1. Demanda creciente de fuerza de trabajo, con la
acumulación, manteniéndose igual la composición
del capital a "Los numerosos capitales singulares invertidos en determinado ramo de la producción, presentan una composición que difiere de unos a otros en mayor o menor medida. La media de sus composiciones singulares nos da la composición del capital global en ese ramo de la producción. Finalmente, la media global de las composiciones medias de todos los ramos de la producción, arroja la composición del capital social de un país, y en lo sucesivo nos referiremos, en última instancia, únicamente a esta última."
El acrecentamiento del capital implica el incremento de su parte constitutiva variable, o sea de la que se convierte en fuerza de trabajo. Una parte del plusvalor transformado en pluscapital tiene que reconvertirse siempre en capital variable o fondo suplementario de trabajo. Si suponemos que, a condiciones en lo demás iguales, la composición del capital se mantiene inalterada, esto es, que para poner en movimiento determinada masa de medios de producción o capital constante se requiere siempre la misma masa de fuerza de trabajo, es evideate que la demanda de trabajo y el fondo de subsistencia de los obreros crecerán en proporción al capital, y tanto más rápidamente cuanto más rápidamente crezca éste. Como el capital [760] produce anualmente un plusvalor, una parte del cual se suma cada año al capital original; como este incremento mismo se acrecienta todos los años con el volumen creciente del capital que ya está en funciones, y finalmente, como bajo un acicate particular del afán de enriquecerse apertura, por ejemplo, de nuevos mercados, de esferas nuevas para la inversión de capital a causa de necesidades sociales recién desarrolladas, etc. la escala de la acumulación se puede ampliar súbitamente sólo con variar la distribución del plusvalor o del plusproducto en capital y rédito, cabe la posibilidad de que las necesidades de acumulación del capital sobrepujen el acrecentamiento de la fuerza de trabajo o del número de obreros, y de que la demanda de obreros supere su oferta, a raíz de lo cual los salarios pueden aumentar [b]. En Inglaterra resonaron quejas, sobre este particular, durante [c] toda la primera mitad del siglo XVIII. Las circunstancias más o menos favorables bajo las cuales se mantienen y multiplican los asalariados, [761] empero, no modifican en nada el carácter fundamental de la producción capitalista. Así como la reproducción simple reproduce continuamente la relación capitalista misma capitalistas por un lado, asalariados por la otra , la reproducción en escala ampliada, o sea la acumulación, reproduce la relación capitalista en escala ampliada: más capitalistas o capitalistas más grandes en este polo, más asalariados en aquél. Como vimos con anterioridad, la reproducción [d] de la fuerza de trabajo que incesantemente ha de incorporarse como medio de valorización al capital, que no puede desligarse de él y cuyo vasallaje con respecto al capital sólo es velado por el cambio de los capitalistas individuales a los que se vende, constituye en realidad un factor de la reproducción del capital mismo. Acumulación del capital es, por tanto, aumento del proletariado 1 e Nota 70 en la 3ª y 4ª ediciones..
La economía clásica comprendía tan cabalmente esta tesis, que Adam Smith, Ricardo, etc., como lo hemos mencionado anteriormente, llegaban incluso a identificar equivocadamente la acumulación con el consumo de toda la parte capitalizada del plusproducto por trabajadores productivos, o con su transformación en asalariados suplementarios. Ya en 1696 decía John Bellers: "Porque si alguien tuviera cien mil acres y otras tantas libras en dinero y otras tantas cabezas de ganado, ¿qué sería ese hombre [762] rico, sin trabajadores, sino él mismo un trabajador? Y así como los trabajadores hacen ricos a los hombres, cuanto más trabajadores, habrá tanto más ricos... El trabajo de los pobres es la mina de los ricos" [2] f Nota 71 en la 3ª y 4ª ediciones.. Y así se expresaba Bernard de Mandeville a comienzos del siglo XVIII: "Donde la propiedad está suficientemente protegida, sería más fácil vivir sin dinero que sin pobres, ¿porque quién haría el trabajo?... Así como se debe velar para que los pobres no mueran de hambre, no debieran recibir nada que valga la pena ahorrar. Si de tanto en tanto una persona de la clase más baja, gracias a una diligencia extraordinaria y apretarse el cinturón, se eleva sobre la condición en que se crió, nadie debe impedírselo: no puede negarse que el plan más sabio para todo particular, para cada familia en la sociedad, consiste en ser frugal; pero a todas las naciones ricas les interesa que la parte mayor de los pobres nunca esté inactiva y, sin embargo, que gasten continuamente lo que perciben... Los que se ganan la vida con su trabajo diario [...] no tienen nada que los acicatee para ser serviciales salvo sus necesidades, que es prudente mitigar, pero que sería insensato curar. La única cosa que puede hacer diligente al hombre que trabaja es un salario moderado: si fuera demasiado pequeño lo desanimaría o, según su temperamento, lo empujaría a la desesperación; si fuera demasiado grande, se volvería insolente y perezoso... De lo que hasta ahora hemos expuesto, se desprende que en una nación libre, donde no se permite tener esclavos, la riqueza más segura consiste en una multitud de pobres laboriosos. Porque además de ser la fuente inagotable de las armadas y los ejércitos, sin ellos no habría ningún disfrute y ningún producto del país sería valorizable. Para hacer feliz a la sociedad" (que, naturalmente, se compone de no trabajadores) "y para contentar al pueblo aun en su mísera situación, es necesario que la gran mayoría siga siendo tan ignorante como pobre 3. El conocimiento amplía y multiplica nuestros deseos, y cuanto menos desea [763] un hombre tanto más fácilmente pueden satisfacerse sus necesidades" [4] g Nota 72 en la 3ª y 4ª ediciones. 5. Lo que Mandeville, hombre honesto y lúcido, no comprende aún es que el propio mecanismo del proceso de acumulación, al acrecentar el capital, aumenta la masa de los "pobres laboriosos", esto es, de los asalariados que transforman su fuerza de trabajo en fuerza creciente de valorización al servicio del creciente capital, y que por tanto se ven obligados a perpetuar la relación de dependencia que los liga a su propio producto, personificado en el capitalista. Refiriéndose a esa relación de dependencia, observa sir Frederic Morton Eden en su "Situación de los pobres, o historia de la clase trabajadora de Inglaterra": "Nuestra zona exige trabajo para la satisfacción de las necesidades, y por ello es necesario que por lo menos una parte de la sociedad trabaje infatigablemente... Hay quienes no trabajan y que, sin embargo, tienen a su disposición los productos de la diligencia. Pero eso se lo tienen que agradecer estos propietarios, únicamente, a la civilización y al orden; son criaturas puras y simples de las instituciones civiles 6 h Nota 73 en la 3ª y 4ª ediciones. 7. Éstas, en efecto, han reconocido que también se puede adquirir los frutos del trabajo de otra manera que por el trabajo. [...] Las personas de posición independiente [...] deben su fortuna casi exclusivamente al trabajo de otros [...], no a su capacidad personal, que en absoluto es mejor que la de los demás; no es la [764] posesión de tierras y dinero, sino el poder disponer del trabajo (the command of labour) lo que distingue a los ricos de los pobres... Lo que conviene a los pobres no es una situación abyecta o servil, sino una relación de dependencia aliviada y liberal (a state of easy and liberal dependence) y a los propietarios influencia y autoridad suficientes sobre los que [...] trabajan para ellos... Tal relación de dependencia, como lo sabe todo el que conozca la naturaleza humana [...], es necesaria para la comodidad del obrero mismo" [8] i Nota 74 en la 3ª y 4ª ediciones.. [9] Eden, anotémoslo de pasada, es el único discípulo de Adam Smith que durante el siglo XVIII efectuó algunas contribuciones de importancia [10] m En la 3ª y 4ª ediciones se agrega: "La gran polvareda levantada por este panfleto obedeció únicamente a intereses de partido. La Revolución Francesa había encontrado defensores apasionados en el reino británico; el <<principio de la población>>, gestado lentamente en el siglo XVIII y luego, en medio de una gran crisis social, anunciado con bombos y platillos como el antídoto infalible contra las doctrinas de Condorcet y otros, fue saludado jubilosamente por la oligarquía inglesa como el gran exterminador de todas las veleidades de un mayor progreso humano. Maravillado por su propio éxito, Malthus se dedicó entonces a embutir en el viejo esquema materiales compilados despreocupadamente y a añadir algunas cosas nuevas, pero no descubiertas sino simplemente anexadas por él". 11 12.
[765] Bajo las condiciones de la acumulación supuestas hasta aquí las más favorables a los obreros , su relación de dependencia con respecto al capital reviste formas tolerables o, como dice Eden, "aliviadas y liberales". En vez de volverse más intensa a medida que se acrecienta el capital, [766] esa relación de dependencia sólo aumenta en extensión; es decir, la esfera de explotación y dominación del capital se limita a expandirse junto a las dimensiones de éste y el número de sus súbditos. Del propio plusproducto creciente de éstos, crecientemente transformado en pluscapital, fluye hacia ellos una parte mayor bajo la forma de medios de [767] pago, de manera que pueden ampliar el círculo de sus disfrutes, dotar mejor su fondo de consumo de vestimenta, mobiliario, etc., y formar un pequeño fondo de reserva en dinero. Pero así como la mejora en la vestimenta, en la alimentación y el trato, o un peculio [13] mayor, no abolían la relación de dependencia y la explotación del esclavo, tampoco las suprimen en el caso del asalariado. El aumento en el precio del trabajo, aumento debido a la acumulación del capital, sólo denota, en realidad, que el volumen y el peso de las cadenas de oro que el asalariado se ha forjado ya para sí mismo permiten tenerlas menos tirantes. En las controversias acerca de este punto se ha dejado a un lado, en la mayor parte de los casos, el hecho principal, a saber: la differentia specifica de la producción capitalista. La fuerza de trabajo no se compra aquí para satisfacer, mediante sus servicios o su producto, las necesidades personales del comprador. El objetivo perseguido por éste es la valorización de su capital, la producción de mercancías que contengan más trabajo que el pagado por él, o sea que contengan una parte de valor que nada le cuesta al comprador y que sin embargo se realiza mediante la venta de las mercancías. La producción de plusvalor, el fabricar un excedente, es la ley absoluta de este modo de producción. Sólo es posible vender la fuerza de trabajo en tanto la misma conserva como capital los medios de producción, reproduce como capital su propio valor y proporciona, con el trabajo impago, una fuente de pluscapital [14] n Nota 76 en la 3ª y 4ª ediciones.bis. Por consiguiente, las condiciones de su venta, sean más favorables o menos para los obreros, implican la necesidad de que se la venda siempre de nuevo y la reproducción continuamente ampliada de la riqueza como capital. Como vemos, el salario, conforme a su naturaleza, implica siempre el suministro por parte del obrero de determinada cantidad de trabajo [768] impago. Prescindiendo por entero del alza de salarios acompañada por una baja en el precio del trabajo, etc., el aumento de los salarios sólo denota, en el mejor de los casos, la merma cuantitativa del trabajo impago que debe ejecutar el obrero. Dicha merma nunca puede alcanzar el punto en el que pondría en peligro seriamente el carácter capitalista del proceso de producción y la reproducción de sus propias condiciones: por un lado de los medios de producción y de subsistencia como capital, por el otro de la fuerza de trabajo como mercancía; en un polo, del capitalista, en el otro, del asalariado [o]. Si dejamos a un lado los conflictos violentos en torno a la tasa del salario y Adam Smith ya ha demostrado que, en sustancia, luego de tales conflictos el patrón siempre sigue siendo el patrón , un alza del precio del trabajo derivada de la acumulación del capital supone la siguiente alternativa. O bien el precio creciente o acrecentado del trabajo va acompañado de un incremento igualmente grande (o mayor) de la acumulación. Sabemos ya que incluso bajo circunstancias en lo demás iguales como el grado de productividad del trabajo, etc. , cuando se acrecienta la masa del capital adelantado puede mantenerse uniforme su incremento absoluto y hasta acelerarse aunque decrezca la tasa de la acumulación; así como en el capítulo IX, en la sección tercera, vimos que la masa del plusvalor puede mantenerse e incluso incrementarse cuando la tasa decreciente del mismo va acompañada de un aumento en el número de obreros explotados simultáneamente. En este caso, decir que la reducción en el grado de explotación de la fuerza de trabajo no perjudica la expansión del dominio ejercido por el capital, es incurrir en una mera tautología [p]. O bien, [769] y éste es el otro término de la alternativa, la acumulación se enlentece tras el acrecentamiento del precio del trabajo, porque se embota el aguijón de la ganancia. La acumulación decrece. Pero al decrecer, desaparece la causa de su decrecimiento, a saber, la desproporción entre el capital y la fuerza de trabajo explotable. El precio del trabajo desciende de nuevo a un nivel compatible con las necesidades de valorización del capital. De esto no se infiere, ni con mucho, que el salario deba descender a su nivel mínimo, y ni siquiera al nivel en que estaba con anterioridad al aumento de precio experimentado por el trabajo [q]. Como vemos, el propio mecanismo del proceso capitalista de producción remueve los obstáculos que genera transitoriamente [r]. Vemos entonces que en el primer caso no es la reducción en el crecimiento absoluto o relativo de la fuerza de trabajo, o de la población obrera, lo que vuelve excesivo al capital, sino que, a la inversa, es el incremento del capital lo que vuelve insuficiente la fuerza de trabajo explotable. En el segundo caso no es el aumento en el crecimiento absoluto o proporcional de la fuerza de trabajo o de la población obrera lo que hace insuficiente al capital, sino que, a la inversa, es la disminución del capital lo que vuelve excesiva la fuerza de trabajo explotable, o más bien su precio. Son estos movimientos absolutos en la acumulación del capital los que se reflejan como movimientos relativos en la masa de la fuerza de trabajo explotable y parecen obedecer, por ende, al movimiento propio de esta última s. Así, por ejemplo, en la fase crítica del ciclo industrial la baja general de los precios mercantiles se expresa como aumento del valor relativo del dinero, y en la fase de prosperidad el alza general de los precios mercantiles como baja del valor relativo del dinero. De esto infiere la llamada escuela de la currency que en el primer caso circula [770] demasiado poco dinero, y en el segundo caso dinero en demasía [t]. Su ignorancia y su comprensión plenamente errada de los hechos [15] encuentran un digno paralelo en los economistas que interpretan esos fenómenos de la acumulación diciendo que en un caso existen menos asalariados que los necesarios y en el otro demasiados asalariados [u]. La ley de la acumulación capitalista, fraudulentamente transmutada de esta suerte [v] en ley natural, no expresa en realidad sino que la naturaleza de dicha acumulación excluye toda mengua en el grado de explotación a que se halla sometido el trabajo o toda alza en el precio de éste que pueda amenazar seriamente la reproducción constante de la relación capitalista, su reproducción en una escala constantemente ampliada. No pueden ocurrir las cosas de otra manera en un modo de producción donde el trabajador existe para las necesidades de valorización de valores ya existentes, en [771] vez de existir la riqueza objetiva para las necesidades de desarrollo del trabajador. Así como en la religión el hombre está dominado por las obras de su propio cerebro, en la producción capitalista lo está por las obras de su propia mano [16]bis.
2. Disminución relativa de la parte variable del capital
Lo expuesto hasta aquí tiene validez siempre que partamos del supuesto de que, a medida que progresa la acumulación, no varíe la relación entre la masa de los medios de producción y la masa de la fuerza de trabajo que los mantiene en movimiento, o sea que la demanda de trabajo aumente proporcionalmente al incremento del capital. En el análisis efectuado por Adam Smith respecto a la acumulación, ese supuesto figura como axioma evidente de por sí. Smith pasa por alto que al progresar la acumulación se opera una gran revolución en la relación que existe entre la masa de los medios de producción y la masa de la fuerza de trabajo que los mueve. Esta revolución se refleja, a su vez, en la composición variable del valor del capital constituido por una parte constante y otra variable , o en la relación variable que existe entre su parte de valor convertida en medios de producción y la que se convierte en fuerza de trabajo. Denomino a esta composición la composición orgánica del capital [w] "Una vez dados los fundamentos generales del sistema capitalista, en el curso de la acumulación se alcanza siempre un punto donde el desarrollo de la productividad del trabajo social se convierte en la palanca más poderosa de la acumulación. <<La misma causa que eleva los salarios>>, dice Adam Smith, <<o sea el incremento del capital, tiende a acrecentar las capacidades productivas del trabajo y permite que una cantidad menor de trabajo produzca una cantidad mayor de productos {235}. [17].
[772] Prescindiendo de las condiciones naturales, como fertilidad del suelo, etc., y de la destreza de productores independientes que trabajan de manera aislada destreza que sin embargo se evidencia más cualitativa que cuantitativamente, más en la calidad de la obra que en su masa , el grado social de productividad del trabajo se expresa en el volumen de la magnitud relativa de los medios de producción que un obrero, durante un tiempo dado y con la misma tensión de la fuerza de trabajo, transforma en producto. La masa de los medios de producción con los que opera ese obrero crece con la productividad de su trabajo. Esos medios de producción desempeñan en este aspecto un doble papel. El crecimiento de unos es consecuencia; el de otros, condición de la productividad creciente del trabajo. Con la división manufacturera del trabajo y la aplicación de maquinaria, por ejemplo, se elabora en el mismo tiempo más materia prima e ingresa, por tanto, una masa mayor de materias primas y materias auxiliares al proceso de trabajo. Estamos ante una consecuencia de la productividad creciente del trabajo. Por otra parte, la masa de la maquinaria aplicada, de los animales de labor, abonos minerales, tuberías de desagüe, etc., es condición de la productividad laboral creciente. Otro tanto ocurre con la masa de los medios de producción concentrados en locales, hornos gigantescos, medios de transporte, etc. Pero ya sea condición o consecuencia, el volumen creciente de la magnitud de los medios de producción, comparado con el de la fuerza de trabajo incorporada a ellos, expresa la [773] productividad creciente del trabajo x "A medida que progresa la acumulación, pues, no solamente se da un acrecentamiento cuantitativo y simultáneo de los diversos elementos reales del capital: el desarrollo de las potencias productivas del trabajo social que aquel progreso trae aparejado, se manifiesta además a través de cambios cualitativos, de cambios graduales en la composición técnica del capital, cuyo factor objetivo aumenta progresivamente, en magnitud relativa, frente al factor subjetivo. Vale decir que la masa del instrumental y de los materiales aumenta cada vez más en comparación con la suma de fuerza obrera necesaria para movilizarla. Por consiguiente, a medida que el acrecentamiento del capital hace que el trabajo sea más productivo, se reduce la demanda de trabajo con relación a la propia magnitud del capital.". El aumento de ésta se manifiesta, pues, en la reducción de la masa de trabajo con respecto a la masa de medios de producción movidos por ella, esto es, en la disminución de magnitud del factor subjetivo del proceso laboral comparado con sus factores objetivos.
[774] El incremento en la masa de los medios de producción, comparada con la masa de fuerza de trabajo que la pone en actividad, se refleja en el aumento que experimenta la parte constitutiva constante del valor de capital a expensas de su parte constitutiva variable. Si de un capital, por ejemplo, calculando porcentualmente, por cada [sterling] 50 invertidas originariamente en medios de producción se invertían [sterling] 50 en fuerza de trabajo, más adelante, con el desarrollo del grado de productividad del trabajo, se invertirán [sterling] 30 en medios de producción por cada [sterling] 20 invertidas en fuerza de trabajo, etc [y]. Esta reducción [775] de la parte variable del capital con respecto a la parte constante, o la composición modificada del valor de capital, sólo indica de manera aproximada el cambio que se ha verificado en la composición de sus partes constitutivas materiales. Si hoy, por ejemplo, 7/8 del valor de capital invertido en la hilandería es constante y 1/8 variable, mientras que a comienzos del siglo XVIII 1/2 era constante y 1/2 variable, tenemos en cambio que la masa de materias primas, medios de trabajo, etc., hoy consumida productivamente por una cantidad determinada de trabajo de hilar es muchos cientos de veces mayor que a principios del siglo XVIII. El motivo es simplemente que con la productividad creciente del trabajo no sólo aumenta el volumen de los medios de producción consumidos por el mismo, sino que el valor de éstos, en proporción a su volumen, disminuye. Su valor, pues, aumenta en términos absolutos, pero no en proporción a su volumen. El incremento de la diferencia entre capital constante y capital variable, pues, es mucho menor que el de la diferencia entre la masa de los medios de producción en que se convierte el capital constante y la masa de fuerza de trabajo en que se convierte el capital variable. La primera diferencia se incrementa con la segunda, pero en menor grado [z].
En la sección cuarta hemos expuesto cómo el desarrollo de la fuerza productiva social del trabajo presupone la cooperación en gran escala; cómo sólo bajo ese supuesto es [776] posible organizar la división y combinación del trabajo, economizar medios de producción gracias a la concentración masiva, forjar medios de trabajo que desde el punto de vista material ya sólo son utilizables en común por ejemplo el sistema de la maquinaria, etc. , domeñar y poner al servicio de la producción colosales fuerzas naturales y llevar a cabo la transformación del proceso de producción en aplicación tecnológica de la ciencia. Sobre el fundamento de la producción de mercancías en la cual los medios de producción son propiedad de particulares y el trabajador manual, por consiguiente, o produce mercancías de manera aislada y autónoma o vende su fuerza de trabajo como mercancía porque le faltan los medios para instalarse por su cuenta , aquel supuesto sólo se realiza mediante el incremento de los capitales individuales, o en la medida en que los medios sociales de producción y de subsistencia se transforman en propiedad privada de capitalistas. El terreno de la producción de mercancías sólo bajo la forma capitalista tolera la producción en gran escala. Cierta acumulación de capital en manos de productores individuales de mercancías constituye, pues, el supuesto del modo de producción específicamente capitalista. Por eso, al analizar la transición del artesanado a la industria capitalista, tuvimos que suponer esa acumulación. Podemos denominarla acumulación originaria, porque en vez de resultado histórico es fundamento histórico de la producción específicamente capitalista. Aún no es necesario que investiguemos aquí de qué manera surge. Baste indicar que constituye el punto de partida. Señalemos, empero, que todos los métodos para acrecentar la fuerza productiva social del trabajo surgidos sobre ese fundamento, son al mismo tiempo métodos para acrecentar la producción de plusvalor o plusproducto, que a su vez constituye el elemento constitutivo de la acumulación. Son al mismo tiempo, como vemos, métodos para la producción de capital por el capital, o métodos para su acumulación acelerada. La reconversión continua de plusvalor en capital se presenta como magnitud creciente del capital que ingresa al proceso de producción. Dicha magnitud, por su parte, deviene fundamento de una escala ampliada de la producción, de los métodos consiguientes para acrecentar la fuerza productiva del trabajo y acelerar la producción de plusvalor. Por tanto, si cierto grado de acumulación del capital [777] se manifiesta como condición del modo de producción específicamente capitalista, este último ocasiona, como reacción, una acumulación acelerada del capital. Con la acumulación del capital se desarrolla, por consiguiente, el modo de producción específicamente capitalista, y con el modo de producción específicamente capitalista la acumulación del capital aa.
Todo capital individual es una concentración mayor o menor de medios de producción, con el comando correspondiente sobre un ejército mayor o menor de obreros. Toda acumulación se convierte en medio al servicio de una nueva acumulación. Amplía, con la masa acrecentada de la riqueza que funciona como capital, su concentración en las manos de capitalistas individuales y por tanto el fundamento de la producción en gran escala y los métodos de producción específicamente capitalistas. El incremento del capital social se lleva a cabo a través del incremento de muchos capitales individuales. Presuponiendo que no varíen todas las demás circunstancias, los capitales individuales y con ellos la concentración de los medios de producción crecen en la proporción en que constituyen partes alícuotas del capital global social. Al propio tiempo, de los capitales originarios se desgajan ramificaciones que funcionan como nuevos capitales autónomos. Un gran papel desempeña en ello, entre otros factores, la división del patrimonio en el seno de las familias capitalistas. Por tanto, con la acumulación del capital crece en mayor o menor medida el número de los capitalistas. Dos puntos caracterizan este tipo de concentración que se funda directamente en la acumulación o, más bien, es idéntica a ésta. Primero: el grado de incremento de la riqueza social limita, bajo condiciones en lo demás iguales, la concentración creciente de los medios sociales de producción en las manos de capitalistas individuales. Segundo: la parte del capital social radicada en cada esfera particular de la producción está dividida entre numerosos capitalistas que se contraponen recíprocamente como productores [778] independientes de mercancías y compiten entre sí. No sólo la acumulación y la consiguiente concentración, pues, están fraccionadas en muchos puntos, sino que el crecimiento de los capitales en funcionamiento está compensado por la formación de nuevos y la escisión de antiguos capitales. De ahí que si por una parte l acumulación se presenta como concentración creciente de los medios de producción y del comando sobre el trabajo, por otra parte aparece como repulsión de muchos capitales individuales entre sí.
Contra este fraccionamiento del capital global social en muchos capitales individuales, o contra la repulsión de sus fracciones entre sí, opera la atracción de las mismas. Ya no se trata de una concentración simple de los medios de producción y del comando sobre el trabajo, idéntica a la acumulación. Es una concentración de capitales ya formados, la abolición de su autonomía individual, la expropiación del capitalista por el capitalista, la transformación de muchos capitales menores en pocos capitales mayores. Este proceso se distingue del anterior en que, presuponiendo solamente una distribución modificada de los capitales ya existentes y en funcionamiento, su campo de acción no está circunscrito por el crecimiento absoluto de la riqueza social o por los límites absolutos de la acumulación. Si el capital se dilata aquí, controlado por una mano, hasta convertirse en una gran masa, es porque allí lo pierden muchas manos. Se trata de la concentración propiamente dicha, a diferencia de la acumulación bb.
No podemos desarrollar aquí las leyes que presiden esta concentración cc de los capitales o la atracción del capital por el capital. Bastará con que nos refiramos brevemente a los hechos. La lucha de la competencia se libra mediante el abaratamiento de las mercancías. La baratura de éstas depende, cæteris paribus [bajo condiciones en lo demás iguales], de la productividad del trabajo, pero ésta, a su vez, de la escala de la producción. De ahí que los capitales mayores se impongan a los menores. Se recordará, además, que con el desarrollo del modo capitalista de producción aumenta el volumen mínimo del capital [779] individual que se requiere para explotar un negocio bajo las condiciones normales imperantes en el ramo. Los capitales menores, pues, se vuelcan a las esferas de la producción de las que la gran industria únicamente se ha apoderado de manera esporádica o imperfecta. La compctencia prolifera aquí en razón directa al número y en razón inversa a la magnitud de los capitales rivales. Finaliza siempre con la ruina de muchos capitalistas pequeños y con el paso de sus capitales a manos del vencedor dd. Prescindiendo de esto, con la producción capitalista se forma un poder totalmente nuevo ee 77bis2 {F. E. Nota a la 4ª edición. Los novísimos "trusts" ingleses y norteamericanos apuntan ya a eee objetivo, puesto que procuran unificar en una gran sociedad por acciones, dotada de un monopolio efectivo, por lo menos la totalidad de las randes empresas activas en un ramo industrial.}, el crédito. Éste no sólo [780] se convierte en un arma nueva y poderosa en la lucha competitiva. Mediante hilos invisibles, atrae hacia las manos de capitalistas individuales o asociados los medios dinerarios que, en masas mayores o menores, están dispersos por la superficie de la sociedad. Se trata de la máquina específica para la concentración de los capitales.
[781] La concentración de los capitales, o el proceso de su atracción, se vuelve más intensa en la proporción en que, con la acumulación, se desarrolla el modo específicamente capitalista de producción. A su vez, la concentración se convierte en una de las grandes palancas de ese desarrollo. Abrevia y acelera la transformación de procesos de producción hasta ahora dispersos, en procesos combinados socialmente y ejecutados en gran escala.
El volumen creciente de las masas individuales de capital se convierte en la base material de un trastocamiento constante del modo de producción mismo. El modo de producción capitalista conquista sin cesar los ramos laborales que todavía no estaban sujetos a su control, o que sólo lo estaban esporádicamente, o sólo formalmente. Además, en su suelo prosperan nuevos ramos de trabajo que le pertenecen desde los primeros momentos. En los ramos laborales ya explotados de manera capitalista, finalmente, la fuerza productiva del trabajo madura como en un invernadero. En todos estos casos, el número de obreros decrece en proporción a la masa de los medios de producción con los que trabajan. Una parte cada vez mayor del capital se convierte en medios de producción; una cada vez menor en fuerza de trabajo. Al aumentar el volumen, concentración y eficacia técnica de los medios de producción, se reduce progresivamente el grado en que éstos son medios de ocupación para los obreros. Un arado de vapor es un medio de producción inseparablemente más eficaz que el arado corriente, pero el valor de capital invertido en él es un medio de ocupación incomparablemente más modesto que si estuviera realizado en arados corrientes. Al principio, preciamente el agregado de nuevo capital al antiguo es lo que permite ampliar las condiciones objetivas del proceso de producción y revolucionarlas técnicamente. Pero pronto, en medida mayor o menor, la composición modificada y la reorganización técnica hacen presa en todo capital antiguo que haya alcanzado el término de su reproducción y que, por tanto, sea sustituido nuevamente. Esta metamorfosis del capital antiguo es independiente, hasta cierto punto, del crecimiento absoluto experimentado por el capital social, tal como lo es la concentración. Pero esta última, que no hace más que distribuir de distinta manera el capital social existente y confundir en uno solo muchos capitales antiguos, opera a su vez como agente poderoso en esa metamorfosis del capital antiguo.
Por una parte, como vemos, el capital suplementario formado en el curso de la acumulación atrae cada vez menos obreros, en proporción a la magnitud que ha alcanzado. Por otra parte, el capital antiguo, reproducido ff con una nueva composición, repele más y más obreros de los que antes ocupaba.
3. Producción progresiva de una sobrepoblación relativa
La acumulación del capital, que originariamente no aparecía más que como su ampliación cuantitativa, se lleva cabo, como hemos visto, en medio de un continuo cambio cualitativo de su composición, en medio de un aumento ininterrumpido de su parte constitutiva constante a expensas de su parte constitutiva variable [18]bis3.
[783] El modo de producción específicamente capitalista, el consiguiente desarrollo de la fuerza productiva del trabajo, el cambio que ocasiona ese desarrollo en la composición orgánica del capital, no sólo corren parejas con el progreso de la acumulación o el incremento de la riqueza social. Avanzan con una rapidez incomparablemente mayor, puesto que la acumulación simple o la expansión absoluta del capital global van acompañadas por la concentración gg de sus elementos individuales, y el trastocamiento tecnológico hh del pluscapital ii por el trastocamiento tecnológico hh del capital original. Al progresar la acumulación, pues, se altera la relación que existe entre la parte constante del capital y la parte variable; si al principio era de 1 : 1, ahora pasa a ser de 2 : 1, 3 : 1, 4 : 1, 5 : 1, 7 : 1, etc., de tal suerte que al acrecentarse el capital, en vez de convertirse 1/2 de su valor total en fuerza de trabajo, se convierte progresivamente sólo 1/3, 1/4, 1/5, 1/6, 1/8, etc., convirtiéndose en cambio 2/3, 3/4, 4/5, 5/6, 7/8, etc., en medios de producción. Como la demanda de trabajo no está determinada por el volumen del capital global, sino por el de su parte constitutiva variable, ésta decrece progresivamente a medida que se acrecienta el capital global, en vez de aumentar proporcionalmente al incremento de éste, tal como antes suponíamos. Esa demanda disminuye con relación a la magnitud del capital global, y en progresión acelerada con respecto al incremento de dicha magnitud. Al incrementarse el capital global, en efecto, aumenta también su parte constitutiva variable, o sea la fuerza de trabajo que se incorpora, pero en proporción constantemente decreciente. Los intervalos en los que la acumulación opera como mero ensanchamiento de la producción sobre una base técnica dada, se acortan. Para absorber un número adicional de obreros de una magnitud dada, o incluso a causa de la metamorfosis constante del capital antiguo para mantener ocupados a los que ya estaban en funciones, no sólo se requiere una acumulación del capital global acelerada en progresión creciente; esta acumulación y concentración gg crecientes, a su vez, se [784] convierten en fuente de nuevos cambios en la composición del capital o promueven la disminución nuevamente acelerada de su parte constitutiva variable con respecto a la parte constante. Esa disminución relativa de su parte constitutiva variable, acelerada con el crecimiento del capital global y acelerada en proporción mayor que el propio crecimiento de éste, aparece por otra parte, a la inversa, como un incremento absoluto de la población obrera que siempre es más rápido que el del capital variable o que el de los medios que permiten ocupar a aquélla. La acumulación capitalista produce de manera constante, antes bien, y precisamente en proporción a su energía y a su volumen, una población obrera relativamente excedentaria, esto es, excesiva para las necesidades medias de valorización del capital y por tanto superflua.
Si nos atenemos al capital global social, ora el movimiento de su acumulación provoca un cambio periódico, ora sus elementos se distribuyen simultáneamente entre las diversas esferas de la producción. En algunas de esas esferas, a causa de la mera concentración jj se opera un cambio en la composición del capital sin que se acreciente la magnitud absoluta del mismo, en otras, el incremento absoluto del capital está vinculado al decrecimiento absoluto de su parte constitutiva variable o de la fuerza de trabajo absorbida por la misma; en otras, ora el capital continúa acrecentándose sobre su base técnica dada y atrae fuerza de trabajo suplementaria en proporción a su propio crecimiento, ora se opera un cambio orgánico y se contrae su parte constitutiva variable; en todas las esferas, el incremento de la parte variable del capital, y por tanto del número de obreros ocupados, está ligado siempre a violentas fluctuaciones y a la producción transitoria de una sobrepoblación, ya adopte ésta la forma más notoria de la repulsión de obreros ocupados anteriormente o la forma no tan evidente, pero no menos eficaz, de una absorción más dificultosa de la población obrera suplementaria a través de los canales habituales [19] Total de las personas ocupadas en la agricultura (incluidos los propietarios, arrendatarios, chacareros, pastores, etc.): 1851, 2.011.447; 1861, 1.924.110; disminución, 87.337. Manufactura de worsted [estambre]: 1851, 102.714 personas; 1861, 79.242; fabricación de seda: 1851, 111.940; 1861, 101.678; estampado de algodón: 1851, 12.098; 1861, 12.556, exiguo aumento pese a la enorme expansión de la industria, lo que significa una gran disminución proporcional en el número de los obreros ocupados. Sombrereros: 1851, 15.957; 1861, 13.814; productores de sombreros de paja y gorras: 1851, 20.393; 1861, 18.176. Cerveceros: 1851, 10.566; 1861, 10.677. Productores de velas: 1851, 4.949; 1861, 4.686. Esta reducción obedece, entre otros factores, al incremento experimentado por el alumbrado de gas. Productores de peines: 1851, 2.038; 1861, 1.478. Aserradores de madera: 1851, 30.552; 1861, 31.647, pequeño aumento a consecuencia del auge de las sierras mecánicas. Productores de clavos: 1851, 26.940; 1861, 26.130, mengua debida a la competencia de las máquinas. Obreros de las minas de zinc y de cobre: 1851, 31.360; 1861, 32.041. En cambio: hilanderías y tejedurías de algodón: 1851, 371.777; 1861, 456.646; minas de carbón: 1851, 183.389; 1861, 246.613. "Desde 1851, el aumento en el número de abreros es más grande, en general, en los ramos donde aún no se ha aplicada con éxito la maquinaria." ("Census of England and Wales for 1861", vol. III, Londres, 1863, pp. 35-39.). Con la magnitud del [785] capital social ya en funciones y el grado de su incremento, con la expansión de la escala de producción y de la masa de los obreros puestos en movimiento, con el desarrollo de la fuerza productiva de su trabajo, con la fluencia más caudalosa y plena de todos los manantiales de la riqueza, se amplía también la escala en que una mayor atracción de los obreros por el capital está ligada a una mayor repulsión de los mismos, aumenta la velocidad de los cambios en la composición orgánica del capital y en su forma técnica y se dilata el ámbito de las esferas de producción en las que el capital, ora simultánea, ora alternativamente, hace presa. La población obrera, pues, con la acumulación del capital producida por ella misma, produce en volumen creciente los medios que permiten convertirla en relativamente supernumeraria 20 kk En la 4ª edición se agrega antes de la cita: "Algunos economistas eminentes de la escuela clásica presintieron, más que comprendieron, la ley acerca de la reducción progresiva de la magnitud relativa del capital variable y los efectos de dicha ley sobre la situación de la clase asalariada. El mérito mayor carresponde aquí a John Barton, aunque confunda, al igual que todos sus colegas, el capital constante con el fijo, el variable con el circulante. Dice Barton:".... Es esta una ley de población que [786] es peculiar al modo de producción capitalista, ya que de hecho todo modo de producción histórico particular tiene sus leyes de población particulares, históricamente válidas. Una ley abstracta de población sólo rige, mientras el hombre no interfiere históricamente en esos dominios, en el caso de las plantas y los animales.
Pero si una sobrepoblación obrera es el producto necesario de la acumulación o del desarrollo de la riqueza sobre una base capitalista, esta sobrepoblación se convierte, a su vez, en palanca de la acumulación capitalista, e incluso en condición de existencia del modo capitalista de producción. Constituye un ejército industrial de reserva a disposición del capital, que le pertenece a éste tan absolutamente como si lo hubiera criado a sus expensas. Esa sobrepoblación crea, para las variables necesidades de valorización del capital, el material humano explotable y siempre disponible, independientemente de los límites del [787] aumento real experimentado por la población. Con la acumulación y el consiguiente desarrollo de la fuerza productiva del trabajo se acrecienta la súbita fuerza expansiva del capital, y no sólo porque aumenta la elasticidad del capital en funciones y la riqueza absoluta, de la cual el capital no constituye más que una parte elástica; no sólo porque el crédito, bajo todo tipo de estímulos particulares y en un abrir y cerrar de ojos, pone a disposición de la producción una parte extraordinaria de esa riqueza, en calidad de pluscapital, sino porque las condiciones técnicas del proceso mismo de producción, la maquinaria, los medios de transporte, etc., posibilitan, en la mayor escala, la más rápida transformación de plusproducto en medios de producción suplementarios. La masa de la riqueza social, pletórica y transformable en pluscapital gracias al progreso de la acumulación, se precipita frenéticamente sobre todos los viejos ramos de la producción cuyo mercado se amplía de manera súbita, o sobre ramos recién inaugurados como los ferrocarriles, etc. cuya necesidad dimana del desarrollo de los antiguos. En todos los casos de esta índole es necesario que se pueda volcar súbitamente grandes masas humanas en los puntos decisivos, sin que con ello se rebaje la escala alcanzada por la producción en otras esferas. La sobrepoblación proporciona esas masas. El curso vital característico de la industria moderna, la forma de un ciclo decenal interrumpido por oscilaciones menores de períodos de animación media, producción a toda marcha, crisis y estancamiento, se funda sobre la formación constante, sobre la absorción mayor o menor y la reconstitución, del ejército industrial de reserva o sobrepoblación. A su vez, las alternativas del ciclo industrial reclutan la sobrepoblación y se convierten en uno de sus agentes de reproducción más activos. Este curso vital, peculiar de la industria moderna y desconocido en todas las épocas anteriores de la humanidad, era imposible también durante la infancia de la producción capitalista. La composición del capital sólo se modificaba muy gradualmente. Con l acumulación de éste guardaba correspondencia, en líneas generales, un crecimiento proporcional de la demanda de trabajo. Por lento que fuera el progreso de esa acumulación, comparado con el de la época moderna, dicho avance tropezaba con las barreras naturales de la población obrera explotable, barreras que sólo era posible remover por los [788] medios violentos que mencionaremos más adelante. La expansión súbita e intermitente de la escala de producción es el supuesto de su contracción súbita; esta última, a su vez, provoca la primera, pero la primera es imposible si no existe el material humano disponible, si en el número de los obreros no se produce un aumento independiente del crecimiento absoluto de la población. Dicho aumento se genera mediante el simple proceso que "libera" constantemente una parte de los obreros, aplicando métodos que reducen, en comparación con la producción acrecentada, el número de los obreros ocupados. Toda la forma de movimiento de la industria moderna deriva, pues, de la transformación constante de una parte de la población obrera en brazos desocupados o semiocupados. La superficialidad de la economía política se pone de manifiesto, entre otras cosas, en el hecho de que convierte a la expansión y contracción del crédito, mero síntoma de los períodos alternos del ciclo industrial, en causa de éstos. Así como los cuerpos celestes, una vez arrojados a un movimiento determinado, lo repiten siempre, la producción social hace otro tanto no bien es lanzada a ese movimiento de expansión y contracción alternadas. Los efectos, a su vez, se convierten en causas, y las alternativas de todo el proceso, que reproduce siempre sus propias condiciones, adoptan la forma de la periodicidad ll. Una vez consolidada esta forma, hasta la economía política comprende que producir una población excedentaria relativa, esto es, excedentaria [789] respecto a la necesidad media de valorización del capital, es una condición vital de la industria moderna.
"Supongamos", dice Herman Merivale, ex profesor de economía política en Oxford y funcionario luego del Ministerio de Colonias inglés, "supongamos que en ocasión de alguna de esas crisis la nación hiciera un gran esfuerzo para desembarazarse, mediante la emigración, de varios cientos de miles de brazos superfluos; ¿cuál sería la consecuencia? Que en la primera reanimación de la demanda de trabajo se produciría un déficit. Por rápida que sea la reproducción de los hombres, en todo caso se requeriría el intervalo de una generación para remplazar la pérdida de los obreros adultos. Ahora bien, las ganacias de nuestros fabricantes dependen principalmente de la posibilidad de aprovechar los momentos favorables, cuando la demanda es intensa y es posible resarcirse de los períodos de paralización. Esta posibilidad sólo se la asegura la facultad de disponer de la maquinaria y el trabajo manual. Es necesario que los fabricantes encuentren brazos disponibles; es necesario que estén en condiciones de redoblar o reducir la intensidad de las operaciones ejecutadas por los mismos, según lo requiera la situación dol mercado; en caso contrario, será absolutamente imposible que mantengan la preponderancia en la encarnizada lucha competitiva sobre la que se funda la riqueza de este país" [21]. El propio Malthus reconoce como necesidad de la industria moderna la sobrepoblación, que él, con su espíritu limitado, hace derivar de un acrecentamiento excesivo absoluto de la población obrera y no de la conversión de la misma en relativamente supernumeraria. Dice este autor: "Si ciertos hábitos prudentes en lo que respecta al matrimonio, son cultivados con exceso por la clase obrera de un país que primordialmente vive de la manufactura y el comercio, ello podría perjudicarlo... Conforme a la naturaleza de la población, no es posible suministrar al mercado una nueva generación de obreros a consecuencia de una demanda particular mientras no transcurran 16 ó 18 años, y la transformación de rédito en capital por el ahorro puede ocurrir de manera muchísimo más rápida; un país está expuesto siempre a que su fondo de trabajo se [790] acreciente con mayor rapidez que la población" [22]. Luego de declarar, de esta suerte, que la producción constante de una sobrepoblación relativa de obreros constituye una necesidad de la acumulación capitalista, la economía política, adoptando muy adecuadamente la figura de una apergaminada solterona, pone en boca del "beau idéal" [hermoso ideal] de su capitalista las siguientes palabras dedicadas a esos "supernumerarios" cuya propia creación de pluscapital ha dejado en la calle. "Los fabricantes hacemos por vosotros lo que podemos, al aumentar el capital del que tenéis necesidad para subsistir, y vosotros debéis hacer el resto, ajustando vuestro número a los medios de subsistencia" [23].
A la producción capitalista no le basta, de ninguna manera, la cantidad de fuerza de trabajo disponible que le suministra el incremento natural de la población. Para poder desenvolverse libremente, requiere un ejército industrial de reserva que no dependa de esa barrera natural.
Hasta aquí habíamos supuesto que el aumento o la mengua del capital variable correspondía exactamente al aumento o la mengua del número de obreros ocupados.
No obstante, aunque el número de los obreros de que dispone no varíe, e incluso aunque disminuya, el capital variable se acrecienta cuando el obrero individual suministra más trabajo y cuando, por tanto, aumenta su salario aunque el precio del trabajo no varíe, o incluso si este precio disminuye pero más lentamente de lo que aumenta la masa de trabajo. El incremento del capital variable se convierte entonces en un índice de más trabajo, pero no de [791] más obreros ocupados. A todo capitalista le interesa, de manera absoluta, arrancar una cantidad determinada de trabajo de un número menor de obreros, en vez de extraerla, con la misma baratura e incluso a un precio más conveniente, de un número mayor. En el último caso la inversión de capital constante aumenta proporcionalmente a la masa del trabajo puesto en movimiento; en el primer caso, aumenta con lentitud mucho mayor. Cuanto más amplia sea la escala de la producción, tanto más determinante será ese motivo. Su peso se acrecienta con la acumulación del capital.
Hemos visto que el desarrollo del modo capitalista de producción y de la fuerza productiva del trabajo causa y efecto, a la vez, de la acumulación permite que el capitalista, con la misma inversión de capital variable, ponga en movimiento más trabajo gracias a una explotación mayor en extensión o en intensidad de las fuerzas de trabajo individuales. Hemos visto, además, que con el mismo valor de capital adquiere más fuerzas de trabajo, puesto que progresivamente sustituye los obreros más diestros por los menos diestros, los experimentados pr los inexperimentados, los varones por las mujeres, la fuerza de trabajo adulta por la adolescente o infantil mm.
De una parte, pues, y a medida que progresa la acumulación, un capital variable mayor moviliza más trabajo sin necesidad de contratar más obreros; de otra parte, capital variable de la misma magnitud pone en movimiento más trabajo con la misma masa de fuerza de trabajo, y por último, pone en acción más fuerzas de trabajo inferiores mediante el desplazamiento de las superiores.
Por consiguiente, la producción de una sobrepoblación relativa, o sea la liberación de obreros, avanza con mayor rapidez aun que el trastocamiento tecnológico nn del proceso de producción trastocamiento acelerado de por sí con el progreso de la acumulación y la consiguiente reducción proporcional de la parte variable del capital con respecto a la parte constante. Si bien los medios de producción, a medida que se acrecientan su volumen y eficacia pierden importancia como medios de ocupación de los obreros, esta relación misma se modifica a su vez por el hecho de [792] que en la medida en que crece la fuerza productiva del trabajo, el capital incrementa más rápidamente su oferta de trabajo que su demanda de obreros. El trabajo excesivo de la parte ocupada de la clase obrera engruesa las filas de su reserva, y, a la inversa, la presión redoblada que esta última, con su competencia, ejerce sobre el sector ocupado de la clase obrera, obliga a éste a trabajar excesivamente y a someterse a los dictados del capital. La condena de una parte de la clase obrera al ocio forzoso mediante el exceso de trabajo impuesto a la otra parte, y viceversa, se convierte en medio de enriquecimiento del capitalista singular [24] y, a la vez, acelera la producción del ejército industrial de reserva en una escala acorde con el progreso de la acumulación social. La importancia [793] de este factor en la formación de la sobrepoblación relativa lo demuestra, por ejemplo, el caso de Inglaterra. Sus medios técnicos para el "ahorro" de trabajo son colosales. Sin embargo, si mañana se redujera el trabajo, de manera general, a una medida racional y se lo graduara conforme a las diversas capas de la clase obrera, según edad y sexo, la población trabajadora existente resultaría absolutamente insuficiente para llevar adelante la producción nacional en la escala actual. Sería necesario transformar en "productivos" la gran mayoría de los trabajadores hoy "improductivos".
En todo y por todo, los movimientos generales del salario están regulados exclusivamente por la expansión y contracción del ejército industrial de reserva, las cuales se rigen, a su vez, por la alternación de períodos que se opera en el ciclo industrial. Esos movimientos no se determinan, pues, por el movimiento del número absoluto de la población obrera, sino por la proporción variable en que la clase obrera se divide en ejército activo y ejército de reserva, por el aumento y la mengua del volumen relativo de la sobrepoblación, por el grado en que ésta es ora absorbida, ora puesta en libertad. Para la industria moderna, realmente, con su ciclo decenal y sus fases periódicas que, además, a medida que progresa la acumulación se entrecruzan con oscilaciones irregulares en sucesión cada vez más rápida [exclamdown]sería una bonita ley la que no regulara la oferta y la demanda de trabajo por la expansión y contracción del capital, o sea por sus necesidades ocasionales de valorización, de tal manera que el mercado de trabajo aparezca relativamente semivacío cuando el capital se expande, y atestado de nuevo cuando éste se contrae, sino que, a la inversa, hiciera que el movimiento del capital dependiese del movimiento absoluto de la cantidad de población! Pero es este, sin embargo, el dogma económico. Según dicho dogma, a causa de la acumulación del capital aumenta el salario. El salario acrecentado estimula un aumento más rápido de la población obrera, aumento que prosigue hasta que el mercado de trabajo se sobresatura, o sea, hasta que el capital se vuelve insuficiente con relación a la oferta de trabajo. El salario desciende, con lo que se da el reverso de la medalla. La rebaja salarial diezma poco a poco a la población obrera, de tal manera que respecto a ésta el capital resulta nuevamente [794] superabundante, o también, como sostienen otros expositores, el bajo nivel del salario y la consiguiente explotación redoblada del obrero aceleran a su vez la acumulación, mientras que al mismo timpo la baja del salario pone coto al crecimiento de la clase obrera. Se reconstituye así la relación en la cual la oferta de trabajo es inferior a la demanda del mismo, con lo cual aumentan los salarios, y así sucesivamente. [exclamdown]Bello método de movimiento, este, para la producción capitalista desarrollada! Antes que el alza salarial pudiera motivar cualquier aumento positivo de la población realmente apta para el trabajo, se habría vencido un sinfín de veces el plazo dentro del que debe ejecutarse la campaña industrial y librarse y decidirse la batalla.
En los distritos agrícolas ingleses tuvo lugar entre 1849 y 1859, a la par de una baja en el precio de los cereales, un alza salarial que desde el punto de vista práctico no fue más que nominal. En Wiltshire, por ejemplo, el salario semanal subió de 7 a 8 chelines, en Dorsetshire de 7 u 8 a 9 chelines, etc. Era esta una consecuencia del drenaje extraordinario de la sobrepoblación agrícola, ocasionado por la demanda bélica [25] y la expansión masiva de la red ferroviaria, de las fábricas, de la minería, etcétera. Cuanto menor sea el salario, tanto mayor será la expresión porcentual de cualquier alza del mismo, por ínfima que ésta sea. Si el salario semanal es de 20 chelines, por ejemplo, y aumenta a 22, el alza será del 10 %; si, en cambio, es sólo de 7 chelines y sube a 9, habrá aumentado en un 28 4/7 %, alza que impresiona como muy cuantiosa. Como quiera que sea, lo cierto es que los arrendatarios pusieron el grito en el cielo y hasta el "Economist" de Londres [26] parloteó con toda solemnidad de "a general and substantial advance" [un aumento general y considerable], refiriéndose a esos salarios de hambre. ¿Qué hicieron entonces los arrendatarios? ¿Esperaron hasta que los trabajadores rurales, a causa de esas remuneraciones espléndidas, se multiplicaran tanto que su salario tuviera que disminuir nuevamente, tal como ocurren las cosas en el cerebro dogmático del economista? Introdujeron más maquinaria, y en un abrir y cerrar de ojos los obreros volvieron a ser "supernumerarios", en una proporción suficiente incluso para los arrendatarios. Ahora había "más capital" invertido [795] en la agricultura que antes y bajo una forma más productiva. Con lo cual la demanda de trabajo descendió no sólo relativamente, sino también en términos absolutos.
Esa ficción económica confunde las leyes que regulan el movimiento general del salario, o sea la relación entre la clase obrera oo y el capital global social, con las leyes que distribuyen la población obrera entre las esferas particulares de la producción. Por ejemplo, si a consecuencia de una coyuntura favorable se vuelve particularmente intensa la acumulación en una esfera determinada de la producción, si las ganancias superan a la ganancia media y afluye capital suplementario a esa esfera, es natural que aumenten la demanda de trabajo y el salario. Ese salario más elevado atraerá una parte mayor de la población obrera a la esfera favorecida hasta que ésta quede saturada de fuerza de trabajo, con lo cual el salario, a la larga, volverá a caer a su nivel medio anterior, o descenderá por debajo del mismo en caso que la afluencia haya sido excesiva pp. El economista cree ver aquí "dónde y cómo" un aumento del salario genera un aumento absoluto de obreros, y este último aumento una reducción del salario, pero en realidad no ve más que la oscilación local del mercado de trabajo en una esfera particular de la producción; ve solamente fenómenos de la distribución de la población obrera entre las diversas esferas de inversión del capital, con arreglo a las necesidades variables que éste experimenta.
Durante los períodos de estancamiento y de prosperidad media, el ejército industrial de reserva o sobrepoblación relativa qq ejerce presión sobre el ejército obrero activo, y pone coto a sus exigencias durante los períodos de sobreproducción y de paroxismo. La sobrepoblación relativa, pues, es el trasfondo sobre el que se mueve la ley de la oferta y la demanda de trabajo. Comprime el campo de acción de esta ley dentro de los límites que convienen de manera absoluta al ansia de explotación y el afán de poder del capital. Es esta la ocasión de volver sobre una [796] de las proezas efectuadas por la apologética económica. El lector recordará que cuando un fragmento de capital variable, gracias a la introducción de maquinaria nueva o la extensión de la antigua, se transforma en constante, el apologista económico interpreta esta operación, que "sujeta" capital y precisamente por ello "libera" obreros, como si, a la inversa, liberara capital para los obreros. Tan solo ahora se puede valorar cabalmente la desvergüenza del apologista. Quienes son puestos en libertad no son sólo los obreros desplazados directamente por la máquina, sino asimismo sus suplentes y el contingente suplementario que, durante la expansión habitual del negocio sobre su base antigua, era absorbido de manera regular. No se libera capital viejo para los obreros, sino que se libera a obreros para un posible capital "suplementario" rr. Es decir que el mecanismo de la producción capitalista vela para que el incremento absoluto de capital no se vea acompañado de un aumento consecutivo en la demanda general de trabajo. [exclamdown]Y el apologista llama a esto compensación por la miseria, los padecimientos y la posible muerte de los obreros desplazados durante el período de transición que los relega al ejército industrial de reserva! La demanda de trabajo no es idéntica al crecimiento del capital, la oferta de trabajo no se identifica con el aumento de la clase obrera, como si se tratara de dos potencias independientes que se influyen recíprocamente. Les dés sont pipés [los dados están cargados]. El capital opera en ambos lados a la vez. Si por un lado su acumulación aumenta la demanda de trabajo, por el otro acrecienta la oferta de obreros mediante su "puesta en libertad", mientras que a la vez [797] la presión de los desocupados obliga a los ocupados a poner en movimiento más trabajo, haciendo así, por ende, que hasta cierto punto la oferta de trabajo sea independiente de la oferta de obreros. El movimiento de la ley de la oferta y la demanda de trabajo completa, sobre esta base, el despotismo del capital. No bien los obreros descifran, por tanto, el misterio de cómo en la misma medida en que trabajan más producen más riqueza ajena, de cómo la fuerza productiva de su trabajo aumenta mientras que su función como medios de valorización del capital se vuelve cada vez más precaria para ellos, no bien descubren que el grado de intensidad alcanzado por la competencia entre ellos mismos depende enteramente de la presión ejercida por la sobrepoblación relativa, no bien, por tanto, procuran organizar, mediante trades' unions, etc. una cooperación planificada entre los ocupados y los desocupados para anular o paliar las consecuencias ruinosas que esa ley natural de la producción capitalista trae aparejadas para su clase, el capital y su sicofante, el economista, claman airados contra esa violación de la ley "eterna", y por así decirlo "sagrada", de la oferta y la demanda. Toda solidaridad entre los ocupados ylos desocupados perturba, en efecto, el "libre" juego de esa ley. Por otra parte, no bien en las colonias, por ejemplo, se dan circunstancias adversas que impiden la creación del ejército industrial de reserva, menoscabando así la dependencia absoluta de la clase obrera respecto de la clase capitalista, el capital, junto a su Sancho Panza esgrimidor de lugares comunes, se declara en rebeldía contra la "sagrada" ley de la oferta y la demanda y procura encauzarla con la ayuda de medios coercitivos.
4. Diversas formas de existencia de la sobrepoblación
relativa. La ley general de la acumulación capitalista
La sobrepoblación relativa existe en todos los matices posibles. Todo obrero la integra durante el período en que está semiocupado o desocupado por completo. Para no entrar aquí en detalles, nos limitaremos a unas pocas [798] indicaciones generales ss. Prescindiendo de las diferencias formales periódicas de la sobrepoblación en el cambio de fases propio del ciclo industrial, en el cual aquélla se manifiesta tt ora de manera aguda en las crisis, ora crónicamente en los períodos de negocios flojos, la sobrepoblación relativa adopta continuamente tres formas: la fluctuante, la latente y la estancada.
Hemos visto cómo a los obreros fabriles ora se los repele uu, ora se los atrae nuevamente y en mayor volumen, de tal modo que en líneas generales el número de los obreros ocupados aumenta, aunque siempre en proporción decreciente con respecto a la escala de la producción. La sobrepoblación existe aquí bajo la forma fluctuante. Nos limitamos a llamar la atención con respecto a dos circunstancias. Tanto en las fábricas propiamente dichas como en todos los grandes talleres en que la maquinaria constituye un factor, o donde, por lo menos, se aplica la división moderna del trabajo, se requiere una gran masa de obreros varones que no hayan dejado atrás la edad juvenil, posteriormente, sólo es posible utilizar en el mismo ramo un número muy exiguo, por lo cual regularmente se arroja a la calle a una gran cantidad vv. Ese sector constituye un elemento de la sobrepoblación fluctuante, que se acrecienta a medida que aumenta el volumen de la industria. Una parte de esos obreros emigra; en realidad, no hace más que seguir los pasos del capital emigrante. Una de las consecuencias es que la población femenina crece más rápidamente que la masculina; teste [testigo], Inglaterra. Que el incremento natural de la población ww obrera no satisfaga las necesidades de acumulación del capital y que, por otra parte, sea demasiado grande para [799] su absorción xx, es una contradicción inherente al movimiento mismo del capital. Éste requiere masas mayores de obreros en edad juvenil, y una masa menor de obreros varones adultos. La contradicción no es más flagrante que otra: la de que se formulen quejas sobre la falta de brazos en los mismos momentos en que muchos miles se encuentran en la calle porque la división del trabajo los encadena a determinado ramo de la industria [27]. Debido al rápido consumo de la fuerza de trabajo por el capital, en la mayor parte de los casos el obrero de edad mediana es ya un hombre desgastado y caduco yy. Pasa a Integrar las filas de la sobrepoblación zz, o bien desciende de categoría, mientras el capital lo remplaza por fuerza de trabajo nueva. El crecimiento absoluto de la clase obrera requiere, de esta suerte aaa 85bis Discurso inaugural de la conferencia sanitaria celebrada en Birmingham el 14 de enero de 1875, pronunciado por Joseph Chamberlain, entonces alcalde de la ciudad y actualmente (1883) ministro de comercio., una forma que incremente su [800] número aunque sus elementos se desgasten rápidamente. Se hace necesario bbb, en consecuencia, un rápido relevo de las generaciones obreras. (Esta misma ley no rige en el caso de las demás clases de la población). Ello se logra ccc con la ayuda de matrimonios tempranos, consecuencia necesaria de las condiciones en que viven los obreros de la gran industria, y gracias a la prima que la explotación de los niños obreros significa para la producción de los mismos.
No bien la producción capitalista se apodera de la agricultura, o según el grado en que se haya adueñado de la misma, la demanda de población obrera rural decrece en términos absolutos a medida que aumenta la acumulación del capital que está en funciones en esta esfera, sin que la repulsión de esos obreros como ocurre en el caso de la industria no agrícola se complemente con una mayor atracción. Una parte de la población rural, por consiguiente, se encuentra siempre en vías de metamorfosearse en población urbana o manufacturera ddd. (Manufacturero se usa aquí en el sentido de todo lo referente a la industria no agrícola.) [28] Esta fuente de la sobrepoblación relativa fluye, pues, constantemente. Pero su flujo constante eee [801] presupone la existencia, en el propio campo, de una sobrepoblación constantemente latente, cuyo volumen sólo se vuelve visible cuando los canales de desagüe quedan, por excepción, abiertos en toda su amplitud. De ahí que al obrero rural se lo reduzca al salario mínimo y que esté siempre con un pie hundido en el pantano del pauperismo.
La sobrepoblación estancada constituye una parte del ejército obrero activo, pero su ocupación es absolutamente irregular, de tal modo que el capital tiene aquí a su disposición una masa extraordinaria de fuerza de trabajo latente fff. Sus condiciones de vida descienden por debajo del nivel medio normal de la clase obrera y es esto, precisamente, lo que convierte a esa categoría en base amplia para ciertos ramos de explotación del capital. El máximo de tiempo de trabajo y el mínimo de salario la caracterizan. Hemos entrado ya en conocimiento de su figura principal bajo el rubro de la industria domiciliaria. Recluta incesantemente sus integrantes entre los supernumerarios de la gran industria y de la agricultura, y en especial también en los ramos industriales en decadencia, en los cuales el artesanado sucumbe ante la industria manufacturera y esta última ante la industria maquinizada. Su volumen se amplía a medida que avanza, con el volumen y la intensidad de la acumulación, la transformación en "supernumerarios". Pero esta categoría constituye al mismo tiempo un elemento de la clase obrera que se reproduce y se perpetúa a sí mismo, y al que cabe una parte proporcionalmente mayor en el crecimiento global de dicha clase que a los demás elementos. De hecho, no sólo la masa de los nacimientos y defunciones, sino la magnitud absoluta de las familias está en razón inversa al monto del salario, y por tanto a la masa de medios de subsistencia de que disponen las diversas categorías de obreros. Esta ley de la sociedad capitalista parecería absurda entre los salvajes, e incluso entre los habitantes civilizados de las colonias. Esa ley recuerda la reproducción masiva de especies [802] animales individualmente débiles y perseguidas con encarnizamiento [29] 30.
El sedimento más bajo de la sobrepoblación relativa se aloja, finalmente, en la esfera del pauperismo. Se compone prescindimos aquí de vagabundos, delincuentes, prostitutas, en suma, del lumpemproletariado propiamente dicho de tres categorías ggg. La primera la constituyen personas aptas para el trabajo. Basta con lanzar una mirada superficial sobre las estadísticas del pauperismo inglés para encontrar que su masa se engruesa con cada crisis y decrece con cada reanimación de los negocios. La segunda: huérfanos e hijos de indigentes. Son candidatos al ejército industrial de reserva y en épocas de gran prosperidad hhh, como por ejemplo en 1860, se los alista rápida y masivamente en el ejército obrero activo. La tercera: personas degradadas, encanallecidas, incapacitadas de trabajar. Se trata, en especial, de obreros iii que sucumben por la falta de movilidad a que los condena la división del trabajo, de personas que viven más allá de la edad normal de un obrero, y por último de las víctimas de la industria, cuyo número se acrecienta con la maquinaria peligrosa, la expansión de la minería, de las fábricas químicas, etc.: mutilados, enfermos crónicos, viudas, etc. El pauperismo constituye el hospicio de inválidos del ejército obrero activo y el peso muerto del ejército industrial de reserva. Su producción [803] está comprendida en la producción de la pluspoblación jjj, su necesidad en la necesidad de ésta, conformando con la misma una condición de existencia de la producción capitalista y del desarrollo de la riqueza. Figura entre los faux frais [gastos varios] de la producción capitalista, gastos que en su mayor parte, no obstante, el capital se las ingenia para sacárselos de encima y echarlos sobre los hombros de la clase obrera y de la pequeña clase media.
Cuanto mayores sean la riqueza social, el capital en funciones, el volumen y vigor de su crecimiento y por tanto, también, la magnitud absoluta de la población obrera kkk y la fuerza productiva de su trabajo, tanto mayor será la pluspoblación relativa o ejército industrial de reserva lll. La fuerza de trabajo disponible se desarrolla por las mismas causas que la fuerza expansiva del capital. La magnitud proporcional del ejército industrial de reserva, pues, se acrecienta a la par de las potencias de la riqueza. Pero cuanto mayor sea este ejército de reserva en proporción al ejército obrero activo, tanto mayor será la masa de la pluspoblación consolidada o las capas obreras mmm cuya miseria está en razón inversa a la tortura de su trabajo. Cuanto mayores sean, finalmente, las capas de la clase obrera formadas por menesterosos enfermizos y el ejército industrial de reserva, tanto mayor será el pauperismo oficial. Esta es la ley general, absoluta, de la acumulación capitalista. En su aplicación, al igual que todas las demás leyes, se ve modificada por múltiples circunstancias, cuyo análisis no corresponde efectuar aquí.
Se comprende así cuán insensata es la sabiduría económica que predica a los obreros la necesidad de adecuar su número a las necesidades de valorización del capital. El mecanismo de la producción y acumulación capitalistas adecua constantemente ese número a estas necesidades de valorización. La primera palabra de tal adaptación es la creación de una sobrepoblación relativa o ejército industrial [804] de reserva; la última palabra, la miseria de capas cada vez más amplias del ejército obrero activo y el peso muerto del pauperismo.
La ley según la cual el desarrollo de la fuerza productiva social del trabajo reduce progresivamente, en proporción a la eficacia y la masa de sus medios de producción, la masa de fuerza de trabajo que es necesario gastar nnn, se expresa en el terreno capitalista donde no es el trabajador el que emplea los medios de trabajo, sino éstos al trabajador de la siguiente manera: cuanto mayor sea la fuerza productiva del trabajo, tanto mayor será la presión de los obreros sobre sus medios de ocupación, y tanto más precaria, por tanto, la condición de existencia del asalariado: venta de su fuerza de trabajo ooo para aumentar la riqueza ajena o para la autovalorización del capital. El incremento de los medios de producción y de la prodactividad del trabajo a mayor velocidad que el de la población productiva se expresa, capitalistamente, en su contrario: en que la población obrera crece siempre más rápidamente que la necesidad de valorización del capital.
En la sección cuarta, cuando analizábamos la producción del plusvalor relativo, veíamos que dentro del sistema capitalista todos los métodos para acrecentar la fuerza productiva social del trabajo se aplican a expensas del obrero individual; todos los métodos para desarrollar la producción se trastruecan en medios de dominación y explotación del productor, mutilan al obrero convirtiéndolo en un hombre fraccionado, lo degradan a la condición de apéndice de la máquina, mediante la tortura del trabajo ppp aniquilan el contenido de éste, le enajenan al obrero las potencias espirituales del proceso laboral en la misma medida en que a dicho proceso se incorpora la ciencia como potencia autónoma, vuelven constantemente anormales qqq las condiciones bajo las cuales trabaja, lo someten [805] durante el proceso de trabajo al más mezquino y odioso de los despotismos, transforman el tiempo de su vida en tiempo de trabajo, arrojan su mujer y su prole bajo la rueda de Zhaganat [31] del capital. Pero todos los métodos para la producción del plusvalor son a la vez métodos de la acumulación, y toda expansión de ésta se convierte, a su vez, en medio para el desarrollo de aquellos métodos. De esto se sigue que a medida que se acumula el capital, empeora rrr la situación del obrero, sea cual fuere sss su remuneración. La ley, finalmente, que mantiene un equilibrio constante entre la sobrepoblación relativa o ejército industrial de reserva y el volumen e intensidad de la acumulación, encadena el obrero al capital con grillos más firmes que las cuñas con que Hefesto aseguró a Prometeo en la roca. Esta ley produce una acumulación de miseria proporcionada a la acumulación de capital. La acumulación de riqueza en un polo es al propio tiempo, pues, acumulación de miseria, tormentos de trabajo, esclavitud, ignorancia, embrutecimiento y degradación moral en el polo opuesto, esto es, donde se halla la clase que produce su propio producto como capital.
Los economistas han expuesto de maneras diversas ese carácter antagónico de la acumulación capitalista [32], aunque lo confundan con fenómenos en parte análogos, sin duda, pero esencialmente diferentes, que se dan en modos de producción precapitalistas.
El monje veneciano Ortes, uno de los grandes escritores económicos del siglo XVIII, concibe el antagonismo de la producción capitalista como ley natural y universal de la riqueza social: "El bien económico y el mal económico [806] se equilibran siempre en una nación (el bene ed il male economico in una nazione [sono] sempre all' istessa misura); la abundancia de bienes para algunos iguala siempre a la falta de los mismos para otros (la copia dei beni in alcuni sempre eguale alla mancanza di essi in altri). [...] La gran riqueza de algunos está siempre acompañada de la privación absoluta de lo necesario en otros muchos [...]" [33]. La riqueza de una nación corresponde a su población, y su miseria corresponde a su riqueza. La laboriosidad de algunos exige el ocio de otros. Los pobres y los ociosos son un fruto necesario de los ricos y los activos ttt 34, etc. Unos diez años después de Ortes, el cura Townsend, de la Alta Iglesia protestante [35], glorificó con toda insolencia la pobreza como condición necesaria de la riqueza. "La coerción legal de trabajar se ve acompañada de muchos trastornos, violencias y fragor [...], mientras que el hambre no sólo constituye una presión pacífica, silenciosa e incesante, sino que además, en su calidad de motivo más natural de la industria y del trabajo, provoca los esfuerzos más intensos." Lo esencial, entonces, es hacer permanente el hambre entre la clase obrera, y para ello vela, según Townsend, el principio de la población, particularmente activo entre los pobres. "Parece ser una ley natural que los pobres, hasta cierto punto, sean impróvidos (improvident)" (tan impróvidos, en efecto, que llegan al mundo sin una cuchara de oro en la boca), "de manera que siempre haya algunos (that there always may be some) que desempeñen los oficios más serviles, sórdidos e innobles en la comunidad. De esta suerte se aumenta el fondo de felicidad humana (the fund of human happiness), los seres más delicados (the more delicate) se ven libres de trabajos enfadosos [...] y pueden cultivar sin molestias vocaciones superiores... La ley de pobres tiende a destruir la armonía y la belleza, la simetría y el orden de ese sistema establecido [807] en el mundo por Dios y la naturaleza" [36] uuu 37. "El progreso de la riqueza social", dice Storch, "engendra esa clase útil de la sociedad... que ejerce las ocupaciones más fastidiosas, viles y repugnantes, que echa sobre sus hombros, en una palabra, todo lo que la vida tiene de desagradable y de esclavizante, proporcionando así a las otras clases el tiempo libre, la serenidad de espíritu y la dignidad convencional" (c'est bon!. [[exclamdown]bravo!]) "del carácter, etc." [38] Storch se pregunta cuál es, entonces, la ventaja que esta civilización capitalista, con su miseria y su degradación de las masas, presenta con respecto a la barbarie. Encuentra una sola respuesta: [exclamdown]la seguridad! "Gracias al progreso de la industria y de la ciencia", afirma Sismondi "todo obrero puede producir cada día mucho más de lo que requiere para su consumo. Pero al mismo tiempo, aunque su trabajo produzca la riqueza, ésta lo haría muy poco apto para trabajar si él mismo estuviera destinado a [808] consumirla" vvv 39 www En la 3ª y 4ª ediciones: "pp. 79, 80, 85".. "Las naciones pobres", dice Destutt de Tracy xxx, "son aquellas donde el pueblo se encuentra a sus anchas, y las naciones ricas aquellas donde por regla general es Pobre" [40].
Ningún período de la sociedad moderna es tan propicio para el estudio de la acumulación capitalista como el que abarca los veinte últimos años. Es como si aquélla hubiera topado con el bolso de Fortunato [41]. Pero de todos los países es nuevamente Inglaterra la que brinda el ejemplo clásico: porque ocupa el primer puesto en el mercado mundial, porque sólo aquí el modo capitalista de producción se ha desarrollado de manera plena y, finalmente, porque la introducción del reino milenario del librecambio, a partir de 1846, despojó a la economía vulgar de su último refugio. Ya en el capítulo IV yyy nos referimos suficientemente al progreso colosal de la producción, que en la segunda mitad de este período bidecenal supera con holgura al logrado en la primera.
[809] Aunque el crecimiento absoluto de la población inglesa fue, en el último medio siglo, muy considerable, el crecimiento proporcional o la tasa de incremento disminuyó de manera constante, como lo muestra la tabla siguiente, tomada del censo oficial:
1811-1821 1,533 %
1821-1831 1,446 %
1831-1841 1,326 %
1841-1851 1,216 %
1851-1861 1,141 %
Examinemos ahora, en cambio, el crecimiento de la riqueza. El punto de referencia más seguro nos lo ofrece aquí el movimiento de las ganancias, rentas de la tierra, etcétera, sujetas al impuesto a los ingresos. Entre 1853 y 1864, el incremento de las ganancias gravables (sin incluir a los arrendatarios y otros rubros) fue en Gran Bretaña de un 50,47 % (lo que equivale a una media anual de 4,58 %) [42]; el de la población, durante el mismo período, ascendió aproximadamente a un 12 %. El aumento en las rentas gravables de la tierra (sin exceptuar casas, ferrocarriles, minas, pesquerías, etc.) fue, entre 1853 y 1864, de 38 %, o sea del 3 5/12 % anual. Ese aumento se debió, en su parte mayor, a los siguientes rubros:
Excedente del in-
greso anual de Incremento
1864, respecto al Anual
de 1855
De casas 38,60 % 3,50 %
canteras 84,76 % 7,70 %
minas 68,85 % 6,26 %
fundiciones siderúrgicas 39,92 % 3,63 %
pesquerías 57,37 % 5,21 %
fábricas de gas 126,02 % 11,45 %
ferrocarriles 83,29 % 7,57 % [43]
[810]
Si los años del período de 1853 a 1864 se comparan de cuatro en cuatro, el grado de aumento de los ingresos se incrementa de manera constante. En el caso de los ingresos derivados de ganancias, por ejemplo, es del 1,73 % anual de 1853 a 1857; del 2,74 % anual de 1857 a 1861 y del 9,30 % anual en 1861-1864. En el Reino Unido, la suma total de los ingresos sujetos al impuesto respectivo ascendió en 1856 a [sterling] 307.068.898; en 1859, [sterling] 328.127.416; en 1862 a [sterling] 351.745.241, en 1863 a [sterling] 359.142.897; en 1864 a [sterling] 362.462.279, alcanzando en 1865 la suma de [sterling] 385.530.020 [44].
La acumulación de capital estuvo acompañada, al mismo tiempo, por su concentración zzz. Aunque no existía ninguna estadística agrícola oficial para Inglaterra (sí para Irlanda), diez condados la suministraron voluntariamente. Se obtuvo el resultado de que de 1851 a 1861 los predios arrendados de menos de 100 acres aaaa disminuyeron de 31.583 a 26.567, o sea que 5.016 quedaron englobados en otros mayores [45]. De 1815 a 1825 el impuesto de herencias no afectó a ningún patrimonio mobiliario de más de un millón de libras esterlinas, de 1825 a 1855, en cambio, a 8; de 1855 bbbb a junio de 1859, esto es, en cuatro años y medio, a 4 [46]. Sin embargo, el avance de la concentración cccc se apreciará de la mejor manera analizando brevemente el [811] impuesto a los ingresos en el rubro D (ganancias, excluyendo arrendatarios, etc.) correspondiente a los años 1864 y 1865. Hago notar, previamente, que los ingresos de esta procedencia pagan el income tax [impuesto a las utilidades] a partir de las [sterling] 60. En Inglaterra, Gales y Escocia estos ingresos gravables ascendieron en 1864 a [sterling] 95.844.222 y en 1865 a [sterling] 105.435.787 dddd 47, el número de los contribuyentes fue en 1864 de 308.416 personas sobre una población total de 23.891.009, y en 1865 de 332.431 personas sobre una población total de 24.127.003. El cuadro siguiente ilustra sobre la distribución de esos ingresos en los dos años mencionados:
Año que concluye el Año que concluye el
5 de abril de 1864 5 de abril de 1865 (a)
Ingresos por Ingresos por
ganancias Personas ganancias Personas
Ingresos totales [sterling] 95.844.222 308.416 [sterling] 105.435.787 332.431
De los cuales 57.028.290 22.334 64.554.297 24.075
De los cuales 36.415.225 3.619 42.535.576 4.021
De los cuales 22.809.781 822 27.555.313 973
De los cuales 8.744.762 91 11.077.238 107
a Datos del cuadro corregidos según la 4ª edición.
En 1855, en el Reino Unido se produjeron 61.453.079 toneladas de carbón por un valor de [sterling] 16.113.267; en 1864, 92.787.973 por un valor de [sterling] 23.197.968. En 1855, 3.218.154 toneladas de arrabio por un valor de [sterling] 8.045.385; en 1864, 4.767.951 toneladas por un valor de [sterling] 11.919.877. La extensión de las vías férreas explotadas en el Reino Unido ascendía en 1854 a 8.054 millas eeee, con una inversión de capital de [sterling] 286.068.794; en 1864 la extensión en millas era de 12.789 ffff y la inversión de capital de [sterling] 425.719.613. La exportación e importación total del Reino Unido ascendía en 1854 a [812] [sterling] 268.210.145, y en 1865 a [sterling] 489.923.285. La tabla siguiente muestra el movimiento de la exportación:
1846 gggg [sterling] 58.842.377
1849 63.596.052
1856 115.826.948
1860 135.842.817
1865 165.862.402
1866 190.000.000 aproximadamente hhhh 48.
Estos datos escasos permiten comprender el grito triunfal del director del Registro Civil británico: "Por rápido que haya sido el crecimiento de la población, no se ha mantenido a Ia par del progreso experimentado por Ia industria y Ia riqueza" [49]. Volvámonos ahora a los agentes directos de esta industria, a los productores de esta riqueza: la clase obrera. "Uno de los rasgos más sombríos que presenta la situación social del país", dice Gladstone, "es que mientras se registra una mengua en la capacidad popular de consumo y un aumento en las privaciones y la miseria de la clase trabajadora, al mismo tiempo se verifica una acumulación constante de riqueza en las clases superiores y un constante incremento de capital" [50] jjjj En la 4ª edición el texto de esta cita, al que sigue la referencia " "Times", 14 de febr. de 1843. "Hansard", 13 de febr.", es el siguiente: "It is one of the most melancholy features in the social state of this country that we see, beyond the possibility of denial, that while there is at this moment a decrease in the consuming powers of the people, an increase of the pressure of privations and distress; there is at the same time a constant accumulation of wealth in the upper classes, an increase in the luxuriousness of their habits, and of their means of enjoyment". [Uno de los rasgos más sombríos que distinguimos, sin que sea posible negarlo, en la situación social de este país, es que mientras en este momento se registra una mengua en la capacidad popular de consumo, un aumento en la carga de privaciones y miserias, se opera al mismo tiempo una acumulación constante de riqueza en las clases altas, un aumento en el fausto de sus hábitos y de sus medios de disfrute.]. Así hablaba [813] este untuoso ministro, en la Cámara de los Comunes, el 14 kkkk de febrero de 1843. El 16 de abril de 1863, veinte años después, en el discurso en que presentaba su presupuesto, sostuvo: "De 1842 a 1852, el ingreso tributable de este país aumentó en un 6 % ... En los 8 años que van de 1853 a 1861 se acrecentó, si partimos de la base de 1853, en un 20 %. El hecho es tan asombroso que resulta casi increíble... Ese embriagador aumento de riqueza y de poder... se restringe enteramente a las clases poseedoras, pero... pero necesariamente tiene que ser beneficioso, de manera indirecta, para la población obrera, ya que abarata los artículos de consumo general; mientras los ricos se vuelven más ricos, los pobres, en todo caso, se han vuelto menos pobres. Que se hayan modificado llll los extremos de la pobreza, es algo que no me atrevo a afirmar" [51] mmmm En la 4ª edición se agrega: ""Morning Star", 17 de abril".. [exclamdown]Qué flojo anticlímax! Si la clase obrera sigue siendo "pobre", sólo que "menos pobre" en la proporción en que produce un "embriagador aumento de riqueza y de poder" para la clase propietaria, ello significa que en términos relativos es tan pobre como antes. Si los extremos de la [814] pobreza no se han reducido, han aumentado, ya que lo han hecho los extremos de la riqueza. En lo tocante al abaratamiento de los medios de subsistencia, la estadística oficial por ejemplo los datos del "London Orphan Asylum" [Orfanato de Londres] revela que en los tres años que van de 1860 a 1862 se produjo un encarecimiento medio del 20 % en comparación con los años 1851-1853. En el trienio siguiente, 1863-1865, se registró un encarecimiento progresivo de la carne, la manteca, la leche, el azúcar, la sal, el carbón y multitud de otros medios de subsistencia imprescindibles [52]. El siguiente discurso gladstoniano del presupuesto, pronunciado el 7 de abril de 1864, es un ditirambo pindárico sobre los avances del lucro y de la felicidad popular, moderada por la "pobreza". Gladstone habla de masas que están "al borde del pauperismo", de ramos industriales "en los que no ha aumentado el salario", y resume, finalmente, la felicidad de la clase obrera en las siguientes palabras. "En nueve casos de cada diez, la vida humana es meramente una lucha por la existencia" [53] oooo Debió decir: "de Boileau". 54. El profesor Fawcett, exento de las consideraciones oficiales que ligan a Gladstone, declara rotundamente: "No niego, [815] por supuesto, que los salarios hayan aumentado" (en los últimos decenios) "con ese incremento del capital, pero esa ventaja aparente se pierde en gran medida, ya que muchos artículos de primera necesidad se encarecen de manera constante" (este autor cree que por la baja de valor de los metales preciosos). "... Los ricos se vuelven rápidamente más ricos (the rich grow rapidly richer), mientras que no se percibe ningún ascenso en el confort de las clases trabajadoras... Los obreros se convierten casi en esclavos de los comerciantes minoristas a los que deben" [55].
En las secciones sobre la "Jornada laboral" y la "Maquinaria" el lector se impuso de las condiciones bajo las cuales la clase obrera británica, durante los últimos decenios, ha producido el "embriagador aumento de riqueza y de poder" para las clases propietarias. No obstante, entonces nos ocupábamos preferentemente del obrero dentro del proceso de producción mismo. Para comprender de manera cabal la ley de la acumulación capitalista es nccesario detenernos un momento en la situación del obrero fuera de ese proceso, en sus condiciones de alimentación y vivienda. Los límites de este libro me obligan a ocuparme fundamentalmente del sector peor remunerado de los obreros industriales y agrícolas, que en conjunto constituyen la mayor parte de la clase obrera [56] pppp Nota suprimida en la 3ª y 4ª ediciones. qqqq.
[816] Pero previamente, digamos unas pocas palabras acerca del pauperismo oficial, o sea de la parte de la clase obrera que ha perdido su condición de existencia la venta de la fuerza de trabajo y vegeta gracias a los socorros públicos. El censo oficial de indigentes registraba en Inglaterra [57] rrrr Nota 107 en la 3ª y 4ª ediciones. en 1855, 851.369 personas; en 1856, 877.767; en 1865, 971.433. A causa de la escasez de algodón, alcanzó en los años de 1863 y 1864 los guarismos de 1.079.382 y 1.014.978. La crisis de 1866, que afectó con mayor rudeza a Londres, hizo que en esa sede del mercado mundial más populosa que el reino de Escocia el incremento en el número de indigentes fuera en 1866 del 19,5 % en comparación con 1865, y del 24,4 % con respecto a 1864, registrándose en los primeros meses de 1867 un aumento aun mayor en comparación con 1866. Al analizar la estadística de indigentes, cabe poner dos puntos de relieve. Por una parte, el movimiento descendente y ascendente de la masa de indigentes refleja las alternativas periódicas del ciclo industrial. Por otra parte, a medida que con la acumulación del capital se desarrollan la lucha de clases y, por consiguiente, la conciencia de sí mismos entre los obreros, las estadísticas oficiales se convierten en un índice cada vez más engañoso acerca del volumen real del pauperismo. Por ejemplo, la barbarie en el trato que se da a los pobres en torno a la cual la prensa inglesa ("Times", "Pall Mall Gazette", etc.) ha clamado tan ruidosamente durante los dos últimos años es de vieja data. Friedrich Engels comprobó en 1844 cxactamente las mismas atrocidades y exactamente las mismas vociferaciones pasajeras ssss, propias de la "literatura sensacionalista" [58]. Pero el terrible incremento de las muertes por inanición ("deaths by starvation") en Londres durante el último decenio, demuestra irrefutablemente el horror creciente que experimentan los obreros por la esclavitud del workhouse [hospicio] tttt 59, ese correccional de la miseria.
[817]
Consideremos ahora la situación de las capas mal remuneradas de la clase obrera industrial. Durante la escasez algodonera, en 1862, se encomendó al doctor Smith, del "Privy Council" [60], que efectuara una investigación acerca de las condiciones alimentarias que prevalecían entre los macilentos obreros algodoneros de Lancashire y Cheshire. Observaciones llevadas a cabo durante largos años lo habían llevado a la conclusión de que, "para evitar las enfermedades causadas por el hambre (starvation diseases)", el alimento diario de una mujer media debía contener por lo menos 3.900 granos uuuu de carbono y 180 granos vvvv de nitrógeno, y el de un hombre medio, por lo menos 4.300 granos wwww de carbono y 200 xxxx de nitrógeno. En el caso de las mujeres, el alimento diario debía encerrar aproximadamente tantas sustancias nutritivas como dos libras yyyy de buen pan de trigo; en el de los hombres, 1/9 más. El alimento medio semanal de los adultos de uno u otro sexo debía contener cuando menos 28.600 granos zzzz de carbono y 1.330 aaaaa de nitrógeno. Sus cálculos se vieron confirmados en la práctica, de manera asombrosa, ya que coincidían con la exigua cantidad de alimento a que su calamitosa situación había reducido el consumo de los obreros algodoneros. En diciembre de 1862 los mismos ingerían 29.211 granos bbbbb de carbono y 1.295 ccccc de nitrógeno por semana.
En 1863, el "Privy Council" dispuso que se efectuara una investigación sobre el estado de miseria en que se [818] encontraba el sector peor alimentado de la clase obrera inglesa. El doctor Simon, funcionario médico del "Privy Council", escogió para esa tarea al ya citado doctor Smith. Su investigación se extiende por un lado a los obreros agrícolas; por otro a los tejedores de seda, costureras, guanteros en cuero, calceteros, tejedores de guantes y zapateros. Las últimas categorías, si exceptuamos a los calceteros, son exclusivamente urbanas. Como norma de la investigación, se estableció la de elegir en cada categoría las familias más sanas y que se encontraran en condiciones relativamente mejores.
El resultado general fue que "sólo en una de las clases de obreros urbanos investigadas la ingestión de nitrógeno excedía levemente de la medida mínima absoluta por debajo de la cual se originan enfermedades debidas al hambre; que en dos clases había una deficiencia (y en una de ellas una deficiencia muy considerable) tanto de alimentación nitrogenada como de la consistente en carbono; que de las familias campesinas investigadas más de un quinto ingería menos de la cantidad indispensable de alimentos que contiencn carbono, más de un tercio menos de la cantidad indispensable de alimentos nitrogenados y que en tres condados (Berkshire, Oxfordshire y Somersetshire) prcvalecía, término medio, una deficiencia con respecto al mínimo de la alimentación nitrogenada" [61]. Entre los obreros agrícolas eran los de Inglaterra la región mas rica del Reino Unido , los peor alimentados" [62]. Entre los obreros rurales la desnutrición era más aguda en el caso de las mujeres y niños, porque "el hombre tiene que comer para poder efectuar su trabajo". Deficiencias aun peores castigaban a las categorías de obreros urbanos investigadas. "Están tan desnutridos que tienen que darse muchos casos de atroz privación" ([exclamdown]"renunciamiento" del capitalista es todo esto!, [exclamdown]renunciamiento a pagar los medios de subsistencia indispensables para que su mano de obra se reduzca meramente a vegetar!), "nociva para la salud" [63].
El cuadro siguiente muestra la relación entre la situación alimentaria de las categorías obreras puramente urbanas [819] mencionadas más arriba y la medida mínima supuesta por el doctor Smith, por una parte, y por otra con la alimentación de los obreros algodoneros durante la época de su miseria más extrema:
Media semanal Media semanal
Ambos sexos de carbono de nitrógeno
Granos Granos
Cinco ramos industriales
urbanos 28.876 1.192
Obreros fabriles desocupados
de Lancashire 29.211 1.295
Cantidad mínima propuesta
para los obreros de Lancashire
(a cantidad igual
de hombres y mujeres) 28.600 1.330 [64]
Aproximadamente la mitad, 60/125 de las categorías de obreros industriales investigadas, no consumía absolutamente nada de cerveza; el 28 % jamás probaba la leche. La media semanal de los alimentos líquidos, en las familias, variaba de 7 onzas ddddd entre las costureras hasta 24 3/4 onzas eeeee entre los calceteros. La mayor parte de los trabajadores que nunca consumían leche la integraban las costureras de Londres. La cantidad de pan o alimentos similares consumida semanalmente oscilaba entre 7 3/4 libras fffff caso de las costureras y 11 1/4 libras ggggg caso de los zapateros , siendo la media global de 9,9 libras hhhhh semanales para los adultos. El consumo de azúcar (melaza, etc.) variaba de 4 onzas iiiii semanales guanteros en cuero a 11 onzas jjjjj calceteros ; la media semanal total para todas las categorías era de 8 onzas kkkkk para los adultos. [820] Media semanal de manteca (grasa, etc.): 5 onzas lllll por adulto. La media semanal de carne (tocino, etc. ) por adulto oscilaba entre 7 1/4 onzas mmmmm tejedores de seda y 18 1/4 onzas nnnnn guanteros en cuero , media global para las diversas categorías, 13,6 onzas ooooo. El costo semanal de la alimentación por adulto arrojaba los siguientes guarismos medios generales: tejedores de seda, 2 chelines y 2 1/2 peniques; costureras, 2 chelines y 7 peniques; guanteros en cuero, 2 chelines y 9 1/2 peniques; zapateros, 2 chelines y 7 3/4 peniques; calceteros, 2 chelines y 6 1/4 peniques. En el caso de los tejedores de seda de Macclesfield, la media semanal era de apenas 1 chelín y 8 1/2 peniques. Las categorías peor alimentadas eran las costureras, los tejedores de seda y los guanteros en cuero [65].
En su informe general sobre la salud, dice el doctor Simon con respecto a la situación alimentaria: "Todo el que esté familiarizado con la asistencia médica a los indigentes o a los pacientes de hospitales, ya se trate de internados o de personas que viven fuera del establecimiento, confirmará que son incontables los casos en que las carencias alimentarias provocan o agravan enfermedades... Sin embargo, desde el punto de visto sanitario se agrega aquí otra circunstancia extremadamente decisiva... Se recordará que la privación de alimentos sólo se tolera con la mayor renuencia, y que por regla general una gran exigüidad de la dieta sólo se presenta si otras privaciones la han precedido. Mucho antes de que la insuficiencia alimentaria gravite en el plano sanitario, mucho antes de que el fisiólogo piense en contar los granos de nitrógeno y carbono entre los que oscilan la vida o la muerte por inanición, la casa se habrá visto privada de toda comodidad material. La vestimenta y el combustible escasearán aun más que la comida. Ningún amparo suficiente contra las inclemencias del tiempo; reducción del espacio habitable a un grado en que el hacinamiento produce o agrava las enfermedades; rastros apenas de enseres domésticos y de muebles; la limpieza misma se habrá vuelto demasiado cara o engorrosa, y si [821] por un sentimiento de dignidad personal se hacen intentos de mantenerla, cada una de esas tentativas representará nuevos suplicios de hambre. El hogar se instalará donde el techo sea más barato: en barrios donde la inspección sanitaria recoge los frutos más mezquinos, donde el alcantarillado es más deplorable, menor la circulación, mayor la cantidad de inmundicia colectiva, más mísero o de peor calidad el suministro de agua; en ciudades donde escasean al máximo la luz y el aire. Son estos los peligros, desde el punto de vista sanitario, a los que inevitablemente está expuesta la pobreza cuando la misma supone falta de alimentos. Y si la suma de estos males constituye un peligro de terrible magnitud para la vda, la mera carencia de alimentos es de por sí algo espantoso... Son, las precedentes, penosas reflexiones, especialmente cuando se recuerda que la pobreza que las motiva no es la merecida pobreza de la desidia. Es la pobreza de trabajadores. En lo referente a los obreros urbanos, no cabe duda de que en la mayor parte de los casos el trabajo con que compran el escaso bocado de alimento se prolonga por encima de toda medida. Y sin embargo, sólo en un sentido muy condicional puede decirse que ese trabajo sirva para mantener a quien lo ejecuta... Y en una escala muy amplia, ese mantenimiento nominal de sí mismo sólo puede ser el rodeo, más o menos largo, que lleva a la indigencia" [66].
El nexo interno entre los tormentos del hambre padecidos por las capas obreras más laboriosas y la acumulación capitalista, acompañada por el consumo excesivo grosero o refinado de los ricos, sólo es advertido por el conocedor de las leyes económicas ppppp. No ocurre lo mismo con las condiciones habitacionales. Todo observador imparcial puede apreciar que cuanto más masiva es la concentración qqqqq de los medios de producción, tanto mayor es la consiguiente aglomeración de obreros en el mismo espacio; que, por tanto, cuanto más rápida es la acumulación [822] capitalista, tanto más miserables son para los obreros las condiciones habitacionales. Es evidente que las "mejoras" (improvements) urbanísticas que acompañan al progreso de la riqueza y que se llevan a la práctica mediante la demolición de barrios mal edificados, la construcción de palacios para bancos, grandes tiendas, etc., el ensanchamiento de avenidas destinadas al tráfico comercial y a las carrozas de lujo, la introducción de ferrocarriles urbanos rrrrr, etc., arrojan a los pobres a tugurios cada vez peores y más atestados. Por otra parte, como sabe todo el mundo, la carestía de las viviendas está en razón inversa a su calidad y las minas de la miseria son explotadas por los especuladores sssss con más ganancia y costos menores que nunca lo fueran las de Potosí. El carácter antagónico de la acumulación capitalista, y por ende de las relaciones capitalistas de propiedad en general [67] 68, se vuelve aquí tan tangible que hasta en los informes oficiales ingleses sobre el particular menudean las heterodoxas invectivas contra la "propiedad y sus derechos". Con el desarrollo de la industria, con la acumulación del capital, con el crecimiento y el "embellecimiento" de las ciudades, el mal ha cundido tanto que el mero temor a las enfermedades infecciosas el contagio no perdona a las "personas respetables" provocó entre 1847 y 1864 la promulgación de no menos de 10 leyes de política sanitaria por el parlamento, y la aterrorizada burguesía de algunas ciudades como Liverpool, Glasgow, etc., tomó cartas en el asunto a través de sus municipalidades. No obstante, el doctor Simon exclama en su informe de 1865: "Hablando en términos generales, los males no han sido controlados en Inglaterra". Por orden del "Privy Council", en 1864 se emprendió una investigación sobre las condiciones habitacionales [823] de los obreros agrícolas; en 1865 sobre las clases más pobres de las ciudades. En el séptimo (1865) y en el octavo (1866) ttttt informes sobre "Public Health" se encuentran los magistrales trabajos del doctor Julian Hunter. De los trabajadores rurales hemos de ocuparnos más adelante. En lo concerniente a las condiciones habitacionales urbanas, anticiparé una observación general del doctor Simon: "Aunque mi punto de vista oficial", dice, "sea exclusivamente médico, los sentimientos humanitarios más comunes impiden que ignoremos el otro lado de este mal. [...] En su grado más alto, ese hacinamiento determina casi necesariamente tal negación de toda delicadeza, una confusión tan asqueante de cuerpos y funciones corporales, tal exposición de desnudez [...] sexual, que más que humano es bestial. Estar sujeto a estas influencias significa una degradación que necesariamente se vuelve más profunda cuanto más continúa su obra. Para los niños nacidos bajo esta maldición, constituye [...] un bautismo en la infamia (baptism into infamy). Y carece absolutamente de toda base la esperanza de que personas colocadas en esas circunstancias se esfuercen por acceder a esa atmósfera de civilización que tiene su esencia en la pureza física y moral" [69].
El primer puesto en cuanto a viviendas atestadas, o incluso absolutamente inadecuadas como morada humana, lo ocupa Londres. "Dos cosas", dice el doctor Hunter, "son indudables: la primera, que en Londres existen aproximadamente 20 grandes nucleamientos, compuestos cada uno de unas 10.000 personas, cuya miserable condición resultado, casi por entero, de sus malos alojamientos supera todo lo que se haya visto nunca en cualquier otra parte de Inglaterra; la segunda, que el hacinamiento y el estado ruinoso de las casas que componen esos nucleamientos son mucho peores que veinte años atrás" [70]. "No [824] se exagera cuando se afirma que la vida, en muchas partes de Londres y Newcastle, es infernal" [71].
Incluso el sector más desahogado de la clase obrera londinense, junto a los pequeños tenderos y otros elementos de la pequeña clase media, cae cada vez más bajo la maldición de esas indignas condiciones habitacionales, a medida que se propagan las "mejoras" y, con ellas, el arrasamiento de calles y casas antiguas; a medida que se amplían las fábricas y se acrecienta el aflujo humano a la metrópoli y, finalmente, a medida que aumentan los alquileres al subir la renta urbana de la tierra. "Los alquileres se han vuelto tan exorbitantes que pocos obreros pueden pagar mas de una pieza" [72]. Casi no hay en Londres una propiedad de casa que no esté recargada por un sinnúmero de "middlemen" [intermediarios]. El precio del suelo en Londres es siempre altísimo en comparación con los ingresos anuales que devenga, puesto que todo comprador especula con la posibilidad de desembarazarse tarde o temprano de la propiedad a un jury price (tasación efectuada por un jurado, en caso de expropiación) o de obtener, por arte de birlibirloque, un aumento extraordinario de valor gracias a la proximidad de alguna gran empresa. Una consecuencia de ello es la existencia de un tráfico regular consistente en la compra de contratos de alquiler próximos a su expiración. "De los gentlemen que se dedican a este negocio puede esperarse que actúen como actúan: que extraigan todo lo que puedan de los inquilinos y que dejen la casa en las peores condiciones posibles a sus sucesores" [73]. Los alquileres son semanales, y estos caballeros no corren ningún riesgo. A consecuencia de la construcción de ferrocarriles dentro de la ciudad, "se vio hace poco, en el este de Londres, cómo muchas familias desalojadas de sus antiguas viviendas vagaban un sábado de noche, cargadas con sus escasas pertenencias terrenales y sin otro paradero posible que el workhouse [hospicio]" [74]. [825] Los workhouses están ya atestados, y las "mejoras" aprobadas por el parlamento se hallan apenas en principios de ejecución. Si se desahucia a los obreros por demolición de sus viejas casas, éstos no abandonan su parroquia, o en el mejor de los casos se establecen en sus límites, o en la más próxima. "Procuran, naturalmente, residir lo más cerca posible de sus lugares de trabajo. El resultado es que la familia, en vez de alquilar dos piezas, debe contentarse con una. [...] Aunque el alquiler sea más caro, la vivienda será peor que aquella, ya mala, de la cual se los desaloja. [...] La mitad de los obreros [...] del Strand [...] ya tiene que viajar dos millas uuuuu para llegar a su lugar de trabajo." Este Strand, cuya principal avenida deja en los extranjeros una impresión imponente de la riqueza de Londres, puede servir de ejemplo del hacinamiento humano londinense. En una parroquia del mismo el funcionario de sanidad contó 581 personas por acre vvvvv, y eso que en el área medida estaba incluida la mitad del Támesis. Se comprende de por sí que toda medida sanitaria que desaloje de un barrio, como ha ocurrido hasta el presente en Londres, a los obreros mediante la demolición de casas inhabitables, sólo servirá para apeñuscarlos en otro, donde vivirán tanto más hacinados. "O bien debe suspenderse necesariamente todo este procedimiento por absurdo", dice el doctor Hunter, "o debe suscitarse la simpatía (!) pública para cumplir lo que ahora podemos llamar, sin exageración, un deber nacional: proporcionar techo a la gente que por falta de capital no puede procurárselo, aunque pueda recompensar wwwww con pagos periódicos a los caseros" [75]. [exclamdown]Admiremos la justicia capitalista! El propietario de terrenos, el casero, el hombre de negocios, cuando las "improvements" [mejoras] como los ferrocarriles, la reconstrucción de calles, etc. obligan a expropiarlo, no sólo recibe una indemnización íntegra; es necesario, además, que Dios y el derecho lo consuelen por su forzado "renunciamiento" suministrándole una abultada ganancia. Al obrero se lo pone en la calle con su mujer, su prole y sus enseres, y si afluye demasiado masivamente [826] a los barrios en que la municipalidad vela por la decencia, [exclamdown]se lo persigue por medio de la policía sanitaria!
Salvo Londres, a principios del siglo XIX no había en Inglaterra una sola ciudad que contara 100.000 habitantes. Sólo cinco pasaban de 50.000. Actualmente existen 28 ciudades con más de 50.000 pobladores. "El resultado de este cambio fue no sólo un enorme incremento de la población urbana, sino convertir a las pequeñas ciudades antiguas, densamente pobladas, en centros rodeados por todos lados de edificación, sin libre acceso del aire por ninguna parte. Como ya no les resultan agradables a los ricos, éstos las abandonan y se instalan en los suburbios, más atractivos. Los sucesores de esos ricos alquilan las grandes casas, a razón de una familia a menudo con subinquilinos por pieza. De esta manera se hacina a una población en casas que no estaban destinadas para ella y que son absolutamente inadecuadas para esa finalidad, en una vecindad realmente degradante para los adultos y ruinosa para los niños" [76]. Cuanto más rápidamente se acumula el capital en una ciudad industrial o comercial, tanto más veloz es la afluencia del material humano explotable, tanto mas míseras las improvisadas viviendas de los obreros. "Newcastle-upon-Tyne", como centro de un distrito carbonífero y minero cuyo rendimiento es cada vez mayor, ocupa, después de Londres, el segundo puesto en el infierno de la vivienda. No menos de 34.000 personas viven allí en viviendas de un solo cuarto. En virtud de que constituían un peligro extremo para la comunidad, las autoridades recientemente hicieron demoler una elevada cantidad de casas en Newcastle y Gateshead. La construcción de nuevas casas progresa muy lentamente, pero los negocios van viento en popa. De ahí que en 1865 la ciudad estuviera más abarrotada que nunca. Apenas se encontraba una pieza ofrecida en alquiler. El doctor Embleton, del hospital de Newcastle para la cura de fiebres, afirma: "Sin ninguna duda, la causa de la continuación y difusión del tifus radica en el hacinamiento de seres humanos y la suciedad de sus viviendas. Las casas en que suelen vivir los obreros están situadas en pasadizos y patios estrechos. En lo tocante a luz, aire, espacio y limpieza, esas casas son verdaderos modelos de insuficiencia e insalubridad, una [827] vergüenza para cualquier país civilizado. Hombres, mujeres y niños yacen revueltos en ellas durante la noche. En cuanto a los hombres, el turno de la noche sucede al del día en una secuencia ininterrumpida, de tal manera que las camas casi no tienen tiempo de enfriarse. Las casas están mal provistas de agua y peor aun de letrinas, son inmundas, mal ventiladas, pestilentes" [77]. El alquiler semanal de esas covachas oscila entre 8 peniques y 3 chelines. "Newcastle-upon-Tyne", dice el doctor Hunter, "brinda el ejemplo de una de las más agraciadas estirpes de nuestros compatriotas, sumida a menudo en una degradación casi salvaje por las circunstancias exteriores de la vivienda y la calle" [78].
A causa del flujo y reflujo del capital y el trabajo, las condiciones habitacionales de una ciudad industrial pueden ser soportables hoy y abominables mañana. O bien, puede suceder que los ediles de la ciudad reaccionen, finalmente, y procuren eliminar los abusos más graves. Pero mañana migra una manga de langostas, integrada por irlandeses harapientos o degradados obreros agrícolas ingleses. Se los esconde en sótanos y desvanes, o se transforma la casa de obreros, antaño respetable, en un alojamiento que cambia tan rápidamente de inquilinos como los acuartelamientos durante la Guerra de los Treinta Años. Ejemplo: Bradford. Aquí el filisteo municipal estaba abocado, precisamente, a la realización de una reforma urbana. En 1861 había aún en aquel lugar, además, 1.751 casas desocupadas. Pero sobreviene la época de los buenos negocios, cacareada recientemente, y con tanto donaire, por el señor Forster, ese tierno liberal y amigo de los negros. Con los buenos negocios, naturalmente, llega también la inundación provocada por las olas del siempre agitado "ejército de reserva" o "sobrepoblación relativa". En las repugnantes viviendas subterráneas y piezas registradas en la lista (ver nota) [79] xxxxx En la 4ª edición se agrega: "George Street, nº 49... 1 pieza 2 familias". [828] que el doctor Hunter obtuvo del agente de una compañia aseguradora, habitaban, por lo general, obreros bien remunerados. Éstos declararon que gustosamente alquilarían viviendas mejores, si las hubiera disponibles. Entretanto, uno tras otro se degradaban y enfermaban, mientras que el melifluo liberal Forster, M. P. [integrante de la Cámara de los Comunes], se enternecía hasta las lágrimas con las bendiciones del librecambio y las ganancias obtenidas por los eminentes varones de Bradford dedicados a la fabricación de worsted [estambre]. En el informe del 5 de setiemhre de 1865 el doctor Bell, uno de los médicos de indigentes de Bradford, declaró que la terrible mortalidad que se producía entre los enfermos de fiebre de su distrito se debía a las condiciones habitacionales en que vivían: "En un sótano de 1.500 pies cúbicos yyyyy [...] habitan 10 personas... La calle Vincent, el Green Air Place y the Leys albergan 223 casas con 1.450 habitantes, 435 camas y 36 letrinas... Las camas y por tales entiendo todo montón de trapos sucios o de virutas albergan una media de 3,3 personas; en no pocos casos ese guarismo llega a 4 y [829] a 6 personas. Muchos duermen sin cama, en el suelo desnudo, con su vestimenta habitual; hombres jóvenes y mujeres, casados y solteros, todos promiscuamente mezclados. ¿Es necesario agregar que estas viviendas son en su mayor parte covachas hediondas y lóbregas, húmedas, sucias, absolutamente inadecuadas para la habitación humana? Son estos los focos de los que brotan la enfermedad y la muerte, las cuales también cobran sus víctimas entre las personas acomodadas (of good circumstances) que permitieron que estos bubones pestíferos supuraran entre nosotros" [80].
Bristol ocupa el tercer puesto después de Londres en cuanto a miseria de la situación habitacional. "Aquí, en una de las ciudades más opulentas de Europa, la mayor de las abundancias [coexiste] con la pobreza más descarnada (blank[est] poverty) y la miseria habitacional" [81].
Nos detendremos ahora en una capa de la población de origen rural, cuya ocupación es en gran parte industrial. Este estrato constituye la infantería ligera del capital, que según sus propias necesidades lo vuelca ora a este punto, ora a aquel otro. Cuando no están marchando, estos individuos "acampan". A los trabajadores nómades se los emplea en diversas operaciones de la construcción y el drenaje, en la fabricación de ladrillos, la quema de cal, el tendido de vías férreas, etc. Columna ambulante de la pestilencia, estos obreros importan, a los lugares en cuyas cercanías se instalan, la viruela, el tifus, el cólera, la escarlatina, etc [82]. En empresas donde la inversión de capital es considerable como los ferrocarriles, etc. es el empresario mismo quien se encarga, en la mayor parte de los casos, de proveer a su ejército de chozas de madera o materiales semejantes. Se forman así aldeas improvisadas, carentes de toda instalación sanitaria, al margen del control de las autoridades locales y muy lucrativas para el caballero contratista, que explota doblemente a los obreros: como [830] soldados industriales y como inquilinos. Según la cantidad de cuchitriles que contenga una de esas chozas uno, dos o tres , el inquilino terraplenadores, etc. tendrá que pagar 1 zzzzz, 3, 4 chelines semanales" [83]. Baste un ejemplo. En setiembre de 1864, informa el doctor Simon, el presidente del "Nuisance Removal Committee" [Comité para la Supresión de las Plagas] de la parroquia de Sevenoaks dirigió la siguiente denuncia al ministro del interior, sir George Grey: "La viruela era completamente desconocida en esta parroquia hace 12 meses. Poco antes de esa fecha se iniciaron los trabajos para construir un ferrocarril de Lewisham a Tunbridge. Además, como los trabajos principales se efectuaban en la cercanía inmediata de esta ciudad, también se construyó aquí el depósito principal de toda la obra. Se dio ocupación, por ende, a un crecido número de personas. Como era imposible alojarlos a todos en cottages, el señor Jay, el contratista, hizo construir casuchas en diversos puntos, a lo largo de la vía férrea, para alojar a los obreros. Estas chozas carecían de ventilación y de alcantarillado y además estaban atestadas, inevitablemente, ya que cada inquilino tenía que aceptar otros huéspedes, por numerosa que fuera su propia familia y aunque las casuchas eran de sólo dos piezas. Según el informe médico que hemos recibido, la consecuencia fue que esa pobre gente tenía que sufrir durante la noche todos los horrores de la asfixia para evitar los miasmas pestilentes que emanaban de las aguas servidas estancadas y de las letrinas, ubicadas directamente bajo las ventanas. Un médico que tuvo la oportunidad de visitar esas casuchas, por último, hizo conocer sus quejas a nuestro comité. Se expresó de la manera más amarga sobre las condiciones de esas presuntas viviendas y manifestó sus temores respecto a las graves consecuencias que podrían sobrevenir, si no se adoptan algunas medidas sanitarias. Aproximadamente hace un año el p. p. [præmissis præmittendis = anteponiendo los títulos que le correspondan] Jay se comprometió a destinar una casa para que, al declararse enfermedades infecciosas, se aislara inmediatamente a aquellos de sus obreros afectados por el mal. Reiteró esa [831] promesa a fines de julio, pero nunca hizo absolutamente nada para cumplirla, pese a que desde esa fecha se registraron varios casos de viruela, dos de ellos fatales. El 9 de setiembre el doctor Kelson me comunicó que se habían verificado nuevos casos de viruela en las mismas casuchas y calificó de horrendas las condiciones imperantes en ellas. Para información de usted" (del ministro) "debo añadir que nuestra parroquia posee una casa aislada, la llamada Casa de la Peste, donde se asiste a los miembros de la parroquia atacados por enfermedades infecciosas. Desde hace meses la casa está colmada de pacientes. En una familia murieron cinco niños de viruela y fiebre. Del 1º de abril al 1º de setiembre de este año se registraron no menos de 10 casos fatales de viruela; 4 de ellos en las casuchas mencionadas, que son el foco de la peste. No es posible indicar el número de los casos de enfermedad, ya que las familias afectadas los ocultan lo más posible" [84].
Los obreros en las minas de carbón y otras figuran entre las categorías mejor pagas de la clase obrera británica aaaaaa. A qué precio compran su salario, es un punto que ya fue expuesto en un lugar anterior [85] bbbbbb Véase en volumen 2, nota 321.. Lancemos aquí una rápida ojeada sobre las condiciones habitacionales en que viven. El explotador de la mina, por regla general, ya sea propietario o arrendatario de la misma, hace construir una serie de cottages [chozas] para sus operarios. Éstos reciben tanto la cottage como carbón para calefacción "gratuitamente", es decir, una y otro constituyen una parte [832] del salario suministrada in natura [en especies]. Aquellos a los que no se puede hospedar de esta manera, perciben a modo de compensación la suma de [sterling] 4 anuales. Los distritos mineros atraen rápidamente una gran población, compuesta de la población minera misma y de artesanos, tenderos, etc., que se aglomeran en torno de aquélla. Como en todos lados donde es considerable la densidad de población, la renta del suelo es alta aquí. Por eso el empresario minero procura apiñar alrededor de la bocamina, en el espacio más estrecho posible, exactamente la cantidad de cottages que se requiera para enlatar a sus operarios y familias. Cuando en las cercanías se abren nuevas minas o vuelven a explotarse otras antiguas, aumenta el hacinamiento. En la construcción de cottages rige un solo criterio: el "renunciamiento" del capitalista a todo desembolso de efectivo que no sea absolutamente inevitable. "Las viviendas de los mineros y de otros obreros vinculados a las minas de Northumberland y Durham", dice el doctor Julian Hunter, "son quizás, promedialmente, lo peor y más caro que Inglaterra ofrece en gran escala en este renglón, si se exceptúan distritos similares en Monmouthshire. [...] La pésima calidad consiste en el elevado número de personas por habitación, en las pequeñas dimensiones del predio donde se ha arrojado una gran cantidad de casas, en la carencia de agua y la inexistencia de letrinas y en el método, que suele aplicarse, de construir una casa sobre la otra o de distribuirlas en flats [apartamentos]" (de manera que las diversas cottages formen pisos ubicados verticalmente unos encima de otros)... "El empresario trata a toda la colonia como si ésta sólo acampara en el sitio, en vez de residir en él" [86]. "Siguiendo las instrucciones", dice el doctor Stevens, "visité la mayor parte de las grandes aldeas mineras de la Durham Union... Con muy pocas excepciones, a todas se aplica la afirmación de que se ha descuidado todo medio necesario para salvaguardar la salud de los pobladores. Todos los mineros están vinculados" ("bound", término que al igual que bondaye [servidumbre] viene de la época de la servidumbre de la gleba) "por 12 meses al arrendatario (lessee) o propietario de la mina. [...] Si los mineros expresan su descontento o molestan de cualquier manera al capataz [833] (viewer), se pone una señal o una observación al lado de sus nombres en el cuaderno de vigilancia y, cuando llega el momento de renovarles el contrato, quedan en la calle... Me parece que ninguna modalidad del truck system [sistema de pago con bonos] puede ser peor que la que impera en esos distritos densamente poblados. El obrero se ve obligado a recibir, como parte de su salario, una casa rodeada de emanaciones pestilentes. No puede ayudarse a sí mismo. A todos los efectos es un siervo (he is to all intents and purposes a serf), y es dudoso que alguien pueda ayudarlo, salvo su propietario, pero éste pide consejo ante todo a su balance y el resultado es prácticamente infalible. El obrero también recibe del propietario su suministro de agua. Sea buena o mala, se le proporcione o no, tiene que pagar por ella, o mejor dicho tolerar que se la descuenten del salario" [87].
En el conflicto con la "opinión pública", o también con la política sanitaria, el capital no se avergüenza en absoluto de "justificar" las condiciones en parte peligrosas, en parte degradantes que inflige a la función y a la vida doméstica del obrero. Aduce que esas condiciones son necesarias para explotarlo más lucrativamente. Así lo hace cuando renuncia a instalar aparatos protectores contra la maquinaria peligrosa en las fábricas, medios de ventilación y dispositivos de seguridad en las minas, etc. Así lo hace, en este caso, con la vivienda de los mineros. "A modo de disculpa", dice el funcionario médico del "Privy Council", el doctor Simon, en su informe oficial, "a modo de disculpa por las sórdidas condiciones de la vivienda [...] se aduce que habitualmente las minas se explotan bajo arriendo; que la duración del contrato de arrendamiento (que en las minas de carbón es por lo general de 21 años) es demasiado breve como para que al arrendatario de la mina le valga la pena proporcionar buenas viviendas a la población obrera y a los artesanos, etc., atraídos por la explotación; que aun si él mismo tuviera la intención de conducirse liberalmente en ese aspecto, la misma se vería frustrada por el propietario del suelo. Éste, en efecto, tendería a exigir inmediatamente una renta suplementaria exorbitante a cambio del privilegio de erigir, sobre la superficie, una aldea decente y confortable destinada a los [834] obreros de la propiedad subterránea. Este precio prohibitivo, cuando no la prohibición lisa y llana, atemorizaría asimismo a otros, que si no fuera por ello estarían dispuestos a edificar... No es mi deseo continuar examinando el valor de esta disculpa, ni investigar tampoco sobre quién recaería, en última instancia, el gasto adicional que se efectuara para edificar [...] viviendas decentes: si sobre el dueño del suelo, el arrendatario de minas, los obreros o el público... Pero en vista de hechos tan bochornosos como los que ponen al descubierto los informes adjuntos" (los de los docores Hunter, Stevens, etc.), "resulta claro que hay que aplicar un remedio... Los títulos de la propiedad del suelo se usan, de esta manera, para perpetrar una gran injusticia pública. En su calidad de propietario de minas, el dueño de la tierra invita a una colonia industrial a que trabaje en la finca de él, y luego, en su calidad de propietario de la superficie del suelo, impide a los obreros que ha congregado que encuentren las viviendas adecuadas indispensables para sus vidas. Al arrendatario de minas" (el explotador capitalista) "no le interesa, desde el punto de vista pecuniario, oponerse a esa división del negocio, ya que sabe bien que aunque estas últimas pretensiones sean exorbitantes, las consecuencias no recaerán sobre él; sabe asimismo que los obreros, sobre los que sí recaen, no están suficientemente educados como para conocer sus derechos sanitarios, y que ni la vivienda más promiscua ni el agua potable más corrompida serán motivo especial cccccc 88 de una strike [huelga]" [89].
Antes que pasemos a los obreros ayrícolas propiamente dichos, otro ejemplo nos mostrará cómo las crisis afectan incluso al sector mejor remunerado de la clase obrera, a su aristocracia. Se recordará que el año 1857 trajo consigo una de las grandes crisis con las que invariablemente [835] se cierra el ciclo industrial. El plazo siguiente expiró en 1866. Anticipada ya en los distritos fabriles propiamente dichos por la escasez de algodón, la que desplazó mucho capital de las esferas de inversión habituales a las grandes sedes centrales del mercado dinerario, la crisis adoptó en esta ocasión un carácter predominantemente financiero. Su desencadenamiento, en mayo de 1866, estuvo señalado por la bancarrota de un gigantesco banco londinense, seguida inmediatamente por la ruina de innumerables sociedades dedicadas a los tejemanejes en el campo de las finanzas. Uno de los grandes ramos industriales londinenses castigados por la catástrofe fue el de la construcción de barcos de hierro. Durante el período de las transacciones fraudulentas, los magnates de este ramo no sólo se habían lanzado a una sobreproducción desmedida, sino que además habían firmado enormes contratos de suministro, especulando con que las fuentes crediticias seguirían manando con la misma abundancia que antes. Actualmente se ha operado una reacción aterradora que aun en la hora actual fines de marzo de 1867 afecta a otras industrias londinenses [90]. Para caracterizar la situación de los obreros reproduzcamos el siguiente pasaje, que tomamos de un detallado informe escrito por un corresponsal del "Morning Star" que visitó, a principios de enero dddddd de 1867, las zonas más castigadas por la calamidad. "Al este de Londres, en los distritos de Poplar, Millwall, Greenwich, [836] Deptford, Limehouse y Canning Town, por lo menos 15.000 obreros y sus familias se encuentran en una situación de miseria extrema; entre ellos, más de 3.000 mecánicos diestros [...]. Sus fondos de reserva se han agotado luego de una paralización laboral de seis u ocho meses... Tuve que esforzarme mucho para llegar a la puerta del workhouse [hospicio] (de Poplar), pues la asediaba una muchedumbre hambrienta. Esperaban bonos para el pan, pero no había llegado todavía la hora del reparto. El patio forma un gran cuadrado, con un alero que corre alrededor, a lo largo de los muros. Grandes montones de nieve cubrían los adoquines en el medio del patio. Había allí ciertos espacios de dimensiones reducidas, cercados con mimbre como corrales de ovejas, en los que trabajan los hombres cuando el tiempo es más benigno. El día que visité el asilo los corrales estaban tan llenos de nieve que nadie podía permanecer en ellos. Los hombres, sin embargo, protegidos bajo el alero, se ocupaban de macadamizar adoquines. Cada uno se sentaba en un gran adoquín y con un martillo pesado machacaba el granito, cubierto de hielo, hasta picar 5 bushels eeeeee. Con ello quedaba finalizada su labor diaria y se les daba 3 peniques" (2 silbergroschen y 6 pfennige) "y un bono para pan. En otra parte del patio había una desvencijada casucha de madera. Al abrir la puerta, encontramos que estaba llena de hombres, apiñados unos contra otros para conservar el calor. Deshilachaban maromas y disputaban entre sí acerca de cuál de ellos podía trabajar más con un mínimo de comida, pues la resistencia era el point d'honneur [punto de honra]. Sólo en este workhouse [...] recibían socorros [...] 7.000 personas [...], entre ellas varios cientos que 6 u 8 meses atrás ganaban los salarios máximos que se pagan en este país a obreros calificados. Su número sería dos veces mayor si no hubiera tantos que, pese a habérseles agotado totalmente sus reservas de dinero, rehúsan todavía recurrir a la parroquia mientras les quede cualquier cosa para empeñar... Dejando el workhouse, di una vuelta por las calles, en su mayor parte orilladas por casas de un piso, tan numerosas en Poplar. Mi guía era miembro de la comisión para los desocupados. [...] La primera casa en la que entramos era la de un obrero siderúrgico, desocupado desde [837] hace 27 semanas. Encontré al hombre y a toda su familia en un cuarto interior, sentados. La pieza todavía no carecía totalmente de muebles y el hogar se hallaba encendido. Esto era necesario para preservar de la congelación los pies descalzos de los más pequeños, porque el día era gélido. En una bandeja, frente al fuego, había un montón de estopa que la mujer y los chicos deshilachaban a cambio del pan que les proporcionaba el workhouse. El hombre trabajaba en uno de los patios que acabamos de describir por un bono de pan y 3 peniques diarios. Hacía unos instantes que había regresado a la casa para almorzar muy hambriento, según nos dijo con una sonrisa amarga y su comida consistía en unas pocas rebanadas de pan untadas con grasa, y una taza de té sin leche... La puerta siguiente en la que golpeamos fue abierta por una mujer de edad mediana, quien sin pronunciar una palabra, nos hizo pasar a un cuartito interior donde se sentaba toda su familia, en silencio, con los ojos clavados en un fuego mortecino, a punto de extinguirse. Era tal la desolación, la desesperanza que envolvía a esa gente y a su cuartito que no deseo otra cosa que no contemplar jamás una escena semejante. <<No han ganado nada, señor>>, dijo la mujer señalando a los niños, <<nada en 26 semanas, y todo nuestro dinero se ha ido, todo el dinero que el padre y yo ahorramos en tiempos mejores, con la ilusión de tener una reserva cuando los negocios anduvieran mal. [exclamdown]Mire!>>, gritó casi fuera de sí, mostrándonos una libreta de ahorros con todas las anotaciones regulares de dinero colocado y retirado, de tal manera que pudimos comprobar cómo su pequeño caudal había comenzado con el primer depósito de 5 chelines, cómo había aumentado poco a poco hasta llegal a las [sterling] 20 y cómo se había desinflado de nuevo, pasando de libras a chelines, hasta que la última anotación hacía que la libreta tuviera el mismo valor que un pedazo de papel en blanco. Esta familia recibía diariamente una mísera comida del workhouse... Nuestra visita siguiente fue a la mujer de un irlandés. El marido había trabajado en los astilleros. La encontramos enferma por falta de alimentación, echada en un colchón, con sus vestidos puestos, apenas cubierta con un pedazo de alfombra, pues toda la ropa de cama había ido a parar a la casa de empeños. Sus macilentos hijos la cuidaban, aunque parecían necesitar ellos los cuidados maternos. Diecinueve semanas de inactividad [838] forzada la habían reducido a ese estado, y mientras nos contaba la historia del amargo pasado, se lamentaba como si hubiera perdido toda esperanza en un futuro mejor... Cuando salíamos de la casa un hombre joven que corría hacia nosotros nos alcanzó, solicitándonos que fuéramos a su casa y viéramos si se podía hacer algo por él. Una mujer joven, dos hermosos chicos, un montón de boletas de empeño y una pieza totalmente vacía era todo lo que tenía para mostrar" [91]137 Ducpétiaux, op. cit., pp. 151, 154, 155, 156. .
[839]
En ninguna otra parte el carácter antagónico de la producción y acumulación capitalistas se pone de manifiesto más brutalmente que en el progreso de la agricultura [840] inglesa (la ganadería incluida) y el retroceso del obrero agrícola inglés. Antes de examinar la situación actual de este último, lancemos una breve mirada retrospectiva. La agricultura moderna data, en Inglaterra, de mediados del siglo XVIII, por más que sea muy anterior el trastocamiento [841] de las relaciones de propiedad de la tierra del que parte y en el que se funda el modo de producción modificado.
Si tomamos los datos de Arthur Young observador riguroso aunque pensador superficial referentes al obrero agrícola de 1771, veremos que éste desempeña un papel pobrísimo en comparación con su predecesor de fines del siglo XIV, "cuando el trabajador [...] podía vivir en la abundancia y acumular riqueza" [92], para no hablar del siglo XV, "la edad de oro del trabajador inglés en la ciudad y el campo". No necesitamos, sin embargo, remontarnos tan atrás. En una obra de 1777, muy enjundiosa, leemos. "El gran arrendatario se ha elevado casi al nivel del gentleman, mientras que el obrero rural pobre está casi por el suelo. Su infortunada situación se aprecia con [842] claridad echando una mirada comparativa sobre sus condiciones de hoy y las de 40 años atrás... Terratenientes y arrendatarios [...] cooperan estrechamente en la opresión del trabajador" [93]. Seguidamente se demuestra en detalle que el salario real descendió en el campo, de 1737 a 1777, en casi 1/4, o sea en un 25 %. "La política moderna", dice por la misma época el doctor Richard Price, "favorece a las clases superiores del pueblo, y la consecuencia será que tarde o temprano todo el reino se compondrá únicamente de gentlemen y pordioseros, de grandes y esclavos" [94].
Sin embargo, la situación del obrero agrícola inglés de 1770 a 1780, tanto en lo que se refiere a las condiciones alimentarias y habitacionales como en lo que respecta a su dignidad personal, a sus diversiones, etc., constituye un ideal nunca alcanzado de nuevo. Expresado en pintas de trigo, su salario medio era de 90 pintas llllll de 1770 a 1771; sólo de 65 mmmmmm en tiempos de Eden (1797), y descendió a 60 pintas nnnnnn en 1808 [95].
Ya nos hemos referido a la situación de los obreros rurales a fines de la guerra antijacobina 96, durante cuyo transcurso se enriquecieron de manera tan extraordinaria los aristócratas rurales, los arrendatarios, fabricantes, comerciantes, banqueros, caballeros de la bolsa, proveedores del ejército, etc. El salario nominal aumentó a causa de la depreciación de los billetes, en parte, y en parte por el [843] aumento de precios independiente de la primera circunstancia experimentado por los medios de subsistencia más imprescindibles. Pero el movimiento real de los salarios puede comprobarse de una manera muy simple, sin necesidad de recurrir a detalles que aquí estarían fuera de lugar. Tanto la ley de beneficencia como su administración eran las mismas en 1795 y en 1814. Recuérdese cómo se aplicaba la ley en el campo: la parroquia completaba, bajo la forma de asistencia a los pobres, la diferencia entre el salario nominal y la suma mínima oooooo requerida para que el obrero se limitara a seguir vegetando. La relación existente entre el salario pagado por el arrendatario y el déficit salarial cubierto por la parroquia nos muestra dos cosas: la primera, la baja del salario por debajo de su mínimo; la segunda, el grado en que el obrero agrícola era un compuesto de asalariado por una parte y por otra de indigente, o el grado en que se lo había transformado en siervo de su parroquia. Elijamos un condado que representa la proporción media de todos los demás. En 1795 el salario semanal medio ascendía en Northamptonshire a 7 chelines y 6 peniques; el gasto total anual de una familia de 6 personas era de [sterling] 36, 12 chelines y 5 peniques, su ingreso total de [sterling] 29 y 18 chelines y el déficit cubierto por la parroquia equivalía a [sterling] 6,14 chelines y 5 peniques. En el mismo condado el salario semanal importaba en 1814 12 chelines y 2 peniques, el gasto total anual de una familia de 5 personas se elevaba a [sterling] 54, 18 chelines y 4 peniques, su ingreso total a [sterling] 36 y 2 chelines y el déficit cubierto por la parroquia a [sterling] 18,6 chelines y 4 peniques [97]; en 1795 el déficit era de menos de la cuarta parte del salario, en 1814 de más de la mitad. Se comprende de suyo que en 1814 se hubieran esfumado las escasas comodidades que Eden había encontrado aún en la cottage del obrero agrícola [98]. De todos los animales que tiene el arrendatario, el obrero el instrumentum vocale [instrumento dotado de voz] [99] es a partir de entonces el más [844] atormentado, el peor alimentado y el que recibe el trato más brutal.
El mismo estado de cosas se prolongó tranquilamente hasta que "en 1830 las revueltas de Swing [100] nos revelaron" (esto es, revelaron a las clases dominantes), "a la luz de las parvas incendiadas, que la miseria y el sombrío descontento motinero ardían bajo la superficie de la Inglaterra agrícola tan incontrolablemente como bajo la de la Inglaterra industrial" [101]. En la Cámara de los Comunes, Sadler dio la denominación de "esclavos blancos" ("white slaves") a los obreros rurales, y un obispo sirvió de eco para el epíteto en la Cámara de los Lores. El economista más relevante de ese período, Edward Gibbon Wakefield, dice: "El obrero agrícola de Inglaterra meridional no es un esclavo, no es un hombre libre: es un indigente" [102].
La época inmediatamente anterior a la abolición de las leyes cerealeras arrojó nueva luz sobre la situación de los obreros rurales. Por una parte, a los agitadores burgueses les interesaba demostrar cuán poco protegían esas leyes proteccionistas a los verdaderos productores del cereal. Por otro lado, la burguesía industrial echaba espumarajos de rabia ante las denuncias que de la situación fabril hacían los aristócratas rurales, ante la simpatía que esos holgazanes archicorrompidos, refinados y sin entrañas afectaban por los padecimientos del obrero de las fábricas, ante el "celo diplomático" con que quebraban lanzas por la ley fabril. Un viejo refrán inglés dice que cuando dos ladrones se agarran de los pelos, siempre ocurre algo bueno. Y, en efecto, la estrepitosa y apasionada reyerta entre las dos fracciones de la clase dominante en torno a la cuestión de cuál de las dos explotaba más desvergonzadamente al obrero, fue de un lado y de otro la partera de la verdad. El conde de Shaftesbury, alias lord Ashley, era el paladín de la campaña filantrópica de los aristócratas contra las fábricas. De ahí que se convirtiera, en 1844 y 1845, en uno de los temas favoritos de las revelaciones que hacía el "Morning Chronicle" sobre las condiciones de vida de los obreros agrícolas. Este periódico, a la sazón el órgano liberal más importante, mandó a los distritos rurales enviados especiales que no se contentaban, ni mucho menos, [845] con las descripciones generales y los datos estadísticos: publicaban los nombres tanto de las familias obreras encuestadas como de sus terratenientes. La lista que sigue registra los salarios pagados en tres aldeas cerca de Blanford, Wimbourne y Poole. Las aldeas son propiedad del señor George Bankes y del conde de Shaftesbury. Se observará que este papa de la "Low Church" [103], este corifeo de los pietistas ingleses, vuelve a meter en sus bolsillos, en concepto de alquiler, una parte considerable de los raquíticos salarios de los obreros, al igual que el p. p. Bankes pppppp.
Número Salario Salario Salario Salario Salario
de semanal semanal semanal semanal semanal
miem- de los infantil de toda Alquiler dedu- por
Niños bros hombres la semanal cido cabeza
de la familia el
familia alquiler
a b c d e f g h
chel. ch. pen. ch. pen. ch. pen. ch. pen. ch. pen.
2 4 8 8 2 6 1 6
3 5 8 8 1 6 6 6 1 3 1/2
2 4 8 8 1 7 1 9
2 4 8 8 1 7 1 9
6 8 7 1 6 10 6 2 8 6 1 3/4
3 5 7 2 7 1 4 5 8 1 1 1/2
chel. ch. pen. ch. pen. ch. pen. ch. pen. ch. pen.
6 8 7 1 6 10 1 6 8 6 1 3/4
6 8 7 1 6 7 1 3 1/2 5 8 1/2 8 1/2
8 10 7 7 1 3 1/2 5 8 1/2 7
4 6 7 7 1 6 1/2 5 5 1/2 11
3 5 7 7 1 6 1/2 5 5 1/2 1 1
chel. ch. pen. ch. pen. ch. pen. ch. pen. ch. pen.
4 6 7 7 1 6 1
3 5 7 2 11 6 10 10 8 2 1 1/2
0 2 5 2 6 5 1 4 2
[846] La abrogación qqqqqq de las leyes cerealeras proporcionó a la agricultura inglesa un enorme impulso. Drenaje en la mayor escala [105], un nuevo sistema para la alimentación del ganado en establos y para el cultivo de plantas forrajeras artificiales, introducción de abonadoras mecánicas, nuevo tratamiento de los suelos arcillosos, mayor uso de abonos minerales, aplicación de la máquína de vapor y de todo tipo de nuevas máquinas de trabajo, etc., y el cultivo más intensivo, constituyen las características de esta época. El presidente de la Real Comisión de Agricultura, el señor Pusey, afirma que gracias a la maquinaria recién introducida, los costos (relativos) de explotación se habían reducido casi a la mitad. Por otra parte, el rendimiento positivo del suelo aumentó rápidamente. Una mayor inversión de capital por acre, y por ende, asimismo, una concentración acelerada de los predios arrendados, era la condición fundamental del nuevo método [106] xxxxxx 404,67 há.. De 1846 a 1856, al mismo tiempo, el área cultivada se acrecentó en 464.119 acres yyyyyy, para no hablar de las grandes extensiones de los condados orientales que por arte de encantamiento dejaron de ser cotos para conejos y míseras pasturas para convertirse en ubérrimas tierras cerealeras. Sabemos ya que [847] en esa misma época decreció el número total de las personas ocupadas en la agricultura. En lo que respecta a los trabajadores agricolas propiamente dichos, de uno u otro sexo y de todos los niveles de edad, su número decreció de 1.241.269 en 1851 a 1.163.217 en 1861 [107]. De ahí que aunque el director del Registro Civil inglés observe con razón que "el incremento de los arrendatarios y los obreros agrícolas, desde 1801, no guarda relación alguna [...] con el incremento del producto agrícola" [108], esta desproporción tiene mucho mayor vigencia en el último período, cuando una reducción positiva de la población obrera rural va de la mano con la expansión del área cultivada, el cultivo más intenso, una acumulación inaudita del capital incorporado al suelo y dedicado a su laboreo, aumentos en el producto del suelo que no reconocen paralelo en la historia de la agronomía inglesa, una plétora en los registros de rentas de los terratenientes y una riqueza rebosante de los arrendatarios capitalistas. Si vinculamos esto a la expansión rápida e ininterrumpida del mercado urbano donde se colocan los productos del agro y al imperio del librecambio, tenemos que por fin se había colocado al obrero agrícola, post tot discrimina rerum [después de tantas vueltas y revueltas] [109], en condiciones que secundum artem [según las reglas de la profesión] deberían haberlo embriagado de felicidad.
El profesor Rogers, por el contrario, llega al resultado de que la situación del obrero rural de nuestros días, comparada solamente con la de su antecesor del período que va de 1770 a 1780 para no hablar de sus predecesores en la segunda mitad del siglo XIV y en el siglo XV ha empeorado de manera extraordinaria; que ese trabajador "se ha convertido nuevamente en siervo", y precisamente en siervo mal alimentado y mal alojado" [110] 111. En su memorable informe sobre la vivienda de los obreros rurales, dice el doctor Julian Hunter: "Los costos de manutención del hind" (una denominación del obrero agrícola heredada [848] de los tiempos de la servidumbre) "se fijan en el monto mínimo posible que le permita vivir... Su salario y albergue no se calculan con arreglo a la ganancia que se va a extraer de su persona. En los cálculos del arrendatario, el hind es un cero [112]... Sus medios de subsistencia se consideran siempre como una cantidad fija" [113]. "En lo que respecta a cualquier reducción ulterior de sus ingresos, el hind puede decir: nihil habeo, nihil curo [nada tengo, nada me preocupa]. No abriga temores por el futuro, porque nada tiene, salvo lo absolutamente indispensable para su existencia. Ha alcanzado el punto de congelación, a partir del cual arrancan los cálculos del arrendatario. Venga lo que viniere, no le tocará parte alguna en la dicha o en la desdicha" [114].
En 1863 se llevó a cabo una investigación oficial sobre las condiciones de manutención y laborales de delincuentes sentenciados a deportación y trabajos forzosos. Los resultados se consignan en dos voluminosos libros azules. "Una esmerada compulsa", se dice allí entre otras cosas, "de la dieta de los delincuentes en las cárceles de Inglaterra con la de los indigentes en los workhouses y la de los obreros agrícolas libres de este país [...] revela, sin lugar a dudas, que los primeros están mucho mejor alimentados que cualquiera de las otras dos clases" [115], mientras que la masa de trabajo que se exige de un condenado a trabajos forzosos equivale aproximadamente a la mitad de la que ejecuta un obrero agrícola común [116]. Brindemos unas pocas deposiciones testimoniales características. John Smith, director de la cárcel de Edimburgo, declara (nº 5056): "La dieta en las prisiones inglesas es mucho mejor que la del obrero rural común". Nº 5057: "Es un hecho [...] que [849] los obreros agrícolas de Escocia muy raras veces comen algún tipo de carne". Nº 3047: "¿Sabe usted de algún motivo que obligue a alimentar mucho mejor (much better) a los delincuentes que a los obreros agrícolas comunes? No, en absoluto". Nº. 3048: "¿Piensa usted que es conveniente hacer nuevos experimentos para que la dieta de los prisioneros condenados a trabajos forzosos se asemeje más a la de los obreros agrícolas libres?" [117]. "El obrero agrícola", se afirma, "podría decir: trabajo duramente y no me alcanza para comer. Cuando estaba en la cárcel, no trabajaba tanto y tenía abundancia de comida; para mí, por lo tanto, es mejor estar en la cárcel que el libertad" [118]. Con las tablas adjuntas al primer tomo del informe se ha compuesto el siguiente cuadro sinóptico:
Ingredien- Ingredien-
tes que tes que no Ingredien-
contienen contienen tes mine- Suma
nitrógeno nitrógeno rales total
Onzas(a) Onzas Onzas Onzas
Delincuente en la
cárcel de Portland 28,95 150,06 4,68 183,69
Marinero de la
Armada Real 29,63 152,91 4,52 187,06
Soldado 25,55 114,49 3,94 143,98
Constructor de ca-
rros (obrero) 24,53 162,06 4,23 190,82
Tipógrafo 21,24 100,83 3,12 125,19
Obrero agrícola 17,73 118,06 3,29 139,08
a 1 onza = 28,35 gr.
El lector ya conoce los resultados generales a que arribó la comisión médica que en 1863 investigó la situación alimentaria de las clases populares peor alimentadas. Recordará que la dieta de una gran parte de las familias de obreros agrícolas está por debajo de la medida mínima necesaria "para la profilaxis de enfermedades ocasionadas por el hambre". Tal es el caso, principalmente, en todos los distritos puramente agrícolas de Cornwall, Devon, [850] Somerset, Dorset aaaaaaa, Wilts, Stafford, Oxford, Berks y Herts. "La alimentación que obtiene el obrero agrícola", dice el doctor Simon bbbbbbb, "es mejor que la que indica la cantidad media, ya que él mismo obtiene una porción mucho mayor de los medios de subsistencia [...] indispensable para efectuar su labor [...] que los demás miembros de su familia, una porción que en los distritos más pobres incluye casi toda la carne y el tocino. [...] En muchos casos, y en casi todos los condados, la cantidad de alimento que toca a la mujer, así como a los niños en el período de su crecimiento rápido, es deficiente, particularmente en nitrógeno" [119]. A los criados y sirvientas que viven en la casa misma del arrendatario se los alimenta abundantemente. Su número cayó de 288.277 en 1851 a 204.962 en 1861. "El trabajo de las mujeres en los campos", dice el doctor Smith, "sean cuales fueren sus inconvenientes en otros aspectos [...], en las actuales circunstancias es muy ventajoso para la familia, pues le proporciona a la misma medios [...] para la adquisición de calzado, vestimenta, pago del alquiler, y permite así que la familia esté mejor alimentada" [120]. Uno de los resultados más notables de esta investigación fue que el obrero agrícola está mucho peor alimentado en Inglaterra que en las demás partes del Reino Unido ("is considerably the worst fed"), tal como lo muestra el cuadro:.
Carbono Nitrógeno
Granos(b) Granos
Inglaterra 40.673 1.594
Gales 48.354 2.031
Escocia 48.980 2.348
Irlanda 43.366 2.434 [121](Informe del doctor Hunter en "Public Health, Seventh Report...", 1864, pp. 498 a 502, pássim.)
a Datos del cuadro corregidos según la 4ª edición.
b 1 grano = 0,0648 gramos.
[851] "Cada página del informe redactado por el doctor Hunter", dice el doctor Simon en su informe sanitario oficial, "aporta un testimonio sobre la cantidad insuficiente y la calidad miserable de las viviendas en que se aloja nuestro obrero agrícola. Y desde hace muchos años viene [852] empeorando progresivamente, en ese aspecto, la situación de dicho trabajador. Actualmente, tal vez encontrar techo sea para él mucho más difícil que lo que lo era en los últimos siglos, y cuando lo encuentra se adecua mucho menos a sus necesidades. En los últimos veinte o treinta años, especialmente, el mal se ha incrementado con rapidez, y las condiciones habitacionales del campesino son hoy en día deplorabilísimas. Excepto en los casos en que aquellos a quienes enriquece el trabajo del obrero consideran que vale la pena tratarlo con una especie de indulgencia compasiva, éste se encuentra totalmente desvalido en lo que respecta a dicho punto. Que la vivienda se alce en la misma tierra que él cultiva, que dicha vivienda sea adecuada como morada humana o como morada porcina, que tenga una huertita la cual alivia tanto la carga de la pobreza , todo esto no depende de su disposición o de su capacidad de pagar un alquiler razonable, sino del uso que a otros les plazca hacer del <<derecho a disponer de su propiedad como se les antoje>>. Por grande que sea una finca arrendada, ninguna ley establece que en ella debe levantarse determinado número de viviendas obreras, y mucho menos que tienen que ser decentes; del mismo modo, la ley no atribuye al obrero ni siquiera el mínimo derecho al suelo, para el cual su trabajo es tan necesario como la lluvia y el sol... Con su considerable peso, una circunstancia notoria desnivela aun más la balanza contra él... la influencia de la ley de beneficencia, con sus disposiciones sobre domicilio y gravámenes de [853] beneficencia [122]. Bajo esa influencia, toda parroquia tiene un interés pecuniario en restringir a un mínimo el número de obreros agrícolas residentes en ella, pues desgraciadamente el trabajo agrícola, en vez de garantizar una independencia segura y permanente al hombre abrumado de trabajo y a su familia, sólo conduce, en la mayor parte de los casos y tras rodeos más largos o más breves, al pauperismo. Un pauperismo que a lo largo de todo el camino está tan próximo que toda enfermedad o cualquier carencia transitoria de ocupación obligan a recurrir al socorro parroquial, y de ahí que todo asentamiento de una población agrícola en una parroquia signifique, notoriamente, un aumento adicional en sus impuestos de beneficencia... A los grandes terratenientes [123] [...] les basta decidir que en sus fincas no se levante ninguna vivienda obrera y con ello se liberan automáticamente de la mitad de su responsabilidad por los pobres. Hasta qué punto la constitución y la ley inglesas han querido sancionar este tipo de propiedad irrestricta del suelo, gracias a la cual un terrateniente que <<hace con lo suyo lo que se le antoja>> puede tratar como forasteros a los cultivadores y expulsarlos de su propiedad, es una cuestión cuyo debate no me incumbe... Esta facultad de desalojo [...] no existe sólo en la teoría. Se la ejerce en la práctica, en la mayor escala [...]. Es una de las circunstancias que rigen las condiciones habitacionales del obrero agrícola... Acerca de la extensión del mal permite juzgar el último censo, según el cual durante los últimos 10 años y pese a una mayor demanda local de vivienda, prosiguió la destrucción de casas en 821 diversos distritos de Inglaterra, de tal manera que si prescindimos de personas obligadas a convertirse en no residentes" (esto es, a no residir en las parroquias donde trabajan), "en 1861 una población mayor en un 5 1/3 % que en 1851 debió acomodarse en un espacio habitacional [854] un 4 1/2 % más reducido... Cuando el proceso de despoblación ha llegado a su término, dice el doctor Hunter, el resultado es una aldea de escenografía (show-village), donde las cottages se han reducido a unas pocas, en las que no se permite vivir a nadie, se exceptúa tan sólo a pastores de ovejas, jardineros y monteros, servidores regulares que reciben de los magnánimos señores el buen trato tradicionalmente dado a esas clases [124] ccccccc 202,3 há. 125. Pero la tierra requiere cultivo, y se observará que los trabajadores que la laboran no son inquilinos del terrateniente, sino que proceden de una aldea abierta, ubicada quizás a tres millas de distancia ddddddd, donde una numerosa clase de pequeños caseros los ha hospedado después de la destrucción de las cottages de los primeros en las aldeas cerradas. Cuando las cosas tienden a ese resultado, las cottages suelen atestiguar, con su aspecto destartalado, el destino al que están condenadas. Se las ve en las diversas fases de la decadencia natural. Mientras el techo no se venga abajo, se le permite al obrero pagar alquiler por la choza, y a menudo está contentísimo de poder hacerlo, aunque tenga que abonar por ella el precio de una vivienda confortable. Pero ninguna reparación, ninguna mejora, salvo las que pueda efectuar el insolvente inquilino. Y por último cuando se vuelve completamente inhabitable [...], hay simplemente una cottage destruida más y un impuesto de beneficencia menos para pagar en lo sucesivo. Mientras los grandes terratenientes se desembarazan de esa manera del impuesto de beneficencia, despoblando el suelo controlado por ellos, el pueblo o la aldea abierta más cercanos reciben los obreros desalojados; más cercanos, digo, pero ese pueblo <<más [855] cercano>> puede distar 3 ó 4 millas eeeeeee de la finca en que el obrero debe trabajar duramente día tras día. Se agrega así a su tarea diaria, como si fuera poca cosa, la necesidad de marchar diariamente de 6 a 8 millas para ganarse el pan de cada día. Todo el trabajo agrícola ejecutado por su mujer e hijos se efectúa bajo las mismas circunstancias, que agravan las dificultades. Y el mal generado por el alejamiento no se reduce a eso. En la aldea abierta, los especuladores compran retazos de terreno que siembran lo más densamente posible con los cuchitriles mas baratos que se pueda concebir. Y en estas míseras viviendas, que aunque den al campo comparten las características más monstruosas de las peores moradas urbanas, es donde se hacinan los obreros agrícolas de Inglaterra [126]"Sin los pequeños propietarios de las aldeas abiertas [...], la mayor parte de los obreros agrícolas tendrían que dormir bajo los árboles de las fincas en que trabajan." (Ibídem, p. 135.) El sistema de las aldeas "abiertas" y "cerradas" prevalece en todos los Midlands {250} y en toda la parte oriental de Inglaterra. 127 ...Tampoco se debe imaginar, por otra parte, que el trabajador alojado en la misma tierra que cultiva encuentra la vivienda [856] a que lo hace merecedor su vida, industriosa y productiva. [...] Incluso en las fincas más principescas [...] su cottage [...] suele ser de lo más deplorable. A juicio de algunos terratenientes, un establo es suficientemente bueno para sus obreros y los familiares de éstos y no desdeñan extraer de su alquiler todo el dinero posible [128] fffffff En la 3ª y 4ª ediciones: "certificado de trabajo".. Aunque se trate de una choza en ruinas, con un solo dormitorio, sin hogar, sin retrete, sin ventanas que puedan abrirse, sin más suministro de agua que el de la acequia, sin huerta, el obrero carece de amparo contra la injusticia. Y nuestras leyes de política sanitaria (the Nuisance Removal Acts) [...] son [...] letra muerta. Se ha confiado su aplicación [...] precisamente a los propietarios que alquilan esas covachas... Es necesario que [...] no nos dejemos deslumbrar por escenas más brillantes, pero excepcionales; si lo hiciéramos perderíamos de vista la preponderancia abrumadora de hechos que constituyen un baldón para la civilización inglesa. Horrendo debe de ser, en efecto, el estado de cosas, cuando los observadores competentes, pese a la monstruosidad notoria de la vivienda actual, llegan por unanimidad a la conclusión de que la misma sordidez de las viviendas es un mal infinitamente menos agobiante que su mera escasez. Desde hace años, el hacinamiento en las viviendas de los obreros agrícolas es motivo de profunda inquietud no sólo para las personas que se ocupan de la [857] salud, sino para todas las que se atienen a la decencia y la moralidad de la vida. Una y otra vez, en efecto, con expresiones tan uniformes que parecen estereotipadas, quienes elaboran informes sobre la difusión de enfermedades epidémicas en los distritos rurales denuncian el hacinamiento habitacional como causa que frustra por entero todo intento de contener el progreso de una epidemia ya declarada. Y una y otra vez se ha demostrado que a pesar de las muchas influencias saludables de la vida campestre, la aglomeración, que tanto acelera la propagación de las enfermedades infecciosas, coadyuva también al surgimiento de enfermedades no infecciosas. Y las personas que han denunciado esa situación, no han guardado silencio acerca de otro mal. Incluso cuando su tema originario se limitaba al cuidado de la salud, se veían casi obligados a ocuparse de los otros aspectos del problema. Al mostrar cuán frecuentemente adultos de uno u otro sexo, casados y solteros, deben yacer amontonados (huddled) en estrechos dormitorios, los informes de esos observadores tenían necesariamente que suscitar la convicción de que en las condiciones descritas se ultrajan de la manera más grosera el sentimiento del pudor y la decencia, causándose la ruina, casi necesariamente, de toda moralidad 129 ... En el apéndice de mi último informe, por ejemplo, el doctor Ord, en su relación sobre el brote de fiebre en Wing, Buckinghamshire, refiere cómo llegó a ese lugar un joven de Wingrave, con fiebre. En los primeros días de su enfermedad ese joven durmió en una habitación con otras nueve personas. En dos semanas fueron infectados varios individuos; [exclamdown]en el curso de pocas semanas 5 de las 9 personas habían [858] contraído la fiebre, y una murió! [...] En esa misma época, el doctor Harvey, del hospital de Saint George, quien con motivo de su práctica privada había visitado el pueblo de Wing durante la epidemia, me proporcionó información coincidente con la anterior: <<Una joven, enferma de fiebre, dormía de noche en el mismo cuarto con el padre, la madre, su propio hijo bastardo, dos muchachos jóvenes (hermanos de ella) y sus dos hermanas, cada una con un bastardo; en total, 10 personas. Pocas semanas antes, 13 niños dormían en esa misma pieza>>" [130].
Durante su investigación, el doctor Hunter visitó 5.375 cottages de obreros agrícolas no sólo en distritos puramente agrarios, sino en todos los condados de Inglaterrra. De esas 5.375, 2.195 sólo tenían un dormitorio (que frecuentemente era también el cuarto de estar); 2.930 sólo 2, y 250 más de 2. Vamos a ofrecer aquí un breve florilegio, correspondiente a una docena de condados.
1. Bedfordshire
Wrestlingworth: dormitorio de unos 12 pies ggggggg de largo por 10 hhhhhhh de ancho; muchos, sin embargo, son más pequeños. A menudo la pequeña choza de un piso se divide con una mampara, formándose así dos dormitorios; suele colocarse una cama en una cocina de 5 pies y 6 pulgadas iiiiiii de alto. Alquiler: [sterling] 3. Los inquilinos tienen que construir su propio retrete; el casero se limita a hacer cavar un pozo. Tan pronto como alguien construye una letrina, la utiliza todo el vecindario. Una casa, denominada de Richardson, era de una belleza realmente única. Sus paredes de mortero se combaban como un vestido de dama durante la genuflexión. Un extremo de la fachada era convexo, el otro cóncavo, y sobre este último se levantaba desgarbadamente la chimenea, tubo torcido de arcilla y madera que recordaba la trompa de un elefante. Un palo [859] largo servía de puntal y evitaba el derrumbe de la chimenea. Puerta y ventana romboidales. De las 17 casas visitadas sólo 4 tenían más de un dormitorio, y las 4 estaban atestadas. Cots [chozas de un piso] de una alcoba albergaban 3 adultos con 3 chicos, un matrimonio con 6 hijos, etcétera.
Dunton: alquileres altos, de [sterling] 4 a [sterling] 5; salario semanal de los varones adultos: 10 chelines. Confían en conseguir el dinero para el alquiler mediante el trenzado de paja, efectuado por la familia. Cuanto más elevado el alquiler, tanto mayor el número de los que deben reunirse para pagarlo. Seis adultos, que compartían un dormitorio con 4 niños, pagaban por esa pieza [sterling] 3 y 10 chelines. La casa más barata de Dunton sus medidas exteriores son 15 pies jjjjjjj de largo por 10 kkkkkkk de ancho estaba alquilada por [sterling] 3. Sólo una de las 14 casas investigadas tenía dos dormitorios. Algo apartada de la aldea se levanta una casa cuyos moradores han enchastrado las paredes exteriores con sus excrementos. Por un simple proceso de putrefacción, unas 9 pulgadas lllllll de la parte inferior de la puerta han desaparecido; de noche, al cerrar, se tapa ingeniosamente el agujero empujando desde adentro unos ladrillos y pedazos de esterilla. Media ventana tanto los vidrios como el marco ha seguido el camino de toda carne [131]. Aquí, privados de mobiliario, se amontonan 3 adultos y 5 niños. Dunton no es peor que el resto de la Biggleswade Union.
2. Berkshire
Beenham: en junio de 1864 un hombre, su mujer y 4 hijos vivían en una cot (cottage de un piso). Una hija que trabajaba de sirvienta volvió a la casa con fiebre escarlatina. Murió. Un chico se enfermó y murió. La madre y un hijo estaban enfermos de tifus cuando se llamó al doctor Hunter. El padre y uno de los niños dormían fuera de la casa, pero la dificultad de lograr el aislamiento pudo apreciarse aquí, ya que la ropa de la familia atacada [860] por la fiebre se amontonaba, a la espera de lavado, en la atestada plaza del mercado de la mísera aldea. Alquiler de la casa de H., 1 chelín semanal, un dormitorio para una pareja y 6 niños. Casa alquilada por 8 peniques (semanales): 14 pies y 6 pulgadas mmmmmmm de largo, 7 pies nnnnnnn de ancho, cocina de 6 pies ooooooo de altura; el dormitorio sin ventana, ni hogar, ni puerta, ni otra abertura que una sola al pasillo, ninguna huerta. Vivía un hombre aquí, hace poco, con dos hijas adultas y un hijo adolescente. Padre e hijo dormían en la cama, las muchachas en el pasillo. Cada una de ellas tuvo un hijo mientras la familia vivía allí, pero una se fue al workhouse [hospicio] para el parto, y luego volvió a la casa.
3. Buckinghamshire
Treinta cottages sobre 1.000 acres ppppppp de tierra albergan aquí de 130 a 140 personas, aproximadamente. La parroquia de Bradenham abarca 1.000 acres; en 1851 tenía 36 casas y una población de 84 hombres y 54 mujeres. Este desnivel entre los sexos se había subsanado en 1861, año en que se censaron 98 varones y 87 mujeres; en 10 años hubo un incremento de 14 hombres y 33 mujeres. En el ínterin, el número de casas había disminuido en una unidad.
Winslow: gran parte de la aldea está recién construida, en buen estilo. La demanda de casas parece ser importante, ya que cots misérrimas se alquilan a 1 chelín y 3 peniques por semana.
Water Eaton: aquí los propietarios, en vista de que la población aumentaba, han demolido aproximadamente un 20 % de las casas existentes. Un pobre obrero que tenía que caminar unas 4 millas qqqqqqq hasta su trabajo, respondió a la pregunta de si no encontraría una cot más cerca: "No en la perra vida le alquilarán una casa a un hombre con una familia tan numerosa como la mía".
[861] Tinker's End, cerca de Winslow: una habitación donde dormían 4 adultos y 5 niños, medía 11 pies rrrrrrr de largo por 9 sssssss de ancho, y en su punto más elevado la altura era de 6 pies y 5 pulgadas ttttttt; otro dormitorio, de 11 pies y 7 pulgadas uuuuuuu de largo por 9 pies vvvvvvv de ancho y 5 pies y 10 pulgadas wwwwwww de altura, albergaba 6 personas. Cada una de esas familias disponía de menos espacio que el necesario para un condenado a trabajos forzosos. Ninguna casa tenía más de un dormitorio; ninguna, una puerta trasera. El agua escaseaba mucho. Alquileres semanales de 1 chelín y 4 peniques a 2 chelines. En 16 casas investigadas sólo había un hombre que ganara 10 chelines por semana. En el caso antes mencionado, la reserva de aire a disposición de cada persona equivalía a la que le correspondería si pasara la noche encerrada en un cubo de 4 pies de arista xxxxxxx. En las chozas viejas, es cierto, no escasea la ventilación natural.
4. Cambridgeshire
Gamblingay pertenece a varios propietarios. Se observan en ella las cots más ruinosas y miserables que se pueda encontrar en ninguna otra parte. Se practica mucho el trenzado de paja. Una lasitud mortal, una resignación desesperada a la mugre, imperan en Gamblingay. El desaseo en el centro de la aldea se convierte en tortura en los extremos septentrional y meridional, donde las casas se caen a pedazos, podridas. Los terratenientes ausentistas desangran pródigamente a la mísera aldehuela. Los alquileres son muy elevados. De 8 a 9 individuos apeñuscados en una pieza donde podría dormir bien una sola persona; en dos casos, 6 adultos, cada uno con 1 ó 2 niños, en un dormitorio pequeño.
[862]
5. Essex
En muchas parroquias de este condado corren parejas la disminución en el número de personas y en el de cottages. En no menos de 22 parroquias, sin embargo, la destrucción de casas no ha puesto coto al incremento de la población o, en otras palabras, no ha provocado la expulsión que, bajo el nombre de "éxodo hacia las ciudades" tiene lugar en todas partes. En Fingringhoe, una parroquia de 3.443 acres yyyyyyy, había en 1851 145 casas, y en 1861 únicamente 110, pero la gente no quiso marcharse y se las arregló para aumentar numéricamente, a pesar de estar sometida a ese tratamiento. En Ramsden Crays 252 personas residían en 1851 en 61 casas, pero en 1861 262 personas se hacinaban en sólo 49 casas. En Basildon vivían en 1851 157 pcrsonas en 35 casas, sobre 1.827 acres zzzzzzz; a fines del decenio, 180 personas en 27 casas. En las parroquias de Fingringhoe, South Fambridge, Widford, Basildon y Ramsden Crays vivían en 1851 1.392 personas en 316 casas, sobre 8.449 acres aaaaaaaa; en 1861, sobre la misma superficie, 1.473 personas en 249 casas.
6. Herefordshire
Este pequeño condado ha sido más atacado por el "espíritu de desalojo" que cualquier otro en Inglaterra. En Madley las atestadas cottages, por lo general de dos dormitorios, pertenecen en gran parte a arrendatarios de tierras. [exclamdown]Las alquilan fácilmente a [sterling] 3 ó 4 por año y pagan un salario semanal de 9 chelines!
7. Huntingdonshire
Hartford tenía en 1851 87 casas, pero poco después se habían demolido 19 cottages en esa pequeña parroquia de 1.720 acres bbbbbbbb; habitantes en 1831, 452 personas; en [863] 1851, 382, y en 1861, 341. Investigadas; 14 cots de un dormitorio. En una, un matrimonio, 3 hijos varones adultos, una muchacha adulta, 4 niños; en total: 10 personas; en otra, 3 adultos y 6 niños. Uno de esos cuartos, en el que dormían 8 personas, medía 12 pies y 10 pulgadas cccccccc de largo, 12 pies y 2 pulgadas dddddddd de ancho y 6 pies y 9 pulgadas eeeeeeee de altura; la medida media, sin descontar las salientes, arrojaba unos 130 pies cúbicos ffffffff por cabeza. En los 14 dormitorios, 34 adultos y 33 niños. Raras veces estas cottages tenían huerta, pero muchos de los inquilinos podían tomar en arriendo pequeños retazos de tierra, a razón de 10 ó 12 chelines por rood (1/4 de acre gggggggg). Estos allotments [lotes] se encuentran lejos de las casas, carentes de letrinas. La familia tiene que optar entre ir a su parcela para depositar allí sus excrementos o, como ocurre aquí y con perdón sea dicho, llenar con ellos el cajón de un armario; una vez lleno, lo sacan y se lo vacía donde su contenido es necesario. En Japón, el ciclo de las condiciones de vida se desenvuelve con más aseo.
8. Lincolnshire
Langtoft: un hombre vive aquí en la casa de Wright, con mujer, suegra y 5 chicos; la casa tiene cocina al frente, lavadero, un dormitorio sobre la cocina; ésta y el dormitorio miden 12 pies y 2 pulgadas hhhhhhhh de largo por 9 pies y 5 pulgadas iiiiiiii de ancho; la planta baja, en su totalidad, mide 21 pies y 3 pulgadas jjjjjjjj de largo por 9 pies y 5 pulgadas kkkkkkkk de ancho. El dormitorio es una buhardilla. Las paredes convergen en el techo, a la manera de un pilón de azúcar, y un tragaluz se abre en la fachada. ¿Por qué vivía aquí el inquilino? ¿Huerto? Extraordinariamente minúsculo. ¿Alquiler? Alto, 1 chelín y 3 peniques por semana. ¿Cercanía respecto al trabajo? No, trabajo y casa distaban 6 millas llllllll [864] uno del otro, de modo que el ocupante tenía que marchar 12 millas mmmmmmmm diarias, entre ida y vuelta. Vivía allí porque era una cottage alquilable y porque quería tener una cot para él solo, en cualquier parte, a cualquier precio, en el estado que fuera. Ofrecemos ahora los datos estadísticos correspondientes a 12 casas en Langtoft, con 12 dormitorios en los que vivían 38 adultos y 36 niños:
Dormi- Número Dormi- Número
Casas torios Adultos Niños de Casas torios Adultos Niños de
personas personas
1 1 3 5 8 1 1 3 3 6
1 1 4 3 7 1 1 3 2 5
1 1 4 4 8 1 1 2 0 2
1 1 5 4 9 1 1 2 3 5
1 1 2 2 4 1 1 3 3 6
1 1 5 3 8 1 1 2 4 6
9. Kent
Kennington, penosísimamente congestionada en 1859, año en que se declaró la difteria y el médico de la parroquia efectuó una encuesta oficial sobre la situación de las clases populares más pobres. Se encontró con que en este poblado, donde hay gran necesidad de trabajo, se habían destruido varias cots y no se había construido ninguna nueva. En un distrito se levantaban 4 casas, llamadas birdcages (pajareras); cada una tenía 4 piezas cuyas dimensiones en pies nnnnnnnn y pulgadas oooooooo eran las siguientes:
Cocina 9,5 x 8,11 x 6,6
Lavadero 8,6 x 4,6 x 6,6
Dormitorio 8,5 x 5,10 x 6,3
Dormitorio 8,3 x 8,4 x 6,3
[865]
10. Northamptonshire
Brixworth, Pitsford y Floore: durante el invierno, debido a la falta de trabajo, en estas aldeas vagabundean de 20 a 30 hombres por las calles. Los arrendatarios no siempre cultivan suficientemente las tierras cerealeras y las dedicadas a hortalizas, y al terrateniente le ha parecido ventajoso fusionar en 2 ó 3 todas sus fincas arrendadas. De ahí que escasee la ocupación. Mientras que de un lado de la fosa el campo clama por trabajo, del otro lado los chasqueados trabajadores le lanzan miradas ansiosas. Febrilmente recargados de trabajo en el verano y medio muertos de hambre en el invierno, no es extraño que digan, en su propio dialecto, que "the parson and gentlefolks seem frit to death at them" [132]bis.
En Floore, casos de parejas con 4, 5, 6 niños, hacinados en un dormitorio de miniatura; lo mismo, 3 adultos con 5 niños; lo mismo, una pareja con el abuelo y 6 niños enfermos de escarlatina, etc.; en 2 casas con 2 dormitorios, 2 familias formadas por 8 y 9 adultos, respectivamente.
11. Wiltshire
Stratton: 31 casas visitadas; 8 con sólo un dormitorio. Penhill, en la misma parroquia: una cot, alquilada por 1 chelín y 3 peniques semanales y en la que vivían 4 adultos y 4 niños, no tenía nada de bueno salvo las paredes desde el piso hecho de piedras toscamente labradas hasta el techo de paja podrida.
12. Worcestershire
La destrucción de casas no ha ido aquí tan lejos; sin embargo, de 1851 a 1861 el número de moradores por casa pasó de 4,2 a 4,6.
Badsey: muchas cots y huertas pequeñas en esta aldea. Algunos arrendatarios declaran que las cots son "a great [866] nuisance here, because they bring the poor" (las cots constituyen un gran inconveniente porque atraen a los pobres). Con respecto a la afirmación de un gentleman, según el cual "no por ello mejora la situación de los pobres; si se construyen 500 cots, se colocan como el pan caliente, y en realidad, cuantas más se construyen, tantas más se necesitan" en su opinión son las casas las que producen los habitantes, que luego, conforme a una ley natural, presionan sobre "los medios habitacionales" observa el doctor Hunter: "Y bien, esos pobres deben venir de alguna parte, y como en Badsey no hay nada que ejerza atracción socorros caritativos, por ejemplo tiene que existir necesariamente una repulsión ejercida por un lugar todavía más desagradable, la cual los impele hacia aquí. Si cada uno pudiera encontrar una cot y una parcela cerca de su lugar de trabajo, es seguro que nadie preferiría a Badsey, donde por un pedacito de terreno tiene que pagar dos veces más que el arrendatario por el suyo".
El éxodo constante hacia las ciudades, la conversión constante operada en el campo de los obreros en "supernumerarios" debido a la concentración, pppppppp a la transformación de tierras de labor en pasturas, a la maquinaria, etcétera, y la expulsión constante de la población rural por medio de la demolición de las cottages, son procesos que corren parejos. Cuando más despoblado está un distrito tanto mayores son su "sobrepoblación relativa" y la presión ejercida por ésta sobre los medios de ocupación, tanto mayor el excedente absoluto de población rural con respecto a sus medios habitacionales, tanto mayores, por consiguiente, la sobrepoblación local y el pestilente hacinamiento humano en las aldeas. El espesamiento del conglomerado humano en aldehuelas y pueblecitos desperdigados concuerda con la forzosa despoblación humana del campo abierto. La conversión ininterrumpida de los obreros agrícolas en "supernumerarios", pese a la reducción de su número y al aumento en la masa de su producto, es la cuna de su pauperismo. Su indigencia ocasional es uno de los motivos que se invocan para desalojarlos y la fuente de su miseria habitacional; ésta quebranta su última capacidad de resistencia y los convierte en simples esclavos [867] del terrateniente [133] y del arrendatario de tierras, de tal modo que el mínimo del salario se consolida para ellos con la fuerza de una ley natural. Por otra parte, el campo, pese a su constante "sobrepoblación relativa", está a la vez subpoblado. Esto no sólo puede verse con carácter local en puntos donde la afluencia humana hacia las ciudades, minas, ferrocarriles en construcción, etc., se produce con demasiada rapidez, sino en todas parte, tanto durante la cosecha como en primavera o verano, en los muchos momentos en que la agricultura inglesa muy esmerada e intensiva requiere brazos extraordinarios. Siempre hay demasiados obreros agrícolas para las necesidades medias de la agricultura y demasiado pocos para las necesidades excepcionales o temporarias de la misma [134] qqqqqqqq En la 4ª edición se cita así esta obra: "Der achtzehnte Brumaire des Louis Bonaparte", 2ª ed., Hamburgo, 1869, pp. 88 y ss.".. [868] De ahí que en los documentos oficiales se registren las quejas más contradictorias, procedentes de la misma localidad, respecto a la falta de trabajo y al exceso de trabajo; todo al mismo tiempo. La falta temporaria o local de trabajo no suscita ningún aumento salarial, sino que empuja hacia los trabajos agrícolas a mujeres y niños y abate a niveles cada vez más bajos la edad a la que estos últimos comienzan a trabajar. No bien cobra mayor vuelo la explotación de las mujeres y los niños, la misma se convierte, a su vez, en nuevo medio para transformar en supernumerarios a los trabajadores agrícolas varones y mantener el bajo nivel de sus salarios. En el este de Inglaterra florece un hermoso fruto de este cercle vicieux [círculo vicioso]: el llamado gang-system (sistema de cuadrillas o de bandas), tema sobre el cual volvemos brevemente aquí [135].
El sistema de cuadrillas está radicado casi exclusivamente en Lincolnshire, Huntingdonshire, Cambridgeshire, Norfolk, Suffolk y Nottinghamshire, esporádicamente en los condados vecinos de Northampton, Bedford y Rutland. Tomemos aquí a Lincolnshire como ejemplo. Una gran parte de este condado está formada por tierras nuevas, pantanos desecados o, al igual que en otros de los condados orientales aludidos, terrenos recién ganados al mar. La máquina de vapor ha operado milagros en cuanto a la desecación. Extensiones que antes eran marismas y terrenos arenosos, están cubiertas ahora por un mar de exuberantes trigales y rinden las más elevadas rentas de la tierra. Lo mismo se aplica a terrenos aluviales ganados artificialmente, como en el caso de la isla de Axholme y las demás parroquias a orillas del Trent. A medida que surgían las nuevas fincas arrendadas, no sólo no se construían nuevas cottages sino que se demolían muchas de las antiguas; el aporte de trabajo se obtenía de las aldeas abiertas, [869] distantes varias millas y ubicadas a lo largo de caminos que serpentean por la cresta de las colinas. Eran éstas, anteriormente, el único refugio que encontraba la población durante las persistentes inundaciones invernales. En las fincas arrendadas de 400 a 1.000 acres rrrrrrrr, a los obreros sedentarios (denominados aquí "confined labourers" [trabajadores encerrados]) sólo se los utiliza para el trabajo agrícola pesado y permanente, efectuado con caballos. Término medio, por cada 100 acres (1 acre = ssssssss 1,584 morgen prusianas) hay apenas una cottage. Un arrendatario de fenland [tierra ganada a los pantanos] declaró ante la comisión investigadora: "La finca que arriendo comprende 320 acres tttttttt, todos de tierras de pan llevar. No tiene ninguna cottage. Un trabajador vive actualmente en mi casa. Tengo cuatro hombres que trabajan con las caballos y que residen en los alrededores. El trabaja liviano, para el que se requieren muchos brazos, se efectúa par medio de cuadrillas" [136]. El suelo exige muchas tareas livianas, camo arrancar la maleza, azadonar, ciertas operaciones de abonado, eliminación de las piedras, etc. Estos trabajos los ejecutan las cuadrillas o bandas organizadas, residentes en las aldeas abiertas.
La cuadrilla se compone de 10 a 40 ó 50 personas: mujeres, muchachos de uno u otro sexo (de 13 a 18 años), aunque a los muchachos varones generalmente se los excluye cuando llegan a los 13 años, y por último niños y niñas (de 6 a 13 años). A la cabeza está el gang-master (jefe de cuadrilla), que es siempre un obrero agrícola común y corriente y que suele ser lo que se llama un tipo de mala entraña, libertino, inconstante, borrachín, pero dotado de cierto espíritu emprendedor y de savoir-faire [don de gentes]. Recluta la cuadrilla, que trabaja a sus órdenes y no bajo el mando del arrendatario. Con éste establece un acuerdo basado, las más de las veces, en el pago a destajo. La remuneración del gang-master, no mucho mayor promedialmente que la de un obrero agrícola [870] común [137] uuuuuuuu Unas 200 há., depende casi por entero de la destreza con que sepa hacer que su cuadrilla, en el menor tiempo posible, movilice la mayor cantidad posible de trabajo. Los arrendatarios han descubierto que las mujeres sólo trabajan ordenadamente bajo la dictadura masculina, pero que ellas y los niños, una vez puestos en movimiento, gastan con verdadero desenfreno sus energías vitales como ya lo sabía Fourier , mientras que el obrero varón adulto es tan mañoso que las economiza lo más que puede. El jefe de cuadrilla se traslada de una finca a otra y ocupa así a su banda durante 6 u 8 meses por año. Ser sus clientes, por ende, es mucho más rendidor y seguro para las familias obreras que serlo del arrendatario individual, el cual sólo ocasionalmente da ocupación a niños. Esta circunstancia consolida a tal punto su influencia en las aldeas abiertas, que por lo general sólo por su mediación es posible contratar niños. La explotación individual de los mismos, al margen de la explotación de la cuadrilla por el arrendatario vvvvvvvv, constituye el negocio accesorio de estos individuos.
Los "puntos flacos" del sistema son el trabajo excesivo de los niños y de los jóvenes, las marchas interminables que efectúan diariamente para ir y volver de fincas distantes 5, 6 y a veces 7 millas wwwwwwww, y por último la desmoralización de las "gangs". Aunque el jefe de cuadrilla, al que en algunas comarcas se lo denomina "the driver" (el arriero), está provisto de una buena vara, rara vez la emplea, y las quejas sobre malos tratos son la excepción. Es un emperador democrático o una especie de flautista de Hamelin [138]. Necesita, pues, gozar de popularidad entre sus súbditos y los mantiene vinculados a su persona por medio de la bohemia que prospera bajo sus auspicios. Una cruda licencia, un placentero desenfreno y la más obscena desenvoltura dan alas a la cuadrilla. Las más de las veces el jefe de cuadrilla paga los salarios en la taberna y vuelve más tarde a casa tambaleándose, sostenido a [871] derecha e izquierda por sendas y robustas mujeres, a la cabeza de un séquito de niños y muchachos que alborotan y entonan canciones chocarreras y obscenas. En el camino de regreso está en la orden del día lo que Fourier llama la "fanerogamia" [139]. Es frecuente que muchachas de trece y catorce años queden encintas por compañeros de su misma edad. Las aldeas abiertas, que suministran el grueso de las cuadrillas, se convierten en Sodomas y Gomorras [140] 141 y registran dos veces más nacimientos ilegítimos que el resto del reino. Ya hemos indicado lo que aportan a la moralidad, en calidad de mujeres casadas, las muchachas criadas en esa escuela. Sus hijos, si el opio no les da el golpe de gracia, son reclutas natos de la cuadrilla.
La cuadrilla, en la forma clásica que acabamos de describir, se denomina cuadrilla pública, común o ambulante (public, common or tramping gang). Existen también, en efecto, cuadrillas privadas (private gangs). Se integran como la cuadrilla pública pero son menos numerosas, y en vez de trabajar bajo el mando del jefe de cuadrilla, lo hacen a las órdenes de un peón viejo al que el arrendatario no sabe dar mejor destino. El espíritu de bohemia se desvanece aquí, pero todas las declaraciones testimoniales coinciden en que tanto el pago como el trato de los niños empeoran.
El sistema de cuadrillas, que en los últimos años se ha extendido de manera constante [142], no existe, evidentemente, para complacer al jefe de cuadrilla. Existe para enriquecer a los grandes arrendatarios [143], o en su caso a los terratenientes [144]. Para el arrendatario no existe un [872] método más ingenioso, que le permita mantener a su personal obrero muy por debajo del nivel normal y, no obstante, tener siempre a la orden, para todo trabajo extraordinario, los brazos extras necesarios, así como extraer con la menor cantidad posible de dinero la mayor cantidad posible de trabajo [145] y convertir en "supernumerarios" a los obreros varones adultos. Tras la exposición anterior, se comprende que por un lado se admita la mayor o menor desocupación del obrero rural, y que por otro se declare "necesario" el sistema de cuadrillas debido a la falta de trabajo obrero masculino y a su éxodo hacia las ciudades [146]. Los campos libres de malezas y las malezas humanas de Lincolnshire, etcétera, son los polos opuestos de la producción capitalista [147].
[873]
Para concluir esta sección es necesario que nos traslademos por un momento a Irlanda. En primer lugar, los hechos que aquí nos interesan.
La población de Irlanda había aumentado en 1841 a 8.222.664 personas; en 1851 se había reducido a 6.623.985 habitantes, en 1861 a 5.850.309 y en 1866 a 5 1/2 millones, esto es, aproximadamente a su nivel de 1801. La disminución comienza con el año de hambruna de 1846, de manera que en menos de 20 años Irlanda pierde más de 5/16 del número total de sus habitantes [148]. Su emigración global desde mayo de 1851 hasta julio de 1861 ascendió a 1.591.487 personas; la emigración durante los últimos 5 años (1861-1865) pasó del medio [874] millón. El número de casas ocupadas se redujo, de 1851 a 1861, en 52.900. De 1851 a 1861 el número de las fincas arrendadas con una superficie de 15 a 30 acres xxxxxxxx aumentó en 61.000; el de las fincas arrendadas mayores de 30 acres en 109.000, mientras que el número total de todas las fincas arrendadas decreció en 120.000, merma que obedece exclusivamente al aniquilamiento de fincas arrendadas de menos de 15 acres, o sea a su concentración yyyyyyyy.
La mengua en el número de habitantes, naturalmente, se vio acompañada en términos generales por una reducción en la masa de productos. Para el objetivo que nos hemos fijado basta considerar los 5 años que van de 1861 a 1865, durante los cuales emigraron más de medio millón de personas y la cantidad absoluta de habitantes se redujo en más de 1/3 de millón zzzzzzzz.
Año Equinos Vacunos
Número Dismi- Número Dismi- Aumen-
total nución total nución to
1860 619.811 3.606.374
1861 614.232 5.579 3.471.688 134.686
1862 602.894 11.338 3.254.890 216.798
1863 579.978 22.916 3.114.231 110.659
1864 562.158 17.820 3.262.294 118.063
1865 547.867 14.291 3.493.414 231.120
Año Ovinos Porcinos
Número Dismi- Aumen- Número Dismi- Aumen-
total nución to total nución to
1860 3.542.080 1.271.072
1861 3.556.050 13.970 1.102.042 169.030
1862 3.456.132 99.918 1.154.324 52.282
1863 3.308.204 147.928 1.067.458 86.866
1864 3.366.941 58.737 1.058.480 8.978
1865 3.688.742 321.801 1.299.893 241.413
Del cuadro precedente resulta:[149]
Equinos Vacunos Ovinos Porcinos
Disminución Disminución Aumento Aumento
absoluta absoluta absoluto absoluto
71.944 112.960 146.662 28.821
Pasemos ahora a la agricultura, que proporciona los medios de subsistencia para el ganado y los seres humanos. En el cuadro siguiente se calcula la disminución o el aumento registrado cada año con respecto al año inmediatamente precedente. Los granos comprenden el trigo, la avena, la cebada, el centeno, los frijoles y las arvejas. Las hortalizas abarcan las papas, turnips [nabos], remolachas azucareras y forrajeras, coles, zanahorias, parsnips [pastinacas], chirivías, etcétera.
Totales de
tierras
Granos Hortalizas Pasturas y Lino dedicadas
trébol a la agric.
y la ganad.
Año D D A D A D A D A
1861 15.701 36.974 47.969 19.271 81.373
1862 72.734 74.785 6.623 2.055 138.841
1863 144.719 19.358 7.724 63.922 92.431
1864 122.437 2.317 47.486 87.761 10.493
1865 72.450 25.421 68.970 50.159 28.218
1861-65 428.041 1O8.013 82.834 122.850 330.370
a 1 acre = 0,4047 há.
A Aumento
D Disminución
[876]
En 1865 se agregan al rubro "pasturas" 127.470 acres ccccccccc, principalmente porque el área bajo el rubro "tierra yerma, no utilizada, y bog (turberas)" disminuyó en 101.543 acres ddddddddd. Si comparamos 1865 con 1864, tenemos una reducción en el rubro granos de 246.667 quarters eeeeeeeee, de los cuales 48.999 fffffffff correponden al trigo, 166.605 ggggggggg a la avena, 29.892 hhhhhhhhh a la cebada, etc.; la merma en la producción de papas aunque el área dedicada a su cultivo aumentó en 1865 fue de 446.398 toneladas iiiiiiiii, etcétera jjjjjjjjj. Pasemos ahora, del movimiento de la población y de la producción agropecuaria de Irlanda, al movimiento en la bolsa de sus terratenientes, grandes arrendatarios y capitalistas industriales. El mismo se refleja en las bajas y alzas del impuesto a los ingresos. Para comprender el cuadro siguiente obsérvese que el rubro D (ganancias, salvo las de
1860 1861 1862 1863 1864 1865
Rubro A
Renta
de la
tierra 12.893.829 13.003.554 13.398.938 13.494.091 13.470.700 13.801.616
Rubro B
Ganan-
cias de
los arren-
data-
rios 2.765.387 2.773.644 2.937.899 2.938.823 2.930.874 2.946.072
Rubro D
Ganan-
cias in-
dustria-
les.
etc. 4.891.652 4.836.203 4.858.800 4.846.497 4.546.147 4.850.199
Todos los
rubros
de
A a E 22.962.885 22.998.394 23.597.574 23.658.631 23.236.298 23.930.340
[877]
Acres de tierra Aumento o dis- Producto por
Producto cultivada minución, 1865 acre
1864 865 + - 1864 1865
cwt.(b) cwt.
Trigo 276.483 266.989 9.494 13,3 13,0
Avena 1.814.886 1.745.228 69.658 12,1 12,3
Cebada 172.700 177.102 4.402 15,9 14,9
Bere (d) 8.894 10.091 1.197 16,4 14,8
Centeno 8,5 10,4
tons.(e) tons.
Papas 1.039.724 1.066.260 26.536 4,1 3,6
Nabos 337.355 334.212 3.143 10,3 9,9
Remolacha 14.073 14.389 316 10,5 13,3
Coles 31.821 33.622 1.801 9,3 10,4
Lino 301.693 251.433 50.260 34,2(*) 25,2(*)
Heno 1.609.569 1.678.493 68.924 1,6 1,8
Producto total
Producto Aumento o dis-
minución, 1865 Aumento o dis-
minución, 1865
+ - 1864 1865 + -
cwt. cwt. qrs.(c) qrs. qrs. qrs.
Trigo 0,3 875.782 826.783 48.999
Avena 0,2 7.826.332 7.659.727 166.605
Cebada 1,0 761.909 732.017 29.892
Bere (d) 1,6 15.160 13.989 1.171
Centeno 1,9 12.680 18.364 5.684
tons. tons. tons. tons. tons. tons.
Papas 0,5 4.312.388 3.865.990 446.398
Nabos 0,4 3.467.659 3.301.683 165.976
Remolacha 2,8 147.284 191.937 44.653
Coles 1,1 297.375 350.252 52.877
Lino 9,0(*) 64.506 39.561 24.945
Heno 0,2 2.607.153 3.068.707 461.554
* Stones de 14 libras (f).
a 1 acre = 0,4047 há.
b 1 cwt. = 1 hundredweight = 45,359 kg.
c 1 quarter = 2,908 hl.
d Variedad de cebada: hordeum hexastichon o tetrastichon.
e 1 tonelada inglesa = 2.240 libras = 1.016,04 kg.
f 6,350 kg.
[878]
los arrendatarios) incluye también las llamadas ganancias "profesionales", es decir, los ingresos de abogados, médicos, etc., y que los rubros C y E que no incluimos por separado en nuestro cuadro comprenden los ingresos de funcionarios, militares, sinecuristas del estado, tenedores de títulos, etcétera.
Bajo el rubro D, el aumento del ingreso anual medio fue de sólo 0,93 en el período 1853-1864, mientras que en el mismo lapso ascendió a 4,58 en Gran Bretaña. El cuadro siguiente [Cuadro E] muestra la distribución de las ganancias (sin incluir las de los arrendatarios) en los años 1864 y 1865.
Inglaterra, país de producción capitalista desarrollada y preponderantemente industrial, habría quedado exangüe si hubiera padecido una sangría de población como la soportada por Irlanda. Pero Irlanda, actualmente, no es más que un distrito agrícola de Inglaterra, de la cual la separa un ancho foso, y a la que suministra granos, lana, ganado y reclutas industriales y militares.
La despoblación ha hecho que muchas tierras se vuelvan baldías, ha reducido considerablemente el producto
[879]
1864 1865
Número de Número de
personas en- personas en-
[sterling] tre las que [sterling] tre las que
se distribu- se distribu-
yen yen
Ingreso total anual 4.368.610 17.467 4.669.979 18.081
Ingresos anuales
de más de
[sterling] 60 y menos de [sterling] 100 238.726 5.015 222.575 4.703
Del ingreso
total anual 1.979.066 11.321 2.028.571 12.184
Resto del ingreso
total anual 2.150.818 1.131 2.418.833 1.194
1.073.906 1.010 1.097.927 1.044
1.076.912 121 1.320.906 150
De las cuales 430.535 95 584.458 122
646.377 26 736.448 28
262.819 3 274.528 3
agrícola [153] mmmmmmmmm En la 3ª y 4ª ediciones: "exporta indirectamente". y, pese a la expansión del área dedicada a la ganadería, ha ocasionado en algunos de sus ramos una disminución absoluta, y en otras un progreso insignificante, interrumpido por retrocesos constantes. No obstante, con el descenso en la masa de la población, aumentan continuamente las rentas de la tierra y las ganancias de los arrendatarios, aunque estas últimas no de manera tan constante como las primeras. El motivo de ello es fácilmente comprensible. Por una parte, con la fusión de las fincas arrendadas y la transformación de tierras de labor en pasturas, una parte mayor del producto total se convirtió en plusproducto. El plusproducto creció, aunque el producto global, del cual aquél es una fracción, disminuyó. Por otra parte, el valor dinerario de este plusproducto se acrecienta aun más rápidamente que su masa, debido al aumento que en los últimos 20 años, y especialmente en el último decenio, han experimentado en el mercado inglés los precios de la carne, de la lana, etcétera.
[880] Los medios de producción dispersos que sirven al productor mismo como medios de ocupación y de subsistencia, sin que se valoricen mediante la incorporación de trabajo ajeno, están tan lejos de ser capital como el producto consumido por su propio productor lo está de ser mercancía. Aunque con la masa de la población decreció la masa de los medios de producción empleados en la agricultura, aumentó sin embargo la masa de capital empleado en la misma, ya que una parte de los medios de producción antes dispersos se transformó en capital.
El capital global de Irlanda invertido fuera de la agricultura, en la industria y el comercio, se acumuló durante los dos últimos decenios con lentitud y estuvo sometido a grandes y constantes fluctuaciones. Se desarrolló con gran rapidez, por el contrario, la concentración de sus partes constitutivas individuales. Finalmente, por pequeño que haya sido su crecimiento absoluto, relativamente, esto es, en proporción a la decreciente masa de población, ese capital aumentó.
Se despliega aquí bajo nuestros ojos, en gran escala, un proceso tan hermoso que la economía ortodoxa no podría desear que lo fuera más para demostrar su dogma según el cual la miseria es el resultado de la sobrepoblación absoluta y el equilibrio se restablece gracias a la despoblación. Es este un experimento mucho más importante que la peste de mediados del siglo XIV [154], tan glorificada por los maltusianos. Incidentalmente: si aplicar a las relaciones de producción y a las correspondientes relaciones de población del siglo XIX las pautas del siglo XIV era ya de por sí algo que combinaba pedantería e ingenuidad, esta ingenuidad, por añadidura, hacía caso omiso de que si bien la peste y la mortandad que la acompañó fueron seguidas por la liberación y enriquecimiento de la población rural de este lado del Canal, en Inglaterra, del otro lado, en Francia, contribuyeron a un mayor sojuzgamiento y a un acrecentamiento de la miseria nnnnnnnnn.
En 1846, la hambruna liquidó en Irlanda a más de un millón de seres humanos, pero sólo se trataba de pobres [881] diablos. No infligió el menor perjuicio a la riqueza del país. El éxodo que la siguió durante dos decenios, y que todavía hoy va en aumento, no diezmó como sí lo hizo la Guerra de los Treinta Años junto con los hombres a sus medios de producción. El genio irlandés inventó un método totalmente nuevo para proyectar a un pueblo indigente, como por arte de encantamiento, a miles de millas de distancia del escenario de su miseria. Los emigrantes arraigados en Estados Unidos envían anualmente sumas de dinero a casa, medios que posibilitan el viaje de los rezagados. Cada tropel que emigra este año, atrae el próximo año otro tropel de emigrantes. En vez de costarle algo a Irlanda, la emigración constituye uno de los ramos más proficuos de sus negocios de exportación. Es, por último, un proceso sistemático que no se limita a horadar un boquete transitorio en la masa de la población, sino que extrae de ella, año a año, más hombres que los remplazados por los nacimientos, con lo cual el nivel absoluto de población disminuye cada año ooooooooo.
¿Cuáles fueron las consecuencias para los obreros irlandeses que quedaron atrás, liberados ya de la sobrepoblación? Que la sobrepoblación relativa hoy es tan grande como antes de 1846, que el salario se mantiene en el mismo nivel bajo, que el trabajo es más extenuante que antes, que la miseria en el campo empuja hacia una nueva crisis. Las causas son simples. La revolución en la agricultura va a la par de la emigración. La producción de sobrepoblación relativa le tomó la delantera a la despoblación absoluta. Una mirada al cuadro B ppppppppp muestra que la transformación de tierras de labor en pasturas tiene que operar de manera mucho más aguda en Irlanda que en Inglaterra. En ésta, con el acrecentamiento de la ganadería aumenta el cultivo de hortalizas; en Irlanda, dicho cultivo disminuye. Mientras que grandes extensiones de tierras antes cultivadas quedan en barbecho o se transforman de manera permanente en pasturas, gran parte [882] de la tierra baldía y las turberas sirven hoy para la expansión de la ganadería. Los arrendatarios pequeños y medianos incluyo entre ellos todos los que no cultivan más de 100 acres qqqqqqqqq siguen siendo, aproximadamente, 8/10 del total [155]bis 156. La competencia de la agricultura practicada con métodos capitalistas oprime progresivamente, en grado mucho más intenso que antes, a ese tipo de arrendatarios, que por consiguiente suministran de manera constante nuevos reclutas a la clase de los asalariados. La única gran industria de Irlanda, la fabricación de lienzo, requiere relativamente pocos varones adultos y en general ocupa, pese a la expansión que experimentó a partir del encarecimiento del algodón sssssssss, sólo a una parte proporcionalmente insignificante de la población. Al igual que toda otra gran industria, la del lienzo, mediante oscilaciones continuas, produce en su propia esfera una sobrepoblación relativa, incluso aunque aumente en términos absolutos la masa humana absorbida por ella. La miseria de la población rural constituye el pedestal de gigantescas fábricas de camisas, etc., cuyo ejército de trabajadores, en su mayor parte, está disperso por el campo. Volvemos a encontrarnos aquí con el sistema de la industria doméstica, ya descrito anteriormente, que dispone de dos recursos metódicos para convertir en "supernumerarios" a los obreros: pagar de menos y hacer trabajar de más. Por último, aunque la despoblación no surtió efectos tan destructivos como los que habría ocasionado en un país de producción capitalista desarrollada, no tuvo lugar sin repercusiones constantes ttttttttt. [883] La emigración no sólo deja a sus espaldas casas vacías, sino también caseros arruinados. La baja total de su consumo crea en el mercado interno un vacío permanente, que se hace sentir sobre todo entre los tenderos modestos, los artesanos y los pequeños industriales en general. Cada nuevo éxodo arroja una parte de la pequeña clase media al proletariado. Véase en el cuadro E la reducción de los ingresos menores de [sterling] 100.
El salario del obrero agrícola en la región de Dublín el salario máximo del jornalero rural irlandés es en estos momentos, pese a los elevados precios de los artículos de primera necesidad, de 7 chelines.
De esto se desprende cuál será el nivel de ese salario en los distritos apartados puramente agrícolas.
Baste un ejemplo para caracterizar incluso la situación del obrero industrial irlandés calificado uuuuuuuuu
[884] "En mi reciente visita al norte de Irlanda", dice el inspector fabril inglés Robert Baker, "me sorprendió el esfuerzo que realizaba un obrero calificado irlandés para procurarles educación, pese a sus escasísimos recursos, a sus hijos. Reproduzco textualmente sus declaraciones, [885] tal como las recogí de sus labios. Se trata de un obrero calificado, como lo demuestra el hecho de que se lo emplee en la producción de artículos para el mercado de Manchester. Johnson: Soy beetler [agramador] y trabajo de 6 de la mañana a 11 de la noche, de lunes [886] a viernes; los sábados terminamos a las 6 de la tarde y tenemos 3 horas para comer y descansar. Tengo 5 chicos. Por ese trabajo gano 10 chelines y 6 peniques semanales; mi mujer también trabaja y cobra 5 chelines por semana. La muchacha mayor, de 12 años de edad, está a cargo de la casa. Es nuestra cocinera y la única ayudante que tenemos. Prepara a los hermanos menores para ir a la escuela. Mi mujer se levanta conmigo y salimos juntos. Una muchacha que pasa delante de nuestra casa me despierta a las 5.30 de la mañana. No comemos nada antes de ir al trabajo. La chica de 12 años cuida a los más pequeños durante todo el día. Desayunamos a las 8 y vamos para eso a casa. Tenemos té una vez por semana; los demás días comemos una papilla (stirabout), a veces de harina de avena y otras veces de harina de maíz, según lo que podamos conseguir. En invierno agregamos algo de azúcar y agua a la harina de maíz. En verano [887] cosechamos algunas papas, plantadas por nosotros en un pedacito de terreno, y cuando se terminan volvemos a la papilla. Así van las cosas, un día tras otro, todo el año. De noche, cuando termino de trabajar, siempre estoy muy cansado. Excepcionalmente comemos un bocado de carne, pero muy raras veces. Tres de nuestros hijos van a la escuela; pagamos para ello 1 penique por cabeza, cada semana. Nuestro alquiler es de 9 peniques semanales, la turba y el fuego nos cuestan por lo menos 1 chelín y peniques por quincena" [158]. [exclamdown]He aquí los salarios irlandeses, he aquí la vida irlandesa! [159] wwwwwwwww Nota suprimida en la 3ª y 4ª ediciones.bis.
En verdad, la miseria de Irlanda está de nuevo en el orden del día en Inglaterra. A fines de 1866 y comienzos de 1867, lord Dufferin, uno de los magnates rurales irlandeses, se ocupó en el "Times" de la solución que debía darse al problema. "[exclamdown]Qué actitud tan humana la de este gran señor!" [160]
Del cuadro E se desprende que mientras que en 1864 de las [sterling] 4.368.610 de ganancia total, 3 forjadores de plusvalor sólo se embolsaron [sterling] 262.819, los mismos 3 virtuosos del "renunciamiento" se embolsan en 1865, en cambio, [sterling] 274.528 de las ganancias totales, que se elevan a [sterling] 4.669.979; en 1864 a 26 fabricantes de plusvalor les tocan [sterling] 646.377, y en 1865 a 28 de estos señores les corresponden [sterling] 736.448; en 1864, 121 forjadores de plusvalor se embolsan [sterling] 1.076.912, y en 1865 son 150 los caballeros que se reparten [sterling]1.320.906; en 1864, 1.131 hacedores de plusvalor se quedan con [sterling] 2.150.818, casi la mitad de la ganancia global anual, y en 1865, 1.194 plusvaloristas se distribuyen [sterling] 2.418.833, más de la mitad de la ganancia global anual. Sin embargo, la parte del león de la renta nacional anual, devorada por un número insignificantemente pequeño de magnates agrarios en Inglaterra, Escocia e Irlanda, es tan monstruosa que la sabiduría [888] del estado inglés ha considerado oportuno no suministrar, con respecto a la distribución de la renta de la tierra, los mismos materiales estadísticos que en el caso de la distribución de la ganancia. Lord Dufferin es uno de esos magnates rurales. Sostener que los registros de rentas y las ganancias puedan alguna vez ser "supernumerarios", o que su plétora esté vinculada de alguna manera a la plétora de la miseria popular, es, naturalmente, una idea tan "poco respetable" como "malsana" (unsound). Él se atiene a los hechos. Y los hechos son que a medida que decrece el número de la población irlandesa, los registros irlandeses de rentas abultan cada vez más; que la despoblación "beneficia" al terrateniente, y por tanto también al suelo, y por ende también al pueblo, el cual no es más que un accesorio del suelo. Lord Dufferin declara, pues, que Irlanda está todavía sobrepoblada y que la corriente emigratoria fluye aún demasiado perezosamente. Para ser plenamente feliz, Irlanda tendría todavía que dejar salir 1/3 de millón de trabajadores, cuando menos. Y no se piense que ete lord, que tiene además su veta de poeta, es un médico de la escuela de Sangrado [161], aquel que apenas advertía que el paciente no había experimentado mejoría alguna le recetaba una sangría, y otra sangría más hasta que el enfermo perdía, amén de la sangre, su enfermedad. Lord Dufferin se limita a exigir una nueva sangría de 1/3 de millón, en vez de pedir una de aproximadamente 2 millones, sin cuya supresión, en realidad, no podrá establecerse el reino milenario en Erín. La prueba es fácil de suministrar.
1 2 3 4
Fincas de más Fincas de más de Fincas de más de
Fincas de no de 1 acre y 5 acres y menos 15 acres y menos
más de 1 acre(a) menos de 5 de 15 de 30
Nro. Acres Nros. Acres Nro. Acres Nro. Acres
48.653 25.394 82.037 288.916 176.368 1.836.310 136.578 3.051.343
5 6 7 8
Fincas de más Fincas de más
de 30 acres y de 50 acres y Fincas de más
menos de 50 menos de 100 de 100 acres Area total
Nro. Acres Nro. Acres Nro. Acres Acres
71.961 2.906.274 54.247 3.983.880 31.927 8.227.807 20.319.924[162] xxxxxxxxx Nota 188bis en la 3ª y 4ª ediciones.
a 1 acre = 0,4047 há.
De 1851 a 1861, la concentración yyyyyyyyy ha destruido principalmente fincas arrendadas de las tres primeras categorías, las de menos de 1 y no más de 15 acres. Son ellas las que tienen que desaparecer ante todo. Esto arroja el resultado de 307.058 arrendatarios "supernumerarios"; calculando la familia según una media, baja, de 4 individuos, tenemos 1.228.232 personas. Si partimos del extravagante supuesto de que una vez llevada a cabo la revolución agrícola se podría absorber nuevamente una cuarta parte de aquéllas, quedarían 921.174 personas a las que habría que hacer emigrar. Las categorías 4, 5 y 6, de más de 15 acres y no más de 100, son, como se sabe desde hace tiempo en Inglaterra, demasiado pequeñas para el cultivo cerealero capitalista, y para la cría de ovejas se las puede considerar casi como magnitudes evanescentes. Conforme a los mismos supuestos enunciados antes tendremos, pues, 788.761 zzzzzzzzz personas más destinadas a la emigración; suma: 1.709.532. Y comme l'appétit vient en mangeant [como comer abre el apetito] [163], los ojos del registro de rentas pronto descubrirán que Irlanda sigue siendo miserable con 3 1/2 millones de habitantes, miserable por sobrepoblada, y que por tanto su despoblación tiene que ir mucho más allá para que la isla cumpla su verdadero destino: el de ser una pradera de ovejas y vacas para Inglaterra [164] dddddddddd En la 3ª y 4ª ediciones se agrega aquí: "Las leyes cerealeras inglesas de 1815 aseguraban a Irlanda el monopolio de la libre exportación de granos a Gran Bretaña. Favorecían artificialmente el cultivo de cereales, pues. Con la derogación de las leyes cerealeras en 1846, se puso término súbitamente a ese monopolio. Prescindiendo de todas las demás circunstancias, ese solo acontecimiento bastaba para imprimi un poderoso impulso a la transformación de la tierra labrantía irlandesa en praderas para ganado, a la concentración de las fincas arrendadas y a la evicción de los pequeños campesinos. Luego de haber celebrado de 1815 a 1846 la fertilidad del suelo irlandés, declarando vocingleramente que la naturaleza misma lo había destinado al cultivo cerealero, repentinamente los agrónomos, economistas y políticos ingleses descubrieron, a partir de ese momento, [exclamdown]que no servía más que para producir forraje! El señor Léonce de Lavergne se apresuró a repetirlo del otro lado del Canal. Es muy propio de un hombre <<serio>> à la Lavergne el dejarse arrastrar por esas niñerías".bis 165.
[890] Este lucrativo método, como todo lo bueno en este mundo, tiene sus inconvenientes. Con la acumulación de la renta de la tierra en Irlanda corre parejas la acumulación de los irlandeses en América. El irlandés, desplazado por vacas y ovejas, reaparece allende el océano como feniano [166]. Y frente a la vieja reina de los mares se alza, amenazante y cada vez más amenazadora, la joven y gigantesca república.
Acerba fata Romanos agunt
Scelusque fraternæ necis.
[Acerbo destino atormenta a los romanos
y el crimen del fratricidio.] [167] 168 En el continente europeo, la influencia de la producción capitalista --que arruina la raza humana por el exceso de trabajo, la división del trabajo, la sujeción a la máquina, las mutilaciones corporales de niños y mujeres, una vida miserable, etc.-- se desarrolla paralelamente a la amplitud de la soldadesca nacional, las deudas públicas, los impuestos, la estrategia esclarecida. etc. Si esto continúa, se cumplirá entonces inevitablemente la profecía que lanzó el semirruso y moscovita perfecto Herzen ( ese erudito a la violeta, dicho sea de paso, que ha hecho descubrimientos sobre el comunismo <<ruso>> no en Rusia, sino en la obra del consejero de estado prusiano Haxthausen): Europa se regenerará por el knut [el látigo ruso] y por la inyección obligatoria de sangre calmuca".-- 890. a a En la 3ª y 4ª ediciones se intercalan aquí los siguientes párrafos: "lnvestigamos en este capítulo la influencia que ejerce el acrecentamiento del capital sobre la suerte de la clase obrera. El factor más importante en este examen es la composición del capital y los cambios que experimenta la misma en el transcurso del proceso de acumulación.
"La composición del capital debe considerarse en dos sentidos. Con respecto al valor, esa composición se determina por la proporción en que el capital se divide en capital constante, o valor de los medios de producción, y capital variable o valor de la fuerza de trabajo, suma global de los salarios. En lo que atañe a la materia, a cómo funciona la misma en el proceso de producción, todo capital se divide en medios de producción y fuerza viva de trabajo, composición que se determina por la proporción existente entre la masa de los medios de producción empleados, por una parte, y la cantidad de trabajo requerida para su empleo, por el otro. Denomino a la primera, composición de valor; a la segunda, composición técnica del capital. Entre ambas existe una estrecha correlación. Para expresarla, denomino a la composición de valor del capital, en tanto se determina por la composición técnica del mismo y refleja las variaciones de ésta, composición orgánica del capital. Cuando se habla sin más ni más de la composición del capital, nos referimos siempre a su composición orgánica.
[b] b En la 3ª y 4ª ediciones se añade: "Esto, incluso, tiene finalmente que ocurrir cuando el supuesto enunciado más arriba perdura de manera inalterada. Como cada año se da ocupación a más obreros que el año precedente, tarde o temprano tiene que alcanzarse el punto en que las necesidades de la acumulación comiencen a sobrepasar la oferta habitual de trabajo, en cuyo caso se produce el aumento de los salarios".
[c] c En la 3ª y 4ª ediciones se agrega: "todo el siglo XV y".
[d] d En la 3ª y 4ª ediciones: "La reproducción".
1 71(e) Karl Marx, "Lohnarbeit und Kapital". "A opresión igual de las masas, un país es tanto más rico cuantos más proletarios tiene." (Colins, L'Économie politique, source des révolutions et des utopies prétendues socialistes", París, 1857, t. III, p. 331.) Por "proletario" únicamente puede entenderse, desde el punto de vista económico, el asalariado que produce y valoriza "capital" y al que se arroja a la calle no bien se vuelve superfluo para las necesidades de valorización del "Monsieur Capital", como denomina Pecqueur a este personaje. "El enfermizo proletario de la selva virgen" es una gentil quimera del señor Roscher. El habitante de la selva virgen es propietario de ésta y la trata tan despreocupadamente como lo hace el orangután, esto es, como a propiedad suya. No es, por ende, un proletario. Lo sería si la selva virgen lo explotara a él, y no él a la selva virgen. En lo tocante a su estado de salud, el mismo no sólo resistiría la comparación con el del proletario moderno, sino también con el de "personas respetables", sifilíticas y escrofulosas. Es probable, no obstante, que el señor Wilhelm Roscher entienda por selva virgen sus landas natales de Luneburgo.
[2] 72(f) "As the Labourers make men rich, so the more Labourers, there will be the more rich men... the Labour of the Poor being the Mines of the Rich." (John Bellers, "Proposals for Raising...", página 2.)
3 [229] En la obra de Quevedo "La fortuna con seso y la hora de todos" (publicada en castellano en 1650 y talvez incluida en la antología en inglés dada por Roger L'Estrange a la prensa en 1667, bajo el título de "The Visions of Quevedo") un personaje anticipa parcialmente esta tesis de Mandeville: "En la ignorancia del pueblo está seguro el dominio de los príncipes; el estudio que los advierte, los amotina. Vasallos doctos, más conspiran que obedecen, más examinan al señor que le respetan; en sabiendo qué es libertad, la desean, saben juzgar si merece reinar el que reina y aquí empiezan a reinar sobre su príncipe.".-- 762.
[4] 73(g) B. de Mandeville, "The Fable of the Bees", 5ª ed., Londres, 1728, Remarks, pp. 212, 213, 328. "Una vida sobria y trabajo constante son, para los pobres, el camino que lleva a la felicidad material" {230} (por la cual el autor entiende la jornada laboral más larga posible y la menor cantidad posible de medios de subsistencia), "y el camino de la riqueza para el estado" (es decir, para los terratenientes, capitalistas y sus dignatarios y agentes políticos). ("An Essay on Trade and Commerce...", Londres, 1770, p. 54.)
5 [230] En Mandeville, según TI 615, "felicidad racional" en vez de "felicidad material".-- 763.
6 74(h) Eden bien podría haberse preguntado: ¿criatura de quién son "las instituciones civiles"? Desde su punto de vista, el de la ilusión jurídica, no concibe la ley como producto de las relaciones materiales de producción, sino que, a la inversa, ve en las relaciones de producción el fruto de la ley. Linguet arrojó por la borda, con un par de palabras, el quimérico "Esprit des lois" de Montesquieu: "L'esprit des lois, c'est la propriété" [el espíritu de las leyes es la propiedad] {231}.
7 [231] Linguet ("Théorie des lois civiles, ou principes fondamentaux de la société (t. I, Londres, 1767, p. 236) formula así ese pensamiento: "Leur esprit est de conserver la propriété" ("su espíritu es el de conservar la propiedad").-- 763; 923.
[8] 75(i) Eden, "The State of the Poor...", vol. I, lib. I, cap. 1, pp. 1, 2, y prefacio, p. XX.
[9] [232] Este extenso pasaje de Eden presenta diversas variantes en TI 615-616: "[...] El producto natural de nuestro suelo, sin duda, no se adecua plenamente a nuestra subsistencia; no podemos obtener vestimenta, ni albergue, ni alimento sino con algún trabajo previo... Hay otros, sin embargo, que aunque <<no trabajan ni hilan>> pueden disponer del producto de la industria, y que deben su exención del trabajo únicamente a la civilización y el orden... Son creaturas, pura y simplemente, de las instituciones civiles: éstas han reconocido que los individuos pueden adquirir propiedades por otros medios diversos, aparte la ejecución de trabajo... Las personas de posición independiente... no deben su situación ventajosa, en modo alguno, a cualesquiera capacidades superiores suyas, sino casi por entero... a la laboriosidad de otros. No es la posesión de tierras o de dinero, sino el poder disponer de trabajo lo que distingue la parte opulenta de la parte laboriosa de la comunidad. Este [esquema aprobado por Eden] otorgaría a los propietarios la influencia y autoridad suficientes (aunque en modo alguno excesivas) sobre aquellos que... trabajan para ellos, y colocaría a esos trabajadores no en una situación abyecta o servil. sino en ese estado de dependencia aliviada y liberal del tipo que es necesario, según todos los conocedores de la naturaleza humana, para la comodidad del obrero mismo".-- 764.
[10] 76(j) Si el lector me trajera a colación el caso de Malthus, cuyo "Essay on Population" vio la luz en 1798, yo aduciría que esta obra en su primera forma (y las ediciones posteriores no hacen más que embutir material en el viejo esquema y añadir cosas nuevas pero no descubiertas, sino simplemente anexadas por Malthus) (k) no es otra cosa que un plagio escolarmente superficial y clericalmente declamatorio de sir James Steuart (l), Townsend, Franklin, Wallace, etc., y no contiene ni una sola proposición original (m). Señalemos, de pasada, que aunque Malthus era cura de la Alta Iglesia de Inglaterra {4}, había hecho el voto monacal del celibato. Es este voto, en efecto, una de las condiciones para pertenecer a la fellowship [cofradía] de la universidad protestante de Cambridge. "No permitimos que los socios de los colegios se casen, y no bien alguno tome mujer, dejará de ser socio del colegio." ("Reports of Cambridge University Commission", p. 172.) Esta circunstancia distingue ventajosamente a Malthus de otros curas protestantes que se han liberado del precepto católico del celibato sacerdotal y reivindicado a tal punto, como su misión bíblica específica, el "Creced y multiplicaos", que contribuyen por doquier y en medida realmente indecorosa a que la población aumente, mientras al mismo tiempo predican a los obreros el "principio de la población". Es característico que el pecado original en su disfraz económico, la manzana de Adán, el "apetito acuciante", "las resistencias que tienden a mellar las flechas de Cupido" como dice jovialmente el cura Townsend , es característico, decíamos, que este punto tan escabroso haya sido y sea monopolizado por los caballeros de la teología o, mejor dicho, de la iglesia protestante. Si se exceptúa al monje veneciano Ortes, escritor original e ingenioso, la mayor parte de los expositores de la doctrina de la población son curas protestantes. Bruckner, por ejemplo, con su "Théorie du système animal" (Leyden, 1767), libro en el que se agota tda la teoría moderna de la población y al que proporcionó ideas la querella pasajera entre Quesnay y su discipulo Mirabeau père [el Viejo] sobre el mismo tema, luego el cura Wallace, el cura Townsend, el cura Malthus y su discípulo, el archicura Thomas Chalmers, para no hablar de chupatintas clericales menores in this line [de este género]. En un principio, quienes cultivaban la economía política eran filósofos, como Hobbes, Locke, Hume; gente de negocios y estadistas como Tomás Moro, Temple, Sully, de Witt, North, Law, Vanderlint, Cantillon, Franklin, y, sobre todo en el terreno teórico y con el mayor de los éxitos, médicos, como Petty, Barbon, Mandeville, Quesnay. Todavía a mediados del siglo XVIII el reverendo señor Tucker, economista importante para su época, se disculpaba por ocuparse de Mamón {233}. Más tarde, y precisamente con el "principio de la población", sonó la hora de los curas protestantes. Como si hubiera presentido la dañina interferencia de estos chapuceros en los negocios, Petty, que consideraba a la población como base de la riqueza y que, al igual que Adam Smith, era enemigo declarado de los curas, afirma: "La religión florece mejor allí donde más se mortifica a los sacerdotes, del mismo modo que el derecho florece mejor allí donde los abogados se mueren de hambre". Por eso Petty aconseja a los curas protestantes, ya que no quieren seguir al apóstol Pablo y "mortificarse" por el celibato, que por lo menos "no engendren más clérigos (not to breed more Churchmen) que los que pueden absorber las prebendas (benefices) existentes; esto es, si sólo existen 12.000 prebendas en Inglaterra y Gales, no será sensato engendrar 24.000 clérigos (it will not be safe to breed 24.000 ministers), pues los 12.000 carentes de ocupación procurarán ganarse la vida de un modo u otro, ¿y cómo podrían hacerlo más fácilmente que dirigiéndose a la gente y persuadiéndola de que los 12.000 prebendados emponzoñan las almas, las hacen padecer hambre y les muestran un camino errado para ir al Cielo?" (Petty, "A Treatis on Taxes and Contributions", Londres, 1667, p. 57.) La posición adoptada por Adam Smith ante la clerigalla protestante de su época queda caracterizada por lo siguiente. En "A Letter to A. Smith", L. L. D. On the Life, Death, and Philosophy of his Friend David Hume. By One of the People Called Christians", 4ª ed., Oxford, 1784, el doctor Horne, obispo de la Alta Iglesia en Norwich, sermonea a Adam Smith; éste, en efecto, en una carta abierta al señor Strahan, "embalsama a su amigo David" (es decir, a Hume) porque le cuenta al público cómo "Hume se divertía en su lecho de muerte con Luciano y el whist". Smith incurre incluso en la insolencia de escribir: "Siempre he considerado a Hume, durante su vida así como después de su muerte, tan próximo al ideal de un hombre perfectamente sabio y virtuoso como la fragilidad de la naturaleza humana lo permite". El obispo clama, en su indignación: "¿Es justo de su parte, señor, describirnos como perfectamente sabios y virtuosos el carácter y la trayectoria vital de un hombre [...] poseído de una antipatía incurable contra todo lo que se denominase religión y que ponía en tensión cada uno de sus nervios para extirpar de la memoria de los hombres hasta el nombre de la misma?" (Ibídem, p. 8.) "Pero no os dejéis desalentar, amigos de la verdad; breve es la vida del ateísmo" (p. 17). Adam Smith "incurre en la atroz perversidad (the atrocious wickedness) de propagar el ateísmo por el país" (esto es, mediante su "Theory of Moral Sentiments"). "... [exclamdown]Conocemos sus maquinaciones, señor doctor! Sus cálculos no son malos, pero esta vez no contó usted con la huéspeda. Usted procura persuadirnos, con el ejemplo de David Hume, esq., de que el ateísmo es el único reconfortante (cordial) para un ánimo abatido y que no hay más antídoto que él para el temor a la muerte... [exclamdown]Reíos de Babilonia en ruinas y felicitad al empedernido e impío Faraón?" (Ibídem, pp. 21 y 22.) Una cabeza ortodoxa entre quienes frecuentaban los cursos de Adam Smith escribe luego de la muerte de éste: "La amistad deSmith por Hume [...] le impedía ser cristiano... Creía a pies juntillas todo lo que decía Hume. Si Hume le hubiera dicho que la luna era un queso verde, le habría creído. De ahí que le creyera también que no existían Dios ni los milagros... Sus principios políticos rayaban en el republicanismo". ("The Bee", por James Anderson, 18 volúmenes, Edimburgo, 1791-1793, vol. III, pp. 166, 165.) El cura Thomas Chalmers sospecha que Adam Smith inventó la categoría de los "trabajadores improductivos" por pura malevolencia, expresamente para incluir en ella a los curas protestantes y a pesar de la benéfica labor que éstos realizan en la viña del Señor.
j Nota 75 en la 3ª y 4ª ediciones.
k En la 4ª edición se suprime el paréntesis.
l En la 3ª y 4ª ediciones, antes de Steuart: "Defoe,".
11 [4] Alta Iglesia de Inglaterra (High Church, Anglo-Catholics).-- Sector de la Iglesia Anglicana que después de la ruptura con el papado conservó, a diferencia de los calvinistas y otras iglesias protestantes, lo esencial de la estructura jerárquica y de la liturgia de la Iglesia Católica.-- 9; 764; 806.
12 [233] Mamón. --Dios siríaco de las riquezas (cfr. la Biblia, Mateo, VI, 24); la palabra aramea "mamon", 'mamona", significa "riquezas", "ganancias".-- 765.
[13] [234] Peculio en la antigua Roma, era el conjunto de animales o suma de dinero que el padre de familia (familia comenzó siendo el término romano para designar el conjunto de fámulos o esclavos que vivían bajo un mismo techo) permitía administrar a un hijo suyo o a un esclavo; propietario del peculio seguía siendo el padre de familia o amo. Por regla general el peculio era pequeño, especialmente en el caso de los esclavos (para que no pudieran, negociando con él, comprar su libertad): "Peculio es casi como decir caudal pequeño o patrimonio pequeño" (Ulpiano).-- 767.
[14] 76bis(n) Nota a la 2ª edición. "Sin embargo, el límite tanto al empleo de los obreros industriales como al de los rurales es el mismo, a saber, la posibilidad, para el empresario, de obtener del producto del trabajo efectuado por aquéllos una ganancia. Si la tasa del salario aumenta tanto que la ganancia del patrón desciende por debajo de la ganancia media, éste deja de ocuparlos o sólo los ocupa a condición de que acepten una reducción de los salarios." (John Wade, "History of the Middle...", p. 240.)
[o] o En la 4ª edición esta frase dice así: "Dicha merma nunca puede alcanzar el punto en el que amenazaría al sistema mismo".
[p] p En la 3ª y 4ª ediciones, en vez de las tres últimas frases figura el siguiente texto: "O bien el precio del trabajo continúa en ascenso porque su alza no estorba el progreso de la acumulación; en esto no hay nada de asombroso ya que, dice Adam Smith, <<incluso si la ganancia disminuye, los capitales aumentan, y hasta se incrementan con más rapidez que antes... Un capital grande, aunque la ganancia sea menor, en general se acrecienta más rápidamente que un capital pequeño cuya ganancia sea grande>>. ("Wealth of Nations", lib. I, p. 189.) Es evidente, en este caso, que una reducción del trabajo impago no perjudica en modo alguno la expansión del dominio ejercido por el capital".
[q] q Las dos últimas frases se suprimen en la 4ª edición (una de ellas reaparece más abajo).
[r] r En la 4ª edición se agrega: "El precio del trabajo desciende de nuevo a un nivel compatible con las necesidades de valorización del capital, ya sea dicho nivel inferior, superior o igual al que se consideraba normal antes del alza salarial".
s s En la 3ª y 4ª ediciones se agrega: "Para aplicar expresiones matemáticas: la magnitud de la acumulación es la variable independiente, la magnitud del salario la variable dependiente, no a la inversa".
[t] t En la 3ª y 4ª ediciones: "que cuando los precios son altos circula demasiado poco dinero, y cuando son bajos dinero en demasía".
[15] 77 Cfr. Karl Marx, "Zur Kritik...", p. 165 y ss.
[u] u En la 3ª y 4ª ediciones se agrega: "La ley de la producción capitalista, sobre la que se funda la presunta <<ley natural de la población>>, se reduce sencillamente a lo siguiente: la relación entre capital, acumulación y tasa del salario no es otra cosa sino la relación entre el trabajo impago transformado en capital y el trabajo suplementario requerido para poner en movimiento el capital adicional. En modo alguno se trata, pues, de una relación entre dos magnitudes recíprocamente independientes por una parte la magnitud del capital, por la otra el número de la población obrera ; en última instancia nos encontramos, por el contrario, ante la relación entre el trabajo impago y el trabajo pago de la misma población obrera. Si la cantidad de trabajo impago suministrado por la clase obrera y acumulado por la clase capitalista se acrecienta con rapidez suficiente como para que sólo mediante un suplemento extraordinario de trabajo pago se la pueda transformar en capital, aumentará el salario y, manteniéndose iguales todas las demás circunstancias, disminuirá proporcionalmente el trabajo impago. Pero no bien esta reducción llega al punto en que el plustrabajo que nutre al capital ya no se ofrece en la cantidad normal, tiene lugar una reacción: se capitaliza una parte menor del rédito, la acumulación se enlentece y el movimiento ascensional de los salarios experimenta un contragolpe. El aumento en el precio del trabajo se ve confinado, pues, dentro de límites que no sólo dejan intactos los fundamentos del sistema capitalista, sino que además aseguran la reproducción del mismo en escala cada vez mayor".
[v] v En la 3ª y 4ª ediciones se suprime "de esta suerte".
[16] 77bis Nota a la 2ª edición. "Ahora bien, si volvemos a nuestra primera investigación, en la que se demuestra... que el capital es únicamente el producto del trabajo humano,... parece ser totalmente incomprensible que el hombre haya podido caer bajo la dominación de su propio producto el capital y que se halle subordinado a éste; y como es innegable que en la realidad es ésto lo que ocurre, se impone espontáneamente la pregunta: ¿cómo ha podido devenir el obrero, de dominador del capital en cuanto creador del mismo en esclavo del capital?" (Von Thünen, "Der isolierte Staat", Rostock, 1863, parte II, sección segunda, pp. 5, 6.) Es un mérito de Thünen haber planteado la pregunta. Su respuesta es sencillamente pueril.
[w] w En la 3ª y 4ª ediciones figura en lugar de este párrafo: "Según los propios economistas, lo que motiva un alza de salarios no es ni el volumen existente de la riqueza social ni la magnitud del capital ya adquirido, sino meramente el crecimiento continuo de la acumulación y el grado alcanzado por la velocidad de ese crecimiento (Adam Smith, lib. I, cap. VIII). Hasta aquí sólo hemos examinado una fase particular de ese proceso: aquella en que el incremento del capital se efectúa sin que varíe su composición técnica. Pero el proceso, en su avance, deja atrás esa fase.
[17] [235] (W) Adam Smith, "An lnquiry into the Wealth of Nations", t. I, Londres, 1767, p. 142.-- 772; 923.
x x "En la edición francesa el autor insertó en este lugar el siguiente pasaje: "En los orígenes de la gran industria, se descubrió en Inglaterra un método para convertir el hierro fundido, mediante la adición de coque, en hierro maleable. Este procedimiento, denominado puddlage [pudelado] y que consiste en purificar el hierro fundido en hornos de construcción especial, ocasionó un agrandamiento enorme de los altos hornos, el empleo de aparatos para insuflar aire caliente, etc., en pocas palabras, tal aumento del instrumental y de los materiales movilizados por la misma cantidad de trabajo, que pronto se produjo hierro tan abundantemente y a precios tan bajos como para poder desalojar de múltiples aplicaciones la piedra y la madera. Como el hierro y el carbón son las grandes palancas de la industria moderna, no sería posible exagerar la importancia de esa innovación.
"No obstante, el pudelador, el obrero que purifica el hierro fundido, ejecuta una operación manual, por tanto, el tamaño de los hornos que debe atender está limitado por sus facultades personales, y es ese límite lo que actualmente frena el maravilloso auge que se inició en la industria metalúrgica a partir de 1780, fecha de invención del pudelado.
"<<El hecho>>, exclama "Engineering", uno de los órganos de los ingenieros ingleses, <<es que el anticuado procedimiento del pudelado manual es poco menos que un vestigio de barbarie (the fact is that the old process of hand-puddling is little better than a barbarism)... La tendencia actual de nuestra industria consiste en operar, en las diferentes etapas de la fabricación, sobre materiales cada vez más cuantiosos. Así es que cada año vemos surgir altos hornos más amplios, martillos de vapor más pesados, laminadoras más poderosas e instrumentos más gigantescos, aplicados a las numerosas ramas de la manufactura de los metales. En medio de este crecimiento general crecimiento de los medios de producción con respecto al trabajo empleado el procedimiento del pudelado ha permanecido casi esacionario y actualmente opone obstáculos intolerables al movimiento industrial... De ahí que en todas las grandes fábricas se esté en vías de sustituirlo por hornos de revolución automática, cuya colosal capacidad de carga los pone totalmente fuera del alcance del trabajo manual>>. ("The Engineering", 13 de junio de 1874.).
"De modo, pues, qu* luego de haber revolucionado la industria siderúrgica y de provocar una gran expansión del instrumental y de la masa de materiales puestos en movimiento por cierta cantidad de trabajo, el pudelado se ha convertido, con el progreso de la acumulación, en obstáculo económico, obstáculo que actualmente se está en vías de remover mediante procedimientos adecuados para hacer retroceder los límites que aquél opone, aún, al acrecentamiento ulterior de los medios materiales de la producción con respecto al trabajo empleado. Ésta es la historia de todos los descubrimientos e invenciones que se efectúan a causa de la acumulación, tal como lo hemos demostrado, por lo demás, al exponer el curso de la producción moderna desde su origen hasta nuestra época.
[y] y En la 3ª y 4ª ediciones el texto de este párrafo, hasta aquí, se sustituye por el siguiente: "Este cambio en la composición técnica del capital, el acrecentamiento operado en la masa de los medios de producción, comparada con la masa de fuerza de trabajo que la pone en actividad, se refleja en la composición de valor del capital, en el aumento que experimenta la parte constitutiva constante del valor del capital a expensas de su parte constitutiva variable. Si de un capital, por ejemplo, en un principio se invertía un 50 % en medios de producción y un 50 % en fuerza de trabajo calculando porcentualmente , más adelante, con el desarrollo del grado de productividad del trabajo, se invertirá el 80 % en medios de producción y el 20 % en fuerza de trabajo, etc. Esta ley del aumento creciente que la parte constante del capital experimenta con respecto a la parte variable, es confirmada a cada paso (como ya hemos expuesto más arriba) por el análisis comparado de los precios mercantiles, ya parangonemos diversas épocas económicas de una sola nación o diversas naciones en la misma época. La magnitud relativa del elemento del precio que sólo representa el valor de los medios de producción consumidos, o sea la parte constante del capital, estará generalmente en razón directa al progreso de la acumulación; la magnitud relativa del otro elemento del precio, del que paga el trabajo o representa la parte variable del capital, será, en general, inversamente proporcional a ese progreso".
[z] z En la 3ª y 4ª ediciones se agrega: "Por lo demás, aunque el progreso de la acumulación reduzca la magnitud relativa de la parte variable del capital, dicho progreso no excluye con ello el aumento de su magnitud absoluta. Supongamos que un valor de capital se descompone al principio en 50 % de capital constante y 50 % de variable, más adelante en 80 % de capital constante y 20 % de variable. Si en el ínterin el capital originario, digamos de [sterling] 6.000, ha aumentado a [sterling] 18.000, su parte constitutiva variable se habrá incrementado también, en 1/5. Era de [sterling] 3.000 y ahora asciende a [sterling] 3.600. Pero mientras que antes habría bastado un incremento de capital del 20 % para aumentar en 20 % la demanda de trabajo, ahora se requiere para ello triplicar el capital originario".
aa aa En la 3ª y 4ª ediciones se agrega: "Estos dos factores económicos generan, en razón compuesta del impulso que se imprimen recíprocamente, un cambio en la composición técnica del capital, cambio en virtud del cual la parte constitutiva variable se vuelve cada vez más pequeña en comparación con la parte constante".
bb bb En la 3ª y 4ª ediciones se lee en vez de esta frase: "Se trata de la centralización propiamente dicha, a diferencia de la acumulación y la concentración".
cc cc En la 3ª y 4ª ediciones: "centralización".
dd dd En la 3ª y 4ª ediciones esta frase termina así: "la ruina de muchos capitalistas menores, cuyos capitales en parte pasan a las manos del vencedor, en parte desaparecen".
ee ee El texto que va desde aquí hasta el final del párrafo y los dos párrafos siguientes, dejan su lugar en la 3ª y 4ª ediciones a este pasaje: "el crédito, que en sus inicios se introduce furtiva, subrepticiamente como modesto auxiliar de la acumulación, atrayendo a las manos de capitalistas individuales o asociados, mediante hilos invisibles, los medios dinerarios dispersos en masas mayores o menores por la superficie de la sociedad, pero que pronto se convierte en arma nueva y terrible en la lucha competitiva, transformándose finalmente en un inmenso mecanismo social para la centralización de los capitales.
"En la misma medida en que se desarrollan la producción y la acumulación capitalistas, se desenvuelven también la competencia y el crédito, las dos palancas más poderosas de la centralización. Por lo demás, el progreso de la acumulación acrecienta la materia centralizable, esto es, los capitales singulares, mientras que la expansión de la producción capitalista crea aquí la necesidad social, allí los medios técnicos de esas imponentes empresas industriales cuya puesta en práctica está ligada a una centralización previa del capital. Hoy en día, pues, la fuerza recíproca con que se atraen los capitales singulares y la tendencia a la centralización son más pujantes que nunca. Pero aunque la expansión y energía relativas del movimiento centralizador estén determinadas, en cierto grado, por la magnitud que ya ha alcanzado la riqueza capitalista y por la superioridad del mecanismo económico, el progreso de la centralización en modo alguno depende del crecimiento positivo experimentado por la magnitud del capital social. Y esto distingue, de manera especial, la centralización de la concentración, que no es más que otro término para designar la reproducción en escala ampliada. La centralización puede llevarse a cabo mediante la mera distribución modificada de capitales ya existentes, mediante la simple modificación del agrupamiento cuantitativo entre las partes constitutivas del capital social. Si elcapital puede crecer aquí hasta convertirse en una masa imponente controlada por una mano, es porque a muchas manos se las despoja de su capital. En un ramo dado de los negocios la centralización alcanzaría su límite extremo cuando todos los capitales invertidos en aquél se confundieran en un capital singular (77bis2). En una sociedad dada, ese límite sólo se alcanzaría en el momento en que el capital social global se unificara en las manos ya sea de un capitalista singular, ya sea de una sociedad capitalista única.
"La centralización completa la obra de la acumulación, va que pone a los capitalistas industriales en condiciones de extender la escala de sus operaciones. Ya sea este último resultado consecuencia de la acumulación o de la centralización; ya se lleve a cabo ésta por la vía violenta de la anexión esto es, cuando ciertos capitales se convierten en centros de gravitación tan preponderantes para otros que rompen la cohesión individual de los mismos y luego atraen y se incorporan los fragmentos dispersos o se dé la fusión de una multitud de capitales ya formados o en vías de formación, mediante el sencillo procedimiento de constituir sociedades por acciones, el efecto económico será el mismo. La mayor extensión del establecimiento industrial constituye en todas partes el punto de arranque para una organización más comprehentiva del trabajo colectivo, para un desarrollo más amplio de sus fuerzas motrices materiales, esto es, para la transformación progresiva de procesos de producción practicados de manera aislada y consuetudinaria, en procesos de producción combinados socialmente y científicamente concertados.
"Es evidente, sin embargo, que la acumulación, el aumento paulatino del capital mediante una reproducción que pasa de la forma circular a la de espiral, es un procedimiento extremadamente lento si se lo compara con la centralización, que sólo necesita modificar el agrupamiento cuantitativo de las partes integrantes del capital social. El mundo carecería todavía de ferrocarriles si huiera tenido que esperar hasta que la acumulación pusiera a algunos capitales singulares en condiciones de construir un ferrocarril. La centralización, por el contrario, llevó a término esa construcción en un abrir y cerrar de ojos, mediante las sociedades por acciones. Y mientras la centralización refuerza y acelera de esa suerte los efectos de la acumulación, amplía y acelera, al mismo tiempo, los trastocamientos en la composición técnica del capital que acrecientan la parte constante de éste a expensas de la variable, réduciendo con ello la demanda relativa de trabajo.
"Las masas de capital fundidas en un todo, de la noche a la mañana, por medio de la centralización, se reproducen y acrecientan como las otras, sólo que más rápidamente, convirtiéndose con ello en nuevas y poderosas palancas de la acumulación social. Por ende, cuando se habla del progreso de la acumulación social, en él van tácitamente incluidos hoy en día los efectos de la centralización.
"Los capitales adicionales constituidos en el curso de la acumulación normal (véase capítulo XXII, 1) sirven preferentemente como vehículos para la explotación de nuevos inventos y descubrimientos, así como de los perfeccionamientos industriales en general. Pero, con el tiempo, el capital antiguo alcanza también el momento en que se renueva de pies a cabeza, muda de piel y renace, asimismo, bajo la figura técnica perfeccionada en la cual una masa menor de trabajo basta para poner en movimiento una masa mayor de maquinaria y materias primas. La reducción absoluta de la demanda de trabajo, reducción que es la consecuencia necesaria de lo anterior, será tanto mayor cuanto más acumulados estén ya, en virtud del movimiento de centralización, los capitales que experimentan ese proceso de renovación."
ff ff En la 3ª y 4ª ediciones se agrega: "periódicamente".
[18] 77bis3 {F. E. Nota a la 3ª edición. En el ejemplar que Marx había reservado para su uso personal, se encuentra en este lugar la siguiente acotación marginal: "Observar aquí, para más adelante: si la ampliación es sólo cuantitativa, las ganancias de un capital mayor o de uno menor, en el mismo ramo de la producción, estarán en proporción a las magnitudes de los capitales adelantados. Si la ampliación cuantitativa opera cualitativamente, aumentará al mismo tiempo la tasa de ganancia del capital mayor".}
gg gg En la 3ª y 4ª ediciones: "centralización".
hh hh En la 3ª y 4ª ediciones: "técnico".
ii ii En la 3ª y 4ª ediciones: "capital adicional".
hh hh En la 3ª y 4ª ediciones: "técnico".
gg gg En la 3ª y 4ª ediciones: "centralización".
jj jj En la 3ª edición: "centralización".
[19] 78 El censo de Inglaterra y Gales arroja, entre otros, los siguientes resultados:
20 79(kk) "La demanda de trabajo depende del incremento experimentado por el capital circulante, y no por el capital fijo. Si fuera cierta que la proporción entre esos dos tipos de capital es la misma en todos los tiempos y en todas las circunstancias, tendríamos entonces que el número de trabajadores ocupados sería proporcional a la riqueza del estado. Pero tal proposición no es verosímil. A medida que se cultivan las artes y oficios y se extiende la civilización, el capital fijo cobra proporciones cada vez mayores en comparación con el circulante. El monto de capital fijo empleado en la producción de una pieza de muselina británica es, cuando menos, cien y probablemente mil veces mayor que el empleado en una pieza similar de muselina de la India. Y la proporción de capital circulante es cien o mil veces menor... Si se agregara al capital fijo el total de los ahorros anuales, ello no surtiría efecto alguno en cuanto a aumentar la demanda de trabajo." (John Barton, "Observations on the Circumstances which Influence the Condition of the Labouring Classes of Society", Londres, 1817, pp. 16, 17.) "La misma causa que puede acrecentar el rédito neto del país, puede al mismo tiempo hacer que la población se vuelva sobrante y deteriorar la condición del trabajador." (Ricardo, "On the Principles...", p. 469.) Al aumentar el capital, "la demanda" (de trabajo) "estará en proporción decreciente". (Ibídem, p. 480, nota.) "El monto del capital destinado a la manutención del trabajo puede variar independientemente de cualesquiera cambios en el monto total del capital... A medida que el capital mismo se vuelve más abundante, pueden volverse más frecuentes grandes fluctuaciones en la cantidad de trabajadores ocupados y grandes privaciones." (Richard Jones, "An Introductory Lecture on Political Economy", Londres, 1833, p. 12.) "La demanda" (de trabajo) "no aumentara... en proporción a la acumulación del capital general... Por consiguiente, todo aumento del capital nacional destinado a la reproducción pasa a ejrcer cada vez menos influencia, a medida que progresa la sociedad, sobre la condición del obrero." (Ramsay, "An Essay on the Distribution of Wealth", pp. 90, 91.)
ll ll En la edición francesa de "El capital" se intercala aquí el siguiente pasaje: "Pero solamente a partir de la época en que la industria mecánica, habiendo arraigado de manera suficientemente firme, ejerce una influencia preponderante sobre toda la producción nacional; cuando, gracias a ella, el comercio exterior comienza a prevalecer sobre el comercio interior; cuando el mercado universal se anexa sucesivamente dilatados territorios en el Nuevo Mundo, en Asia y en Australia; cuando, por último, las naciones industriales que entran a la liza son lo bastante numerosas, solamente entonces, a partir de esa época, se inician los ciclos renacientes cuyas fases sucesivas abarcan años enteros y que desembocan siempre en una crisis general, término de un ciclo y punto de partida de otro. Hasta el presente, la duración periódica de esos ciclos es de diez u once años, pero no existe razón alguna para considerar constante ese guarismo. Por el contrario, de las leyes de la producción capitalista, tal como las acabamos de analizar, se debe inferir que ese guarismo es variable y que el período de los ciclos se acortará gradualmente".
[21] 80 H. Merivale, "Lecture on Colonization and Colonies", Londres, 1841 y 1842, vol. I, p. 146.
[22] 81 "Prudential habits with regard to marriage, carried to a considerable extent among the labouring class of a country mainly depending upon manufactures and commerce, might injure it... From the nature of a population, an increase of labourers cannot be brought into market, in consequence of a particular demand, till after the lapse of 16 or 18 years, and the conversion of revenue into capital, by saving, may take place much more rapidly; a country is always liable to an increase in the quantity of the funds for the maintenance of labour faster than the increase of population." (Malthus, "Principles of Political Economy", pp. 215, 319, 320.) En esta obra Malthus termina por descubrir, gracias a los buenos oficios de Sismondi, la hermosa Trinidad de la producción capitalista: sobreproducción sobrepoblación sobreconsumo, three very delicate monsters, indeed! [[exclamdown]tres monstruos muy delicados, por cierto!] Cfr. F. Engels, "Umrisse zu...", p. 107 y ss.
[23] 82 Harriet Martineau, "A Manchester Strike", 1832, p. 101.
mm mm En la edición francesa se agrega: "un yanqui por tres chinos".
nn nn En la 3ª y 4ª ediciones: "técnico".
[24] 83 Incluso durante la escasez de algodón de 1863, en un folleto de los hilanderos de esa fibra en Blackburn se puede leer una encendida denuncia contra el exceso de trabajo, que gracias a la ley fabril, naturalmente, sólo afectaba a los obreros adultos de sexo masculino. "A los obreros adultos de esta fábrica se les ha exigido que trabajen de 12 a 13 horas diarias, mientras que hay cientos a los que se obliga a permanecer ociosos, aunque gustosamente trabajarían parte del horario para mantener a sus familias y salvar a sus hermanos de una muerte prematura por exceso de trabajo." "Quisiéramos preguntar", se dice más adelante, "si esta práctica de trabajar fuera de hora [...] permite establecer algún tipo de relaciones llevaderas entre amos y <<sirvientes>>. Las víctimas del trabajo excesivo sienten la injusticia lo mismo que los condenados al ocio forzado (condemned to forced idleness). En este distrito el trabajo que hay que ejecutar alcanzaría para ocupar de manera parcial a todos si se distribuyera equitativamente. No hacemos más que reclamar un derecho cuando exigimos a los patrones que, en general, sólo se trabajen jornadas breves, por lo menos mientras dure el actual estado de cosas, en vez de hacer trabajar excesivamente a una parte de los obreros mientras que otros, por falta de trabajo, se ven obligados a vivir de la caridad pública." ("Reports..., 31st October 1863", p. 8.) Con su habitual e infalible instinto burgués, el autor del "Essay on Trade and Commerce" comprende acertadamente el efecto que ejerce una sobrepoblación relativa sobre los obreros ocupados. "Otra causa de la holgazanería (idleness) en este reino es la carencia de un número suficiente de brazos que trabajen [...]. No bien, la masa de trabajo, a causa de cualquier demanda extraordinaria de artículos manufacturados, resulta insuficiente, los obreros se vuelven conscientes de su propia importancia y procuran, asimismo, hacérsela experimentar a sus patrones. Es sorprendente, pero el modo de ser de estos sujetos es tan depravado que en tales casos se han combinado grupos de obreros para poner en aprietos a su patrón, holgazaneando un día entero." ("Essay...", pp. 27, 28.) Lo que pretendían los sujetos, en realidad, era un aumento de salarios.
[25] [236] Ocasionado por la demanda bélica. --En la versión francesa (TFA 466), en lugar de esas palabras se lee: "ocasionado por las levas para la guerra de Crimea". Además de esta contienda (1853-56), en el decenio mencionado por Marx participaron tropas inglesas en las guerras contra China (1856-58, 1859-60) y contra Persia (1856-57) y en la represión de la gran insurrección popular india de 1857-59.-- 794.
[26] 84 "Economist", 21 de enero de 1860.
oo oo En la 3ª y 4ª ediciones se agrega: "es decir, la fuerza de trabajo global,".
pp pp En la 3ª y 4ª ediciones se agrega: "En ese momento no sólo cesa la inmigración de obreros en el ramo industrial en cuestión, sino que ésta cede la plaza a la emigración de los mismos".
qq qq En la 4ª edición no figuran las palabras "o sobrepoblación relativa".
rr rr En la 3ª y 4ª ediciones se sustituye esta frase por el texto siguiente: "A todos se los <<pone en libertad>> ahora, y cualquer nuevo capital deseoso de entrar en funciones puede disponer de ellos. Ya atraiga a esos obreros o a otros, el efecto sobre la demanda general de trabajo será igual a cero, siempre y cuando ese capital alcance para liberar el mercado de exactamente el mismo número de obreros que el arrojado en él por las máquinas. Si da ocupación a un número menor, aumenta la cantidad de los supernumerarios, si ocupa a una cantidad mayor, la demanda general de trabajo aumenta sólo en el excedente de los ocupados con respecto a los <<puestos en libertad>>. El impulso que los capitales adicionales en busca de inversión hubieran impreso, de lo contrario, a la demanda general de trabajo, está neutralizado, en todo caso, en la medida en que los obreros arrojados a la calle por las máquinas resultan suficientes".
ss ss Esta frase no figura en la 4ª edición.
tt tt En la 4ª edición la frase comienza así: "Prescindiendo de las grandes formas, de reaparición periódica, que le imprime el cambio de fases propio del ciclo industrial, de tal manera que aquélla se manifiesta"...
uu uu En la 4ª edición la frase comienza así; "En los centros de la industria moderna fábricas, manufacturas, fundiciones y minas ora se repele a los obreros"...
vv vv A partir del punto y coma, la frase presenta ligeras diferencias en la 4ª edición; "Una vez alcanzado ese término, sólo es posible utilizar en el mismo ramo de la industria un número muy exiguo, siendo lo normal que se despida a la mayor parte".
ww ww En la 4ª edición: "masa".
xx xx En la 4ª edición: "y que, no obstante, al mismo tiempo las supere,".
[27] 85 Mientras que en el segundo semestre de 1866 quedaron desocupados, en Londres, de 80.000 a 90.000 obreros, en el informe fabril correspondiente a ese mismo período se dice: "No parece ser absolutamente verdadera la afirmación de que la demanda siempre produce oferta en el preciso instante en que se requiere. No lo hace así en el caso del trabajo, pues mucha maquinaria ha permanecido inactiva durante el último año por falta de brazos". ("Report... 31st October 1866", p. 81.)
yy yy La frase dice así en la 4ª edición: "El consumo de la fuerza de trabajo por el capital es tan rápido, además, que en la mayor parte de los casos el obrero de edad mediana es ya un hombre más o menos desgastado y caduco".
zz zz En la 4ª edición "de los supernumerarios" en vez de "de la sobrepoblación".
aaa aaa Las palabras que van desde "mientras" hasta "suerte", se sustituyen en la 3ª y 4ª ediciones por el siguiente texto: "Es precisamente entre los obreros de la gran industria donde nos encontramos con la más breve duración de vida. <<El doctor Lee, funcionario de sanidad en Manchester, ha comprobado que en esa ciudad [...] la duración media de la vida es en la clase acomodada de 38 años; en la clase obrera, sólo de 17 años. En Liverpool asciende a 35 años para la primera y a 15 para la segunda. De esto se infiere que la clase privilegiada tiene una asignación de vida (have a lease of life) más de dos veces mayor que la de sus conciudadanos menos favorecidos.>> 85bis Bajo estas circunstancias, el crecimiento absoluto de esta fracción del proletariado requiere"...
bbb bbb Las palabras "se hace necesario" se eliminan en la 3ª y 4ª ediciones.
ccc ccc En la 3ª y 4ª ediciones, en vez de "Ello se logra" dice: "Esta necesidad social se satisface".
ddd ddd En la 3ª y 4ª ediciones las palabras después de la última coma se sustituyen por las siguientes: "se encuentra siempre a punto de convertirse en proletariado urbano o manufacturero y a la espera de que se den las circunstancias propicias para esta transformación".
[28] 86 "781 ciudades" figuran en el censo de 1861 de Inglaterra y Gales "con 10.960.998 habitantes, mientras que las aldeas y parroquias rurales sólo cuentan con 9.105.226... En 1851 figuraban 580 ciudades en el censo, cuya población se equiparaba aproximadamente a la de los distritos rurales circunvecinos. Pero mientras que en éstos la población sólo aumentó en medio millón durante los 10 años siguientes, en las 580 ciudades el aumento fue de [...] 1.554.067. El incremento de población en las parroquias rurales fue del 6,5 %, en las ciudades del 17,3 %. La diferencia en la tasa de crecimiento obedece a la migración del campo a la ciudad. Tres cuartas partes del incremento total de la población corresponden a las ciudades". ("Census...", vol. III, pp. 11, 12.)
eee eee En la 3ª y 4ª ediciones se agrega: "hacia las ciudades".
fff fff En la 3ª y 4ª ediciones el párrafo comienza así: "La tercera categoría de la sobrepoblación relativa, la estancada, constituye una parte del ejército obrero activo, pero su ocupación es absolutamente irregular. Ofrece al capital, de esta manera, un depósito inagotable de fuerza de trabajo disponible".
[29] 87 "La pobreza parece ser favorable a la generación." (Adam Smith. {237}) Se trata, incluso, según el galano e ingenioso abate Galiani, de una disposición divina particularmente sabia: "Dios hace que los hombres que ejercen los oficios de máxima utilidad nazcan en abundancia". (Galiani, "Della moneta", p. 78.) "La miseria, cuando llega al punto extremo del hambre y la pestilencia, en vez de poner trabas al aumento de la población tiende a promoverlo." (S. Laing, "National Distress...", p. 69.) Después de ilustrar con material estadístico sus afirmaciones, prosigue Laing: "Si toda la gente se encontrara en una situación acomodada, el mundo pronto quedaría despoblado". ("If the people were all in easy circumstances, the world would soon be depopulated.")
30 [237] "La pobreza parece ser favorable a la generación."-- El pasaje ha sido tomado de "Wealth of Nations", libro I, cap. VIII, ed. Wakefield, Londres, 1835, p. 195. A principios del siglo XVII, practicando talvez la economía politica sin saberlo, un conocido novelista español había anticipado la tesis de Smith: "[...] El vivir sobriamente aumenta las causas de la generación" (Cervantes, "Coloquio que pasó entre Cipión y Berganza" o "Coloquio de los perros", escrito hacia 1603). Marx, prolijo lector del "Quijote" (véase por ejemplo "La ideología alemana") había leído alguna vez "El coloquio...": en "El presupuesto del señor Disraeli" (artículo publicado por la "New-York Daily Tribune" el 7/V/1858) compara el plan financiero del doctor Richard Price con el del "loco que en una de las novelas de Cervantes propone a todo el pueblo de España abstenerse de comer y de beber, durante sólo dos semanas, para obtener los medios que permitieran pagar la deuda pública [...]". (MEW, t. XII, p. 448.).-- 802.
ggg ggg En la 3ª y 4ª ediciones la frase dice así: "Prescindiendo de vagabundos, delincuentes, prostitutas, en suma, del lumpemproletariado propiamente dicho, esta capa de la sociedad se compone de tres categorías".
hhh hhh En la 3ª y 4ª ediciones, "auge" en vez de "prosperidad".
iii iii En la 3ª y 4ª ediciones, "individuos" en vez de "obreros".
jjj jjj En la 3ª y 4ª ediciones, en vez de "pluspoblación", "sobrepoblación relativa".
kkk kkk En la 3ª y 4ª ediciones, "del proletariado" en vez de "de la población obrera".
lll lll En la 3ª y 4ª ediciones, desde la última coma hasta aquí: "tanto mayor será el ejército industrial de reserva".
mmm mmm En la 3ª y 4ª ediciones, "sobrepoblación consolidada" en vez de "pluspoblación consolidada o las capas obreras".
nnn nnn En la 3ª y 4ª ediciones la frase comienza así: "La ley según la cual gracias a los progresos experimentados en la productividad social del trabajo, una masa siempre creciente de medios de producción puede ser puesta en movimiento con un gasto progresivamente decreciente de fuerza humana,".
ooo ooo En la 3ª y 4ª ediciones, desde la última coma: "su condición de existencia: venta de la fuerza propia".
ppp ppp En la 4ª edición; "tortura de su trabajo".
qqq qqq En la 4ª edición, "distorsionan" en vez de "vuelven constantemente anormales".
[31] [126] Zhaganat (pronúnciese la zh aproximadamente como j francesa en "jour") o Juggernaut en la transliteración inglesa (del sánscrito Zhagannatha, "protector del universo"). Uno de los títulos de Krishna, octavo avatar del dios índico Visnú. Durante el festival del Razaiatra, en la ciudad de Puri o Zhaganat se pasea en procesión la imagen de la deidad, instalada sobre un carro de ruedas gigantescas; no era infrecuente otrora que algunos fieles se arrojaran bajo las ruedas y perecieran aplastados.-- 338; 805.
rrr rrr En la 4ª edición: "tiene que empeorar".
sss sss En la 4ª edición, se agrega: " alta o baja ".
[32] 88 "Cada día se vuelve más claro, pues, que las relaciones de producción en las que se mueve la burguesía no tienen un carácter unitario, un carácter simple, sino dual; que en las mismas relaciones en que se produce la riqueza se produce, asimismo, la miseria; que en las mismas relaciones en que se opera un desarrollo de las fuerzas productivas, se desarrolla una fuerza productiva de represión, que estas relaciones sólo producen la riqueza burguesa, es decir la riqueza de la clase burguesa, al aniquilar continuamente la riqueza de ciertos integrantes de esta clase y al producir un proletariado en crecimiento constante." (Karl Marx, "Misère de la philosophie...", p. 116.)
[33] 89 G. Ortes, "Della economia nazionale libvi sei", 1774, en Custodi, Parte moderna, t. XXI, pp. 6, 9, 22, 25, etc. Dice Ortes, op. cit., p. 32: "En vez de proyectar sistemas inútiles para la felicidad de los pueblos, me limitaré a investigar las razones de su infelicidad".
ttt ttt En la 4ª edición se ubica aquí la llamada 89 y las tres frases precedentes quedan incluidas en la cita de Ortes {238}.
34 [238] Al igual que en la segunda edición alemana, en la traducción italiana de Delio Cantimori esas tres frases quedan fuera de las comillas, lo que parece indicar que no son transcripción textual de las palabras de Ortes. La inclusión de dichas frases en las comillas data de la versión francesa del tomo I (TFA 472).-- 806.
[35] [4] Alta Iglesia de Inglaterra (High Church, Anglo-Catholics).-- Sector de la Iglesia Anglicana que después de la ruptura con el papado conservó, a diferencia de los calvinistas y otras iglesias protestantes, lo esencial de la estructura jerárquica y de la liturgia de la Iglesia Católica.-- 9; 764; 806.
[36] 90 "A Dissertation on the Poor Laws, By a Wellwisher of Mankind" ("The Rev. Mr. J. Townsend"), 1786, reeditado en Londres, 1817, pp. 15, 39, 41. Este "delicado" cura de cuya obra recién mencionada, así como de su "Journey through Spain", Malthus suele plagiar páginas enteras toma la mayor parte de su doctrina de sir James Steuart, al que sin embargo tergiversa. Así, por ejemplo, cuando Steuart dice; "Aquí, en la esclavitud, se aplicaba un método violento para hacer trabajar a la humanidad" (en beneficio de los no trabajadores) "... En ese entonces, se forzaba a los hombres a trabajar" (esto es, a trabajar gratis para otros) "porque eran esclavos de otros; hoy, los hombres son forzados a trabajar" (es decir, a trabajar gratis para los no trabajadores), "porque son los esclavos de sus propias necesidades" {239}, no llega a la conclusión, como sí lo hace el obeso prebendado, de que los asalariados siempre deben estar comiéndose los codos de hambre. Quiere, por el contrario, hacer que aumenten sus necesidades y, a la vez, convertir el número creciente de las mismas en acicate que los impulse a trabajar para "los más delicados".
uuu uuu En la 3ª y 4ª ediciones se agrega: "Si el monje veneciano encontraba, en el destino fatal que eterniza la miseria, la razón de ser de la caridad cristiana, del celibato, de los conventos y las fundaciones pías, el prebendado protestante, por el contrario, veía en él el pretexto para condenar las leyes que concedían al pobre el derecho a una misera subvención pública".
37 [239] (W) James Steuart, "An Inquiry into the Principles of Political Economy", t. I, Dublín, 1770, pp. 39, 40.-- 807.
[38] 91 Storch, "Cours d'économie...", t. III, p. 223.
vvv vvv En la 3ª y 4ª ediciones se agrega: "Según Sismondi, <<los hombres>> (es decir, los no trabajadores) <<probablemente renunciarían a todos los perfeccionamientos de las artes, así como a todos los disfrutes que nos proporcionan las manufacturas, si tuvieran que procurárselos por un trabajo constante, como el del obrero... Los esfuerzos están hoy separados de su recompensa; no es el mismo hombre el que primero trabaja y luego se entrega al descanso, por el contrario, precisamente porque uno trabaja, es otro el que descansa... La multiplicación indefinida de las fuerzas productivas del trabajo no puede arrojar otro resultado, pues, que el de aumentar el lujo y los disfrutes de los ricos ociosos>>".
39 92 Sismondi, "Nouveaux principes...", t. I, p. 85 (www).
xxx xxx En la 3ª y 4ª ediciones la cita se presenta así: "Destutt de Tracy, por último, ese doctrinario burgués de sangre de pescado, expresa brutalmente: "Las naciones pobres son aquellas"...
[40] 93 Destutt de Tracy, "Traité de...", p. 231. "Les nations pauvres, c'est là où le peuple est à son aise; et les nations riches, c'est là où il est ordinairement pauvre."
[41] [188] Fortunato (Fortunatus) es el protagonista de un libro popular alemán del siglo XVI (la primera impresión es de 1509). El personaje posee un bolso de dinero que nunca se agota (el "saco de Fortunato") y un sombrerito de los deseos, que lo traslada adonde se le antoja.-- 557; 808.
yyy yyy En la 3ª y 4ª ediciones: "ya en la sección cuarta"...
[42] 94 "Tenth Report of the Commissioners of H. M's Inland Revenue", Londres, 1866, p. 38.
[43] 95 Ibídem.
[44] 96 A los efectos comparativos estos guarismos resultan suficientes, pero si se los considera en términos absolutos son falsos, ya que los ingresos "encubiertos" tal vez asciendan a [sterling] 100 millones. En cada uno de sus informes, los "Inland Revenue Commissioners [comisionados de impuestos internos] reiteran sus quejas sobre los fraudes sistemáticos perpetrados por comerciantes e industriales, principalmente. Se afirma así, por ejemplo: "Una sociedas por acciones declaró que sus ganancias gravables ascendían a [sterling] 6.000, pero el tasador las evaluó en [sterling] 88.000, y finalmente el impuesto se pagó por esa suma. Otra compañía declaró [sterling] 190.000; se la obligó a admitir que el monto real era de [sterling] 250.000". (Ibídem, p. 42.)
zzz zzz En la 3ª y 4ª ediciones: "y centralización".
aaaa aaaa 40,467 há.
[45] 97 "Census...", p. 29. No se ha refutado la afirmación de John Bright, según la cual 150 terratenientes poseen la mitad del suelo inglés y sólo 12 la mitad del escocés.
bbbb bbbb En la 1ª, 2ª y 3ª ediciones: "1856".
[46] 98 "Fourth Report... of Inland Revenue", Londres, 1860, p. 17.
cccc cccc En la 3ª y 4ª ediciones: "centralización".
dddd dddd Dato corregido según la 4ª edición.
47 99 Se trata de los ingresos netos, es decir, una vez practicados ciertos descuentos establecidos por la ley.
eeee eeee 13.000 km, aproximadamente.
ffff ffff 20.600 km, aproximadamente.
gggg gggg En la 4ª edición: "1847".
hhhh hhhh En la 3ª y 4ª ediciones: "188.917.563".
48 100 En estos momentos marzo de 1867 el mercado indio y el chino están nuevamente sobresaturados por las consignaciones de los fabricantes algodoneros británicos. A los obreros del algodón se les comenzó a aplicar en 1866 un descuento salarial del 5 %, y en 1867 una operación similar provocó la huelga de 20.000 hombres en Preston. {F. E. Era este el preámbulo de la crisis que se desencadenó acto seguido.}
[49] 101 "Census...", p. 11.
[50] 102 Gladstone, en la Cámara de los Comunes, el 14 (iiii) de febrero de 1843: "It is one of the most melancholy features in the social state of the country, that while there was a decrease in the consuming power of the people, and an increase in the privations and distress of the labouring class and operatives, there was at the same time a constant accumulation of wealth in the upper classes and a constant increase of capital" (jjjj).
iiii En la 4ª edición; "13".
kkkk kkkk En la 4ª edición: "13"
llll llll En su ejemplar de la 1ª edición, Marx corrigió aquí: "reducido".
[51] 103 "From 1842 to 1852 the taxable income of the country increased by 6 per cent... In the 8 years from 1853 to 1861, it had increased from the basis taken in 1853, 20 per cent! The fact is so astonishing as to be almost incredible... this intoxicating augmentation of wealth and power... entirely confined to classes of property... must be of indirect benefit to the labouring population, because it cheapens the commodities of general consumption while the rich have been growing richer, the poor have been growing less poor! at any rate, whether the extremes of poverty are less, I do not presume to say." (Gladstone, en la H. o. C., 16 de abril de 1863 (mmmm).
[52] 104 Véanse los datos oficiales en el libro azul: "Miscellaneous Statisties of the Un. Kingdom, Part VI", Londres, 1866, pp. 260-273 pássim. Agregado a la 2ª edición. En lugar de las estadísticas elaboradas por los asilos de huérfanos, etc., podríamos aducir también como elementos probatorios las declamaciones con las que periódicos oficialistas propician el aumento en la dotación a los infantes de la familia real. Nunca se olvidan de mencionar, en ellas, el encarecimiento de los medios de subsistencia.
[53] 105 "Think of those who are on the border of that region" (pauperism), "wages... in others not increased... human life is but, in nine cases out of ten, a struggle for existence." (Gladstone, H. o. C., 7 de abril de 1864.) (nnnn). Un escritor inglésl {240} caracteriza las continuas y clamorosas contradicciones de los discursos con que Gladstone presentara los presupuestos de 1863 y 1864, con la siguiente cita de Molière (oooo):
"He aquí al hombre, genio y figura. Pasa del blanco al negro,
condena por la noche sus opiniones matutinas.
Fastidioso a todos los demás, enojoso a sí mismo,
sin cesar cambia de ideas, como de modas."
("The Theory of Exchanges...", Londres, 1864, p. 135.)
nnnn En la 4ª edición se agrega: "La versión de "Hansard" reza así: <<Again; and yet more at large, what is human life but, in the majority of cases, a struggle for existence>>".
54 [240] Se trata de Henry Roy; en la versión francesa (TFA 678) Marx agrega, después de "un escritor inglés": "por lo demás de poco valor".-- 814.
[55] 106 H. Fawcett, "The Economic Position...", pp. 67, 82. En lo tocante a la creciente dependencia de los obreros con respecto a los pequeños comerciantes, la misma obedece a las fluctuaciones e interrupciones, cada vez mayores, que experimenta la ocupación de los primeros.
[56] 107 Cabe esperar que Engels amplíe pronto, con el período que se inicia en 1844, su obra sobre la situación de la clase obrera inglesa, o que consagre un segundo tomo a la exposición de dicho período (pppp).
qqqq qqqq Este párrafo queda redactado así en la 3ª y 4ª ediciones: "En las secciones sobre la jornada laboral y la maquinaria se pusieron al descubierto las circunstancias bajo las cuales la clase obrera británica creó un aumento embriagador <<de riqueza y de poder>> para las clases poseedoras. No obstante, entonces, nos ocupamos preferentemente del obrero dentro de su función social. Para ilustrar de manera plena las leyes de la acumulación, corresponde examinar también la situación del obrero fuera del taller, sus condiciones de alimentación y vivienda. Los límites de este libro nos obligan a tener en cuenta aquí, ante todo, al sector peor remunerado del proletariado industrial y de los obreros agrícolas, esto es, la mayor parte de la clase obrera".
[57] 108(rrrr) En Inglaterra siempre está incluido Gales; en Gran Bretaña lo están Inglaterra, Gales y Escocia; en el Reino Unido esos tres países e Irlanda.
ssss ssss En la 4ª edición se agrega; "hipócritas,".
[58] [241] Marx se refiere a la obra de Engels "Die Lage der arbeitenden Klasse in England, etc., Leipzig, 1845.-- 816.
tttt tttt En la 3ª y 4ª ediciones se inserta aquí una nota 108: "Sobre los progresos efectuados desde los tiempos de Adam Smith, ilustra notablemente el hecho de que ocasionalmente él use todavía la palabra workhouse como equivalente de manufactory [manufactura]. Por ejemplo en la introducción del capítulo que dedica a la división del trabajo: <<A menudo se puede reunir en el mismo taller (workhouse) a los ocupados en los diversos ramos del trabajo>>" {241}.
59 [242] (W) Adam Smith, "Wealth of Nations", t. I, Edimburgo, 814, p. 6.-- 817.
[60] [107] El Privy Council (Consejo Privado), compuesto de dignatarios de la corte, grandes señores, prelados y (desde los Tudores) también de jurisconsultos y otros especialistas, desempeñó en ciertos períodos de la historia inglesa las funciones de gabinete ministerial, pese a que nominalmente no era más que un cuerpo asesor del monarca. En tiempos de Marx la importancia de la institución era ya escasa.-- 293; 486; 566; 817.
uuuu uuuu 252,7 g.
vvvv vvvv 11,7 g.
wwww wwww 278,6 g.
xxxx xxxx 13 g.
yyyy yyyy 907 g.
zzzz zzzz 1.855,3 g.
aaaaa aaaaa 86,1 g.
bbbbb bbbbb 1.892,9 g.
ccccc ccccc 83,9 g.
[61] 109 "Public Health, Sixth Report... 1863", Londres, 1864, p. 13.
[62] 110 Ibídem, p. 17.
[63] 111 Ibídem, p. 13.
[64] 112 Ibídem, apéndice, p. 232.
ddddd ddddd 198 g.
eeeee eeeee 701 g.
fffff fffff 3,5 kg
ggggg ggggg 5,1 kg.
hhhhh hhhhh 4,5 kg
iiiii iiiii 113 g.
jjjjj jjjjj 312 g.
kkkkk kkkkk 227 g.
lllll lllll 142 g
mmmmm mmmmm 206 g.
nnnnn nnnnn 517 g.
ooooo ooooo 386 g.
[65] 113 Ibídem, pp. 232, 233.
[66] 114 Ibídem, pp. 14, 15.
ppppp ppppp En la 4ª edición esta frase dice así: "La conexión interna entre los tormentos del hambre padecidos por las capas obreras más laboriosas y el consumo dilapidador grosero o refinado de los ricos, fundado en la acumulación capitalista, sólo se pone al descubierto con el conocimiento de las leyes económicas".
qqqqq qqqqq En la 3ª y 4ª ediciones: "centralización".
rrrrr rrrrr En la 4ª edición, "tranvías de caballos" en vez de "ferrocarriles urbanos".
sssss sssss En la 4ª edición se agrega: "de la habitación".
[67] 115 "En ningún otro terreno los derechos de las personas han sido sacrificados tan abierta y desvergonzadamente al derecho de propiedad como en el caso de las condiciones habitacionales de la clase obrera. Toda gran ciudad es un sitio consagrado a los sacrificios humanos, un altar en el que anualmente se inmola a miles de personas al Moloc {243} de la avaricia." (S. Laing, "National Distress...", p. 150.)
68 [243] Moloc, dios semítico al que según la Biblia ("Levítico", XVIII, 21, I Reyes, XI, 7, II Reyes, XXIII, 10, "Jeremías", XXXII, 35) se sacrificaban seres humanos, y en especial niños.-- 822.
ttttt ttttt En la 3ª y 4ª ediciones se suprimen las fechas entre paréntesis.
[69] 116 "Public Health", "Eighth Report...", Londres, 1866, p. 14, nota.
[70] 117 Ibídem, p. 89. Acerca de los niños de esos nucleamientos dice el doctor Hunter: "No sabemos cómo se criaría a los niños antes de esta época de densa aglomeración de los pobres, y sería un profeta audaz el que nos predijera qué conducta puede esperarse de niños que, bajo circunstancias sin paralelo en este país, se educan actualmente para su práctica futura como clases peligrosas, pasando media noche sentados con personas de todas las edades [...], borrachas, obscenas y pendencieras". (Ibídem, p. 56.)
[71] 118 Ibídem, p. 62.
[72] 119 "Report of the Officer of Health of St. Martin's in the Fiels", 1865.
[73] 120 "Public Health", "Eighth Report...", p. 91.
[74] 121 Ibídem, p. 88.
uuuuu uuuuu 3,2 km, aproximadamente
vvvvv vvvvv 0,4047 há.
wwwww wwwww En la 3ª y 4ª ediciones: "indemnizar".
[75] 122 Ibídem, p. 89.
[76] 123 Ibídem, p. 56.
[77] 124 Ibídem, p. 149.
[78] 125 Ibídem, p. 50.
[79] 126 Lista proporcionada por el agente de una compañía aseguradora de obreros, en Bradford:
Vulcan Street, nº 122 1 pieza 16 personas
Lumley Street, nº 13 1 " 11 "
Bower Street, nº 41 1 " 11 "
Portland Street, nº 112 1 " 10 "
Hardy Street, nº 17 1 " 10 "
North Street, nº 18 1 " 16 "
Idem, nº 17 1 " 13 "
Wymer Street, nº 19 1 " 8 adultos
Jowett Street, nº 56 1 " 12 personas
George Street, nº 150 1 " 3 familias
Rifle Court, Marygate, nº 11 1 " 11 personas
Marshall Street, nº 28 1 " 10 "
Idem, nº 49 3 piezas 3 familias
George Street, nº 128 1 pieza 18 personas
Idem, nº 130 1 " 16 "
Edward Street, nº 4 1 " 17 " (xxxxx)
York Street, nº 34 1 " 2 familias
Salt Pie Street 2 piezas 26 personas
Sótanos
Regent Square 1 sótanos 8 personas
Acre Street 1 " 7 "
Robert's Court, nº 33 1 " 7 "
Back Pratt Street, local
utilizado como
taller de calderería 1 " 7 "
Ebenezer Street, nº 27 1 " 6 "
("Public Health, Eighth Report...", p. 111.)
yyyyy yyyyy 42,48 m3.
[80] 127 Ibídem, p. 114.
[81] 128 Ibídem, p. 50.
[82] 129 "Public Health, Seventh Report...", Londres, 1865, p. 18.
zzzzz zzzzz En la 4ª edición: "2".
[83] 130 Ibídem, p. 165.
[84] 131 Ibídem, p. 18, nota. El inspector de beneficencia de la Chapel-en-le-Frith-Union informa al Registrar-General [director del Registro Civil]: "En Doveholes se ha practicado una serie de pequeñas excavaciones en una gran colina de cenizas de cal. Estas cuevas sirven de vivienda a los terraplenadores y otros obreros ocupados en la construcción de vías férreas. Las cuevas son estrechas, húmedas, carecen de salida para las aguas servidas y de letrinas. Están privadas de todo medio de ventilación, salvo un agujero a través de la bóveda, usado al mismo tiempo como chimenea. La viruela causa estragos y ya ha ocasionado varios casos fatales" (entre los trogloditas). (Ibídem, nota 2.)
aaaaaa aaaaaa En la 4ª edición: "del proletariado británico".
[85] 132 La nota incluida al final de la sección cuarta (bbbbbb) se refiere principalmente a los obreros de las minas de carbón. Acerca de las condiciones, aun peores, en las minas de metales, cfr. el concienzudo informe de la "Royal Commission de 1864".
[86] 133 "Public Health, Seventh Report...", pp. 180, 182.
[87] 134 Ibídem, pp. 515, 517.
cccccc cccccc En la 4ª edición: "serán jamás motivo" en vez de "serán motivo especial" {244}.
88 [244] Para esta corrección parece haberse tomado como base la versión francesa: "ne fourniront jamais prétexte à une grève" (TFA 490). La segunda edición alemana se ajusta más al original inglés, tal como figura en TI 667.-- 834.
[89] 135 Ibídem, p. 16.
[90] 136 "[exclamdown]Los indigentes de Londres se mueren de hambre en masa! (Wholesale starvation of the London Poor!)... Durante los últimos días, en los muros de Londres se fijaron grandes carteles en los que figuraba este extraño anuncio: <<[exclamdown]Bueyes gordos, hombres famélicos! Los bueyes gordos han abandonado sus palacios de cristal para ir a cebar a los ricos en sus suntuosas residencias, mientras que los hombres hambrientos degeneran y mueren en sus deplorables tugurios>>. Los carteles con estas ominosas palabras son constantemente renovados. No bien se arranca o tapa una partida de cartetes, reaparece un nuevo lote en el mismo lugar o en otro sitio similarmente público... Esto [...] recuerda los omina [malos augurios] que prepararon al pueblo francés para los acontecimientos de 1789... En este momento, mientras mueren de hambre y frío obreros ingleses con sus mujeres e hijos, se invierten millones de dinero inglés, producto del trabajo inglés, en empréstitos rusos, españoles, italianos y de otras nacionalidades extranjeras." ("Reynolds' Newspaper", 20 de enero de 1867.)
dddddd dddddd En la 3ª y 4ª ediciones se suprime: "enero de".
eeeeee eeeeee 180 litros, aproximadamente
[91] 137 "Ofrecemos aquí un extracto, tomado de un diario tory, acerca de los padecimientos consecutivos a la crisis de 1866. No debe olvidarse que la parte oriental de Londres, que es de la que aquí se trata, es la sede no sólo de los constructores de barcos de hierro, ya mencionados en el texto del capítulo, sino también de una <<industria domiciliaria>> invariablemente remunerada por debajo del mínimo. <<Un espectáculo terrible pudo apreciarse ayer en una parte de la metrópoli. Aunque los millares de desocupados del East End no manifestaron en masa con banderas negras, el torrente humano fue asaz imponente. Permítasenos recordar lo que padece esta gente. Se están muriendo de hambre. Este es el hecho escueto y terrible. Hay 40.000 de ellos... [exclamdown]En nuestra presencia, en un barrio de esta metrópoli maravillosa, en la vecindad inmediata de la más enorme acumulación de riqueza jamás vista por el mundo, hay 40.000 personas desamparadas, muriéndose de hambre! Esos millares irrumpen ahora en otros barrios; esos hombres, que siempre han estado medio muertos de hambre, gritan su aflicción en nuestros oídos, claman al cielo, nos cuentan de sus hogares abrumados por la miseria, de su imposibilidad de encontrar trabajo y de la inutilidad de mendigar. Los propios contribuyentes locales, obligados a pagar el impuesto de beneficencia, se ven empujados por las exigencias parroquiales al borde de la indigencia>>. ("Standard", 5 de abril de 1867.)" (ffffff) Puesto que precisamente en los momentos actuales está de moda, entre los capitalistas ingleses, pintar a Bélgica como el paraíso del obrero porque en ella el despotismo de los trades' unions y las leyes fabriles no atentan contra "la libertad de trabajo", digamos aquí un par de palabras sobre la "felicidad" del "libre" obrero belga, al que sólo oprimen el clero, la aristocracia terrateniente, la burguesía liberal y la burocracia, pero no los trades' unions ni las leyes fabriles, [exclamdown]faltaba más! El señor Ducpétiaux, buena autoridad hasta hace un tiempo, y no sé si todaía ahora, inspector general de las cárceles belgas , dice en sus "Budgets économiques des classes ouvrières en Belgique": "Término medio, una familia obrera cuenta 4 hijos, los que sumados al padre y a la madre dan, pues, 6 personas". De esas 6 personas 4 pueden estar ocupadas de manera útil, cuando la enfermedad y factores similares no interfieren. Bajo estas circunstancias, las fuentes familiares de recursos, en su rendimiento máximo, son las siguientes: El padre 300jornadas a 1,56 francos Por año: 465 francos
La madre 0,59 267
El hijo mayor 0,56 168
La hija mayor 0,55 165
1.068 francos
Los gastos anuales de la familia y sus déficit se elevarían, en caso de que el obrero tuviera la alimentación
de un marinero de la armada, a 1.828 francos; déficit: 760 francos
soldado 1.473 405
presidiario 1.112 44
En esa familia que tomamos como modelo hemos hecho confluir todas las fuentes posibles de recursos (gggggg). Pero al asignarle un salario a la madre, privamos de su guía a la administración familiar; ¿quién (hhhhhh) se ocupará de la casa, quién hará la comida, lavará y zurcirá la ropa, etc.? (iiiiii) ¿De qué manera se las arregla, entonces, la gran mayoría de los obreros, que no compran las mercancías al por mayor ni con descuentos de ningún tipo como sí lo hace la administración de las cárceles , de qué manera se las arregla para vivir? Recurriendo a expedientes cuyo secreto sólo el obrero conoce, reduciendo la ración diaria, comiendo poca carne o ninguna, haciendo otro tanto con la manteca y los condimentos, apretujando a su familia en una o dos piezas en las que muchachos y muchachas duermen juntos, a menudo en el mismo jergón de paja, economizando en la estimenta, en la ropa blanca y en los artículos de limpieza, renunciando a los esparcimientos dominicales, etc. Una vez alcanzado ese límite extremo, el menor aumento de precios en los medios de subsistencia, etc., arroja a estos obreros a la lista de los indigentes" (jjjjjj). En este "paraíso de los capitalistas", en efecto, [exclamdown]la menor variación en los precios de los cereales va acompañada de una variación en el número de las defunciones y los delitos! (Véase "Manifest der Maatschappij: De Vlamingen Vooruit", Bruselas, 1860, p. 12.) Toda Bélgica cuenta 930.000 familias, de las cuales, según la estadística oficial: 90.000 ricos (electores) = 450.000 personas; 390.000 (kkkkkk) familias gran parte de las cuales está cayendo en el proletariado pertenecen a la pequeña clase media urbana y aldeana, = 1.950.000 personas; por último, 450.000 familias de trabajadores, = 2.250.000 personas, entre las cuales las familias modelo disfrutan de la felicidad pintada por Ducpétiaux. [exclamdown]De las 450.000 familias obreras más de 200.000 están en la lista de indigentes!
ffffff En la 3ª y 4ª ediciones esta nota figura en el texto; el segundo párrafo de la misma queda redactado de la siguiente manera: "Puesto que entre los capitalistas ingleses está de moda pintar a Bélgica como el paraíso del obrero porque en ella ni el despotismo de los trades' unions ni las leyes fabriles atentan contra <<la libertad de trabajo>> o, lo que es lo mismo, contra <<la libertad del capital>> , digamos aquí un par de palabras sobre la <<felicidad>> del obrero belga. Sin duda, nadie estaba más profundamente iniciado en los misterios de esa felicidad que el difunto señor Ducpétiaux, inspector general de las cárceles e institutos de beneficencia belgas y miembro de la Comisión General de Estadística de su país. Consultemos su obra, "Budgets économiques des classes ouvrières en Belgique", Bruselas, 1855. Nos encontramos aquí, entre otras cosas, con una familia normal de obreros belgas, cuyos egresos e ingresos anuales calculados segú datos muy precisos y cuyas condiciones alimentarias son comparadas luego con las de los soldados, marineros de la armada y presidiarios. La familia <<se compone de padre, madre y cuatro hijos>>. De estas seis personas, <<cuatro pueden estar ocupadas todo el año de manera útil>>; se parte del supuesto de que <<no hay entre ellos enfermos ni incapacitados para trabajar>> y de que no se registran <<gastos con fines religiosos, morales e intelectuales, salvo una suma muy exigua en concepto de asientos en la iglesia>>, ni <<aportes a cajas de ahorro o jubilatorias>>, <<ni gastos de lujo u otros gastos superfluos>>. Con todo, al padre y al hijo mayor se les permite fumar e ir los domingos a la taberna, para lo cual se les asigna nada menos que 56 céntimos semanales. <<De la combinación total de los salarios otorgados a los obreros por los diversos ramos de la industria, se desprende... que la media más elevada del jornal es la siguiente: 1,56 francos para los hombres, 89 céntimos para las mujeres, 56 céntimos para los muchachos y 55 para las muchachas. Calculados sobre esta base, los ingresos de la familia ascenderían, como máximo, a 1.068 francos anuales...>>"
gggggg En la 3ª y 4ª ediciones esta frase dice así: "En ese presupuesto familiar que tomamos como típico hemos incluido todos los ingresos posibles".
hhhhhh En la 3ª y 4ª ediciones se agrega: "de los hijos menores ¿Quién"...
iiiiii En la 3ª y 4ª ediciones, el texto de este párrafo, hasta aquí, figura antes de los cuadros precedentes. Se agrega, después de "ropa, etc.", la frase siguiente: "A los obreros, este dilema se les plantea de manera cotidiana".
jjjjjj En la 3ª y 4ª ediciones el texto de este párrafo, desde la llamada c hasta aquí, es sustituido por el siguiente pasaje: "Como se ve, pocas familias obreras pueden procurarse no ya la alimentación del marinero o del soldado, sino ni siquiera la del presidiario. Término medio, en Bélgica cada prisionero costó en 1847-1849 63 centavos por día, lo que en comparación con los gastos dirios que representa el sustento de un obrero, arroja una diferencia de 13 centavos. Los costos de administración y vigilancia se compensan, en cambio, por el hecho de que el prisionero no paga alquiler alguno... ¿Pero cómo ocurre, entonces, que un gran número, y podríamos decir que la gran mayoría de los obreros, viven en condiciones aun más económicas? Lo hacen, pero sólo recurriendo a expedientes cuyo secreto nadie conoce a excepción del obrero, reduciendo la ración diaria, comiendo pan de centeno en vez de pan de trigo; comiendo poca carne o ninguna, haciendo lo mismo con la manteca y los condimentos, apretujando a su familia en una o dos piezas en las que muchachos y muchachas duermen juntos, a menudo en el mismo jergón de paja, ahorrando en la vestimenta, en la ropa blanca y en los artículos de limpieza, renunciando a los esparcimientos dominicales, en una palabra, resignándose a las privaciones más penosas. Una vez alcanzado ese límite extremo, el menor aumento en el precio de los medios de subsistencia, una suspensión del trabajo, una enfermedad, acrecientan la miseria del obrero y lo arruinan por completo. Las deudas se acumulan, no se le concede más crédito, los vestidos, los muebles más necesarios emigran hacia la casa de empeños y, finalmente, la familia solicita su inscripción en la lista de indigentes (137)."
kkkkkk En la 2ª edición: "190.000". (Errata corregida por nosotros según las ediciones siguientes: 390.000 x 5 = 1.950.000.)
[92] 138 James E. Th. Rogers (prof. of political economy in the University of Oxford), "A History of Agriculture and Prices in England", Oxford, 1866, vol. I, p. 690. En los dos primeros tomos publicados, esta obra, fruto de un trabajo concienzudo, comprende únicamente el período que va de 1259 a 1400. El segundo tomo sólo contiene material estadístico. Es la primera history of prices [historia de los precios] auténtica que poseemos acerca de este período.
[93] 139 "Reasons for the Late Increase of the Poor-Rates: or, a Comparative View of the Price of Labour and Provisions", Londres, 1777, pp. 5, 11.
[94] 140 Doctor Richard Price, "Observations on Reversionary Payments, 6ª ed. by W. Morgan, Londres, 1803, vol. II, pp. 158, 159: "El precio nominal de la jornada de trabajo no es actualmente más que 4 o a lo sumo 5 veces mayor que en el año 1514. Pero el precio del trigo se ha septuplicado, el de la carne y el de la indumentaria se multiplicaron por 15. El precio del trabajo, por consiguiente, se ha quedado tan atrás con respecto al incremento experimentado por el costo de la vida, que en proporción a este costo su monto parece no ser ni siquiera de la mitad de lo que era antes".
llllll llllll 51,1 litros.
mmmmmm mmmmmm 36,9 litros.
nnnnnn nnnnnn 34,1 litros.
[95] 141 Barton, "Observations...", p. 26. En lo referente al último período del siglo XVIII, cfr. Eden, "The State of the Poor".
96 [200] Guerra antijacobina. --En la versión francesa (TFA 493) Marx atribuye la autoría de esa expresión al escritor y líder radical y obrerista William Cobbett (1762-1835): "antijacobin war, tal es el nombre dado por William Cobbett a la guerra contra la Revolución Francesa".-- 678; 745; 842; 939.
oooooo oooooo En la 4ª edición, desde la penúltima coma: "bajo la forma de limosnas, el salario nominal hasta la suma nominal".
[97] 142 Parry, "The Question of the Necessity of Existing Corn Laws Considered", p. 80.
[98] 143 Ibídem, p. 213.
[99] [92] Marx cita a Varrón según Dureau de la Malle: "Para Varrón, el esclavo es un "instrumentum vocale", el animal un "instrumentum semi-mutum", el arado un "instrumentum mutum" (Dureau de la Malle, "Économie politique des romains", París, 1840, t. I, pp. 253-254; cit. en "Grundrisse ...", ed. cit., p. 719). Aunque en germen, no con tanta nitidez, esta idea aparece ya en la "Política de Aristóteles": "[...] De los instrumentos, unos son inanimados y otros animados [...]. El esclavo [es] una posesión animada." (Cfr. Aristóteles, "Política", México, Bibliotheca Scriptorum Græcorum et Romanorum Mexicana, 1963, libro I, cap. II, p. 6.)-- 238; 843.
[100] [245] Revueltas de Swing. --En los primeros años del decenio de 1830 se desarrolló en el campo inglés, sobre todo en el sur, un movimiento más o menos espontáneo de los obreros agrícolas, en lucha por aumentos de salarios y contra la mecanización de las faenas rurales. Los trabajadores incendiaban los graneros, las trilladoras, etc. (véase aquí, p. 736), y dirigían a los terratenientes cartas intimidatorias de este tenor, firmadas por un imaginario Capitán Swing: "Este año prendemos fuego a las mieses, el que viene a los curas, el tercero a los gobernantes".-- 844.
[101] 144 S. Laing, "National Distress...", p. 62.
[102] 145 "England and America", Londres, 1833, vol. I, p. 47.
[103] [246] Low Church (lglesia Baja) o Low Church Party. --Sector de la Iglesia Anglicana partidario de reducir el papel del clero y sobre todo del episcopado; en cuanto a la liturgia, los dogmas religiosos, etc., la Low Church se asemeja más que la High Church (véase nuestra nota 4) a las otras iglesias protestantes, y menos que ella a la Iglesia Católica. Pone el énfasis en actividades filantrópicas y reformas sociales dentro del régimen capitalista: lord Shaftesbury, por ejemplo, a quien Marx da el título de "papa de la Low Church", al mismo tiempo que explotaba ferozmente a sus trabajadores agrícolas abogaba por la sanción de la ley de las 10 horas, la prohibición del trabajo femenino e infantil en las minas de carbón, etc.-- 845.
pppppp pppppp Varios datos de esta tabla han sido corregidos según la 3ª y 4ª ediciones.
[104] 146 "Economist" de Londres, 29 de marzo de 1845, p. 290.
qqqqqq qqqqqq En la 3ª y 4ª ediciones: "abolición".
[105] 147 A estos efectos, la aristocracia terrateniente se adelantó a sí misma fondos del erario público, por medio del parlamento y, naturalmente, a un interés bajísimo; los arrendatarios se vieron obligados a devolvérselos duplicados.
[106] 148 La disminución de los arrendatarios medios se aprecia principalmente en los siguientes rubros del censo: "hijo, nieto, hermano, sobrino, hija, nieta, hermana, sobrina del arrendatario", en una palabra, en los miembros de su propia familia empleados por el arrendatario. En 1851, estos rubros contaban 216.851 personas; en 1861, sólo 176.151 (rrrrrr).
rrrrrr En la 3ª y 4ª ediciones se agrega. "Entre 1851 y 1871 los predios arrendados de menos de 20 acres (ssssss) disminuyen en más de 900; los de 50 a 75 acres (tttttt) bajan de 8.253 a 6.370; un fenómeno similar ocurre en el caso de todos los demás predios arrendados cuya superficie no alcanza a los 100 acres (uuuuuu). Durante esos mismos veinte años, en cambio, aumentó el número de las grandes fincas arrendadas: las de 300 a 500 acres (vvvvvv) subieron de 7.771 a 8.410; las de más de 500 acres (wwwwww), de 2.755 a 3.914; las de más de 1.000 acres (xxxxxx), de 492 a 582.
ssssss 8,09 há.
tttttt 20,2 a 30,35 há.
uuuuuu 40,47 há.
vvvvvv 121,4 a 202,3 há.
wwwwww 202,3 há.
yyyyyy yyyyyy 187.829 há.
[107] 149 El número de los pastores de ovejas aumentó de 12.517 a 25.559.
[108] 150 "Census...", p. 36.
[109] [247] Post tot discrimina rerum (después de tantas vueltas y revueltas, después de tantas dificultades). --Virgilio, "Eneida", I, 204.-- 847.
[110] 151 Rogers, "A History of Agriculture...", p. 693. "The peasant has again become a serf", ibídem, p. 10. El señor Rogers pertenece a la escuela liberal y cultiva la amistad personal de Cobden y Bright; no es, por ende, un laudator temporis acti [panegirista del tiempo pasado] {248}.
111 [248] En el verso 173 de su "Arte poética", Horacio se refiere a un laudator temporis acti (panegirista del tiempo pasado), un viejo que se erige en crítico y censor despiadado de la nueva generación.-- 847.
[112] 152 "Public Health, Seventh Report...", p. 242. "The cost of the hind is fixed at the lowest possible amount on which he can live... the supplies of wages or shelter are not calculated on the profit to be derived from him. He is a zero in farming calculations". No es nada inusual, por consiguiente, el hecho de que el casero aumente el alquiler de un obrero no bien se entera de que éste gana algo más, o que el arrendatario reduzca el salario del obrero "porque la mujer del mismo ha encontrado ocupación" (ibídem).
[113] 153 Ibídem, p. 135.
[114] 154 Ibídem, p. 134.
[115] 155 "Report of the Commissioners... Relating to Transportation and Penal Servitude", Londres, 1863, p. 42 nº 50.
[116] 156 Ibídem, p. 77, "Memorandum by the Lord Chief Justice".
[117] 157 Ibídem, vol. II, deposiciones.
[118] 158 Ibídem, vol. I, apéndice, p. 280.
zzzzzz zzzzzz Nota 158 bis de la 4ª edición: "Ibídem, pp. 274, 275".
aaaaaaa aaaaaaa En la 4ª edición no figura Dorset.
bbbbbbb bbbbbbb En la 4ª edición: "Smith".
[119] 159 "Public Health, Sixth Report...", 1863, pp. 238, 249, 261, 262.
[120] 160 Ibídem, p. 262.
[121] 161 Ibídem, p. 17. El obrero agrícola inglés sólo obtiene 1/4 de la leche y 1/2 del pan que recibe el irlandés. A comienzos de este siglo, Arthur Young ya había llamado la atención, en su "Tour through Ireland", acerca del mejor nivel alimentario del segundo con respecto al primero. La razón consiste simplemente en que el arrendatario irlandés, sumido en la pobreza, es incomparablemente más humano que su rico colega inglés. En lo concerniente a Gales, los datos del texto no se aplican a su región suroccidental. "Todos los médicos locales coinciden en que el incremento de la tasa de mortalidad por tuberculosis, escrofulosis, etc., se intensifica con el deterioro de la condición física de la población, y todos atribuyen dicho deterioro a la pobreza. La mantención diaria del obrero agrícola se calcula allí en 5 peniques, y en muchos casos el arrendatario" (él mismo en la miseria) "paga menos. Un bocado de carne salada [...], secada hasta que alcanza la dureza de la caoba y apenas digna del trabajoso proceso de la digestión, o de tocino [...], sirve para condimentar una gran cantidad de caldo, de harina y puerro, o de papilla de avena, y día tras día es este el almuerzo del obrero agrícola... El progreso de la industria ha tenido para él la consecuencia de remplazar, en este clima riguroso y húmedo, el fuerte paño hilado en casa por géneros de algodón baratos, y las bebidas más fuertes por un té <<nominal>>... Luego de largas horas de exposición al viento y la lluvia, el jornalero regresa a su cottage [choza] y se sienta ante un fuego de turba o de bolas compuestas de arcilla y carbón de descarte, aspirando entonces bocanadas de monóxido de carbono y ácido sulfúrico. Las paredes de la choza se componen de arcilla y piedras, el piso es de tierra desnuda, tal como se encontraba antes de la construcción de la choza; el techo es una masa de paja suelta, amontonada. Se obstruye toda rendija para conservar el calor, y en esta atmósfera diabólicamente hedionda, sobre un piso fangoso, a menudo con su única ropasecándose sobre el cuerpo, el jornalero cena con su mujer e hijos. Ciertas parteras, obligadas a pasar una parte de la noche en tales chozas, han descrito cómo se les hundían los pies en el barro del piso y cómo [exclamdown]menudo trabajo! tuvieron que practicar un agujero en la pared para procurarse un poco de respiración privada. Numerosos testigos de diverso rango declaran que el mal alimentado (underfed) campesino se halla expuesto todas las noches a esas y otras influencias insalubres, y en cuanto al resultado un pueblo debilitado y escrofuloso- no hacen falta pruebas, verdaderamente... Los informes de los funcionarios parroquiales de Caermarthenshire y Cardiganshire muestran palmariamente el mismo estado de cosas... A esto se añade una plaga aun más terrible: la propagación del idiotismo. Y además las condiciones climáticas. Los rabiosos vientos del sudoeste soplan en todo el país durante ocho o nueve meses al año, con su séquito de lluvias torrenciales que se descargan principalmente sobre las laderas occidentales de las colinas. Los árboles escasean, salvo en lugares protegidos; donde carecen de abrigo, el viento los convierte en objetos deformes. Las chozas se agazapan bajo cualquier saliente de la montaña, a menudo en un barranco o una cantera, y sólo las ovejas de menor talla y el ganado bovino local pueden vivir en las pasturas... Los jóvenes emigran hacia los distritos mineros orientales de Glamorgan y Monmouth... Caermarthenshire es el semillero de la población minera y su hospicio de inválidos... La población sólo a duras penas mantiene su número. Así, por ejemplo, ocurre en Cardiganshire:
1851 1861
Sexo masculino 45.155 44.446
Sexo femenino 52.459 52.955
97.614 97.401."
[122] 162 En 1865 esa ley fue enmendada hasta cierto punto. Pronto enseñará la experiencia que la utilidad de estos emplastes es absolutamente nula.
[123] 163 Para ccmprender lo que sigue: se denominan close villages (aldeas cerradas) aquellas en que los propietarios del suelo son uno o unos pocos terratenientes; open villages (aldeas abiertas), aquellas cuyo suelo pertenece a muchos propietarios pequeños. Es en estas últimas localidades donde los especuladores de la construcción pueden levantar cottages y casas para alquilar.
[124] 164 Estas aldeas de escenografía tienen un aspecto muy bonito, pero son tan irreales como las que vio Catalina II en su viaje a Crimea {249}. En los últimos tiempos es frecuente que también se desaloje de las show-villages a los pastores de ovejas. Cerca de Market Harborough, por ejemplo, hay un establecimiento de aproximadamente 500 acres (ccccccc), dedicado a la cría de ovejas, que sólo emplea el trabajo de un hombre. Para abreviar las largas caminatas por esas vastas planicies las hermosas praderas de Leicester y Northampton , el pastor solía ocupar una cottage en la granja. Ahora se le da un decimotercer chelín para alojamiento, que el pastor tiene que buscar muy lejos, en la aldea abierta.
125 [249] Poco después de la conquista de Crimea por los rusos, el favorito de Catalina II, Grígori Alexándrovich Potiomkin (el mismo en cuyo honor se bautizó a un acorazado que, en mala transliteración, conocemos por "Potemkin"), invitó a la emperatriz a visitar los territorios arrancados a los tártaros. Mientras se dirigía a Crimea por el curso del Dniéper (principios de 1787), la comitiva imperial pudo admirar desde el río una serie de hermosas aldeas: según relatos divulgados algo después, las casas no tenían más que la fachada y los bien vestidos y rozagantes "campesinos", apenas pasaban las naves de Catalina, galopaban en la misma dirección para "'poblar" a tiempo la aldea escenográfica siguiente.-- 854.
ddddddd ddddddd 4,8 Km.
eeeeeee eeeeeee De 4,8 a 6,4 Km.
[126] 165 "Las casas de los trabajadores" (en las aldeas abiertas, que, por supuesto, están siempre atestadas) "se construyen habitualmente en hileras, con la pared trasera ubicada en el último borde del retazo de terreno que el especulador que las construye puede llamar suyo. Sólo por el frente, pues, tienen acceso a la luz y el aire." (Informe del doctor Hunter, op. cit., p. 135.) "Muy a menudo el dueño de la cervecería o la tienda de la aldea es al mismo tiempo propietario de casas alquiladas. En este caso, el obrero agrícola encuentra en él un segundo patrón, después del agricultor. Se ve obligado a ser también su cliente. Con 10 chelines por semana, menos un alquiler anual de [sterling] 4 [...], está obligado a comprar, a los precios que al tendero se le ocurra fijar, su modicum [modesta porción] de té, azúcar, harina, jabón, velas y cerveza." (Ibídem, p. 132.) Estas aldeas abiertas constituyen, en realidad, las "colonias penitenciarias" del proletariado agrícola inglés. Muchas de las cottages son simples pensiones por las que desfila toda la hez de vagabundos de la comarca. El campesino y su familia, que a menudo, pese a vivir en las más sucias condiciones, habían conservado de manera realmente prodigiosa su integridad y pureza de carácter, ahora se echan totalmente a perder. Está de moda entre los Shylocks distinguidos, por supuesto, encogerse farisaicamente de hombros ante los especuladores de la construcción, los pequeños propietarios y las aldeas abiertas. Ellos saben a ciencia cierta que sus "aldeas cerradas y aldeas de escenografía" constituyen la cuna de las "aldeas abiertas" y no podrían existir sin éstas.
127 [250] Midlands es el nombre colectivo de los condados centrales de Inglaterra, y especialmente los de Derby, Leicester, Nottingham, Rutland, Northampton, Stafford y Warwick; en los Midlands se levantan muchas de las principales ciudades industriales inglesas.-- 855.
[128] 166 "El casero" (el arrendatario de tierras o el terrateniente) "[...] se [...] enriquece directa o indirectamente con el trabajo de un hombre al que paga 10 chelines por semana, y luego le arranca a ese pobre diablo [sterling] 4 ó 5 de alquiler anual por casas que en el mercado libre no valdrían ni [sterling] 20, pero que mantienen su precio artificial gracias al poder que tiene el terrateniente de decir: <<O alquilas mi casa o te largas de aquí y te buscas empleo en otra parte, pero sin un certificado mío de referencias (fffffff)>>... Si un hombre desea mejorar y conseguir trabajo en un ferrocarril como colocador de vías, o en una cantera, el mismo poder no demora en decirle: <<O trabajas para mí a ese salario bajo, o te doy un plazo de una semana para que te largues de la casa; lleva tu cerdo contigo, si lo tienes, y fíjate en cuánto puedes sacar de las papas que crecen en tu huerta>>. Pero si le parece mejor para sus intereses, a veces el propietario" (o en su caso el arrendatario de la tierra) "opta en estos casos por aumentar el alquiler, como castigo por haber abandonado su servicio." (Doctor Hunter, en "Public Health, Seventh Report...", 1864, página 132.)
129 167 "Las parejas de recién casados no constituyen un espectáculo edificante para hermanos y hermanas adultos, que comparten con ellos el mismo dormitorio, y aunque no sea aconsejable mencionar casos concretos, disponemos de datos suficientes que fundamentan la afirmación de que grandes sufrimientos, y a menudo la muerte, constituyen la suerte de las mujeres que toman parte en el delito de incesto." (Doctor Hunter, op. cit., p. 137.) Un funcionario policial de origen campesino, que durante largos años actuó como detective en los peores barrios de Londres, dice de las muchachas de su aldea: "Durante toda mi vida de policía en las peores zonas londinenses nunca llegué a ver tan grosera inmoralidad a edad tan temprana, una insolencia e impudicia como las de aquéllas... Viven como cerdos, muchachos y muchachas ya crecidos, madres y padres; todos duermen revueltos en el mismo cuarto". ("Children's... Sixth Report", apéndice, p. 77, n. 155.)
[130] 168 "Public Health, Seventh Report...", 1864, pp. 9-14 y pássim.
ggggggg ggggggg 3,66 m.
hhhhhhh hhhhhhh 3,05 m.
iiiiiii iiiiiii 1,68 m.
jjjjjjj jjjjjjj 4,57 m.
kkkkkkk kkkkkkk 3,05 m.
lllllll lllllll Unos 23 cm.
[131] [65] Seguir el camino de toda carne.-- El eufemismo por decaer y morir, irónicamente empleado por Marx, es de origen bíblico: combina el "toda carne había corrompido su camino sobre la tierra", etc. ("Génesis", VI, 12-13) y el "yo voy el camino de toda la tierra" con que David, moribundo, se despide de su hijo Salomón ("I Reyes", II, 2).-- 136; 859.
mmmmmmm mmmmmmm 4,42 m.
nnnnnnn nnnnnnn 2,13 m.
ooooooo ooooooo 1,82 m.
ppppppp ppppppp 405 há. aproximadamente.
qqqqqqq qqqqqqq 6,4 km, aproximadamente.
rrrrrrr rrrrrrr 3,35 m.
sssssss sssssss 2,74 m.
ttttttt ttttttt 2,06 m.
uuuuuuu uuuuuuu 3,53 m.
vvvvvvv vvvvvvv 2,74 m.
wwwwwww wwwwwww 1,78 m.
xxxxxxx xxxxxxx 1,22 m.
yyyyyyy yyyyyyy 1.393,3 há.
zzzzzzz zzzzzzz 739,3 há.
aaaaaaaa aaaaaaaa 3.419,1 há.
bbbbbbbb bbbbbbbb 697 há.
cccccccc cccccccc 3,91 m.
dddddddd dddddddd 3,71 m.
eeeeeeee eeeeeeee 2,06 m.
ffffffff ffffffff 3,68 m3, aproximadamente.
gggggggg gggggggg 10,12 há.
hhhhhhhh hhhhhhhh 3,71 m.
iiiiiiii iiiiiiii 2,87 m.
jjjjjjjj jjjjjjjj 6,48 m.
kkkkkkkk kkkkkkkk 2,87 m.
llllllll llllllll 9,65 km.
mmmmmmmm mmmmmmmm 19,3 km.
nnnnnnnn nnnnnnnn 1 pie = 0,3048 m.
oooooooo oooooooo 1 pulgada = 0,0254 m.
[132] 168 bis "El cura y los nobles parecen haberse conjurado para acosarlos hasta la muerte."
pppppppp pppppppp En la 4ª edición se agrega: "de fincas arrendadas".
[133] 169 "El trabajo del obrero agrícola trabajo santificado por Dios incluso infunde dignidad a su posición. No es un esclavo, sino un soldado de la paz, y merece una vivienda adecuada, digna de un hombre casado. El terrateniente, que ha reclamado el derecho de imponerle un trabajo forzado tal como el que el país le impone a un soldado propiamente dicho, debería proporcionarle esa vivienda. El obrero agrícola no recibe por su trabajo el precio de mercado, tal como no lo recibe el soldado. Como a éste, se lo recluta joven, ignorante, sin que conozca más que su propio oficio y su propia localidad. El casamiento prematuro y la acción de diversas leyes de asentamiento afectan al uno como el reclutamiento y el código penal militar afectan al otro." (Doctor Hunter, op. cit., p. 132.) En ocasiones, algún terrateniente excepcionalmente pusilánime se conmueve ante el espectáculo del desierto que ha creado. "Es cosa melancólica esto de estar solo en su propio país", dijo el conde de Leicester cuando lo felicitaron por haber terminado la construcción de Holkham: "Miro a mi alrededor y no veo más casa que la mía. Soy el gigante del castillo de los ogros y he devorado a todos mis vecinos".
[134] 170 Un movimiento similar se ha producido en los últimos decenios en Francia, en la medida en que la producción capitalista se apodera allí de la agricultura y empuja a la población rural "supernumeraria" hacia las ciudades. También aquí la existencia de los "supernumerarios" se debe al empeoramiento que se verifica en las condiciones habitacionales y en las demás condiciones. Sobre el peculiar "prolétariat foncier" [proletariado rural] incubado por el sistema parcelario, véanse, entre otras obras, el libro anteriormente citado de Colins, y Karl Marx, "Der achtzehnte Brumaire des Louis Bonaparte", Nueva York, 1852,.pp. 56 y ss (qqqqqqqq). En 1846 la población urbana ascendía en Francia al 24,42 y la rural al 75,58 %; en 1861 la urbana al 28,86, y la rural al 71,14 %. En los últimos 5 años el decrecimiento porcentual de la población rural es aun mayor. Ya en 1846 cantaba Pierre Dapont en su "Ouvriers":
"Mal vestidos, alojados en cuchitriles,
en las buhardillas, entre los escombros,
vivimos con los buhos y los ladrones,
amigos de las sombras."
[135] 171 El informe sexto y final de la "Children's Employment Commission", pablicado a fines de marzo de 1867, se ocupa exclusivamente del sistema agrícola de cuadrillas.
rrrrrrrr rrrrrrrr De 161,9 a 404,7 há.
ssssssss ssssssss En la 3ª y 4ª ediciones se agrega aquí: "40,49 áreas o" [debió decir: 40,47 áreas o].
tttttttt tttttttt 129,5 há.
[136] 172 "Children's..., Sixth Report", declaraciones, p. 37, n. 173.
[137] 173 No obstante, algunos jefes de cuadrillas se las han ingeniado para convertirse en arrendatarios de 500 acres (uuuuuuuu) o en propietarios de hileras enteras de casas.
vvvvvvvv vvvvvvvv En la 4ª edición en vez de las palabras entre comas: "al margen de la cuadrilla".
wwwwwwww wwwwwwww 8, 9,6 y a veces 11,3 km.
[138] [251] Según la leyenda recogida por los hermanos Grimm, el "flautista de Hamelín" (en alemán Hameln), molesto porque los vecinos de esa ciudad de Brunswick no abonaban conforme a tarifa sus servicios raticidas, hechizó al son de una flauta mágica a todos los niños del lugar y se los llevó con destino desconocido. La balada de Browning "The Pied Piper of Hamelin" contribuyó a popularizar fuera de Alemania la leyenda.-- 870.
[139] [252] Fanerogamia (del griego fanerós [visible, evidente] y gamos, gamía [unión sexual]) es el término empleado por Fourier para designar la unión sexual en público. Véase Charles Fourier, "Le nouveau monde industriel et sociétaire", París, 1829, sección quinta, complemento a los caps. XXXV y XXXVI, y sección sexta, resumen.-- 871.
[140] 174 "La cuadrilla ha echado a perder a la mitad de las muchachas de Ludford." ("Children's..., Sixth Report, apéndice, p. 6, n. 32.)
141 [253] Según el Génesis, XIX, los hombres de Sodoma --aparte otras depravaciones no especificadas-- caen en la exageración de querer violar a los ángeles enviados por Jehová para exterminarlos.-- 871.
[142] 175 "El sistema se ha expandido considerablemente en los últimos años. En algunos lugares su introducción es reciente; en otros, donde [...] es más antiguo [...], más niños, y de menor edad, se alistan en la cuadrilla." (Ibídem, p. 79, n. 174.)
[143] 176 "Los arrendatarios menores no emplean el trabajo de cuadrillas." "No se le emplea en tierras pobres, sino en las que rinden de [sterling] 2 a [sterling] 2 y 10 chelines de renta por acre." (Ibídem, pp. 17 y 14.)
[144] 177 A uno de estos caballeros sus rentas le saben tan dulces que declara indignado, ante la comisión investigadora, que toda la gritería contra el sistema se debe al nombre del mismo. Si en vez de denominarlas "cuadrillas" se las bautizara con el nombre de "asociaciones juveniles cooperativo-agrícola-industriales para la manutención de sí mismos", todo estaría all right [en perfecto orden].
[145] 178 "El trabajo de las cuadrillas es más barato que el otro trabajo, es por eso que se lo emplea", dice un ex jefe de cuadrilla. (Ibídem, p. 17, n. 14.) "El sistema de cuadrillas es decididamente el más barato para el arrendatario, y también decididamente el más pernicioso para los niños", dice un arrendatario. (Ibídem, p. 16, nota 3.)
[146] 179 "No cabe duda de que mucho trabajo hecho actualmente por niños en cuadrillas lo efectuaban antes hombres y mujeres. Donde se emplean mujeres y niños hay ahora más hombres sin trabajo (more men are out of work) que antes." (Ibídem, p. 43, n. 202.) Véase, en cambio, entre otros pasajes: "El problema del trabajo (labour question) se ha vuelto tan agudo en muchos distritos agrícolas, y especialmente en los cerealeros, a consecuencia del éxodo y de las facilidades que ofrecen los ferrocarriles para trasladarse a las grandes ciudades, que yo" (este "yo" es el del agente rural de un gran patrón) "considero absolutamente indispensable el trabajo de los niños". (Ibídem, p. 80, n. 180.) The labour question (el problema del trabajo), efectivamente, en los distritos agrícolas ingleses significa por oposición al resto del mundo civilizado the landlords' and farmers' question (el problema de los terratenientes y arrendatarios): ¿cómo perpetuar, pese al éxodo cada vez mayor de los campesinos, una suficiente "sobrepoblación relativa" en el campo y, con ello, eternizar el "mínimo del salario" para el obrero agrícola?
[147] 180 El "Public Health Report", antes citado por mí, en el cual al analizarse la mortalidad infantil se alude de pasada al sistema de cuadrillas, permaneció ignorado por la prensa inglesa, y en consecuencia por el público inglés. El último informe de la "Children's Employment Commission", en cambio, brindó a la prensa un pasto "sensacional" y bienvenido. Mientras la prensa liberal preguntaba cómo era posible que los elegantes gentlemen y ladies y los prebendados de la iglesia oficial, personajes todos que pululan en Lincolnshire y envían a los antípodas sus propias "misiones para el perfeccionamiento moral de los indígenas del Mar del Sur", permitieran que prosperase tal sistema en sus fincas y bajo sus propios ojos, la prensa más refinada se limitó exclusivamente a reflexionar sobre la burda corrupción de los campesinos, [exclamdown]capaces de vender a sus hijos para esa clase de esclavitud! Bajo las execrables condiciones en que "los más delicados" condenan a vivir al campesino, sería explicable que éste devorara a sus propios hijos. Lo realmente asombroso es la integridad de carácter que, en gran parte, ese campesino ha logrado conservar. Los informantes oficiales han comprobado que los padres, incluso en los distritos donde impera, detestan el sistema de cuadrillas. "En las declaraciones testimoniales recogidas por nosotros, se encuentran pruebas abundantes de que en muchos casos los padres agradecerían la promulgación de una ley obligatoria que les permitiera resistir las tentaciones y presiones a que suelen estar sometidos a veces el funcionario parroquial, a veces el patrón en este caso bajo la amenaza de despedirlos a ellos mismos los apremia para que envíen los chicos a ganar dinero [...] en vez de mandarlos a la escuela... Todo el tiempo y las energías derrochados, todo el sufrimiento que le ocasiona al campesino y a su familia la fatiga extraordinaria e inútil, todos los casos en que los padres han achacado la ruina moral del hijo al nacinamiento de las cottages o las influencias contaminanes del sistema de cuadrillas, provocan en el pecho de los pobres laboriosos sentimientos fácilmente comprensibles y que es innecesario detallar. Son conscientes de que muchos de sus tormentos físicos y mentales les han sido infligidos por circunstancias de las que en modo alguno son responsables, a las que nunca habrían dado su asentimiento si hubieran podido rehusarlo y contra las que son impotentes para luchar." (Ibídem, p. XX, n. 82, y XXIII, n. 96.)
[148] 181 Población de Irlanda: 1801, 5.319.867 personas; 1811, 6.084.996; 1821, 6.869.544; 1831, 7.828.347; 1841, 8.222.664.
xxxxxxxx xxxxxxxx De 6 a 12 há, aproximadamente.
yyyyyyyy yyyyyyyy En la 3ª y 4ª ediciones: "centralización".
zzzzzzzz zzzzzzzz En la 3ª y 4ª ediciones se agrega: "(véase el cuadro A)".
aaaaaaaaa aaaaaaaaa Los datos del cuadro han sido corregidos según su presentación en Werke.
[149] 182 Los resultados serían aun más desfavorables si nos remontáramos más atrás. Así, por ejemplo en 1865 los ovinos son 3.688.742, pero en 1856 3.694.294; los cerdos, en 1865, 1.299.893, pero en 1858 1.409.883.
bbbbbbbbb bbbbbbbbb Datos corregidos según Werke.
ccccccccc ccccccccc 51.583 há.
ddddddddd ddddddddd 41.091 há.
eeeeeeeee eeeeeeeee 717.308 hectolitros.
fffffffff fffffffff 142.489 hl.
ggggggggg ggggggggg 484.487 hl.
hhhhhhhhh hhhhhhhhh 86.936 hl.
iiiiiiiii iiiiiiiii 1 tonelada inglesa = 2.240 litros = 1.016,04kg.
jjjjjjjjj jjjjjjjjj En la 4ª edición se agrega: "(véase cuadro C)". [Por razones de diagramación, el CUADRO C se encuentra en la página 885. (N. del E.)]
150 184 "Tenth Report of the Commissioners of Inland Revenue", Londres, 1866.
kkkkkkkkk kkkkkkkkk Datos del cuadro corregidos según la 4ª edición.
151 183 Los datos del texto han sido compilados del material que figura en "Agricultural Statistics, Ireland. General Abstracts", Dublín, para el año 1860 y siguieníes y "Agricultural Statistics, Ireland. Tables Showing the Estimated Average Produce", etc. Dublín, 1867. Como es sabido, esta estadística reviste carácter oficial y es presentada anualmente ante el parlamento.
[152] 185 A causa de ciertas deducciones admitidas por la ley el ingreso total anual registrado bajo el rubro D difiere aquí del indicado en el cuadro precedente.
lllllllll lllllllll Datos del cuadro recogidos según Werke.
[153] 186 Aunque el producto también disminuya proporcionalmente, por acre, no debe olvidarse que desde hace siglo y medio Inglaterra éxporta (mmmmmmmmm) el suelo de Irlanda sin otorgar a sus cultivadores ni siquiera los medios para remplazar los componentes de aquél.
[154] [117] Peste Negra. --De 1346 a 1350, aproximadamente, la peste bubónica asoló Europa, aniquilando aproximadamente la cuarta parte de la población del continente. La epidemia recibió diversos nombres, entre ellos los de peste o muerte negra.-- 328; 880.
nnnnnnnnn nnnnnnnnn Nota 186 bis de la 3ª y 4ª ediciones: "Puesto que a Irlanda se la considera la tierra prometida del <<principio de la población>>, Thomas Sadler antes de que viera la luz su obra sobre la población, publicó su célebre libro "Ireland, its Evils and their Remedies", 2ª edición, Londres, 1829, en el que mediante la comparación de datos estadísticos de las diversas provincias y en cada provincia de los diversos condados demuestra que en esa isla la miseria no impera, como pretende Malthus, en proporción al número de la población, sino en razón inversa a éste".
ooooooooo ooooooooo Nota 186bis2 de la 3ª y 4ª ediciones: En el período que va de 1851 a 1874 el número total de emigrantes ascendió a 2.325.922".
ppppppppp ppppppppp En la 2ª edición, por error: "C".
qqqqqqqqq qqqqqqqqq 40,47 há.
[155] 186bis Nota a la 2ª edición. Según un cuadro en el libro de Murphy, "Ireland, Industrial, Political and Social", 1870, el 94,6 % de todas las fincas arrendadas son de menos de 100 acres y el 5,4 % de más de 100 acres (rrrrrrrrr).
rrrrrrrrr En la 3ª y 4ª ediciones esta nota es la 186bis2 y dice así, después de "1870": "las fincas arrendadas de hasta 100 acres ocupan el 94,6 % del suelo, y las de más de 100 acres el 5,4 por ciento" {254}.
156 [254] En un principio, en la p. 737 de la 2ª edición la frase inmediatamente anterior a la llamada 186 bis decía así: "Los arrendatarios pequeños y medianos --incluyo entre ellos todos los que no cultivan más de 100 acres-- siguen poseyendo, aproximadamente, 8/10 del suelo irlandés". En coincidencia parcial --no en contradicción-- con ese dato, la nota 186 bis era de este tenor: "Según un cuadro en el libro de Murphy, "Ireland, Industrial, Political and Social", 1870, las fincas arrendadas de hasta 100 acres ocupan el 94,6 % del suelo, y las de más de 100 acres el 5,4 %". Pero en la fe de erratas de la 2ª edición, p. 830, Marx indica que se debe corregir tanto la frase del texto como la nota, que quedan como consta en la p. 882 de nuestra edición. Seguramente por inadvertencia, Engels o sus colaboradores corrigieron solo el texto, no la nota, con lo cual el primero y la segunda entraron en contradicción. Si fueran exactos tanto los datos que en la 3ª y 4ª ediciones figuran en el texto como los que en dichas ediciones aparecen en la nota, se llegaría a un resultado absurdo: las fincas de más de 100 acres, el 20 % del total, abarcarían proporcionalmente menos tierra (sólo el 5,4 %) que las fincas de menos de 100 acres; éstas, siendo el 80 % del total, comprenderían el 94,6 % del suelo irlandés. Esta discordancia se mantiene en "Werke" y también en las versiones castellanas basadas en la 4ª edición alemana; la versión francesa, en cambio, se atuvo correctamente a la fe de erratas de la segunda edición alemana.-- 882.
sssssssss sssssssss En la 3ª y 4ª ediciones se agrega: "en 1861-1866".
ttttttttt ttttttttt En la 3ª y 4ª ediciones, el texto que va desde aquí hasta el fin del párrafo es sustituido por el siguiente: "en el mercado interno. Los claros abiertos aquí por la emigración, no sólo restringen la demanda local de trabajo, sino también los ingresos de los tenderos modestos, de los artesanos, de los pequeños industriales en general. De ahí la mengua de los ingresos entre [sterling] 60 y [sterling] 100 que puede apreciarse en el cuadro E".
uuuuuuuuu uuuuuuuuu En la 3ª y 4ª ediciones se sustituye este párrafo por el texto siguiente: "En los informes de los inspectores de la administración irlandesa de beneficencia (1870) se encuentra una exposición diáfana acerca de la situación por la que atraviesan los jornaleros rurales de la isla (186bis4). Funcionarios de un gobierno que sólo se mantiene por la fuerza de las bayonetas y el estado de sitio a veces declarado, a veces encubierto, esos inspectores se ven obligados a emplear todos los circunloquios que sus colegas en Inglaterra desprecian; pese a todo, no permiten forjarse ilusiones a su gobierno. Según ellos, la siempre bajísima tarifa salarial imperante en el campo, ha experimentado durante los últimos 20 años un aumento de 50 a 60 % y alcanza actualmente, término medio, a 6-9 chelines semanales. Pero tras ese aumento aparente se oculta una baja real del salario, pues el alza salarial ni siquiera compensa el alza que ha tenido lugar entretanto en los precios de los artículos de primera necesidad, como lo demuestra el siguiente extracto, tomado de los cálculos oficiales de un workhouse irlandés:
Media semanal de los costos de manutención por persona
Año Alimentación Vestimenta Total
29 set. 1848 a 29 set. 1849 1 ch. 3 1/4 p. O ch. 3 p. 1 ch. 6 1/4 p.
29 set. 1868 a 29 set. 1869 2 ch. 7 1/4 p. O ch. 6 p. 3 ch. 1 1/4 p.
"El precio de los artículos de primera necesidad, pues, casi se ha duplicado, y el de la vestimenta es exactamente el doble de lo que era veinte años atrás.
"Pero incluso si prescindimos de esta desproporción, la mera comparación de las tasas del salario expresadas en dinero no nos permitirá llegar a un resultado correcto. Antes de la hambruna, la mayor parte de los salarios rurales se abonaba in natura [en especies], y en dinero sólo la parte menor; actualmente la regla general es el pago en dinero. Ya de esto se infiere que, cualquiera que fuere el movimiento del salario real, tenía que aumentar su tasa dineraria. <<Antes de la hambruna, el jornalero agrícola poseía una parcela [...] en la que cultivaba papas y criaba cerdos y aves de corral. Hoy no sólo tiene que comprar todos sus medios de subsistencia, sino que ha perdido además los ingresos resultantes de la venta de cerdos, aves y huevos (187). En realidad, en el pasado los obreros agrícolas se confundían con los pequeños arrendatarios y sólo formaban, en su mayor parte, la retaguardia de las fincas arrendadas medianas y mayores en las que encontraban ocupación. Sólo a partir de la catástrofe de 1846 comenzaron a constituir una fracción de la clase de los asalariados puros, un estrato particular vinculado solamente por relaciones dinerarias a sus patrones salariales.
"Sabemos ya cuáles eran sus condiciones habitacionales de 1846. Desde entonces las mismas se han empeorado aun más. Una parte de los jornaleros rurales, que disminuye sin embargo día a día, vive aún en los predios de los arrendatarios, en chozas atestadas cuyos horrores superan ampliamente lo peor que en este aspecto muestran los distritos rurales ingleses. Y esto se aplica de manera general, con excepción de algunas comarcas del Ulster; en el sur a los condads de Cork, Limerick, Kilkenny, etc.; en el este a Wicklow, Wexford, etc.; en el centro en el King's y en el Queen's County {255}, Dublín, etc.; en el norte en Down, Antrim, Tyrone, etc.; en el oeste en Sligo, Roscommon, Mayo, Galway, etcétera. <<Es>>, exclama uno de los inspectores, <<una vergüenza para la religión y la civilización de este país.>> (187bis). Para hacer más tolerables a los jornaleros las condiciones habitacionales de sus covachas, desde tiempos inmemoriales se les confisca sistemáticamente los pedacitos de tierra contiguos a aquellas. <<La conciencia de esta suerte de proscripción en que los mantienen los terratenientes y sus administradores, ha [...] suscitado entre los jornaleros rurales los consiguientes sentimientos de antagonismo y odio contra quienes los tratan como [...] a una raza proscrita.>> (187bis2)
"El primer acto de la revolución agraria, efectuado en la mayor escala y como obedeciendo a una consigna impartida desde arriba, fue el de barrer con las chozas que se alzaban en las tierras de labor. De esta manera, muchos obreros se vieron obligados a buscar refugio en aldeas y ciudades. Como si se tratara de trastos viejos, se los arrojó allí en buhardillas, cuchitriles, sótanos y en los tugurios de los peores barrios. Miles de familias irlandesas que se distinguían según incluso, el testimonio de ingleses imbuidos en prejuicios nacionales por su raro apego al hogar, por su despreocupada jovialidad y por la pureza de sus virtudes domésticas, se encontraron así, repentinamente, trasplantados a los invernaderos del vicio. Los hombres se ven obligados ahora a buscar trabajo entre los arrendatarios vecinos y sólo se los contrata jornada a jornada, o sea bajo la forma más precaria del salario; además, <<ahora tienen que recorrer grandes distancias para ir a las fincas y volver a casa, a menudo empapados hasta los tuétanos y expuestos a las demás inclemencias del tiempo, lo cual suele ocasionar el debilitamiento, la enfermedad y por ende las privaciones>>. (187bis3)
"<<Las ciudaes tenían que recibir, año tras año, lo que se consideraba como exceso de trabajadores en los distritos agrícolas>>; (187bis4). [exclamdown]y después hay quien se admire <<de que en las ciudades y aldeas hay un exceso, y en el campo falta de obreros>>! (187bis5). La verdad es que esa carencia sólo se vuelve perceptible <<en las épocas de trabajos agrícolas urgentes, en primavera y otoño [...] mientras que durante el resto del año muchos brazos tienen que permanecer inactivos>>; (187bis6) que <<después de la cosecha, desde octubre hasta la primavera [...], apenas hay ocupación para ellos>>, (187bis7) y que también durante el período de más trabajo, <<suelen perder días enteros y están expuestos a todo tipo de interrupciones laborales>>. (187bis8)
"Estas consecuencias de la revolución agrícola esto es, de la transformación de tierras de labor en pasturas, de la aplicación de maquinaria, de un más riguroso ahorro de trabajo, etc. se ven agudizadas aun más por esos terratenientes modelo que, en vez de consumir sus rentas en el extranjero, son tan condescendientes como para residir en sus propios dominios irlandeses. Para que la ley de la oferta y la demanda quede totalmente impoluta, estos caballeros cubren <<ahora casi toda [...] su necesidad de trabajo con sus pequeños arrendatarios, que de esta manera se ven obligados a trabajar para sus terratenientes por un salario en general más exiguo que el del jornalero común, y sin miramiento alguno por las incomodidades y pérdidas que significa para el arrendatario tener que desatender sus propios campos en la época crítica de la siembra o de la cosecha>>. (187bis9)
"La inseguridad e irregularidad de la ocupación, la reaparición frecuente y la larga duración de las paralizaciones del trabajo, todos esos síntomas de una sobrepoblación relativa, pues, figuran en los informes de los inspectores de la administración de beneficencia como otras tantas quejas del proletariado agrícola irlandés. Recuérdese que al considerar la situación del proletariado agrícola inglés nos enontrábamos con fenómenos similares. Pero la diferencia estriba en que en Inglaterra, país industrial, la reserva de la industria se recluta en el campo, mientras que en Irlanda, país agrario, la reserva de la agricultura se recluta en las ciudades, en los refugios de los desplazados obreros agrícolas. Allí, los supernumerarios de la agricultura se transforman en obreros fabriles; aquí los expulsados hacia las ciudades siguen siendo obreros agrícolas mientras presionan al mismo tiempo sobre el salario urbano y constantemente se ven rechazados hacia el campo en busca de trabajo.
"Los informantes oficiales resumen de la siguiente manera la situación de los jornaleros agrícolas: <<Aunque viven con la frugalidad más extrema, su salario apenas les alcanza para proporcionarles a ellos y a sus familias alimentación y alojamiento; para la indumentaria requieren ingresos adicionales... El ambiente de sus viviendas, sumado a otras privaciones, expone a esta clase, de manera especialísima, al tifus y la tisis>> (187bis10). Por consiguiente, no es ningún milagro que, conforme al testimonio unánime de los informantes, las filas de esta clase estén impregnadas de un sombrío descontento, que deseen retornar al pasado, abominen del presente y desesperen del futuro, <<se entreguen a las repudiables influencias de los demagogos>> y sólo abriguen una idea fija: la de emigrar a América. [exclamdown]Es esta la Jauja en que la gran panacea maltusiana, la despoblación, ha transformado a la verde Erín!
"Baste un ejemplo para conocer la vida regalada que llevan los obreros manufactureros de Irlanda:".
186bis4 "Reports from the Poor Law Inspectors on the Wages of Abricultural Labourers (Ireland) Return...", 8 de marzo de 1861.
187 Ibídem, pp, 1.
187bis Ibídem, p. 12.
187bis2 Ibídem.
187bis3 Ibídem, p. 25.
187bis4 Ibídem, p. 27.
187bis5 Ibídem, p. 26.
187bis6 Ibídem, p. 1.
187bis7 Ibídem, p. 32.
187bis8 Ibídem, p. 25.
187bis9 Ibídem. p 30.
157 [255] King's y Queen's County. -- Nombres dados a dos condados irlandeses en honor de Felipe II de España y de su mujer, la reina inglesa María I. Bajo la república irlandesa esos distritos han perdido sus nombres monárquicos ingleses y recuperado las viejas denominaciones célticas de Offaly y Laoighis (o Leix).-- 884.
[158] 187(vvvvvvvvv) "Reports..., 31st October 1866", p. 96.
vvvvvvvvv Nota 188 en la 3ª y 4ª ediciones.
[159] 187bis Nota a la 2ª edición. En torno al movimiento del salario del obrero agrícola irlandés, cfr. "Agricultural Labourers (Ireland) Return to an Order of the Honourable the House of Commons Dated 8. March 1861", Londres, 1862, y especialmente también: "Reports from the Poor Law Inspectors on the Wages of Agricultural Labourers in Ireland", Dublín, 1870 (wwwwwwwww).
[160] [256] [exclamdown]Qué actitad tan humana la de este gran señor! -- Marx parafrasea las palabras de Mefistófeles con las que se cierra el "Prólogo en el cielo" del "Faust": "De tiempo en tiempo mc agrada encontrarme con el Viejo [con Dios], y me guardo de romper con él. Es muy amable, por parte de un gran señor, hablar tan humanamente con el diablo mismo."-- 887.
[161] [257] Sangrado es uno de los amos a los que sirve el protagonista de la novela picaresca de Lesage, "L'histoire de Gil Blas de Santillana" (cfr. el tomo I --publicado en 1715--, cap. 11 y ss.).-- 888.
[162] 188(xxxxxxxxx) El área total incluye también "turberas y tierras baldías".
yyyyyyyyy yyyyyyyyy En la 3ª y 4ª ediciones: "centralización".
zzzzzzzzz zzzzzzzzz Se trata seguramente de una errata, no salvada en las ediciones alemanas ni en las traducciones anteriores (francesa, inglesa, italiana, españolas) consultadas por nosotros. "Conforme a los mismos supuestos enunciados antes, tendremos": (136.578 + 71.961 + 54.247) x 4 x 3/4 = 788.358. Sólo así se llega al total de la línea siguiente: 921.174 + 788.358 = 1.709.532.
[163] [258] "L'appétit vient en mangeant [el apetito viene al comer, comer abre el apetito], disoit Angest on Mans, la soif s'en va en beuvant [la sed se va al beber]." (Rabelais, "Gargantúa", I, 5.) Este Angest on Mans, a quien Rabelais atribuye irónicamente la frase, es el teólogo Jérôme de Hangest, obispo de Le Mans (muerto en 538).-- 889.
[164] 188bis(aaaaaaaaaa) Nota de la 2ª edición. En el libro II (bbbbbbbbbb) de esta obra, en la sección sobre la propiedad de la tierra, demostraré más en detalle cómo tanto los terratenientes individuales como la legislación inglesa explotaron planificadamente la hambruna, así como las circunstancias originadas por ella, para imponer violentamente la revolución agrícola y reducir la población de Irlanda a una medida que fuera grata al terrateniente. En el mismo lugar volveré a ocuparme de las condiciones a que se hallan sometidos los pequeños arrendatarios y los obreros agrícolas.
Limitémonos aquí a una cita. Nassau William Senior, entre otras cosas, dice en su obra póstuma "Journals, Conversations and Essays Relating to Ireland", 2 vols., Londres, 1868, vol. II, p. 282: "Muy certeramente observaba el doctor G.: tenemos nuestra ley de beneficencia, que es un excelente instrumento para dar la victoria a los terratenientes; otro es la emigración. [...] Ningún amigo de Irlanda puede desear que la guerra" (entre los terratenientes ingleses (cccccccccc) y los pequeños arrendatarios célticos) "se prolongue, ni mucho menos que termine con la victoria de los arrendatarios... Cuanto más rápidamente finalice, cuanto más rápidamente se transforme Irlanda en un país de pasturas (a grazing country) con la población relativamente pequeña que requiere un país de pasturas, tanto mejor para todas las clases" (dddddddddd)
aaaaaaaaaa Nota 188bis2 en la 3ª y 4ª ediciones.
bbbbbbbbbb En la 4ª edición: "libro III" {259}.
cccccccccc Palabra suprimida en la 4ª edición.
165 [259] En la época en que escribía el tomo I, era intención de Marx publicar los libros segundo y tercero de la obra en un solo volumen. Véase "El capital", tomo III, sección sexta, cap. XXXVI.-- 889.
[166] [260] Durante el tercer cuarto del siglo pasado. Los fenianos constituyeron el ala revolucionaria del movimiento independentista irlandés. El nombre de fenianos (del irlandés antiguo féne, una de las denominaciones de la antigua población de Irlanda, o de fíann, cuerpo de guerreros que defendía la isla en tiempos del legendario caudillo Finn Mac Cool, siglos II-III d.n.e.) fue adoptado por la Hermandad Republicana Irlandesa, fundada en Estados Unidos (1857) por inmigrantes de esa nacionalidad; poco después surgieron secciones en la propia Irlanda, que prepararon un levantamiento armado contra el ocupante. Los objetivos de los fenianos eran la independencia nacional de Irlanda, la república democrática y una reforma agraria no colectivista. Su aporte a la lucha por la liberación nacional del país fue de primer orden.-- 890.
[167] [261] Acerba fata Romanos agunt / scelusque fraternæ necis (acerbo destino atormenta a los romanos y el crimen del fratricidio). --Horacio, "Epodas", epoda VII.-- 890.
168 [262] (R) En la primera edición de "El capital", Marx agregó una "Nota final para la primera sección del capítulo VI", que en la segunda edición habría quedado ubicada al término del capítulo XXIII [...]. La traducción de esa nota es la siguiente: "Los maltusianos ingleses gustan de mencionar a Francia como país <<dichoso>> en el cual la población se mantiene <<por debajo del máximo>> (!). Es evidente que desconocen las circunstancias francesas de la misma manera que los agentes viajeros alemanes del librecambio (a lo Faucher) desconocen las condiciones inglesas. La última Enquête agricole permite verificar cuál es en Francia la suerte del <<proletariado rural>>, y la última obra del señor Pierre Vinçard nos ilustra acerca del cuál es el sino del proletariado industrial. El informe del general Allard sobre el proyecto de reforma del ejército ofrece datos, en general, con respecto a la situación de las masas populares en Francia. Entre los jóvenes franceses que han alcanzado la edad necesaria para ser sorteados con vistas al reclutamiento, no hay más que 198.000 núbiles a la edad de 21 años. Esos 198.000 franceses a los que el reglamento permite fundar una familia se distribuyen en las categorías siguientes: 12.000 dispensados, 20.000 liberados o sustituidos y 166.000 eximidos. De esta última categoría hay más de 100.000 eximidos por insuficiencia de talla y otros defectos que no les confieren una aptitud especial para el matrimonio. Más de la mitad de estos jóvenes entra en la categoría de esos enfermos y raquíticos que los lacedemonios habrían precipitado del Taigeto. De la otra mitad, una buena cuarta parte se compone de hijos adultos de viudas, a los que su situación familiar impide prácticamente el casamiento, y otra cuarta parte la forman los liberados, vale decir, miembros de las clases ricas. He aquí lo que dice al respecto la "Liberté", el periódico de Émile de Girardin, el 18 de marzo de 1867: <<La clase rica es la peor en lo que respecta a la reproducción de la raza. A decir verdad, la estadística demuestra que las aristocracias se extinguen por sí solas y que después de algunos siglos las razas reales mismas suelen terminar en el cretinismo y en la locura hereditaria>>.