Salvador Allende

La juventud en la hora de Chile. Entrevista para la Revista Ramona


Pronunciado: El 11 de julio de 1972.
Versión digital: Eduardo Rivas, 2015.
Esta edición: Marxists Internet Archive, 4 de febrero de 2016.


Ramona: A un año de la nacionalización del cobre y otras riquezas, ¿cuál es el efecto que esta histórica transformación ha tenido en la economía nacional, y en la lucha por terminar con la dependencia y el subdesarrollo?

Salvador Allende: Este acto de dignidad para nuestro país en lo que se refiere a la recuperación de sus riquezas básicas, tiene una trascendencia que escapa a su sola significación política. Se ha cumplido con el anhelo patriótico de que esas riquezas sean explotadas en beneficio de todos los chilenos, y fue nuestro Gobierno Popular el que, apoyado por todos los sectores progresistas tuvo el privilegio de hacer realidad tal objetivo.

Ello nos permitirá vencer el subdesarrollo, la dependencia económica. La nacionalización del cobre significa más casas, más hospitales, más caminos, más abastecimientos, más seguridad social, más campos deportivos, más escuelas para nuestro pueblo.

Aumento de producción

Hay que decir, además, que en la minería del cobre la producción básica creció en un 6 por ciento en comparación con el 8 por ciento de crecimientos promedio del período 67-70. Se produjeron 730.000 toneladas respecto a 619.000 producidas en 1970. La exportación de cobre estimada en 1971 representa un aumento del 4 por ciento sobre 1970 y del 5,8 por ciento sobre el nivel promedio de exportaciones del período 67-70. Las cifras del primer trimestre de este año, en la Gran Minería del Cobre, indican que la producción aumentó en un 2,3 por ciento respecto del mismo período en el año anterior. El Salvador, centro heroico, superó su meta en marzo.

Tales cifras, la participación de los trabajadores en la dirección de las empresas, la superación de las dificultades, demuestran que teníamos razón al afirmar que el cobre es el sueldo de Chile y que nuestra primera tarea de Gobierno era recuperar para el país lo que durante tantos años explotaron las empresas imperialistas.

Detener la masacre contra la juventud

Ramona: ¿En qué medida estos efectos beneficiosos sirven a la joven generación de nuestro país y a su futuro?

Salvador Allende:- Ustedes saben y todo Chile conoce las condiciones en que el sistema capitalista ha sumido a la juventud, no sólo aquí, sino en muchos países. Pareciera que, temiendo a los jóvenes, los inducen al consumo de drogas, no les dan educación ni trabajo, no les abren perspectivas de futuro. Es nuestro compromiso y lo planteamos claramente en el Programa Básico de Gobierno de la Unidad Popular, la preocupación por el joven, por la familia chilena, por el recién nacido, por el adolescente. Toda nuestra acción de Gobierno, en el plano económico, político, social, cultural, deportivo, etcétera, está destinada a asegurar al niño y al joven chileno un futuro adecuado a sus necesidades y a su capacidad. La economía del país juega un papel trascendental en esta batalla. Un dramático ejemplo aclara las relaciones entre la economía y los derechos de la juventud: de acuerdo a las estadísticas oficiales, el 50 por ciento de los menores de 15 años están desnutridos. La desnutrición retarda su crecimiento y limita sus posibilidades de aprender, de instruirse, de llegar a ser un hombre o una mujer en la plenitud de su capacidad. Esto es un crimen del sistema capitalista, y nosotros detendremos esta verdadera masacre que afecta a la juventud chilena.

La definitiva derrota del latifundio, la recuperación de nuestras riquezas básicas, la formación del Área Social de la Economía, permitirán la realización de esta política. Queremos una juventud que participe, que labore, que haga trabajo voluntario, que estudie, que juegue, que baile y cante, pero, sobre todo, queremos una juventud sana, mental y físicamente. Esos son nuestros deberes para con los jóvenes y junto a ellos los cumpliremos.

Motor de nuestro avance

Ramona: ¿Cuál es, a su juicio, el papel que debe jugar la juventud chilena en el proceso revolucionario y cuáles son las tareas fundamentales que debe cumplir en esta etapa?

Salvador Allende: Si el cobre es el sueldo de Chile y la clase trabajadora su puño decidido y su principal fuerza, la juventud es uno de los motores de nuestro avance. Estamos haciendo esta revolución pensando en el futuro de la Patria y el futuro de la Patria es, indudablemente, nuestra juventud de hoy. Los jóvenes no sólo son testigos de este momento histórico ni esperan estáticos el advenimiento de esa nueva sociedad.

Todo lo contrario, los vemos participando en la construcción del Chile Nuevo. Los vemos a veces inquietos ante vicios como la burocracia, que aún no vencemos totalmente.

Ellos no sólo piden, sino exigen su presencia en la solución de los problemas que les interesan y les afecta.

Hace pocos días se han realizado reuniones entre representantes de la Secretaría Juvenil de la Presidencia y diversos Ministros. El quehacer de los jóvenes, que hay que decirlo han dado ejemplo de responsabilidad y conciencia revolucionaria, es la gran tarea de Chile: aumentar la producción, liberar definitivamente a la Patria, ser también la coraza donde se estrellen aquellos aventureros que traicionándola intentan terminar con nuestra libertad y nuestra seguridad. Las minas, el campo, las escuelas, las poblaciones esperan mucho del empuje creador de los jóvenes. Hay que trabajar más, estudiar más, ser mejores estudiantes, rendir al máximo y de ese modo estaremos asegurando el éxito del proceso. Hay que hacer deporte. Los jóvenes pueden hacerlo. Queremos, los que ya tenemos algunos años, verlos luciendo el galardón de los campeones. Esas son las tareas de la juventud y nuestra profunda decisión es promoverlas y auspiciarlas.

Un hecho positivo

Ramona: En el terreno juvenil se han producido en el último tiempo importantes acciones conjuntas entre la juventud de la Unidad Popular y la juventud demócrata cristiana, particularmente en el Trabajo Voluntario. ¿Cómo valora usted este hecho?

Salvador Allende: Todo aquello que signifique un aporte al proceso de cambios que el país reclama y necesita, es un hecho positivo. Es indudable que en el terreno de las acciones concretas, la juventud de la Unidad Popular y la juventud demócrata cristiana encuentran un terreno común y propicio para el diálogo constructivo.

Saludamos este hecho como un verdadero símbolo de nuestros tiempos. Fuerzas que tienen su propia identidad, pueden y deben -cumpliendo con Chile y sin olvidar sus principios- dialogar y realizar de conjunto acciones concretas que beneficien a todo el país.

El ejemplo que usted señala, el trabajo voluntario, sin duda es una de las iniciativas más hermosas, valientes y revolucionarias de la juventud chilena.

Sobre deberes y derechos

Ramona: Las organizaciones juveniles han organizado un debate amplio y de masas, sobre el documento “Deberes y Derechos de la Juventud”, base de un eventual compromiso con el Gobierno Popular, ¿Qué opinión le merece esta iniciativa y qué proyección le asigna?

Salvador Allende: El Gobierno y yo personalmente esperamos con gran interés el resultado de la discusión de este documento en que la juventud chilena expresará sus principales necesidades y lo que ellos estiman sus deberes para con la Patria. Será un documento, no dudamos, que resumirá la protesta juvenil contra un sistema económico y social injusto que los puso en segundo plano. Entendemos que no será consignista ni partidista. Deberá, real y efectivamente, entregarnos el pensamiento de toda la juventud chilena.

Será para nosotros, entonces, una base objetiva para desarrollar aún más nuestra política respecto de la juventud. Creo no equivocarme al decir que también aprenderemos muchas cosas de esa discusión. Conocemos que ya se han iniciado los debates en la base y que allí los jóvenes trabajadores, estudiantes, artistas, campesinos, están poniendo el acento en los deberes para con Chile. Eso es un hecho altamente positivo. Y nos alegramos que ello suceda precisamente en el marco de un Gobierno Popular, de todo el pueblo. Eso nos llena de orgullo a los hombres que tenemos las responsabilidades de Gobierno.

La juventud exige

Ramona: Su Gobierno ha sido el primero en crear un organismo estatal que se encarga de formular y dirigir -a nivel de Gobierno- una política en beneficio de los sectores juveniles, como es la Secretaria Juvenil de la Presidencia, ¿Cómo enjuicia el trabajo realizado hasta el momento por ese organismo? ¿Se piensa convertirlo en el futuro en un Ministerio de la Juventud?

Salvador Allende: Efectivamente, ha sido el Gobierno de la Unidad Popular el primero en estructurar un aparato destinado a orientar y coordinar una política en relación a la joven generación. Ha sido nuestra idea permanente, desde que entramos en la actividad política, el dar y entregar mayores responsabilidades a los jóvenes. Afortunadamente hemos logrado hacer realidad esta idea de siempre. Pensamos que la Secretaria Juvenil de la Presidencia está cumpliendo un interesante papel y que sus tareas y responsabilidades van a ser mucho más grandes en el futuro. La propia juventud estudiantil, deportista, trabajadora está exigiendo cosas.

Nosotros tenemos la responsabilidad de resolver esas expectativas. En ello pondremos toda nuestra energía y la Secretaría Juvenil con su rango de organismo de Gobierno deberá jugar un papel fundamental. La consulta sobre el Ministerio de la Juventud será respondida por las necesidades que se nos presenten y la mejor forma de enfrentarlas.

Cosas concretas

Ramona: ¿Qué proyectos o planes concretos tiene el Gobierno que usted preside en relación a la juventud chilena y sus necesidades laborales, educacionales, deportivas, culturales, etc.?

Salvador Allende: En este terreno hay muchas iniciativas y realizaciones concretas.

Precisamente las reuniones de la Secretaría Juvenil de la Presidencia con los Ministros de Estado, la discusión del documento “Deberes y Derechos de la Juventud” están estructurando tales iniciativas y coordinando su realización. La juventud chilena tendrá más escuelas; Casas de la Cultura como la que se ha entregado ya a la FECH; habrá terrenos costeros o en la cordillera destinados a los campings y al turismo juvenil; habrá más campos deportivos para cultivar el desarrollo físico; se ha estimado conveniente estimular el rendimiento estudiantil, que también es una tarea revolucionaria; estamos absorbiendo la cesantía juvenil; tendremos sanatorios destinados a los jóvenes; se han abierto las puertas de la capacitación profesional del trabajador joven y hay muchos ejemplos de realizaciones concretas en la Universidad Técnica del Estado, en INACAP, etc.

Frente a las drogas

También estamos preocupados del problema de las drogas que afecta a un pequeño sector de jóvenes, pero no por ello deja de ser importante. Al respecto no creemos que la represión sea la mejor forma de combatir ese mal. Estamos por realizar una campaña de prevención del uso de las drogas, una tarea médica respecto a esta gran labor les corresponde a las organizaciones estudiantiles y a los medios de comunicación de masas. Así que ustedes, en Ramona, también deben colaborar. ¡Y esto no sólo se lo pido, sino que se lo exijo en beneficio de ese grupo de jóvenes equivocados!

Un pedido a la juventud

Ramona: ¿Qué les pediría usted en este momento a los jóvenes chilenos?

Salvador Allende: Yo les pediría a los jóvenes entusiasmo, alegría, pasión revolucionaria. Que discutan, que exijan las soluciones, que impulsen el cumplimiento de sus reivindicaciones, si es necesario obligar a algunas autoridades que andan con tranco lento.

Pero sobre lodo les pediría que participen en la construcción de este Chile Nuevo, que sobre todas las cosas sean jóvenes, que bailen, que canten, que sean alegres, que sean excelentes estudiantes, trabajadores de vanguardia, que amen a sus compañeras o compañeros, según el caso ¿verdad?

Yo les pediría a jóvenes que se entreguen a esta tarea apasionante, romántica y revolucionaria de combatir la pobreza, el subdesarrollo y sus causas; construir la Patria libre y soberana con que han soñado nuestros Padres de la Patria y nuestros mártires proletarios.

Balance del cónclave

Ramona: Entrando en otro tema, Compañero Presidente, ¿cuál es su valoración de las discusiones y acuerdos del reciente “Cónclave” de los partidos de la Unidad Popular?

Salvador Allende: Sobre esto ya hemos hablado a todo el país. Sólo quiero reiterar que el balance de tales discusiones, en lo que no hay secretos ni confabulaciones, ha sido positivo para el proceso y para Chile. La Unidad Popular y el Gobierno han determinado claramente el rumbo que se le debe dar a la economía del país, han resuelto encarar con fuerza la batalla por el aumento de la producción, particularmente en lo que se refiere a las empresas del Área Social; se ha entrado en una positiva discusión política para determinar clara y taxativamente las áreas de la economía, etc. De la reunión se desprende, por otra parte, que el Programa Básico de la Unidad Popular es nuestra fundamental guía para la acción revolucionaria del Gobierno y que haremos todo lo que sea necesario en la continuación de su cumplimiento, puesto que se nos eligió en estas responsabilidades para cumplir nuestra palabra. Y estoy seguro que para ello contamos con la inmensa mayoría del pueblo, que es el beneficiario de toda nuestra acción gubernativa y nuestro definitivo juez.

Critica a la “oposición de izquierda”

Ramona: Finalmente, compañero Allende, además de la oposición de derecha que busca frustrar el proceso de cambios se ha desarrollado en contra del Gobierno una llamada “oposición de izquierda”, impulsada principalmente por el MIR. y que sostiene representar la verdadera política revolucionaria en esta hora, en contradicción con una supuesta línea “reformista” de la Unidad Popular. ¿Cuál es su opinión sobre las acciones de este grupo y el efecto que ellas tienen?

Salvador Allende: Quien sostiene que este Gobierno es “reformista” o que no es suficientemente revolucionario está profundamente equivocado. La definición del revolucionario no se otorga en una escuela, sino en la vida misma. Resulta de los hechos concretos, no de las palabras. Para hablar de la revolución y sobre todo para hacerla, hay que ser serios. Actuar con seriedad. Toda nuestra vida política está signada por la lucha constante contra el régimen capitalista, explotador e injusto. Hoy tenemos la responsabilidad máxima en el Gobierno y ninguno de nuestros actos puede ser definido como “reformista”.

Cumpliremos nuestras responsabilidades

Tenemos claro que incluso en la propia izquierda no todos los partidos o movimientos pueden tener las mismas ideas en torno a varios asuntos concretos. Existe diálogo, existe discusión y enfrentamiento ideológico. Y eso ayuda al proceso en la medida que la discusión no sea estéril y no entorpezca la acción revolucionaria. Tenemos nuestras tareas y debemos tener la suficiente entereza para cumplirlas. Nada sacaremos con palabras altisonantes y supuestamente revolucionarias. La revolución se hace con los hechos, con las masas. Eso es bueno que lo tengan en cuenta quienes andan por ahí atacando al Gobierno desde “posiciones de izquierda”. El cumplimiento del Programa de Gobierno es nuestra tarea revolucionaria de hoy. Y no nos separarán de esta línea de acción política ni los ataques del fascismo derechista, ni las posiciones de la ultraizquierda que parece quisieran ver fracasado nuestro proceso. Eso está claro y es nuestra definitiva decisión.

Somos un Gobierno revolucionario y cumpliremos nuestras responsabilidades como tales.