Salvador Allende

Operación Verdad. Encuentro con la prensa en la jornada Operación Verdad 


Pronunciado: Marzo de 1971.
Versión digital: Eduardo Rivas, 2015.
Esta edición: Marxists Internet Archive, 2 de febrero de 2016.


Allende: Quiero en primer lugar saludar en forma muy afectuosa y deferente a ustedes que no vienen de pueblos extraños, sino de pueblos amigos, invitados algunos a la Operación Verdad y otros invitados a visitar Chile, pero que nos es grato que su visita haya coincidido con la de aquellos otros, a quienes les pedimos vinieran a ver nuestra realidad.

Tengo la seguridad y la certeza que el pueblo chileno los habrá acogido como ustedes se lo merecen por ser representantes del pensamiento sin fronteras y del alto valor intelectual que cada uno representa.

Les reitero, en nombre del pueblo de Chile y del gobierno, nuestro reconocimiento porque ustedes estén aquí, y como dijera en el saludo que les enviara a través de la prensa me parecía innecesario por el valor intelectual y moral de ustedes, señalar que tenían la más amplia y absoluta libertad para dialogar, conversar y discutir con los partidarios y con los adversarios del gobierno, con la prensa adicta a nosotros y con la prensa opositora. Ninguno de ustedes habría aceptado trabas y ninguno de nosotros habría pretendido imponerlas, por respeto a ustedes y por respeto a nosotros mismos.

Quiero presentar a los que me acompañan en este momento: el compañero ministro secretario general de Gobierno, Jaime Suárez; el compañero ministro de Economía, Pedro Vuskovic; el jefe de Difusión de la Casa de Gobierno, compañero Antonio Benedicto; el comandante y adicto de Aviación, Roberto Sánchez y el compañero que es el jefe de los periodistas de la Casa de Gobierno, Carlos Jorquera, secretario de Prensa de la Presidencia.

Quiero agradecer los significativos presentes que me han entregado, que tienen gran valor, por venir de quienes vienen y, por ser un estímulo entregado a través mío al pueblo chileno.

Y sin preámbulos y sin protocolo, estamos y estoy a disposición de ustedes para el diálogo que estimen más conveniente.

Periodista Luigui Nono del Partido Comunista Italiano: Está aquí, no solamente la solidaridad con la lucha por el socialismo que el pueblo chileno y usted compañero hace. El discurso del comandante Fidel Castro de ayer -que fue muy importante para todo el mundo- por la actitud revolucionaria que Chile tiene, ante todo el mundo, quiero preguntarle: En el acto de ayer del Partido Socialista se revela una situación de lucha antiimperialista muy fuerte, muy decisiva y muy radical. El Programa de la Unidad Popular de vuestro gobierno es muy claro. Está junto a los pueblos que luchan, contra el imperialismo norteamericano, junto a América Latina, África, Asia, de la clase obrera de Europa Occidental, del mundo socialista.

Mi pregunta es: ¿Cuál es la perspectiva de su gobierno con respecto a la República Popular China? Yo pienso que es necesidad de todos nosotros el establecer una unidad de acción radical contra el imperialismo yanqui. Pienso que en este enfrentamiento tiene un papel muy importante la República Popular China. Ayer me sentí muy feliz en el acto del Partido Socialista, en donde se encontraba usted, el compañero Altamirano y la delegación comercial china. Es muy importante el establecimiento de las relaciones de Chile con la República de Corea, Norvietnam, Alemania Democrática y China. Pienso que es una necesidad de todos nosotros unificar las fuerzas. Creo que en esas fuerzas, es muy importante también la República Popular China. Tanto en el discurso suyo como en el del compañero Altamirano se habló siempre de la revolución bolchevique, y del triunfo de la Revolución Cubana; de la gran trascendencia mundial de la República Popular China, yo tenía entendido un sentido más atento. ¿Qué perspectivas hay en América Latina con el establecimiento de relaciones con la República Popular China?

Allende: Compañero, nosotros hemos planteado reiteradamente -y lo hicimos en el Programa- que la doctrina no es un dogma sino un método de acción. Lenin, en su libro Extremismo.

Estado infantil del comunismo, también expresa claramente que cada país tiene su propia realidad y frente a esa realidad estará la responsabilidad de los dirigentes políticos para destacar el proceso revolucionario, cuando las condiciones de la sociedad así lo determinen.

Frente al pueblo de Chile, nosotros hemos señalado que la lucha revolucionaria puede ser el foco guerrillero, el brazo armado, el ejército del pueblo y también la lucha electoral, siempre que esta lucha electoral, se le dé un contenido revolucionario. Ese es el camino que nosotros estimamos pertinente para la realidad de Chile, y por eso estamos aquí con lo cual también quiero señalar que nosotros estamos al margen de las discrepancias o diferencias que se suscitan en el campo socialista. Podemos sí expresar nuestra inquietud o nuestro pesar cuando estas diferencias adquieren una tonalidad más allá de la discrepancia teórica para convertirse en agresividad aunque sea verbal.

En el caso nuestro, dijimos que estableceríamos relaciones diplomáticas con todos los países del mundo, sin dejar de mantener aquellas que los gobiernos anteriores tenían con la inmensa mayoría de los países del orbe. Es así, que de inmediato restablecimos relaciones con Cuba, Nigeria y después con la República Popular China. Y hoy día puedo decirle al compañero que hemos firmado un convenio comercial con la República Popular China y, hace sólo un minuto y medio o dos, antes de llegar aquí estaba conversando con el viceministro, que es el Presidente de la delegación. Es para nosotros importante que en este convenio los compañeros chinos adquieran este año 25 mil toneladas de salitre y 2 mil toneladas mensuales de cobre, a partir de junio elevando la adquisición del salitre a 40 mil toneladas, desde el próximo año, hasta el año 76, y elevando también a 56 mil toneladas anuales la adquisición del cobre.

Fuera de esto, por cierto, que hemos hablado de un intercambio cultural.

Esperamos tener la oportunidad de ver en Chile, las manifestaciones culturales de ese gran país. Ya en épocas anteriores estuvo la Ópera China. También hemos hablado de ayuda técnica y nosotros especificaremos cuáles son los aspectos, y qué nos interesa más, que podemos contar con la ayuda técnica, científica, de los compañeros de la República Popular China. En resumen, ya hemos dado pasos decisivos, estamos estudiando, por otra parte, qué cosa vamos a adquirir en la República Popular; pero, podemos señalar que el compromiso, de parte de ellos no ha estado sujeto, en este instante a ninguna exigencia compensatoria de compra de nuestra parte. De todas maneras, estimando que el comercio es camino bilateral, nosotros también buscaremos aquellos productos que nos interesan y que seguramente, entre otros, será el té.

Georgio La Pira, ex diputado de la Democracia Cristiana Italiana y Presidente del Comité de la Hermandad de Ciudades respondió en italiano señalando que la respuesta que le había dado el Presidente doctor Salvador Allende contesta positivamente a su pregunta. Reconoció ampliamente la actitud del gobierno chileno frente a países como China, Vietnam del Norte, Alemania Democrática, Corea y Cuba, actitud que tiene una gran importancia para el proceso histórico en la lucha por la paz del mundo, por el desarme general y completo. Luego agradeció al compañero Presidente por todo lo que ha hecho su gobierno, no sólo para Chile, sino para toda la tierra.

Allende: Sólo quiero reiterar lo significativo que es para nosotros el oír la palabra, “compañero” La Pira y, el reconocimiento a una actitud que obedece a una conciencia del pueblo de Chile y a los derechos soberanos que tenemos como país para tener las más amplias relaciones con todos los países del mundo cualquiera que sea el régimen de su gobierno, sobre la base de que se respete nuestra propia voluntad de habernos dado el gobierno que tenemos.

Ofrezco la palabra.

Yo vengo del Ecuador, doctor Allende: Para toda América Latina es muy importante lo que está ocurriendo aquí en Chile en donde uno ve, que es la esperanza de lograr los cambios que necesitamos por las vías constitucionales y por medios pacíficos. Yo quiero preguntarle, si acaso el resultado de las últimas elecciones y el hecho de que parece que en el Parlamento no tiene mayoría la Unidad Popular, afectará de alguna manera la dinámica del proceso de cambios en que está empeñado su gobierno. Esto es muy importante para nosotros.

Allende: En realidad, nosotros asumimos el gobierno y siempre dije al pueblo, que una cosa era llegar al gobierno y otra conquistar el poder. Hemos asumido el gobierno, y estamos caminando hacia la conquista del poder, pero, llegamos primero, porque obtuvimos la mayoría relativa que nos colocaba a la cabeza de los otros oponentes: los señores Alessandri y Tomic.

Enseguida, y de acuerdo con las disposiciones constitucionales, el Congreso no habiendo mayoría absoluta, tenía y tiene que resolver entre las dos mayorías, o sea tenía que pronunciarse entre el señor Alessandri y el que les habla.

Quiero señalar sí, que antes de la elección se hizo una campaña muy dura, muy intencionada, para señalar el peligro que entrañaba la presencia de un Presidente socialista con un ideario marxista, y el hecho de que el Partido Comunista, partido de fuerte raigambre en la clase obrera, formara parte de la Unidad Popular, lo que hacía que los partidos marxistas tuvieran un porcentaje alto en el conglomerado que forman la base política del gobierno. Quiero al mismo tiempo, decir: producido el pronunciamiento electoral del 4 de septiembre, desde el 4 de septiembre hasta el 3 de noviembre, los sectores reaccionarios y ultraderechistas de este país, utilizaron todos los caminos y todos los expedientes más deleznables para impedir que nosotros llegáramos al gobierno. Esto culminó con el asesinato del Comandante en Jefe del Ejército de Chile, general René Schneider. Esto es un hecho insólito en la vida nacional, que prueba y señala, cómo esos sectores reaccionarios que hablan de democracia llegan al asesinato cuando el veredicto de las urnas les es desfavorable.

Quiero también entregarles como antecedentes, que la Democracia Cristiana resolvió votar favorablemente en la elección del hombre que había obtenido la primera mayoría relativa. Los 71 parlamentarios demócrata cristianos procedieron así en el Congreso Nacional. Lo hicieron por dos razones: primero, porque en realidad había habido una coincidencia programática entre los planteamientos de Radomiro Tomic, mi amigo de muchos años, candidato demócrata cristiano y cristiano, y el Programa de la Unidad Popular; y también lo hicieron poniendo como una condición, el que se reafirmaran garantías constitucionales que se ampliaron.

Nosotros aceptamos firmar estas garantías: primero, porque estaban establecidas en la propia Constitución nuestra y además, porque ella no vulneraba el programa de la Unidad Popular. Nosotros no transamos ningún punto del programa y debo, honestamente, reconocer que tampoco la Democracia Cristiana nos pidió que transáramos algún punto del programa de la Unidad Popular. Nos pidió que precisáramos, y me recuerdo exactamente nuestro criterio frente a la enseñanza particular que estaba enunciado en el programa y que nosotros no teníamos propósito de suprimir. El resto de las garantías ya estaban establecidas y lo único que se hizo, fue ampliarlas.

En estas circunstancias contamos entonces, primero, con un tercio del electorado y después con los votos del Partido Demócrata Cristiano, lo que nos dio una mayoría muy amplia en el Congreso Nacional, pero, el desarrollo de la acción del gobierno, fue distanciando al gobierno de la Democracia Cristiana. Y la Democracia Cristiana se colocó en una barricada opositora, también en una barricada opositora del Partido Nacional.

Demócrata cristianos y Nacionales tienen mayoría en el Congreso sobre la Unidad Popular.

La batalla de abril, la lucha municipal, nunca dijimos nosotros que era un plebiscito. Primero, porque en este país las luchas municipales tienen un carácter local más que nada. No tiene una definición política, no son como las luchas para senadores o diputados, mucho menos para la lucha presidencial. Influye mucho la persona, el hombre o la mujer por su profesión, por su actividad, por la posibilidad del contacto humano de hacer servicios. Por ejemplo, en una pequeña localidad el médico es una persona que tiene mucho más expectativa que un empleado o un obrero, porque el médico tiene la oportunidad de hacer servicios o favores que no pueden hacerlos los otros.

Sin embargo nosotros dijimos que las elecciones municipales tenían extraordinaria importancia y, puedo decirle a la compañera ecuatoriana que el resultado, ostensiblemente, es una victoria de la Unidad Popular y una trascendente victoria.

Se ha querido decir que hay empate, porque nosotros sacamos el 50,8 por ciento y los grupos opositores el 49,2 por ciento, pero la verdad, es que nosotros aumentamos un 40 por ciento de los votos, en relación con la campaña presidencial.

La verdad es que el Partido Nacional, que había sacado con el señor Alessandri cerca de un millón 20 mil votos, bajó a 500 y tantos mil votos, vale decir, que perdió casi un 50 por ciento de su votación. La propia Democracia Cristiana sacó 100 mil votos menos que los que sacó con la candidatura de Tomic. En cambio, partidos pequeños de la UP como el Social Demócrata, aunque sacó pocos votos aumentó considerablemente su caudal en proporción con la votación que había sacado antes.

El Partido Comunista aumentó su votación; el Partido Socialista tuvo un incremento que sorprendió extraordinariamente a muchas gentes, inclusive, a algunos socialistas, un aumento del 12 por ciento, pasando del quinto al segundo lugar de los partidos. Casi el cien por ciento de los votos. Son 12 puntos, pero casi el cien por ciento de los votos. El único partido de la UP que no sacó los mismos votos fue el Partido Radical, pero hay que tomar en cuenta, que este partido se había dividido antes de las elecciones presidenciales. Sin embargo sacó 220 mil votos, lo que es una votación apreciable.

Si actuamos sobre la base de haber obtenido la primero mayoría en las urnas y considerando que no habíamos hipotecado nuestra posición frente al apoyo demócrata cristiano desde el punto de vista programático, hoy día, cuando el pueblo de Chile, después de cinco meses, ha visto nuestra actitud y nuestra acción, cuando se ha disipado toda una campaña de terror y de pánico, cuando las mentiras se las ha llevado el viento y cuando ha visto el pueblo que hay un gobierno que está dispuesto a cumplir el programa, cuando lo hemos hecho con el respeto a los derechos individuales y sociales que consagra nuestra Constitución, cuando hemos planteado sin reticencia nuestra posición antiimperialista, pero al mismo tiempo no nos hemos colocado en una posición de provocación, cuando esencialmente todo el proceso de la economía ha estado destinado a servir al hombre de Chile, genéricamente hablando, cuando se ha visto y constatado que este gobierno se ha trazado un camino que implacablemente va a seguir y se cuenta entonces con el respaldo que representa el 50 por ciento de los votantes yo creo que la acción de este gobierno está fortalecida, que tiene mucho mayor peso para poder seguir en el cumplimiento del programa.

Eso no significa que vayamos nosotros a perder la calma, que tengamos una actitud de soberbia, que no respetemos a los opositores y que no sepamos que en el Parlamento no tenemos mayoría; pero los parlamentarios opositores no son un grupo homogéneo ni compacto. La Democracia Cristiana no puede tener frente a los problemas económicos y sociales de Chile, la misma actitud que tiene el viejo y tradicional Partido Nacional, que es un partido esencialmente capitalista.

La Democracia Cristiana ha hablado siempre de una revolución: primero, en libertad, que no la realizó, pero ha hablado de un régimen comunitario y el programa de Tomic que era -lo repito- en muchos puntos muy similar al nuestro. Por eso nosotros creemos que las iniciativas que envíe el gobierno al Congreso contarán seguramente con el apoyo de su sector de la Democracia Cristiana. En el caso concreto de las reformas constitucionales destinadas a nacionalizar el cobre, reconocemos que la Democracia Cristiana ha votado favorablemente esta iniciativa que será despachada por el Congreso definitivamente esta semana, y de acuerdo con las normas constitucionales entrará a regir de aquí a 60 días, una vez que el Congreso Pleno ratifique lo que ambas cámaras han resuelto.

Quiero entonces -y le ruego me excuse por haberme extendido- decirle a la compañera, que creemos nosotros que hoy día, nadie discute la legitimidad de nuestro triunfo. Si alguien pensó que pudo haberse discutido y haberse elegido al segundo hombre es su derecho de pensarlo así. Si alguien creyó que sólo estábamos aquí porque la Democracia Cristiana votó en el Congreso, hoy nadie duda que el gobierno popular está aquí porque la mayoría del pueblo de Chile ha afianzado su acción y lo ha estimulado para el cumplimiento de su programa.

Por último, si mañana nosotros planteamos al Congreso una iniciativa que estimamos trascendente, importantísima, y el Congreso la rechaza, la propia Constitución permite recurrir al plebiscito, al referéndum y es el pueblo el que nuevamente juzga en definitiva quién tiene la razón. Por eso, es que en nuestro país, nosotros creemos que dentro de los cauces, bastante estrechos de la democracia burguesa, es posible iniciar con perspectivas efectivas, una transformación revolucionaria. Y para eso estamos aquí y para eso vamos a seguir aquí.

José Antonio Gurriarán. Jefe de Redacción del Diario El Pueblo, de Madrid: Lo que más me ha sorprendido y agradado, como periodista, en este país, es la profunda libertad de prensa que he podido apreciar en todos los medios de información. Yo, entonces, al ver que estos medios de comunicación de masas están en gran parte controlados por la derecha, una política, evidentemente obstruccionista a la labor del gobierno, me pregunto y le pregunto al Compañero Presidente ¿Si esta libertad podrá seguir siendo respetada en esta forma en el futuro?

Allende: Hemos dicho que respetamos la Constitución y la ley. Constitución y la ley dictada por una mayoría que representa todavía en el Parlamento sectores de la burguesía nacional. Pero es un derecho de los chilenos a la libertad de opinión, de reunión y de crítica y nosotros la vamos a respetar. Eso sí, que al mismo tiempo pensamos que los periodistas de izquierda han hecho bien en cohesionar su trabajo para esclarecer y señalar a fin de formar una conciencia, como el periodismo objetivo propiamente tal, no existe en gran medida, ya que los medios de difusión pertenecen a sectores poderosos vinculados a la industria, a la banca, al latifundio.

Nosotros no negamos la importancia del diario El Mercurio y yo que durante 30 años he recibido implacables azotes de El Mercurio, no me vaya referir a ellos, pero sí puedo señalar que forma parte de uno de los grupos y uno de los clanes más poderosos de Chile. Que tiene un banco y además se ha dado el lujo de hacer una estafa y además, controla una serie de industrias muy importantes, entonces es lógico que por muy objetivo que quiera ser El Mercurio, priman los intereses que representan, que son los intereses de los dueños de El Mercurio. Y los dueños de El Mercurio, saben que con el gobierno popular no sólo sus bancos, sino que algunas de sus industrias van a pasar al Estado. Por lo tanto, nosotros entendemos perfectamente bien que El Mercurio no nos aplauda, y si nos aplaudiera nos crearía un serio problema de conciencia. Por eso es que respetamos El Mercurio porque en realidad sabemos perfectamente bien qué papel tiene que desempeñar y qué puesto, menciono el caso de El Mercurio porque es el más típico.

El exceso de tolerancia nos ha llevado, por ejemplo, a permitir que una radio que tenía caducada una concesión hace dos años, que podíamos haber clausurado antes de las elecciones, la dejáramos seguir transmitiendo y emitiendo un serie de juicios y opiniones no muy santas en contra del gobierno popular y en contra de los partidos, en contra de los socialistas y los comunistas.

Esa radio, pertenece a un industrial poderosísimo, además, no es chileno; pero como nosotros somos hombres bastante demócratas nos damos el lujo de permitir hasta que un extranjero use medios de difusión para defender sus intereses atacando al gobierno, porque también ese industrial sabe que su gran empresa la vamos a estatizar. Como yo soy médico, comprendo que hay estados preagónicos que psicológicamente me explico.

Padre David Turaldo, secretario general del Centro de Documentación Juan XXIII, teólogo y escritor italiano señaló en italiano que había leído con mucho placer la declaración del Presidente Allende sobre la libertad religiosa que existe en Chile, como también el discurso del cardenal en ocasión del Te Deum ecuménico, el cual era un bellísimo gesto litúrgico abierto a la justicia y a la paz. Luego hizo votos porque el progreso de todo el pueblo chileno continúe y se profundice.

Allende: Yo puedo señalar que uno de los hechos más significativos, más trascendentes, que más impresionó a los visitantes y a las misiones que vinieron a la trasmisión del mando, fue, precisamente, el Te Deum ecuménico realizado en la Catedral chilena. Te Deum ecuménico que yo solicité, y lo hice porque he sido educado en el respeto a todas las creencias, y lo hice, porque sé que la mayoría del pueblo chileno es católico y yo tengo la obligación de respetar su fuero íntimo. Así como sé que ellos respetan el mío. Las palabras del cardenal de la Iglesia Chilena demuestran cómo nuestra Iglesia se coloca en la lucha de los hombres frente a los necesitados y los humildes, haciendo realidad el Evangelio de Cristo. Puedo afirmarle, con la actitud de toda una vida y no sólo la mía personal, sino la de los partidos que forman la vanguardia del movimiento popular, que nunca hemos incursionado con un dogmatismo intransigente en el derecho de cada cual, de tener la creencia que más avenga con su ser íntimo, y que esta la mantendremos. Y además, creo que este entendimiento se hará cada vez más profundo, porque las distintas religiones, fundamentalmente la Iglesia chilena en sus documentos, emanados de altas jerarquías cada vez con más decisión, y con más claridad se acerca al respetable pensamiento de Juan El Bueno.

El visitante italiano señaló, en su idioma, que al llegar a Chile le había impresionado mucho leer en los muros de Santiago la frase “venceremos” y “si nosotros venceremos Cuba no estará sola”. Luego preguntó de qué modo el gobierno de la Unidad Popular está cercano a las numerosas tendencias liberacionistas que están llegando de casi todos los países de América Latina.

Allende: Es difícil una respuesta, pero trataré de hacerlo. El pueblo de Chile, en su inmensa mayoría, desde que Cuba inició su revolución ha estado emocional y racionalmente junto a Cuba, ha entendido que Cuba como cualquier otro país, tiene el derecho a darse la forma de vida y de gobierno que sus mayorías estimen conveniente. Además, nosotros conocemos la historia de Cuba y lamentablemente en América Latina, fue el último país en liberarse, liberarse de España y caer directamente bajo la influencia de Estados Unidos Y es allí, donde se hizo una política más opresiva diría yo, que el resto de los países latinoamericanos.

Si ustedes se recuerdan de la enmienda Platt que existió hasta el año 1936, y la enmienda Platt significaba que Cuba no podía como país contratar un empréstito sin autorización del Parlamento americano. Cuba nunca tuvo ninguna expresión, ni siquiera democrático-burguesa.

Fue una sucesión de dictaduras y Cuba era un país donde se importaba desde la gomina hasta las suelas de los zapatos, para poner dos extremos en el hombre, y Cuba, con perdón de las señoras aquí presentes era un prostíbulo flotante para el grueso de los americanos ricos.

En esas circunstancias, cuando un pueblo es capaz de luchar y de triunfar, y por el hecho de triunfar, vulnerando las disposiciones de la propia carta americana se le crea un cerco económico, no es raro entonces, que los pueblos que tienen conciencia política sintieran la obligación moral de estar junto a Cuba.

El pueblo de Chile lo estuvo siempre. Por eso es que también, durante las batallas que diéramos los años 64 y 70, establecimos como obligación ineludible, el restablecer relaciones con Cuba, anticipando que hasta el gobierno del señor Alessandri que era un gobierno de derecha votó en contra de la ruptura con Cuba y aceptó el dictamen mayoritario de la Organización de los Estados Americanos. Nosotros hemos sido, somos y seremos solidarios con Cuba. Comprendemos perfectamente bien que esta solidaridad no puede expresarse en el aporte armado ni en la presencia combatiente de las Fuerzas Armadas chilenas si fuera nuevamente agredida Cuba. Pero creemos en la fuerza moral, creemos en la denuncia, creemos en la actitud viril que significa levantar la voz en la OEA o en las Naciones Unidas si eso ocurriera. Además creemos que hay en América Latina un germen en los pueblos que hace cada vez más difícil que puedan impunemente repetirse actos de opresión o de agresión. De allí entonces que nosotros sintamos la necesidad por lo que Cuba ha sufrido, por el tremendo delito de querer ser un país libre, de estar cada vez más vinculado en el aspecto político, cultural y económico. Además, las economías chilena y cubana se complementan en gran parte. De allí que es fácil para nosotros un plan de vinculación comercial bastante amplio y el derecho de tener características también como pueblo, nos permite aprovechar la experiencia adquirida por Cuba, en sus años duros de su lucha, ardua lucha. De allí entonces, que sin desconocer que somos gobierno, que hemos dicho que somos respetuosos de la

autodeterminación y la no intervención, nada ni nadie nos impedirá levantar nuestra voz para señalar a los agresores de los países que luchan por su independencia y su plena soberanía.

Yo decía ayer, en el Teatro Caupolicán, que para algunos quizá el lenguaje del Presidente de Chile sea un lenguaje moderado y lo es, intencionalmente en el campo internacional, pero yo prefiero los hechos a las palabras y si usted estuvo ayer en el Caupolicán vería con qué satisfacción se saludó la presencia de la delegación norvietnamita o norcoreana, y el hecho que hay aquí en Chile seamos nosotros, fuera de Cuba, los únicos países que tengamos misiones comerciales con Norvietnam y con Norcorea, está demostrando que preferimos actuar a hablar. Estaremos junto a todos los pueblos que luchan contra la penetración imperialista, contra la opresión colonial o neocolonialista, estaremos junto a todos los pueblos que luchan por su dignidad.

Norberto Vilar de Argentina: Me encuentro en misión periodística, desde hace aproximadamente 10 días he podido asistir concretamente, no sólo a través de informes o publicaciones facilitados por organismos de gobierno, a algunas de las realizaciones concretas hechas desde noviembre del 70 hasta la fecha. Indiscutiblemente no es mucho lo que un individuo trabajando solo, independientemente, puede ver. De cualquier modo la experiencia es sencillamente prodigiosa. En este sentido quiero agradecer las facilidades otorgadas para poder cumplir con esta misión, pero si esto fuera todo al margen de llegar a comprender los grandes propósitos que animan al gobierno de la Unidad Popular, es decir, los grandes objetivos que tienen trazados para transformar desde el punto de vista socio-económico al país. Lograr realmente para el país una etapa de auténtica justicia social indiscutiblemente es mucho, pero aunque parezca redundancia no sería todo. He podido observar a través de manifestaciones periodísticas, políticas e inclusive gubernamentales algo que también me sorprendió, es decir, que no sólo sorprende sino entusiasma, algo nuevo, un concepto nuevo que es hablar de la creación del hombre nuevo. Quisiera preguntar concretamente al Compañero Presidente: ¿Qué valor conceptual, que limitaciones y que dimensión se traza el gobierno en la construcción de esto que denomina el hombre nuevo, puesto que el hombre nuevo es algo superior, a las importantes conquistas en el terreno material, es decir, un terreno material realizado en hacer un nuevo Chile más el hombre nuevo?

Allende: Nosotros partimos de la base, compañero, que el capitalismo es por esencia anti-humanista, desde el momento en que esencialmente descansa en la explotación del hombre por el hombre.

Nosotros creemos que el socialismo es humanista, pensamos que muchas veces la crítica que se hace en la aplicación del socialismo es por fallas humanas, pero que en esencia en sí mismo, el socialismo es humanista desde el momento que libera al hombre de la alienación. El hombre alienado es un hombre que no puede desarrollarse, nosotros creemos entonces que básicamente primero tenemos que hacer los cambios estructurales, revolucionarios para caminar hacia el socialismo y pensamos que el hombre nuevo será el hombre que tenga valores distintos a los que tienen hoy en esencia los regímenes capitalistas. En el capitalismo el valor esencial es el dinero, la diferencia de clase, la existencia de explotadores y explotados, que implica en lo político oprimidos y opresores. ¡Así lo señala! Creemos entonces en valores distintos y por eso que también señalamos que tenemos una esperanza cierta de contar cada vez con la ayuda más próxima en la lucha y en la acción de los sectores auténticamente cristianos, por los valores que entraña.

El hombre nuevo lo concebimos con el producto de una nueva sociedad. Los viejos como yo podemos estar agradecidos de entender que el mundo debe cambiar, es la juventud, el niño de hoy y el hombre de mañana, el que tendrá indiscutiblemente sobre la base de una sociedad distinta una concepción también distinta de estos valores. Para nosotros la gran tarea es posibilitar esto, abrir este camino y ya creo que es suficiente. Pondremos indiscutiblemente como preocupación esencial el hombre y la economía al servicio del hombre.

Periodista peruano: Yo he tenido la oportunidad de estar en Chile por mucho tiempo, he estudiado en Chile, me formé como periodista en Chile y hace muy poco tiempo que estoy en mi tierra. Es una de las razones por las que estoy nuevamente aquí, para tratar de dialogar en esta reunión. Una de las cosas que quisiera preguntar en este momento: hemos obtenido en Perú ciertas experiencias y transformaciones estructurales dentro de la economía del país.

Esto ha determinado que, por diferentes razones y conductos, se hayan creado motivos o se hayan estimulado agresiones. Cuando hablamos de agresiones no hablamos simplemente de armamentos y de revoluciones, sino de aquellas agresiones que tienen carácter económico. Y que, por lo demás, son tan fuertes como las otras o quizá más poderosas. Chile se encuentra en este momento en un camino sobre la nacionalización de su cobre, que es el fundamento de su economía.

Es posible que esta nacionalización, encaminada con muy buenas intenciones le traiga consecuencias de bloqueos económicos y problemas de muchas naturalezas que se han visto en otras oportunidades. Yo quisiera preguntarle al Compañero Presidente, ¿qué medidas va a tomar su gobierno en circunstancias que hubiera consecuencias de otra naturaleza?

Sabemos que a través de los organismos internacionales se entraban los préstamos, es decir, pasa una infinidad de cosas que van retardando, a pesar de que uno sea socio de cualquier organismo internacional económico, van retardando continuamente. Y el retardo en inversiones determina que precisamente el desarrollo y el proceso de crecimiento económico no se lleve a cabo en la medida que debería de hacerse. Me gustaría que usted pudiera decirnos de qué manera el gobierno de Chile va a encarar estos problemas. Cuál va a ser el apoyo que va a tener, porque estamos en un hemisferio en el que Chile está, en el hemisferio occidental; entonces, de qué forma piensa Chile que puede capear todos estos problemas frente a esta situación. Muchas gracias.

Allende: Desde luego, nosotros hemos dicho que estamos actuando dentro de los cauces legales y nacionales, y, además, dentro de los reconocimientos de los derechos de los pueblos, expresados en el más alto tribunal internacional, que son las Naciones Un idas. Las Naciones Unidas han reconocido el derecho de los pueblos de nacionalizar las riquezas básicas. Nosotros no queremos usurpar y apropiarnos de los bienes materiales que capitales foráneos tiene en nuestra Patria. Nosotros hemos presentado un proyecto de ley para declarar que las riquezas del suelo y del subsuelo son bienes de Chile y para establecer que, dentro de un estudio previo, indemnizaremos o no a las compañías que vayamos a nacionalizar. Es el organismo esencial de control del fisco chileno. La Contraloría General de la República, la que tendrá, en esencia, la palabra para establecer, junto con el Presidente de la República, los montos de la indemnización. Y las empresas que se sientan afectadas podrán apelar a un tribunal, que esencialmente es un tribunal sobre la base mayoritaria de magistrados, ya que está integrado por cinco personas, tres de las cuales pertenecen a la Corte Suprema, a la Corte de Apelaciones y al Tribunal Constitucional, más dos altos funcionarios de la Administración Pública.

En estas circunstancias, yo creo que ante cualquier tribunal del mundo el derecho de Chile tiene que ser respetado. Si se sienten afectados los intereses americanos, los capitalistas americanos tienen los resortes internos y además tienen los resortes internacionales. Yo no me imagino que el Departamento de Estado o el gobierno norteamericano deje caer el enorme peso de su in fluencia para defender intereses particulares, por sobre principios que han dicho respetar y que espero que respeten.

Si se crean dificultades, que nosotros no queremos provocar, creemos que el pueblo chileno, consciente de la tarea histórica que tiene, sabrá sobreponerse, aun haciendo los más duros sacrificios. La historia nos enseña cómo pueblos pequeños subsisten a pesar de la agresión, y allí está Cuba en Latinoamérica, con 12 años de cerco y de bloqueo, aislada de Latinoamérica, sólo unida por vuelos accidentales de España, de Checoslovaquia primero, ahora también de la Unión Soviética. Y sin embargo está de pie y mira con tranquilidad, aun sabiendo que tendrá que hacer muchos sacrificios en el futuro. Allí está Vietnam, pueblo heroico, que es capaz de resistir al más poderoso país del capitalismo. Pueblo unido, pueblo consciente, un pueblo que comprende su tarea histórica, un pueblo que tiene dimensión de la dignidad, es un pueblo que triunfa. Nosotros creemos que el pueblo chileno, y no el gobierno, tiene esa dimensión y sabremos sobreponemos a las dificultades; sabremos apretamos el cinturón; sabremos privarnos de muchas cosas, pero sabremos responder. Esto me recuerda una anécdota. En un pueblo de España, en época de elecciones, llegó una duquesa, y se bajó de una carroza y le dijo a un español: -Oye, tú que eres tan pobre, por qué no votas por mi marido que es candidato a representante en las Cortes. El modesto labriego español le dijo no. -Mira, le dijo, te doy cien pesetas. Le dijo no. -Te doy 500 pesetas. Le dijo no. Entonces la señora, con ese desprecio de las clases sociales le dijo: - ¿y tú no tienes hambre? El labriego español le dijo: -Sí, pero en mi hambre mando yo.

Moreno de Galván, de Madrid: Compañero Presidente, debo confesar que cuando yo vine aquí vine con más interés por el pueblo de Chile que por el Presidente. Y esto no tiene nada que ver con alguna aclaración que pueda aparecer en El Mercurio. Yo no tengo nada que ver con esa aclaración. Quiero decir que me interesa y sigue interesándome aún más el pueblo de Chile que el Presidente de Chile. Que he comprobado con verdadera satisfacción. Bueno, primero quiero decir que vine a Chile porque quería constatar una primera impresión que yo ya tenía en mi lejana España, si Chile era un país sin grandilocuencia, un país que no pagaba voces, un país sin énfasis, pero que sabía hacer las cosas con una extraña sencillez. Era un estilo de a media voz. De hacer las cosas a media voz. Cuando he venido aquí he comprobado que eso ocurre en su pueblo y luego he visto al Presidente y me he dado cuenta que no es el Presidente de Chile el que ha hecho a su pueblo, sino que es el pueblo de Chile el que ha hecho al Presidente. Perdone señor Presidente, esto no es nada menospreciativo para usted, me parece que por el contrario. He comprobado que el Presidente de Chile ha sabido hacer muchas cosas y mantener muchas cosas; esa pequeña media voz, esa sencillez, ese casi un poco hacer las cosas como el desgaire, sin énfasis ningunos, sin ninguna actitud olímpica, que esto me parece realmente chileno. Ahora que estoy viendo que el Presidente de Chile que es un hombre de corbata y pantalón, eso ya a mí me da mucha confianza.

Resulta, además que el Presidente de Chile, está manteniendo la libertad de Chile, pero me doy cuenta que el Presidente mantiene la libertad porque Chile es libre y porque Chile se ha impuesto el deber de la libertad. Me di cuenta que la libertad no es algo que se nos concede, sino algo que llevamos dentro y que ningún Presidente de Chile y de ninguna parte puede conceder. Yo mismo tengo la sensación de ser un hombre libre, a pesar que pesan sobre mí ciertas restricciones. Pues bien, estoy viendo que eso que se llama la vía chilena al socialismo, es algo mucho más importante que todo eso. Es que Chile, un país de 10 millones de habitantes, largo pero no gordo, largo pero no prepotente. Ese país, resulta que está inventando una manera nueva de existir. Resulta que Chile, acaba de acceder de ser la primera potencia del mundo en la chilenidad, que es la justicia y la libertad. Creo que esa sabiduría por ejemplo de las Fuerzas Armadas chilenas o de la oposición auténtica y honrada de Chile que quiere mantener la libertad y que defiende esa libertad, creo que es el descubrimiento de una forma nueva de patriotismo. Ellos, los hombres que podrían atacar y que no atacan porque defienden, creo que se están dando cuenta, de que por primera vez acceden en Chile a ser protagonistas de la historia; y eso es muy importante.

Ustedes -supongo- tienen conciencia de que todo el mundo está mirando y de lo que aquí pase y pueda pasar, pueden surgir modelos nuevos de convivencia, de vivencia y de actuación. Que Chile es la primera potencia del mundo en chilenismo, que quiere decir de esa vía a la libertad y la justicia, que Chile es hoy una cosa muy grande y muy importante que tenemos que defender todos y entonces señor Presidente, esa ausencia de énfasis, esa media voz, esa corbata puesta, es no pegar golpes, me parece que es la continuación de lo que yo tenía idea, de que el Presidente de Chile está hecho por Chile y no Chile por el Presidente. Me pregunto entonces, ¿usted, ustedes, todo el mundo, todo lo que están haciendo, el nuevo Chile, tienen conciencia de que le estamos mirando todo el mundo, y de lo que aquí pase, pueden surgir modelos para las otras potencias históricas, para la gran Francia, para la gran Alemania?

¿Ustedes se dan cuenta de que empiezan a ser cabezas de serie de la historia?

Allende: Quiero señalar la profundidad de la pregunta, no diré envuelta, revestida y de la elegancia de la forma que ha usado el compañero Moreno Galván. Quiero también señalarle que corbata no uso siempre, pantalones ustedes lo ven. Y también y a propósito de pantalones, decirle un dicho muy chileno: que los hombres del gobierno popular los tenemos bien amarrados.

Eso significa en la jerga popular que tenemos conciencia de la responsabilidad que hemos asumido. Ahora es cierto, que teniendo conciencia de esto, tenemos la humana modestia de entender que lo que estamos haciendo no es la obra de un hombre, ni de un grupo de partidos, sino que de un pueblo, y yo ayer lo dije compañero, y le agradezco que usted lo haya entendido así. Lo mejor que tengo se lo debo a mi partido, a la Unidad Popular y al pueblo de Chile.

Cuando un pueblo es capaz de derrotar el hambre, la ignorancia, la miseria; cuando un pueblo es capaz de ser el actor anónimo de tantas batallas; cuando aquí se han quemado locales obreros, donde había obreros que han muerto calcinados, cuando la metralla en expresión de represión ha segado tantas vidas; cuando la lucha obrera tiene tantos y tantos héroes anónimos. Nosotros podemos pensar que somos capaces de cumplir la tarea que nos hemos impuesto, porque ese pueblo que ha sido heroico en las batallas por su dignidad y por su derecho a la vida será heroico en las batallas del trabajo y la producción para romper el subdesarrollo y el retraso en que vivimos.

Nosotros bien sabemos que se nos mira. Se nos mira con interés avieso por una minoría que quisiera que fracasáramos, porque sabe que vamos a herir sus intereses y que el ejemplo nuestro en otros países donde haya realidades similares puedan nacer también tácticas o estrategias parecidas. Sabemos que nos mira y que se deforma lo que somos y por eso hemos invitado a amigos y hemos visto con agrado la presencia de otros que no siendo invitados también son amigos y hemos invitado a gente que piensa como nosotros y a otros que no piensan como nosotros.

No hay distinta medida para el recibimiento que les hemos hecho porque queremos que se entienda que por lo que estamos bregando es algo tibiamente humano que merece el respeto de todos: el derecho de un pueblo a la vida.

Si más allá de las fronteras y sin quererlo se exporta Unidad Popular, en buena hora, porque estamos exportando auténtica democracia, estamos exportando auténtico respeto a la persona humana. No es fácil exportar Unidad Popular porque para que ella germine se necesita que haya partidos, que haya organizaciones obreras, que haya corrientes de opinión pública y eso no es muy frecuente en muchos continentes, entre otros, en Latinoamérica.

Comprendemos también que es probable que se nos combata con más dureza, porque en algunos países de Europa pudiera haber más posibilidades de una Unidad Popular que en algunos países de América Latina, y eso sí que podría traer una correlación de fuerza distinta en el mundo y repercusiones incalculables para los que han pensado que siempre podrían tener, sobre la base de las fuerzas, el dominio sobre el pueblo.

Creemos que estas cosas pueden ocurrir pero no nos sentimos protagonistas de hechos mundiales. Somos simplemente chilenos que queremos ser chilenos y luchamos por Chile y nos sentimos muy complacidos y emocionados cuando hombres como usted, compañero, se sienten chilenos porque luchamos por la verdad para ser un pueblo que tenga derecho a una vida distinta.

Periodista: Yo quiero conocer un poco los problemas de la juventud que está dentro de la nuestra. Antes hablé con usted que hay una sola manera: la lucha armada, no hay otra manera. Y ahora nosotros, la educación de todos se ha roto y el objetivo que tiene es la vía electoral; cambió ahora el pensamiento y por ello esto para nosotros, en sí es muy importante.

¿Cómo la juventud revolucionaria, qué rol tiene dentro de la vía electoral cuando los partidos y los candidatos están más conservadores que ellos o cuando no hay un candidato que tiene más de 30 años y piensa como nosotros, y cuando los obreros de mi país son de derecha más que en todo el mundo? ¿Cómo funcionar dentro de una realidad como esta? Porque si no hay una respuesta hay más imperialismo.

Allende: Compañera, usted se refiere a los problemas de la juventud en Norteamérica y en realidad no soy yo quien pueda opinar sobre la perspectiva y el futuro de la juventud en su Patria. Sólo puedo desear que esa juventud encuentre en la lucha la satisfacción de sus inquietudes. Lamentablemente vemos cómo en muchos países la juventud busca caminos y derroteros para evadirse y el drama que también padecemos nosotros en escala menor, es un drama que debe inquietar profundamente a todos los seres responsables, el que la juventud caiga en el escepticismo y busque en la vida fácil, en el libertinaje o en las drogas lo que no le da una sociedad o un mundo.

No se le puede señalar, le repito, cuál puede ser el futuro de la juventud norteamericana; pero no soy escéptico, porque he visto a esa juventud protestar por la agresión a Vietnam y a Laos; porque he visto a esa juventud, a través de los cables, estar contra la discriminación racial; porque he visto a esa juventud comprender que en el más grande emporio e imperio industrial del mundo y del capitalismo, la injusticia también marca a muchos hombres.

Además, Estados Unidos no es una isla ni está aislada del mundo y si la juventud en otras partes del mundo lucha, llegará el eco de esas luchas a su Patria y yo creo que debe haber en ella grandes reservas morales para las grandes contiendas. Además, la juventud de su Patria tiene que mirar también el pasado y hay hombres de su Patria que pueden con su actitud iluminar el sendero de la juventud. Yo creo que a la juventud norteamericana le bastaría con leer a Abraham Lincoln.

Periodista: Quisiera ahora hacerle una pregunta acerca de la política nacional. Hace muy poco usted se refirió precisamente a los contactos existentes en el plano político en el asunto del Parlamento, al añadir que el Partido Demócrata Cristiano había tenido muchos puntos de coincidencia sobre proyectos. Uno fue por ejemplo el asunto del cobre. Y que de esa manera entonces está colaborando. Entonces quisiera yo preguntarle, a lo mejor puedo hacer dos preguntas en una. ¿Qué posibilidades existen que en este momento la Democracia Cristiana se incorpore en la base política de su gobierno? Eso sería por un lado. Y por el otro lado, en el caso de que la oposición se uniera, vamos a poner el caso, para sugestiones posteriores.

¿Optaría usted por tomar aquella parte de la Constitución que determina la disolución del Congreso por una sola vez para poder trabajar?

Allende: Desde luego y lamentablemente la Constitución no permite la disolución del Congreso, por ninguna vez. Lo que permite es, por ejemplo, que el gobierno envíe un proyecto para que el Congreso decida autorizarlo. Este proyecto el Congreso lo rechaza y vamos a un plebiscito, pero no podemos disolver el Congreso. Enseguida, la Juventud Demócrata Cristiana, ha expresado reiteradamente el deseo de diálogo con la Juventud de la Unidad Popular, ya es un vínculo. Ya es un contacto. Y hay sectores de la Democracia Cristiana que también han expresado las necesidades de un diálogo, porque comprenden que lo que hay que hacer en Chile debe contar con su apoyo. Yo le puedo decir a ustedes, y el país lo sabe, que yo tengo amigos en la Democracia Cristiana, cuyas ideas y la persistencia en ellas, demuestran la profundidad de sus convicciones. Yo tengo que reconocer, por ejemplo, y lo he hecho públicamente, la actitud de ética política y de decisión política de Radomiro Tomic de ir a reconocer mi victoria, 24 horas después de la elección. En la Democracia Cristiana hay hombres de un gran valor moral, que yo estoy seguro que estarán bregando porque haya un entendimiento frente a las grandes soluciones que Chile reclama y yo personalmente jamás me negaré a ese diálogo, tampoco me negaría a pedir una colaboración tratándose de Chile y de su pueblo.

Mario Gavilla, sociólogo y periodista de España: Yo quería preguntar un temario. Por mi propia profesión he visitado, con relativo detenimiento, lo que el tiempo me ha permitido, la dramática situación de las periferias. Sobre todo la periferia de Santiago, que es una herencia envenenada que ustedes cogen de años y años de inacción. No es culpa de la Unidad Popular, de que todo esto esté así pero estimo que las condiciones son tan dramáticas que me sorprende. Pediría un complemento de información del escaso énfasis que tiene este problema, a pesar del programa de 80 o 100 mil viviendas en el próximo año. El abordar a fondo igual que se ha hecho con la Reforma Agraria y las nacionalizaciones, sobre el problema urbano no parece que en el programa de la Unidad Popular haya a fondo un análisis de la nueva dialéctica entre centro o barrios ricos y periferia, del proletariado. Al igual que allá está muy bien planteada la dialéctica con propiedad, sin embargo, dentro de las ciudades, yo creo que esta dialéctica dentro de barrios de clases medias y altas y periferias no está suficientemente elaborada en el programa, ni la renovación en los conceptos de vida urbana; una urbanización irracional que había sido consecuencia de la especulación probablemente de suelo, el hecho de que respeten asentamientos que se están haciendo y pueden generar o pueden degenerar en ghettos aislados en la periferia. A mí me sorprende esto y creo que uno de los trípticos fundamentales de un programa de la Unidad Popular, sería el colocarse en la lucha urbana, que da la sensación que no está recogido, tal vez por la ignorancia mía, de cómo se elaboró el programa común inicialmente. ¿Podría darme un complemento de información?

Allende: Usted ha planteado, compañero, uno de los problemas más álgidos, que no sólo son de Chile sino de todos los países del mundo. Yo no conozco ningún país en América Latina que haya solucionado el problema de la vivienda. Yo fui ministro de Pedro Aguirre Cerda en el año 1940, 39 para ser más exactos. Hice la primera exposición de la vivienda en Chile. La hice allí en la Alameda de Las Delicias, frente al Club de La Unión, cuando el Club de la Unión era el centro de la oligarquía chilena. En esa época los arquitectos y los técnicos de izquierda demostraron que en Chile faltaban 320 mil viviendas. Han pasado 31 años y hoy día en Chile faltan 440 mil viviendas.

No hay ningún país de América Latina que construya para el aumento vegetativo de la población. En América Latina hay 17 millones ¡faltan 17 millones de viviendas! Entonces es uno de los problemas más difíciles. Nosotros tenemos 3 millones de chilenos que no tienen agua potable. 3 millones 700 mil chilenos que no tienen alcantarillado. Yo escribí un libro que se llama La realidad médico social chilena cuando fui ministro de Salud Pública, lo único que tendría que hacer ahora es aumentar las cifras, aumentar los déficits por el aumento vegetativo de la población. Ahora usted planteaba un problema que es mucho más profundo cual es el desplazamiento de la gente de provincia hacia los centros fundamentales, en este caso las capitales o las provincias más importantes, y esa gente, entonces, viene en busca de trabajo. El campo chileno, como el campo de la mayoría de los países latinoamericanos, no puede absorber la mano de obra cesante. Si no hay un proceso de desarrollo industrial, si no hay integración de zonas geográficas y económicas, la gente vive con el espejismo de que en la capital, donde están las industrias, el mayor número de industrias, pueden encontrar trabajo.

Entonces se crean los campamentos que usted ha visto, que son la expresión, digamos, de la marginalidad, en la forma más dramáticamente elocuente y más antihumana.

Terminar con eso no es un problema que pueda realizarse en poco tiempo. Nosotros estamos duramente empeñados, y queremos también, hacer lo que se ha planteado, que es un problema mucho más justo, y es ir a la remodelación de la ciudad, para incorporar a las zonas marginales a la ciudad. Para que no haya un sector de la ciudad de primera clase, otro de segunda clase, otro de tercera y otro que casi ya no tiene clasificación, o calificación. Pero es un problema muy difícil compañero y muy duro. En Chile son las “poblaciones callampas”; en Argentina son las “villas miserias”; en Venezuela, “las favelas” y en Brasil. En todas partes de los países en vías de desarrollo, pero también los hay en los países capitalistas de Europa y yo los he visto y con mucha frecuencia; quizá si los pueblos gastaran la mitad de lo que gastan en armamentos, ese problema se podría terminar. Mientras tanto, nosotros tenemos que sobrellevar una herencia, que por lo demás no es culpa del gobierno de Frei, del gobierno de Alessandri. Es culpa del régimen y del sistema.

Porque la vivienda en el régimen capitalista es un lucro y los materiales de la construcción están destinados a producir utilidades para las industrias y para las empresas. Nosotros tenemos que cambiar todo el espíritu, una mentalidad y hacer entender que la vivienda es una necesidad como el agua, o como el aire, y para eso tenemos primero que tomar en nuestras manos los materiales de la construcción, crear los organismos del Estado que permitan construir y terminar con las ventajas de las empresas constructoras o limitárselas y planear todo un desarrollo que permita incorporar a los campamentos y poblaciones marginales o marginadas a la ciudad que tenemos que remodelarla. Hay muchos estudios en esta materia, pero la materialización de ellos es un proceso muy largo. Ahora, nosotros sabemos perfectamente bien, lo que representa la carencia de casas para la familia. Por eso cuando se nos decía que nosotros íbamos a combatir a la familia, nos preguntábamos de qué familia se habla, en un país donde hay todavía más de un 25 a un 28 por ciento de hijos ilegítimos. Cómo puede hablarse de familia, cuando en una pieza, cohabitan seis o siete personas, cuando todavía hay un promedio de 3,2 personas por cama.

La promiscuidad, la falta de intimidad, las relaciones humanas hechas en presencia de hijos mayores, o de allegados. La falta de vivienda o la vivienda insalubre, la covacha, implica que el hombre no tenga sentido de hogar, y por eso lamentablemente también, en Chile por ejemplo, la gente busca un lepante para arrancarse de esa realidad y uno de los problemas más serios que tiene Chile es el alcoholismo. Porque qué distracción, qué agrado puede tener un obrero, que llega a su casa y no tiene luz, no tiene agua. Yo siempre he dicho que el mundo contemporáneo separa a la gente, entre los que tenemos automóvil y los que tienen que estar esperando horas la micro destartalada para trasladarse al sitio de trabajo. Entre aquellos otros que damos vuelta una llave y sale agua caliente o fría y aquellos que no tienen agua ni siquiera para cocinar y tienen que ir a buscarla a un pilón, que está a dos o tres cuadras, como ocurre en la mayoría de las poblaciones del país y en la mayoría de los países latinoamericanos.

El problema que usted ha planteado, es un grave problema, es un hondo y profundo problema y caramba que usted ha captado muy claramente eso, que por lo demás y por desgracia, no sólo está en los países subdesarrollados, sino en los países capitalistas de Europa y aun en países socialistas, que a pesar de los años que llevan no han podido solucionar íntegramente el problema de la vivienda, siendo más fácil en los países socialistas, porque indiscutiblemente, la industria de la construcción no tiene en esos países el sentido del lucro que tiene en un país capitalista.

Bueno yo les reitero que ha sido muy grato conversar con ustedes y les ruego que me excusen no haber podido satisfacer todo su justo interés. Les pido que sigan conociendo Chile, y les pido que no se olviden de Chile y de su pueblo.

Muchas gracias queridas amigas y queridos amigos.