F. ENGELS

CARTA A N. F. DANIELSON



Primera edición: La colección de la correspondencia de Marx y Engels se publicó por vez primera en alemán en 1934 a cargo del Instituto Marx-Engels-Lenin de Leningrado. La segunda edición, ampliada, se realizó en inglés en 1936.
Fuente  de la versión castellana de la presente carta: C. Marx & F. Engels, Correspondencia, Ediciones Política, La Habana, s.f.
Esta edición: Marxists Internet Archive, 2010.


 

Londres, 17 de octubre de 1893[1]

CUANDO recibí su carta del 28 de julio anunciándome su vuelta a su país, estaba a punto de irme por dos meses al extranjero, de donde acabo de volver. Esta es la razón de mi largo silencio.

Muchas gracias por los ejemplares de Очеоки[2] tres de los cuales se los envié a buenos amigos. Me alegra ver que el libro ha provocado revuelo y sensación, como lo merece. Era el principal tema de conversación de los rusos con quienes me encontré. Precisamente ayer, uno de ellos escribe:  “у нас на Русии дёт спор о «судбах капитализма в России».”[3]

En la Sozial-Politisches Zentralblatt de Berlín, un tal B. V. Struve publica un largo artículo sobre el libro de usted; concuerdo con él en este punto: en que también para mí la actual fase capitalista del desarrollo ruso es una consecuencia inevitable de las condiciones históricas creadas por la Guerra de Crimea, la forma en que se llevó a cabo la modificación de la condición de la agricultura en 1861, y al estancamiento político general de Europa. En cambio, se equivoca de medio a medio cuando compara el estado actual de Rusia con el de Estados Unidos, a fin de refutar lo que llama vuestras visiones pesimistas del futuro. Dice que las malas consecuencias que tiene en Rusia el capitalismo moderno serán superadas con tanta facilidad como lo son en Estados Unidos. En este punto olvida por entero que EE.UU. es moderno, burgués, desde el comienzo mismo; que fueron fundados por pequeños burgueses y campesinos que escaparon al feudalismo europeo para instaurar una sociedad puramente burguesa. Mientras que en Rusia tenemos una base de carácter comunista primitivo, una Gentilgesellschalt[4] precivilizada en proceso de descomposición, es verdad, pero que sigue sirviendo de base, de material sobre el cual opera la revolución capitalista (pues es una verdadera revolución social). En Norteamérica, la economía monetaria, se estableció por completo y por más de un siglo, al tiempo que en Rusia la economía natural era casi exclusivamente la regla. En consecuencia, es lógico que la transformación operada en Rusia sea muchísimo más violenta, mucho más decisiva, y vaya acompañada de sufrimientos inmensamente mayores que lo que podría ser en Norteamérica.

Pero a pesar de todo ello, sigue pareciéndome que la visión de usted es más sombría de la que justifican los hechos. No hay duda de que el paso del comunismo agrario primitivo al industrialismo capitalista no puede efectuarse sin una tremenda dislocación de la sociedad, sin la desaparición de clases enteras y sin su transformación en otras clases; y en los enormes sufrimientos y el derroche de vidas humanas y de fuerzas productivas que ello necesariamente implica, los hemos visto —en menor escala— en Europa occidental. Pero de ahí a la completa ruina de una grande y altamente dotada nación, media un largo trecho. El rápido aumento de población al que ustedes han estado acostumbrados, puede detenerse; la atolondrada deforestación, combinada con la expropiación de los antiguos terratenientes así como de los campesinos, puede provocar un derroche colosal de fuerzas productivas. Pero después de todo, una población de más de cien millones de habitantes terminará por proveer un considerable mercado interno a una muy respetable gran industria, y entre vosotros, como en todas partes, las cosas acabarán por alcanzar el nivel que les es propio (...) si el capitalismo dura lo suficiente en Europa occidental.

Usted mismo admite que “las condiciones sociales rusas después de la Guerra de Crimea no eran favorables al desarrollo de la forma de producción heredada de nuestra historia pasada”. Yo iría más lejos, y diría que ni en Rusia ni en parte alguna habría sido posible construir una forma social superior a partir del comunismo agrario primitivo, a menos que esa forma superior existiese ya en otro país, para servir de modelo. Siendo esa forma superior, dondequiera que sea históricamente posible, la consecuencia necesaria de la forma capitalista de producción y de los antagonismos sociales de carácter dual creados por ella, no podría formarse directamente partiendo de la comuna agraria, a menos que fuese imitando un ejemplo ya en existencia en cualquier otra parte. Si el occidente europeo hubiese estado maduro para esa transformación en 1860-1870, si esa transformación hubiese sido llevada a cabo por Inglaterra. Francia, etc., los rusos habrían sido llamados a demostrar lo que podía hacerse de su comuna, que entonces estaba más o menos intacta. Pero el Occidente permaneció estancado, no se intentó tal transformación, y el capitalismo se desarrolló con velocidad creciente. Y como Rusia no podía elegir sino entre transformar la comuna en una forma de producción separada de aquella por una cantidad de etapas históricas, y para lo cual ni siquiera en Occidente estaban entonces maduras las condiciones —tarea evidentemente imposible— o bien tornarse capitalista, ¿qué le quedaba sino la segunda posibilidad?

En cuanto a la comuna, sólo es posible mientras las diferencias de riqueza entre sus miembros son insignificantes. Tan pronto como aumentan estas diferencias, tan pronto como uno de sus integrantes se esclaviza por deudas a los más ricos, no puede ya vivir. Los kulaki y miroyedy[5] de la Atenas de antes de Solón destruyeron la gens ateniense con la misma implacabilidad con que los de vuestro país destruyen la comuna. Temo que esa institución esté condenada. Pero, en cambio, el capitalismo inaugura nuevos panoramas y nuevas esperanzas. Fíjese en lo que ha hecho y está haciendo en Occidente. Una gran nación como la vuestra sobrevive a cualquier crisis. No hay calamidad histórica que no tenga su progreso histórico compensativo. Sólo cambia el modus operandi. Que les destinées s'accomplissent![6]

 

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[1] Esta carta fue escrita en inglés. Aquí se han restorado ciertas frases que Engels escribió en ruso usando el alfabeto cirílico y en alemán. (N. de marxists.org)

[2]  Ocherki.  Se refiere al libro de N. F. Danielsón, Ocherki náshego porefórmennogo obschéstvennogo joziaistva («Ensayos sobre nuestra economía social después de la reforma») publicado bajo el seudónimo de Nikolái-on en San Petersburgo en 1893. (N. de marxists.org)

[3] Entre nosotros, en Rusia, se está desarrollando una polémica sobre el " destino del capitalismo en Rusia". (Según trad. por Edic. Política.) (N. de marxists.org).

[4] Sociedad gentilicia. (N. de marxists.org)

[5] Kulaks y parásitos. (N. de marxists.org)

[6] ¡Cúmplase el destino! (N. de marxists.org)