F. Engels

CARTA A JENNY MARX



Primera edición: La colección de la correspondencia de Marx y Engels se publicó por vez primera en alemán en 1934 a cargo del Instituto Marx-Engels-Lenin de Leningrado. La segunda edición, ampliada, se realizó en inglés en 1936.
Fuente  de la versión castellana de la presente carta: C. Marx & F. Engels, Correspondencia, Ediciones Política, La Habana, s.f.
Esta edición: Marxists Internet Archive, 2011.


 

 

Vevey [Suiza], 25 de julio de 1849

EL mismo día que le escribí a Marx (desde Kaiserslautern) llegaron noticias de que Homburg había sido ocupada por los prusianos y que, en consecuencia, habían sido cortadas las comunicaciones con París. De modo que no pude despachar la carta y fui a lo de Willich. En Kaiserslautern yo me había desvinculado totalmente de la llamada revolución; pero cuando llegaron los prusianos no pude resistir el deseo de mezclarme en la guerra. Willich era el único oficial que servía para algo, por lo cual lo entrevisté y me convertí en asistente suyo. Estuve en cuatro encuentros, de los cuales dos fueron bastante importantes, especialmente el que tuvo lugar en Rastatt, y descubrí que el tan cacareado coraje de arrojarse a la batalla es la más común de las cualidades que cualquiera pueda poseer. El silbido de las balas es cosa pequeña, y a pesar de gran cantidad de cobardía no llegué a ver, en toda la campaña, una docena de personas que se comportasen en forma cobarde durante la lucha. Pero en cambio había mucha “valiente estupidez”. Para terminar, me fue bien en todas partes, y al fin de cuentas es bueno que estuviera presente alguno de la Neue Rheinische Zeitung, porque estaba toda la canalla democrática de Baden y el Palatinado, y se están jactando de todas las acciones heroicas que jamás cometieron. Hubiéramos oído de nuevo la misma historia: los caballeros de la Neue Rheinische Zeitung son demasiado cobardes para luchar. Pero de todos los caballeros democráticos, Kinkel y yo fuimos los únicos que peleamos. Kinkel se alistó en nuestro cuerpo como mosquetero y se comportó bastante bien; tomó parte en el primer encuentro, en que una bala le rozó la cabeza y fue tomado prisionero.

Una vez que nuestro cuerpo hubo cubierto la retirada del Ejército de Baden, nos encaminamos, 24 horas después que todo el resto, hacia Suiza, y ayer llegamos aquí, a Vevey.