Escrito: 26 de mayo de
1919
Fuente digital de esta edicion: en el Mia.org
Traduccion: Rodrigo Cisterna, febrero de 2015.
HTML: Rodrigo Cisterna,
2015.
Hemos aprendido, en el curso de nuestra lucha, no se asustan de los reveses parciales. Eso es algo muy bueno e importante que han aprendido. En el primer período, las instituciones locales soviéticas fácilmente dio paso al pánico, y si algún pueblo pequeño cayó, una ola de alarma se apoderó de una amplia zona. Ahora sabemos, por experiencia, que si alguna localidad perdemos momentáneamente a los enemigos de la clase obrera, al final la recuperará y avanzara más.
Sin embargo, hemos sufrido demasiados reveses parciales, es decir, los contratiempos que podrían haberse evitado con la vigilancia y el autocontrol. No siempre tiene suficiente cantidad de esas cualidades. Cuando nuestros asuntos van bien y los regimientos rojos están avanzando, arrojando al enemigo, los líderes también caen fácilmente en la complacencia, y creo que a partir de ahora todo va a ir en popa, a motu voluntad. Esta es una ilusión muy grande. La causa de la lucha proletaria nunca avanzo "a motu propio". Pide que la mayor energía, vigilancia, firmeza y presión en todas las direcciones.
Un regimiento es difícil de crear, pero a veces puede ser debilitado y hecho a desmoronarse en unos pocos minutos. Lo mismo se aplica a las divisiones y a los ejércitos de un frente completo. Cuando las cosas toman un mal giro en el frente, y el enemigo nos empieza a presionar con fuerza, nuestro lado siempre muestra, ninguna depresión y ruptura, sino el clan. Los comandantes y comisarios se apoyan y sus unidades entre sí, y la retaguardia viene en ayuda del frente con la actividad febril: la reunión de ejércitos y rápidamente va a la ofensiva.
Una fase de victorias comienza. Entonces, tan a menudo como no, se observa una disminución de la vigilancia y de la presión. Estamos demasiado satisfechos fácilmente con los éxitos parciales que logramos. Mucho se deja al azar. Todo esto es en la actualidad aplicable al Frente del Sur. Un recorrido por los ejércitos en este frente me ha convencido, sin dejar la menor duda, que la carga principal de la responsabilidad por el tropiezo reciente y los reveses parciales en el Frente Sur recae en el aparato organizativo del mismo frente.
Hay demasiadas personas que están trabajando de una manera descuidada. En lugar de calcular y prever a dónde enviar suministros a fin de que estén disponibles en el momento oportuno a las unidades para el que fueron concebidos, los Señores burócratas de ambas cosechas pre-soviéticos y soviéticos trabajan mecánicamente, es decir, en vano, sin tener en cuenta de lo que ocurre en los departamentos vecinos. Los retrasos no sólo de horas, sino de días enteros y el resultado semanas por falta de previsión burocrática. Y esta es la causa de nuestros fracasos.
Después de algunos éxitos, los comandantes y comisarios a menudo comienzan a dormirse en los laureles. La formación no se lleva a cabo en las unidades que se han recogido en reserva. Los reglamentos no se observan. No son capaces de tomar aun las medidas cautelares que sean necesarias en un área de reposo 20-30 verstas desde el frente. Tan pronto como se afloje régimen de las compañías militares y se desvanece en las unidades, la desintegración establece en: los canallas desertores y los campesinos medios desanimados.
El país está ahora nos está dando todo lo que puede: no sólo sus bienes, sino también a sus mejores hijos. Debemos utilizar lo que se nos da, hasta la última fibra. Ni una gota de sangre mas, y ni un cartucho mas debe ser gastado. ¡Economía a compas, la economía en material, y la economía en mano de obra!, para conseguirlo, ¡hay que sacudir a todo el aparato, echar a los burócratas ciegos, envíe los cansados de nuevo a la retaguardia, compruebe y verifique nuevamente sobre las medidas adoptadas sobre el terreno!
¡Más previsión, otro sistema, más persistencia y auto-control, Camaradas comandantes y comisarios, y, en particular, aprovisionar de oficiales, y transportar a los oficiales!
¡Frente sur, contrólate! ●
El 26 de mayo de 1919, Liski. En el camino, No.49.