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V.I Lenin


Acerca de la naciente tendencia del "economismo imperialista"




Escrito: En agosto-septiembre de 1916.
Publicado por vez primera: En 1929, en el núm. 15 de la revista Bolshevik.
Digitalizado por: Por Aritz, para www.marxists.org, en junio de 2000.


El viejo "economismo", el de 1894 a 1902, razonaba así. Los populistas han sido refutados. El capitalismo ha triunfado en Rusia. Por consiguiente, no hay que pensar en revoluciones políticas. Deducción práctica: O "a los obreros, la lucha económica; a los liberales, la lucha política". Es un escarceo a la derecha. O, en vez de la revolución política, la huelga general para la revolución socialista. Es un escarceo a la izquierda, representado por un folleto, hoy olvidado, de un "economista" ruso de fines de la década del 90.

Ahora nace un nuevo "economismo", que razona con dos escarceos análogos. "A la derecha": estamos en contra del "derecho a la autodeterminación" (es decir, en contra de la liberación de los pueblos oprimidos, en contra de la lucha contra las anexiones: esto no se ha pensado todavía hasta el fin o no se da dicho hasta el fin). "A la izquierda": estamos en contra del programa mínimo (es decir, en contra de la lucha por las reformas y por la democracia), pues esto "contradice" la revolución socialista.

Ha transcurrido más de un año desde que esta naciente tendencia se manifestó ante algunos camaradas, a saber: en la Conferencia de Berna de la primavera de 1915. Entonces, afortunadamente, sólo un camarada, que encontró la desaprobación general , insistió hasta el fin de le Conferencia en estas ideas del "economismo imperialista" y las expuso por escrito en forma de "tesis" especiales. Nadie se adhirió a estas tesis*.

Después, a las tesis de ese mismo camarada contra la autodeterminación se sumaron otros dos (sin comprender el nexo indisoluble de esta cuestión con la posición general de las "tesis" que acabamos de citar). Pero la aparición del "programa holandés", publicado en febrero de 1916 en el número 3 del Boletín de la Comisión Socialista Internacional, puso al desnudo en el acto esta "incomprensión" y movió de nuevo al autor de las "tesis" iniciales a resucitar todo su "Economismo imperialista", ya por completo, y no aplicado a un solo punto supuestamente "parcial".

Es absolutamente necesario advertir una y otra vez a los camaradas correspondientes que han caído en un pantano, que sus "ideas" no tienen nada en común ni con el marxismo ni con la socialdemocracia revolucionaria. Es inadmisible seguir "ocultando" por más tiempo la cuestión: eso significaría ayudar a la confusión ideológica y orientarla en la peor dirección, en la de las reticencias, los conflictos "particulares", los "roces" dolorosos, etc. Por el contrario, es deber nuestro insistir de la manera más absoluta y categórica en la obligatoriedad de meditar y comprender definitivamente los problemas planteados.

En las tesis sobre la autodeterminación (publicadas en alemán como separata del número 2 de Vorbote), la Redacción de Sotsial-Demokrat planteó adrede la cuestión en la prensa en forma impersonal, pero la más detallada posible, subrayando especialmente la conexión del problema de la autodeterminación con el problema general de la lucha por las reformas, por la democracia, la inadmisibilidad de dar de lado el aspecto político, etc. En sus observaciones a las tesis de la Redacción sobre la autodeterminación el autor de las tesis iniciales (del "economismo imperialista") se solidariza con el programa holandés, mostrando así él mismo, con singular evidencia, que el problema de la autodeterminación no es en modo alguno un problema "parcial", en su planteamiento por los autores de la naciente tendencia, sino un problema general y fundamental.

Los representantes de la izquierda de Zimmerwald recibieron el programa de los holandeses entre el 5 y el 8 de febrero de 1916 en la reunión de Berna de la Comisión Socialista Internacional. Ni un solo componente de esta izquierda, sin excluir a Radek, se manifestó a favor de dicho programa, pues une desordenadamente puntos como "la expropiación de los bancos" y "la abolición de las tarifas comerciales", "la supresión de la primera cámara del Senado", etc. Todos los representantes de la izquierda de Zimmerwald pasaron por alto con medias palabras -e incluso casi sin palabras, con un simple encogimiento de hombros-, el programa holandés por ser evidentemente desafortunado en su conjunto.

En cambio, este programa gustó tanto al autor de las tesis iniciales, escritas en la primavera de 1915, que declaró: "En el fondo, yo no dije nada más" (en la primavera de 1915); "Los holandeses lo han pensado hasta el fin": "en su programa, el aspecto económico es la expropiación de los bancos y de las grandes industrias" (empresas); "el político, la República, etc. ¡Completamente justo!"

En realidad, los holandeses no "lo han pensado hsta el fin", sino que han presentado un programa muy poco pensado. El triste destino de Rusia consiste en que, en nuestro país, hay quienes se aferran precisamnete a lo poco pensado en las novedades más nuevas...

Al autor de las tesis de 1915 le parece que la Redacción de Sotsial-Demokrat ha caído en una contradicción al propugnar "ella misma" la "expropiación de los bancos" e incluso agregando la palabra "inmediatamente" (más las "medidas dictatoriales) en el &8 ("Las tareas concretas"). "¡Y cómo me regañaron a mí en Berna por eso mismo!", exclama indignado el autor de las tesis de 1915 al recordar las discusiones de Berna en la primavera de 1915.

Este autor ha olvidado y pasado por alto una "fruslería": en el &8, la Redacción de Sotsial-Demokrat analiza claramente dos casos. I: la revolución socialista ha empezado. Entonces, se dice allí, "expropiación inmediata de los bancos", etc. II caso: la revolución socialista no empieza, y entonces hay que esperar a hablar de esas buenas cosas.

Como ahora no ha empezado aún, sin lugar a dudas, la revolución socialista en el sentido señalado, el programa de los holandeses es descabellado. Pero el autor de las tesis "ahonda" la cuestión, retornando ("cada vez en este mismo sitios"...) a su viejo error: transformar las reivindicaciones políticas (¿como "la supresión de la primera cámara"?) en "fórmula política de la revolución social".

Atascado todo un año en el mismo sitio, el autor ha llegado a su viejo error. En esto reside la "clave" de sus tribulaciones: no puede comprender cómo relacionar el imperialismo, ya existente, con la lucha por las reformas y con la lucha por la democracia, de la mismo manera que el "economismo" de infausta memoria no sabía relacionar en naciente capitalismo con la lucha por la democracia.

De ahí el embrollo más completo en el problema de la "irrealizabilidad" de las reivindicaciones democráticas en el imperialismo.

De ahí que sea inadmisible para un marxista (y oprtuno únicamente en labios de un "economista" de Rabóchaya Mysl) el menosprecio de la lucha política hoy, ahora, inmediatamente, como siempre.

De ahí la obstinada propiedad de "desviarse" del reconocimiento del imperialismo a la apología del imperialismo (como los "economistas" de infausta memoria se desviaban del reconocimiento del capitalismo a la apología del capitalismo).

Y etcétera, etcétera.

No hay la menor posibiladad de analizar con todo detalle los errores que comete el autor de las tesis de 1915 en sus observaciones a las tesis de la Redacción de Sotsial-Demokrat acerca de la autodeterminación, pues ¡cada frase es errónea! Es imposible escribir folletos o libros en respuesta a las "observaciones" cuando los iniciadores del "economismo imperialista" permanecen atascados durante un año en el mismo sitio y se niegan tozudamente a preocuparse de lo que tienen el deber directo de partido de preocuparse si es que desean afrontar con seriedad los problemas políticos, a saber: exponer de manera meditada e íntegra lo que ellos denominan "nuestras discrepencias".

Yo debo limitarme a unas breves indicaciones acerca de cómo aplica o "completa" el autor su error principal.

Al autor le parece que me contradigo: en 1914 Prosveschenie decía que era absurdo buscar la autodeterminación "en los programas de los socialistas de Europa Occidental", y en 1916 declaro que la autodeterminación es especialmente urgente.

¡El autor no ha pensado (!!) que esos "programas" fueron escritos en 1875, 1880 y 1891!

Prosigamos por && (de las tesis de la Redacción de Sotsial-Demokrat sobre la autodeterminación):

&1. La misma falta de deseo "economista" de ver y plantear los problemas políticos. Como el socialismo creará la base económica para suprimir la opresión nacional en la política, por eso, ¡nuestro autor no desea formular nuestras tareas políticas en este terreno! ¡Es sencillamente curioso!

Como el proletariado triunfante no niega las guerras contra la burguesía de otros países, por eso, ¡¡el autor no desea formular nuestras tareas políticas en el terreno de la opresión nacional!! Todo ello son ejemplos de transgresiones continuas del marxismo y de la lógica; o. si se quiere una manifestación de la lógica d elos errores fundamentales del "economismo imperialista".

&2. Los adversarios de la autodeterminación se han embrollado impúdicamente con las invocaciones de la "irrealizabilidad".

La Redacción de Sotsial-Demokrat les explica dos posibles sentidos de la irrealizabilidad y su error en ambos casos.

En cambio, al autor de las tesis de 1915, sin intentar siquiera exponer su concepción de la "irrealizabilidad", es decir, aceptando nuesta explicación de que se confunden dos cosas distintas ¡¡continúa esa confusión!!

Vincula las crisis a la "política" "imperialista": ¡nuestro economista-político ha olvidado que hubo crisis antes del imperialismo!...

Hablar de la irrealizabilidad ed la autodeterminación en el sentido económico significa embrollar, explica la Redacción. El autor no contesta, no declara que considera irrealizable la autodeterminación en el sentido económico; entrega una posición disputable, saltando a la política ("a pesar de todo" es irrealizable), aunque se le ha dicho con claridad insuperable que, en el sentido político, también la República es tan "irrealizable" en el imperialismo como la autodeterminación.

Puesto en este caso entre la espada y la pared, el autor da un nuevo "salto": reconoce la República y todo el programa mínimo ¡¡¡únicamente como "fórmula política de la revolución social"!!!

El autor renuncia a defender la irrealizabildad "económica" de la autodeterminación saltando a la política. Traslada la irrealizabilidad política a la cuestión de todo el programa mínimo. Y de nuevo, ni un ápice de marxismo ni un ápice de lógica, a excepción de la lógica del "economismo imperialista".

¡El autor quiere suprimir furtivamente (sin pensar él mismo y sin ofrecer nada acabado, sin tomarse el trabajo de elaborar su propio programa) el programa mínimo del Partido Socialdemócrata! ¡¡No es de extrañar que lleve un año atascado en el mismo sitio!!

La lucha contra el kautskismo, además, no es un problema parcial, sino un problema general y fundamental de nuestro tiempo: el autor no ha comprendido esa lucha. De la misma manera que los "economistas" transformaban la lucha contra los populistas en una apología del capitalismo, el autor transforma la lucha contra el kautskismo en una apología del imperialismo (esto atañe también al &3).

El error del kautskismo radica en que presenta de manera reformista unas reivindicaciones, y en un momento que sólo pueden ser presentadas revolucionariamente (y el autor se despista creyendo que el error del kautskismo consiste en general en presentar esas reivindicaciones, de la misma manera que los "economistas" "entendían" la lucha contra el populismo en el sentido de que "¡Abajo la autocracia!" era populismo).

El error del kautskismo radica en que las justas reivindicaciones democráticas las orienta hacia atrás, hacia el capitalismo pacífico, en vez de orientarlas hacia adelante, hacia le revolución social (y el autor se despista, considerando que estas reivindicaciones no son justas).

&3. Véase lo dicho más arriba. El autor de de lado también el problema de la "federación". El mismo error fundamental del mismo "economismo": la incapacidad para plantear los problemas políticos** .

&4. "De la autodeterminación se desprende la defensa de la patria", afirma pertinazmente el autor. Su error radica, en este caso, en que quiere convertir la negación de la defensa de la patria en un patrón, deducirla no de la peculiaridad histórica concreta de cada guerra, sino "en general". Eso no es marxismo.

Se le ha dicho hace ya mucho al autor, y él no lo ha refutado: pruebe a idear una fórmula de lucha contra la opresión o la desigualdad nacionales que no justifique (la fórmula) la "defensa de la patria". No podrá hacerlo.

¿Significa eso que seamos adversarios de la lucha contra la opresión nacional si se puede deducir de ella la defensa de la patria?

No. Porque nosotros no estamos "en general" contra la "defensa de la patria" (véanse las resoluciones de nuestro partido), sino contra el embellecimiento de la actual guerra imperialista con esa consigna falaz.

El autor quiere (pero no puede; también en este terreno, en todo un año no ha hecho más que esfuerzos vanos...) plantear de una manera completamente equivocada, no histórica, la cuestión de la "defensa de la patria".

Las palabras acerca del "dualismo" muestran que el autor no comprende qué es el monismo y qué es el dualismo.

Si "uno" un cepillo de botas y un mamífero ¿será eso "monismo"?

Si digo que para llegar al punto a hay que ir desde el punto b a la izquierda y desde el punto c a la derecha, ¿será eso "dualismo"?

¿Es igual, desde el punto de vista de la opresión nacional, la situación del proletariado de las naciones opresoras y oprimidas? No, no es igual; no es igual ni en el aspecto económico, ni en el político, ni en el ideológico, ni en el espiritual, etc.

¿Qué significa eso?

Significa que, desde distintos puntos de partida, unos irán de una manera, y otros, de otra, al mismo fin (la fusión de las naciones). La negación de esto es el "monismo" que une un cepillo de botas con un mamífero.

"Los proletarios de la nación oprimida no deben decir eso" (estamos por la autodeterminación): así ha "comprendido" el autor las tesis de la Redacción.

¡Caso curioso! En las tesis no se dice nada parecido. O el autor no ha leído hasta el fin o no ha pensado en absoluto.

&5. Véase lo dicho más arriba acerca del kautskismo.

&6. Al autor se le habla de tres tipos de países en el mundo entero. El autor "objeta", dedicándose a cazar "casus". Eso es casuística pero no política.

¿Quiere usted conocer "casus"?: ¿"y Bélgica"?

Véase el folleto de Lenin y Zinóviev: allí se dice que estaríamos a favor de la defensa de Bélgica (incluso mediante la guerra) si la guerra concreta tuviera otro cáracter.

¿No está de acuerdo con esto?

¡¡Dígalo!!

Usted no ha meditado bien la cuestión de por qué la socialdemocracia está en contra de la "defensa de la patria".

No estamos en contra de ella por lo que a usted le parece, pues su planteamiento del problema (esfuerzos vanos, pero no planteamiento) no es histórico. Esta es mi respuesta al autor.

Calificar de "sofistería" el que nosotros, justificando la guerra por el derrocamiento de la opresión nacional, no justifiquemos la presente guerra imperialista -que ambas partes sostienen para intensificar la opresión nacional- significa emplear una palabra "fuerte", pero no pensar un ápice.

&7. El autor critica: "no se toca en absoluto la cuestión de las "condiciones de paz" en general".

¡¡Menuda crítica: no se toca una cuestión que ni siquiera planteamos aquí!!

Pero aquí "se toca" y se plantea la cuestión de las anexiones, en la que se han hecho un lio los "economistas imperialistas", esta vez junto con los holandeses y con Radek.

O niegan ustedes la consigna inmediata de contra las viejas y las nuevas anexiones -(no menos "irrealizable" en el imperialismo que la autodeterminación; en Europa igual que en las colonias)-, y entonces su apología del imperialismo deja de ser encubierta para hacerse descarada; o reconocen ustedes esta consigna (como lo ha hecho Radek en la prensa), ¡¡y entonces reconocen la autodeterminación de las naciones con otro nombre!!

&8. El autor proclama "el bolchevismo a escala de Europa Occidental" ("no es la posición de usted", agrega).

Yo no concedo importancia al deseo de aferrarse a la palabra "bolchevismo", pues conozco a algunos "viejos bolcheviques" que válgame Dios. Sólo puedo decir que "el bolchevismo a escala de Europa Occidental" que proclama el autor no es, estoy profundamente convencido de ello, ni bolchevismo ni marxismo, sino una pequeña variante del mismo viejo "economismo".

A mi juicio, proclamar durante todo un año el nuevo bolchevismo y limitarse a eso es el colmo de lo inadmisible, de la falta de seriedad, de la carencia de espíritu de partido. ¿No es hora ya de reflexionar y ofrecer a los camaradas algo que exponga de una manera coherente y cabal ese "bolchevismo a escala de Europa Occidental"?

El autor no ha demostrado ni demostrará (aplicada a esta cuestión) la diferencia entre las colonias y las naciones oprimidas en Europa.

La negación de la autodeterminación por los holandeses y por la PSD*** no es sólo, e incluso no tanto un embrollo -pues Gorter lo ha reconocido de hecho, igual que la declaración de Zimmerwald de los polacos- como un resultado de la situación especial de sus naciones (naciones pequeñas con tradiciones seculares y pretensiones de gran potencia).

Es el colmo de la irreflexión y de la inocencia adoptar y repetir mecánicamente y sin crítica lo que ha cristalizado en otros durante decenios de lucha contra la burguesía nacionalista, que engaña al pueblo. ¡La gente ha adoptado precisamente lo que no se puede adoptar!




* Lenin alude a las tesis de N. Bujarin, en las que combatía la consigna del derecho de las naciones a la autodeterminación. Más tarde se adhirieron a sus tesis Y. Piatakov y E. Bosh.
** "Nosotros no tememos los desmembramientos -escribe el autor-, no defendemos las fronetras estatales". ¡¡Pruebe a dar una fórmula política exacta de eso!! Ahí está el quid: en que usted no puede hacerlo; se lo impide la ceguera "economista" ante las cuestiones de la democracia política.
*** Socialdemocracia Polaca.



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