufren los pueblos. A los millones de desposeídos, discriminados y condenados a vivir y morir en el analfabetismo, la insalubridad y la indignidad impuestas por los gobiernos ejecutores del sistema capitalista, sólo les queda organizarse y luchar sin descanso hasta conseguir cambios revolucionarios profundos en la sociedad mediante la toma del poder político por el pueblo.

En este homenaje al Comandante Ernesto Che Guevara también hacemos reconocimiento al aporte de miles y miles de hombres y mujeres revolucionarios, que en estos largos y difíciles años de lucha han entregado sus vidas en el combate por las ideas de libertad y justicia social, en defensa del ideario marxista leninista.

Igualmente queremos decirles que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia Ejército del Pueblo, FARC-EP, nace en Colombia en el año 1964, influida por el triunfo de la Revolución Cubana. Es una organizacion político militar, que lucha con las armas por conseguir el poder político para el pueblo y se guía por los postulados del marxismo leninismo. Circunstancia que la hermana y compromete con la obra de los héroes de la Sierra Maestra, que comandados por Fidel Castro y el Che Guevara consiguen llevar el pueblo de Cuba al poder. Quienes además, han logrado, defender, mantener y consolidar a costa de admirables sacrificios y mística revolucionaria de comunistas íntegros comprometidos con los destinos libertarios de su pueblo.

Los sucesivos gobiernos de los Estados Unidos no renuncian a la demencial obsesión de liquidar por cualquier vía y al precio que sea la revolución y el pueblo de Cuba. No pueden aceptar la pérdida definitiva de lo que hace pocos años era uno de sus atractivos lugares de veraneo, orgía y atraso para los cubanos, hoy convertido en el único país libre y soberano del continente, a pocas millas del gran imperio.

La historia política de Colombia en los últimos años registra la aparición de varias organizaciones guerrilleras, que se desmovilizaron y entregaron las armas, en los inicios de la presente década; frustrando a quienes les creyeron y prestaron significativo apoyo. Lo hicieron porque no tuvieron una ideología definida, ni vida propia. Y con el derrumbe del socialismo soviético, debido a la traición de esa dirigencia liderada por Gorbachov, pensaron que iban a desaparecer los pobres con sus necesidades sobre la tierra, porque el capitalismo cambiaría su esencia, haciéndose generoso y humano, sin que fuera necesario luchar por construir el socialismo como opción definitiva. La clase política gobernante en Colombia se fortaleció y se atrasó por varios años la revolución que de todas formas continúa avanzando con firmeza. Tomaron la decisión de abandonar la lucha armada, para reinsertarse en la democracia del capitalismo gubernamental y conseguir representación legislativa, con cargos de poca importancia y sin mayor trascendencia en la administración del país. Debemos decir con toda franqueza que los pobres de Colombia, no se beneficiaron de los acuerdos suscritos por los desmovilizados con el gobierno nacional y ni siquiera todos los hombres y mujeres que combatieron en sus filas. Porque las causas generadores del enfrentamiento continúan sin solución hasta lograr verdaderos cambios estructurales en el aparato estatal.

Mientras tanto Colombia ha presenciado amargas y reprobables experiencias de asesinatos a manos de agentes del estado y para-estatales de varios miles de revolucionarios y gente progresista que sin ser ni haber sido guerrillero, ni comunista, ha muerto, está preso, desplazado o en el exilio, por consecuencia del terrorismo de estado, en su conocida estrategia de liquidar por cualquier vía la oposición política. Lo evidencia el genocidio contra la Unión Patriótica, el Partido Comunista, gente de Luchar, del Frente Popular y distinguidos dirigentes sindicales, jueces de la república, candidatos presidenciales, parlamentarios, estudiantes, maes-tros, indígenas, campesinos, periodistas, figuras de los derechos humanos y religiosos. El dramático cuadro que describimos explica que los colombianos nos acercamos al año 2.000 gobernados por una burguesía cavernícola, que no tolera la presencia política de organizaciones distintas al bipartidismo, porque gobierna una mafia política, corrupta y reaccionaria, cubierta por el paraguas de la impunidad, la politiquería y el engaño, con la máscara de gobiernos civiles y al servicio de militaristas que en nada se diferencian de los crímenes cometidos por las dictaduras del Cono Sur en los años del terror de los militares en el poder.

Los elementos señalados justifican y explican el desarrollo y pujanza del movimiento guerrillero, nutrido y fortalecido de las desigualdades sociales, con creciente apoyo de masas, y convertido en verdadera opción de cambio, por la ausencia de espacios para ejercer la política abierta y legal. Circunstancia que de otro lado explica las razones políticas para que lo fundamental de la oposición revolucionaria esté enguerrillerada, con las armas en la mano y dispuestos a combatir con tenacidad y perseverancia al lado del pueblo para lograr abrir verdaderos espacios de democracia para las mayorías con justicia social, soberanía y dignidad. Condiciones sin las cuales no es posible afianzar la paz definitiva y duradera que anhelamos los colombianos.

Contra el Imperialismo... por la Patria

Contra la Oligarquía... por el Pueblo

¡Hasta la Victoria Final! ... ¡Somos FARC-EP!

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