Partido Comunista de Nepal (Maoísta)

Dos trascendentales años de transformación revolucionaria

 

 


Redactado: Por Pushpa Kemal Dahal ("Camarada Prachanda"), Secretario General del Partido Comunista de Nepal (Maoísta).
Publicado: En inglés en The Worker, órgano del Partido Comunista de Nepal (Maoísta), N. 4 (mayo 1998), págs. 9-17, 52, con el titulo "Two Momentous Years of Revolutionary Transformation".
Traducción al Castellano: Debate y documentación sobre Nepal, 2007. 
Esta edición: Marxists Internet Archive, noviembre de 2009.




1. 

INTRODUCCION

 

El proceso de transformación revolucionaria en la actual sociedad semifeudal y semicolonial de Nepal a través de la Guerra Popular ha cumplido dos años. En este período el Partido ha aplicado con éxito dos planes estratégicos de inicio y continuación de la Guerra Popular y en el presente está llevando a cabo el Tercer Plan Estratégico. Hoy la Guerra Popular se ha establecido como la única alternativa revolucionaria en Nepal rompiendo los innumerables ciclos de represión de los reaccionarios y oposición de los revisionistas. En el proceso de destrucción del viejo Poder y la construcción del nuevo, la Guerra Popular ha alcanzado hoy la etapa del ejercicio local del Poder democrático. Al crear una influencia y debate desafiantes en cada aspecto de la vida nacional, desde el punto de vista militar la Guerra Popular ha alcanzado la etapa de desarrollo de zonas de guerrilla. Al poner las bases de una nueva estructura estatal en la forma de un Frente Unico Revolucionario de masas de diferentes clases, nacionalidades y regiones oprimidas por siglos, la Guerra Popular está mostrando, en el curso de su desarrollo, el camino de su propia preservación, desarrollo y victoria. En lugar de la corrupta, vil, fraudulenta y extremadamente individualista cultura anárquica del viejo Estado, la Guerra Popular ha desarrollado una nueva cultura colectiva y orgullosa basada en el sacrificio, compromiso ideológico y autosacrificio. Sobre todo, en medio del proceso de intensa represión y resistencia de los últimos dos años, la Guerra Popular ha jugado un destacado papel en la transformación revolucionaria.

Hasta ahora noventa de los mejores hijos e hijas del pueblo han sacrificado la vida en la forja de esta hazaña histórica. Miles de combatientes revolucionarios desafían con valor la cárcel, persecución y horrendas torturas del régimen reaccionario. Cientos de miles de personas están nutriendo este proceso histórico con innumerables ejemplos de sacrificio, devoción y autosacrificio.

El camino de desarrollo y victoria de la revolución nunca ha sido recto, fácil ni tranquilo en ninguna parte. La ley dialéctica del desarrollo nos dice que, en todas partes y todo momento, la revolución avanza en medio de una intensa oposición y contrarrevolución y a través de ascensos y descensos, subidas y bajadas, y pérdidas y victorias. La experiencia de los últimos dos años de Guerra Popular no es una excepción. Hoy, con motivo de cumplir dos gloriosos años y entrar al tercer año de retos de la Guerra Popular es importante resumir nuestros logros.

 


2. 

DOS AÑOS DE GUERRA POPULAR Y LA SITUACION DEL ESTADO REACCIONARIO

En la fase inicial de la histórica Guerra Popular, la reaccionaria clase dominante nepalesa, tal como las clases reaccionarias del mundo, subestimaron el gran papel del pueblo. Por su posición de clase, los reaccionarios de todas partes siempre tienden a menospreciar e intimidar a las fuerzas populares. Desde su punto de vista, las reaccionarias clases dominantes de Nepal “dijeron” que destruirían las fuerzas populares en mes y medio o dos meses y recurrieron al terrorismo de Estado con arrestos masivos, tortura, saqueo y genocidio. Las masas, el Partido y los combatientes revolucionarios continuaron resistiendo y dieron históricos ejemplos de devoción y sacrificio.

¿Cuál fue el resultado? El resultado fue acorde con lo que sucede en los auténticos movimientos revolucionarios en todo el mundo, y con el pronóstico de la invencible ideología del Marxismo-Leninismo-Maoísmo. Los reaccionarios gobernantes habían pensado que podrían extinguir fácilmente el fuego de la Guerra Popular recurriendo al genocidio, represión y terror. Pero, como ha demostrado la ciencia y la experiencia histórica, el asesinato de las masas no extingue el fuego de la revolución, sino que atiza las llamas. El terrorismo desatado por el Estado hizo avanzar la revolución del pueblo. Además, el terrorismo de Estado arrancó la máscara de la llamada democracia, constitución y derechos humanos al Estado reaccionario y ayudó a las masas a reconocer su naturaleza fascista. La campaña represiva fascista de todo el año no sólo reveló la crisis en el Estado sino que la profundizó aún más. Después de un año de represión, el enemigo se dio cuenta de que había una ola aún más grande de simpatía y cooperación hacia la Guerra Popular. ¡Aquellos miles están reemplazando a cientos, y aquellos cientos de miles están reemplazando a miles! Saben que no va a ser fácil que desaparezca la Guerra Popular, pues ésta es fundamentalmente un nuevo tipo de guerra.

Junto con la agudización de la crisis del podrido Estado de la clase reaccionaria, este gran proceso de Guerra Popular intensificó las contradicciones entre sus diferentes facciones políticas. Entre las varias camarillas parlamentarias que obedecen a diferentes saqueadores imperialistas y expansionistas, se intensificaron las maniobras por el poder. En el contexto de esta crisis y justo después de la celebración del primer glorioso aniversario y el comienzo del segundo año de la Guerra Popular, se fraguó una nueva coalición en el Estado reaccionario, con cara de perversión, vileza, hipocresía y servilismo. El nuevo gobierno —con la participación de la camarilla renegada del Partido Comunista Nepalés Unido (Marxista-Leninista) [UML] bajo el liderazgo de los carniceros de Panchayati— fue una burla hasta de los limitados logros del histórico movimiento del pueblo de 1990. El gobierno adoptó una nueva estrategia de represión combinada con intrigas diplomáticas contra la Guerra Popular. Con esta estrategia, al comienzo se dijo que la Guerra Popular era un “problema político” y que se podía resolver a través del “diálogo”. No obstante, en los hechos hizo preparativos para intensificar aún más la represión: se constituyeron diferentes comisiones, particularmente una comisión de inteligencia. Las masas detectaron la conspiración general del nuevo gobierno cuando éste decidió proponer un proyecto de ley antiterrorista y movilizar a sus fuerzas armadas contra el pueblo, aunque no había cambio en la situación objetiva.

Sobre la base de las enseñanzas del Marxismo-Leninismo-Maoísmo, el principio universal del desarrollo de la guerra revolucionaria y las particularidades del desarrollo de la Guerra Popular en Nepal, el Partido ya había previsto la posibilidad de que el enemigo movilizara su ejército en contra de la Guerra Popular. Para resistirlo, el Partido había preparado a todos sus militantes, a todos los combatientes y en cierta medida a las masas con una serie de estrategias y tácticas políticas y militares. Como el Partido consideraba la movilización del ejército contra la Guerra Popular como una señal del avance de la Guerra Popular, desde el punto de vista militar, se había preparado para grandes oportunidades y grandes retos.

Las amplias masas populares lanzaron una campaña nacional de protesta contra la decisión del reaccionario gobierno de proponer el llamado proyecto de ley antiterrorista y de movilizar el ejército contra la Guerra Popular, y, de este modo, lograron que el proyecto se archivara por el momento. En sólo mes y medio, se puso al descubierto la naturaleza fascista del nuevo gobierno. Y de más importancia aún, por primera vez las amplias masas populares pudieron identificar y comprender la reaccionaria naturaleza de la camarilla renegada revisionista del UML. Ante la furia popular, el gobierno tuvo que retroceder. Las masas resumieron correctamente que, hasta cierto punto, esto era una victoria por su iniciativa.

Alarmados por estos acontecimientos, los feudales e imperialistas empezaron a buscar otra forma de mantener su Estado. En este contexto empezaron el tan odiado proceso de comprar y vender, encarcelar y raptar, a los congresistas principalmente ¡con la intervención y en aras de los intereses de los expansionistas de la India! La hipocresía de su democracia parlamentaria salió aún más a flote. Una vez más se vio que el parlamento y los congresistas no son más que el redil de borregos del imperialismo y el feudalismo.

Finalmente se formó un gobierno de coalición con antiguos fascistas Panchas y el Partido del Congreso: tristemente célebres traidores, asesinos de masas y vasallos de los expansionistas de la India. En su primera declaración pública, este nuevo gobierno, tan odiado y repudiado por la gente, dio a conocer su política para contener a la Guerra Popular, y declaró que “liquidaría” la Guerra Popular en un período de tres meses. El nuevo gobierno está procediendo con la estrategia política de usar rondas patrocinadas por el mismo con el nombre de Comités de Defensa Popular, para asesinar a los cuadros revolucionarios en ataques sorpresa, hacer propaganda falsa y negra contra la dirección de la Guerra Popular, movilizar enormes comandos policíacos y militares en una campaña nacional de represión no declarada, arrestar y torturar, y realizar ataques armados contra las actividades pacíficas de diferentes organizaciones de masas. De este modo, hasta enero de 1998 este gobierno de lacayos pro India había asesinado a nueve combatientes revolucionarios, entre ellos los Camaradas Dhanraj Pun, Suk Bahadur Rokka, Prem Bahadur Rokka, Bhim Prasad Oharti, del distrito Rolpa, la Camarada Kamala Bhatt, del distrito Gorkha, y el Camarada Padam Bahadur Royaka, del distrito Jajarkot.

Sin embargo, el aspecto de mayor importancia es la nueva ola de apoyo sin precedentes a favor de la Guerra Popular, que va en ascenso en el contexto de estas actividades y declaraciones del gobierno. Miles de campesinos, mujeres, estudiantes e intelectuales están avanzando a gran velocidad en el proceso de lucha combativa. Las acciones militares de las guerrillas del pueblo no sólo se han expandido ampliamente sino han alcanzado nuevas alturas. Esto lo ha confirmado el reciente éxito de las formas superiores de acciones guerrilleras realizadas en Rukum y Dhading, entre otras zonas.

En medio del odio, furia y resistencia del pueblo, se desenvuelve otro drama: la formación de una nueva coalición en el Estado reaccionario. En la forma de un debate sin sentido entre celebrar elecciones a mitad del período o una sesión especial del parlamento, se están generando las luchas por el poder entre el palacio Real, los Estados Unidos y la India. En aras de su propia dominación y saqueo exclusivo, los expansionistas de la India y los imperialistas yanquis están penetrando abiertamente a los grupos reaccionarios, como el palacio Real, el Partido del Congreso nepalés, el UML y el Partido Rastriya Prajatantra [RPP]. Es ahora tan claro como la luz del día que varias contradicciones y conflictos entre las diferentes camarillas reaccionarias son en esencia el reflejo de las luchas por el poder entre diferentes campos imperialistas y expansionistas.

En este forcejeo entre la Guerra Popular y el Estado reaccionario se vislumbra que este último está resbalando hacia su muerte y que el gran proceso de la Guerra Popular está dirigiéndose hacia su victoria. El actual Estado reaccionario es la raíz y causa de la ruina del país y del pueblo, y la Guerra Popular representa la bandera de salvación y liberación del país y del pueblo.

Hoy, los feudales, los expansionistas y los imperialistas están conspirando a través de sus lacayos nepaleses, el Partido del Congreso nepalés, el UML, el palacio Real, el RPP, etc., para desatar una mayor represión contra las masas y la Guerra Popular. No es posible obtener una victoria fácil en la Guerra Popular. Para obtenerla, se requiere una mayor participación y unidad de las masas. La Guerra Popular tiene ante sí grandes posibilidades de avance y al mismo tiempo grandes retos.

Hasta ahora la clase reaccionaria ha adoptado la estrategia de campañas políticas desinformativas y campañas militares de cerco y aniquilamiento contra la Guerra Popular. Para contrarrestar estas campañas, la Guerra Popular está adoptando en lo político la estrategia de “desmentir los rumores” y en lo militar la estrategia de “romper los cercos y oponer resistencia”.

No debemos pensar que los fracasos de los diferentes grupos políticos reaccionarios sean fracasos del Estado reaccionario en general. Si es necesario, el Estado reaccionario puede deshacerse de los actuales grupos políticos por no ejercer el debido despotismo extremo contra el pueblo. Unicamente al prepararse a enfrentar al Estado más sanguinario es posible que los revolucionarios cumplan con su papel histórico. Lo principal es atreverse a ganar desafiando la muerte, sobre la base de los principios revolucionarios del Marxismo-Leninismo-Maoísmo y de compromiso con el pueblo. Por difícil y arduo que sea el camino, la destrucción del Estado reaccionario y la victoria del pueblo se harán realidad.


3. 

EL PAPEL DE LA GUERRA POPULAR EN EL DESARROLLO DE LOS TRES INSTRUMENTOS DE LA REVOLUCION

 

A. EL PARTIDO


El Camarada Mao ha resumido que los tres instrumentos mágicos de la revolución de nueva democracia son el partido, el frente único revolucionario y el ejército popular. Aunque la teoría sea universal, el desarrollo específico de estos instrumentos depende de las particularidades del desarrollo histórico de cada país. Aquí no se admite un pensamiento mecanicista acomodaticio. Es bien sabido que de los tres instrumentos, el partido es el instrumento principal el cual dirige a los otros dos.
La Guerra Popular que ha estado avanzando desde hace dos años ha jugado un papel histórico en el desarrollo y transformación del Partido. En un país semifeudal y semicolonial como el nuestro y en la época del imperialismo y de la revolución proletaria, el proceso de prolongar la guerra popular es también un proceso de transformación revolucionaria del partido. Estamos percatándonos con nuestras propias experiencias de que en comparación con diez años de cháchara y sermones idealistas, la experiencia de dos años de Guerra Popular ha contribuido enormemente a la transformación revolucionaria del Partido.

La Guerra Popular ha contribuido muchísimo a la transformación y desarrollo del Partido, tal como: fortalecer la unidad de mentes y corazones en el Partido; elevar la conciencia y nivel ideológico y político del Partido a un nivel superior desarrollando las características específicas de la revolución nepalesa; dirigir a todo el Partido hacia el desarrollo de la cultura revolucionaria proletaria de abnegación, devoción y sacrificio que se requiere para dirigir a la revolución del pueblo; profundizar la conciencia acerca de la relación dialéctica y el tratamiento correcto de la lucha de clases y la lucha interna; consolidar y expandir cualitativamente las relaciones entre las masas, clases, Partido y líderes; incrementar el papel, responsabilidad y reconocimiento del Partido en el país y en el mundo, etc.

La resistencia al Estado reaccionario y su represión fascista, y a los viles ataques de los viejos y nuevos revisionistas, aceleró la transformación revolucionaria del Partido. Nuevamente se confirma el hecho de que el desarrollo del Partido como representante revolucionario de la clase proletaria se da por medio de un intenso proceso de lucha de clases y de lucha ideológica.

Basado en la síntesis de la experiencia, éxitos y limitaciones de la Guerra Popular, el Partido está bregando por que las lecciones de la Gran Revolución Cultural Proletaria (GRCP) sean su punto de partida para prevenir que el Partido cambie de color, y que se revolucione y se madure más ante las actividades represivas, divisionistas y conspirativas de los reaccionarios y los oportunistas. Para transformar continuamente al Partido en líder de la revolución, para defenderlo física e ideológicamente, y para expandir y fortalecer su relación con las masas, no hay ningún otro método científico en el mundo de hoy salvo las enseñanzas de la GRCP. El Partido es una unidad de contrarios; mientras que el Partido exista también habrá unidad y lucha de contrarios. Cuanto mayor sea el desarrollo y mayor la complejidad de la lucha de clases, más se desarrollará el Partido y más crecerá su complejidad. En ese contexto una constante práctica de democracia amplia dentro y fuera del Partido será necesaria para preservar su calidad revolucionaria y para derrotar las diferentes manifestaciones de revisionismo y oportunismo. Asegurar la máxima participación de los cuadros de base y de las masas trabajadoras en los asuntos internos del Partido es la única garantía y protección contra el revisionismo. Por lo tanto, el Partido puede captar claramente por medio de las experiencias de dos años de Guerra Popular, que a menos que se adopte un sistema que forme a innumerables sucesores revolucionarios de los cuadros de base y de las masas, será imposible derrotar al feudalismo, al imperialismo y al revisionismo. Un importante logro hoy es que se ha reconocido la necesidad de desarrollar la conciencia y la iniciativa de los cuadros y las masas para “bombardear el cuartel general” del oportunismo así como cumplir el papel de dirigir la gran revolución del pueblo contra la explotación y la opresión del feudalismo, el imperialismo y la traición del revisionismo.


B. EL FRENTE UNICO REVOLUCIONARIO

Según la teoría revolucionaria, el éxito de la revolución democrática es imposible sin el amplio frente único revolucionario de las diferentes clases, sectores y niveles antifeudales y antiimperialistas de la población, bajo la dirección del proletariado. Asimismo, es claro que la base de tal forma de frente único será y deberá ser la unidad entre obreros y campesinos.

Por otro lado, el proceso de inicio y desarrollo del frente único revolucionario variará según las condiciones de diferentes países. En Nepal, la mayor manifestación de oportunismo ha sido sobre la cuestión del frente único.

Aunque, a nivel teórico, desde hace algún tiempo nuestro Partido ha estado poniendo una línea revolucionaria sobre esta cuestión, no logró ponerla en práctica y tampoco fue posible hacerlo sin el inicio de la Guerra Popular. Hoy las experiencias de la Guerra Popular muestran un cuadro claro de los aspectos tácticos y estratégicos del frente único revolucionario. En vista de las particularidades históricas de Nepal y las experiencias de dos años de Guerra Popular, el amplio frente único de clases y masas oprimidas, nacionalidades oprimidas y habitantes de las regiones oprimidas será la manifestación concreta de nuestro frente único revolucionario. Esta conclusión tiene una inmensa importancia histórica.

Esto aplastará la actual “unidad” impuesta por el poder estatal feudal pro India basada en desigualdades y opresión de clases, nacionalidades y regiones, e iniciará la construcción de una nueva unidad basada en valores democráticos. Hoy la Guerra Popular tiene su mayor impacto en las clases y masas oprimidas de obreros, campesinos, mujeres, etc., en diferentes nacionalidades oprimidas y las castas dalit intocables, y en los habitantes de las regiones oprimidas del lejano Oeste y de Terai.

Para el Partido, es una necesidad histórica dar la máxima importancia a la lucha contra la opresión de las nacionalidades y regiones como parte integral de la lucha de clases y de la revolución democrática. Hasta que los derechos políticos, económicos, religiosos, lingí¼ísticos y culturales de las diferentes nacionalidades (usurpados en el curso de la formación del Estado feudal centralizado) sean reintegrados democráticamente y se garantice su plena participación en el nuevo Estado democrático, y hasta que sea creada una gran fuerza de unidad nacional basada en la democracia, será imposible hacer pedazos al imperialismo y al feudalismo.

Para lograr esa gran unidad nacional, la única posición proletaria correcta es reconocer el derecho de las nacionalidades oprimidas a la autodeterminación, incluyendo el derecho a separarse políticamente. Por lo tanto nuestro Partido ha aceptado firmemente el derecho de autodeterminación de las diferentes nacionalidades oprimidas a fin de asegurar su participación como parte necesaria del frente único revolucionario. Por consiguiente el Partido ha estado tomando iniciativas para poner en práctica la autonomía de las nacionalidades como un programa concreto en el presente.

En la actual etapa de desarrollo de la Guerra Popular, en las regiones en que se construya el Estado democrático el Partido está trabajando por aplicar el concepto de frente único, y al nivel central por construir el frente único como instrumento de lucha contra la opresión de clase, regiones y nacionalidades. Para asegurar la victoria de la revolución, es importante difundir la concepción que el Partido tiene sobre el frente único entre los obreros, campesinos, nacionalidades, castas oprimidas y habitantes de las regiones oprimidas y darle una forma organizativa lo antes posible y lo mejor posible. Al nivel ideológico, es necesario librar una lucha aún más vigorosa contra los revisionistas de derecha quienes añoran alianzas oportunistas, en nombre del frente único.


C. EJERCITO POPULAR

La Guerra Popular —que avanza con lemas marxista-leninista-maoístas como: “Sin un ejército popular, nada tendrá el pueblo”, “El principal instrumento del Estado es el ejército”, “En la Revolución de Nueva Democracia la principal forma de organización es el ejército y la principal forma de lucha es la guerra”, etc.— está jugando un papel importante en la formación del ejército popular. Hoy las masas desarmadas se están transformando sistemáticamente en masas armadas apoyándose en el principio revolucionario de que se aprende a combatir en el curso mismo de la guerra. Al aplicar la estrategia y tácticas de guerra total en el marco de una situación sumamente desigual entre las fuerzas militares enemigas y el pueblo, la Guerra Popular ha estado impulsando el proceso de construir el ejército de acuerdo a las particularidades del país.

Al aplicar muchas leyes concretas de las relaciones dialécticas entre el trabajo abierto y el secreto, las actividades rurales y las urbanas, la lucha legal y la ilegal, las actividades políticas y las militares, las acciones y las movilizaciones de masas, la Guerra Popular ha estado desarrollando su doctrina y teoría militar y la fuerza de las masas.

 

4. 

EL PAPEL DE LA GUERRA POPULAR EN EL DESARROLLO DE LA ORGANIZACION REVOLUCIONARIA DE MASAS Y EL MOVIMIENTO DE MASAS

 

El histórico inicio de la Guerra Popular y su posterior desarrollo han impulsado el desarrollo de la organización y el movimiento de masas revolucionarios. Primero que nada, se han generado nuevas olas de organización y movimiento de masas revolucionarios, en las narices de los cobardes revisionistas quienes no ven las posibilidades de desarrollar los movimientos y organizaciones de masas más allá de los confines del reformismo y el parlamentarismo y quienes se autofelicitan por su monopolio en ese inmundo pantano después del inicio de la Guerra Popular.

Hoy los obreros, campesinos, mujeres, estudiantes, maestros, intelectuales, dalits, nacionalidades oprimidas y activistas culturales —con un nuevo ánimo y entusiasmo— están encendiendo el fuego de la organización y la lucha como aliados de la Guerra Popular. Las olas de movimientos y organizaciones de masas revolucionarios se están generando en todo el país, la mayoría en las principales zonas de lucha, desafiando al sanguinario terrorismo perpetrado por el Estado reaccionario y a los cobardes disparates de los renegados revisionistas.

¿Se ha visto alguna vez en la historia contemporánea de Nepal tan sorprendente iniciativa de miles de mujeres trabajadoras de las zonas rurales quienes han levantado la bandera de la rebelión, desafiando todo tipo de dificultades? ¿Pueden entender alguna vez los cobardes revisionistas el gran surgimiento de la participación de la mujer como combatientas y comandantas guerrilleras que desafían la muerte a conciencia y voluntad? En medio del terror desatado por las rondas patrocinadas por el gobierno, la policía y el ejército, hoy miles de mujeres trabajadoras de todos los distritos más remotos, están participando en reuniones y conferencias de mujeres, asaltando cielo y tierra, y luchando por sus derechos. Esto ha plasmado la nueva relación entre la Guerra Popular y el movimiento de masas. El hecho de que las mujeres sean el grupo más inspirado en los últimos dos años de la Guerra Popular es una clara victoria de la revolución.

Hoy, se perfila un nuevo ambiente de reuniones, conferencias y luchas de los campesinos por todo el país. Claramente, la Guerra Popular ha influido bastante: los campesinos pobres están tomando gran iniciativa para capturar miles de quintales de granos, cultivos y tierras y para destruir contratos de trabajo falsificados de muchos terratenientes feudales. Cientos de miles de campesinos de las principales zonas de lucha están logrando ejercer el nuevo poder democrático resistiendo sistemáticamente el asesinato de masas, saqueo y terror del enemigo. ¿Alguna vez antes se habían dado escenas así en el movimiento comunista de Nepal? Es claro que al tomar el camino de la reforma agraria revolucionaria, de manera consciente y planeada en diferentes partes del país, las llamas de las luchas campesinas revolucionarias reducirán a cenizas todas las relaciones feudales de producción. Asimismo, la juventud y estudiantes revolucionarios están marchando hacia adelante, construyendo organizaciones y luchas por todo el país y desafiando los asesinatos, represión, arrestos y tortura del enemigo. La Guerra Popular ha generado nuevas energías, sacrificios e iniciativas en los estudiantes y desarrollado cualitativamente entre ellos el sentido de responsabilidad hacia su país y el pueblo.

Con el desarrollo de la Guerra Popular, una nueva conciencia de luchar por sus derechos y su liberación está surgiendo en muchas nacionalidades oprimidas: los magares, gurungs, tamangs, newars, tharns, rais, limbus y madhises. La Guerra Popular ha acelerado la formación de varios frentes de liberación nacional y la expansión de organizaciones de nacionalidades oprimidas. Y, hoy, con el desarrollo de la Guerra Popular, una ola de organización y lucha ha surgido en las castas dalit, con mayor rapidez y a una escala más amplia. Los dalits están rebelándose contra la vil tiranía perpetrada por el Estado feudal de las altas castas hindúes.

Además, en la Guerra Popular maestros, profesores e intelectuales han asumido con mayor conciencia y actividad sus responsabilidades hacia el país y el pueblo. Este es un cambio significativo: miles de intelectuales se están integrando en apoyo al gran proceso histórico de la Guerra Popular y están organizándose contra la carcomida organización social y la degeneración y tiranía del Estado reaccionario.

En el frente cultural, la Guerra Popular está impulsando la iniciativa y unidad de los activistas culturales revolucionarios contra la actual hipocresía capitalista, revisionista y neo-revisionista. En el campo de literatura, arte y cultura, la Guerra Popular está impulsando directamente la formación de un nuevo ejército cultural. No tiene precedente el papel que está jugando el frente cultural para integrar a cientos de miles de personas en la Guerra Popular.

Tanto en el país como fuera de él, en particular en la India, la Guerra Popular ha generado un nuevo espíritu y firmeza en los nepaleses expatriados: quieren organizarse y participar en la Guerra Popular. La influencia y trabajo del Partido entre cientos de miles de expatriados nepaleses ha aumentado.

De igual forma hoy la Guerra Popular está jugando un importante papel para atraer a agrónomos, doctores, ingenieros, abogados, activistas de derechos humanos, etc., hacia la revolución de nueva democracia.

En todos estos hechos es claro que la Guerra Popular no debilita al movimiento y organización de las masas; muy al contrario, los fortalece y estimula su expansión y desarrollo cualitativos. De la experiencia de los últimos dos años, queda claro que los revisionistas han estado estorbando el desarrollo revolucionario de la organización y movimientos de masas, hablando como loros de movimientos de masas pero idolatrando el reformismo y el parlamentarismo.

 


5. 

COMO LA GUERRA POPULAR DESNUDA A LOS REVISIONISTAS

 

En ningún lugar del movimiento proletario mundial ha logrado éxito la revolución sin librar una intensa lucha ideológica contra el revisionismo. Una de las condiciones esenciales para el desarrollo y la victoria de la revolución nepalesa es también liberar a las masas del letal veneno del revisionismo. El Camarada Lenin reiteró que es un engaño pelear contra el revisionismo contemporáneo sólo con debates teóricos. Principalmente con el desarrollo de la lucha de clases, junto con debates ideológicos, se podrá derrotar al revisionismo. No es tan simple y trivial pelear contra el revisionismo el cual ha penetrado profundamente en el movimiento comunista de Nepal en las últimas cinco décadas y ha envenenado la mente de cientos de personas honestas.

Como dijo Lenin, es principalmente el desarrollo de la lucha de clases (aquí en la forma de la Guerra Popular), junto con debates ideológicos, que se ha acabado con el revisionismo (en palabras de Engels: “el colosal montón de basura”).

Hoy, el espectro de la Guerra Popular ha sembrado más pánico entre los nuevos y viejos revisionistas que entre los viejos reaccionarios, y sus desbocados ataques en su contra prueban que el montón de basura revisionista está en llamas. Justo después del inicio de la Guerra Popular, los nuevos y viejos revisionistas traicionaron la moral común de la solidaridad de clases y mostraron su verdadero carácter poniendo su fe en la propaganda feudalista e imperialista y dudando y deshonrando al gran sacrificio e iniciativa de las masas. Además, desenmascararon su verdadero yo prestando su voz al Estado reaccionario y repitiendo como loros acusaciones de terrorismo y extremismo contra la Guerra Popular. Además del liderazgo del UML, han degenerado en la reacción los nuevos cabecillas revisionistas quienes se autoproclaman los defensores de “Nueva Democracia” y “Pensamiento Mao”, y quienes han estado sirviendo al Estado reaccionario contra la Guerra Popular y así revelado su verdadero carácter. En este contexto es útil recordar a Mohan Bikram, quien se está degenerando y marginalizando a causa de su propio carácter revisionista vil e hipócrita, y quien se adelantó a los demás anunciando que la Guerra Popular sería liquidada en 10 meses. Por otro lado, cuando los viejos y nuevos revisionistas vieron que —en contra de su voluntad— la Guerra Popular estaba extendiéndose cada día más, empezaron a repetir como loros que una fuerza reaccionaria instigaba la Guerra Popular, del mismo modo que el Partido del Congreso y el palacio Real han estado acusándose mutuamente de lo mismo. Los revisionistas lamentan que los reaccionarios no fueran capaces de reprimir la Guerra Popular la cual, de hecho, ha estado resistiendo las masacres y terror del reaccionario Estado.

Cuando la Guerra Popular entró en su segundo año se transformó en el proceso vital de cientos de miles de personas y empezó desafiando aún más al reaccionario Estado; eso desencadenó un proceso en que cuadros honestos del campo revisionista se unieron a la Guerra Popular y la apoyaron de manera abierta y encubierta. Ante esto, los viejos revisionistas están asesorando abiertamente al Estado reaccionario en cómo reprimir la Guerra Popular. Los nuevos cabecillas revisionistas, en lucha por su futuro, hicieron el juego a los reaccionarios: los instigaron contra la Guerra Popular haciendo montañas de un grano de arena en torno a sucesos insignificantes a nivel local.

La Guerra Popular ha entrado a su tercer año, después de haber cumplido dos; se ha erigido en única alternativa revolucionaria en el país. Para el Estado reaccionario la Guerra Popular representa hoy su mayor obstáculo. Suena irónico que de la mano con los imperialistas, los expansionistas, el Partido del Congreso nepalés, el Partido Rastriya Prajatantra y el grupo Marxista-Leninistas Unidos, incluso los líderes de Partido Comunista Nepalés (Mashal) y del Centro de Unidad estén tachando a la Guerra Popular de terrorista. Pero esto es un hecho. En ningún lugar y momento han ayudado al movimiento revolucionario elementos que en lo ideológico y en lo político han degenerado en reformismo y parlamentarismo. Incluso después del triunfo de la revolución del pueblo, tal gente continuará oponiéndosele. Es bien sabido que en Rusia y China, los revisionistas que se decían comunistas atacaron a los bolcheviques y a los maoístas, incluso después de la toma del Poder.

Actualmente, la Guerra Popular está escalando cumbres más altas mientras que desenmascara toda la basura de los nuevos y viejos revisionistas. Así, mientras que los revolucionarios se guíen por el Marxismo-Leninismo-Maoísmo y mientras que sigan leales al pueblo y marchen hacia la liberación del país y del pueblo, los venenosos ataques de los revisionistas no podrán parar el desarrollo de la Guerra Popular. Con el paso del tiempo los revisionistas se quedarán totalmente al desnudo. La revolución triunfará. El desarrollo de dos años de Guerra Popular ha probado esto fehacientemente.

 

6. 

LA GUERRA POPULAR Y LA EXPANSION Y CONSOLIDACION DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES

 

Antes del histórico inicio de la Guerra Popular el Partido declaró: “La revolución nepalesa es parte integral de la revolución proletaria mundial y servirá a la revolución mundial”. Hoy, con dos años de experiencia a cuestas, se ve que esta declaración es absolutamente correcta. Ya se sabe que nuestro Partido es un miembro participante en el Movimiento Revolucionario Internacionalista [MRI], el cual está bregando por construir una “Nueva Internacional”. En este período nuestra relación con el Comité del MRI y otros Partidos fraternales participantes se ha desarrollado y fortalecido cualitativamente. El inicio de la Guerra Popular y su posterior desarrollo han dado, por un lado, nueva inspiración a los partidos participantes en el MRI, y por otro lado, la Guerra Popular en Nepal ha recibido apoyo moral de todos los Partidos. En el curso de su desarrollo, la responsabilidad internacional de nuestro Partido y de las masas revolucionarias de Nepal ha aumentado cualitativamente.

Hoy, nuestra relación se está desarrollando no sólo con los miembros participantes en el MRI sino con aquellos partidos y organizaciones marxistas de fuera del MRI. De igual forma las relaciones con las organizaciones revolucionarias que están librando luchas de liberación nacional contra el imperialismo y el expansionismo, están extendiéndose a la par del desarrollo de la Guerra Popular en Nepal. El desarrollo de las relaciones e influencia internacionales de la Guerra Popular, la cual es de un carácter prolongado, ha llegado a ser una manifestación concreta de la revolución nepalesa. Nos enorgullece bastante que, en tan corto tiempo, la Guerra Popular esté recibiendo un caluroso apoyo, amor e inspiración de millones de masas revolucionarias de todo el mundo.

Además, mientras que la Guerra Popular está impulsando sus relaciones con los revolucionarios a nivel internacional, los imperialistas, expansionistas y reaccionarios de toda índole están urdiendo conspiraciones e intrigas en su contra. Sobre este particular, es importante tomar en cuenta los comentarios de las clases dominantes de la India y de los imperialistas yanquis, los gendarmes mundiales. Han salido a la luz muchas conspiraciones y medidas represivas de parte de estas potencias contra la Guerra Popular y el Partido que la dirige; éstas están instigando principalmente a sus lacayos, a la clase dominante y a varios grupos reaccionarios en Nepal, para reprimir la Guerra Popular. De esta manera la Guerra Popular ha constituido una gran bofetada para el sistema imperialista mundial, el cual está sufriendo nuevas crisis económicas y políticas. Ahora es claro que la Guerra Popular jugará un papel histórico en el desarrollo —en el futuro próximo— de una nueva ola de la revolución mundial.

El avance de la Guerra Popular no sólo ha empezado a desenmascarar al revisionismo nacional sino también al internacional. La Guerra Popular ha asestado un gran golpe a los viejos y nuevos revisionistas quienes siguen nadando en los inmundos pantanos del reformismo y el parlamentarismo y han traicionado al movimiento revolucionario popular en todo el mundo. En todo esto, sobresalen los ataques del Partido Comunista de la India (Marxista), del Partido Comunista de la India y de otros renegados revisionistas, contra la Guerra Popular maoísta en Nepal.

Hoy, en muchos otros países, se están haciendo los últimos preparativos para lanzar una Guerra Popular maoísta. Llena de alegría a todos los revolucionarios nepaleses el hecho de que las experiencias del inicio y continuación de la Guerra Popular están ayudando directamente en esos preparativos. Hoy obreros revolucionarios de diferentes partes del mundo han solicitado venir a Nepal y participar en el frente de batalla con el fin de salvaguardar y desarrollar la Guerra Popular y sacar lecciones prácticas. Estas son las manifestaciones más excelsas del impacto internacional de los dos años de desarrollo de la Guerra Popular.

Así, de un lado, la Guerra Popular es un nuevo desafío al imperialismo y al revisionismo internacional y, de otro lado, una nueva fuente de inspiración para los revolucionarios comunistas y las masas populares. Esta situación ha exigido, definitivamente, más responsabilidades internacionales al Partido Comunista de Nepal (Maoísta), a los combatientes revolucionarios y en general a las masas de Nepal. Los distritos avanzados, los grandes mártires y todos los combatientes revolucionarios de la Guerra Popular se han transformado, ahora, en propiedad común de los revolucionarios comunistas de todo el mundo. Este sentido de seriedad y responsabilidad ha inspirado a los revolucionarios nepaleses a desarrollar la Guerra Popular y a elevarla a mayores alturas aún, y a dar ejemplos vivos de devoción y sacrificio.

 

7. 

CONCLUSION

 

El gran proceso de la Guerra Popular está avanzando, dando a luz poderosas fuerzas de transformación revolucionaria en todas las esferas de la sociedad. Los enemigos y los oportunistas de dentro y de fuera del país están confabulando para reprimir y frustrar este gran proceso de transformación revolucionaria. Los comunistas revolucionarios y las masas de dentro y de fuera del país están organizándose aún más, y en mayor escala, para salvaguardar y desarrollar este gran proceso. Así, de un lado, los dos años de Guerra Popular han abierto las puertas a posibilidades históricas mientras que, de otro lado, ha surgido una situación de mayor oposición de los enemigos y los oportunistas.

La revolución no está siguiendo los deseos subjetivos de nadie, sino el camino dialéctico de su propio desarrollo. Con dos años de Guerra Popular a cuestas, el Partido se ha animado más —con gran firmeza, devoción y responsabilidad y mayor compromiso con los invencibles principios del Marxismo-Leninismo-Maoísmo— a cumplir con su responsabilidad histórica de liberar a las masas. ¡Unámonos al servicio del gran pueblo nepalés y de su liberación!  ¡Por difícil y retador que sea el camino, la victoria del pueblo es segura!