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III

La presencia en Suiza de algunos de los proscritos franceses, que habían encontrado allí refugio, vino a dar de nuevo un soplo de vida a la Alianza.

Los internacionalistas de Ginebra hicieron por los proscritos todo cuanto estuvo en su mano. Desde el primer momento les aseguraron un socorro y, mediante una fuerte agitación, impidieron a las autoridades suizas el conceder la extradición de los refugiados, reclamada por el Gobierno de Versalles. Algunos [275] arrostraron graves peligros yendo a Francia para ayudar a los refugiados a cruzar la frontera. ¡Cuál no fue, pues, el asombro de los obreros ginebrinos al ver a algunos mangoneadores como B. Malon [*] [30] ponerse en seguida en relación con los hombres de la Alianza y, ayudados por el ex secretario de ésta N. Zhukovski, tratar de fundar en Ginebra, al margen de la Federación de la Suiza francesa, la nueva «Sección de propaganda y acción revolucionaria socialista» [31]! En el primer artículo de sus Estatutos, esta sección

«declara su adhesión a los Estatutos generales de la Asociación Internacional de los Trabajadores, reservándose toda la libertad de acción y de iniciativa que le corresponde como consecuencia lógica del principio de autonomía y de federación reconocido por los Estatutos y los Congresos de la Asociación».

Dicho de otro modo: se reserva toda la libertad para continuar la obra de la Alianza.

En una carta de Malon del 20 de octubre de 1871, esta nueva sección dirigió por tercera vez al Consejo General su petición de ingreso en la Internacional. De acuerdo con la resolución V del Congreso de Basilea, el Consejo consultó al Comité federal de Ginebra, el cual se manifestó, en tonos enérgicos, contra el reconocimiento por el Consejo General de este nuevo «vivero de intrigas y de discusiones». Y efectivamente, el Consejo fue lo bastante «autoritario» para no querer imponer a toda una federación la voluntad de B. Malon y de N. Zhukovski, ex secretario de la Alianza.

Habiendo dejado de existir la "Solidarité", los nuevos adeptos de la Alianza fundaron la "Révolution Sociale" [32] bajo la alta dirección de Madame André Léo, que acababa de declarar en el Congreso de la Paz, en Lausanne, que

[276]

«Raoul Rigault y Ferré eran las dos figuras siniestras de la Comuna, que hasta aquel momento» (hasta la ejecución de los rehenes) «no habían cesado de reclamar, siempre en vano, la adopción de medidas sanguinarias».

Desde su primer número, este periódico se apresuró a ponerse al nivel del "Figaro", del "Gaulois", del "Paris-Journal" [33] y demás órganos del estercolero, cuyas inmundicias contra el Consejo General reprodujo. Le pareció oportuno el momento para encender, incluso en la Internacional, el fuego de los odios nacionales. Según él, el Consejo General era un Comité alemán, dirigido por un cerebro bismarckiano [*].

Después de haber dejado bien sentado que ciertos miembros del Consejo General no podían envanecerse de ser «galos ante todo», la "Révolution Sociale" no encontró cosa mejor que apoderarse de la segunda consigna puesta en circulación por la policía europea y denunciar el autoritarismo del Consejo.

¿Y sobre qué hechos se apoyaba este griterío pueril? El Consejo General había dejado morir a la Alianza de muerte natural y, de acuerdo con el Comité federal de Ginebra, había impedido su resurrección. Además, había requerido al Comité de La Chaux-de-Fonds a tomar un nombre que le permitiera vivir en paz con la inmensa mayoría de los internacionalistas de la Suiza francesa.

Aparte de estos actos «autoritarios», ¿qué uso había hecho el Consejo General, desde octubre de 1869 hasta octubre de 1871, de los poderes bastante amplios que le había conferido el Congreso de Basilea?

1) El 8 de febrero de 1870, la «Sociedad de los proletarios positivistas» de París pidió al Consejo General su ingreso. El Consejo respondió que los principios positivistas extendidos al capital, enunciados en los Estatutos particulares de la sociedad, estaban en flagrante contradicción con los considerandos de los Estatutos generales [*]*; y que era, por lo tanto, preciso suprimir esta parte e ingresar en la Internacional, no como «positivistas», sino como «proletarios», quedando, aparte de esto, en libertad para conciliar sus opiniones teóricas con los principios generales de la Asociación. Habiendo reconocido la sección la justeza de este acuerdo, ingresó en la Internacional.

2) En Lyon se había producido una escisión entre la sección de 1865 y otra de formación reciente en la que, rodeada de obreros honrados, aparecía una representación de la Alianza en las personas de Albert Richard y Gaspard Blanc. Como es costumbre [277] en casos tales, el fallo emitido por un tribunal de arbitraje, constituido en Suiza, no fue reconocido. El 15 de febrero de 1870, la sección de formación reciente se dirigió al Consejo, no solicitando simplemente que resolviera este conflicto según la resolución del VII Congreso de Basilea, sino enviándole un fallo listo para su publicación, en el que se expulsaba y se ponía el sello de la infamia a los miembros de la sección de 1865, fallo que el Consejo había de firmar y devolver a vuelta de correo. El Consejo censuró este procedimiento inaudito y requirió documentos justificativos. A este requerimiento, la sección de 1865 respondió que los documentos acusadores contra Albert Richard sometidos al tribunal de arbitraje habían caído en manos de Bakunin el cual se negaba a devolverlos y que, por consiguiente, la sección no podía satisfacer de un modo completo los deseos del Consejo General. La decisión del Consejo sobre este asunto, fechada el 8 de marzo, no suscitó objeción alguna de ninguna de las dos partes.

3) Habiendo admitido en su seno la rama francesa de Londres a elementos más que dudosos, se había convertido poco a poco en una comandita del señor Felix Pyat. Le servía a éste para organizar manifestaciones comprometedoras pidiendo el asesinato de Luis Bonaparte, etc., y para difundir por Francia sus manifiestos ridículos, publicados en nombre de la Internacional. El Consejo General se limitó a declarar en los órganos de la Asociación que, no siendo el Sr. Pyat miembro de la Internacional, ésta no podía responder de sus actos ni de sus genialidades. Entonces, la rama francesa declaró no reconocer al Consejo General ni a los congresos; pegó pasquines en las paredes de Londres, diciendo que la Internacional, con la sola excepción de esta rama francesa, era una sociedad antirrevolucionaria. La detención de los internacionalistas franceses la víspera del plebiscito [34], con el pretexto de una conspiración, que en realidad había urdido la policía y a la cual dieron visos de verosimilitud los manifiestos pyatistas, obligó al Consejo General a publicar en la "Marseillaise" [35] y en el "Réveil" [36] su resolución del 10 de mayo de 1870. En ella declaraba que la llamada rama francesa no pertenecía a la Internacional desde hacía más de dos años y que su actuación era obra de agentes policíacos. La necesidad de dar este paso está demostrada por la declaración del Comité federal de París en los mismos periódicos y por la de los internacionalistas parisinos durante su proceso; ambas se apoyaban en la resolución del Consejo. La rama francesa desapareció al principio de la guerra, pero, igual que la Alianza en Suiza, había de reaparecer más tarde en Londres, con nuevos aliados y bajo nombres diferentes.

En los últimos días de la Conferencia, fue formada en Londres por proscritos de la Comuna una Sección francesa de 1871, compuesta [278] de unos 35 miembros. El primer acto «autoritario» del Consejo General consistió en denunciar públicamente al secretario de esta sección, Gustave Durand, como espía de la policía francesa. Los documentos que obran en nuestro poder demuestran la intención de la policía francesa de hacer primero asistir a Durand a la Conferencia y después introducirlo en el seno del Consejo General. Como los Estatutos de la nueva sección exigían de sus miembros «no aceptar más delegación al Consejo General que la de su propia sección», los ciudadanos Theisz y Bastelica se retiraron del Consejo.

El 17 de octubre, la sección envió a dos de sus miembros como delegados al Consejo con mandato imperativo. Uno de ellos era nada menos que M. Chautard, ex miembro del comité de artillaría, que el Consejo no quiso aceptar sin haber examinado antes los Estatutos de la sección de 1871 [*]. Basta recordar aquí los puntos principales del debate promovido a causa de estos Estatutos. En el artículo 2 se dice:

«Para ser admitido como miembro de la sección, hay que justificar los medios de vida, presentar garantías de moralidad, etc.».

En su resolución del 17 de octubre de 1871, el Consejo propuso suprimir las palabras: justificar los medios de vida.

«En casos dudosos», decía el Consejo, «una sección puede informarse de los medios de vida como «garantía de moralidad», mientras que en otros casos, como los de los refugiados, obreros en huelga, etc., la ausencia de medios de vida puede muy bien ser una garantía de moralidad. Pero pedir a los candidatos la justificación de sus medios de vida como condición general para ser admitidos en la Internacional sería una innovación burguesa contraria al espíritu y a la letra de los Estatutos generales». La sección respondió

«que los Estatutos generales hacen responsables a las secciones de la moralidad de sus miembros y les reconocen, por consiguiente, el derecho a tomar garantías a este respecto en la forma que entiendan conveniente».

A esto, el Consejo General replicaba el 7 de noviembre:

«Siguiendo este criterio, una sección de la Internacional compuesta de teetotallers (asociación de abstemios) podría incluir en sus Estatutos particulares un artículo concebido en estos o parecidos términos: «Para ser admitido como miembro de la sección, [279] hay que jurar abstenerse de toda bebida alcohólica». En una palabra: los Estatutos particulares de las secciones podrían imponer las condiciones más absurdas y disparatadas para el ingreso en la Internacional, pretextando, en cada caso, que la sección entiende que de esta manera adquieren seguridades sobre la moralidad de sus miembros... «Los medios de existencia de los huelguistas, agrega la Sección francesa de 1871, consisten en la caja de resistencia». A esto se puede responder en primer lugar que esa caja suele ser ficticia... Además, encuestas oficiales británicas han demostrado que la mayoría de los obreros ingleses... está obligada —por las huelgas, por el paro, por la insuficiencia de los jornales, por el vencimiento del plazo de pagos y por otras múltiples causas— a recurrir constantemente al monte de piedad y a las deudas, medios de existencia cuya justificación no se podría exigir sin inmiscuirse de un modo incalificable en la vida privada de los ciudadanos. Y una de dos: o bien la sección sólo busca en los medios de existencia una garantía de moralidad... y, en este caso, la proposición del Consejo General cubre el objetivo deseado... o bien la sección en el artículo 2 de sus Estatutos ha hablado de la justificación de los medios de existencia como condición de admisión, aparte de las garantías de moralidad... y, en este caso, el Consejo afirma que es una innovación burguesa, contraria a la letra y al espíritu de los Estatutos generales» [*]*.

En el artículo 11 de los Estatutos, se dice:

«Serán enviados al Consejo General uno o varios delegados».

El Consejo pidió la supresión de este artículo, «porque los Estatutos generales de la Internacional no reconocen a las secciones ningún derecho a enviar delegados al Consejo General». «Los Estatutos generales —añadía— sólo reconocen dos modos de elección para los miembros del Consejo General: su elección por el Congreso o su cooptación por el Consejo...»

Bien es verdad que las diferentes secciones existentes en Londres habían sido invitadas a enviar delegados al Consejo General, el cual, para no infringir los Estatutos generales ha procedido siempre del modo siguiente: ha empezado por fijar el número de delegados a enviar por cada sección, reservándose el derecho a aceptarlos o rechazarlos según los juzgara, o no, aptos para las funciones generales que habían de desempeñar. Estos delegados llegaban a ser miembros del Consejo General, no en virtud de la delegación concedida por sus secciones, sino en virtud del derecho a incorporarse nuevos miembros, concedido al Consejo [280] General por los Estatutos. El Consejo de Londres, habiendo funcionado, hasta la resolución tomada por la última Conferencia, como Consejo General de la Asociación Internacional y como Consejo central para Inglaterra, consideró útil admitir, además de los miembros que se incorporaba directamente, miembros delegados en primera instancia por sus secciones respectivas. Sería un craso error querer comparar el método de elección del Consejo General con el del Consejo federal de París, que no era siquiera un Consejo nacional, nombrado por un Congreso nacional, como por ejemplo, el Consejo federal de Bruselas o el de Madrid. El Consejo federal de París no era más que una delegación de las secciones parisinas... El método de elección del Consejo General está determinado por los Estatutos generales y sus miembros no pueden aceptar más mandato imperativo que el de los Estatutos y reglamentos generales... Si se toma en consideración el párrafo que le antecede, el artículo 11 no tiene más sentido que el de cambiar completamente la composición del Consejo General y convertirlo, en contra del artículo 3 de los Estatutos generales, en una delegación de las secciones de Londres y en la que la influencia de los grupos locales sustituiría a la de toda la Asociación Internacional de los Trabajadores. Por fin, el Consejo General, cuyo deber primordial consiste en ejecutar las resoluciones de los Congresos (véase el artículo I del reglamento administrativo del Congreso de Ginebra), dijo que «considera completamente ajenas al asunto de que se trata... las ideas emitidas por la Sección francesa de 1871, tendentes a introducir un cambio radical en los artículos de los Estatutos generales relativos a su constitución».

Además, el Consejo General declaró que admitiría dos delegados de la sección en las mismas condiciones que los de las restantes secciones de Londres.

Lejos de conformarse con esta respuesta, la sección de 1871 publicó el 14 de diciembre una declaración firmada por todos sus miembros, incluido el nuevo secretario que fue poco después expulsado de la sociedad de los refugiados, como indigno de pertenecer a ella. Según esta declaración, el Consejo General, al negarse a usurpar funciones legislativas, se hizo culpable «de una burda retrogradación de la idea social».

He aquí ahora algunas muestras de la buena fe que ha presidido la elaboración de este documento.

La Conferencia de Londres había aprobado la conducta de los obreros alemanes durante la guerra [37]. Era evidente que esta resolución, propuesta por un delegado suizo [*], apoyada por un [281] delegado belga y aprobada por unanimidad, sólo se refería a los internacionalistas alemanes, que han expiado en la cárcel, y que expían aún su conducta antichovinista durante la guerra. Además, para salir al paso de toda interpretación malévola, el secretario del Consejo General para Francia [*] acababa de explicar el auténtico sentido de la resolución en una carta publicada por el "Qui Vive!", la "Constitution", "Le Radical", "L'Emancipation", "L'Europe", etc. No obstante, ocho días después, el 20 de noviembre de 1871, quince miembros de la Sección francesa de 1871 insertaban en el "Qui Vive!" una «protesta», llena de injurias contra los obreros alemanes y denunciando la resolución de la Conferencia como una prueba irrecusable del «pangermanismo» del Consejo General. Por su parte, toda la prensa feudal, liberal y policíaca de Alemania atrapó con avidez este incidente para demostrar a los obreros alemanes la nulidad de sus sueños internacionalistas. Después de todo esto, la protesta del 20 de noviembre fue respaldada por toda la sección de 1871 en su declaración del 14 de diciembre.

Para poner de manifiesto «la pendiente sin fin del autoritarismo, por la que se desliza el Consejo General», cita «la publicación por este Consejo General de una edición oficial de los Estatutos generales, revisados por él».

¡Basta echar una ojeada a la nueva edición de los Estatutos para ver que, para cada apartado, se encuentra en el apéndice la cita de las fuentes que atestiguan su autenticidad! En cuanto a las palabras «edición oficial», el primer Congreso de la Internacional había decidido que «el texto oficial y obligatorio de los Estatutos y reglamentos generales sería publicado por el Consejo General». (Véase: «Congreso Obrero de la Asociación Internacional de los Trabajadores, celebrado en Ginebra del 3 al 8 de septiembre de 1866, pág. 27, nota».)

Huelga decir que la sección de 1871 estaba en constante relación con los disidentes de Ginebra y de Neuchâtel. Uno de sus miembros, Chalain, que había desplegado en sus ataques al Consejo General una energía que jamás había mostrado en la defensa de la Comuna, se encontró de repente rehabilitado por B. Malon, quien poco antes hacía acusaciones muy graves contra él en una carta dirigida a un miembro del Consejo. Por lo demás, apenas había lanzado su declaración la Sección francesa de 1871, cuando en sus filas estalló la guerra civil. Empezaron por separarse de ella Theisz, Avrial y Camélinat. Desde entonces se fraccionó en varios grupitos. Uno de ellos está dirigido por el señor Pierre Vésinier, expulsado del Consejo General por sus calumnias contra [282] Varlin y otros y echado después de la Internacional por la comisión belga, nombrada por el Congreso de Bruselas de 1868. Otro de estos grupos fue fundado por B. Landeck, a quien la fuga imprevista del prefecto de policía Pietri, el 4 de septiembre, ha liberado de su compromiso.

«escrupulosamente cumplido de no volver a ocuparse de asuntos políticos ni de la Internacional en Francia». (Véase: "Tercer proceso de la Asociación Internacional de los Trabajadores de París", 1870, p. 4.)

Por otra parte, la masa de los refugiados franceses en Londres ha formado una sección que está completamente de acuerdo con el Consejo General.


NOTAS

[*] Los amigos de B. Malon que, desde hace tres meses, en una campaña de reclamo estereotipado, le llaman fundador de la Internacional, que anuncian su libro {226} como la única obra independiente que se ha escrito sobre la Comuna ¿saben cuál lue la actitud adoptada por el segundo alcalde de las Batignolles la víspera de las elecciones de febrero? En aquella época, B. Malon no preveía aún la Comuna y, preocupándose sólo de su elección para la Asamblea, intrigó para ser incluido en la lista de los 4 comités electorales como miembro de la Internacional. Con este objeto, negó descaradamente la existencia del Comité federal parisino y sometió a los comités, como si emanara de toda la Asociación, la lista de una sección fundada por él en las Batignolles. Más tarde, el 19 de marzo, insultaba en un documento público a los promotores de la gran revolución realizada la víspera. Hoy, este anarquista hasta la médula, imprime o deja imprimir lo que decía ya, hace un año, a los 4 comités: «¡La Internacional soy yo!». B. Malon ha dado con la manera de parodiar al mismo tiempo a Luis XIV y al fabricante de chocolates Perron. ¡Pero este último no ha llegado a declarar que su chocolate sea el único... comestible!

[30] 225. B. Malon. "La troisième défaite du prolétariat français («La tercera derrota del proletariado francés»), Neuchâtel, 1871.- 275.

[31] 226. La "Sección de propaganda y acción revolucionaria socialista" fue fundada el 6 de septiembre de 1871 en el lugar de la sección ginebrina "Alianza de la Democracia Socialista" disuelta en agosto. En la organización de la misma, además de Zhukovski, Perrón y otros ex miembros de la sección, tomaron parte ciertos emigrados franceses y, en particular, J. Guesdes y B. Malon.- 275.

[32] 227. La "Révolution Sociale" («La Revolución Social»), hebdomadario, se publicó en Ginebra en francés de octubre de 1871 a enero de 1872. Desde noviembre de 1871 fue órgano oficial de la Federación anarquista del Jura.- 275, 453

[33] 228. "Le Figaro" («El Fígaro»), periódico reaccionario francés, se publica en París desde 1854; estuvo ligado al Gobierno del Segundo Imperio.

"Le Gaulois" («El Galo»), diario de orientación monárquico-conservadora, órgano de la gran burguesía y la aristocracia, se publicó en París de 1867 a 1929.

"Paris-Journal" («El periódico de París»), diario reaccionario ligado a la policía. Lo publicó en París Henri de Pène de 1868 a 1874. Propagaba sucias calumnias acerca de la Internacional y la Comuna de París.- 276.[*]

He aquí la composición, por nacionalidades, de este Consejo: 20 ingleses, 15 franceses, 7 alemanes (cinco de ellos fundadores de la Internacional), dos suizos, dos húngaros, un polaco, un belga, un irlandés, un danés y un italiano.

[**] Véase el presente tomo, págs. 14-17. (N. de la Edit.)

[34] 131. El plebiscito fue organizado por Napoleón III en mayo de 1870 para ver, según se decía, la actitud de las masas populares hacia el Imperio. Las cuestiones sometidas a plebiscito estaban planteadas de tal forma que era imposible desaprobar la política del Segundo Imperio sin pronunciarse, al mismo tiempo, contra toda reforma democrática. Las secciones de la I Internacional en Francia denunciaron esta maniobra demagógica y recomendaron a todos sus miembros que se abstuviesen de votar. La víspera del plebiscito, los miembros de la Federación de París fueron detenidos y acusados de participar en una conspiración que se planteaba el asesinato de Napoleón III; el Gobierno se aprovechó de dicha acusación para organizar una amplia campaña de persecuciones contra los miembros de la Internacional en las diversas ciudades de Francia. En el proceso judicial contra los miembros de la Federación de París, celebrado del 22 de junio al 5 de julio de 1870, se puso al descubierto toda la falsedad de las acusaciones; sin embargo, varios miembros de la Internacional fueron condenados a reclusión tan sólo por pertenecer a la Asociación Internacional de Trabajadores. Las persecuciones contra la Internacional en Francia suscitaron protestas masivas de la clase obrera.- 201, 277

[35] 134. "La Marseillaise" («La Marsellesa»), diario francés, órgano de los republicanos de izquierda, se publicó en París de diciembre de 1869 a setiembre de 1870. Insertaba documentos acerca de la actividad de la Internacional y del movimiento obrero.- 203, 277

[36] 133. "Le Réveil" («El Despertar»), periódico francés, órgano de los republicanos de izquierda, se publicó bajo la redacción de C. Delécluse, en París, de julio de 1868 a enero de 1871. Insertaba documentos de la Internacional y del movimiento obrero.- 202, 277

[*] Poco después, este Chautard, que habían querido imponer al Consejo General, era expulsado de su sección como agente de la policía de Thiers. Sus acusadores eran los mismos que lo habían juzgado como la persona más digna de representarlos en el Consejo General.

[**] C. Marx. Proyecto de resolución del Consejo General sobre la Sección francesa de 1871. (N. de la Edit.)

[37] 229. Trátase de la resolución del capítulo "2 Resoluciones especiales de la Conferencia", en la que se hacía constar que los obreros alemanes habían cumplido su deber internacionalista, acerca de la Conferencia de Londres de 1871 véase la nota 202.- 280.

[*] N. Utin. (N. de la Edit.)

[*] A. Serrailler. (N. de la Edit.)


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