Leon Trotsky

¡CAMARADAS MARINEROS DE LA FLOTILLA DEL VOLGA!

 


Escrito: 19 de agosto 1918.
Fuente de esta edicion: Mia.org
Traduccion: Rodrigo Cisterna, 5 de nov de 2014
Html: Rodrigo Cisterna, 2014


 

Cuando visite ayer el cuartel general de la flotilla del Volga, el barco de vapor Ilya Muromets, quede sorprendido por lo que vi. Hubieron numerosos extraños paseando en el barco, como si se tratara de una vía pública, a los centinelas no se les comprueban los pases, y de hecho no hubo pases a comprobar. Todo el que quisiera podía subir a bordo, hablar de lo que le gustaba, y se van cuando le pareciera conveniente. Todo lo demás presenta el mismo espectáculo. Nadie sabía quién estaba al mando de la embarcación. Era imposible hasta descubrir quien estaba a cargo de los barcos que sirven para la comunicación. Alguien fue quien envió algún lugar como resultado de una orden de que nadie sabía nada al respecto. Los mensajeros dejaron su botadura en alguna parte, esperando que alguien más pudiera traerla de vuelta. No había ninguna organización, ningún sentido de la responsabilidad. En este barco el cual sirve como el lugar de trabajo del personal naval había numerosas mujeres y niños presentes.

Ningun trabajo serio, en absoluto se puede hacer bajo estas condiciones. Menos aún es posible salvaguardar un secreto naval. Mientras yo estaba de visita en el barco, el comisario Markin cito al mecánico, quien no pudo entrar al motor a trabajar. "Siempre es lo mismo con nosotros", dijo el comisario Markin: "cuando se trata de una cuestión de retirarse, los motores de la nave trabajan espléndidamente, pero cuando tenemos que ir hasta las estaciones de batalla la maquinaria alguna vez se detiene."

¡Camaradas Marineros! Esta situación es intolerable. De esta manera, la flota no combatira eficientemente, esto no es viable. Y es con razón que los comentarios de todos que nuestra nueva flotilla del Volga funciona muy, muy flojamente, perezosamente, sin vigor y sin éxito. Cuando no hay una orden correcta en el centro no puede haber un trabajo sólido y vigoroso hecho en los buques, conjuntamente. Y sin embargo, estamos librando una lucha seria, una gran lucha, una verdadera lucha a muerte. Si no tomamos Kazán ahora, el enemigo tendrá Nizhny-Nóvgorod de nosotros y establecerá vínculos con los bandidos anglo-franceses en el litoral de Arcángel. Ellos podrán luego haber formado un frente común. Nuestra tarea se hará mucho más difícil. Y entonces, podemos decir sin lugar a dudas, que los alemanes podrán comenzar a avanzar desde el oeste y del sur, a fin de no dejar que los checos ni los británicos ni los franceses establezcan un frente permanente en territorio ruso. Nosotros, los obreros y campesinos, soldados y marineros de la República Soviética nos encontramos entre dos fuegos: los británicos y franceses, con la Guardia Blanca de Checoslovaquia, en el noreste, y los alemanes en el oeste y el sur. Nuestra joven república morirá entre estos dos fuegos. La tiranía burguesa más salvaje que reina en nuestras ciudades y pueblos, y todas las conquistas ganadas por los grandes sacrificios, incluso la vida de muchos marineros de la armada se perdera por décadas.

¡Camaradas Marineros! Hago un llamamiento a todos ustedes a pensar sobre la situación que ahora prevalece en nuestro país. Si tomamos Kazán, con lo cual romperemos el frente enemigo. Simbirsk y Samara caerán por sí mismos. La insignificante fuerza expedicionaria Anglo-francesa que no nos dará ninguna razón para alarmarse. Los alemanes no tienen ninguna razón para avanzar, ya que ningún nuevo frente se ha formado en Rusia. Todos los intereses de nuestro país demandan que nos esforzamos cada nervio para tomar Kazán.

¡Camaradas Marineros! ¡Esfuércense juntos! Echen afuera al que sea egoísta que puede haber entre vosotros, barran el descuido, la imprecisión y la negligencia. Todo debe ser puesto en pie de guerra. No pierdan un solo minuto. No retrocedan una pulgada. Aprovechen todo lo posible al enemigo. Libre la lucha con valentía, con coraje, con el espíritu de ataque. Sin arriesgar, de ninguna manera ganara.

¡Les aprieto las manos fraternalmente, camaradas marineros! ●

19 de agosto de 1918.