Indice del libro

 

José Díaz Ramos

Tres años de lucha

 


Edición impresa: José Díaz, Tres años de lucha, Editions de la Librairie du Globe, París 1970.
Versión digital: Koba, para http://bolchetvo.blogspot.com.
Transcripción/HTML para el MIA: Juan R. Fajardo, nov. 2009.
Formato alternativo: PDF por cortesía de http://bolchetvo.blogspot.com.


 

 

Los comunistas siempre en primera fila, enarbolando la bandera del trabajo, de la paz y de la libertad

Alocución transmitida por radio desde Madrid el 6 de agosto de 1936

 

¡Trabajadores de la España libre, obreros, campesinos, intelectuales, demócratas de todos los países! Van a vosotros mis palabras en nombre del Partido Comunista, en unos momentos en que la ofensiva de las Milicias y de las fuerzas leales al Gobierno contra los militares traidores a su patria y las huestes criminales del fascismo es más fuerte que nunca; cuando el cerco de los defensores de la República se estrecha en torno al enemigo, haciendo inminente su caída en aquellos lugares que ellos consideraban decisivos.

Los traidores, acorralados, sufren derrota tras derrota

Uno de los principales argumentos de que hasta ahora se han servido los facciosos para engañar a sus fuerzas desmoralizadas ha sido hacerles creer en la posibilidad de conquistar Madrid, hecho considerado por ellos como decisivo, ya que, teniendo en sus manos la capital de la República, podían hacerse la ilusión de haber conquistado el país. Todas estas mentiras, todas estas bravatas, han sido desmentidas por la realidad. No sólo acaban de sufrir una derrota enorme en Guadalajara, Somosierra, Sástago y otros puntos de España, donde se les han cogido millares de prisioneros y abundante material de guerra, sino que diariamente están recibiendo golpe tras golpe mientras en sus filas cunde la desesperación, y en su desesperada huida arrasan viviendas, asesinan a los habitantes de pueblos y aldeas, siembran a su paso el terror y la muerte. Estas hienas sedientas de sangre no respetan ni sanatorios ni hospitales. Para ellos, nada hay sagrado. Están demostrando con sus hechos que son fieles continuadores de una tradición inquisitorial.

En los puntos que ellos consideraban decisivos, como Córdoba, Sevilla, Zaragoza, Oviedo, es por momentos más difícil su situación; y si su rendición no se ha producido aún es simplemente porque nuestra fuerza no quiere destruir estas ciudades, sino conquistarlas para la civilización y para la República.

Relatos de fugitivos de Sevilla y de otras poblaciones españolas confirman la heroica lucha del proletariado y de las fuerzas democráticas, que no quieren traicionar a la República. Estos soldados en cuanto tienen ocasión desertan de las filas enemigas y vienen a combatir a nuestro lado, con heroísmo y entusiasmo magníficos, contra los facciosos.

Hienas sedientas de sangre del pueblo

Los traidores han asesinado a muchos dirigentes del movimiento obrero y a varios diputados comunistas, socialistas y republicanos; encarcelan a mujeres, niños y ancianos, y los torturan sin compasión por el solo delito de ser parientes o allegados de hombres de izquierda. Sevilla tiene el aspecto de una ciudad muerta. Los profesionales de la técnica del golpe de Estado pensaban copar por sorpresa todas las posiciones estratégicas del país e impedir el armamento del pueblo y de las fuerzas leales del Gobierno de la República. ¡Trágica equivocación! Quienes han tomado la ofensiva en toda regla han sido el pueblo y las fuerzas leales. Mientras en las fuerzas facciosas cunde la desmoralización, en las fuerzas leales, en las Milicias populares y en el Gobierno legalmente constituido no ha existido ni un momento de duda sobre el triunfo de la democracia, de la paz y de la libertad. Esta seguridad en el triunfo es lo que hace que en los territorios ocupados por las fuerzas leales -más de las dos terceras partes del país- se restablezca por completo la normalidad. Las chimeneas de las fábricas vuelven a humear. Las máquinas marchan a pleno rendimiento. El comercio, los espectáculos públicos, funcionan normalmente. En el campo se recogen las cosechas y se están realizando los trabajos de rastrojo para sembrar de nuevo, como garantía de que no faltará el pan, no solamente a los valientes luchadores que defienden la República, sino a todo el pueblo trabajador.

El fascismo no pasará

Estrechamente unidos en la lucha, tanto en la vanguardia como en la retaguardia, ya empuñado el fusil o asegurando el abastecimiento del pueblo, hombres y mujeres, ciudadanos de todas las ideologías, luchan y trabajan impulsados por una misma voluntad y bajo el mismo signo, que ha de depararles el triunfo definitivo.

¡El fascismo no pasará! Y no sólo no pasará, sino que, hermanados todos, obreros y fuerzas democráticas de la España libertada de reaccionarios y fascistas y de militares traidores, crearemos una España auténticamente republicana, la España de la democracia, de la libertad, de la paz, del trabajo y del bienestar.

¡Amigos de todos los pueblos democráticos y libres! En los momentos de la agonía; cuando ya han perdido toda esperanza de dominar el país, los reaccionarios fascistas alientan aún la resistencia de sus filas desmoralizadas ilusionándolas con la posibilidad de una ayuda de los fascistas de otros países. ¡Vana ilusión! No ignoramos que estos amigos suyos harán un gran esfuerzo para prestarles ayuda, pues no en balde se les ha ofrecido por los generales traidores, en el caso de una victoria suya, pedazos de nuestra patria. Pero, frente a esta ayuda interesada que puede prestarles esa gente, se levanta el ejemplo magnífico y grandioso, sin precedentes en la historia, de la solidaridad de todo el proletariado y las fuerzas democráticas del mundo para ayudarnos a impedir que la guerra del fascismo internacional pueda estorbar al pueblo español el ajuste de cuentas a los traidores.

El mundo se ha conmovido ante la lucha en España

La noble lucha del pueblo español ha conmovido a todo el mundo. De Londres a Nueva York, de París a Moscú, de la Argentina a los países nórdicos, se alza un solo grito: ¡Solidaridad con los valientes luchadores españoles! Y hasta en los países oprimidos por el fascismo hay millones de corazones que laten con los nuestros y siguen con ansia nuestra lucha. Han comprendido la importancia de la lucha que se está desarrollando en el marco geográfico de España y que en nuestro país se está librando una lucha histórica entre la democracia y el fascismo por la independencia o la esclavitud de un pueblo, por la paz o por la guerra.

Pues bien: los que luchamos en defensa de nuestra democracia, los que luchamos por la independencia de nuestro pueblo, demostramos que sabemos hacer honor a la confianza que se ha depositado en nosotros.

¡Valientes milicianos, heroicos aviadores, intrépidos marinos, bravos de Asalto y fuerzas armadas leales a la República! ¡Adelante! Unamos nuestros esfuerzos y destruiremos definitivamente a nuestros enemigos. Hoy, más unidos que nunca, fundamos nuestros anhelos en la sangre que hemos derramado en común. ¡Socialistas, comunistas, sindicalistas, anarquistas, republicanos de izquierda, demócratas, hombres libres! ¡La victoria es nuestra! Los comunistas estaremos siempre en primera fila, enarbolando la bandera del trabajo, de la paz y de la libertad, que en estos momentos defendemos con las armas en la mano, y que no abandonaremos hasta hundir definitivamente al enemigo. ¡Abajo los traidores, desleales a la República y a la causa del pueblo! ¡Viva la República democrática!