Salvador Allende

Palabras ante el pueblo reunido en la Plaza de la Constitución


Pronunciado: El 19 de septiembre de 1972.
Versión digital: Eduardo Rivas, 2015.
Esta edición: Marxists Internet Archive, 4 de febrero de 2016.


Queridas compañeras y estimados compañeros;

Pueblo de Santiago:

Nunca como hoy, sentí más espontáneo y fraterno el calor del Pueblo. (Aplausos).

Sé que este calor y esta actitud fraterna, expresada en forma tan multitudinaria a lo largo de nuestro recorrido, desde La Moneda hasta el Parque Bernardo O´Higgins, y a nuestro regreso, lo mismo que esta concentración, que Uds., en forma inorganizada aparentemente realizan, demuestra lo que es la conciencia organizada del Pueblo. Yo sé perfectamente bien ‐repito- que no es el homenaje de adhesión a un hombre. Es el Pueblo, que se moviliza en este mes de la Patria. Es el Pueblo que siente el latido de la historia. Es el Pueblo, que junto a las Fuerzas Armadas, celebra 162 años de nuestra Independencia Nacional. (Aplausos).

Que profundamente grato ha sido para mí, Presidente por la voluntad de Uds., Compañero Presidente por mi conciencia, el presenciar esta tarde la Parada Militar, en ese parque remozado por nosotros, transformado, que inauguraremos el 3 de noviembre y que será, un sitio de esparcimiento para los trabajadores y sus familias.

Presenciar allí ‐repito‐ la Parada Militar y evidenciar una vez más la gallardía viril de nuestras Fuerzas Armadas.

Desfilaron nuestras Escuelas: la Escuela Militar, que fundara el Padre de la Patria, Bernardo O´Higgins, cuna de nuestras Glorias Militares; la Escuela Naval, que lleva el nombre del Capitán Inmortal, Arturo Prat (Aplausos) y la Escuela de Aviación, Capitán Avalos, que recuerda a los Mártires de la Aviación, a los intrépidos, pilotos nuestros, que surcan nuestro cielo para garantizar nuestra integridad territorial y para elevar su palabra de consuelo, de ayuda y de apoyo a miles de chilenos que miles de veces la han recibido. (Aplausos).

Y desfilaron, como siempre, en forma gallarda, tropas del Ejército, de la Marina y de la Aviación. Cuando yo les veía pasar pensaba, que sólo teniendo conciencia cada soldado, de lo que significa este día para Chile, podía manifestar tanta decisión, tanta fuerza patriótica, tanta y tanta voluntad de paz.

Por eso, hoy día, como nunca, he sentido la fuerza de la historia, y como nunca, debemos recordar con agradecimiento a los que hicieron posible que Chile fuera un país independiente.

Y el Pueblo estuvo presente en la gesta libertadora; el Pueblo, junto con el Ejército, nos dio forma de Patria y de Libertad. Lo mismo que ahora el Pueblo está presente en la Segunda Independencia Nacional. (Aplausos).

Por eso, esta tarde, en una manifestación como esta, en un día como hoy, yo no voy a referirme ni a rozar siquiera, a nuestros adversarios, a nuestros enemigos.

Aquí, en este mes de septiembre, debe estar presente para todos la Patria, que es el crisol donde se funde nuestra historia, en el heroísmo de nuestros soldados, en la entrega generosa de miles y miles de hombres y mujeres anónimos que hicieron posible que esta tierra tuviera su propio perfil y su gran contenido. (Aplausos).

Por eso, esta tarde, siento el calor de Uds., que es el calor del Pueblo que se entrega a las Fuerzas Armadas de Chile; es el calor del Pueblo, que lleva la gratitud, para los que dieron sus vidas, para hacer posible que entre la cordillera y el mar, entre el desierto y la nieve, hubiera un país como el nuestro; sobrio, trabajador, pujante, con dignidad; un país capaz de defender, no sólo sus fronteras, sino el derecho a ser un Pueblo digno, independiente y soberano, dueño de su propio destino. (Aplausos).

Por eso como nunca he sentido que una nueva conciencia está iluminando el camino de las masas populares chilenas, cuando se vuelcan a las calles a expresar con sus gritos, con sus cantos, con su actitud y con su voluntad el anhelo de hacer progresar este país, de trabajar más, de producir más, de estudiar más.

Hay algo que brota espontáneamente en el corazón de Uds. en ese grito que oí vocear a lo largo de mi recorrido: “Carabinero, soldado, el pueblo está a tu lado”. (Ovación). (La gente grita: “Soldado, amigo, el pueblo está contigo”.)

Es que el pueblo entiende que él es gobierno, que los trabajadores por fin alcanzaron su limpia victoria después de años de lucha y de sacrificio. Este pueblo sabe que en las fuerzas de orden, Carabineros e Investigaciones, está el sostén básico del orden público. Este pueblo tiene conciencia de que es el Gobierno, a través de estas instituciones, quien debe garantizar el orden y por lo tanto el pueblo debe apoyarlas, debe comprenderlas, debe estimularlas y debe sentir de cerca lo que ellas representan para la institucionalidad que el Gobierno del Pueblo tendrá que constituir, más amplia y generosa. (Aplausos).

De la misma manera que el pueblo sabe lo que le debe Chile al Ejército, a la Marina, a la Aviación, a las Fuerzas Armadas de la Patria, que son el símbolo de nuestra historia, hecha de luchas, hecha de derrotas transitorias, hecha victoria definitiva.

El pueblo sabe, por lo tanto, quiénes escribieron esas páginas que nos dan la fuerza y el vigor de un pueblo pequeño, pero firme en su decisión de hacerse respetar y buscar el diálogo y el entendimiento, el camino del futuro con todos los pueblos del mundo, y fundamentalmente con los pueblos latinoamericanos, ya que debemos ser algún día un Pueblo continente, como lo quisieron los padres de la Patria, los libertadores de nuestro pueblo. (Aplausos).

Y si el Pueblo respeta y quiere a las Fuerzas Armadas, ese cariño y ese respeto emana del pasado en las gestas libertadoras y de su historia al servicio de la Patria, en los campos de batallas y en las horas duras, cuando la naturaleza sacude a Chile y son los soldados y son los Carabineros los que con humana actitud están junto a Uds. en las horas amargas del sufrimiento común.

Respeta el Pueblo a las Fuerzas Armadas, porque ellas tienen ‐y con qué orgullo podemos decirlo‐ una conciencia profesional que es también algo señero que marca a Chile. Los soldados de Chile, eficientes, estudiosos, herederos del idealismo de O´Higgins, saben lo que es la Constitución y la Ley y respetan la voluntad del Pueblo, expresada en las urnas y la voz mayoritaria de las multitudes.

Por eso, es que Chile camina tranquilo y sereno.

Podrán voces, agoreras pretender lo imposible. Nosotros seguiremos con fe en Chile, en Uds., con confianza en las Fuerzas Armadas, con seguridad en Carabineros y en Investigaciones. Y sobre todo, confiando en la conciencia del Pueblo, en su sentido nacional y patriótico. Ahora, este mes de septiembre, cuando vivimos horas duras cuando tenemos que tomar medidas económicas que podrán ser verdaderas medidas económicas de guerra, para evitar que la inflación castigue más fuertemente a los que viven de un sueldo o de un salario. Ahora, cuando desde fuera, y aun desde dentro, se pretende cercar las iniciativas del Gobierno de Uds., ahora, este mes de la Patria, yo siento vitalizada mi confianza en Chile, por la presencia de Uds., por el cariño de Uds., por el esfuerzo de Uds., por el sacrificio de Uds., por la voluntad revolucionaria de Uds. (Aplausos).

¡Gracias, queridas compañeras y queridos compañeros!

Gracias, Pueblo de Santiago, que seguramente interpreta a todo el Pueblo de Chile, para sentir hoy, con la tranquilidad serena de los fuertes, este nuevo Aniversario Nacional. Para eso estamos aquí: para trabajar por Chile, para esforzarnos por la Patria, para hacer vibrar muy hondo y muy limpio, un sentido nacional que es tan indispensable y necesario.

Para vitalizar nuestra fe en el Pueblo; para entender que sólo nosotros seremos los constructores del futuro; que no podemos ser mendigos internacionales y que debemos sacrificarnos, para que las futuras generaciones entiendan que hubo una que supo cumplir con su deber; que anheló tan sólo, hacer posible la Independencia Política plena, y la Independencia Económica de Chile; que quiso restañar las heridas que nos hicieron tantos y tantos años de explotación foránea de nuestras riquezas; que anheló que la tierra le entregara al hombre el alimento necesario; que hubo una generación, que quiso que el trabajo alcanzara a todos, lo mismo que el cuidado de la salud, la cultura y el techo; que estamos aquí, porque queremos a Chile ‐y como no decirlo en este día y en este mes de septiembre‐ que somos Gobierno; porque lo único que mueve nuestro anhelo, es hacer posible que este Patria deje de ser la Patria para unos pocos y que sea la gran Patria generosa, en el trabajo, esfuerzo y sacrificio que sabemos que el mañana es promisor de esta juventud que mira nuestro esfuerzo, para señalar a Chile como un Pueblo digno de haber escrito su propia historia. (Aplausos).

¡Gracias, queridas compañeras y queridos compañeros! Les dije el 4 de septiembre de 1970, en la noche de la Victoria, cuándo se reunieron espontáneamente. Como lo hacen ustedes, miles y miles de chilenos, para vitorear el triunfo tan esperado.

Cuando a veces la injusticia me alcanza, cuando el cansancio logra castigarme, cuando veo la vacilación de algunos y la falta de sentido patriótico de otros; cuando las noches se me hacen largas, y cuando peso la responsabilidad que ustedes me entregaron, me basta recordar lo que han hecho ustedes y seguirán haciendo; me hasta recordar este pueblo, que tiene tanto y tan profundo sentido patriótico y nacional; me hasta recordar al campesino que ahora siembra en el surco que les pertenece a todos, para que un día el alimento alcance a todos; me hasta recordar al obrero de la industria estatizada, que sabrá sobreponerse a los deseos personales, para hacer que la máquina, entregue más productos que el pueblo necesita; me basta, recordar a las dueñas de casa, a veces golpeadas porque faltan alimentos, pero que entienden que ello es consecuencia de lo que hemos heredado, que ello es consecuencia del cerco económico que se nos tiende y que limita nuestro desarrollo, que ello es consecuencia, de fallas que no pueden remediarse; pero esa misma dueña de casa que a veces encuentra dificultades para llevar a su casa algo que los suyos quisieran, también tiene conciencia de que hoy día, por lo menos, miles y miles de chilenos que ayer no tenían trabajo y alimento, lo tienen, y que hoy podemos decir que si todavía quedan algunos privilegiados, la inmensa mayoría de los chilenos sabe que haciendo sacrificio, y sólo así, es posible labrarse un futuro distinto y una sociedad diferente. (Aplausos).

Cuando muchos creyeron que las alzas de los precios nos iban a separar del pueblo, esto demuestra que no saben lo que es el pueblo, ni en su generosidad ni en su comprensión. Por eso, compañeros, si tengo horas amargas, ellas se esfuman porque me basta recordar lo que ustedes han hecho y me basta sentir la presencia de ustedes. ¡Gracias!

Hoy más que nunca me siento ‐porque he sentido el latido de la historia renovada, con el fervor patriótico de ustedes‐, hoy más que nunca me siento el Compañero Presidente del Pueblo de Chile. ¡Gracias! (Ovación).