Leon Trotsky

EL EJÉRCITO ROJO VISTO SEGÚN UN GUARDIA DE BLANCO


Escrito: 13 de octubre de 1919
Fuente de esta edicion: MIA.org
Traduccion: Rodrigo Cisterna, con cuyo permiso aparece aquí.
Html: Rodrigo Cisterna, 2014


Ha caído en manos de los soviéticos en el frente Oriental un informe presentado a la Guardia Blanca Kolchakista comandado por el ex comandante de una brigada en la división N, Kotomin, quien se acercó a los blancos. Este informe es un documento que es excepcionalmente instructivo en muchos aspectos.

LA SELECCIÓN DE LAS GUARDIAS BLANCAS

Kotomin es, como podemos ver en su informe, alguien que no es un tonto, sin capacidad de observación, y su poca falta de carácter. Él es extremadamente hostil al poder soviético. Él no se explaya en su informe cuáles son las razones de principio para esta hostilidad suya - el no siente la necesidad para tales razones de principio. Su odio es puramente orgánico, de clase, un odio social. No sabemos cuáles son los propios orígenes de Kotomin, pero es perfectamente claro que la forma de vida y el hábito de pensar en el ambiente noble burgués le han saturado hasta la médula. Las ideas del comunismo no les interesan. Como resultará claro para todos, no tiene en cuenta absolutamente si el comunismo se logrará, si la gente vivirá mejor y más comodamente en circunstancias estas del orden comunista, etc. En cambio, firmemente siente y sabe que el gobierno del Partido Comunista ha hecho un gran daño a los privilegios de los que él y sus semejantes han vivido como prosperado, ademas está lleno de un gran odio a los comunistas, su odio es el más feroz cuanto más consciente, desinteresada y sacrificada como un trabajador comunista en particular puede ser.

Kotomin fue miembro de la Liga Nacional para el renacimiento [Véase en las notas]. Se unió al Ejército Rojo (no esta muy claro en el informe, si fue como voluntario ni si fue como consecuencia del servicio militar obligatorio) con el objetivo de acercar la desintegración en las filas de la regimientos revolucionarios. Es tal vez, sin embargo, que Kotomin en esta materia embelleció sus antecedentes a los ojos del comando de la Guardia Blanca. Kotomin eligió oficiales con perspectiva de la Guardia Blanca del cuartel de la brigada que se le encomendó. "Deseo formar mi personal del cuartel general de los antiguos oficiales regulares que se oponían a los bolcheviques, y tengo información de la Liga Nacional del renacimiento, de la cual soy miembro y al que me presenté en Tula, una vez contratado como jefe de personal el coronel Lituano Nelidov (del 10 º Regimiento de Ingermanland), quien, cuando era miembro de la organización secreta en Tula, al mando de un golpe talión de voluntarios. Y, posteriormente, Kotomin constantemente contrato a las Guardias Blancos a su personal, y junto con ellos huele simpatizantes en los cuarteles por encima de ellos.

EL ANTISEMITISMO

En la selección de los elementos que necesitaban, Kotomin una vez se enfrentó a los comisarios. En su informe Kotomin muy cuidadosamente distingue a los comisarios judíos y les demuestra su odio de la manera más enfática.

Vale la pena decir unas pocas palabras acerca de esta cuestión. Los comisarios judíos están lejos de constituir un gran porcentaje del total, se mantiene en informes, folletos y periódicos de las Guardias Blancas. Pero es, sin duda, un hecho de que el porcentaje es muy alto. Kotomin, al igual que muchos otros antisemitas, consideran que la razón del número de comisarios judíos como debido a las habilidades especiales y talentos de los Judíos. Él habla dos veces de su "gran talento". Dicha evaluación de los judíos ciertamente no requiere objeción. Es un hecho que los Judíos son un pueblo predominantemente urbano, y que constituyen una proporción muy alta de la población de la ciudad. El régimen zarista, que estableció condiciones muy duras para los judíos, impulso no sólo a los trabajadores judíos, al igual que los obreros rusos, sino también los elementos pequeño-burgueses intelectuales de la comunidad judía a tomar el camino de la revolución. Entre el gran número de judíos comunistas que se han unido al Partido Comunista en los últimos tiempos hay un buen número de la fuente de la que el comunismo no es tanto social, no es tanto una cuestión de clase, como nacional. [Kotonj incita el ejemplo de una brigada comisario, llamado Shajew, "quién sabía cómo arreglarlo" para que no él, sino otro comisario fuera enviado al frente de la brigada. De acuerdo con nuestra investigación está en efecto sucede. Pero Kotom no dice nada sobre SH. Habiendo sido citado a comparecer ante un tribunal del Partido Comunista. El partido no conoce las diferencias nacionales, donde sea héroes ni auto-solicitantes respecta. (Nota de Trotsky.)] Estos son, por supuesto, no los mejores comunistas, ni la organización del poder soviético se basa sin ellos sino en los obreros de Petrogrado y Moscú que se armó de valor en el viejo subsuelo.

El antisemitismo significa no sólo el odio de los judíos, sino también la cobardía en relación con ellos. La cobardía tiene ojos grandes, y que dota a su enemigo con cualidades extraordinarias que no son para nada inherentes en él.

Las condiciones socio-jurídicas de la vida de los judíos son más que suficientes para dar cuenta de su papel en el movimiento revolucionario. Pero ciertamente no se ha demostrado, ni puede ser demostrado, que los judíos son más talentosos que los grandes rusos o ucranianos.

LAS DIFICULTADES PARA LOS TRAIDORES

"Cuando la brigada llego a Simbirsk el 18 de abril", informa Kotomin, "el cuartel del frente ha nombrado como jefe del personal a un judío comunista que mal se graduó de General Rojo de la Academia del personal, un joven muy inteligente de 24 años que había terminado sus estudios en un instituto neuropatológico en Lausana o Zúrich. Este oficial Mayor Rojo era un elemento muy deseable desde mi punto de vista, yo hice todo lo posible para deshacerme de él. Maduro, inteligente, desafiante trabajador, con descaro como todos los Judíos en general, que finalmente llegó en malas relaciones con todo el mundo, y para mi gran alegría, tuve la oportunidad de deshacerme de él en los primeros días de junio ... Después de la salida de V, el puesto de jefe del personal se llenó de nuevo por el teniente coronel Ya., Que, por la fuerza de circunstancias, no pudo venir conmigo, porque su familia había sido registrada, y si él hubiera acabado viniendo, se puede decir con certeza casi absoluta de que este habría supuesto las penas más severas para su familia, posiblemente, incluso yendo tan lejos como el fusilamiento. Cabe señalar que, en general, la situación de los oficiales regulares que tienen vínculos familiares y que se han unido al Ejército Rojo ya sea voluntariamente, con el fin de llevar a cabo una tarea definida, a saber, la desintegración del bolchevismo, o como resultado de servicio militar obligatorio, es una pesadilla espantosa. En relación con mi observación que se entrevistó con el comandante de mi regimiento N, el Capitán L, con el comandante X del regimiento, K, así como con el jefe del Estado Mayor, el teniente coronel Ya., Y están todos soñando sólo del momento en que van a estar en condiciones de adherirse a uno de los ejércitos voluntarios. Debido a sus lazos familiares, sin embargo, examinando tendrá que asumir la forma de su ser hecho prisionero, para que sus familias no pueden estar sujetos a sanciones.

"La Pesadilla espantosa", como lo vemos en las palabras Kotomin, es la situación de un funcionario que se une al Ejército Rojo con el objetivo inocente de desintegrar una unidad, o de traición a llevándolo bajo el fuego de exterminio del enemigo, o desertar en un momento de peligro y ser acogido por los Blancos. Intentar traicioneramente matar a cientos y miles de soldado del Ejército Rojo, personas como Kotomin indignadamente que denuncian al poder soviético, sosteniendo a sus familias responsables de su traición.

LOS OFICIALES REGULARES Y EL PODER SOVIÉTICO

¿Cómo estima Kotomin la actitud de los oficiales regulares hacia el poder soviético? "Casi todos los oficiales regulares", dice, "salvo raras excepciones, son conscientes y honorable como para apreciar todo el daño que se ha hecho a través de la usurpación del poder por los comunistas bolcheviques, quieren con todo su corazón romper con el Ejército Rojo y son sus enemigos irreconciliables. Sin embargo, esta apreciación, obviamente se hizo porque el comando Blanco quiere oír, posteriormente refutada por una serie de hechos y declaraciones proporcionadas por el mismo Kotomin. Es cierto Kotomin nombra un número de comandantes que se han pasado a los Blancos o que han realizado sobre la actividad vigorosa destinada a desintegrar sus regimientos, pero también, de paso, menciona otros ejemplos. Por lo tanto, el comandante de la división V, al conversar con Kotomin, "expresó la opinión de que, si él está sirviendo en el ejército, se considerado en el deber de servir con honor, y concluía con la afirmación de que él no entiende la actitud de los apartidaríos, ya que considera que la cuestión debe ser planteada así: "con nosotros o contra nosotros". Y aquí nos encontramos con el comandante de un regimiento, Capitán del Estado Mayor Ryakin, un Caballero de San Jorge, de 24 años, "un hombre muy valiente y decidido que ha asumido recientemente su regimiento, sin duda, un hombre peligroso, porque sirve con celo, arriesgando su vida a cada paso. Así, por ejemplo, con 150 los soldados de su regimiento, cuando durante la noche del 22 al 23 de julio, el pueblo de Verkhtechinskoye Metlino fue capturado sin una sola baja (muertos ni heridos) tomó prisionero 300 soldados del 45° Regimiento, capturaron a dos cocinas de campaña y cinco ametralladoras. El regimiento, aunque incluye muchos comunistas, se mantiene unido por Ryakin solamente. El regimiento vecino que es mandado por el capitán L quien, en opinión de Kotomin, "se abstuvo de ir a las fialas de las Guardias Blancas sólo por sus lazos familiares. Más adelante, el informe menciona un número de comandantes y de trabajadores en el servicio de abastecimiento quienes, o se acercaron o le hubiera gustado ir a Kolchak. Pero aquí nos encontramos "con el comandante de división el capitán Vinogradov y su hijo, que es el ayudante de división: son los soldados definitivamente peligrosos, dedicando todas sus energías a su trabajo". Kotomin también describe dos comandantes de artillería, Mukhin y Bobrov, como soldados "peligrosos sin duda", es decir los oficiales quienes ocupan con honestidad y energía cumpliendo con su deber. Hay, finalmente, un tercer tipo de agente descrito por Kotomin, un ejemplo de ello es el Ex Capitán del Estado Mayor N, quien "no es bien entrenados desde el punto de vista militar y carece de resolución:

él está totalmente en las manos de sus comisarios y el Estado Mayor de la división, a quien su actitud es muy insinuante. Junto con esto, encontramos otro tipo tal, un ex alférez, "extremadamente indeciso y cobarde, pero quién sabe cómo mantener en buenos términos con el comando, por lo que se mantiene en gracia para con ellos".

No tenemos ninguna razón para objetar: esas personas no existen.

En la sección final de su informe, dedicado a las observaciones generales, Kotomin vuelve al tema de los oficiales regulares. "Todos ellos," dice, "con muy raras excepciones, son hostiles al poder soviético, pero deben ser divididos en varios grupos. El primero, que es el menos importante, está formado por aquellos que están activamente la lucha contra el bolchevismo en diversas organizaciones, o que trabajan en organizaciones o que han adherido voluntariamente al Ejército Rojo y están tratando por todos los medios que se desintegran y prepararlo para una revolución. El segundo grupo es el más grande, acobardado y de voluntad débil, sin recursos y en gran parte donde están a través de la conscripción, trabajan bajo vigilancia sin tregua por los Comisarios y los comunistas, y funcionan bastante bien, pero sin hacer nada especial, ya que en sus corazones sueñan sólo del día cuando bolchevismo se han eliminado de una manera u otra. Un tercer grupo se compone de los oficiales que están tan cansados de todo y tan carente de firmeza, de que están preparados de acuerdo con ninguna autoridad, a fin de dejar en paz a su vida privada sin ser molestado." Más tarde, sin embargo, Kotomin hace una corrección muy importante para su propio relato de la visión política de los oficiales regulares. "La sensación entre el personal de mando de las unidades que han venido desde la retaguardia hacia el frente," dice, "es, en casi todos los casos, sin excepción, exactamente lo mismo: el deseo de ir a los blancos con el fin de ser librarse de la pesadilla del régimen bolchevique. El único factor que los detiene es su ansiedad fundadas acerca de sus familias, a quienes los bolcheviques han registrado, por lo que todos esperamos con impaciencia a la más leve empujón a cabo por los blancos, con el fin de que puedan pasar, aunque sólo sea en la forma más o menos camuflada de ser tomado prisionero, a fin de salvaguardar sus familias. La sensación entre el personal de mando, incluyendo a los oficiales regulares, de las tropas de primera línea es diametralmente opuesto a esto, en vista de su comunidad de intereses directo, ya que con anterioridad había ofrecido para ir al frente, con el mantenimiento del poder Bolchevique de la Rusia soviética."

Por lo tanto, Kotomin bastante contrasta los funcionarios de primera línea con los de la retaguardia quienes se han adoptado recientemente por el reclutamiento de varios puestos de trabajo soviéticos y enviado a unirse a unidades de servicio activo. La diferencia observada en el informe Kotomin, sin duda, existe. En aquellas unidades que han estado en el frente durante mucho tiempo, el personal de mando se compone en gran medida de los voluntarios que se unieron al Ejército Rojo en el primer período de su formación. Pero, además, los comandantes que fueron llamados más de un año atrás, en el reclutamiento de oficiales, en su mayoría han logrado ser estrechamente ligada con el Ejército Rojo y son en mayor o en menor medida llenos de su espíritu. Los activos elementos de la Guardia Blanca han logrado en este tiempo para ir al enemigo, y, como resultado, que la sección de los comandantes extraídos de entre los oficiales regulares del antiguo ejército quienes han estado trabajando en el Ejército Rojo durante un año o más, y han pasado por derrotas y victorias a lo largo de la misma, son un elemento muy valioso, con destino al ejército no sólo por consideraciones de sueldo y raciones, sino también por un vínculo espiritual interior, mediante esfuerzos compartidos y sacrificios compartidos. Los funcionarios que, habiendo ellos establecido ~ mismos en diversas ocupaciones pacíficas en la retaguardia, obstinada y persistentemente evitar la movilización, se encuentran movilizados a pesar de todo, son con frecuencia de un humor amargo cuando llegan al frente, y constituyen el material humano más favorable para las Guardias Blancas. Kotomin estaba en el frente oriental con una brigada de ese tipo, formado en la retaguardia y dotado de oficiales reclutados en la retaguardia. El Kotomin propio generalizaba acerca de la hostilidad casi universal de los oficiales regulares del poder soviético por lo tanto se debe tomar como se aplica principalmente a aquellos hombres cuyo servicio en la retaguardia ha sido perturbado, a su inquietud.

EL ESTADO MAYOR

Kotomin señala a los oficiales del Estado Mayor. "Es de suponer" dice "que un porcentaje considerable de ellos pertenecen a la Liga Nacional para el renacimiento, pero hay desde luego otros que trabajan por motivos de conciencia y prestar un servicio inmenso al bolchevismo. Aunque sé que muchos de los oficiales del Estado Mayor trabajan en el Ejército Rojo, no puedo decir nada acerca de la verdadera naturaleza de su trabajo, lo que sin duda será aclarada en el futuro, ya que la información muy precisa acerca de esto existe en el Centro Nacional. En general se puede decir que la mayoría de los antiguos oficiales del Estado Mayor están instalados en los puestos de la retaguardia, con sólo los más jóvenes sirviendo, ya sea voluntariamente o por obligación, en el frente. La Esperanza de Kotomin de que es posible se ejecute un registro político preciso de los oficiales del Estado Mayor, con la ayuda del Centro Nacional ahora está anacronico, como la Cheka ha afectado no sólo un muy completo "registro" de este Centro Nacional, pero también su liquidación.

LOS SUBOFICIALES Y LOS OFICIALES ROJOS

"La siguiente categoría del personal de mando del Ejército Rojo", escribe Kotomin después de concluir su relato de los oficiales regulares, "formado por los jefes subalternos, hasta el nivel de jefe de la compañía, pero en el frente incluso en el segundo en comando de unidades particulares se han extraído de entre los suboficiales antiguos e incluso los soldados privados. Esta categoría puede dividirse en dos grupos: uno más pequeño dedicado incondicionalmente a los intereses del comunismo, con la que sus intereses personales están inseparablemente empalmados, y una más grande, predominantemente formado por conscriptos, que son casi hostiles al bolchevismo. Ambos grupos de esta categoría son poco cualificados desde el punto de vista militar, y no representan una amenaza particular.

"Entre el personal de mando de todas las categorías también hay miembros del Partido, o simpatizantes, especialmente en el frente, cuyos intereses se fusionan a tal grado con los intereses del bolchevismo que sin duda debe ser considerado como el elemento más peligroso en el Ejército Rojo.

"Hay entre los comandantes también a las personas con un pasado ciertas, a veces criminal, pero estos están siendo gradualmente eliminados del ejército como un resultado del poder soviético haberlas reconocido como un elemento peligroso, no debe ser tolerado.

"En cuanto a los así llamados Oficiales Rojos, toda la masa de ellos son hombres sin educación. A pesar de que en su mayoría pertenecen al Partido, tienen poca estabilidad. Su formación militar general y promedio está por debajo del nivel de los que anteriormente adquirido en una buena "escuela" de suboficiales del regimiento. En esta apreciación, por supuesto, los hechos se refracta a través del prisma de un Guardia Blanca que ha huido al campamento de Kolchak. Vemos, también, que Kotomin se contradice. Sin embargo, también hay algunas afirmaciones correctas que se encuentran aquí. Es indudable que uno de los suboficiales reclutados hay un cierto porcentaje de los elementos kulak, cuyo verdadero lugar está en la retaguardia reclutan y no en posiciones de mando. Sin duda es también el caso de que los suboficiales reclutados en las unidades formadas en la retaguardia están lejos de ser distinguido siempre por la necesaria aptitud de batalla. Como siempre, muchos de ellos sufren una regeneración completa en el frente, produciendo numerosos comandantes excelentes que ahora están al frente de formaciones muy grandes, hasta la división y cuerpos de caballería de nivel, inclusive.

Típico del coronel de la Guardia Blanca es su evaluación despectiva de los comandantes rojos. De todos modos, sin embargo, es cierto que la preparación impartida por los cursos de comando es insuficiente, hay que mejorar en muchos aspectos, y debe ser complementado en el futuro por los cursos de comando de un tipo más avanzado. La reforma, mejora y el desarrollo de la formación militar es una tarea más urgente e importante.

LAS FORMACIONES DE LA RETAGUARDIA Y DEL FRENTE.

"Entre las unidades en el frente", dice Kotomin, "y las unidades formadas en la retaguardia, hay una gran diferencia. En el primero hay una preponderancia considerable de los comunistas. En el conjunto de voluntarios soldados del Ejército Rojo en estas unidades casi no hay oficiales regulares. En la segunda categoría, sin embargo, la mayoría de los soldados son conscriptos, y los comandantes son en su mayoría oficiales regulares. La primera categoría es más firme, mientras que los segundos son fácilmente susceptibles a la desmoralización y menos acérrimo. He aquí una pregunta muy importante de nuestra política militar está tocado, y no podemos pasar por alto el testimonio de Kotomin. Aquellas unidades que se formaron, o re-educados, en el frente, declara, son incomparablemente más firmes que las que se formaron en la retaguardia. Y eso es comprensible. En cuanto a la masa cruda de los soldados del Ejército Rojo, que puede ser soldado en unidades de combate sólo si se le da el liderazgo militar y político apropiado, día a día. En los jóvenes, recién formadas unidades la importancia inmediata de personal de mando es incomparablemente mayor que en las viejas unidades establecidas, experimentados. En este último caso, también, los casos de traición a ocurrir, pero un traidor va hacia el enemigo no se desintegra la unidad, y es aún más raro que esto para hacer la unidad de cualquier daño serio. Las formaciones nuevas que han surgido desde la retaguardia son otra cosa. Un grupo bien organizado de caracteres del tipo Kotomin son capaces, desde el principio, de la interrupción de una unidad casi irreparable. Es aún más importante en el caso de nuevas formaciones para seleccionar comandantes experimentados, aunque sólo hasta cierto punto, de entre los que han pasado por el fuego del Ejército Rojo en el frente. Las formaciones posteriores, si entran en acción poco a poco, con las precauciones necesarias (especialmente cuando el personal de mando se refiere), para luego adquirir la coloración del medio militar alrededor de ellos y se convierten listas para el combate de unidades de primera línea.

LOS COMISARIOS

De gran interés es la sección del informe que se directamente interesados en la labor del Partido Comunista en el ejército y el papel desempeñado por sus representantes. "Los comisarios, escribe Kotomin,"son lo mejor de los comunistas, y debe dividirse en varias categorías. El primero (el más pequeño, en mi opinión) no es superior al 5 por ciento, y es tal vez mucho más pequeño. Estos son los comunistas idealistas, que creen firmemente en la idea del socialismo y tienen mucha energía a los límites de la resistencia humana de trabajo que ponen en su trabajo todo lo que saben, todo su vigor y determinación, sin aprovechar las ventajas de su posición. El restante 95 por ciento, y tal vez más, son los hombres que piensan que el comunismo puede aportar grandes ventajas, que explotan al máximo. Esto incluye tanto a los trabajadores que tienen la esperanza de mejorar su situación personal a través del socialismo y de los campesinos (del tipo más pobres, por supuesto) que cuentan con la posibilidad de hacerlo bien por sí mismos a expensas de los más prósperos, sin tener que trabajar para ello, y también las heces de las otras clases, en su mayoría jóvenes y fracasos, ademas, por supuesto, casi la mayoría de los Judios, cuya fantasía no es en absoluto el establecimiento del comunismo, sino de obtener el dominio del mundo por sí mismos.

"El papel desempeñado por los comisarios del ejército es enorme. Ellos mantienen el espíritu de antagonismo de clase entre las masas de soldados. En la batalla que, tanto en las personas y también actúa a través de las células comunistas que se organizan en un grado cada vez mayor, instamos a las unidades que avancen, manteniendo estrecha vigilancia sobre todos. Ellos revisan el trabajo de los comandantes y su comportamiento en la acción.

Llevan una agitación incesante, haciendo uso de todos los casos adecuados y la explotación de cada hecho, pequeña, sin embargo, que puede ser utilizado para enfatizar las ventajas de la forma bolchevique de vida. Lo que es particularmente llamativo de los comisarios, especialmente aquellos en el frente, es lo increíblemente trabajadores que son. Esto se debe, por supuesto, a su juventud, al fanatismo de sus líderes idealistas, y en la disciplina estricta de partido: tienen una gran responsabilidad ante los comisarios de alto nivel para cualquier negligencia, y ambos se mueven por el deseo de promoción y por el temor de la denuncia, como espiar a los demás es frecuente entre ellos con el grado más persistente e implacable.

Una vez más, no nos olvidemos por un momento que el informe fue escrito por un doble teñido del traidor de las Guardias Blancas. Se divide a los comisarios en dos grupos. Cinco por ciento, en su opinión, son comunistas idealistas desinteresados, mientras que el 95 por ciento son personas interesadas en los resultados materiales del comunismo. Esta clasificación es en realidad el resultado de la estupidez burguesa. Por los comunistas desinteresados Kotomin evidentemente refiere solamente a aquellos que han venido de un medio burgués, los que han sido, en su momento, de forma voluntaria roto con su entorno familiar y los privilegios de su situación, ademas se dedicaron a la causa de la clase obrera. En cuanto a los comunistas proletarios, Kotomin los ve como personas que "esperamos a través del socialismo que mejoren su posición personal". Por supuesto, el objetivo del comunismo es el mejoramiento de la estratificacion social de las masas trabajadoras, de los trabajadores de la ciudad y el país. El comunismo es una ventaja para la clase obrera, es esto un hecho indiscutible. Pero esto no significa en absoluto que cada trabajador comunista, cada miembro de la clase oprimida que da su vida por las barricada o sirve como un comisario, está luchando por su propia ventaja personal. El desinterés de su obra como el valor moral de su heroísmo no es menor, nada menos, que la del hombre de origen burgués que se ha ganado el derecho a luchar en las filas del proletariado.

El mercenario 'Comunista'-es decir, pseudo-comunista son los que son guiados por el interés personal inmediato, quienes se han arrastrado en su camino en el Partido porque este es el partido gobernante, y que tratan de evitar puestos difíciles y peligrosos y llevar una vida parasitaria. Es bastante obvio que, después de todas las purgas que se han llevado a cabo, la proporción de tales elementos no es ciertamente 95 por ciento. Apenas pueden ascender a más del cinco por ciento, sobre todo en el ejército en el campo. El mismo Kotomin es realmente consciente de ello, por el papel del Partido Comunista sería inexplicable si los comunistas ideológicamente desinteresados ascendían a no más de cinco por ciento. Lo que habla en Kotomin aquí está su instinto de clase amargado, su odio hacia el proletariado, que ha demostrado ser capaz de llevar adelante en su seno de decenas de miles de dedicados héroes anónimos su empeño de dotar a sus enemigos con las características de la pequeña burguesía auto- interesados, la codicia burguesa, con el fin de justificarse y dignificarse como a su entorno en la Guardia Blanca. Influido por esta necesidad psicológica, Kotomin trata de contrastar los comisarios en el frente con los comisarios en la retaguardia, haciendo que parezca como si la pequeña minoría capaz de auto-sacrificios habían sido enviados al frente. Esta acusación está suficientemente refutada por los hechos. Cada nuevo peligro en el frente provoca una afluencia de comunistas en las unidades activas. Nunca ha habido una falta de respuesta a la llamada del Comité Central. Por el contrario, las organizaciones locales del partido han cumplido con sus obligaciones dos veces y más de tres veces, y los lugares de los miembros del partido que han caído se llenan de jóvenes proletarios quienes, en la atmósfera de la organización del Partido, quienes pronto adquieren el temple revolucionario que necesitan. Petrogrado, sigue siendo un modelo a este respecto.

LAS RELACIONES ENTRE LOS COMISARIOS, LOS COMANDANTES Y LOS HOMBRES DEL EJÉRCITO ROJO.

"Bajo la presión del centro", dice el informe, "y también, por supuesto, a través de la conciencia de que los comunistas no pueden sobrevivir sin la ayuda de los oficiales regulares, la actitud de los comisarios, especialmente la más consciente de ellos, y sobre todo en los últimos tiempos, se ha vuelto más y más cortés, incluso hasta el punto de permitir que los agentes de un cierto grado de libertad en la toma de decisiones operativas. Al mismo tiempo, junto con esto, la vigilancia secreta, especialmente de los altos mandos, se ha intensificado y se ha llevado a extremos. Por ejemplo, los comisarios viven en la misma habitación con los hombres a los que están unidos, acompañarlos en todas partes, y los rodean, y los comandantes de todos en general, con los comunistas devotos, para que cada paso dado por todos los miembros del aparato de mando les conocen con precisión a los comisarios y a las células. Al mismo tiempo, los comisarios defender el prestigio de los comandantes, estrictamente castigar incluso a los comisarios a niveles más bajos que se involucran en ataques demagógicos de los comandantes.

"Esforzarse para ganar popularidad entre los soldados, los comisarios y comunistas hacen todo lo posible para atraer a las masas a su lado: a través de los aumentos de sueldo, a través de dar a los soldados de toda clase de beneficios y privilegios, haciendo un esfuerzo tremendo, que están consiguiendo poco a poco la masa de los soldados acostumbrados, por así decirlo, a la institución de los comisarios y listo para ver en él su defensor como el protector en todos los asuntos. El prejuicio que antiguamente fue uno de los conscriptos contra los comisarios y los comunistas se va disminuyendo. Esto se debe únicamente al hecho de que los soldados en el frente se colocan en muy buenas condiciones, y constantemente se están electrizando por los comisarios con promesas irrealizables y, lo que es más importante, el hecho de que los blancos están en retirada, que explicar de acuerdo con lo que dicen los comunistas, por la fuerza y la justicia de la causa comunista en la guerra actual.

Incluso en la coloración Guardia Blanca le otorga este renegado, el trabajo realizado por los comisarios y de las células comunistas se nos presenta en toda su inconmensurable significado revolucionario-educativo. Ese estrecho vínculo que se ha formado en todas partes entre los comandantes y señores comisarios Kotomin intenta representar como cortesía artificial por parte de los comisarios. En realidad, la estrecha colaboración en las condiciones de tiempo de guerra a menudo se traduce en mutuo profundo vínculo. Cuantos casos se han producido cuando, en conexión con las transferencias, comandantes y comisarios particulares, han persistido pidieron no ser separados. La mejora en las relaciones entre los comisarios y los comandantes se debe no tanto a la "presión desde el centro" como el mero hecho de la selección de un gran número de comandantes con experiencia, probado en combate los comandantes, a su cada uno de los cuales no sólo los comisarios sino todos los soldados del Ejército Rojo bajo su mando es querido.

En varias partes de su informe Kotomin describe la antipatía que prevalece de los conscriptos (en su mayoría campesinos) hacia el hecho mismo de la conscripción, y al poder soviético. Que los campesinos ~ políticamente atrasados no muestran el entusiasmo con respecto a la movilización en el Ejército Rojo, que se observa entre los trabajadores avanzados es un hecho indudable, pero, después de haber cruzado al campo de Kolchak, Kotomin puede ver por sí mismo cómo los campesinos siberianos están reaccionando al reclutamiento por las Guardias Blancas. Mientras que, en general, la lucha campesina de mala gana, en aquellos lugares en los que tiene que elegir entre el poder soviético y el Estado de Denikin y Kolchak, en la inmensa mayoría de los casos, el campesino opta conscientemente por el rifle soviético. La regeneración sufrido por los campesinos reclutados en el frente no es meramente admitidos, sino está claramente subrayado por el mismo Kotomin. "El prejuicio que antiguamente fue uno de los conscriptos contra los comisarios y los comunistas se va disminuyendo," como ya hemos leído en este informe: "la masa de los soldados están acostumbrando, por así decirlo, a la institución de los comisarios y están listos ver en él su defensor y protector en todos los asuntos. " Uno no puede imaginar un ingreso más llamativo de la Guardia Blanca de la importancia organizativa de los comisarios y de todo el trabajo revolucionario-educativo realizada por los comunistas en el Ejército Rojo.

Hemos citado las partes más importantes del informe del renegado. No son unos pocos de estos Kotoministas, los enemigos jurados de la clase obrera. Pero el enemigo a menudo da cuenta de las cosas que nos dan a través de la familiaridad. Es por eso que un estudio cuidadoso de las conclusiones de este informe de la Guardia Blanca puede ser muy beneficioso para los trabajadores responsables en el Ejército Rojo. ●

El 13 de octubre de 1919

Moscú

Izv. V.Ts. I.K., No.231