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II

Las denuncias de la prensa burguesa, así como las lamentaciones de la policía internacional, encontraban un eco de simpatía, incluso dentro de nuestra Asociación. En su seno se fraguaron intrigas, dirigidas en apariencia contra el Consejo General y, en [266] realidad, contra la Asociación misma. Buscando la raíz de estas intrigas se descubre inevitablemente a la "Alianza internacional de la democracia socialista", dada a luz por el ruso Miguel Bakunin. A su vuelta de Siberia, predicó en el "Kólokol" de Herzen, como fruto de su larga experiencia, el paneslavismo y la guerra de razas [12]. Más tarde, durante su estancia en Suiza, fue designado para el Comité directivo de la Liga de la paz y de la libertad fundada en oposición a la Internacional [13]. Como los asuntos de esta sociedad burguesa iban de mal en peor, su presidente el señor G. Vogt, por consejo de Bakunin, propuso una alianza al Congreso de la Internacional, reunido en Bruselas en septiembre de 1868 [14]. El Congreso declaró por unanimidad que, una de dos: o la Liga perseguía los mismos fines que la Internacional y en ese caso, no tenía razón de existir, o su objetivo era diferente y entonces la alianza era imposible. En el Congreso de la Liga, celebrado en Berna pocos días después, Bakunin efectuó su conversión. Allí propuso un programa de segunda mano, cuyo valor científico puede juzgarse por esta sola frase: «la igualación económica y social de las clases» [15]. Mantenido por una ínfima minoría, rompió con la Liga para entrar en la Internacional. Iba decidido a sustituir los Estatutos generales de la Internacional por el programa de ocasión que la Liga le había rechazado, y el Consejo General, por su dictadura personal. Y, con estos fines y para su uso particular, creó un instrumento especial: la "Alianza internacional de la democracia socialista" destinada a convertirse en una Internacional dentro de la Internacional.

Bakunin encontró los elementos necesarios para la formación de esta sociedad en una serie de personas que había conocido durante su estancia en Italia y en un núcleo de emigrados rusos. Los empleó como emisarios y como agentes de reclutamiento entre los miembros de la Internacional en Suiza, en Francia y en España. Hasta que las negativas reiteradas a reconocer la Alianza por parte de los Consejos federales de Bélgica y París no le obligaron a ello, no se decidió a someter a la aprobación del Consejo General los Estatutos de su nueva sociedad, que no eran otra cosa que la reproducción fiel del programa «incomprendido» de Berna. El Consejo respondió con la siguiente circular fechada el 22 de diciembre de 1868:

EL CONSEJO GENERAL A LA ALIANZA INTERNACIONAL

DE LA DEMOCRACIA SOCIALISTA

Hace próximamente un mes que un cierto número de ciudadanos se ha constituido en Ginebra en comité central iniciador de una nueva sociedad internacional llamada "Alianza internacional de la democracia socialista", imponiéndose como «misión especial estudiar [267] las cuestiones políticas y filosóficas sobre la base de ese gran principio que es la igualdad, etc.».

El programa y el reglamento impresos de ese comité iniciador no han sido comunicados al Consejo General de la Asociación Internacional de los Trabajadores hasta el 15 de diciembre de 1868. Según estos documentos, dicha Alianza «se funde enteramente en la Internacional», pero, al mismo tiempo, ha sido fundada enteramente al margen de la Internacional. A la par que el Consejo General de la Internacional, elegido por los Congresos sucesivos de Ginebra [16], Lausanne [17] y Bruselas, habrá en Ginebra, según el reglamento iniciador, otro Consejo General que se ha nombrado a sí mismo. A la par que los grupos locales de la Internacional, existirán los grupos locales de la Alianza que, por mediación de sus organismos nacionales —que funcionarán al margen de los organismos nacionales de la Internacional— «pedirán al Buró Central de la Alianza su admisión en la Internacional»; y así, el Comité Central de la Alianza se arroga el derecho a dar ingresos en nuestra Asociación. Por último, el Congreso General de la Asociación Internacional de los Trabajadores tendrá también su doble en el Congreso General de la Alianza, puesto que, como dice el reglamento iniciador, en el Congreso anual de los trabajadores, la delegación de la Alianza internacional de la democracia socialista, como rama de la Asociación Internaciona] de los Trabajadores, «tendrá sus sesiones públicas en un local aparte».

Considerando:

que la existencia de un segundo organismo internacional que funcionase dentro y fuera de la Asociación Internacional de los Trabajadores sería el medio más infalible para desorganizarla;

que cualquier otro grupo de individuos residentes en cualquier localidad tendría derecho a imitar al Grupo iniciador de Ginebra y a introducir, bajo pretextos más o menos ostensibles, dentro de la Asociación Internacional de los Trabajadores, otras Asociaciones internacionales con otras misiones especiales;

que, de este modo, la Asociación Internacional de los Trabajadores se convertiría muy pronto en el juguete de los intrigantes de cualquier nacionalidad y de cualquier partido;

que, por otra parte, los Estatutos de la Asociación Internacional de los Trabajadores no admiten en sus filas más que ramas loca]es y ramas nacionales (véanse arts. I y VI de los Estatutos);

que está prohibido a las secciones de la Asociación Internacional de los Trabajadores darse a sí mismas Estatutos y reglamentos administrativos contrarios a los Estatutos generales y a los reglamentos administrativos de la Asociación Internacional de los Trabajadores (véase art. XII de los reglamentos administrativos);

[268]

que los Estatutos y reglamentos administrativos de la Asociación Internacional de los Trabajadores pueden ser revisados únicamente por el Congreso General, a condición de que por tal revisión opten las dos terceras partes de los delegados presentes (véase art. XIII de los reglamentos administrativos);

que el asunto está fallado de antemano por el precedente que suponen las resoluciones contra la "Liga de la paz", adoptadas unánimemente en el Congreso General de Bruselas;

que, en esas resoluciones, el Congreso declaraba que la "Liga de la paz" no tenía ninguna razón de ser, puesto que, según sus recientes declaraciones, su objetivo y sus principios eran idénticos a los de la Asociación Internacional de los Trabajadores;

que varios miembros del Grupo iniciador de la Alianza, en su calidad de delegados al Congreso de Bruselas, han votado esas resoluciones;

el Consejo General de la Asociación Internacional de los Trabajadores, en su sesión del 22 de diciembre de 1868, ha resuelto por unanimidad:

1) Se declaran nulos y sin efecto todos los artículos del Reglamento de la Alianza internacional de la democracia socialista, que definen sus relaciones con la Asociación Internacional de los Trabajadores;

2) La Alianza internacional de la democracia socialista no se admite como rama de la Asociación Internacional de los Trabajadores.

G. Odger, presidente de la sesión

R. Shaw, secretario general

Londres, 22 de diciembre de 1868

Algunos meses después, la Alianza se dirigió de nuevo al Consejo General y le preguntó si admitía sus principios; ¿sí o no?. En caso afirmativo, la Alianza se declaraba dispuesta a desmembrarse en secciones de la Internacional. En contestación recibió la siguiente circular del 9 de marzo de 1869:

EL CONSEJO GENERAL AL COMITE CENTRAL

DE LA ALIANZA INTERNACIONAL

DE LA DEMOCRACIA SOCIALISTA

Según el artículo I de nuestros Estatutos, la Asociación admite en su seno a todas las sociedades obreras que aspiren al mismo fin, a saber: la cooperación, el progreso y la emancipación completa de la clase obrera.

[269]

Estando las fracciones de la clase obrera en los diferentes países colocadas en diversidad de condiciones de desarrollo es natural que sus opiniones teóricas, reflejo del movimiento real, sean también divergentes.

Sin embargo, la comunidad de acción establecida por la Asociación Internacional de los Trabajadores, el intercambio de ideas facilitado por las publicaciones que, como órganos suyos, editan las diferentes secciones nacionales, y, en fin, las discusiones directas en los Congresos Generales han de engendrar gradualmente un programa teórico común.

Así pues, el hacer el examen crítico del programa de la Alianza es tarea que no cae dentro las funciones del Consejo General. No tenemos que investigar si es o no una expresión adecuada del movimiento proletario. Para nosotros, la única cuestión consiste en saber si no contiene nada contrario a la tendencia general de nuestra Asociación, es decir, a la emancipación completa de la clase obrera. Hay una frase en vuestro programa que falla en este aspecto. En el artículo 2 se lee:

«Ella» (la Alianza) «quiere, ante todo, conseguir la igualación política, económica y social de las clases».

La igualación de las clases, interpretada literalmente, conduce a la armonía entre el capital y el trabajo, tan importunadamente predicada por los socialistas burgueses. Lo que constituye el gran objetivo de la Asociación Internacional de los Trabajadores no es la igualdad de las clases —contrasentido lógico de imposible realización— sino, por el contrario, la abolición de las clases, verdadero secreto del movimiento proletario.

Sin embargo, examinando el contexto donde se encuentra la frase igualación de las clases se saca la impresión de que se ha deslizado como un error de pluma, simplemente. El Consejo General no duda que accederéis a quitar de vuestro programa una frase que se presta a equívocos tan peligrosos. Excepción hecha de los casos en que exista contradicción con la tendencia general de nuestra Asociación, ésta, de acuerdo con sus principios, deja a cada sección en libertad para formular libremente su programa teórico.

No existe, pues, obstáculos para la transformación de las secciones de la Alianza en secciones de la Asociación Internacional de los Trabajadores.

Si se acuerda definitivamente la disolución de la Alianza y el ingreso de sus secciones en la Internacional, será necesario, según nuestros reglamentos, que se informe al Consejo del lugar donde se encuentra cada nueva sección y de su fuerza numérica.

Sesión del Consejo General

del 9 de marzo de 1869

[270]

Habiendo aceptado la Alianza estas condiciones, el Consejo General la admitió en la Internacional. Algunas firmas del programa de Bakunin indujeron a error al Consejo, el cual creyó que la Alianza estaba reconocida por el Comité federal de Ginebra (Comité de la Suiza francesa), cuando la verdad era que siempre lo había evitado. Desde este momento, la Alianza había conseguido su objetivo inmediato: tener representación en el Congreso de Basilea. A pesar de los procedimientos desleales que sus partidarios emplearon —procedimientos empleados en esta ocasión, y sólo en esta ocasión, en un congreso de la Internacional—, Bakunin sufrió una decepción en su intento de que el Congreso trasladase a Ginebra la sede del Consejo General y sancionase la antigualla saint-simoniana de la abolición inmediata del derecho de herencia, cosa de la que Bakunin había hecho el punto de partida práctico del socialismo. Este fue la señal de la guerra abierta e incesante que la Alianza hizo, no sólo al Consejo General, sino también a todas las secciones de la Internacional, que se negaron a aceptar el programa de esta camarilla sectaria y, sobre todo, la doctrina del abstencionismo político absoluto.

Ya antes del Congreso de Basilea, habiendo venido Necháev a Ginebra, Bakunin se puso en relación con él y fundó en Rusia una sociedad secreta en los medios estudiantiles. Escondiendo siempre su persona bajo el nombre de diferentes «comités revolucionarios», reivindicó poderes autocráticos, recurriendo a todos los ardides y mixtificaciones del tiempo de Cagliostro [*]. El gran medio de propaganda de esta sociedad consistía en comprometer ante la policía rusa a personas inocentes, dirigiéndoles desde Ginebra comunicaciones, en unos sobres amarillos que llevaban por fuera, en ruso, la estampilla del «Comité revolucionario secreto». Las informaciones públicas del proceso Necháev prueban que se ha abusado de un modo infame del nombre de la Internacional [*]* [18].

Por aquel entonces inició la Alianza una polémica pública contra el Consejo General, primero en el "Progrès" [19] de Locle, después en la "Égalité" [20] de Ginebra, periódico oficial de la Federación de la Suiza francesa, en la que se habían deslizado, detrás de Bakunin, algunos miembros de la Alianza. El Consejo General, que había desdeñado los ataques del "Progrès", órgano personal de Bakunin, no podía desentenderse de los de la "Égalité", que había de creer aprobados por el Comité federal de la Suiza francesa. [271] Entonces publicó la circular del 1 de enero de 1870 [*]**, en la cual se dice:

«En "Égalité" del 11 de diciembre de 1869 leemos:

«Es indudable que el Consejo General desatiende cosas de la máxima importancia. Le recordamos sus obligaciones basándonos en el primer artículo del reglamento: El Consejo General está obligado a ejecutar las resolucianes del Congreso, etc. Podríamos hacer al Consejo General preguntas suficientes para que las respuestas compusiesen un boletín bastante largo. Esto lo haremos más tarde... En espera, etc.».

El Consejo General no conoce ningún artículo, ni en los Estatutos ni en los reglamentos, que le obligue a entrar en correspondencia o en polémica con "Égalité" o a dar «respuestas a las preguntas» de los periódicos. Ante el Consejo General, sólo el Comité federal de Ginebra representa a las ramas de la Suiza francesa. Cuando el Comité federal nos dirija preguntas o reprimendas por la única vía legítima, es decir, por medio de su secretario, el Consejo General estará siempre dispuesto a contestar. Pero el Comité federal de la Suiza francesa no tiene derecho ni a renunciar a sus funciones en favor de los redactores de "Égalité" y de "Progrès", ni a dejar que esos periódicos las usurpen. En términos generales, la correspondencia del Consejo General con los Comités nacionales y locales no podría ser publicada sin acarrear un gran perjuicio a los intereses generales de la Asociación. Por tanto, si los otros órganos de la Internacional imitasen al "Progrès" y a la "Égalité", el Consejo General se encontraría ante este dilema: o desacreditarse ante el público, callándose, o faltar a sus deberes, contestando públicamente. La "Égalité" se ha unido al "Progrès" para invitar al "Travail" [21] (periódico parisino) a atacar por su parte al Consejo General. Es casi una Liga de la salud pública [22]».

Sin embargo, antes de conocer esta circular, el Comité federal de la Suiza francesa había separado de la redacción de la "Égalité" a los partidarios de la Alianza.

La circular del 1 de enero de 1870, como la del 22 de diciembre de 1868 y la del 9 de marzo de 1869, fueron aprobadas por todas las secciones de la Internacional.

Ni que decir tiene que ninguna de las condiciones aceptadas por la Alianza ha sido cumplida jamás. Sus pretendidas secciones siguieron siendo un misterio para el Consejo General. Bakunin trataba de conservar bajo su dirección personal algunos grupos diseminados por España y por Italia y la sección de Nápoles, que él había hecho salirse de la Internacional. En las otras ciudades de Italia se carteaba con pequeños núcleos, compuestos, no de obreros, sino de abogados, periodistas y otros burgueses doctrinarios. [272] En Barcelona, algunos amigos mantenían su influencia. En algunas ciudades del Sur de Francia, la Alianza se esforzaba por fundar secciones separatistas bajo la dirección de Albert Richard y de Gaspard Blanc, de Lyon; de ellos volveremos a hablar más adelante. En una palabra: la sociedad internacional dentro de la Internacional seguía actuando.

El gran golpe de la Alianza, la intentona para apoderarse de la dirección en la Suiza francesa, había de ser dado en el Congreso de La Chaux-de-Fonds, abierto el 4 de abril de 1870.

La lucha se inició alrededor del derecho de los representantes de la Alianza a ser admitidos, derecho que negaban los delegados de la federación ginebrina y de las secciones de La Chaux-de-Fonds.

Aunque, según su propio recuento, los partidarios de la Alianza no representaban más que a una quinta parte de los miembros de la federación, consiguieron, merced a la repetición de las maniobras de Basilea, asegurarse una mayoría ficticia de uno o dos votos. ¡Mayoría que, según afirmaba su propio órgano (véase "Solidarité" [23] del 7 de mayo de 1870), no representaba más que a quince secciones, cuando, sólo en Ginebra, había treinta! Como resultado de esta votación, el Congreso de la Suiza francesa se dividió en dos fracciones, que continuaron sus sesiones por separado. Los partidarios de la Alianza, considerándose representantes legítimos de toda la federación, trasladaron a La Chaux-de-Fonds, la sede del Comité federal de la Suiza francesa, y fundaron en Neuchâtel su órgano oficial, "Solidarité", redactado por el ciudadano Guillaume. La misión especial de este joven escritor consistía en difamar a los «obreros de fábrica» de Ginebra [24], esos «burgueses» odiosos, en hacer la guerra a la "Égalité", periódico de la federación de la Suiza francesa y en predicar el abstencionismo político absoluto. Los autores de los artículos más destacados sobre este último tema fueron: en Marsella, Bastelica, y en Lyon, los dos grandes puntales de la Alianza: Albert Richard y Gaspard Blanc.

A su vuelta, los delegados de Ginebra convocaron a sus secciones a una asamblea general que, a pesar de la oposición de Bakunin y sus amigos, aprobó su actuación en el Congreso de La Chaux-de-Fonds. Al poco tiempo, Bakunin y sus acólitos más activos fueron expulsados de la antigua federación de la Suiza francesa.

Apenas clausurado el Congreso suizo-francés, el nuevo comité de La Chaux-de-Fonds pedía la intervención del Gonsejo General, en una carta firmada por F. Robert, secretario, y Henri Chevalley, presidente, denunciado este último, dos meses más tarde, como ladrón, por el órgano del Comité, "Solidarité" del 9 de julio. Previo examen de los justificantes presentados por ambas partes, el 28 de junio de 1870, el Consejo General decidió mantener al Comité federal de Ginebra en sus antiguas funciones e invitar al nuevo [273] Comité federal de La Chaux-de-Fonds a adoptar una denominación local. Ante esta decisión, que defraudaba sus esperanzas, el Comité de La Chaux-de-Fonds denunció el autoritarismo del Consejo General, olvidando que él había sido el primero en reclamar su intervención. La perturbación que su persistencia en usurpar el nombre de Consejo federal suizo-francés ocasionaba a la Federación suiza, obligó al Consejo General a suspender toda relación oficial con este Comité.

Luis Bonaparte acababa de entregar su ejército en Sedán [25]. Por todas partes se alzaron las protestas de los internacionalistas contra la continuación de la guerra. El Consejo General, en el manifiesto que lanzó el 9 de septiembre [*] denunciando los proyectos de conquista que acariciaba Prusia, hacía ver el peligro que su triunfo representaba para la causa del proletariado y advertía a los obreros alemanes que ellos serían las primeras víctimas de esta victoria. Celebró en Inglaterra una serie de mítines, que sirvieron para contrarrestar las tendencias prusófilas de la Corte. En Alemania, los obreros internacionalistas organizaron manifestaciones reclamando el reconocimiento de la república y «una paz honrosa para Francia»...

Por su parte, la naturaleza belicosa del ardiente Guillaume (de Neuchâtel) le sugirió la idea luminosa de un manifiesto anónimo [26], publicado en un suplemento bajo la cubierta del periódico oficial "Solidarité", pidiendo la formación de unidades voluntarias suizas para ir a combatir a los prusianos; cosa que personalmente nunca pudo hacer a causa, sin duda, de sus convicciones abstencionistas.

Sobrevino la insurrección de Lyon [27]. Bakunin voló hacia allá y, apoyándose en Albert Richard, Gaspard Blanc y Bastelica, se instaló el 28 de septiembre en el Ayuntamiento, cuyos accesos se abstuvo de guardar, considerando, al parecer, que esto hubiera sido un acto político. Unos cuantos guardias nacionales lo echaron a la calle lastimosamente, en el momento en que, tras un parto laborioso, acababa de dar a luz su decreto sobre la abolición del Estado.

En octubre de 1870, el Consejo General, privado de la presencia de sus miembros franceses, incorporó a su seno al ciudadano Paul Robin, refugiado de Brest, uno de los partidarios más notorios de la Alianza y además autor de los ataques lanzados en la "Égalité" contra el Consejo General, en el cual, desde aquel momento, no cesó de actuar como corresponsal oficiaso del Comité de La Chaux-de-Fonds. E1 14 de marzo de 1871, Robin propuso la convocatoria de una conferencia privada de la Internacional para [274] liquidar el conflicto suizo. El Consejo General previendo que en París se preparaban grandes acontecimientos, rehusó de plano. Robin volvió a la carga varias veces y llegó a proponer al Consejo que adoptara una resolución definitiva sobre el conflicto. El 25 de julio, el Consejo General decidió incluir este asunto entre los problemas a someter a la Conferencia que había de convocarse para septiembre de 1871 [28].

El 10 de agosto, la Alianza, poco deseosa de ver su actuación juzgada por una conferencia, declaró que estaba disuelta desde el 6 del mismo mes. Pero el 15 de septiembre reaparece y pide al Consejo su ingreso bajo el nombre de "Sección de los ateos socialistas". Según la resolución administrativa, número V, del Congreso de Basilea, el Consejo no hubiera podido admitir a esta sección sin previa consulta al Comité federal de Ginebra, cansado ya de luchar durante dos años contra las secciones sectarias. Además, el Consejo General había declarado ya a las sociedades obreras cristianas inglesas ("Young men's Christian Association") que la Internacional no reconocía secciones teológicas.

El 6 de agosto, fecha de la disolución de la Alianza, el Comité federal de La Chaux-de-Fonds, al mismo tiempo que repite su petición de entrar en relaciones oficiales con el Consejo General, le comunica su decisión de seguir ignorando la existencia de la resolución del 28 de junio y de colocarse, respecto a Ginebra, en la posición de Comité federal de la Suiza francesa; y agrega que «el juzgar este asunto corresponde al Congreso General». El 4 de septiembre, el mismo Comité envió una protesta contra la competencia de la Conferencia, cuya convocatoria había sido él el primero en solicitar. La Conferencia hubiera podido a su vez preguntar cuál era la competencia del Consejo federal parisino, al que este Comité había llamado a decidir sobre el conflicto [29] suizo, antes de estar París sitiado. La Conferencia se limitó a refrendar la decisión del Consejo General del 28 de junio de 1870. (Véase la exposición de motivos en la "Égalité" de Ginebra del 21 de octubre de 1871.)


NOTAS

[12] 210. Se alude a la proclama de Bakunin "A todos los amigos eslavos, rusos y polacos", publicado en el suplemento de "Kólokol" núm. 122-123, del 15 de febrero de 1862.

"Kólokol", periódico demócrata-revolucionario ruso, publicado de 1857 a 1867 por A. Herzen y N. Ogariov en ruso y de 1868 a 1869 en francés con suplementos en ruso; salía hasta 1865 en Londres y, luego, en Ginebra.- 266.[13]

211. La Liga de la paz y de la libertad, era una organización pacifista burguesa, fundada en 1867, en Suiza, por republicanos burgueses y pequeñoburgueses y liberales.- 266.

[14] 212. El Congreso de la Internacional celebrado en Bruselas se reunió del 6 al 13 de septiembre de 1868. Marx participó personalmente en la preparación del mismo, pero no asistió a sus labores. Acudieron al Congreso alrededor de 100 delegados en representación de los obreros de Inglaterra, Francia, Alemania, Bélgica, Suiza, Italia y España; se adoptó en él el importante acuerdo acerca de la necesidad de que se entregasen en propiedad social los ferrocarriles, el subsuelo, las minas, los bosques y las tierras de labor. Este acuerdo, prueba del paso a las posiciones del colectivismo de la mayoría de los proudhonistas franceses y belgas, significó la victoria en la Internacional de las ideas del socialismo proletario sobre el reformismo pequeñoburgués. El Congreso adoptó igualmente la resolución propuesta por Marx acerca de la jornada de trabajo de 8 horas, del empleo de máquinas y de la actitud respecto del Congreso de la Liga de la paz y de la libertad (véase la nota 211) de Berna (1868), como también la resolución, presentada por F. Lessner en nombre de la delegación alemana, recomendando a los obreros de todos los puíses estudiar "El Capital" de Marx y contribuir a su traducción del alemán a otros idiomas.- 266, 307.

[15] 213. Trátase del intento de Bakunin de lograr en el Congreso de la Liga de la paz y de la libertad (véase la nota 211), celebrado en Berna en septiembre de 1868, que se adoptase un programa socialista confuso presentado por él («igualación social y económica de las clases», supresión del Estado, del derecho de herencia, etc.). Rechazado su proyecto por mayoría de votos, Bakunin salió de la Liga de la paz y fundó la Alianza Internacional de la Democracia Socialista.- 266, 449.

[16] 214. El Congreso de la Internacional celebrado en Ginebra se reunió del 3 al 8 de septiembre de 1866. Asistieron a él 60 delegados del Consejo General, las secciones y sociedades obreras de Inglaterra, Francia, Alemania y Suiza. Como informe oficial del Consejo General se dio lectura a la "Instrucción sobre diversos problemas a los delegados del Consejo Central Provisional" (véase el presente tomo, págs. 77-86), redactada por Marx. La mayor parte de sus puntos, a despecho de los proudhonistas que participaban en los trabajos del Congreso, fue aprobada como resoluciones del mismo. El Congreso de Ginebra aprobó también los Estatutos y el Reglamento de la Asociación Internacional de los Trabajadores.- 267, 440.

[17] 215. El Congreso de la Internacional celebrado en Lausanne se reunió del 2 al 8 de septiembre de 1867. Se escucharon en él el informe del Consejo General y los informes de los delegados, informes que probaban la consolidación de las organizaciones de la Internacional en los distintos países. A despecho del Consejo General, los proudhonistas le impusieron su orden del día: fueron discutidos por segunda vez los problemas de la cooperación, del trabajo femenino, de la educación, así como varios problemas particulares que apartaron la atención del Congreso de la discusión de problemas efectivamente candentes planteados por el Consejo General. Los proudhonistas consiguieron que se adoptaran varias resoluciones suyas. Sin embargo, no lograron apoderarse de la dirección de la Internacional. El Congreso reeligió al Consejo General en su composición anterior y conservó la sede de éste en Londres.- 267.

[*] Cagliostro, Alejandro (auténtico apellido José Balsamo) (1743-1795): aventurero italiano.- 270.

[**] Próximamente se publicarán extractos del proceso Necháev {216}. El lector encontrará en ellos un botón de muestra de las máximas, tan tontas como infames, cuya responsabilidad han cargado a la Internacional los amigos de Bakunin.

[18] 216. El proceso Necháev, tramado contra jóvenes estudiantes acusados de actividad revolucionaria secreta, tuvo lugar en Petersborgo en julio-agosto de 1871. Ya en 1869, Necháev entró en contacto con Bakunin, desplegó la actividad para crear en varias ciudades de Rusia la organización conspirativa «Venganza del pueblo», en la que se preconizaban ideas anárquicas de «destrucción absoluta». Jóvenes estudiantes de orientación revolucionaria y elementos de la población de procedencia plebeya entraban en la organización de Necháev atraídos por la acerba crítica que se hacía del régimen zarista y los llamamientos a la lucha enérgica contra este último. Valiéndose de la credencial de representante de la «Unión Revolucionaria Europea» que le había dado Bakunin, Necháev intentó hacerse pasar por representante de la Internacional, engañando de este modo a los miembros de la organización creada por él. En 1871, la organización fue destruida, y en el proceso judicial se hicieron públicos los métodos aventureros empleados por Necháev para lograr sus objetivos.

La Conferencia de Londres encargó a Utin que redactase un breve informe sobre el proceso Necháev. En lugar del informe, Utin mandó a Marx, a fines de agosto de 1872, para el Congreso de La Haya, un extenso informe confidencial sobre la actitud de Bakunin y Necháev, hostil a la Asociación.- 270, 454.[19]

217. "Le Progrès" («El Progreso»), periódico bakuninista, se publicó en francés, en Locle, bajo la redacción de Guillaume, de diciembre de 1868 a abril de 1870.- 270.

[20] 114. "L'Égalité" («La Igualdad»), hebdomadario suizo, órgano de la Federación de la Internacional de la Suiza francesa, se publicó en francés en Ginebra de diciembre de 1868 a diciembre de 1872. Estuvo cierto tiempo bajo la influencia de Bakunin. En enero de 1870, el Consejo de la Federación de la Suiza francesa logró que se apartase a los bakuninistas de la redacción, después de lo cual, el periódico pasó a apoyar la orientación del Consejo General.- 184, 270, 453

[***] Véase C. Marx. "El Consejo General al Comité federal de la Suiza francesa".

[21] 218. "Le Travail" («El Trabajo»), hebdomadario francés, órgano de las secciones parisinas de la Internacional, se publicó del 3 de octubre al 12 de diciembre de 1869, en París.- 271.

[22] 219. La Liga de la salud pública era una unión de la nobleza feudal, surgida a fines de 1464 en Francia y dirigida contra la política de creación de un Estado francés centralizado aplicada por Luis XI. Los miembros de la Liga actuaban bajo la bandera de combatientes por la «salud» de Francia.- 271.

[23] 220. "La Solidarité" («La Solidaridad»), hebdomadario bakuninista, se publicaba en francés (de abril a septiembre de 1870) en Neuchâtel y (de marzo a mayo de 1871) en Ginebra.- 272.

[24] 221. A la sazón se llamaba «fábrica» a la producción de relojes y joyas en Ginebra y sus alrededores en grandes y pequeños talleres del tipo de la manlfactura, como también en los talleres de los obreros que trabajaban a domicilio.- 272.

[25] 106. El 2 de setiembre de 1870, el ejército francés fue derrotado en Sedán, quedando prisioneras las tropas, con el mismo emperador. Del 5 de setiembre de 1870 al 19 de marzo de 1871, Napoleón III y el mando se hallaban en Wilhelmshöle (cerca de Kassel), castillo de los reyes de Prusia. La catástrofe de Sedán precipitó la caída del Segundo Imperio y desembocó el 4 de setiembre de 1870 en la proclamación de la república en Francia. Se formó un Gobierno nuevo, el llamado «Gobierno de la Defensa Nacional».- 175, 192, 206, 216, 273

[*] Véase el presente tomo, págs. 206-213 (N. de la Edit.)

[26] 222. Trátase del llamamiento "A las secciones de la Internacional" del 5 de septiembre de 1870 redactado por los bakuninistas J. Guillaume y G. Blanc y publicado en Neuchâtel como suplemento al núm. 22 del periódico "La Solidarité".- 273.

[27] 223. La Insurrección de Lyon comenzó el 4 de septiembre de 1870 al tenerse noticia de la derrota en Sedán (véase la nota 106). Al llegar a Lyon el 15 de septiembre, Bakunin quiso tomar en sus manos la dirección del movimiento y poner en práctica su programa anarquista. El 28 de septiembre, los anarquistas hicieron un intento de golpe de Estado, fracasando debido a la ausencia de un plan concreto de acción y de contacto de Bakunin y los anarquistas con los obreros.- 273

[28] 202. La Conferencia de la I Internacional celebrada en Londres se reunió del 17 al 23 de setiembre de 1871. Convocada en un ambiente de crueles represiones contra los miembros de la Internacional después de la derrota de la Comuna de París, tuvo una representación relativamente reducida: participaron en sus labores 22 delegados con voz y voto y 10 con voz. Los países que no pudieron enviar delegados fueron representados por los secretarios corresponsales del Consejo General. Marx representaba a Alemania, y Engels, a Italia.

La Conferencia de Londres significó una importante etapa en la lucha de Marx y Engels por la creación del partido proletario. La Conferencia adoptó la resolución "Sobre la acción política de la clase obrera", cuya parte fundamental fue incluida, por acuerdo del Congreso de la Internacional celebrado en La Haya, en los Estatutos Generales de la Asociación Internacional de los Trabajadores. En varias resoluciones de la Conferencia fueron formulados importantes principios tácticos y de organización del partido proletario, asestándose un golpe al sectarismo y al reformismo. La Conferencia de Londres desempeñó un gran papel en la victoria de los principios del partidismo proletario sobre el oportunismo anarquista.- 260, 274, 309, 312.

[29] 224. En abril de 1870, el bakuninista Robin se dirigió al Consejo Federal de París con la propuesta de que reconociera el Comité Federal creado por los anarquistas en el Congreso de La Chaux-de-Fonds como Comité Federal de la Suiza Francesa. Después de que el Consejo General explicó a los miembros del Comité Federal de París el sentido de la escisión producida en Suiza el Consejo Federal decidió que no tenía derecho de inmiscuirse en ese asunto, el cual debía examinarse en el Consejo General.- 274.


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