Liu Shaoqi

Para ser un buen comunista

(1939)

 

 

Camaradas:

Quisiera hablaros de la educación de los miembros del Partido Comunista mediante sus propios esfuerzos. El tratar ahora esta cuestión será útil para la edificación y consolidación del Partido.

 

 

1.

¿Por qué es necesario que los comunistas emprendan su educación?

 

 

¿Por qué los comunistas deben emprender su propia educación?

Para vivir, el hombre debe luchar contra lanaturaleza y explotarla a fin de producir bienesmateriales. La producción material es siempre unaproducción social, sean cualesquiera sus condiciones. Se sigue de ahí que, al comprometerse en laproducción en un estadio cualquiera deldesarrollo social, los hombres deben entrar en tales o cuales relaciones mutuas deproducción. En su luchacontinua contra la naturaleza, no dejan detransformarla y, al mismo tiempo, de transformarse así mismos y de transformar las relaciones que existenentre ellos. Los hombres mismos, sus relaciones sociales, sus formas de organización social y su conciencia se transforman y progresan sin cesar, en el curso de la larga lucha contra la naturaleza que ellos llevan a cabo en cuanto seres sociales. En lostiempos antiguos, el modo de vida de los hombres,sus formas de organización social y su concienciaeran diferentes de lo que son hoy, y en el futuro serántambién diferentes. 

La humanidad, la sociedad humana siguen un proceso de desarrollo histórico. Cuando la sociedad humana alcanzó un estadio histórico determinado,aparecieron las clases y la lucha de clases. En una sociedad de clases, todo hombre existe en cuantomiembro de una clase dada y vive en las condiciones dadas de la lucha de clases. La existencia social delos hombres determina su conciencia. En unasociedad de clases, la ideología de los miembros de las diferentes clases refleja las posiciones y losintereses de éstas. La lucha es continua entre estasclases con posiciones diferentes, con interesesdiferentes y con ideologías diferentes. Así, no es sólo en la lucha contra la naturaleza, sino que es también en la lucha entre las clases sociales, donde loshombres transforman la naturaleza, transforman la sociedad y al mismo tiempo se transforman a símismos. Marx y Engels decían:

“Tanto para engendrar en masa esta conciencia comunista como para llevar adelante la cosamisma, es necesaria una transformación en masa de los hombres, que sólo podrá conseguirse mediante un movimiento práctico, mediante una revolución; y, por consiguiente, la revolución no sólo es necesaria porque la clase dominante no puede ser derrocada de otro modo, sino también porque únicamente por medio de una revolución logrará la clase que derriba salir del cieno en que está hundida y volverse capaz de fundar lasociedad sobre nuevas bases.” [1]

Esto significa que el proletariado debecomprometerse conscientemente a largas luchassociales revolucionarias y que, en el curso de esas luchas, debe transformar la sociedad y transformarsea sí mismo.

Debemos, pues, considerar que es necesario yposible el transformarnos. No deberíamos considerarnos inmutables, perfectos y sacrosantos, nipensar que no tenemos necesidad y que no somoscapaces de transformarnos. Asignarse la tarea detransformarse en el curso de la lucha social no tienenada de degradante; las leyes objetivas del desarrollosocial lo exigen. Si no lo hacemos, no podremosprogresar ni transformar la sociedad.

Nosotros, comunistas, somos los revolucionariosmás avanzados de la historia moderna; somosnosotros, hoy día, los que asumimos la tarea detransformar la sociedad y el mundo, y los que somos la fuerza motriz de esta transformación. Al combatirsin descanso a los contrarrevolucionarios y a los reformistas, los comunistas transforman la sociedad yel mundo, y, al mismo tiempo, se transforman a símismos.

Cuando decimos que los comunistas debentransformarse a sí mismos al combatir a los contrarrevolucionarios y a los reformistas en todoslos terrenos, entendemos por eso que en el curso de este combate deben realizar progresos personales yelevar sus cualidades y capacidades derevolucionarios. Un revolucionario sin experienciadebe pasar por un largo proceso para su formación y su educación revolucionarias, antes de convertirse en un revolucionario maduro y acabado, capaz de captar y de aplicar con maestría las leyes de la revolución. Pues, en primer lugar, un revolucionario inexperto, que ha nacido y se ha criado en la sociedad antigua,ha conservado, de un modo totalmente natural, de aquella sociedad vestigios ideológicos diversos(prejuicios, costumbres y tradiciones) y, en segundolugar, no ha pasado por un largo período de prácticarevolucionaria; por tanto, no le ha sido posible tenerya un conocimiento verdaderamente profundo del enemigo, de nosotros mismos o de las leyes que rigenel desarrollo social y la lucha revolucionaria. Para poner fin a esta situación, deberá, al mismo tiempo que estudia la experiencia revolucionaria del pasado(la práctica de nuestros predecesores), participarélmismo en la práctica revolucionaria de su tiempo; y en esta práctica revolucionaria, en la lucha centra los diferentes elementos contrarrevolucionarios y reformistas, será necesario que desarrolle su actividad consciente y que redoble los esfuerzos en elestudio y en la propia educación. Sólo así podrá adquirir gradualmente una comprensión y unconocimiento más profundos de las leyes deldesarrollo social y de las leyes de la lucharevolucionaria, conocer verdaderamente a fondo alenemigo y a nosotros mismos, descubrir y corregir sus ideas erróneas, sus malas costumbres y susprejuicios, y mediante eso elevar el nivel de suconciencia política, cultivar sus cualidadesrevolucionarias y mejorar sus métodosrevolucionarios.

Un ejemplo. Diversos miembros del Partidotoman parte en una lucha revolucionaria de masa y seencuentran comprometidos en la prácticarevolucionaria, en unas circunstancias y condicionesmás o menos idénticas. Esta lucha común puedeejercer sobre ellos un influjo completamente diferente. Unos harán progresos muy rápidos yciertos, y los que iban a remolque, conseguiránincluso ponerse en cabeza. Otros avanzarán muylentamente. Habrá incluso quienes comiencen aflojear en la lucha y, en lugar de ser empujados hacia adelante por la práctica revolucionaria, se quedaránatrás. ¿Por qué esto?

Otro ejemplo. Muchos miembros de nuestroPartido han hecho la Larga Marcha; fue una duraprueba, en el curso de la cual la inmensa mayoría deellos ha realizado notables progresos. Sin embargo, la Larga Marcha ha tenido sobre ciertos miembrosdel Partido un efecto completamente diferente: tuvieron miedo ante una lucha tan áspera y algunosincluso intentaron esquivarla o huir de ella; y más tarde, sucumbiendo a las tentaciones del exterior,desertaron efectivamente de las filas de la revolución.Muchos miembros del Partido han tomado parte en laLarga Marcha y, sin embargo, ¡qué diferencias hubopara ellos en sus efectos y en sus consecuencias! Una vez más, ¿por qué ocurre esto?.

En el fondo, estos fenómenos reflejan en las filasde la revolución las luchas de clases de la sociedad. Las diferencias en el origen social de los miembros de nuestro Partido, la diversidad de los influjos que han experimentado en la sociedad, hacen que notodos tengan las mismas cualidades. Difieren en la actitud, en la posición y en la comprensión conrespecto a la práctica revolucionaria, y el desarrollode ellos en el curso de esa práctica toma direccionesdiferentes. Esto se advierte claramente en vuestro mismo Instituto. Recibís todos aquí la mismaenseñanza y la misma formación; sin embargo, comohay diferencias entre unos y otros por vuestrascualidades y vuestra experiencia, por la intensidad de vuestros esfuerzos personales y por vuestra voluntadde educaros, podéis obtener resultados diferentes,incluso opuestos. Por tanto, para que unrevolucionario se transforme él mismo y eleve supropio nivel, es esencial, es absolutamente indispensable, que aporte un esfuerzo personal, que se eduque en el curso de la lucha revolucionaria.

Para llegar a ser un buen revolucionario,políticamente maduro, completamente comunista, seaque participe en la revolución desde hace poco o quese consagre a ella desde hace años, debe pasar por laprueba de un largo periodo de lucha revolucionaria; debe aguerrirse en la lucha revolucionaria de masas yen medio de toda clase de dificultades y deprivaciones; debe hacer el balance de lasexperiencias adquiridas en la práctica, redoblar losesfuerzos en su educación, elevar su nivel ideológicoy adquirir una competencia más grande, y no debe dejar embotarse su sentido de lo nuevo. Solamenteasí se convertirá en un revolucionario políticamenteinquebrantable, con unas cualidades morales elevadas. 

Confucio decía:

“Cuando tenía quince años, me dedicaba alestudio. A los treinta, llegaba a la seguridad. A los cuarenta, había vencido la duda. A los cincuenta,reconocía la voluntad del Cielo. A los sesenta,nada de lo que escuchaba podía turbarme. A lossetenta, podía ajustarme a los deseos de micorazón sin transgredir lo que es justo.” [2]

Este pensador de la época feudal refiere aquí elproceso de su propia educación; él no se considerabacomo un “sabio” de nacimiento.

Otro pensador de la época feudal, Mencius, decíaque nadie había realizado una “gran misión” ni habíadesempeñado un papel en la historia sin pasarprimero por un periodo de duras pruebas. Pasar porun período así supone “probar su alma mediante el sufrimiento, romper sus músculos y sus huesos con lafatiga, torturar su cuerpo con el hambre, ser reducidoa la miseria, ver destrozadas sus empresas, y mediante todo eso tener su espíritu aguijoneado, su carácter templado y sus capacidades acrecentadas”. [3]

Puesto que los comunistas tienen que asumir la “gran misión” de transformar el mundo, misión sin igual enla historia, es necesario que estén tanto más atentos aformarse y a educarse a sí mismos en el curso de la lucha revolucionaria.  Es indispensable a los revolucionarios proletariosque hagan su propia educación comunista. Esta educación no debe nunca separarse de la práctica revolucionaria o del movimiento revolucionarioefectivo de las grandes masas trabajadoras, en particular de las masas proletarias.

El camarada Mao Tse-tung ha dicho:

“Descubrir la verdad a través de la práctica y, nuevamente a través de la práctica, comprobarla ydesarrollarla. Partir del conocimiento sensorial y desarrollarlo activamente convirtiéndolo en conocimiento racional; luego, partir delconocimiento racional y guiar activamente la práctica revolucionaria para transformar el mundo subjetivo y el mundo objetivo. Practicar, conocer, practicar otra vez y conocer de nuevo. Esta forma se repite en infinitos ciclos, y, con cada ciclo, el contenido de la práctica y del conocimiento se eleva a un nivel más alto. Esta es en su conjunto la teora materialista dialéctica del conocimiento, y ésta es la teoría materialista dialéctica de la unidad entre el saber y el hacer.” [4]

Los miembros de nuestro Partido deben aguerrirsey reforzar su propia educación en la prácticarevolucionaria no sólo cuando ésta es ardua, difícil,sin éxito, sino también cuando es fácil, coronada porel éxito, victoriosa. Ciertos miembros del Partido sedejan embriagar por los éxitos y las victorias, lacabeza les da vuelta, se convierten en insolentes, arrogantes, burocráticos, e incluso se tambalean, sedejan corromper y degeneran, habiendo perdido por completo su espíritu revolucionario. Casos individuales de este género no son raros entre los miembros de nuestro Partido. Un fenómeno así en elseno del Partido debe ser para nuestros miembros un serio objeto de preocupación.

Antiguamente, antes de la entrada en escena de los revolucionarios proletarios, casi todos los revolucionarios se dejaban corromper y degeneraban, desde que habían conseguido la victoria y habíanvisto triunfar su empresa. Perdían el espíritu revolucionario que les animaba y se convertían enobstáculos al desarrollo ulterior de la revolución. Sabemos que en China, en el curso de los cienúltimos años, o, para coger una época más reciente, en el curso de los cincuenta últimos años, muchosrevolucionarios burgueses o pequeños burgueses sehan dejado corromper y han degenerado desde quehabían conseguido algún éxito y habían llegado alpoder. Esto estaba determinado por la base de clase de estos revolucionarios y por la naturaleza de las revoluciones de antaño. Antes de la Gran Revolución socialista de Octubre en Rusia, todas las revolucionesen el mundo terminaban invariablemente por lasustitución de la dominación de una claseexplotadora por otra. Así, los revolucionarios deantaño, en cuanto se convertían en la clase dominante, perdían su espíritu revolucionario y se volvían contra las masas explotadas para oprimirlas. Esto era una ley inexorable.

Pero no puede ser nunca de ese modo para la revolución proletaria, para el Partido comunista. La revolución proletaria apunta a la abolición de toda explotación, de toda opresión y de todas las clases. El proletariado, que representa el Partido comunista, esexplotado pero no explota a nadie; está, pues, encondiciones de conducir la revolución hasta el final,suprimir definitivamente toda explotación en la sociedad humana y desterrar de ella todo lo que es corrupción y degeneración. Es capaz de fundar unpartido provisto de una organización y de unadisciplina rigurosas, instaurar un aparato de Estado a la vez centralizado y democrático; mediante estepartido y mediante este aparato de Estado, es capaz, ala cabeza de grandes masas populares, de llevar a cabo una lucha intransigente contra toda forma decorrupción y de degeneración, depurar sin cesar elPartido y el aparato de Estado de todos los elementos que se hubieran corrompido y que hubierandegenerado (por muy elevado que fuere el puesto que ocupan), a fin de preservar su integridad. Este rasgocaracterístico de la revolución proletaria y del partido revolucionario proletario no existía ni podía existiren ninguna revolución, en ningún partido revolucionario del pasado. Los miembros de nuestroPartido deben comprender claramente este rasgo, yen particular cuando la revolución triunfa y cuando gozan de la confianza y del apoyo crecientes de las masas,es cuando deben aguzar su vigilancia,intensificar su educación ideológica proletaria yguardar siempre intactas en ellos las cualidades revolucionarias del proletariado, sin caer en lossenderos de los revolucionarios del pasado, quedegeneraban en el momento del éxito.

La formación y la educación propia por medio dela práctica revolucionaria y de la ideología proletariason importantes para cada comunista, sobre tododespués de la toma de poder. Nuestro Partido no hacaído del cielo, ha nacido en la sociedad china. Cada miembro del Partido proviene de esta sociedad, vive todavía en ella, permanece en contacto permanentecon todo lo que hay en ella de sórdido. No es, pues,extraño que los comunistas, sean de origen proletario o no proletario, veterano o nuevo, hayanconservado más o menos en ellos las ideas y lascostumbres de la antigua sociedad. Para conservarintactas nuestras virtudes de combatientes devanguardia del proletariado, lo mismo que para elevar nuestras cualidades revolucionarias y nuestracapacidad de trabajo, es necesario que cada miembro del Partido redoble sus esfuerzos para formarse yeducarse en todos los aspectos.

Tales son las razones por las que los comunistas deben emprender su educación. Voy a hablar ahorade los criterios que la rigen.

 

______________________________

[ 1] C. Marx y F. Engels: La ideología alemana, pág. 82, Barcelona, Grijalbo.

[ 2] Título del capítulo “Wei Tchengs” en Conversaciones de Confucio. Confucio (551-479 3. J. C.) fue el fundador dela escuela que lleva su nombre. (Nota del autor.)

[ 3]Sacado de Mencius, libro VI, “Kaotse”, parte II. Mencius (390-305 a. J. C.) fue el principal continuador delaescuela de Confucio. (Nota del autor.)

[ 4]  Mao Tse-tung: “Sobre la práctica”, Obras escogidas, t. I, pág. 331, Madrid, Fundamentos.