Salvador Allende

Solidaridad con los pueblos africanos. Mensaje a la Reunión Especial de la Organización de la Unidad Africana y la Comisión Económica para África 


Pronunciado: El 23 de junio de 1971.
Versión digital: Eduardo Rivas, 2015.
Esta edición: Marxists Internet Archive, 2 de febrero de 2016.


En los momentos que iniciáis a nivel ministerial, los trabajos preparatorios para la participación de las naciones africanas en la Conferencia de los 77 países en desarrollo, de Lima, y en la Conferencia Mundial de Comercio y Desarrollo, que tendrá lugar en Santiago en abril próximo, quiero expresar, en nombre del Gobierno y del Pueblo de Chile, nuestra solidaridad con los pueblos y gobiernos de ese gran continente en su lucha para vencer al subdesarrollo, derrotar definitivamente el colonialismo en todas sus formas y afirmar la dignidad de los hombres y mujeres que lo habitan.

El Gobierno Popular de Chile adhiere, sin reservas, a los ideales de paz, de justicia, de libertad y de igualdad que inspiran a las Naciones Unidas. Defiende, con igual celo, los ideales y principios inscriptos en la Carta de San Francisco. Por su actualidad, por la creciente necesidad de su aplicación universal, quiero singularizar el principio de la autodeterminación de los pueblos, de la manera más amplia, es decir, autonomía y libertad para gobernarse según la voluntad de sus propios ciudadanos, para conducir, sin interferencias extrañas, sus relaciones exteriores y el derecho inalienable de los mismos a disponer libremente de sus recursos naturales.

Deseo destacar, asimismo, el principio de no intervención en los asuntos internos de otros Estados, y el objetivo de asegurar, mediante el esfuerzo interno y una cooperación internacional sin ataduras, el más rápido y profundo desarrollo económico y social y el respeto a los derechos humanos fundamentales, sin ninguna discriminación por motivos de raza, color, sexo o religión. Como consecuencia de tal posición, Chile, que acaba de adherir a todas las declaraciones de los países no alineados, particularmente las de la Conferencia de Lusaka, está al lado de todos los pueblos que luchan por su independencia política y/o económica, está contra el colonialismo, sus remanentes y formas disfrazados, está contra el racismo y las discriminaciones raciales, sean legales o de facto.

Favorece, asimismo, que se reparen los dañinos efectos económicos y sociales que circunstancias históricas -que tantas veces constituyeron una ignominia- han producido en muchos países en desarrollo, particularmente en los del continente africano. Tengo la seguridad que la contribución de vuestra región al logro de una plataforma común de los 77 para presentar y defender, adecuadamente, su causa en la conferencia de Santiago estará a la altura de la reconocida experiencia y capacidad de vuestros dirigentes y de la gravedad de la presente crisis de la cooperación internacional para el desarrollo y corresponderá a la magnitud y urgencia de los problemas que enfrentamos los países del tercer mundo en este momento histórico, erizado de obstáculos externos que se oponen a nuestro progreso, pero que tantas posibilidades nos ofrece para superarlos, si sabemos unirnos y organizarnos.

Chile, por su parte, irá a la reunión de los 77 en Lima imbuido de la mayor comprensión por las posiciones de las naciones africanas y de las demás que forman el sector postergado del mundo. Estoy cierto que tal será, igualmente, la actitud de todos los países de América Latina.

Deseo a vuestra conferencia el mayor de los éxitos. Podéis estar seguros que el Gobierno de Chile responderá a la confianza que pusisteis en él al elegirlo como sede de la tercera conferencia. El pueblo chileno, consciente de la responsabilidad que entraña tal privilegio, se ha movilizada para dar a este transcendental encuentro el marco material y espiritual necesarios para que sus objetivos se cumplan y os recibirá con la fraternidad con que se acoge a compañeros que luchan por una misma causa.