Salvador Allende

Palabras pronunciadas ante la delegación de la Internacional Socialista


Pronunciado: El 9 de febrero de 1973.
Versión digital: Eduardo Rivas, 2015.
Esta edición: Marxists Internet Archive, 5 de febrero de 2016.


Muy buenas tardes.

Es muy grato para mí, como Presidente de la República, saludar en la forma más cordial, en nombre del pueblo y del Gobierno de Chile, a los integrantes del Buró de la Internacional Socialista.

Tiene especial importancia para nuestro país, la presencia de relevantes personalidades que han tenido -y tienen- destacada actuación en sus países.

Y creemos que Chile tiene motivos de reconocimiento a la actitud de la Internacional Socialista, sobradamente conocidos, lo que yo quiero hacer resaltar en esta oportunidad.

Desde luego, en octubre del año 70, hubo una manifestación de solidaridad con la victoria popular.

El año 71 -me parece que en mayo- hubo una resolución, confirmada en mayo del año 72, por el Congreso Internacional Socialista en Viena.

Esto, indiscutiblemente, tiene una profunda repercusión política.

Yo expreso mi reconocimiento en nombre de los trabajadores chilenos y del Gobierno.

Por cierto que es muy grato señalar, que es la primera vez que se reúne en América Latina, el Buró Internacional Socialista. Ello también señala la deferencia especial que se tiene hacia nuestro Partido, a nuestro país. Y al Partido Radical, Partido integrante del Gobierno y Partido de la Internacional Socialista.

Yo pienso que en las reuniones tenidas, señores Delegados, habrán tenido oportunidad de escuchar los antecedentes y las informaciones que les habrán entregado nuestros compañeros y amigos.

Yo tuve oportunidad de escuchar parte de la intervención del Senador Sule, y también la del Senador Gumucio. Y destaqué al Ministro Subrogante de Relaciones Exteriores, para que llevara las palabras y el saludo del Gobierno.

Por estas razones, y habiendo escuchado parcialmente las intervenciones de mis amigos, Senadores Gumucio y Sule, estoy un poco desorientado, sobre los tópicos sobre los cuales yo pudiera agregar algo más. De todas maneras, aunque pudiera repetir algunos de los planteamientos hechos por Sule o por Gumucio, quiero hacer una breve síntesis del significado del movimiento popular chileno y de su lucha.

La Unidad Popular en nuestro país, no es un hecho que obedezca a algo fortuito, o a un oportunismo político electoral.

Hace muchos años, en 1938, Chile fue uno de los tres países en donde hubo un movimiento de frente popular.

Los Partidos Políticos que formaron el Frente Popular en esa época, son esencialmente los mismos que integran la Unidad Popular, agregándose a ellos el pensamiento cristiano. La diferencia está, en que el Frente Popular tenía, el año 1939-40, un Partido hegemónico, que era el Partido Radical. Y el Frente Popular, era la Izquierda política del sistema, del sistema capitalista.

La Unidad Popular, tiene entonces, como raíz, eso que significó un Gobierno en donde se hicieron avances extraordinarios. El Frente Popular chileno, sin discusión, alcanzó metas que no ha alcanzado otro Frente Popular. Y vemos lo ocurrido con el Francés, y sabemos lamentablemente la tragedia con España.

En nuestro país, y muy apretadamente quiero decir, desde el punto de vista social, se incorporó la clase media al ejercicio del poder público; se creó una organización unitaria de los trabajadores. Desde el punto de vista económico, se echaron las bases del desarrollo industrial, acción del Estado en Electricidad, Acero y Petróleo.

Por eso, podemos señalar como una etapa progresista y de avance social y económico, al Gobierno del Frente Popular.

Quizás por el hecho de ser médico, y no atenderme yo mismo, soy uno de los sobrevivientes que actuaron en esa época. Yo fui Ministro de Salud Pública del Gobierno del Presidente Aguirre Cerda.

Por razones que no es el caso profundizar, el Gobierno del Frente Popular duró en su orientación y en la acción de los partidos que lo integraban, solamente el tiempo que fue Presidente Pedro Aguirre Cerda, más o menos 3 años y medio. Posteriormente, hubo un Gobierno Radical, pero que no tuvo la misma base de sustentación y, lamentablemente, se dictó una ley en el último Gobierno Radical, que puso fuera de la vida ciudadana al Partido Comunista; eso creó, indiscutiblemente, un serio tropiezo a la unidad de los trabajadores.

A pesar de ello, la clase obrera luchó por tener su unidad sindical. Y partidos como el Socialista, la Democracia Cristiana y un sector del Partido Radical, lucharon por derogar la ley que había puesto fuera de la vida ciudadana al Partido Comunista.

Eso significó, que durante esta lucha, como después de ella, para derogar la ley, se produjera un entendimiento Socialista-Comunista, manteniendo cada partido su individualidad, sus propias características, pero comprendiendo la importancia extraordinaria que significaba que dos partidos de la clase obrera, a pesar de sus condiciones programáticas distintas, llegaran a entenderse, frente a problemas esenciales.

De allí entonces, que la Unidad Popular tiene como característica -incluso señala a Chile como el primer país en que ha acontecido esto- el entendimiento programático de partidos de la pequeña burguesía, del proletariado, y que haya en nuestro movimiento laicos, marxistas, cristianos.

Y por cierto, que en nuestro programa común, luchamos por el cambio del régimen y del sistema; definimos al Gobierno, como un Gobierno de transición al Socialismo, un gobierno democrático, popular, antiimperialista y Revolucionario, para hacer los cambios estructurales de Chile en pluralismo, democracia y libertad.

Le damos, cómo es lógico, un gran valor básico a los problemas económicos, pero para poner la economía al servicio del hombre y desarrollar el gran contenido humanista que contiene el Socialismo.

Lo importante es que la presencia de un movimiento de este contenido, proyecta un sentido de solidaridad en la lucha de los pueblos latinoamericanos, y el resto de los pueblos del mundo, que bregan por su independencia económica, plena soberanía y respeto a su dignidad.

Es importante que los delegados tengan conciencia cabal, que en América Latina hay una fuerte presión de los pueblos, para hacer posible que exista el pluralismo, por ejemplo, y sobre esa base poder conjugar un mismo pensamiento y una misma actitud, frente a las presiones imperialistas, de la explotación centenaria de nuestro continente.

El hecho real y positivo, es que ningún país de América Latina, cualquiera que sea el régimen político que haya tenido o tenga, democrático -que son muy pocos-, pseudo-democrático -que también, son muy pocos- dictaduras castrenses, ha podido siquiera acercarse a la solución de los grandes déficit económicos y sociales de Latinoamérica.

Vivienda: ningún país construye para el aumento vegetativo de la población. Tenemos un déficit que sobrepasa de los 20 millones de viviendas y cada año esto aumenta.

El 56% de la población Latinoamericana, se alimenta por debajo de lo normal.

Hay más de 16 millones de cesantes absolutos, y cerca de 70 millones de semi-parados, con trabajos ocasionales.

Hay 140 millones de analfabetos y semi-analfabetos.

Hay cerca de 120 millones que ni siquiera conocen la moneda como valor de intercambio.

Y somos países del hierro, del Cobre, del Petróleo, de las bananas, del algodón, del estaño, por nombrar algunas de las grandes riquezas. Somos países esencialmente ricos y llevamos una vida pobre; paradójicamente vivimos pidiendo prestado, pero somos exportadores de capitales.

El caso de Chile. Cobre: las compañías americanas, las compañías transnacionales, que no tienen ni bandera ni Patria, se han llevado de Chile en 44 o 46 años, 4.500 millones de dólares, y tenemos una deuda externa de 4.050 millones.

Esa es la realidad. América Latina en las dos últimas décadas, ha exportado más capital por pago de intereses y amortizaciones privadas de las compañías, que las inversiones y los préstamos recibidos.

Por eso es que nosotros tenemos conciencia en la condición dialéctica que hay, entre el imperialismo y el subdesarrollo. Existe el subdesarrollo porque existe el imperialismo.

Existe el imperialismo porque existe el subdesarrollo. Pero el hecho dramático, es que en la guerra caliente, en la guerra fría o en la aparente paz, siempre nosotros somos castigados.

Por eso, es que este país, se diferencia de otros de América Latina, en que ha tenido una vigorosa institucionalidad, y donde el desarrollo democrático burgués ha alcanzado niveles más altos que otros países. Este país que ha desarrollado el régimen capitalista típico y el reformismo, ha tenido que buscar un camino revolucionario en cuanto al contenido, para hacer posible los cambios estructurales, que nos permitan encarar los grandes déficit que tenemos como Nación, así como los que tiene América Latina como continente.

Ponemos un ejemplo: en 1940, siendo Ministro de Salud Pública del Presidente Pedro Aguirre Cerda, me tocó patrocinar la primera exposición nacional sobre vivienda; y la hice aquí, en la Alameda de las Delicias, en el corazón de Santiago. Se señaló que faltaban 320 mil viviendas, y que 1 millón 200 mil chilenos vivían en viviendas insalubres.

Han pasado 32 años. Hoy día no faltan 320 mil viviendas, hoy faltan 600 mil viviendas.

Y hoy día no viven un millón 200 mil chilenos en habitaciones insalubres.

Viven un millón 800 mil.

Eso mismo tiene cierta similitud frente a la creación de las ocupaciones anuales, en relación con los que demandan trabajo. Por cierto que también, en lo relacionado con la alimentación del pueblo.

Chile, hasta nuestro Gobierno, importaba todos los años 180 o 200 millones de dólares en carne, trigo, grasa, mantequilla y aceite -y es doloroso decirlo, pero se le puede decir a mis compañeros socialistas- tenemos una herencia de 600 mil niños con un desarrollo mental por debajo de lo normal, porque no recibieron las proteínas necesarias en los primeros ocho meses de vida.

Esto yo lo puedo decir con bastante propiedad, porque además de ser médico, he hecho clases de Medicina Social, y he sido cinco años Presidente del Colegio Médico en Chile. También como consecuencia de los salarios insuficientes, de la falta de viviendas, de la falta de trabajo, de la falta de oportunidad para practicar deportes.

De la carencia absoluta de posibilidades de vacaciones o de horas de recreo.

Chile tiene la más grave enfermedad social, que es el alcoholismo. En Chile hay 300 mil alcohólicos y 800 mil bebedores exagerados, siendo los anteriores, alcohólicos crónicos solamente.

Hay que proyectar esto a la economía del país y darse cuenta de las horas perdidas y la falta de responsabilidad en el trabajo, que es muy importante, pero es mucho más importante, la repercusión que tiene en el ámbito familiar, moral, en las costumbres, en la responsabilidad con sus familias, en la herencia que pueden engendrar.

Eso sí que no se puede medir, pero tiene proyecciones incalculadas.

Dentro de estos marcos, nosotros luchamos por hacer una revolución, dentro de los cauces legales de la democracia burguesa, siendo el Estado que yo presido, un Estado burgués, con un Poder Judicial independiente, que aplica leyes, como el Código Civil que tiene 100 años, y en donde no hay una ley de Delito Económico, ni hay una ley de Propiedad Administrativa, que a pesar de haberlas presentado, el Congreso no las ha despachado. El Parlamento, que por lo demás tiene 160 años de vida ininterrumpida, sólo superado por Estados Unidos e Inglaterra, está en manos de una oposición tajantemente dura, implacablemente política. Por lo tanto, los logros alcanzados, se han obtenido con gran dificultad. Sin embargo el balance es importante, sobre todo para ustedes, desde el punto de vista de los derechos individuales, del punto de vista de los derechos humanos.

Aquí no hay un sólo preso político, ni lo ha habido durante los 27 meses de Gobierno.

Nunca ha habido un periodista preso, sino aquellos que la justicia estimó que habían delinquido.

Nosotros ya no nos querellamos contra los periodistas, porque es perder el tiempo y el papel sellado. Aquí no sólo hay libertad de prensa, aquí hay licencia y libertinaje.

Aquí se dice lo que se quiere, y por desgracia se dice lo que no debiera decirse.

Aquí la democracia funciona ampliamente, y ustedes lo han vivido. Aquí hay respeto por todas las ideas, por todos los principios, e inclusive por personas que no tienen ideas ni principios, porque también tienen derecho a tener un lugar bajo el sol.

Aquí jamás ha habido un problema religioso. Yo soy marxista confeso, sin embargo creo que nunca un gobernante tuvo mejores relaciones con todas las jerarquías, de las distintas iglesias.

Desde que tomé el poder hasta ahora, en este país se han realizado cuatro Te Deum ecuménicos, dando una gran lección de tolerancia a todas las religiones, y también para aquellos que no la tienen.

Este país tiene características que otros países no tienen. Hace años que la Iglesia de Chile, no es una Iglesia combatiente al servicio del imperialismo.

Al contrario, hay un fuerte movimiento de pensamiento cristiano, que hace que un sector luche por el socialismo, y en general, está por los cambios estructurales, por elevar las condiciones materiales y espirituales del pueblo.

Y otro hecho que también es absolutamente nuestro: las Fuerzas Armadas chilenas, las fuerzas del orden, Carabineros de Chile, que es un Cuerpo con preparación militar, con una disciplina que no la tienen los Cuerpos Policiales habitualmente, y las Fuerzas de Ejército, Marina y Aviación, son Fuerzas de orden profesionales, respetuosas del Código Civil, de la Constitución y de la Ley.

Por eso nosotros podemos decir: por convicción somos partidarios de la no intervención y de la autodeterminación de los pueblos.

Nosotros no exportamos nuestra revolución porque no hay muchos países de América Latina que tengan Fuerzas Armadas con esas características, que tengan Congreso, y que tengan partidos políticos de la más variada gama.

Ahora nosotros sí marchamos muy claramente a construir el socialismo.

Hemos recuperado para Chile las riquezas básicas en manos del capital foráneo.

Hemos nacionalizado los monopolios en manos de capital chileno y capital extranjero.

Hemos expropiado cerca de 5 millones de hectáreas. En un solo día expropiamos 362 mil hectáreas. Al día siguiente expropiamos 370 mil hectáreas.

Hemos nacionalizado el crédito y estamos controlando el comercio de importación y exportación para estructurar un presupuesto de divisas que obedezca a las necesidades del país.

Como país dependiente y monoproductor, el 70 y tanto por ciento, el 71, el 72% de las divisas se generan por el cobre. El 25% del Presupuesto Nacional, tiene como base la tributación del cobre.

Por haber nacionalizado el cobre dentro de la Ley, en una Reforma Constitucional aprobada por unanimidad en el Congreso, hemos recibido el embate de las empresas transnacionales.

La ITT pretendió llevar a este país a una guerra civil. Movieron influencias, invirtieron dinero, corrompieron y conspiraron. Sin embargo no pudieron conseguirlo.

La Kennecott nos atacó en los países de Europa, creándonos serias dificultades comerciales, y limitándonos las posibilidades de obtener créditos.

Tenemos obligaciones de la Deuda Externa, que pesan brutalmente. Si hubiéramos tenido que pagar y no hubiéramos renegociado la Deuda Externa, el año pasado, de un presupuesto de divisas de 1.100 millones de dólares, habríamos tenido que destinar 410 millones de dólares a la amortización y pago de la Deuda Externa.

El descenso extraordinario del precio del cobre, significó un menor ingreso de 500 millones de dólares en los años 1971-1972.

En estas condiciones, no es raro que tengamos dificultades, que tengamos un proceso inflacionista muy serio. Tenemos más bocas que alimentar. Tenemos que alimentarlas como debe alimentarse un ser humano.

Tenemos que importar más alimentos. Gastamos mucho más dólares, y no traemos mucho más alimentos, porque los precios han subido extraordinariamente en el mercado internacional. Inclusive, por ejemplo, nosotros tenemos que importar este año un millón 200 mil toneladas de trigo. Tenemos la partida necesaria, pero no encontramos donde comprar esa cantidad de trigo. Entre otras cosas, porque la Unión Soviética ha comprado cerca de 16 millones de toneladas de trigo en el mundo.

Antes no compraba un grano. Se autoabastecía, y de repente, por necesidades internas, compra trigo.

Suben los precios, suben los fletes, se devalúa el dólar, suben los precios de los alimentos, de los repuestos.

Los créditos que teníamos en Estados Unidos con los Bancos particulares, se nos cierran, porque el Gobierno americano vincula la renegociación de la Deuda Externa, a las indemnizaciones que supone que hay que darle a las compañías.

Por eso es que tenemos muy serias dificultades. Claro que hay gente que no entiende, que un proceso revolucionario hiere poderosos intereses nacionales e internacionales.

Persiste y avanza, respetando valores humanos. No se mide por la falta de repuesto para un refrigerador, o hay dificultades para carne de vacuno. Y por último, a lo mejor tenemos que hacer pan, no sólo de harina blanca.

Hay gente que no podrá entender jamás, que la independencia económica de un país subdesarrollado, se conquista con profundo sacrificio. Y por último, no sólo de pan vive el hombre.

El problema es que hay mucha gente que no podrá entender -y es conveniente saberlo- de que vive la gente, y para qué vive. Y eso es lo que nosotros estamos haciendo.

Es muy duro, es muy difícil.

Ya hemos tenido la tentativa de un paro subversivo, que duró 27 días. Afectó a transportes, al comercio y se plegaron los Colegios Profesionales.

Los sectores de clase media, no han sido agredidos por este Gobierno. Pero es muy difícil, que gente formada en el liberalismo capitalista, entienda con cierta rapidez, lo que es el sentido social de una profesión.

Además, tenemos también, los grandes déficits y las contradicciones del régimen capitalista.

Aquí faltan médicos, faltan matronas, faltan enfermeras. Aquí faltan 600 mil viviendas; y hay arquitectos que no han construido ninguna casa.

Aquí faltan miles de kilómetros de caminos transversales, y hay ingenieros que no han construido nunca ningún camino.

Aquí los ingenieros chilenos, nunca alcanzaron puestos de responsabilidad superior en las empresas americanas del cobre. Por nacionalizar el cobre -por suerte que se fueron, no los echamos- se fueron los técnicos extranjeros, fundamentalmente los americanos. Tuvimos que romper con una costumbre desmoralizadora.

Un sector de los trabajadores del cobre, eran pagados en moneda extranjera. Nunca, por cierto, cambiaron sus cheques en el Banco Central, sino que en la Bolsa Negra deberían estar todos en la cárcel. No los hemos perseguido a ese extremo. Nos hemos limitado a decir que ningún chileno recibirá un dólar mientras viva en Chile.

Ese es el problema. Quiero insistir en ello, porque aquí es más difícil y duro que en otras partes.

Somos un Gobierno Popular. Respetamos a la oposición. No tenemos mayoría en el Congreso.

Tenemos un Poder Judicial independiente, pero que está amarrado a concepciones del régimen capitalista y que aplica las Leyes del régimen capitalista; leyes rígidas para un Gobierno Popular.

Entonces, como Gobierno Popular, no podemos ir a la represión y tenemos que usar la persuasión. Pero también es difícil que la toma de conciencia alcance a los propios trabajadores. Y si hay un porcentaje alto de trabajadores que tienen nivel político, hay otro porcentaje que no lo tiene. Entonces, hay gente que porque dio su voto -o no lo dio- a la Unidad Popular, quiere tener derechos y no deberes.

Por eso, la presencia de ustedes es un gran estímulo. Las expresiones de solidaridad, son también para nosotros algo que valoramos mucho. Y lo que ustedes podrán decir después de haber vivido con nosotros, es muy importante.

Hay toda una deformación de la realidad chilena. Yo aparezco como un tirano, un déspota. Se dice que en este país no hay libertad, no hay democracia. Se dijo que si yo era Presidente, en Chile no habría nunca más elecciones. En marzo habrá elecciones generales.

Hay todo un clima destinado a decir que si no sacamos el 51% estamos derrotados.

Y este va a ser el único Gobierno que después de dos años y cuatro meses, va a aumentar la votación.

¡Todos los demás Gobiernos la han bajado! ¡Todos! Ibáñez, González, Videla, Alessandri, Frei.

¡Todos han bajado! ¡Nosotros vamos a subir! Yo saqué el 33% de los votos. ¡Vamos a subir!

¡Vamos a tener más Diputados, más Senadores!

Ellos saben que no podemos ganar la mayoría en el Senado, porque hay una renovación parcial de senadores. Aunque sacáramos el 55% de los votos, no podríamos ganar la mayoría en el Senado, porque hay una renovación parcial.

Ellos no piensan lo que significan las fuerzas sociales que le dan la gran base a este Gobierno.

Y la lucha seguirá muy dura, porque seguramente el próximo Congreso también nos negará algunos instrumentos que son fundamentales.

Construir, por ejemplo, legalmente el Área Social de la Economía; modificar la Ley de Reforma Agraria; distar el nuevo Código del Trabajo, hacer una auténtica y profunda Reforma Educacional, transformar la Previsión Social y la Seguridad Social.

En resumen alcanzar por la vía legal instrumentos que son fundamentales y hacer progresar al país.

Pero, a pesar de todo, pienso -casi tengo la certeza- que seguiremos avanzando.

Nosotros, hemos hecho todo lo posible, y a veces, llego a pensar que hasta lo imposible, para evitar un enfrentamiento.

El pueblo y el Gobierno no necesitan la violencia física. No queremos la violencia, rechazamos la violencia; respetamos la oposición legal; aplicamos la Ley a los que están conspirando.

Contra la violencia, reaccionaria utilizaremos primero la Ley. Y si ellos la sobrepasaran, utilizaremos la violencia revolucionaria. Pero nosotros no la vamos a provocar.

Pero tampoco vamos a aceptar que los intereses foráneos coludidos con los intereses oligárquicos pretendan arrebatarle al pueblo lo que después de cientos de años (un siglo y medio) han conquistado: el derecho a la dignidad, a la auténtica libertad, a la democracia económica.

Yo les pido a ustedes, se los pido con pasión -y sé que lo van a hacer- que digan solamente la verdad de lo que han vivido en este país. Uds. creen en el Socialismo, tienen por concepción un alto nivel de lo qué es el Humanismo-Socialismo. Nosotros también creemos en eso y además lo practicamos.