Leon Trotsky

DESERCIÓN Y TRIBUNALES

 

¡Ay de desertores!

 


Escrito: 3 de mayo de 1919
Fuente de esta edicion: MIA.org
Traduccion: Rodrigo C, con cuyo permiso aparece aquí.
Html: Rodrigo Cisterna, 2015


 

Un desertor es un hombre que, en un momento de dificultad, abandona a sus compañeros, buscando, sobre todo, salvar su propio pellejo. Un desertor es un miembro inútil de la familia laboriosa.

Los obreros y campesinos están librando en todos los frentes de la última y dura batalla en contra de sus enemigos jurados. Tras el resultado de esta batalla depende de la cuestión de si la clase obrera y los campesinos deben vivir o morir. Ya que, si gana Kolchak, la esencia de la clase obrera se ahogara en sangre.

Mientras que los honorables hijos de los trabajadores están agotando todos sus esfuerzos en la lucha, los egoístas están tratando de escapar de las filas del ejército y se esconden en los pueblos y ciudades. En varias partes de la tierra soviética muchos agentes de Kolchak están activos, tratando de incitar a los soldados ignorantes o corruptos a desertar. "Vamos a luchar sin mí, y cuando lo has ganado, voy a volver a una situación ya hecha" que es como el egoísta argumenta.

El cobarde huye, por lo que el hombre valiente tiene que derramar su sangre por dos. Y eso no es todo: el cobarde y egoísta que huye del cuartel o el caminante lleva consigo su equipo, y muchas veces su rifle también. El soldado honorable a veces tiene que luchar en el frente sin ningún tipo de botas en los pies, ya que el desertor ha tomado las botas para él.

El ejército en el campo se llenó de ira contra estos fugitivos despreciables. Los guerreros rojos siempre han estado exigiendo que el poder soviético haga una escoba grande de alambre de púas, y con ella barra a los desertores de todos los rincones del país y de las grietas.

¡Y de hecho es hora! No podemos tolerar durante una hora más una situación en la que vividores, los traidores, los parásitos de la comunidad se extienden en la cima del invernadero mientras los combatientes honorables, abnegados están derramando su sangre por la causa del pueblo trabajador.

¡Ay de los desertores! A partir de ahora van a ser perseguidos sin descanso, de un extremo al otro de la tierra soviética. Todas las autoridades soviéticas, los sindicatos y las organizaciones del Partido están obligadas a participar con más vigor en la lucha contra la deserción. El presidente de los comités locales y de la aldea y los soviets del volost a partir de ahora se llevará a cabo estrictamente de dar cuenta de la vista gorda a la presencia de desertores, ya sea directa o indirectamente. Los que albergan desertores serán castigados de complicidad en los actos de traición.

¡Un fin a nuestra actitud que estamos sufriendo! ¡La última hora ha sonado! Los desertores no encontraran en niguna parte ni refugio ni escondite. El poder de los obreros y los campesinos se les golpeara a través de la mano pesada de castigo revolucionario.

¡Ay de los desertores!

¡Ay de los que traicionan a los trabajadores!

El 3 de mayo de 1919

Simbirsk

'En Ruta', No. 40 ●