Tras la muerte de Sedov[1]
22 de febrero de 1938
Queridos amigos:
Recibimos sus cartas y telegramas. Comprendan, sin más palabras, que fueron de un gran valor moral para nosotros en estos días terribles, puedo decir los peores de nuestra vida.
Junto con Natalia he escrito en estos días un artículo sobre León. No era solamente un deber político, sino el único medio de no perder la razón. Dediqué el artículo a nuestra juventud. Sería un gran apoyo moral para Natalia y para mí si este escrito fuera publicado lo más pronto posible por nuestra organización juvenil en un pequeño folleto. Quizás algunas cosas no serán suficientemente claras para la nueva generación. Algún camarada, Shachtman si es posible, podría escribir una nota al final como apéndice; creo que no más de una o dos páginas para no cambiar el carácter general del escrito. Evitaré los subtítulos. En este caso me parecen superfluos.
En este momento se traducen aquí, once páginas que serán enviadas mañana por correo aéreo; las últimas once deberían ser traducidas inmediatamente en Nueva York. Estamos enviando una copia del texto ruso al camarada Wright y, en caso de que esté ausente, una segunda copia al camarada Glenner.[2] Estamos en manos de Shachtman o de alguno de ustedes la edición final. No es necesario que devuelvan el manuscrito para su revisión. Estoy seguro de que el trabajo se hará con todo el cuidado necesario.
En mi última carta prometí enviarles otro manuscrito, el folleto, Su moral y la nuestra. Pero en ese momento no sabía que en los próximos días debería escribir una necrología de León. El folleto prometido está casi listo. Lo dedicaré a la memoria de León porque fue un representante auténtico de nuestra moral.
El telegrama referente al viaje del compañero Hank Stone fue enviado anoche. Será bienvenido en nuestra casa como un nuevo miembro de la familia.
En las últimas cartas veo dos propuestas o planes, uno respecto a su llegada con algunos amigos de Minnesota, el segundo en referencia a un viaje más inmediato de Glenner y usted. No es necesario decir que Natalia y yo los esperamos con aprecio y amistad, pero no es necesario que Glenner y usted viajen con urgencia, especialmente ahora que viene Hank Stone. Al respecto le escribo a Van por separado.
Nuestros más calurosos saludos y cordiales agradecimientos para ustedes y todos nuestros amigos por todo lo que han hecho y lo que hacen.
En unión de Natalia, fraternalmente,
León Trotsky.
Posdata: Tenemos ahora una casa suplementaria en el patio vecino. Es más que modesta y no está amoblada. Está a su disposición si se quedan aquí más de una semana; sería prudente, desde el punto de vista financiero, comprar unas camas y arreglar la cocina de esa casita. En ese caso, les aconsejaría traer algunas sábanas y mantas. En la “casa” hay cuatro cuartos pequeños y una cocina. Si aceptan la sugerencia, telegrafíen: “Aceptamos vivienda.” Trataremos de asear los cuartos.
L.T.