[479]

CAPITULO XX

REPRODUCCION SIMPLE
[a]
I. Planteamiento del problema

Si consideramos [1] en su resultado la función anual del capital social o sea del capital global, del cual los capitales individuales no son más que fracciones cuyo movimiento es tanto su movimiento individual como, al mismo tiempo, eslabón integrante del movimiento del capital global , esto es, si tomamos en consideración el producto mercantil que suministra la sociedad durante un año, habrá de quedar en claro cómo se efectúa el proceso de reproducción del capital social, qué caracteres distinguen ese proceso del proceso de reproducción de un capital individual y qué caracteres son comunes a ambos. El producto anual incluye las partes del producto social que reponen capital la [b] reproducción social , así como las partes que corresponden al fondo de consumo y que obreros y capitalistas consumen, o sea tanto el consumo productivo como el individual. Este proceso comprende asimismo [c], la [480] reproducción (esto es, la conservación) de la clase de los capitalistas y la de la clase obrera, y también, por ende, la reproducción del carácter capitalista del proceso global de producción.
Lo que tenemos que analizar es, evidentemente, la
D M...P...M'
figura de circulación M' , [d] y precisamente el consumo
d m
desempeña necesariamente un papel en ella, ya que el punto de partida M' = M + m, el capital mercantil, implica los valores de capital constante y variable así como el plusvalor. Su movimiento, pues, engloba tanto el consumo individual como el productivo. En los ciclos D M...P...M'- D' y P... M'- D'- M...P, el movimiento del capital es punto de arranque y punto de llegada, lo que incluye también el consumo, por cierto, ya que es necesario vender la mercancía, el producto. Pero una vez que suponemos que esto ha ocurrido, lo que acaece luego con esta mercancía es indiferente para el movimiento del capital individual. En el movimiento de M'... M', por el contrario, las condiciones de la reproducción social se reconocen precisamente en que hay que demostrar qué acontece con cada parte de valor de ese producto global M'. El proceso de reproducción global implica aquí el proceso de consumo mediado por la circulación, así como implica el proceso de reproducción del capital mismo.
Y precisamente, conforme al objetivo que nos hemos fijado, es necesario considerar el proceso de reproducción desde el punto de vista de la reposición del valor e igualmente desde el de la reposición de la materia de los componentes individuales de M'. Ya no podemos contentarnos ahora, como cuando analizábamos el valor del producto creado por el capital individual, con el supuesto de que el capitalista individual podía primero convertir en dinero los componentes de su capital por medio de la venta de su producto mercantil y luego reconvertirlo en capital productivo gracias a una nueva compra de los elementos de producción, en el mercado de mercancías. Esos elementos de producción, en la medida en que son de naturaleza material, constituyen un componente [481] del capital social al igual que el producto terminado individual que se intercambia por ellos y al cual reponen. Por otra parte, el movimiento de la parte del producto mercantil social consumida por el obrero cuando gasta su salario y por el capitalista al gastar su plusvalor, no es sólo un eslabón integrante del movimiento del producto global, sino que se entrelaza con el movimiento de los capitales individuales, y no es posible explicar el proceso de tal movimiento si nos limitamos, simplemente, a presuponerlo.
La interrogante que se nos plantea directamente es: ¿cómo se repone según su valor [e], recurriendo al producto anual, el capital consumido en la producción y cómo se entrelaza el movimiento de esa reposición con el consumo que del plusvalor efectúan los capitalistas y del salario los obreros? Se trata, pues, en primer término, de la reproducción en escala simple. No sólo se supone, además, que los productos se intercambian a su valor, sino también que no ocurre revolución alguna de valor en los componentes del capital productivo. Aunque los precios lleguen a divergir de los valores, esta circunstancia no puede ejercer ninguna influencia, por lo demás, en el movimiento del capital social. Como siempre, se intercambian en total las mismas cantidades de productos, por más que los capitalistas individuales participen en relaciones de valor que ya no son proporcionales a sus respectivos adelantos ni a las masas de plusvalor producidas individualmente por cada uno de ellos. En lo que respecta a las revoluciones de valor, si son generales y se distribuyen de manera uniforme no cambian en nada las relaciones entre los componentes de valor del producto global anual. Por el contrario, si son parciales y no se distribuyen uniformemente, representan perturbaciones que, primero, sólo es posible comprender en cuanto tales si se las considera como desviaciones respecto de relaciones permanentes de valor; pero, segundo, estando demostrada la ley según la cual una parte de valor del producto anual repone capital constante y otra capital variable, tenemos que una revolución, sea en el valor del capital constante, sea en el del variable, no afectaría en nada dicha ley. Sólo haría variar [482] las magnitudes relativas de las partes de valor que funcionan en una u otra cualidad, puesto que en lugar de los valores originarios ingresarían otros valores [f].
Mientras examinábamos en el plano de lo individual la producción de valor y el valor del producto del capital, la forma natural del producto mercantil era absolutamente indiferente para el análisis: tanto daba que se compusiera, por ejemplo, de máquinas o de cereales o de espejos. Estábamos siempre ante ejemplos, y cualquier ramo de la producción podía servir, de la misma manera, para ilustrar nuestra exposición. Teníamos que vérnoslas entonces con el propio proceso inmediato de la producción, que en cada uno de sus puntos se presenta como proceso de un capital individual. En la medida en que se tomaba en cuenta la reproducción del capital, bastaba con suponer que la parte del producto mercantil que representa valor de capital encuentra, dentro de la esfera de la circulación, la oportunidad de reconvertirse en sus elementos de producción y por consiguiente de recuperar su figura de capital productivo, exactamente como bastaba con suponer que el obrero y el capitalista encontraban en el mercado, preexistentes, las mercancías en que gastaban el salario y el plusvalor. Esta manera puramente formal de la exposición ya no basta cuando se trata de considerar el capital global social y el valor de su producto. La reconversión de una parte del valor del producto en capital, el ingreso de otra parte en el consumo individual de la clase de los capitalistas, así como de la clase obrera, conforman un movimiento dentro del valor mismo del producto, valor que es resultado, a su vez, del capital global; y este movimiento es no sólo reposición de valor, sino también de materia, y de ahí que esté tan condicionado por la interrelación [483] de los componentes de valor del producto social como por su valor de uso, su figura material.
La [2] reproducción simple en escala invariada aparece en este sentido como una abstracción, ya que por una parte sobre la base capitalista la ausencia de toda acumulación o reproducción en escala ampliada es una suposición peregrina, y por otra parte las relaciones en las que se produce no permanecen absolutamente incambiadas en años diferentes (que es lo que aquí se supuso). El supuesto es que un capital social de valor dado, en el año en curso al igual que en el anterior, suministrará la misma masa de valores mercantiles y satisfará la misma cantidad de necesidades, aunque en el proceso de reproducción puedan cambiar las formas de las mercancías. Con todo, en la medida en que se verifica una acumulación, la reproducción simple siempre forma parte de la misma; puede considerársela en sí misma, por tanto, y es un factor real de la acumulación. El valor del producto anual puede menguar aunque la masa de los valores de uso se mantenga incambiada, el valor puede ser el mismo aunque la masa de los valores de uso decrezca, la masa de valor y la masa de valores de uso reproducidos pueden disminuir simultáneamente. Todo esto deriva de que la reproducción puede tener lugar bajo condiciones más propicias que antes o bajo condiciones más desfavorables, las cuales pueden resultar en una reproducción incompleta, defectuosa. Todo esto puede limitarse a afectar el aspecto cuantitativo de los diversos elementos de la reproducción, pero no los papeles que desempeñan en el proceso global como capital que reproduce o rédito reproducido.
II. Los dos sectores de la producción social
[3]
El producto global y por tanto también la producción global de la sociedad se descompone en dos grandes sectores:
I) Medios de producción, mercancías que poseen una forma bajo la cual deben ingresar en el consumo productivo, o cuando menos pueden ingresar en él. [484]
II) Medios de consumo, mercancías que poseen una forma bajo la cual ingresan en el consumo individual de la clase de los capitalistas y de la clase obrera [g].
En cada uno de estos sectores, la totalidad de los diversos ramos de la producción pertenecientes al mismo constituyen un único gran ramo de la producción: en un caso el de los medios de producción, en el otro el de los medios de consumo. El capital global empleado en cada uno de los dos ramos de la producción constituye un gran sector particular del capital social.
En cada sector, el capital se descompone en dos partes constitutivas:
1) Capital variable. Éste, conforme al valor, es igual al valor de la fuerza de trabajo social utilizada en este ramo de la producción, o sea igual a la suma de los salarios pagados a cambio de ella. En lo tocante a la materia, el capital variable se compone de la fuerza de trabajo que se activa a sí misma, es decir, del trabajo vivo puesto en movimiento por ese valor de capital.
2) Capital constante, esto es, el valor de todos los medios de producción empleados para la producción en este ramo. Los mismos se dividen a su vez en capital fijo: máquinas, instrumentos de trabajo, edificios, animales de labor, etc., y en capital constante circulante, materiales de producción tales como materias primas y auxiliares, productos semielaborados, etcétera.
El valor del producto global anual generado en cada uno de los dos sectores, con la ayuda de ese capital, se descompone en una parte de valor que representa el capital constante c consumido en la producción, y que en lo concerniente a su valor es transferido, tan sólo, al producto, y en la parte de valor agregada por el trabajo global anual. Esta última se subdivide a su vez en la porción que repone al capital variable adelantado v y en el excedente por encima de esa fracción, excedente que constituye el plusvalor pv. Al igual que el valor de cada mercancía individual, pues, el del producto global anual de cada sector se descompone también en c + v + pv.
[485] La parte de valor c, que representa el capital constante consumido en la producción, no coincide con el valor del capital constante utilizao en la producción. Se han consumido totalmente, por cierto, los materiales productivos, y su valor, pues, se ha transferido íntegramente al producto. Pero sólo se ha consumido totalmente una parte del capital fijo utilizado [h], parte cuyo valor, por consiguiente, pasa al producto. Otra parte de dicho capital fijo, máquinas, edificios, etc., sigue existiendo y funcionando como siempre, aunque su valor haya disminuido también por obra del desgaste anual. Esta parte que sigue funcionando del capital fijo no cuenta para nosotros cuando consideramos el valor del producto. Dicha parte de valor del capital no depende de ese valor mercantil recién producido y existe a su lado, tal como se mostró ya cuando analizamos el valor del producto de un capital individual (libro I, cap. VI, p. 192) [i]. Aquí, sin embargo, debemos abstraernos, por de pronto, del procedimiento aplicado allí para considerar las cosas. Cuando examinábamos el valor del producto del capital individual, veíamos que el valor deducido al capital fijo por desgaste se transfiere al producto mercantil generado durante el tiempo que dura ese desgaste, siendo indiferente que con ese valor transferido se reponga o no in natura [en especie], durante ese tiempo, una parte de ese capital fijo. Aquí, por el contrario, cuando examinamos el producto social global y su valor, es preciso hacer abstracción, aunque sea provisoria, cuando menos de la parte de valor transferida durante el año al producto anual por el desgaste del capital fijo, en la medida en que tampoco se reponga in natura tal capital fijo durante el año. En una sección posterior de este mismo capítulo habremos de dilucidar este punto por separado [j].
[486] Para nuestra investigación de la reproducción simple nos basaremos en el siguiente esquema, en el que c = capital constante, v = capital variable, pv = plusvalor;
pv
suponemos que la relación de valorización es del 100 %.
v
Los guarismos pueden expresar millones de marcos, francos o libras esterlinas.
I) Producción de medios de producción:
Capital 4.000c + 1.000v = 5.000.
Producto
mercantil 4.000c + 1.000v = 1.000pv = 6.000, existentes en medios de producción.
II) Producción de medios de consumo:
Capital 2.000c + 500v = 2.500.
Producto
mercantil 2.000c + 500v + 500pv = 3.000, existentes en medios de consumo.
Recapitulando; producto mercantil global anual:
I) 4.000c + 1.000v + 1.000pv = 6.000 en medios de producción.
II) 2.000c + 500v + 500pv = 3.000 en medios de consumo.
Valor global: 9.000, guarismo del cual, conforme al supuesto, queda excluido el capital fijo que sigue *uncionando en su forma natural.
Si investigamos ahora los intercambios necesarios sobre la base de la reproducción simple en la cual, como queda dicho, se consume improductivamente todo el plusvalor , y si provisionalmente no tenemos en cuenta la circulación dineraria que media a esa reproducción, tendremos como resultado, desde un primer momento, tres grandes puntos de referencia.
1) Los 500v, salario de los obreros, y los 500pv, plusvalor de los capitalistas del sector II, han de gastarse en medios de consumo. Pero su valor existe en los medios de consumo por un valor de 1.000 que, en manos de los capitalistas del sector II, reponen los 500v adelantados [487] y representan los 500pv. Salario y plusvalor del sector II, pues, se cambian dentro de dicho sector por productos de II. Con ello desaparecen del producto global (500v + 500pv) II = 1.000 en medios de consumo.
2) Los 1.000v + 1.000pv del sector I deben gastarse asimismo en medios de consumo, esto es, en producto del sector II. Deben intercambiarse, pues, por la parte de capital constante 2.000c , que aún resta de ese producto y que es igual en cuanto al monto. A cambio de ella el sector II recibe un importe igual en medios de producción, producto de I, en los cuales ha tomado cuerpo el valor de los 1.000v + 1.000pv de I. Con esto desaparecen de la cuenta 2.000 IIc y (1.000v + 1.000pv) I.
3) Quedan aún 4.000 Ic. Se componen éstos de medios de producción que sólo pueden usarse y consumirse en el sector I, para reponer su capital constante consumido, y que por tanto se liquidan por intercambio recíproco entre los diversos capitalistas de I, tal como los (500v + 500pv) II se liquidaban por intercambio entre los obreros y los capitalistas, o en su caso entre los diversos capitalistas de II.
Baste con esto, por ahora, para la mejor intelección de lo que sigue.
III. El intercambio entre los dos sectores:

I (v + pv) por II c
[4]
Comencemos por el gran intercambio entre las dos clases (1.000v + 1.000pv) de I: estos valores, que en las manos de sus productores existen en la forma natural de medios de producción, se intercambian por 2.000 IIc, por valores que existen en la forma natural de medios de consumo. La clase de los capitalistas de II, de esta suerte, ha reconvertido su capital constante = 2.000 haciendo que abandone la forma de medios de consumo y revista nuevamente la de medios que sirven para producir medios de consumo, esto es, una forma en la que puedan funcionar de nuevo como factor del proceso de trabajo y, con vistas a la valorización, como valor de capital constante. De otra parte, por intermedio de ello el equivalente de la [488] fuerza de trabajo en I (1.000 Iv) y el plusvalor de los capitalistas I (1.000 Ipv) se realizan en medios de consumo: ambos han abandonado su forma natural de medios de producción y adoptado una forma natural en la que se los puede consumir como rédito.
Pero esta conversión recíproca se efectúa mediante una circulación dineraria que así como por un lado la media, por el otro dificulta su intelección, pero que es de importancia decisiva porque la parte variable del capital debe reaparecer siempre bajo forma dineraria, como capital dinerario que deja esa forma dineraria para convertirse en fuerza de trabajo. En todos los ramos de la industria practicados simultáneamente, yuxtapuestos en la periferia entera de la sociedad, debe adelantarse el capital variable en forma dineraria, siendo indiferente que esos ramos pertenezcan a la categoría I o a la II. El capitalista adquiere la fuerza de trabajo antes de que ingrese ésta en el proceso de producción, pero sólo la paga, en los plazos convenidos, después que se la ha gastado en la producción de valor de uso. Al igual que la parte restante de valor del producto, también pertenece al capitalista la parte de aquél que es tan sólo un equivalente por el dinero gastado para pagar la fuerza de trabajo, esto es, la parte de valor el producto que representa al valor de capital variable. En esta porción de valor misma el obrero ya le ha proporcionado el equivalente por su salario. Pero es la reconversión de la mercancía en dinero, su venta, lo que restituye al capitalista su capital variable como capital dinerario al que puede adelantar una vez más, en la compra de la fuerza de trabaio.
En el sector I, pues, el capitalista colectivo pagó a los obreros £ 1.000 (si hablo de libras esterlinas es sólo para puntualizar que es valor en forma dineraria) = 1.000v por la parte de valor del producto I que ya existe como parte v, esto es, de los medios de producción por ellos producidos. Con esas £ 1.000 los obreros compran medios de consumo por el mismo valor a los capitalistas II y, de esta suerte, transforman la mitad del capital constante II en dinero; los capitalistas II, por su parte, con esas £ 1.000 adquieren medios de producción por un valor de 1.000 a los capitalistas I; con ello, para estos últimos, el valor variable de capital = 1.000v que existía, como parte de su producto, bajo la forma natural de medios de [489] producción, se reconvierte en dinero y puede ahora, en manos de los capitalistas I, funcionar de nuevo como capital dinerario que se convierta en fuerza de trabajo, esto es, en el elemento más esencial del capital productivo. Por esta vía su capital variable refluye hacia ellos bajo forma dineraria, a consecuencia de la realización de una parte de su capital mercantil.
Pero en lo que respecta al dinero necesario para la conversión de la parte pv del capital mercantil I por la segunda mitad de la parte constante de capital II, es posible adelantar el mismo de diversas maneras. En la realidad, esta circulación engloba una masa innumerable de compras y ventas separadas, efectuadas por los individuos capitalistas de las dos categorías, pero en todas las circunstancias el dinero debe proceder de esos capitalistas, puesto que en el cálculo hemos descontado ya la masa de dinero volcada por los obreros en la circulación. Ora un capitalista de la categoria II puede comprar, a expensas de su capital dinerario coexistente con el capital productivo, medios de producción a capitalistas de la categoria I; ora, a la inversa, un capitalista de la categoria I puede adquirir, con recursos del fondo dinerario destinado a gastos personales no a desembolsos de capital medios de consumo a capitalistas de la categoria II. Como ya expusimos más arriba, en las secciones I y II, en todas las circunstancias habrá que presuponer la existencia, en manos del capitalista y al lado del capital productivo, de ciertas reservas de dinero, sea para adelantos de capital, sea para gastos de rédito. Supongamos en este punto la proporción es, en cuanto al objetivo que nos hemos fijado, completamente indiferente que los capitalistas II adelantan la mitad del dinero en la compra de medios de producción, para la reposición de su capital constante, y que la otra mitad la gastan los capitalistas I para el consumo, siendo así, el sector II adelanta £ 500 y compra con ellas medios de producción a I, con lo cual (si incluimos las £ 1.000 de más arriba, procedentes de los obreos de I), habrá repuesto in natura 3/4 de su capital constante; con las £ 500 así obtenidas el sector I compra medios de consumo de II, con lo cual ha descrito, en lo que respecta a la mitad de la parte de su capital mercantil consistente en pv, la circulación m - d - m, y realizado ese producto suyo en el fondo de consumo. A través de este [490] segundo proceso, las £ 500 retornan a manos de II como capital dinerario que este sector posee junto a su capital productivo. Por otra parte, I, por la mitad de la parte pv de su capital mercantil almacenada aún como producto en dicho sector previamente a la venta de la misma anticipa un desembolso de dinero por el importe de £ 500 para la adquisición de medios de consumo de II. Con las mismas £ 500, II compra medios de producción a I y, de esta manera, ha repuesto íntegramente in natura su capital constante (1.000 + 500 + 500 = 2.000), mientras que I ha realizado en medios de consumo todo su plusvalor. En total, se habrá efectuado un intercambio de mercancías por un importe de £ 4.000 y con una circulación dineraria de £ 2.000, magnitud esta última que resulta únicamente de que hemos presentado las cosas como si el producto anual global se intercambiara de una vez, en pocas cantidades grandes. Lo único importante en este respecto es la circunstancia de que II no sólo ha reconvertido en la forma de medios de producción su capital constante reproducido en la forma de medios de consumo, sino que además las £ 500 que adelantó a la circulación para la compra de medios de producción, retornan a él, y que, asimismo, I no sólo posee de nuevo en forma dineraria como capital dinerario que se puede convertir una vez más, de manera directa, en fuerza de trabajo el capital variable suyo que se había reproducido bajo la forma de medios de producción, sino que además refluyen a sus manos las £ 500 que había gastado anticipando [por anticipado], antes de la venta de la parte de plusvalor de su capital, en la adquisición de medios de consum. Pero no refluyen en virtud del gasto efectuado, sino por la venta posterior de una de las partes de su producto mercantil, portadora de la mitad de su plusvalor.
En ambos casos no sólo el capital constante de II se despoja de la forma de productos y se reconvierte en la forma natural de medios de producción, única en la que puede funcionar como capital, no sólo, del mismo modo, la parte variable de capital de I se convierte en forma dineraria y la parte de plusvalor de los medios de producción de I en forma apta para el consumo, consumible como rédito, sino que además refluyen a II las £ 500 de capital dinerario que adelantó para la compra de medios de producción antes de haber vendido la parte de valor [491] correspondiente del capital constante existente bajo la forma de medios de consumo que las compensa; refluyen a I, asimismo, las £ 500 que gastó anticipando en la adquisición de medios de consumo. Si a II refluye el dinero adelantado a cuenta de la parte constante de su producto mercantil y a I el dinero adelantado a cuenta de una fracción de plusvalor de su producto mercantil, ello ocurre únicamente porque una clase de capitalistas, además del capital constante existente bajo la forma mercantil II, lanzó a la circulación £ 500, mientras que la otra volcaba en la circulación, además del plusvalor existente en forma mercantil I, otras £ 500. En último término, se han pagado una a la otra, y de manera total, mediante el intercambio de sus respectivos equivalentes mercantiles. El dinero que han lanzado a la circulación por encima de los importes de valor de sus mercancías, como medio de ese intercambio mercantil, retorna de aquélla a cada uno de ellos pro rata [proporcionalmente] a la cantidad que cada uno volcó en la circulación. No se han enriquecido en un solo centavo con esa operación. II poseía un capital constante = 2.000 bajo la forma de medios de consumo + 500 en dinero, posee ahora 2.000 en medios de producción y 500 en dinero, como antes, del mismo modo I posee, como hasta ahora, un plusvalor de 1.000 (compuesto de mercancías, medios de producción, transformados ahora en fondo de consumo) + 500 en dinero, como antes. De esto se sigue, en general: del dinero que los capitalistas industriales vuelcan en la circulación para mediar la circulación de sus propias mercncías sea a cuenta de la parte constante de valor de la mercancía o a cuenta del plusvalor existente en las mercancías, en la medida en que dicho plusvalor se gasta como rédito , retorna a manos de los capitalistas respectivos la misma cantidad que se adelantó para la circulación dineraria.
En lo que atañe a la reconversión del capital variable de la clase I en la forma dineraria, dicho capital existe primero para los capitalistas I, después que lo han desembolsado en salarios, bajo la forma mercantil, que es la forma en la cual se lo han suministrado los obreros. Los capitalistas se lo pagaron en forma dineraria a estos últimos, como precio de su fuerza de trabajo. Pagaron, en tal respecto, el componente de valor de su producto mercantil que es igual a ese capital variable desembolsado en [492] dinero. A cambio de ello son propietarios también de esta porción del producto mercantil. Pero la parte de la clase obrera empleada por ellos no es compradora de los medios de producción que ella misma produce; es adquirente de los medios de consumo que produce II. El capital variable adelantado en dinero para el pago de la fuerza de trabajo no retorna directamente, pues, a los capitalistas I. A través de las compras de los obreros pasa a las manos de los capitalistas que producen las mercancías necesarias para los trabajadores y que en general les sean accesibles, o sea a manos de los capitalistas II, y sólo cuando éstos emplean ese dinero en la compra de medios de producción, sólo mediante ese rodeo, aquel capital variable retorna a las manos de los capitalistas I.
Resulta de esto que en la reproducción simple la suma de valor v + pv del capital mercantil I (también, por ende, una parte proporcional correspondiente del producto mercantil global I) ha de ser igual necesariamente al capital constante IIc, que era asimismo una parte proporcional separada del producto mercantil global de la clase II; o sea I(v+pv) = IIc.
IV. El intercambio dentro del sector II. Medios

de subsistencia necesarios y medios suntuarios

Del valor del producto mercantil creado por el sector II sólo nos restan por investigar las partes constitutivas v + pv. Su examen nada tiene que ver con la cuestión más importante que aquí nos ocupa, a saber, hasta qué punto la descomposición del valor de cada producto mercantil capitalista individual en c + v + pv, aunque mediado por formas de manifestación diversas, rige asimismo para el valor del producto global anual. Este problema se resuelve por intercambio de I(v+pv) por IIc, de una parte, y de la otra por la investigación, que reservamos para más adelante, de la reproducción de Ic en el producto mercantil anual I. Como II(v+pv) existe bajo la forma natural de artículos de consumo; como el capital variable adelantado a los obreros en pago de la fuerza de trabajo debe ser gastado por los mismos en términos generales en medios de consumo, y como la parte de valor pv de las mercancías, en el supuesto de la reproducción simple, se gasta [493] de hecho en calidad de rédito en medios de consumo, resulta claro prima facie [a primera vista] que los obreros II vuelven a comprar, con el salario recibido de los capitalistas II, una parte de su propio producto, una parte que corresponde al volumen del valor dinerario obtenido como salario. Mediante esto la clase capitalista II reconvierte a la forma de dinero su capital dinerario adelantado para pagar la fuerza de trabajo; es exactamente lo mismo que si les hubiera pagado a sus obreros en simples tarjas de valor. No bien los obreros realizaran esas tarjas de valor mediante la compra de una parte del producto mercantil producido por ellos y perteneciente a los capitalistas, dichas tarjas retornarían a manos de éstos; la diferencia estribaría, meramente, en que aquí la tarja no sólo representa valor, sino que lo posee en su corporeidad áurea o argéntea. Posteriormente investigaremos, más en detalle, esa especie de reflujo del capital variable adelantado bajo la forma dineraria, a través del proceso en que la clase obrera aparece omo compradora y la clase de los capitalistas como vendedora. Pero de lo que se trata aquí es de otro punto, que es necesario elucidar con motivo de ese reflujo del capital variable a su punto de partida.
La categoria II de la producción mercantil anual se compone de los más variados ramos industriales, los cuales, sin embargo y en lo que respecta a sus productos pueden desdoblarse en dos grandes subsectores:
a) Medios de consumo que entran en el consumo de la clase obrera y que, en la medida en que son medios de subsistencia necesarios, constituyen también una parte del consumo efectuado por la clase de los capitalistas, aunque difieran a menudo, en lo tocante a la calidad y el valor, de los artículos destinados a los obreros. Para nuestro objetivo, podemos englobar todo este subsector en el rubro de los medios de consumo necesarios, siendo aquí totalmente indiferente que tal o cual producto, como por ejemplo el tabaco, sea o no un medio de consumo necesario desde el punto de vista fisiológico; bastará con que lo sea por la fuerza de la costumbre.
b) Medios de consumo suntuarios, que sólo entran en el consumo de la clase de los capitalistas y por tanto solamente pueden intercambiarse por plusvalor gastado, el cual nunca recae en los obreros. En el caso del primer rubro resulta claro que el capital variable adelantado para [494] producir los tipos de mercancías correspondientes a ese rubro ha de refluir directamente, bajo forma dineraria, a la parte de la clase de los capitalistas II (o sea a los capitalistas Ila) que producen esos medios de subsistencia necesarios. Se los venden a sus propios obreros por el importe del capital variable pagado a éstos en salarios. Este reflujo es directo en lo que respecta a todo este subsector a de la clase de los capitalistas II, por numerosas que sean las transacciones entre los capitalistas de los diversos ramos industriales implicados, por medio de las cuales se distribuye pro rata ese capital variable refluente. Son procesos de circulación cuyo medios de circulación los suministra directamente el dinero gastado por los obreros. Pero las cosas no ocurren del mismo modo en el caso del subsector Ilb. La parte íntegra del producto de valor con la que aquí tenemos que vérnoslas, IIb(v+pv), existe bajo la forma natural de artículos suntuarios, esto es, artículos que la clase obrera está tan lejos de poder comprar como de adquirir el valor mercantil Iv, existente bajo la forma de medios de producción, por más que estos medios suntuarios como aquellos medios de producción sean el producto de dichos obreros. El reflujo por intermedio del cual retorna a los productores capitalistas, en forma dineraria, el capital variable adelantado en este subsector, no puede por tanto ser directo, sino que tiene que ser mediado, análogamente como sub [en el caso de] Iv.
Supongamos como más arriba, por ejemplo, que para la clase II en su conjunto v = 500, pv = 500, pero que el capital variable y el plusvalor que le corresponde se distribuyen como sigue:
Subsector a, medios de subsistencia necesarios: v =
400, pv = 400; por tanto, una masa mercantil
en medios de consumo necesarios por un valor de
400v + 400pv = 800, o sea IIa (400v + 400pv).
Subsector b: medios suntuarios por un valor de
100v + 100pv = 200, o sea IIb (100v + 100pv).
Los obreros de IIb han recibido, en pago por su fuerza de trabajo, 100 en dinero, digamos £ 100; con ellas, compran de los capitalistas IIa medios de consumo por un importe de 100. Esta clase de capitalistas con esa cantidad adquiere 100 de la mercancía IIb, con lo cual [495] el capital variable de los capitalistas IIb habrá refluido a éstos bajo forma dineraria.
En IIa, gracias al intercambio con sus propios obreros, ya existen de nuevo 400v en manos de los capitalistas, en forma dineraria; de la parte que representa el plusvalor de su producto, además, se cedió la cuarta parte a los obreros IIb y se recibió a cambio (100v) IIb en mercancías suntuarias.
Si ahora partimos del supuesto de que los capitalistas de IIa y IIb distribuyen en una proporción igual los gastos de rédito entre medios de subsistencia necesarios y medios suntuarios supongamos que ambos gastan 3/5 en medios de subsistencia necesarios y 2/5 en medios suntuarios , tenremos que los capitalistas de la subclase IIa desembolsan su rédito de plusvalor, de 400pv, de la siguiente manera: 3/5 en sus propios productos, medios de subsistencia necesarios, o sea 240, y 2/5 = 160 en medios suntuarios. Los capitalistas de la subclase IIb, asimismo, distribuirán su plusvalor = 100pv de esta suerte: 3/5 = 60 en medios de subsistencia necesarios y 2/5 = 40 en medios suntuarios: estos últimos producidos e intercambiados dentro de su propia subclase.
Los 160 de medios suntuarios que obtiene (IIa)pv afluyen como sigue a los capitalistas IIa: de los 400pv (IIa), como hemos visto, se intercambiaron 100 en forma de medios de subsistencia necesarios por un importe igual de (IIb)v, existente en medios suntuarios, y otros 60 más en medios de subsistencia necesarios por 60pv (IIb) en medios suntuarios. El cálculo global es entonces como sigue:
IIa: 400v + 400pv; IIb; 100v + 100pv
1) 400v (a) las consumen totalmente los obreros IIa, de cuyo producto (medios de subsistencia necesarios) forma parte esa cantidad; los obreros se lo compran a los productores capitalistas de su propio sector. Retornan a éstos, pues, £ 400 en dinero, su valor variable de capital pagado a esos obreros en salarios; con esas esterlinas pueden comprar de nuevo fuerza de trabajo.
2) Una parte de las 400pv (a), igual a los 100v (b), o sea 1/4 de plusvalor (a), se realiza en artículos suntuarios como sigue: los obreros (b) recibieron de los capitalistas de su sector (b), en salarios, £ 100; con esas esterlinas compran 1/4 de pv (a), es decir, mercancías que consisten en medios de subsistencia necesarios; los [496] capitalistas de a compran con ese dinero, por el mismo monto de valor, artículos suntuarios = 100v (b), esto es, una mitad de toda la producción suntuaria. De este modo retorna a los capitalistas b su capital variable en forma dineraria, y éstos, repitiendo la compra de la fuerza de trabajo, pueden reiniciar su reproducción, puesto que todo el capital constante de la clase II en su conjunto ha sido repuesto ya por el intercambio de I(v+pv) por IIc. Sólo es posible vender nuevamente la fuerza de trabajo de los obreros que producen artículos suntuarios, pues, porque la parte de su propio producto creada como equivalente por su salario ha sido atraída por los capitalistas IIa a su fondo de consumo, convertida en dinero. (Lo mismo es válido para la venta de la fuerza de trabajo sub [en el caso de] I, ya que el IIc que se intercambia por I(v+pv) se compone tanto de medios suntuarios como de medios de subsistencia necesarios, y lo que renueva I(p+pv) consiste tanto en los medios de producción de los artículos suntuarios como en los correspondientes a los medios de subsistencia necesarios.)
3) Llegamos ahora al intercambio entre a y b, considerado sólo como intercambio entre los capitalistas de los dos subsectores. En lo que antecede quedaron liquidados el capital variable (400v) y una parte del plusvalor (100pv) en a, y el capital variable (100v) en b. Supusimos, por lo demás, que la proporción media del gasto capitalista de réditos, en ambas clases, ascendía a 2/5 para satisfacer necesidades suntuarias y 3/5 para necesidades vitales ineludibles. Además de las 100 ya gastadas con fines suntuarios, por consiguiente, a toda la subclase a le corresponden todavía 60 para gastos suntuarios y una proporción igual, esto es, 40, recae en b.
(IIa)pv se distribuye, pues, en 240 para medios de subsistencia y 160 para medios suntuarios = 240 + 160 = 400pv (IIa).
(IIb)pv se reparte en 60 para medios de subsistencia y 40 para artículos suntuarios: 60 + 40 = 100pv (IIb). Los últimos 40 esta clase los consume de su propio producto (2/5 de su plusvalor); los 60 para medios de subsistencia los obtiene intercambiando 60 de su plusproducto por 60pv (a).
Tenemos, pues, para toda la clase capitalista II (en donde v + pv existen en el subsector a como medios de subsistencia necesarios,en b como medios suntuarios): [497]
IIa (400v + 400pv) + IIb (100v + 100pv) = 1.000; realizados así por este movimiento: 500v (a + b) {realizados en 400v (a) y 100pv (a)} + 500pv (a + b) {realizados en 300pv (a) + 100v (b) + 100pv (b)} = 1.000.
Para a y b, considerado cada uno para sí, obtenemos la realización siguiente:
v pv
a) + = 800
(400v a) 240pv (a) + 100v (b) + 60pv (b)
v pv 200
b) + =
100pv (a) 60pv (a) + 40pv (b) 1.000
Si, en aras de la simplicidad, mantenemos la misma proporción entre capital variable y capital constante (lo cual, dicho sea de pasada, en modo alguno es necesario), a 400v (a) corresponderá un capital constante = 1.600 y a 100v (b) un capital constante = 400, con lo cual tendremos para II los siguientes sectores a y b:
IIa) 1.600c + 400v + 400pv = 2.400
IIb) 400c + 100v + 100pv = 600,
y en conjunto:
2.000c + 500v + 500pv = 3.000
Conforme a esto, de los 2.000 IIc en medios de consumo, intercambiados por 2.000 I (v+pv), 1.600 se convierten en medios para la producción de medios de subsistencia necesarios y 400 en medios destinados a la producción de artículos suntuarios.
Las 2.000 I(v+pv) se descompondrían también en (800v + 800pv) I para a = 1.600 en medios para la producción de medios de subsistencia necesarios y (200v + 200pv) I para b = 400 en medios destinados a la producción de artículos suntuarios.
Una parte considerable no sólo de los medios de trabajo propiamente dichos, sino también de las materias primas y los materiales auxiliares, etc., es de la misma naturaleza en los dos sectores. Pero en lo que respecta a las transacciones entre las diversas partes de valor del producto global I (v+pv), esta división sería de todo punto de vista indiferente. Tanto las 800 Iv como las 200 Iv de más arriba se realizan al gastarse el salario en medios de consumo 1.000 IIc; esto es, el capital dinerario adelantado en salarios se distribuye uniformemente, a su retorno, entre los productores capitalistas I, o sea les repone pro rata, en dinero, el capital variable que adelantaran. Por otra parte, [498] en lo que atañe a la realización de las 1.000 Ipv, también aquí los capitalistas retirarán uniformemente (en proporción a la magnitud de su pv) del total de la segunda mitad de IIc = 1.000, esto es, 600 IIa y 400 IIb en medios de consumo; aquellos, por tanto, que reponen el capital constante de IIa,
480 (3/5) de 600c (IIa) y 320 (2/5) de 400c (IIb) = 800, que reponen el capital constante de IIb:
120(3/5) de 600c (IIa) y 80(2/5) de 400c (IIb) = 200 [5]. Total: 1.000.
Lo arbitrario es aquí, tanto para I como para II, la proporción entre el capital variable y el constante, así como que esa proporción sea la misma para I y II y para sus subsectores. En lo tocante a esa identidad, la hemos adoptado aquí sólo para simplificar; la adopción de proporciones diferentes, por otra parte, no habría modificado absolutamente en nada las condiciones del problema ni su solución. Pero lo que surge como resultado necesario, una vez que hemos supuesto la reproducción simple, es lo siguiente:
1) Que el nuevo producto de valor del trabajo anual (subdivisible en v + pv), creado bajo la forma natural de medios de producción, es igual al valor constante de capital c del valor del producto creado por la otra parte del trabajo anual, reproducido bajo la forma de medios de consumo. Si fuera menor que IIc, no podría II reponer totalmente su capital constante; si fuera mayor, un excedente quedaría sin utilizar. En ambos casos se habría contrariado el supuesto: la reproducción simple.
2) Que en el producto anual reproducido bajo la forma de medios de consumo, el capital variable v, adelantado en forma dineraria, sólo es realizable por sus perceptores en la medida en que son obreros de la industria suntuaria en la parte de los medios de subsistencia necesarios que para los productores capitalistas de los mismos corporifica prima facie su plusvalor; que, por tanto, el v desembolsado en la producción suntuaria, es igual a una parte de pv correspondiente al volumen de valor de v, producida bajo la forma de medios de subsistencia necesarios por ende tiene que ser menor que todo ese pv, o sea que (IIa)pv , y que, por consiguiente, sólo por la realización de ese v en esa parte de pv refluye a los productores capitalistas de los artículos suntuarios, en forma [499] dineraria, el capital variable que adelantaran. Es éste un fenómeno análogo, en un todo, a la realización de I(v+pv) en IIc; sólo que en el segundo caso, (IIb)v se realiza en ua parte de (IIa)pv igual a él en volumen de valor. Estas proporciones siguen siendo cualitativamente determinantes en toda distribución del producto global anual, en la medida en que éste entra efectivamente en el proceso de la reproducción anual mediada por la circulación. I(v+pv) solamente puede realizarse en IIc, así como IIc, en su función de componente del capital productivo, no es renovable sino por esa realización, del mismo modo, (IIb)v únicamente se puede realizar en una parte de (IIa)pv, mientras que (IIb)v sólo de esa manera es reconvertible en su forma de capital dinerario. Se cae de su peso que ello sólo rige en la medida en que todo esto sea efectivamente un resultado del proceso de reproducción mismo, es decir, en la medida en que, por ejemplo, los capitalistas IIb no obtengan en otra parte, mediante el crédito, capital dinerario para v. Cuantitativamente, en cambio, las conversiones de las diversas partes del producto anual sólo pueden ocurrir de manera proporcional, como se ha expuesto arriba, siempre y cuando la escala y las relaciones de valor de la producción se mantengan estacionarias y esas relaciones estrictas no se vean alteradas por el comercio exterior.
Si ahora se dijera, a la manera de Adam Smith, que I(v+pv) se resuelve en IIc y que IIc lo hace en I(v+pv), o, como suele decirlo aun más a menudo y más absurdamente, que I(v+pv) conforman componentes del precio (o en su caso del valor, pues Smith habla de value in exchange) de IIc, y que IIc constituye el componente íntegro del valor I(v+pv) se podría y debería decir, asimismo, que (IIb)v se resuelve en (IIa)pv, o (IIa)pv en (IIb)v, o que (IIb)v constituye un componente del plusvalor IIa, y viceversa que el plusvalor se resuelve así en salario, o en capital variable, y que éste constituye un "componente" del plusvalor. Este absurdo se encuentra, efectivamente, en Adam Smith, ya que en él el salario se determina por el valor de los medios de subsistencia necesarios, y estos valores mercantiles, al contrario, son determinados a su vez por el valor del salario (capital variable) y del plusvalor contenidos en ellos. Smith se halla tan absorbido por las fracciones en las que se puede descomponer, sobre una [500] base capitalista, el producto de valor de una jornada laboral a saber, en v + pv que se olvida por entero de que en el intercambio mercantil simple es completamente indiferente que los equivalentes que existen en formas naturales diversas se compongan de trabajo pago o impago, ya que en uno y otro caso producirlos cuesta la misma cantidad de trabajo; olvida, además, que es igualmente indiferente que la mercancía de A sea un medio de producción y la de B uno de consumo, que después de la venta una mercancía tenga que funcionar como componente del capital mientras que la otra, por el contrario, ingrese en el fondo de consumo y secundum [según] Adam sea consumida como rédito. El uso que de su mercancía hace el comprador individual no ocurre en el intercambio de mercancías, en la esfera de la circulación, y no afecta el valor de la mercancía. En modo alguno se modifica esto por el hecho de que, al analizar la circulación del producto global social anual, deba tomarse en consideración el destino de uso determinado, ese factor que es el consumo de los diversos componentes de cada producto.
En el intercambio demostrado más arriba, de (IIb)v por una parte equivalente de (IIa)pv y en las demás transacciones entre (IIa)pv y (IIb)pv, no está supuesto, ni mucho menos, que ya se trate de los capitalistas individuales de IIa y IIb o de sus totalidades respectivas, dichos capitalistas distribuyan en la misma proporción su plusvalor entre objetos de consumo necesarios y medios suntuarios. Uno puede gastar más en este consumo, otro más en aquél. En el dominio de la reproducción simple sólo está presupuesto que una suma de valor, igual a todo el plusvalor, se realiza en el fondo de consumo. Los límites, pues, están dados. Dentro de cada sector un capitalista puede realizar más en a, el otro más en b, pero esto puede compensarse recíprocamente, de tal suerte que las clases capitalistas a y b, consideradas como conjuntos, participen en ambos sectores en la misma proporción. Pero las proporciones de valor la parte proporcional que en el valor global del producto II toca a los dos tipos de productores a y b y por ende también determinada relación cuantitativa entre los ramos de la producción que suministran esos productos, están dadas necesariamente en cada caso concreto, sólo la proporción que figura aquí como ejemplo es hipotética; si se adopta otra, ello no modificará nada [501] en los elementos cualitativos, sólo se alterarían las determinaciones cuantitativas. Pero si por cualquier circunstancia se da una modificación efectiva en las magnitudes proporcionales de a y b, también se modificarían correspondientemente las condiciones de la reproducción simple.
De la circunstancia de que (IIb)v se realice en una parte equivalente de (IIa)pv se sigue que en la misma proporción en que se acrecienta la parte suntuaria del producto anual en que, por tanto, se absorbe en la producción suntuaria un quotum [cuanto] creciente de fuerza de trabajo , en esa misma proporción la reconversión en capital dinerario del capital variable adelantado en (IIb)v su reconversión en caital dinerario que funciona de nuevo como forma dineraria del capital variable se ve condicionada por el derroche de la clase capitalista, por el intercambio de una parte importante de su plusvalor por artículos suntuarios, y con esa reconversión se verán condicionadas también por tal derroche la existencia y reproducción de la parte de la clase obrera ocupada en IIb esto es, su abastecimiento de medios de consumo necesarios .
Toda crisis reduce momentáneamente el consumo suntuario; enlentece, retarda la reconversión del (IIb)v en capital dinerario, sólo la tolera parcialmente y con ello arroja parte de los obreros de la industria suntuaria a la calle, mientras que por otra parte, precisamente por eso, dificulta y restringe también la venta de los medios de consumo necesarios. Prescindimos por entero, aquí, de los trabajadores improductivos despedidos al mismo tiempo, que a cambio de sus servicios reciben [k] una parte de los gastos suntuarios de los capitalistas (esos obreros mismos son, pro tanto, artículos suntuarios) y que participan también muy considerablemente, sobre todo, en el consumo de medios de subsistencia necesarios, etc. La inversa se da en la época de la prosperidad, y en particular durante el período de proliferación de las estafas [6], cuando ya por otros motivos cae el valor relativo del dinero, expresado en mercancías (sin que se dé, en lo demás, una verdadera revolución del valor), y por tanto aumenta el precio de las mercancías, independientemente del valor propio de las mismas. No sólo aumenta el consumo de medios de [502] subsistencia necesarios; la clase obrera (a la que ahora se incorpora, de manera activa, su ejército de reserva en pleno) participa momentáneamente también en el consumo de artículos suntuarios, que en otras circunstancias le son inaccesibles, y además, asimismo, en la clase de artículos de consumo necesarios que en la mayor parte son, de ordinario, medios de consumo "necesarios" sólo para la clase de los capitalistas, lo cual provoca a su vez un aumento de los precios.
Decir que las crisis provienen de la falta de un consumo en condiciones de pagar, de la carencia de consumidores solventes, es incurrir en una tautología cabal. El sistema capitalista no conoce otros tipos de consumo que los que pueden pagar, exceptuando el consumo sub forma pauperis [propio de los indigentes] o el del "pillo". Que las mercancías sean invendibles significa únicamente que no se han encontrado compradores capaces de pagar por ellas, y por tanto consumidores (ya que las mercancías, en última instancia, se compran con vistas al consumo productivo o individual). Pero si se quiere dar a esta tautología una apariencia de fundamentación profunda diciendo que la clase obrera recibe una parte demasiado exigua de su propio producto, y que por ende el mal se remediaría no bien recibiera aquélla una fracción mayor de dicho producto, no bien aumentara su salario, pues, bastará con observar que invariablemente las crisis son preparadas por un período en que el salario sube de manera general y la clase obrera obtiene realiter [realmente] una porción mayor de la parte del producto anual destinada al consumo. Desde el punto de vista de estos caballeros del "sencillo" (!) sentido común, esos períodos, a la inversa, deberían conjurar las crisis. Prece, pues, que la producción capitalista implica condiciones que no dependen de la buena o mala voluntad, condiciones que sólo toleran momentáneamente esa prosperidad relativa de la clase obrera, y siempre en calidad de ave de las tormentas [l], anunciadora de la crisis [7].
[503] Vimos, anteriormente, cómo la relación proporcional entre la producción de medios de consumo necesarios y la producción de artículos suntuarios condicionaba la división de II(v+pv) entre IIa y IIb, y por consiguiente también la de IIc entre (IIa)c y (IIb)c. Ejerce un influjo radical, pues, sobre el carácter y las relaciones cuantitativas de la producción y constituye un factor determinante esencial en la configuración global de la misma.
En cuanto al fondo de las cosas, la reproducción simple se orienta hacia el consumo como hacia su objetivo, por más que el apoderarse de plusvalor se presente como el motivo impulsor de los capitalistas individuales; pero el plusvalor, cualquiera que sea su magnitud proporcional, ha de limitarse aquí a servir, en última instancia, nada más que al consumo individual del capitalista.
En la medida en que la reproducción simple es una parte, y la parte más importante, de toda reproducción anual en escala ampliada, este motivo va acompañado del móvil del enriquecimiento en cuanto tal, y al mismo tiempo se le contrapone. En la realidad la cosa parece más enmarañada, porque los partícipes (partners) en el botín el plusvalor del capitalista hacen su aparición como consumidores independientes de él.
V. La mediación de los intercambios por la

circulación dineraria

Según lo expuesto hasta aquí, la circulación entre las diversas clases de productores transcurría con arreglo al siguiente esquema:
1) Entre la clase I y la clase II:
I. 4.000c + 1.000v + 1.000pv

II. ............. 2.000c .......... + 500v + 500pv.
Ha concluido, pues, la circulación de IIc = 2.000, que se ha intercambiado por I (1.000v + 1.000pv).
Resta aún ya que por ahora dejamos a un lado los 4.000 Ic la circulación de v + pv dentro de la clase II. Ahora bien, II (v+pv) se divide como sigue entre las subclases IIa y IIb:
2) II. 500v + 500pv =a (400v + 400pv) + b (100v + 100pv).
[504] Los 400v (a) circulan dentro de su propia subclase; los obreros pagados con esa suma compran con ella a sus empleadores los capitalistas IIa medios de subsistencia necesarios que ellos mismos han producido.
Como los capitalistas de las dos subclases gastan su plusvalor a razón de 3/5 en productos de IIa (medios de subsistencia necesarios) y de 2/5 en productos de IIb (medios suntuarios), tenemos que se consumirán dentro de la subclase IIa misma 3/5 del plusvalor a, o sea 240; otro tanto ocurrirá con 2/5 del plusvalor b (que se produce y existe en medios suntuarios), dentro de la subclase IIb.
Quedan aún para intercambiar entre IIa y IIb:
por parte de IIa: 160pv:
por parte de IIb: 100v + 60pv. Estas sumas se compensan una a la otra. Los obreros IIb, con los 100 que han recibido como salario en dinero, compran a IIa medios de subsistencia necesarios por un importe de 100. Los capitalistas IIb, a su vez, compran asimismo a IIa, por un importe de 3/5 de su plusvalor, = 60, sus medios de subsistencia necesarios. Los capitalistas IIa reciben de este modo el dinero necesario para gastar los 2/5 de su plusvalor supuestos más arriba, = 160pv, en las mercancías suntuarias producidas por IIb (100v, que se encuentran en las manos de los capitalistas IIb como producto que repone l salario pagado, y 60pv). El esquema respectivo, pues es el siguiente:.
3) IIa (400v) + (240pv) + 160pv

b................. 100v + 60pv + (40pv),
donde las partidas entre paréntesis son las que sólo circulan y se consumen dentro de su propia subclase.
El reflujo directo del capital dinerario adelantado como capital variable reflujo que sólo ocurre en el caso del sector de los capitalistas IIa, productores de medios de subsistencia necesarios no es más que una manifestación, modificada por condiciones especiales, de la ley general antes mencionada según la cual a los productores de mercancías que adelantan dinero a la circulación les retorna ese dinero, siempre y cuando la circulación transcurra normalmente. De lo que se sigue, dicho sea de paso, que cuando detrás del productor de mercancías en general se halla un capitalista dinerario que adelanta, a su vez, [505] capital dinerario (en el sentido más estricto del término, o sea valor de capital bajo forma de dinero) al capitalista industrial, el verdadero punto de retorno de ese dinero es el bolsillo de dicho capitalista dinerario. De esta manera, aunque el dinero en mayor o menor medida circula por todas las manos, la masa del dinero circulante pertenece al sector del capital dinerario organizado y concentrado en forma de bancos, etc.; el modo en que este sector adelanta su capital, por su parte, condiciona el reflujo constante y final a él de ese capital, en forma dineraria, por más que dicho retorno esté mediado, a su vez, por la reconversión del capital industrial en capital dinerario.
Para la circulación de mercancías se requieren siempre dos cosas: mercancías lanzadas a la circulación y dinero volcado también en la circulación. "... El proceso de circulación no se agota, como ocurría con el intercambio directo de productos, en el cambio de ubicación, o de manos, a que están sujetos los valores de uso. El dinero no desaparece, por más que finalmente quede marginado de la serie de metamorfosis experimentada por una mercancía. Invariablemente se deposita en los puntos de la circulación que las mercancías dejan libres", etc. (Libro I, cap. III, p. 92.) [8]
En la circulación entre IIc y I(v+pv), por ejemplo, supusimos que II adelantaba para ella £ 500 en dinero. En el número infinito de procesos de circulación en que se resuelve la circulación entre grandes grupos sociales de productores, ora un integrante de este grupo, ora uno de otro grupo, aparecerá primero como comprador, o sea volcará dinero en la circulación. Prescindiendo por entero de circunstancias individuales, este hecho se halla condicionado ya por la diversidad de los períodos de producción y, por consiguiente, de las rotaciones de los diversos capitales mercantiles. II, por tanto, compra con £ 500 medios de producción de I, por el mismo importe de valor, pero I le compra a II medios de consumo por £ 500; el dinero refluye a II, pues; este último en modo alguno se enriquece gracias a ese reflujo. Comenzó por volcar £ 500 en dinero a la circulación y retirar mercancías de ésta por el mismo monto de valor, vende luego mercancías por £ 500 y retira dinero de la circulación por idéntico [506] importe de valor; de esta suerte, las £ 500 refluyen. En realidad, II lanzó a la circulación £ 500 en dinero y £ 500 en mercancías = £ 1.000; retira de ella £ 500 en mercancías y £ 500 en dinero. Para la conversión de £ 500 en mercancías (I) y £ 500 en mercancías (II) la circulación no requiere más que £ 500 en dinero: el que adelantó dinero, pues, para la compra de la mercancía ajena, lo obtiene de nuevo con la venta de la propia. Por lo tanto, si I hubiera comprado primero mercancías de II por £ 500 y vendido luego a II mercancías por £ 500, las £ 500 habrían retornado a I en vez de volver a II.
En la clase I, el dinero invertido en salario, esto es, el capital variable adelantado bajo la forma dineraria, no retorna directamente bajo dicha forma, sino indirectamente, dando un rodeo. En II, por el contrario, las £ 500 del salario vuelven directamente de los obreros a los capitalistas, este retorno, en efecto, siempre es directo allí donde la compra y venta entre las mismaspersonas se repite de tal manera que éstas continuamente se contraponen unas a otras alternando los papeles de compradoras y vendedoras de mercancías. El capitalista II paga en dinero la fuerza de trabajo; la incorpora, de este modo, a su capital, y sólo gracias a este proceso de circulación que para él no es más que transformación de capital dinerario en capital productivo , se enfrenta como capitalista industrial al obrero como asalariado suyo. Pero luego el obrero, que en primera instancia era vendedor, comerciante de su propia fuerza de trabajo, en segunda instancia se contrapone como comprador, como poseedor de dinero, al capitalista como vendedor de mercancías; con ello refluye a éste el dinero desembolsado en salarios. En la medida en que la venta de estas mercancías no implique fraudes, etc., sino que se intercambien equivalentes en mercancía y dinero, no es éste un proceso mediante el cual se enriquezca el capitalista. No paga dos veces al obrero, primero en dinero y luego en mercancía; su dinero retorna a él no bien el obrero se lo cede a cambio de mercancías.
Pero el capital dinerario transformado en capital variable o sea el dinero adelantado en salario desempeña un papel principal en la circulación misma de dinero, porque como la clase obrera se ve obligada a vivir al día y por tanto no puede conceder al capitalista industrial créditos a largo plazo, es necesario adelantar simultáneamente [507] capital variable bajo forma dineraria en innumerables puntos de la sociedad diferentes por su ubicación, y hacerlo en ciertos plazos breves, como semana, etc. en lapsos que se repiten de manera relativamente rápida (cuanto más breves sean esos lapsos, tanto más reducida podrá ser, en términos relativos, la suma global de dinero volcada de una sola vez en la circulación por medio de este canal) , sean cuales fueren los diversos períodos de rotación de los capitales en distintos ramos de la industria. En todos los países de producción capitalista el capital dinerario adelantado de esta suerte constituye una parte proporcionalmente decisiva de la circulación global, tanto más por cuanto el mismo dinero antes de su reflujo al punto de partida discurre por los canales más variados y funciona como medio de circulación para un sinfín de otros negocios.
Examinemos ahora, desde otro punto de vista, la circulación entre I(v+pv) yIIc.
Los capitalistas I adelantan £ 1.000 en pago de salarios, con las cuales los obreros compran medios de subsistencia por £ 1.000 a los capitalistas II, quienes a su vez, con el mismo dinero, adquieren medios de producción a los capitalistas I. A estos últimos su capital variable les ha retornado en forma dineraria, mientras que los capitalistas II han reconvertido la mitad de su capital constante, haciéndolo volver de la forma de capital mercantil a la de capital productivo. Los capitalistas II adelantan otras £ 500 en dinero para conseguir medios de producción en I; los capitalistas I gastan el dinero en medios de consumo de II, estas £ 500 refluyen así a los capitalistas II, quienes las adelantan de nuevo para reconvertir en su forma productiva natural la última cuarta parte de su capital constante transformado en mercancía. Este dinero retorna a I y obtiene de nuevo en II medios de consumo por el mismo importe; con ello las £ 500 refluyen a II, cuyos capitalistas, al igual que antes, están ahora en posesión de £ 500 en dinero y de £ 2.000 de capital constante, el cual, sin embargo, acaba de ser objeto de una conversión, acaba de pasar de la forma de capital mercantil a la de capital productivo. Con £ 1.500 en dinero se ha hecho circular una masa mercantil de £ 5.000, de esta manera: 1) I paga a los obreros £ 1.000 por fuerza de trabajo de un monto de valor equivalente; [508] 2) los obreros, con esas mismas £ 1.000, compran medios de subsistencia a II; 3) II, siempre con el mismo dinero, adquiere medios de producción de I, que de esta suerte ha recuperado £ 1.000 de capital variable en forma dineraria: 4) II compra con £ 500 medios de producción de I; 5) I, con esas £ 500, adquiere medios de consumo de II; 6) con las mismas £ 500, II compra medios de producción de I; 7) siempre con esas £ 500, I adquiere medios de subsistencia de II. A II han refluido £ 500 arrojadas por él a la circulación, además de sus £ 2.000 en mercancías, por las que no retiró de la circulación ningún equivalente en mercancías [9]a En la 1ª ed. alemana, p. 394. Véase, en la presente edición, pp. 489-490..
El intercambio pues, transcurre como sigue:
1) I paga £ 1.000 en dinero por fuerza de trabajo, o sea por una mercancía = £ 1.000.
2) Con su salario, los obreros adquieren de II medios de consumo por un importe de dinero de £ 1.000, o sea mercancía = £ 1.000.
3) Con las £ 1.000 obtenidas de los obreros, II compra a I medios de producción por el mismo valor; o sea mercancía = £ 1.000.
De esta manera, £ 1.000 en dinero, como forma dineraria del capital variable, han refluido a I.
4) II adquiere medios de producción de I por £ 500; es decir, mercancías = £ 500.
5) Por las mismas £ 500, I compra medios de consumo de II; o sea mercancía = £ 500.
6) II adquiere medios de producción de I, por las mismas £ 500; esto es, mercancía = £ 500.
7) I compra medios de consumo de II por las mismas £ 500, o sea mercancía = £ 500.
Suma del valor mercantil intercambiado: £ 5.000.
Las £ 500 que II adelantó en la compra, han retomado a ese sector.
El resultado es el siguiente:
1) I posee capital variable en forma dineraria por un [509] monto de £ 1.000, adelantados originariamente por él a la circulación, ha gastado además, para su consumo individual, £ 1.000 en su propio producto mercantil; esto es, ha gastado el dinero que percibió por la venta de medios de producción, cuyo importe de valor era de £ 1.000.
Por otra parte, la forma natural en la que debe convertirse el capital variable existente bajo la forma dineraria esto es, la fuerza de trabajo , gracias al consumo se mantiene, reproduce y está de nuevo disponible como ese único artículo comercial de sus poseedores, que tienen que venderlo de nuevo si quieren subsistir. Se ha reproducido, pues, la relación entre asalariados y capitalistas.
2) Se ha repuesto in natura el capital constante de II, y las £ 500 adelantadas por el mismo II a la circulación han retornado a ese sector.
La circulación, para los obreros I, es la circulación simple de
1 2

M D - M. M (fuerza de trabajo) D (£ 1.000, forma dineraria del capital
3

variable I) - M (medios de subsistencia necesarios por un importe de £ 1.000); estas £ 1.000 convierten en dinero, hasta el mismo importe de valor, el capital constante II, existente en forma de mercancía (medios de subsistencia).
Para los capitalistas II el proceso es como sigue: M - D, transformación de una parte de su producto mercantil en forma dineraria, reconversión luego en componentes del capital productivo, esto es, en una parte de los medios de producción que les son necesarios.
En el adelanto de D (£ 500), que los capitalistas II efectúan para adquirir las demás partes de los medios de producción, se anticipa la forma dineraria de la parte de IIc existente aún en forma mercantil (medios de consumo); en el acto D - M, donde II compra con D y I vende M, el dinero (II) se transforma en una parte del capital productivo, mientras que M (I) efectúa el acto M - D, se convierte en dinero, éste, sin embargo, no representa para I componente alguno del valor de capital, sino plusvalor convertido en dinero y que sólo se gasta en medios de consumo.
En la circulación D - M ... P ... M' - D', el primer acto D - M de un capitalista es el último, M' - D', de otro (o parte de ese acto); para la circulación de mercancías misma es completamente indiferente el que esta M, por [510] medio de la cual D se convierte en capital productivo, represente para el vendedor de M (quien, por tanto, convierte esa M en dinero) un componente constante de capital, un componente variable del mismo o plusvalor.
En lo que concierne a la clase I, respecto al componente v + pv de su producto mercantil, la misma extrae de la circulación más dinero del que volcó en ésta. En primer lugar, retornan a ella las £ 1.000 de capital variable; en segundo, vende (véase más arriba, intercambio nº 4) medios de producción por £ 500: con ello la mitad de su plusvalor queda convertida en dinero; luego (intercambio nº 6) vende de nuevo medios de producción por £ 500, la segunda mitad de su plusvalor, y de esta manera se ha retirado de la circulación, en forma dineraria, el plusvalor íntegro; por ende, sucesivamente: 1) capital variable reconvertido en dinero = £ 1.000; 2) la mitad del plusvalor convertida en dinero = £ 500; 3) la otra nitad del plusvalor = £ 500; total, pues: 1.000v + 1.000pv convertidas en dinero = £ 2.000. Aunque I prescindiendo de los intercambios que habremos de exaninar más adelante y que median la reproducción de Ic) sólo arrojó £ 1.000 a la circulación, ha retirado de ella el doble. Naturalmente, el pv realizado (transformado en D) desaparece de inmediato en otras manos (II), porque ese dinero se gasta e medios de consumo. Los capitalistas de I sólo han retirado en dinero tanto como el valor que habían arrojado en mercancía; que este valor sea plusvalor, esto es, que no le haya costado nada al capitalista, no modifica ni en mínima parte el valor mismo de estas mercancías; es, en lo que respecta a la conversión de valor que se da en la circulación mercantil, un hecho por entero indiferente. La conversión del plusvalor en dinero, desde luego, es efímera, como todas las formas que recorre el capital adelantado en sus conversiones. Dura, exactamente, como el intervalo entre la transformación de la mercancía I en dinero y la consecutiva transformación del dinero I en mercancía II.
Si hubiéramos supuesto rotaciones más breves o, esde el punto de vista de la circulación mercantil simple, mayor número de las circulaciones [n] del dinero circulante [511] se necesitaría aun menos dinero para hacer circular los valores mercantiles intercambiados; cuando el número de las conversiones sucesivas está dado, la suma de dinero se determina siempre por la suma de precios, o de valores, de las mercancías circulantes. Es totalmente indiferente, en cuanto a esto, saber en qué proporción este total de valor se compone por un lado de plusvalor y por el otro de valor de capital.
Si en nuestro ejemplo el salario en I se pagara trimestralmente, tendríamos 4 x 250 = 1.000. Alcanzarían entonces £ 250 en dinero para la circulación Iv - 1/2 IIc y para la circulación entre el capital variable Iv y la fuerza de trabajo I. Del mismo modo, si la circulación entre Ipv y IIc ocurriera en cuatro rotaciones, sólo se requerirían para ello £ 250, o sea, en total, una suma dineraria o un capital dinerario de £ 500, para la circulación de mercancías por un importe de £ 5.000. El plusvalor, entonces, en vez de convertirse en dinero en dos veces consecutivas, por mitades, lo haría ahora en 4 veces consecutivas de 1/4.
Si en el intercambio nº 4 en vez de aparecer II como adquirente lo hiciera I, o sea comprara con £ 500 en dinero medios de consumo por el mismo volumen de valor, tendríamos que en el intercambio nº 5, II compraría medios de producción con las mismas £ 500; en 6), I adquiere medios de consumo con esas mismas £ 500; en 7) II compra con esas £ 500 medios de producción; las £ 500 retornan finalmente a I, como antes lo hacían a II. El plusvalor se realiza aquí mediante el dinero gastado por sus productores capitalistas mismos en su consumo privado, dinero que representa un rédito anticipado, un ingreso anticipado del plusvalor encerrado aún en la mercancía que se ha de vender. La conversión del plusvalor en dinero no se opera por el retorno de las £ 500, pues I, además de las £ 1.000 en mercancía Iv, al término del intercambio nº 4 ha volcado £ 500 en dinero a la circulación, y este dinero era suplementario y no que sepamos producto de la venta de una mercancía. Si ese dinero retorna a I, éste, en vez de convertir en dinero su plusvalor, no habrá hecho otra cosa que recuperar su dinero suplelnentario. La conversión en dinero del plusvalor de I se opera, tan sólo, gracias a la venta de las mercancías Ipv en las que dicho plusvalor se encierra, y [512] sólo dura, cada vez, el tiempo necesario para que el dinero obtenido por la venta de la mercancía se gaste de nuevo en medios de consumo.
Con dinero suplementario (£ 500), I le compra a II medios de consumo, este dinero lo gasta I, que obtiene un equivalente del mismo en mercancía II, el dinero refluye por primera vez cuando II compra a I mercancías por £ 500; refluye, pues, como equivalente de la mercancía vendida por I, pero esta mercancía no le cuesta nada a I, por lo tanto para I es plusvalor, y de esta manera, el dinero lanzado por él mismo a la circulación realiza su propio plusvalor, del mismo modo, en su segunda compra (nº 6), I recibió su equivalente en mercancía II. Supongamos ahora que II no adquiere (nº ) medios de producción de I; éste, en realidad, habría pagado medios de consumo por £ 1.000 o sea consumido todo su plusvalor como rédito , a saber: 500 en sus mercancías I (medios de producción) y 500 en dinero, tendría almacenadas todavía, en cambio, mercancías I (medios de producción) por £ 500 y se habría desprendido por el contrario de £ 500 en dinero.
II, en vez de ello, habría reconvertido tres cuartas partes de su capital constante, haciéndolas pasar de la forma de capital mercantil a la de capital productivo; una cuarta parte, por el contrario, habría pasado a la forma de capital dinerario (£ 500), en realidad a la de dinero en barbecho, o dinero que interrumpe su función y se mantiene a la expectativa. Si esta situación se prolonga, II tendría que reducir en un cuarto la escala de la reproducción. Pero los 500 en medios de producción que I tiene atragantados, no son plusvalor existente en forma mercantil; están allí en lugar de las £ 500 adelantadas en dinero que I poseía además de su plusvalor de £ 1.000 en forma mercantil. Como dinero se encuentran en una forma siempre realizable; como mercancías, por el momento, son invendibles. Se sobrentiende que la reproducción simple en la que es necesario reponer cada elemento del capital productivo tanto en II como en I sólo es posible aquí si los 500 doradillos retornan a I, que fue el que primero los dejó levantar vuelo.
Cuando un capitalista (y aquí tenemos que vérnoslas únicamente con capitalistas industriales, representantes al mismo tiempo de todos los demás) gasta dinero en medios [513] de consumo, ese dinero ha cesado de existir para él, ha seguido el camino de toda carne [10]. Si refluye a él, eso sólo puede ocurrir en la medida en que lo pesque en la circulación a cambio de mercancías, o sea mediante su capital mercantil. Al igual que el valor de todo su producto mercantil anual (que para él es = capital mercantil), el valor de cada elemento del mismo, esto es, el valor de cada mercancía individual, se puede descomponer para él en valor constante de capital, valor variable de capital y plusvalor. La conversión en dinero de cada una de las mercancías (que constituyen, como elementos, el producto mercantil) es a la vez, por tanto, conversión en dinero de cierta cantidad del plusvalor que se encierra en el producto mercantil todo. En el caso dado, pues, es literalmente exacto que el capitalista mismo arrojó el dinero a la circulación y precisamente al gastarlo en medios de consumo , con lo cual su plusvalor se convirtió en dinero, alias se realizó. No se trata aquí naturalmente, de piezas dinerarias idénticas, sino de un monto de dinero contante y sonante, igual (o igual en parte) al que volcó a la circulación para la satisfacción de sus necesidades personales.
En la práctica esto ocurre de dos maneras: si el negocio sólo se inauguró durante el año en curso, pasará un buen tiempo, en el mejor de los casos algunos meses, antes que el capitalista pueda gastar dinero, para su consumo personal, de los ingresos mismos del negocio. No por ello suspende en momento alguno su consumo. Se adelanta dinero a sí mismo (siendo totalmente indiferente aquí que lo tome de su propio bolsillo o, mediante el crédito, del ajeno) a cuenta del plusvalor que atrapará en el futuro; pero con ello se adelanta, también, medio circulante para la realización del plusvalor que habrá de realizarse más adelante. Si el negocio, por el contrario, funciona de manera regular desde hace más tiempo, pagos e ingresos se distribuirán en diversos plazos durante el año. Pero hay algo que no conoce interrupciones: el consumo del capitalista, consumo que se anticipa y se calcula, en cuanto al volumen, según cierta proporción con los ingresos habituales o estimados. Con cada porción de mercancía vendida se realiza también una parte del plusvalor que se conseguirá en el año. Pero si durante todo el año sólo se vendiera, de la mercancía producida, lo necesario para reponer los valores de capital constante y [514] variable contenidos en ella; o si cayeran los precios a tal punto que al vender el producto mercantil anual íntegro sólo se realizara el valor de capital adelantado que dicho producto contiene, surgiría claramente a la luz el carácter anticipatorio del dinero gastado a cuenta del futuro plusvalor. Si nuestrocapitalista quebrara, sus acreedores y los tribunales investigarían si sus gastos privados anticipados guardaban una proporción correcta con el volumen de su negocio y el correspondiente ingreso, normal o habitual, de plusvalor.
En lo que se refiere a la clase capitalista en su conjunto, sin embargo, la tesis según la cual debe volcarse en la circulación el dinero para la realización de su plusvalor mismo (o en su caso, también, para la circulación de su capital, constante y variable), no sólo no parece paradójica, sino que se presenta como condición necesaria de todo el mecanismo, pues aquí hay sólo dos clases: la clase obrera, que no dispone más que de su fuerza de trabajo; la clase de los capitalistas, que posee de manera monopólica tanto los medios de producción social como el dinero. La paradoja existiría si la clase obrera adelantara de sus propios medios, en primera instancia, el dinero necesario para la [o] realización del plusvalor que se encierra en las mercancías. Pero el capitalista individual siempre ejecuta ese adelanto en esta forma: actúa como comprador, gasta dinero en la adquisición de medios de consumo o adelanta dinero en la compra de elementos de su capital productivo, sea de fuerza de trabajo, sea de medios de producción. No se desprende del dinero sino a cambio de un equivalente. Sólo adelanta dinero a la circulación de la misma manera en que le adelanta mercancía. En ambos casos actúa como punto del que parte la circulación del uno y de la otra.
El proceso real se ve oscurecido por dos circunstancias: 1) La aparición, en el proceso de circulación del capital industrial, del capital comercial (cuya primera forma es siempre dinero, ya que el comerciante en cuanto tal no crea "producto" o "mercancía" alguna) y del capital dinerario como objeto de manipulación por parte de un tipo especial de capitalistas. [515]
2) La división del plusvalor que en primera instancia siempre tiene que encontrarse en manos del capitalista industrial en diversas categorías de las que aparecen como portadores, al lado del capitalista industrial, el terrateniente (para la renta de la tierra), el usurero (para el interés), etc., ditto [y otro tanto] el gobierno y sus funcionarios, rentistas, etc. Estos alegres compañeros aparecen, con respecto al capitalista industrial, como compradores y, en ese sentido, como convertidores de las mercancías de aquél en dinero; pro parte [a prorrata] también ellos vuelcan "dinero" en la circulación, y el capitalista lo recibe de ellos. Con lo cual siempre se olvida de qué fuente lo extrajeron en un principio, de qué fuente lo extraen siempre de nuevo.
VI. El capital constante del sector I
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Resta aún por investigar el capital constante del sector I= 4.000 Ic. Este valor es igual al valor, que reaparece en el producto mercantil I, de los medios de producción consumidos para producir esa masa de mercancías. Este valor que reaparece, que no ha sido producido en el proceso de producción I sino que ingresó en él el año anterior, como valor constante, como valor dado de sus medios de producción, existe ahora en la parte íntegra de la masa mercantil I no absorbida por la categoría II; y precisamente en el valor de esa masa mercantil, que queda de esa manera en las manos de los capitalistas I, es = 2/3 del valor de todo su producto mercantil anual. En el caso del capitalista individual que produce un medio de producción especial, podíamos decir: vende su producto mercantil, lo transforma en dinero. Al transformarlo en dinero, también ha reconvertido en éste la parte constante de valor de su producto. Con esta parte de valor transformada en dinero compra de nuevo a otros vendedores de mercancías los [516] medios de producción suyos o transforma la parte constante de valor de su producto, haciéndola adoptar una forma natural bajo la cual puede funcionar una vez más como capital constante productivo. Ahora, por el contrario, este supuesto se ha vuelto imposible. La clase capitalista I comprende la totalidad de los capitalistas que producen medios de producción. Por añadidura, el producto mercantil de 4.000 que ha quedado en sus manos es una parte del producto social, una parte que no puede intercambiarse por ninguna otra pues no existe ya tal otra porción del producto anual. A excepción de esas 4.000 se ha dispuesto ya de todo el resto, una parte la absorbió el fondo de consumo social, y otra fracción debe reponer el capital constante del sector II, el cual ya intercambió todo lo que tenía disponible para el intercambio con el sector I.
La dificultad se resuelve con toda sencillez si se tiene en cuenta que todo el producto mercantil de I, con arreglo a su forma natural, se compoe de medios de producción, esto es, de los elementos materiales del capital constante mismo. Se manifiesta aquí el mismo fenómeno que antes sub [en el caso de] II, sólo que bajo otro aspecto. Sub II todo el producto mercantil consistía en medios de consumo; de ahí que sus propios productores pudieran consumir una parte del mismo, medida por el salario y el plusvalor, sumados, que contenía ese producto mercantil. Aquí, sub I, el producto mercantil íntegro se compone de medios de producción, edificios, maquinarias, recipientes, materias primas, materiales auxiliares, etc. Por eso, una parte de los mismos aquellos que reponen el capital constante tilizado en esta misma esfera puede funcionar de nuevo, inmediatamente y en forma natural, como parte constitutiva del capital productivo. En la misma medida en que ingresa en la circulación, circula en el marco de la clase I. Sub II, una parte del producto mercantil es consumida individualmente, in natura [en especie], por sus propios productores; sub I, en cambio, sus productores capitalistas consumen productivamente una parte del producto in natura.
En la parte del producto mercantil I = 4.000c, reaparece el valor constante de capital consumido en esta categoría, y reaparece precisamente bajo una forma natural en la cual puede volver a funcionar de inmediato como [517] capital constante productivo. Sub II la parte del producto mercantil de 3.000, parte cuyo valor equivale a la suma de salario y plusvalor (= 1.000) entra directamente en el consumo individual de los capitalistas y obreros de II, mientras que por el contrario el valor constante de capital de ese producto mercantil (= 2.000) no puede reingresar en el consumo productivo de los capitalistas II, sino que se lo debe reponer mediante el intercambio con I.
Sub I, en cambio, la parte de su producto mercantil de 6.000, parte cuyo valor es igual a salario más plusvalor (= 2.000), no ingresa en el consumo individual de sus productores y, con arreglo a su forma natural, tampoco puede hacerlo. Es necesario intercambiarla primero con II. La parte constante de valor de este producto = 4.000 se encuentra, a la inversa, en una forma natural bajo la cual dicha parte si consideramos a la clase de los capitalistas I en su conjunto puede funcionar directamente, una vez más, como capital constante de esa clase. En otras palabras: el producto íntegro del sector I se compone de valores de uso que, con arreglo a su forma natural, sólo pueden prestar servicios en el modo capitalista de producción como elementos del capital constante. De este producto por un valor e 6.000, pues, un tercio (2.000) repone el capital constante del sector II y los 2/3 restantes el capital constante del sector I.
El capital constante I se compone de una masa de diversos grupos de capital invertidos en distintos ramos productores de medios de producción: tanto en las fundiciones de hierro, tanto en las minas de carbón, etc. Cada uno de estos grupos de capital o cada uno de estos capitales sociales agrupados se compone, a su vez, de una masa mayor o menor de capitales individuales que funcionan de manera autónoma. En primer lugar, el capital de la sociedad, por ejemplo 7.500 (guarismo que puede significar millones, etc.) se descompone en diversos grupos de capital; el capital social de 7.500 se subdivide en porciones separadas, cada una de las cuales está invertida en un ramo particular de la producción, la parte del valor social de capital invertida en cada ramo particular de la producción se compone, conforme a la forma natural, por un lado de los medios de producción correspondientes a cada esfera productiva particular, por otro de la fuerza de trabajo necesaria para el funcionamiento de esa esfera, [518] fuerza calificada correspondientemente, modificada de manera diversa por la división del trabajo según el tipo específico de trabajo [q] que debe desplegarse en cada esfera individual de la producción. La parte del capital social invertida en cada ramo particular de la producción, se compone a su vez de la suma de los capitales individuales invertidos en dicho ramo, que funcionan de manera autónoma. Ni qué decir tiene que esto se aplica a ambos sectores, al I así como al II.
En lo que respecta, ahora, sub I, al valor de capital constante que reaparece bajo la forma de su producto mercantil, dicho valor reingresa en parte como medio de producción en la esfera productiva particular (o incluso en las empresas individuales) de la que egresó como producto: por ejemplo el cereal en la producción de cereal, el carbón en la de carbón, el hierro bajo la forma de máquinas en la siderurgia.
En la medida en que los productos parciales de los que se compone el valor constante de capital de I, sin embargo, no reingresan directamente en sus esferas de producción particulares o individuales, no hacen más que cambiar de ubicación. Bajo una forma natural, ingresan en otra esfera de producción del sector I, mientras que el producto de otras esferas productivas de dicho sector los repone in natura. Se trata de un mero cambio de ubicación de esos productos. Todos ellos reingresan como factores que reponen capital constante en I, sólo que en vez de hacerlo en un grupo de I lo hacen en otro. En la medida en que se opera aquí intercambio entre los capitalistas individuales de I, se trata del de una forma natural de capital constante por otra forma natural de capital constante, de una clase de medios de producción por medios de producción de otra clase. Estamos ante un intercambio recíproco entre las diversas partes constantes individuales del capital de I. En la medida en que no prestan servicios como medios de producción directamente en sus propios ramos productivos, los productos se alejan de las sedes de [519] su producción, pasan a otras y, de esta suerte, se reponen entre sí. En otros términos (análogamente a lo que ocurrió sub II con el plusvalor): cada capitalista sub I retira de esa masa de mercancías los medios de producción correspondientes que él necesita, en la proporción en que es copropietario de ese capital constante de 4.000. Si la producción estuviera socializada, en vez de ser capitalista, es evidente que estos productos del sector I se redistribuirían como medios de producción entre los ramos productivos de este sector, a los efectos de la reproducción, con no menor continuidad: una parte permaneería directamente en la esfera productiva de la que surgió como producto; otra, por el contrario, se alejaría hacia otros ámbitos de la producción, con lo cual se operaría un vaivén continuo entre los diversos centros productivos de este sector [r] Marx marcó con rayitas verticales las letras C y V del sector I y unió con rayitas oblicuas la letra C del sector I y las letras V y PV del sector II. "El signo vertical", explica, "indica que los productos de esta categoría entran en el consumo individual de los productores. Los trazos oblicuos significan que productos de las categorías I y II se intercambian recíprocamente." (R 761/1.).
VII. Capital variable y plusvalor en los dos sectores

El valor global de los medios de consumo producidos anualmente, pues, es igual al valor de capital variable II reproducido durante el año más el plusvalor II producido por vez primera (esto es, igual al valor producido sub II durante el año), más el capital variable I reproducido. a lo largo del año y el nuevo plusvalor I producido (es decir, más el valor producido sub I en el curso del año).
[520] Bajo el supuesto de la reproducción simple, pues, el valor global de los medios de consumo producidos anualmente es igual al producto anual de valor, esto es, equivale a todo el valor producido durante el año por el trabajo social, y así tiene que ser, ya que en la reproducción simple ese valor se consume en su totalidad.
La jornada laboral íntegra de la sociedad se descompone en dos partes: 1) trabajo necesario; en el curso del año crea un valor de 1.500v; 2) plustrabajo; genera un valor adicional, o plusvalor, de 1.500pv. La suma de estos valores = 3.000, es igual al valor de los medios de consumo producidos anualmente, 3.000. El valor total de los medios de consumo producidos a lo largo del año, pues, es igual al valor total que durante el año produce la jornada laboral íntegra de la sociedad, igual al valor del capital variable social más el plusvalor social, igual al total del nuevo producto anual.
Pero sabemos que aunque una y otra magnitud de valor coincidan, no por ello, en modo alguno, el valor total de las mercancías II, de los medios de consumo, ha sido producido en ese sector de la producción social. Coinciden porque el valor constante de capital que reaparece sub II es igual al nuevo valor producido sub I (valor variable de capital más plusvalor); porque, pues, I(v+pv) puede comprar la parte del producto de II que para sus productores (en el sector II) representa valor constante de capital. Esto explica, por consiguiente, cuál es el motivo de que si bien para los capitalistas II el valor de su producto se descompone en c + v + pv, cuando se lo considera desde el punto de vista social dicho valor puede descomponerse en v + pv. Si es éste el caso, en efecto, ello se debe tan sólo a que IIc equivale aquí a I(v+pv) y estos dos componentes del producto social truecan entre sí, mediante su intercambio, sus formas naturales; por tanto, después de esta conversión, IIc existe de nuevo en medios de producción, mientras que I(v+pv) en medios de consumo.
Y es éstala circunstancia que ha inducido a Adam Smith a afirmar que el valor del producto anual se resuelve en v + pv. Esto, 1) sólo es válido para la parte del producto anual que se compone de medios de consumo y 2) no es válido en el sentido de que este valor total se produzca en II y el valor de su producto sea igual, por consiguiente, al valor variable de capital adelantado sub II [521] más el plusvalor producido sub II. Sólo lo es en el sentido de que II(c+v+pv) = II(v+pv) + I(v+pv) o porque IIc = I(v+pv).
Se desprende de esto, además:
Aunque la jornada laboral de la sociedad (esto es, el trabajo gastado durante todo el año por la clase obrera en su conjunto) sólo se descompone, al igual que toda jornada laboral individual, en dos partes, trabajo necesario y plustrabajo; aunque, por consiguiente, el valor producido por esa jornada laboral sólo se subdivide, asimismo, en dos partes el valor variable de capital, o la parte de valor con que el obrero compra sus propios medios de reproducción, y el plusvalor, que el capitalista puede gastar en su propio consumo individual , sin embargo, considerando las cosas desde un punto de vista social, vemos que una parte de la jornada laboral social se gasta exclusivamente en la producción de nuevo capital constante, esto es, de productos destinados exclusivamente a funcionar en el proceso laboral como medios de producción y por tanto como capital constante en el proceso de valorización que lo acompaña. Conforme a nuestro supuesto, la jornada laboral global de la sociedad se representa en un valor dinerario de 3.000, de los cuales sólo 1/3 = 1.000 se produce en el sector II, en el que fabrica medios de consumo, esto es, las mercancías en que en última instancia se realizan el total del valor variable de capital y el plusvalor global de la sociedad. Según este supuesto, pues, se emplean 2/3 de la jornada laboral social en la producción de nuevo capital constante. Aunque desde el punto de vista de los capitalistas y obreros individuales del sectorI esos 2/3 de la jornada laboral social sirven meramente para la producción de valor variable de capital más plusvalor, exactamente como el último tercio de la jornada laboral social en el sector II, sin embargo, desde el punto de vista social y asimismo desde el que corresponde al valor de uso del producto esos 2/3 de la jornada laboral social no hacen más que producir la reposición del capital constante comprendido o consumido en el proceso del consumo productivo. También si lo consideramos desde el punto de vista individual, esos 2/3 de la jornada laboral producen por cierto un valor total que para sus productores es igual al valor variable de capital más el plusvalor, pero no [522] producen valores de uso del tipo en el cual es posible gastar salario o plusvalor, su producto es un medio de producción.
Es necesario observar, en primer término, que ninguna parte de la jornada laboral social, sea sub I o sub II, sirve para producir el valor del capital constante utilizado en esas dos grandes esferas de la producción y actuante en ellas. Sólo producen valor adicional, 2.000 I(v+pv) + 1.000 II(v+pv), adicional al valor constante de capital = 4.000 Ic + 2.000 IIc. El valor nuevo, producido bajo la forma de medios de producción, aún no es capital constante. Sólo ha sido destinado a funcionar como tal en lo futuro.
El producto global de II los medios de consumo es, conforme a su valor de uso, concretamente, considerado en su forma natural, el producto del tercio de la jornada laboral social efectuada por II; es el producto de los trabajos en su forma concreta como trabajo textil, trabajo panaderil, etc., efectuados en ese sector, de ese trabajo, en la medida en que funciona como elemento subjetivo del proceso laboral. En lo que respecta a la parte constante de valor de ese producto II, por el contrario, dicha parte sólo reaparece en un nuevo valor de uso, en una nueva forma natural, la forma de medios de consumo, mientras que antes existía bajo la forma de medios de producción. El proceso laboral transfiere el valor de esa parte, lo hace pasar de su vieja forma natural a su forma natural nueva. Pero el valor de esos 2/3 del valor del producto = 2.000 no ha sido producido en el proceso de valorización efectuado en II durante este año.
Así como, si lo considramos desde el punto de vista del proceso laboral, el producto II es el resultado de nuevo trabajo vivo actuante y de sus medios de producción dados, presupuestos, en los cuales ese trabajo se efectiviza como en sus condiciones objetivas, así también, desde el punto de vista correspondiente al proceso de valorización, el valor del producto II = 3.000 se compone del valor nuevo (500v + 500pv = 1.000) producido por ese 1/3 de la jornada laboral social, agregado recientemente, y de un valor constante en el que están objetivados 2/3 de una jornada laboral social pasada, transcurrida antes del proceso de producción II que aquí consideramos. Esta parte de valor del producto II se representa en una parte del producto mismo. Existe en una cantidad de medios de consumo cuyo valor asciende a 2.000 = 2/3 de una jornada [523] laboral social. Es ésta la nueva forma de uso en la que esa parte de valor reaparece. El intercambio de una parte de los medios de consumo = 2.000 IIc por medios de producción I = I (1.000v + 1.000pv), pues, de hecho es el intercambio de 2/3 de jornada laboral colectiva que no forman parte alguna del trabajo de este año, sino que transcurrieron antes de este año, por 2/3 de la jornada laboral de este año, añadidos nuevamente durante este año. Esos 2/3 de la jornada laboral social de este año no podrían emplearse en la producción de capital constante y constituir al mismo tiempo, sin embargo, valor variable de capital más plusvalor para sus propios productores, si no hubieran tenido que intercambiarse por una parte de valor de los medios de consumo usados durante el año, en los cuales se encerraban 2/3 de una jornada laboral social realizada y gastada antes de este año, no durante el mismo. Es un intercambio de 2/3 de jornada laboral de este año por 2/3 de jornada laboral gastados antes de este año: un intercambio entre tiempo de trabajo de este año y tiempo de trabajo anterior a este año. Esto, pues, nos explica el enigma de por qué el producto de valor de toda la jornada laboral socialpuede resolverse en valor variable de capital más plusvalor, aunque 2/3 de esa jornada laboral no se hayan gastado en la producción de objetos en los que pudieran realizarse el capital variable o el plusvalor, sino más bien para producir medios de producción destinados a reponer el capital consumido durante el año. La explicación es sencillamente que 2/3 del valor del producto II, en los que los capitalistas y obreros I realizan el valor de capital variable y el plusvalor producidos por ellos (y que ascienden a 2/9 de todo el valor del producto anual), son en lo que respecta al valor el producto de 2/3 de una jornada laboral social transcurrida con anterioridad a este año.
La suma del producto social I y II medios de producción y medios de consumo es por cierto, en lo que toca a su valor de uso, considerada concretamente o con arreglo a su forma natural, el producto del trabajo de este año, pero sólo lo es en la medida en que ese trabajo mismo se considera como trabajo concreto, útil, no en cuanto gasto de fuerza de trabajo, no en cuanto trabajo que crea valor. E incluso lo primero sólo es cierto en el sentido de que los medios de producción sólo se han transformado en producto nuevo, en el producto de este año, gracias al trabajo [524] vivo agregado a ellos, que opera con ellos. Pero por el contrario, a la inversa, el trabajo de este año tampoco habría podido transformarse en producto sin el concurso de medios de producción que no dependen de él, sin medios de trabajo y materiales de producción [s].
VIII. El capital constante en los dos sectores

En lo tocante al valor global del producto, 9.000, y a las categorías en las que se descompone, su análisis no ofrece mayores dificultades que el del valor del producto de un capital individual; es, más bien, idéntico a este análisis.
Aquí, en el producto anual global de la sociedad se contienen tres jornadas laborales sociales de un año. La expresión de valor de cada una de esas jornadas de trabajo es £ 3.000; por ende, la expresión de valor del producto total será = 3 x 3.000 = 9.000.
Además, de ese tiempo de trabajo transcurrieron con anterioridad al proceso de producción de un año cuyo producto analizamos: en el sector I, 4/3 de jornada laboral (producto de valor, 4.000) y en el sector II, 2/3 de jornada laboral (producto de valor, 2.000). En total 2 jornadas laborales sociales, cuyo producto de valor es = 6.000. Por eso 4.000 Ic + 2.000 IIc = 6.000c figuran como valor de los medios de producción o valor constante de capital que reaparecen en el valor global del producto de la sociedad.
Por lo demás, de la jornada laboral social agregada nuevamente en el sector I, el trabajo necesario o trabajo que repone el valor del capital variable 1.000 Iv y paga el precio del trabajo empleado sub I es de 1/3. En II, de igual suerte, 1/6 de la jornada laboral social es trabajo necesario con un importe de valor de 500. Por ende, 1.000 Iv + 500 IIv = 1.500v, la expresión de valor de media jornada laboral de la sociedad, es la expresión de valor de la primera mitad de la jornada laboral global agregada este año, mitad que se compone de trabajo necesario.
Finalmente, sub I, 1/3 de jornada laboral social producto de valor = 1.000 es plustrabajo; sub II, 1/6 de [525] jornada laboral producto de valor = 500 es plustrabajo; en conjunto, forman la otra mitad de la jornada laboral global agregada. Por consiguiente, el plusvalor global producido es = 1.000 Ipv + 500pv = 1.500pv.
Por lo tanto:
Parte constante de capital correspondiente al valor del producto social (c):
2 jornadas laborales gastadas antes del proceso de producción; expresión de valor = 6.000.
Trabajo necesario (v) gastado durante el año:
Media jornada laboral gastada en la producción anual; expresión de valor = 1.500.
Plusvalor (pv) gastado durante el año:
Media jornada laboral gastada en la producción anual; expresión de valor = 1.500.
Producto de valor del trabajo anual (v + pv) = 3.000.
Valor global del producto (c + v + pv) = 9.000.
La dificultad, pues, no estriba en analizar el valor del producto social en sí mismo. Surge cuando se comparan los componentes de valor del producto social con sus componentes materiales.
La parte constante de valor, que no hace más que reaparecer, es igual al valor de la parte de este producto que se compone de medios de producción y está corporizado en esa parte.
El nuevo producto de valor del año = v + pv es igual al valor de la parte de ese producto que se compone de medios de consumo y está corporificado en él.
Pero, con excepciones que aquí resultan irrelevantes, los medios de producción y los de consumo son tipos de mercancías totalmente diferentes, productos de forma natural o forma de uso completamente diversas; por tanto, también, productos de tipos de trabajo concreto totalmente distintos. El trabajo que emplea máquinas para la producción de medios de subsistencia, difiere por entero del trabajo que crea máquinas. Toda la jornada laboral global anual, cuya expresión de valor es = 3.000, parece haberse gastado en la producción de medios de consumo, = 3.000, en los que no reaparece ninguna parte constante de valor, ya que esos 3.000 = 1.500v + 1.500pv sólo se resuelven en valor variable de capital + plusvalor. Por otra parte, el valor constante de capital, = 6.000, reaparece en un tipo de productos que difiere enteramente de los medios [526] de consumo, en los medios de producción, mientras que, al parecer, ninguna parte de la jornada laboral social parece haberse gastado en la producción de estos nuevos productos; esta jornada laboral, más bien, parece componerse únicamente, en su totalidad, de modos de trabajo que no resultan en medios de producción, sino en medios de consumo. El misterio ya ha sido aclarado. El producto de valor del trabajo anual es igual al valor del producto del sector II, al valor total de los medios de consumo producidos por vez primera. Pero este vlor del producto es mayor, en 2/3 que la parte del trabajo anual gastada dentro de la producción de medios de consumo (sector II). Sólo 1/3 de trabajo anual se ha gastado en la producción de los mismos. 2/3 de ese trabajo anual se gastaron en producir medios de producción, o sea en el sector I. El producto de valor generado sub I durante ese tiempo, igual al valor variable de capital más el plusvalor producidos sub I, es igual al valor constante de capital de II que reaparece en medios de consumo sub II. Pueden, por consiguiente, intercambiarse recíprocamente y reponerse in natura. El valor total de los medios de consumo II, pues, es igual a la suma del nuevo producto de valor sub I + II, o sea II(c+v+pv) + II(v+pv); igual, pues a la suma del valor nuevo producido por el trabajo anual bajo la forma de v + pv.
Por otra parte, el valor total de los medios de producción (I) es igual a la suma del valor constante de capital que reaparece bajo la forma de medios de producción (I) y del que reaparece bajo la forma de medios de consumo (II), o sea igual a la suma del valor constante de capital que reaparece en el producto total de la sociedad. Este valor total es igual a la expresión de valor 4/3 de jornada laboral previos al proceso de producción sub I y 2/3 de jornadas laborales transcurridas antes del proceso de producción sub II; o sea, en total, a dos jornadas laborales globales.
En el caso del producto social anual, pues, la dificultad aparece porque la parte constante de valor se representa en un tipo de productos medios de producción completamente diferentes al de ese valor nuevo v + pv agregado a esa parte constante de valor, que se representa en medios de consumo. Se da así la apariencia de que en lo que respecta al valor 2/3 de la masa de productos [527] consumida resurgen bajo una nueva forma, como producto nuevo, sin que en su producción se haya gastado ningún trabajo por parte de la sociedad. Esto no ocurre en el caso del capital individual. Cada capitalista individual emplea un tipo de trabajo concreto determinado, el cual transforma en un producto [t] los medios de producción que le son peculiares. Supongamos, a modo de ejemplo: que el capitalista sea un constructor de máquinas, que el capital constante gastado durante el año sea = 6.000c, el variable = 1.500v, el plusvalor = 1.500pv; el producto = 9.000, un producto, digamos, de 18 máquinas, cada una de las cuales = 500. El producto entero existe aquí bajo la misma forma, la de máquinas. (Si el capitalista produjera diversos tipos, cada tipo se calcularía por separado.) El producto mercantil total es el producto del trabajo gastado durante el año en la construcción de máquinas, de la combinación del mismo tipo concreto de trabajo con los mismos medios de producción. Las diversas partes de valor del producto, pues, se representan bajo la misma forma natural: en 12 máquinas se encierran 6.000c, en 3 máquinas 1.500v, en otras 3 máquinas 1.500pv. Es obvio, aquí que el valor de las 12 máquinas no es = 6.000c porque en esas 12 máquinas sólo esté corporizado trabajo transcurrido antes de la construcción de las máquinas, y no el gastado en construirlas. El valor de los medios de producción para 18 máquinas no se ha transformado de por sí en 12 máquinas, pero el valor de esas 12 máquinas (que se compone, a su vez, de 4.000c + 1.000v + 1.000pv) es igua al total del valor [u] constante de capital contenido en la 18 máquinas. Por eso, de las 18 máquinas su constructor tiene que vender 12 para reponer su capital constante gastado, que él necesita para la reproducción de 18 nueva máquinas. El caso sería inexplicable, en cambio, si el trabajo utilizado sólo consistiera en la construcción de máquinas pero arrojara como resultado: por un lado máquinas = 1.500v + 1.500pv, por otro lado hierro, cobre, tornillos, correas, etc., cuyo monto de valor ascendería 6.000c, esto es, los medios de producción de las máquinas [528] en su forma natural, medios que, como es sabido, no construye él mismo, sino que debe reponer mediante el proceso de circulación. Y sin embargo, a primera vista, parecería que la reproducción del producto social anual se efectúa de una manera tan incongruente.
El producto del capital individual, es decir, el de cada fracción del capital social dotada de vida propia y actuante de manera autónoma, reviste una forma natural cualquiera. La única condición es que posea efectivamente una forma de uso, un valor de uso que ponga en él la impronta de ser un miembro, apto para circular, del mundo de las mercancías. Es completamente indiferente y aleatorio que pueda reingresar como medio de producción en el mismo proceso productivo del que sale como producto; por ende, que la parte del valor de su producto en la que se representa la parte constante del capital posea una forma natural bajo la cual pueda de nuevo funcionar efectivamente como capital constante. En caso contrario, esta parte de valor del producto adopta de nuevo, mediante la venta y la compra, la forma de sus elementos materiales de producción, y reproduce de esa manera al capital constante en su forma natural apta para funcionar.
Otra cosa ocurre con el producto del capital social global. Todos los elementos materiales de la reproducción tienen que integrar forzosamente, en su forma natural, ese producto mismo. La parte constante de capital consumida sólo se puede reponer por la producción global en la medida en qu, en el producto, toda la parte constante de capital que reaparece lo haga bajo la forma natural de nuevos medios de producción, aptos para funcionar efectivamente como capital constante. En el supuesto de la reproducción simple, pues, el valor de la parte del producto compuesta por medios de producción debe ser igual a la parte constante de valor del capital social.
Si, además, lo consideramos desde el punto de vista individual, en el valor de su producto el capitalista sólo produce, gracias al trabajo nuevo agregado, su capital variable más su plusvalor, mientras que la parte constante de valor se transfiere al producto gracias al carácter concreto del trabajo nuevo agregado.
Desde el punto de vista social, la parte de la jornada laboral social que crea medios de producción, agregándoles a éstos por ende valor nuevo así como transfiriéndoles el [529] valor de los medios de producción consumidos para producirlos, no produce otra cosa que nuevo capital constante destinado a reponer el capital constante consumido bajo la forma de los viejos medios de producción, tanto sub I como sub II. Sólo produce producto destinado a ser objeto de consumo productivo. Todo el valor de este producto, pues, no es más que valor que sólo puede funcionar de nuevo como capital constante, que sólo puede volver a adquirir capital constante bajo su forma natural, que, por tanto no se resuelve desde el punto de vista social ni en capital variable ni en plusvalor. Por otro lado, la parte de la jornada laboral social que produce medios de consumo no produce parte alguna del capital social de reposición. Se limita a crear productos que están destinados, en su forma natural, a realizar el valor del capital variable y del plusvalor sub I y sub II.
Cuando se habla del modo social de considerar la cosas, esto es, cuando se examina el producto global social que incluye tanto la reproducción del capital social como el consumo individual, no se debe incurrir en el procedimiento de Proudhon, imitado de la economía burguesa, y enfocar la cuestión como si una sociedad de modo capitalista de producción, al ser considerada en bloc, como totalidad, hubiera de perder su carácter histórico-económico específico. Por el contrario. Tenemos que habérnosla entonces con el capitalista colectivo. El capital gloal se presenta como el capital accionario de todos los capitalista individuales en su conjunto. Esa sociedad accionaria tiene en común con muchas otras sociedades por acciones el que cada uno sabe lo que pone en ella, pero no lo que retira de la misma.
IX. Ojeada retrospectiva a Adam Smith,

Storch y Ramsay
[v]
El valor global del producto social asciende a 9.000 = 6.000c + 1.500v + 1.500pv; en otras palabras: 6.000 reproducen el valor de los medios de producción y 3.000 el de los medios de consumo. El valor de rédito social (v + pv), por tanto, no alcanza más que a 1/3 del valor global del producto, y sólo por el importe de valor de ese [530] tercio es que la totalidad de los consumidores tanto obreros como capitalistas pueden retirar mercancías, productos, del producto global social e incorporarlos a su fondo de consumo. Por el contrario, 6.000 = 2/3 del valor del producto son valor del capital constante que es necesario reponer in natura. Hay, pues, que reincorporar al fondo de producción medios de producción por ese importe. Es esto lo que Storch advierte como necesario, pero sin poder demostrar dicha necesidad. "Es evidente que el valor del producto anual se distribuye parte en capitales y parte en ganancias, y que cada una de esas partes del valor del producto anual sirve regularmente para adquirir los productos que la nación requiere, tanto para mantener su capital como para renovar su fondo de consumo... Los productos que constituyen el capital de una nación no son consumibles." (Storch, "Considérations sur la nature du revenu national", París, 1824, pp. 134, 135, 150.)
Adam Smith, sin embargo, enunció ese fantástico dogma, al que hasta hoy se concede fe, y lo hizo no sólo en la forma ya citada según la cual todo el valor del producto social se resuelve en rédito, en salario más plusvalor, o, como él lo expresa, en salario más ganancia (interés) más renta de la tierra , sino también en la forma aun más popular de que los consumidores tienen que pagar a los productores, en última instancia (ultimately), todo el valor del producto. Es éste, hasta hoy, uno de los más aceptados lugares comunes, o mejor dicho verdades eteras, de la presunta ciencia de la economía política. Para acerlo más verosímil, se lo ilustra de la siguiente manera. Supongamos un artículo cualquiera, por ejemplo camisas de lienzo. En primer término, el dueño de una hilandería tiene que pagarle al cultivador de lino el valor total de este textil, o sea simientes de lino, abonos, forraje para las bestias de labor, etc., además de la parte de valor que el capital fijo del cultivador edificios, aperos de labranza, etc. transfiere al producto; los salarios pagados en la producción del lino; el plusvalor (ganancia y renta) que se encierra en el lino; por último, los costos de flete por asladar el lino de sus lugares de producción a la hilandería. Acto seguido, el tejedor tiene que rembolsar al fabricante de hilo no sólo el precio de ese lino, sino además la parte de valor de la maquinaria, edificios, etc., en suma, del capital fijo, que se transfiere al lino, y fuera [531] de eso todos los materiales auxiliares consumidos durante el proceso de hilar, el salario de los obreros hilanderos, el plusvalor, etc., y otro tanto ocurre con el blanqueador, los costos de trasporte del lienzo terminado, y por último con el fabricante de camisas, que ha pagado el precio íntegro de todos los productores anteriores: éstos se han limitado a suministrarle la materia prima que él utiliza. En sus manos se opera ahora un nuevo agregado de valor, en parte mediante el valor del capital constante que se consume bajo la forma de medios de trabajo, materiales auxiliares, etc., en la fabricación de cmisas, en parte por el trabajo gastado en esas operaciones, que agrega el valor del salario de los obreros camiseros más el plusvalor de los fabricantes de camisas. Supongamos que el producto total de camisas cueste ahora, al fin de cuentas, £ 100, y que sea ésta la parte de todo el valor del producto anual gastada en camisas por la sociedad. Los consumidores de estos artículos pagan las £ 100, o sea el valor de todos los medios de producción contenidos en las camisas así como del salario y el plusvalor de cultivadores de lino, hilanderos tejedores, blanqueadores, fabricantes de camisas así como de todos los trasportistas. Esto es absolutamente correcto. Es, en realidad, lo que cualquier niño puede ver. Pero entonces se afirma, a continuación: así ocurre con el valor de todas las demás mercancías. Debió decirse: así ocurre con el valor de todos los medios de consumo, con el valor de la parte del producto social que entra en el fondo de consumo, esto es, con la parte de valor del producto social que puede gastarse como rédito. La suma de valor de todas estas mercancías, en efecto, es igual al valor de todos los medios de producción (partes constantes de capital) consumidos en ellas más el valor que el trabajo recién añadido ha creado (salario más plusvalor). La totalidad de los consumidores, pues, puede pagar esa suma total de valor porque el valor de cada mercancía individual se compone de c + v + pv, pero la suma de valor de todas las mercancías que entran en el fondo de consumo, tomada en su conjunto, como máximo, sólo puede ser igual a la parte de valor del producto social que se resuelve en v + pv, esto es, igual al valor que el trabajo gastado durante el año ha añadido a los medios de producción preexistentes, al valor constante de capital. Pero en lo que respecta al valor constante de capital, hemos [532] visto que, a partir de la masa social de productos, se repone de dos maneras. Primero por el intercambio de los capitalistas II, que producen medios de consumo, con los capitalistas I, qe fabrican los medios de producción necesarios para producir aquéllos. He aquí la fuente de la frase huera de que lo que para uno es capital, para el otro es rédito. Pero las cosas no son así. Las 2.000 IIc que existen en medios de consumo por un valor de 2.000, constituyen para la clase de capitalistas II valor constante de capital. Ellos mismos no pueden consumirlo, pues, por más que el producto deba ser consumido con arreglo a su forma natural. Por otra parte, las 2.000 I(v+pv) son el salario y el plusvalor producidos por las clases capitalista y obrera I. Existen bajo la forma natural de medios de producción, de cosas en las cuales no se puede consumir su propio valor. Tenemos aquí, pues, una suma de valor de 4.000 [w], de la cual, tanto antes como después del intercambio, una mitad sólo repone capital constante y la otra mitad sólo constituye rédito. Pero, en segundo lugar, el capital constante del sector I se repone in natura, en parte por el intercambio entre los capitalistas I, en parte por reposición in natura en cada negocio individual.
La frase huera de que los consumidores, en último término, tienen que pagar todo el valor anual del producto, sólo sería correcta, entonces, si en los consumidores se englobaran dos tipos completamente distintos: consumidores individuales y consumidores productivos. Pero que una parte del producto deba consumirse productivamente no significa otra cosa sino que esa parte tiene que funcionar como capital y que no se la puede consumir como rédito.
Si subdividimos el valor del producto global, = 9.000, en 6.000c + 1.500v + 1.500pv y a las 3.000(v+pv) las consideramos únicamente en su condición de rédito, parece, por el contrario, que el capital variable se esfuma y que el capital, considerado desde el punto de vista social, se compone tan sólo de capital constante. Puesto que lo que originariamente aparecía como 1.500v se ha resuelto en una parte del rédito social, en salario, rédito de la clase obrera, y con ello se ha desvanecido su carácter de capital. Es ésta, de hecho, la conclusión a la que llega Ramsay. [533] Según él, desde el punto de vista social el capital sólo se compone de capital fijo, pero por capital fijo entiende el capital constante, la masa de valor consistente en medios de producción, sean éstos medios de trabajo o material de trabajo como materias primas, productos semielaborados, material auxiliar, etc. Al capital variable lo denomina circulante: "El capital circulante se compone únicamente de medios de subsistencia y de otros artículos de primera necesidad adelantados a los obreros, con anterioridad a la terminación del producto de su trabajo... Unicamente el capital fijo, no el circulante, es, hablando con propiedad, una fuente de riqueza nacinal... El capital circulante no es un agente directo en la producción, ni es, en modo alguno, esencial para la misma, sino meramente un expediente que se ha vuelto necesario debido a la deplorable pobreza de la masa del pueblo... Unicamente el capital fijo constituye un elemento del costo de producción, desde el punto de vista nacional." (Ramsay, "An Essay...", pp. 23-26, pássim.) Ramsay detalla más su explicación del capital fijo, por el cual entiende el capital constante: "El espacio de tiempo durante el cual toda porción del producto de ese trabajo" (del trabajo gastado en cualquier mercancía) "ha existido como capital fijo, id est [esto es], en una forma bajo la cual, aunque coadyuva a producir la mercancía futura, no mantiene obreros" (p. 59). Puede apreciarse aquí, una vez más, el daño infligido por Adam Smith al soterrar la diferencia entre capital constante y variable bajo la que existe entre el capital fijo y el circulante. El capital constante de Ramsay se compone de medios de trabajo, su capital circulante de medios de subsistencia; unos y otros son mercancías de un valor dado; los unos están tan lejos de poder producir plusvalor como los otros.
X. Capital y rédito: capital variable y salario
[12]
[x]
La producción anual en su conjunto, el producto todo de este año, es producto del trabajo útil de dicho año. Pero [534] el valor de este producto global es mayor que la parte de valor del mismo en la que se corporifica el trabajo anual, la fuerza de trabajo gastada durante este año. El producto de valor de este año, el valor nuevo creado durante el mismo bajo la forma mercantil, es menor que el valor del producto, que el valor global de la masa de mercancías producida durante todo el año. La diferencia que obtenemos cuando del valor global del producto anual deducimos el valor que le agregara el trabajo del año en curso, no es un valor efectivamente reproducido, sino nada más que un valor que reaparece bajo una nueva forma de existencia; valor transferido al producto anual por un valor que le es preexistente y que, según la duración de los componentes constantes de capital que han cooperado en el proceso laboral social de este año, puede datar de una fecha más temprana o más reciente y proceder del valor de un medio de producción que vino al mundo el año pasado o en el correr de varios años anteriores. Es, en todas las circunstancias, valor transferido de medios de producción de años anteriores al producto del año en curso.
Si tomamos nuestro esquema, después del intercambio, efectuado entre I y II y dentro de II, de los elementos considerados hasta ahora, tendremos lo siguiente:
I) 4.000c + 1.000v + 1.000pv (las últimas 2.000 realizadas en medios de consumo IIc) = 6.000.
II) 2.000c (reproducidas por el intercambio con I(v+pv) + 500v + 500pv = 3.000.
Suma de valor = 9.000.
El valor nuevo producido durante el año sólo se encierra en v y pv. El total del producto de valor de este año es igual, pues, al total de v + pv, = 2.000 I(v+pv) + 1.000 II(v+pv) = 3.000. Todas las demás partes de valor que componen el valor del producto de este año no son más que valor transferido, procedente del valor de medios de producción anteriores a los que se ha consumido en la producción anual. demás del valor de 3.000, el trabajo del año en curso no ha producido ningún otro valor; es todo su producto de valor del año.
Pero ahora, como vimos, las 2.000 I(v+pv) de la clase II reponen sus 2.000 IIc en forma natural de medios de producción. Dos tercios del trabajo anual, gastado en la categoría I, pues, han producido de nuevo el capital constante [535] II, tanto en su valor total como en su forma natural. Desde el punto de vista social, pues, dos tercios del trabajo gastado durante el año han creado un nuevo valor constante de capital, realizado bajo la forma natural adecuada al sector II. Por ende, la mayor parte del trabajo anual social se ha gastado en la producción de nuevo capital constante (de valor de capital existente en medios de producción) con vistas a la reposición del valor constante de capital gastado en la producción de medios de consumo. Lo que aquí distingue del salvaje a la sociedad capitalista no es, como se figura Senior [13]b Véase, en la presente edición, t. I, vol. 2, p. 737. [14], que el primero goce del privilegio y ostente el atributo de gastar durante cierto tiempo su trabajo sin que éste le proporcione frutos a los que se pueda resolver (convertir) en rédito, esto es, en medios de consumo, la diferencia estriba en lo siguiente:
a) La sociedad capitalista emplea una parte más considerable de su trabajo anual disponible en producir medios de producción (ergo, en producir capital constante), los cuales no se pueden resolver en rédito ni bajo la forma del salario ni bajo la del plusvalor, sino que pueden únicamente funcionar como capital.
b) Cuando el salvaje hace arcos, flechas, martillos de piedra, hachas, cestos, etc., sabe perfectamente que el tiempo así empleado no lo ha dedicado a producir medios de consumo, que ha satisfecho su necesidad de medios de producción y nada más. Por lo demás, el salvaje comete un pecado económico grave al ser completamente indiferente respecto al tiempo sacrificado en esa tarea y por [536] ejemplo dedicar no pocas veces un mes entero, como narra Tylor, a la terminación de una flecha [15] [16].
La representación corriente por medio de la cual una parte de los economistas procura quitarse de encima la dificultad teórica, esto es, la comprensión de los nexos reales , la representación según la cual lo que para uno es capital para el otro es rédito, y viceversa, es en parte correcta, pero no bien se la formula de manera general se vuelve enteramente falsa (supone una intelección completamente desacertada de todo el proceso de intercambio que se opera con la reproducción anual, y por ende, también, una intelección desacertada acerca del fundamento positivo de lo parcialmente correcto).
Resumimos ahora las relaciones positivas sobre las cuales se funda la corrección parcial de esta idea, con lo cual se pondrá de manífiesto, al mismo tiempo, la concepción falsa acerca de tales relaciones.
1) El capital variable funciona como capital en las manos del capitalista, y lo hace como rédito en manos del asalariado.
El capital variable existe primeramente, en manos del capitalista, como capital dinerario; funciona como capital dinerario [y] cuando su poseedor compra con él fuerza de trabajo. Mientras permanece en sus manos bajo la forma dineraria, no es otra cosa que un valor dado existente bajo la forma dineraria, o sea una magnitud constante, no variable. Sólo en potencia es capital variable, precisamente por su convertibilidad en fuerza de trabajo. Sólo se vuelve capital variable real luego de despojarse de su forma dineraria, luego de convertirse en fuerza de trabajo y cuando ésta funciona ya, en el proceso capitalista, como parte constitutiva del capital productivo.
El dinero, que primero funcionaba para el capitalista como forma dineraria del capital variable, funciona ahora, en manos del obrero, como forma dineraria de su salario, que él convierte en medios de subsistencia; por tanto, como forma dineraria del rédito que el obrero percibe gracias a la venta, siempre renovada, de su fuerza de trabajo.
[537] Tenemos aquí, ante nosotros, el simple hecho de que el dinero del comprador, en este caso del capitalista, pasa de sus manos a las del vendedor, que aquí es el vendedor de la fuerza de trabajo, el obrero. No es el capital variable el que funciona de manera doble, como capital para el capitalista y como rédito para el obrero, sino que el mismo dinero existe primero en manos del capitalista como forma dineraria de su capital variable, por tanto como capital variable potencial, y, no bien el capitalista lo convierte en fuerza de trabajo, funciona en manos del obrero como equivalente de la fuerza de trabajo vendida. Pero que el mismo dinero tenga en manos del vendedor otra aplicación útil que en manos del comprador, es un fenómeno inherente a toda compra y venta de mercancías.
Economistas que cultivan la apologética presentan el caso de manera falsa, lo que se percibe a las claras cuando nos fijamos exclusivamente, sin preocuparnos por el momento de lo que sigue a continuación, en el acto de circulación D - FT (= D - M), conversión de dinero en fuerza de trabajo por parte del comprador capitalista; FT - D (= M - D), conversión de la mercancía fuerza de trabajo en dinero por parte del vendedor, del obrero. Esos economistas aseveran: el mismo dinero realiza aquí dos capitales; el comprador el capitalista convierte su capital dinerario en fuerza viva de trabajo, a la que incorpora a su capital productivo, por otra parte el vendedor el obrero convierte su mercancía, la fuerza de trabajo, en dinero que gasta como rédito, gracias a lo cual, precisamente, queda en condiciones de vender siempre de nuevo su fuerza de trabajo, y así de mantenerla, su misma fuerza de trabajo, pues, es su capital bajo forma mercantil, del cual extrae constantemente su rédito. En realidad, su fuerza de trabajo es su patrimonio (que siempre se renueva, siempre se reproduce), no su capital. Es la única mercancía que puede y tiene que vender constantemente, para vivir, y que sólo opera como capital (variable) cuando está en manos del comprador, del capitalista. El hecho de que un hombre se vea constantemente obligado a vender, siempre de nuevo, su fuerza de trabajo, o sea venderse a sí mismo, a un tercero, según esos economistas demuestra que es un capitalista porque constantemente dispone de una "mercancia" (él mismo) para vender. En este sentido también el esclavo se convierte en apitalista, aunque un [538] tercero lo vende de una vez para siempre como mercancía; pues la naturaleza de esta mercancía el esclavo que trabaja trae aparejado que su comprador no sólo la ponga de nuevo a trabajar, día tras día, sino también que le conceda los medios de subsistencia gracias a los cuales esa mercancía puede siempre trabajar de nuevo. (Confróntese, sobre el particular, Sismondi, así como Say en las cartas a Malthus.)[17].
2) En el intercambio de 1.000 Iv + 1.000 Ipv por 2.000 IIc, pues, lo que era capital constante para unos (2.000 IIc) se convierte en capital variable y plusvalor, o sea, en definitiva, rédito, para los otros, y lo que era capital variable y plusvalor (2.000 I(v+pv), o sea, en definitiva, rédito, para unos, se transforma en capital constante para los otros. Consideremos, en primer lugar, el intercambio de Iv por IIc, y hagámoslo al principio, precisamente, desde el punto de vista del obrero.
El obrero colectivo de I ha vendido su fuerza de trabajo al capitalista colectivo de I por 1.000; obtiene este valor en dinero que se le paga bajo la forma del salario. Con ese dinero compra, a II, medios de subsistencia por el mismo monto de valor. El capitalista II sólo se le enfrenta como vendedor de mercancías y no como otra cosa alguna aun cuando el obrero le compre a su propio capitalista, como por ejemplo más arriba, (p. 380) [z], en la conversión de las 500 IIv. La forma de circulación que recorre la mercancía del obrero la fuerza de trabajo es la de la circulación mercantil simple, orientada meramente a la satisfacción de necesidades, al consumo: M (fuerza de trabajo) - D - M (medios de consumo, mercancía II). El resultado de este proceso de circulación es que el obrero se ha conservado como fuerza de trabajo para el capitalista I, y para seguir conservándose como tal debe repetir, siempre de nuevo, el proceso FT (M) - D - M. Su salario se realiza en medios de consumo; se lo gasta como rédito y, si consideramos a la clase obrera en su conjunto, se lo gasta constantemente como rédito.
Consideremos ahora el mismo intercambio Iv por IIc desde el punto de vista del capitalista. El producto [539] mercantil íntegro de II se compone de medios de consumo; por tanto, de cosas destinadas a entrar en el consumo anual, o sea a servir a la realización de rédito para una persona cualquiera, en el caso examinado aquí para el obrero colectivo I. Pero para el capitalista colectivo II una parte de su producto mercantil, = 2.000, es ahora la forma, trasmutada en mercancía, del valor constante de capital de su capital productivo, el cual debe abandonar esa forma mercantil para adoptar, reconvirtiéndose, la forma natural bajo la cual puede operar de nuevo como parte constante del capital productivo. Lo que hasta ahora logró el capitalista II es haber hecho que mediante la venta al obrero I, la mitad (= 1.000) de su valor constante de capital reproducido bajo la forma mercantil (medios de consumo), adopte nuevamente la forma dineraria. Por tanto, tampoco es el capital variable Iv el que se ha convertido en esa primera mitad del valor constante de capital IIc, sino que el dinero que en el intercambio con la fuerza de trabajo funcionó como capital dinerario para I, quedó en posesión del vendedor de la fuerza de trabajo, para el cual ese dinero no representa capital alguno, sino rédito en forma dineraria, es decir, dinero que se gasta como medio para comprar medios de consumo. El dinero = 1.000 que ha fluido de los obreros I a los capitalistas II, no puede funcionar, por otra parte, como elemento constante del capital productivo II. Es, únicamente, la forma dineraria de su capital mercantil, que aún debe convertirse en componentes fijos o circulantes del capital constante. II, pues, con el dinero abonado por los obreros I los compradores de su mercancía , adquiere medios de producción de I por valor de 1.000. Con ello, el valor constante de capital II se ha renovado en una mitad del importe total, recuperando la forma natural bajo la cual puede funcionar una vez ás como elemento del capital productivo II. La £orma de circulación era aquí M - D - M: medios de consumo por un valor de 1.000 - dinero = 1.000 - medios de producción por un valor de 1.000.
Pero M - D - M es aquí movimiento de capital. M, vendida a los obreros, se transforma en D, y este D se convierte en medios de producción; se trata de una reconversión, a partir de la mercancía, en los elementos constitutivos materiales de esa mercancía. Por otra parte, así como el capitalista II frente a I sólo opera como comprador [540] de mercancías, el capitalista I funciona aquí únicamente frente a II como vendedor de mercancías. En un principio, con 1.000 en dinero destinadas a funcionar como capital variable, I adquiere fuerza de trabajo por un valor de 1.000; ha recibido, pues, un equivalente por sus 1.000v entregados en forma dineraria; el dinero pertenece ahora al obrero, que lo gasta en comprarle a II; I sólo puede recuperar ese dinero, que ha afluido a la caja de II, volviéndolo a pescar mediante la venta de mercancías cuyo importe de valor sea el mismo.
En un principio I tenía determinada suma de dinero, = 1.000, destinada a funcionar como parte variable de capital; funciona como tal mediante su conversión en fuerza de trabajo por el mismo importe de valor. Pero el obrero, como resultado del proceso de producción, le ha suministrado una masa de mercancías (medios de producción) cuyo valor es de 6.000, de los cuales 1/6, o sea 1.000, son, conforme a su valor, un equivalente de la parte variable de capital adelantada en dinero. Así como antes en su forma dineraria, el valor variable de capital no funciona ahora en su forma mercantil como capital variable; esto sólo puede hacerlo luego de efectuada la conversión en fuerza viva de trabajo, y únicamente mientras ésta opere en el proceso de producción. Como dinero, el valor variable de capital no era más que capital variable en potencia. Pero se encontraba bajo una forma que lo hacía directamente convertible en fuerza de trabajo. Comomercancía, ese mismo valor variable de capital es tan sólo valor dinerario en potencia; se le devuelve su forma dineraria inicial por medio de la venta de la mercancía; aquí, pues, por el hecho de que II compra mercancía a I por valor de 1.000. El movimiento de circulación es aquí el siguiente: 1.000v (dinero) fuerza de trabajo por un valor de 1.000 1.000 en mercancía (equivalente del capital variable) - 1.000v (dinero); por consiguiente, D - M...M - D (= D - DF...M - D). El proceso de producción mismo que tiene lugar entre M...M no pertenece a la esfera de la circulación; no aparece en el intercambio recíproco de los diversos elementos de la reproducción anual, por más que este intercambio abarque la reproducción de todos los elementos del capital productivo, tanto de sus elementos constantes, como del variable (la fuerza de trabajo). Todos los agentes de este intercambio sólo [541] aparecen como compradores o como vendedores, o como ambas cosas a la vez; en él, los obreros sólo se presentan como compradores de mercancías, los capitalistas, alternativamente, como compradores y vendedores, y dentro de ciertos límites, sólo como compradores unilaterales de mercancías o como vendedores unilaterales de las mismas.
Resultado: que I posee de nuevo la parte variable de valor de su capital bajo la forma dineraria, la única a partir de la cual se puede convertir directamente esa parte en fuerza de trabajo, esto es, vuelve a poseerla en la única forma en que se puede adelantar efectivamente esa parte como elemento variable de su capital productivo. Por otro lado, para poder reaparecer como comprador de mercancías, el obrero tiene ahora que empezar por volver a presentarse como vendedor de mercancías, como vendedor de su fuerza de trabajo.
En lo que se refiere al capital variable de la categoría II (500 IIv), el proceso de circulación entre capitalistas y obreros de la misma clase de producción aparece en forma no mediada, en la medida en que lo consideramos como efectuándose entre el capitalista colectivo II y el obrero colectivo II.
El capitalista colectivo II adelanta 500v en la adquisición de fuerza de trabajo por el mismo importe de valor; el capitalista colectivo es aquí comprador; el obrero colectivo, vendedor. El obrero hace luego su aparición, con el dinero abonado por su fuerza de trabajo, omo comprador de una parte de las mercancías producidas por él mismo. Aquí, pues, el capitalista es el vendedor. El obrero ha repuesto al capitalista el dinero pagado por la adquisición de su fuerza de trabajo, mediante una parte del capital mercantil producido II, o sea 500v en mercancía; el capitalista posee ahora, en forma mercantil, el mismo v que poseía en forma dineraria antes de la conversión en fuerza de trabajo; el obrero, por otra parte, ha realizado en dinero el valor de su fuerza de trabajo y ahora realiza de nuevo ese dinero, gastándolo como rédito para satisfacer su consumo en la compra de una parte de los medios de consumo producidos por él mismo. Se trata del intercambio del rédito del obrero, en dinero, por el componente mercantil 500v, del capitalista, reproducido bajo forma mercantil por el mismo obrero. De esta suerte ese dinero retorna al capitalista II como forma dineraria [542] de su capital variable. Un valor equivalente de rédito repone aquí, en forma dineraria, capital variable en forma mercantil.
El capitalista no se enriquece porque sustraiga al obrero, mediante la venta a éste de una masa mercantil equivalente, el dinero que le pagó al comprarle la fuerza de trabajo. En realidad, le pagaría dos veces al obrero si primero le abonara 500, al adquirir su fuerza de trabajo, y luego le diera gratis, por añadidura, la masa de mercancías por un valor de 500 que hizo que el obrero produjese. A la inversa, si el obrero no produjera para el capitalista más que un equivalente mercantil de 500, a cambio del precio de su fuerza de trabajo, o sea 500, luego de esa operación el capitalista se encontraría en el mismo punto que antes de la misma. Pero el obrero ha reproducido un producto de 3.000; ha conservado, mediante su conversión en producto nuevo, la parte constante de valor del producto, = 2.000, esto es, el valor de los medios de producción consumidos en el proceso; a ese valor dado le ha añadido además un valor de 1.000(v+pv). (La idea de que el capitalista se enriquecería por gnar plusvalor gracias al reflujo de las 500 en dinero, ha sido desarrollada por Destutt de Tracy; nos ocupamos ampliamente de la misma en el apartado XIII de este capítulo.)
Mediante la compra de medios de consumo, con un valor de 500, por parte del obrero II, retorna al capitalista II, en dinero, bajo la forma en que lo adelantó originariamente, el valor de 500 IIv que aquél aún poseía, precisamente, en mercancía. Como en toda otra venta de mercancías, el resultado inmediato de la transacción es la conversión de un valor dado, que pasa de la forma mercantil a la dineraria. Tampoco es específico, en absoluto, el reflujo del dinero a su punto de partida, mediado por aquella operación. Si el capitalista II hubiera comprado mercancías al capitalista I por 500 en dinero y luego, a su vez, vendido a I mercancías por un importe de 500, las 500 en dinero habrían refluido a él, al igual que en el otro caso. Esas 500 en dinero no habrían servido más que para el intercambio de una masa mercantil de 1.000 y, conforme a la ley general antes enunciada, habrían refluido a las manos de aquel que volcó el dinero en la circulación para intercambiar dicha masa de mercancías.
[543] Pero las 500 en dinero, que han refluido al capitalista II, son a la vez capital variable en potencia, renovado y bajo forma dineraria. ¿A qué se debe esto? El dinero, y por tanto también el capital dinerario, sólo es capital variable potencial porque es convertible en fuerza de trabajo y en la medida en que lo sea. El retorno de las £ 500 en dinero al capitalista II va acompañado del retorno de la fuerza de trabajo II al mercado. El regreso de aquéllas y ésta en polos contrapuestos o sea, también, la reaparición de las 500 en dinero no sólo como dinero, sino también como capital variable en forma dineraria está condicionado por un mismo procedimiento. El dinero = 500 refluye al capitalista II porque éste ha véndido al obrero II medios de consumo por un importe de 500, o sea porque el obrero gasta su salario, gracias a lo cual se conserva, junto a su familia, y conserva también su fuerza de trabajo. Para subsistir y poder seguir presentándose como comprador de mercancías, debe vender de nuevo su uerza de trabajo. El retorno de las 500 en dinero al capitalista II, pues, es a la vez retorno o mantenimiento de la fuerza de trabajo como mercancía adquirible por esas 500 en dinero, y, con ello, regreso de las 500 en dinero como capital variable en potencia.
En lo que se refiere a la categoría IIb, productora de medios suntuarios, con su v (IIb)v las cosas ocurren como con Iv. El dinero que renueva en forma dineraria el capital variable de los capitalistas IIb, refluye hacia ellos dando un rodeo, pasando por las manos de los capitalistas IIa. Pero existe una diferencia entre que los obreros compren sus medios de subsistencia directamente a los productores capitalistas a quienes venden su fuerza de trabajo, y que se los compren a otra categoría de capitalistas, por medio de la cual el dinero refluye hacia los primeros dando un rodeo. Como la clase obrera vive al día, compra mientras puede comprar. No ocurre lo mismo en el caso del capitalista, por ejemplo cuando se intercambian 1.000 IIc por 1.000 Iv. El capitalista no vive al día. Su motivo impulsor es la mayor valorización posible de su capital. De ahí que si se presentan circunstancias del tipo que fuere que inducen al capitalista II a entender que más ventajoso que renovar de inmediato su capital constante es fijarlo algún tiempo más bajo la forma dineraria, por lo menos parcialmente, el reflujo de las 1.000 IIc a I (en dinero) se [544] retarda; por tanto, también se demora el restablecimiento de 1.000v en forma dineraria, y el capitalista I sólo podrá seguir trabajando en la misma escala, siempre que disponga de reservas de dinero. Sea como fuere, en general es necesario contar con capital de reserva, en dinero, para poder continuar el trabajo ininterrumpidamente, sin tener en cuenta que sea más rápido o a[a] más lento el reflujo en dinero del valor variable de capital.
Al tener que investigar el intercambio de los diversos elementos de la reproducción que se efectúa durante el año en curso, es necesario examinar también el resultado del trabajo del año ya transcurrido, del año que ya llegó a su término. El proceso de producción que arrojó como resultado ese producto anual, quedó a nuestras espaldas, ya ha transcurrido, ha sido absorbido en su producto; tanto más, pues, el proceso de circulación que precede al proceso de producción o transcurre paralelamente a éste, la conversión de capital variable potencial en real, esto es, la compra y venta de la fuerza de trabajo. El mercado de trabajo ya no forma parte del mercado de mercancías que tenemos ante nuestra vista. El obrero, aquí, no sólo ha vendido su fuerza de trabajo, sino suministrado en mercancía, además del plusvalor, un equivalente por el precio de su fuerza de trabajo; de otra parte, tiene su salario en el bolsillo, y durante el intercambio figura tan sólo como comprador de mercancía (medios de consumo). Pero, por otro lado, el producto anual debe contener todos los elementos de la reproducción, restaurar todos los elementos del capital productivo, y ante todo el más esencial de sus elementos, el capital variable. Y hemos visto ya, de hecho, que en lo que respecta al capital variable el resultado del intercambio es el siguiente: en cuanto comprador de mercancías, mediante el gasto de su salario y el consumo de la mercancía comprada, el obrero conserva y reproduce su fuerza de trabajo como la única mercancía que tiene para vender; así como el dinero adelantado por el capitalista para comprar esa fuerza de trabajo retorna a este último, asi también la fuerza de trabajo retorna al mercado laboral, como mercancía intercambiable por ese dinero; obtenemos aquí como resultado, en el caso especial de 1.000 Iv: del [545] lado de los capitalistas I, 1.000v en dinero; frente a ellos, del lado de los obreros I, fuerza de trabajo por un valor de 1.000, de tal manera que puede recomenzar todo el proceso de reproducción I. Es éste uno de los resultados que arroja el proceso de intercambio.
Por otra parte, el gasto de salario de los obreros I ha retirado de II mdios de consumo por el monto de 1.000c, con lo cual éstos pasan de la forma mercantil a la dineraria. A partir de esta forma dineraria, II los ha reconvertido en la forma natural de su capital constante, mediante la compra de mercancías = 1.000v de I, a quien refluye en forma dineraria, de esa manera, su valor variable de capital.
El capital variable I experimenta tres transformaciones, que o no aparecen en absoluto en la conversión anual o sólo dejan en ella algunos vestigios:
1) La primera forma, 1.000 Iv en dinero, que se convierte en fuerza de trabajo del mismo importe de valor. Esta conversión misma no se manifiesta en el intercambio mercantil entre I y II, pero su resultado se deja ver en el hecho de que la clase obrera I se enfrenta con 1.000 en dinero al vendedor de mercancías II, exactamente como la clase obrera II lo hace con 500 en dinero al vendedor de mercancías que dispone de 500 IIv en forma mercantil.
2) La segunda forma la única en que el capital variable varía efectivamente y funciona como variable, la única en que la fuerza creadora de valor aparece en lugar del valor determinado que se ha intercambiado por ella es privativa del proceso de producción que dejamos a nuestras espaldas.
3) La tercera forma, en que el capital variable se acredita como tal en el resultado del proceso de producción, es el producto anual de valor, o sea, en el caso de I, = 1.000v + 1.000pv = 2.000 I(v+pv). En lugar de su valor originario, = 1.000 en dinero, ha aparecido ahora un valor dos veces mayor = 2.000 en mercancía. El valor variable de capital = 1.000 en mercancía, pues, no constituye más que la mitad del producto de valor creado por el capital variable como elemento del capital productivo. Las 1.000 Iv en mercancía son el equivalente exacto del dinero de I adelantado originariamente de 1.000v, destinadas a ser la parte variable del capital global; pero bajo la forma mercantil no son más que dinero en potencia [546] (sólo mediante su venta llegan a serlo de manera efectiva) son, pues, capital dinerario variable de manera aun menos directa. Por último se convierten en eso gracias a la venta de la mercancía 1.000 Iv a IIc y mediante la pronta reaparición de la fuerza de trabajo como mercancía adquirible, como material en el cual pueden convertirse las 1.000v en dinero.
Durante todas esas mutaciones el capitalista I retiene constantemente el capital variable en sus manos: 1) en un principio como capital dinerario; 2) acto seguido, como elemento de su capital productivo, 3) más tarde aun, como parte de valor de su capital mercantil, o sea en valor mercantil; 4) finalmente, una vez más en dinero, dinero que vuelve a contraponerse a la fuerza de trabajo en la cual es convertible. Durante el proceso de trabajo el capitalista retiene en sus manos el capital variable como fuerza de trabajo creadora de valor, que se activa a sí misma, pero no como valor de magnitud dada; no obstante, como sólo le paga al obrero, invariablemente, después que la fuerza de éste ha operado durante un lapso determinado, más breve o más prolongado, el capitalista también tiene ya en su mano, antes de pagarlo, el valor de reposición de sí misma creado por esa fuerza más el plusvalor.
Como el capital variable, en la forma que fuere, permanece siempre en manos del capitalista, en modo alguno puede decirse que se convierta en rédito para alguien. 1.000 Iv en mercancías, más bien, se convierte en dinero por su venta a II, a quien repone in natura la mitad de su capital constante.
Lo que se resuelve en rédito no es el capital variable I, 1.000v en dinero; este dinero cesa de funcionar como forma dineraria del capital variable I no bien se convierte en fuerza de trabajo, tal como el dinero de cualquier otro comprador b[b] de mercancías deja de ser algo que le pertenece tan pronto como se lo convierte en la mercancía de un vendedor. Las conversiones que el dinero percibido como salario efectúa en manos de la clase obrera no son conversiones del capital variable, sino del valor, [547] transformado en dinero, de la fuerza de trabajo de los obreros; tal como la conversión del producto de valor creado por el obrero (2.000 I(v+pv)) es sólo la de una mercancía perteneciente al capitalista, una conversión que no incumbe en nada al obrero. Pero el capitalista y aun más su intérprete teórico, el economista sólo a duras penas puede desembarazarse de la ilusión de que el dinero pagado al obrero sigue siempre siendo suyo, dinero del capitalista. Si éste es productor de oro, la parte variable de valor esto es, el equivalente en mercancía que le repone el precio de compra del trabajo aparece directamente bajo la forma dineraria misma y puede, por tanto, funcionar de nuevo como capital dinerario variable sin dar el rodeo de un reflujo. Pero en lo que respecta al obrero en II en la medida en que prescindimos del obrero productor de artículos suntuarios existen 500v en mercancías destinadas a su consumo, que él, considerado como obrero colectivo, compra directamente a su vez al mismo capitalista colectivo al que le ha vendido su fuerza de trabajo. La parte variable de valor del capital II se compone con arreglo a su forma natural de medios de consumo, destinados en su mayor parte a que los consuma la clase obrera. Pero lo que gasta en esta forma el obrero no es el capital variable; es el salario, el dinero del obrero, que precisamente por su realización en estos medios de consumo restaura en su forma dineraria el capital variable 500 IIv para el capitalista. El capital variable IIv se ha reproducido en medios de consumo, al igual que el capital constante 2.000 IIc; el uno está tan lejos de resolverse en rédito como el otro. Lo que se resuelve en rédito es, en uno y otro caso, el salario.
No obstante, en la coversión del producto anual es un hecho importante que, por el gasto del salario como rédito, en un caso se restauren como capital dinerario 1.000 IIc, e igualmente, dando este rodeo, 1.000 Iv y lo mismo 500 IIv, o sea capital constante y capital variable (en el caso de este último en parte por reflujo directo, en parte por indirecto).
XI. Reposición del capital fijo

Una dificultad de primer orden, en la exposición de las transacciones de la reproducción anual, es la siguiente.[548] Tomemos la forma más simple en la que se representa la cosa, en cuyo caso tendremos:
1) 4.000c + 1.000v + 1.000pv +
II) 2.000c + 500v + 500pv = 9.000,
lo que en último término se resuelve en:
4.000 Ic + 2.000 IIc + 1.000 Iv + 500 IIv + 1.000 Ipv + 500 IIpv = 6.000c + 1.500v + 1.500pv = 9.000. Una parte de valor del capital constante, en la medida en que éste se componga de medios de trabajo propiamente dichos (como sector especial de los medios de producción) se ha transferido de los medios de trabajo al producto del mismo (la mercancía); estos medios de trabajo continúan funcionando como elementos del capital productivo y precisamente bajo su vieja forma natural; es su desgaste, la pérdida de valor que experimentan paulatinamente en el desempeño de su función desempeño que dura un período determinado , lo que reaparece como elemento de valor de la mercancía producida mediante esos instrumentos, lo que se transfiere del instrumento del trabajo al producto de la actividad laboral. En lo que toca a la reproducción anual, pues, sólo se toman en consideración, desde un principio, los componentes del capital fijo cuya vida se prolongue más de un año. Si se desgastan por completo en el curso del año, la reproducción anual deberá reponerlos y renovarlos también enteramente, y el punto que aquí dilucidamos, por lo tanto, desde luego no los afecta. En el caso de las máquinas y de otras formas más duraderas del capital fijo puede ocurrir y ocurre a menudo que haga falta reponer completamente en el transcurso del año ciertos órganos parciales de las mismas, por más que el cuerpo íntegro del edificio o de la máquina tengan una vida más prolongada. Tales órganos parciales están comprendidos en la misma categoría que los elementos del capital fijo a los que hay que reponer en el correr del año.
Este elemento de valor de las mercancías no ha de confundirse, en modo alguno, on los costos de reparación. Si la mercancía se vende, ese elemento de valor se convierte en plata, en dinero, al igual que los demás, pero luego de su transformación en dinero se pone de manifiesto su diferencia con respecto a los otros elementos de valor. Las materias primas y materiales auxiliares consumidos en la producción de las mercancías han de ser [549] repuestos in natura para que comience la reproducción de las mercancías (para que, en definitiva, el proceso de producción mercantil sea continuo); la fuerza de trabajo gastada en ellos, asimismo, tendrá que ser repuesta por fuerza de trabajo renovada. Es necesario, pues, reconvertir constantemente en esos elementos del capital productivo el dinero percibido por la mercancía, hacerlo pasar de la forma dineraria a la mercantil. Nada cambia en el fondo del asunto, por ejemplo, que las materias primas y los materiales auxiliares sean objeto de compras relativamente considerables, dentro de ciertos plazos, de tal manera que constituyan acopios para la producción y que durante un plazo dado no sea necesario volver a comprar esos medios de producción; por tanto, que mientras duren esos acopios, se pueda acumular el dinero que ingresa por la venta de las mercancías en la medida en que ese dinero sirva para adquirir aquellos medios de producción , y por consiguiente que esa parte del capital constante aparezca transitoriamente como un capital dinerario cuya función activa está en suspenso. No es un capital de rédito, es un capital productivo suspendido en la forma dineraria. La renovación de los medios de producción tiene que operarse continuamente, por más que la forma de esa renovación con respecto a la circulación pueda ser diversa. La nueva compra, la operación de la circulación por medio de la cual se los renueva o repone, puede efectuarse en plazos relativamente prolongados: gran desembolso dinerario, entonces, de una sola vez, compensado por el correspondiente acopio productivo; o plazos consecutivos breves: entonces, desembolsos dinerarios en dosis consecutivas menores, pequeños acopios productivos. Esto nada modifica en cuanto al fondo del asunto. Otro tanto ocurre con la fuerza de trabajo. Donde la producción se practica de manera continua y en la misma escala a lo largo del año: reposición constante, por nueva fuerza de trabajo, de la ya consumida; donde el trabajo es estacional o se emplean porciones distintas de trabajo en distintos períodos, como en la agricultura: adquisición correspondiente ora de masas pequeñas de fuerza de trabajo, ora de masas relativamente considerables. En cambio, el dinero obtenido por la venta de mercancías, en la medida en que realiza la parte de valor mercantil equivalente al desgaste de capital fijo, no se convierte de nuevo en el [550] componente del capital productivo cuya pérdida de valor repone. Forma un precipitado al lado del capital productivo y se cristaliza en su forma dineraria. Ese precipitado de dinero sigue acumulándose, hasta que transcurre totalmente el período de reproducción consistente en una cantidad mayor o menor de años durante el cual el elemento fijo del capital constante continúa funcionando bajo su vieja forma natural en el proceso de producción. No bien el elemento fijo edificios, maquinaria, etc. termina su período de vida, o sea deja de poder funcionar en el proceso de producción, su valor existe al margen de él, completamente repuesto en dinero, esto es, en la suma de los precipitados de dinero, de los valores que han sido transferidos gradualmente por el capital fijo a las mercancías en cuya producción coadyuvó y que, mediante la venta de dichas mercancías, han pasado a la forma dineraria. Este dinero sirve entonces para reponer in natura el capital fijo (o elementos del mismo, puesto quelos diversos elementos del capital fijo tienen diferentes duraciones vitales) y para renovar efectivamente, de esta suerte, ese componente del capital productivo. Ese dinero, pues, es forma dineraria de una parte del valor constante de capital, de la parte fija del mismo. Este atesoramiento mismo, pues, es un elemento del proceso capitalista de reproducción, de reproducción y acopio en forma dineraria del valor del capital fijo o de sus elementos individuales hasta el punto en que el capital fijo termine su existencia y, por consiguiente, haya transferido íntegramente su valor a las mercancías producidas y deba ser repuesto in natura. Pero este dinero sólo pierde su forma de tesoro y por ende sólo reingresa activamente en el proceso de reproducción del capital, mediado por la circulación, cuando se ha reconvertido en nuevos elementos del capital fijo, destinados a remplazar a los caducos.
Así como la circulación mercantil simple no es idéntica al mero intercambio de productos, la conversión del producto mercantil anual no puede resolverse en el mero intercambio recíproco, no mediado, de sus diversos componentes. El dinero desempeña aquí un papel específico, que se expresa también, particularmente, en el modo de reproducción del valor fijo de capital. (Débese investigar después cómo se presentaría esto en el supuesto de que la [551] producción fuera colectiva y no poseyera la forma de la producción de mercancías.)
Si retornamos al esquema básico, tendremos en el caso de la clase II: 2.000c + 500v + 500pv. Todos los medios de consumo producidos en el curso del año son aquí iguales a un valor de 3.000, y cada uno de los diversos elementos mercantiles que integran esa suma de mercancías se descompone, con arreglo a su valor, en 2/3c + 1/6v + 1/6pv, o, porcentualmente en 66 2/3c + 16 2/3v + 16 2/3pv. Los diversos tipos de mercancías de la clase II pueden contener capital constante en proporciones diversas; del mismo modo, la parte fija del capital constante puede ser diferente en ellos, y ocurrir otro tnto con la duración de las partes fijas de capital y por consiguiente también con el desgaste anual o la parte de valor que transfieren pro rata a las mercancías en cuya producción han participado. Esto es aquí indiferente. En lo que se refiere al proceso social de reproducción, sólo se trata aquí del intercambio entre las clases II y I. Aquí, II y I sólo se contraponen en sus proporciones sociales de masa; la magnitud proporcional de la parte de valor c del producto mercantil II (que en el punto aquí considerado es la única decisiva) es por consiguiente la proporción media cuando todos los ramos de la producción subsumidos en II se consideran en conjunto.
Cada tipo de mercancías (y en gran parte se trata de los mismos tipos de mercancías) cuyo valor global está clasificado bajo 2.000c + 500v + 500pv es así, de manera uniforme y en lo que respecta al valor, = 66 2/3 %c + 16 2/3 %v + 16 2/3 %pv. Esto es válido tanto para cada centenar de mercancías que figuren bajo c como para las que figuran bajo v o bajo pv.
Las mercancías en las que están corporizados los 2.000c se pueden descomponer a su vez, en lo que respecta al valor, de la siguiente manera:
1) 1.333 1/3c + 333 1/3v + 333 1/3vp = 2.000c; del mismo modo, 500v se pueden descomponer en:
2) 333 1/3c + 83 1/3v + 83 1/3pv = 500pv.
Si sumamos ahora los c de 1, 2 y 3, tendremos 1.333 1/3c + 333 1/3c + 333 1/3c = 2.000. Del mismo modo: 333 1/3v + 83 1/3v + 83 1/3v = 500, e igualmente [552] en el caso de pv. La suma global arroja el valor total de 3.000, como arriba.
Todo el valor constante de capital contenido en la masa mercantil II, el valor de la cual es de 3.000, está comprendido en 2.000c, pues, y ni 500v ni 500pv contienen un solo átomo de aquél. Lo mismo rige para v y para pv, por su parte.
En otras palabras: toda la cuota del volumen de mercancías II representaitva de valor constante de capital, la cual, por tanto, puede reconvertirse sea en la forma natural de ese valor de capital, sea en su forma dineraria, existe en 2.000c. Todo lo que se refiere al intercambio del valor constante de las mercanías II, por ende, está restringido al movimiento de 2.000 IIc, y este intercambio sólo puede operarse con I (1.000v + 1.000pv).
Del mimo modo, para la clase I todo lo que concierne al intercambio del valor constante de capital que le pertenece, ha de limitarse a la consideración de 4.000 Ic.
1. Reposición en forma dineraria de la parte de valor

correspondiente al desgaste

Si en primer término consideramos:
I) 4.000c + 1.000v + 1.000pv

II) ...... 2.000c + 500v + 500pv
el intercambio de las mercancías 2.000 IIc por mercancías I del mismo valor (1.000v + 1.000pv) presupondría que 2.000 IIc se han convertido in natura, totalmente, en los componentes naturales, producidos por I, del capital constante II; pero el valor mercantil de 2.000, en el que existe este último, contiene un elemento destinado a compensar la pérdida de valor experimentada por el capital fijo, elemento al que no es necesario reponer de inmediato in natura, sino convertir en dinero que se acumule paulatinamente como suma total hasta que haya vencido el plazo para la renovación del capital fijo en su forma natural. Cada año es el año de muerte para algún capital fijo al que es preciso reponer en este o aquel negocio individual o, asimismo, en este o aquel ramo de la industria; en el mismo capital individual es menester reponer esta o aquella parte del capital fijo (puesto que la duración de [553] la vida de esas partes es diversa). Si consideramos la reproducción anual aunque en escala simple, esto es, abstrayendo toda acumulación no comenzamos ab ovo [desde el primerísimo comienzo] [18]; se trata de un año en el fluir de muchos, no del año 1 de la producción capitalista. Los diversos capitales invertidos en los múltiples ramos productivos de la clase II, pues, tienen edades diferentes, y así como cada año mueren personas actuantes en esos ramos de la producción, así también masas de capital fijo alcanzan cada año el término de su existencia y deben ser repuestos in natura mediante el fondo dinerario acumulado. En ese sentido, en el intercambio de 2.000 IIc por 2.000 I(v+pv) está incluida la conversión de 2.000 IIc; éstas pasan de su forma mercantil (como medios de consumo) a la de elementos naturales que consisten no sólo en materias primas y materiales auxiliares sino, asimismo, en elementos naturales del capital fijo: máquinas, herramientas, edificios, etc. El desgaste que es necesario reponer en dinero en el valor de 2.000 IIc, por consiguiente, no corresponde en absoluto al volumen del capital fijo en funciones, ya que anualmente es necesario reponer in natura una parte del mismo; lo cual presupone, empero, que en años anteriores se haya acumulado, en las manos de capitalistas de la clase II, el dinero necesario para esa conversión. Pero este supuesto, precisamente, es tan válido para el año en curso como lo fue para los anteriores.
En el intercambio entre I (1.000v + 1.000pv) y 2.000 IIc debe observarse, en primer término, que la suma de valor I(v+pv) no contiene ningún elemento constante de valor, y por ende ningún elemento de valor para reponer el desgaste, esto es, para reponer valor que ha sido transferido del componente fijo del capital constante a las mercancías en cuya forma natural existen v + pv. Este elemento, por el contrario, existe en IIc, y precisamente una parte de este elemento de valor que se debe al capital fijo, no tiene que transformarse inmediatamente pasando de la forma dineraria a la forma natural, sino inmovilizarse primero en la forma dineraria. De ahí que, de inmediato, en el intercambio de I (1.000v + 1.000pv) por 2.000 IIc surja la dificultad de que los medios de producción I, en cuya forma natural existen las 2.000(v+pv), tienen que intercambiarse n su monto total de valor 2.000 por un equivalente en medios de consumo II, mientras que por el [554] contrario los medios de consumo 2.000 IIc no pueden ser intercambiados en todo su monto de valor por los medios de producción I (1.000v + 1.000pv), ya que una parte alícuota de su valor igual al desgaste que hay que reponer o a la pérdida de valor del capital fijo debe precipitarse primero en dinero, el cual, dentro del período de reproducción del año en curso único período que se considera aquí no funciona de nuevo como medio de circulación. Pero el dinero por medio del cual se realiza el elemento correspondiente al desgaste y encerrado en el valor mercantil 2.000 IIc, sólo puede proceder de I, ya que II no tiene que pagarse a sí mismo, sino que se paga precisamente por la venta de su mercancía y, como, según el supuesto, I(v+pv) compra toda la suma mercantil 2.000 IIc, la clase I, pues, mediante esa compra tiene que convertir en dinero ese desgaste para II. Pero, conforme a la ley desarrollada con anterioridad, el dinero adelantado a la circulación retorna, al productor capitalista, que más adelante volcará a la circulación una cantidad igual en mercancía. Es obvio que I, en ocasión de la compra de IIc, no puede entregar 2.000 en mercancías a II y además, de una vez para siempre, una suma de dinero suplementaria (sin que dicha suma retorne a él mediante la operación del intercambio). Caso contrario, compraría la masa mercantil IIc por encima de su valor. Si II, en efecto, en el intercambio por sus 2.000c obtiene I (1.000v + 1.000pv), no tiene nada más que reclamar de I y el dinero circulante durante ese intercambio retorna a I o a II según cuál de los dos lo haya volcado en la circulación, es decir, cuál de los dos haya aparecido primero como comprador. En este caso, al mismo tiempo, II habría reconvertido su capital mercantil considerado en cuanto al volumen total de su valor en la forma natural de medios de producción, cuando el supuesto es que una pate alícuota del mismo, luego de su venta, no pasa de nuevo, durante el actual período de reproducción anual, del dinero a la forma natural de componentes fijos de su capital constante. Por ende, sólo podría afluir un saldo en dinero a II si éste vendiera a I precisamente por 2.000, pero le comprara por menos de 2.000, digamos por 1.800; en tal caso I tendría que saldar la cuenta con 200 en dinero que no retornaría a él, porque ese dinero adelantado a la circulación no sería retirado de la misma mediante el lanzamiento en ella de [555] mercancías = 200. En este caso tendríamos un fondo dinerario para II a cuenta de su desgaste de capital fijo, pero por el otro lado, por el de I, habría una sobreproducción de medios de producción por un monto de 200, con lo cual se hundiría la base entera del esquema, o sea la reproducción en escala invariada, para la que se supone una proporcionalidad plena entre los diversos sistemas de producción. Habría desaparecido una dificultad, pero sólo para dejar su lugar a otra mucho más desagradable.
Como este problema ofrece algunas dificultades peculiares y hasta ahora los economistas no lo han examinado en absoluto, vamos a considerar por su orden todas las soluciones posibles (por lo menos las aparentemente posibles) del problema o más bien todos los planteos posibles del mismo.
Acabamos de suponer, en primer término, que II vende a I mercancías por 2.000, pero sólo le compra por 1.800. En el valor mercantil 2.000 IIc se encierran 200 por reposición de desgaste, que se deben atesorar en dinero; de esta suerte, el valor de 2.000 IIc se descompondría en 1.800 que hay que intercambiar por medios de producción I, y 200 por reposición de desgaste que (luego de la venta de las 2.000c a I) hay que retener en dinero. O, en lo que respecta a su valor, 2.000 IIc serían = 1.800c + 200c (d), donde d = déchet {desgaste}.
Deberíamos, entonces, considerar el intercambio
I) 1.000v + 1.000pv

II) 1.800c + 200c (d).
Con £ 1.000 que han afluido en salario a los obreros como pago por su fuerza de trabajo, I compra medios de consumo por 1.000 IIc; con las mismas £ 1.000, II compra medios de producción por 1.000 Iv. De este modo, los capitalistas I recuperan en forma dineraria su capital variable, y con él pueden comprar, el año que viene, fuerza de trabajo pr el mismo importe de valor, esto es, reponer in natura la parte variable de su capital productivo. II, además, con £ 400 adelantadas compra medios de producción Ipv, y Ipv, con las mismas £ 400, adquiere medios de consumo IIc. Las £ 400 adelantadas a la circulación por II han retornado así a los capitalistas II, pero sólo como equivalente por mercancías vendidas. I compra medios de consumo por las £ 400 anticipadas; II [556] adquiere medios de producción de I por £ 400, con lo cual esas £ 400 retornan a I. La cuenta, hasta aquí, es la siguiente:
I vuelca a la circulación 1.000v + 800pv en mercancía; lanza además, en dinero, a la circulación: £ 1.000 en salarios y £ 400 para el intercambio con II. Consumado el intercambio, I tiene: 1.000v en dinero, 800pv convertidas en 800 IIc (medios de consumo) y £ 400 en dinero.
II vuelca en la circulación 1.800c en mercancía (medios de consumo) y £ 400 en dinero; terminado el intercambio, tiene: £ 1.800 en mercancía I (medios de producción) y £ 400 en dinero.
Tenemos ahora todavía, del lado I, 200pv (en medios de producción), y del lado II 200c (d) (en medios de consumo).
Conforme al supuesto, I compra con £ 200 los medios de consumo c (d) por un importe de valor de 200; pero estas £ 200 las retiene II, ya que 200c (d) representan el desgaste, esto es, no deben reconvertirse directamente en medios de producción. Por ende, 200 Ipv son invendibles; 1/5 c[c] del plusvalor I que hay que reponer es irrealizable, no es posible hacerlo pasar de su forma natural de medios de producción a la de medios de consumo.
Esto no sólo contradice el supuesto de la reproducción en escala simple; no es, en si y para sí, una hipótesis que permita explicar la conversión de 200c (d) en dinero; dice, más bien, que esa conversión es inexplicable. Como no se puede demostrar cómo hay que convertir las 200c (d) en dinero, se supone que I tiene la amabilidad de transformarlas en dinero, precisamente porque I no está en condiciones de hacer otro tanto con su propio saldo de 200pv. Concebir esto como operación normal del mecanismo de intercambio es exactamente como suponer que todos los años caen de las nubes £ 200 para convertir en dinero, de manera regular, las 200c (d).
Lo absurdo de tal hipótesis, sin embargo, no salta inmediatamente a la vista si Ipv, en vez de presentarse como aquí en su modo de existencia primitivo o sea como componente del valor de medios de producción, y por tanto como componente del valor de mercancías que sus productores capitalistas tienen que realizar en dinero mediante la [557] venta , aparece en las manos de los asociados de los capitalistas, por ejemplo como renta en manos del terrateniente o como interés en manos del prestamista. Pero si la parte del plusvalor de las mercancías que el capitalista industrial tiene que ceder, en concepto de renta o interés, a otros copropietarios del plusvalor, no es realizable a la larga mediante la venta de las mercancías mismas, se deja de pagar también la renta o el interés, y por ende los terratenientes o los perceptores de intereses ya no pueden servir como dei ex machina [19] para convertir discrecionalmente en dinero, al gastar esas rentas o intereses, determinadas partes de la reproducción anual. Lo mismo ocurre con los gastos de todos los llamados trabajadores improductivos: funcionarios del estado, médicos, abogados, etc., y todos los que, llegado el caso, prestan "servicios" bajo la forma del "gran público" a los economistas, explicando lo que éstos dejaron de explicar.
Tampoco se arregla nada si en vez del intercambio directo entre I y II entre los dos grandes sectores en que se dividen los productores capitalistas se echa mano al comerciante como intermediario y con su "dinero" se sortean todas las dificultades. En el caso dado, por ejemplo, habrá que vender las 200 Ipv, en último término y definitivamente, a los capitalistas industriales de II. Por más que pasen por las manos de una serie de comerciantes, el último de los mismos se encontrará frente a II con arreglo a la hipótesis en la misma situación en que los productores capitalistas de I se encontraban al comienzo, es decir, sin poder vender a II las 200 Ipv; la suma destinada a la compra, al quedar inmovilizada, no puede renovar el mismo proceso con I.
Vemos aquí, prescindiendo de nuestro verdadero objetivo, cómo es absolutamente necesario que consideremos el proceso de reproducción en su forma fundamental en la que desaparecen todas las intermediaciones que lo oscurecen , para desembarazarnos así de esos falsos subterfugios que proporcionan la apariencia de una explicación "científica" cuando se hace del proceso social de reproducción, en su enmarañada forma concreta y de inmediato, el objeto del análisis.
La ley según la cual, en el curso normal de la reproducción (sea en escala simple o en escala ampliada) el dinero adelantado a la circulación por el productor capitalista [558] debe retornar a su punto de partida (es indiferente, aquí, que el dinero le pertenezca o lo haya tomado en préstamo) excluye de una vez por todas la hipótesis de que las 200 IIc (d) se realicen mediante inero adelantado por I.
2. Reposición del capital fijo in natura

Una vez descartada la hipótesis recién discutida, únicamente nos quedan por examinar las posibilidades que, además de la reposición en dinero de la parte correspondiente al desgaste, implican también que la reposición del capital fijo ya inservible sea in natura.
Habíamos supuesto, anteriormente:
a) que £ 1.000, pagadas por I en salarios, eran gastadas en IIc con un importe de valor igual por los obreros, vale decir, que éstos compraban con ellas medios de consumo.
El que aquí I adelante las £ 1.000 en dinero, no es más que la comprobación de un hecho. Los productores capitalistas respectivos deben pagar el salario en dinero, los obreros, luego, lo gastan en medios de subsistencia, y cuando los vendedores de dichos medios convierten su capital constante de capital mercantil en capital productivo, ese mismo dinero les sirve como medio de circulación. Recorre, en efecto, muchos canales (tenderos, propietarios de casas, recaudadores de impuestos, trabajadores improductivos como médicos, etc., a los que el propio obrero necesita), y, por consiguiente, sólo en parte fluye de manera directa de las manos de los obreros I a las de la clase de los capitalistas II. Ese flujo puede estancarse, en mayor o menor medida, y de ahí que a los capitalistas les hagan falta reservas adicionales de dinero. Pero nada de esto se debe tomar en consideración cuando se examina esta forma fundamental.
b) Se supuso que una vez I adelantaba otras £ 400 en dinero para comprarle a II, dinero que refluía a éI, y que otra vez era II el que adelantaba £ 400 para comprarle a I y que esas libras retornaban a sus manos. Es necesario dejar sentado este supuesto, ya que sería arbitraria la hipótesis inversa: que la clase de los capitalistas I anticipa unilateralmente a la circulación el dinero necesario para el intercambio de mercancías, o que sólo lo adelanta [559] la clase de capitalistas II. Ahora bien, como en el subapartado 1 se mostró que era descartable, por absurda, la hipótesis según la cual I volcaba dinero suplementario en la circulación para realizar 200 IIc (d), es obvio que sólo nos resta la hipótesis, en apariencia aun más absurda, de que el propio II arroja en la circulación el dinero con el que se realiza el componente de valor mercantil que ha de reponer el desgaste de capital fijo. La parte de valor que pierde en la producción la máquina de hilar perteneciente al señor X, reaparece como parte de valor del hilo de coser; lo que su hiladora pierde por un lado en alor o desgaste, habrá de acumularse por el otro lado como dinero. X podría ahora, por ejemplo, comprar algodón a Y por £ 200 y adelantar así £ 200 en dinero a la circulación; con las mismas £ 200 Y le compraría hilado, y esas £ 200 servirían entonces a X como fondo para reponer el desgaste de la máquina de hilar. El resultado de esto no sería otro que el siguiente: que X, al margen de su producción y del producto de ésta y de la venta de ese producto, tiene in petto [reservadas] £ 200 para pagarse a sí mismo la pérdida de valor de la hiladora, esto es, que además de la pérdida de valor de su hiladora, pérdida equivalente a £ 200, tendría que agregar anualmente, de su bolsillo, otras £ 200 en dinero para estar en condiciones, finalmente, de comprar una nueva máquina de hilar.
Pero el absurdo es sólo aparente. La clase II se compone de capitalistas cuyo capital fijo se encuentra en períodos muy diferentes de su reproducción. Para unos ha llegado el término en que es necesario reponerlo íntegramente in natura. Para los otros, el capital fijo se encuentra más o menos distante de esa fase; a todos los miembros del último sector les es común el hecho de que su capital fijo no se reproduce realmente, esto es, no se renueva in natura o se repone por un nuevo ejemplar del mismo tipo, sino que su valor se acumula paulatinamente en dinero. Los primeros se encuentran totalmente (o parcialmente, lo que aquí es indiferente) en la misma situación que ocupaban cuando iniciaron sus negocios, cuando entraron al mercado con un capital dinerario para transformarlo por una parte en capital constante (fijo y circulante), pero por otra en fuerza de trabajo, en capital variable. Como entonces, tienen ahora que adelantar de nuevo ese capital dinerario a la circulación, o sea tanto el valor del capital [560] fijo constante como el del capital circulante y el del variable.
Si se supone, pues, que de las £ 400 que la clase capitalista II vuelca en la circulación para el intercambio con I la mitad proviene de los apitalistas en II que no sólo tienen que renovar in natura, mediante sus mercancías, sus medios de producción pertenecientes al capital circulante, sino también, mediante su dinero, su capital fijo mientras que la otra mitad de los capitalistas II sólo repone in natura con su dinero la parte circulante de su capital constante, pero no su capital fijo in natura no habrá absolutamente nada de contradictorio, entonces, en que las £ 400 refluentes (refluentes no bien I compra con ellas medios de consumo) no hagan más que distribuirse de manera distinta entre esos dos sectores de II. Refluyen a la clase II, pero no a las mismas manos; se distribuyen de diferente manera dentro de esa clase, pasan de una parte de la misma a otra.
Un subsector de II, además de la parte de medios de producción cubierta en última instancia por sus mercancías, ha convertido dinero por £ 200 en nuevos elementos fijos de capital, in natura. Al igual que en el comienzo del negocio, su dinero, gastado de esa suerte, le refluye de la circulación sólo paulatinamente, a lo largo de una serie de años, como componente de valor, correspondiente al desgaste, de las mercancías que se han de producir con ese capital fijo.
El otro subsector de II, en cambio, no ha recibido mercancías de I por £ 200, sino que I le paga con el dinero que sirvió al primer subsector de II para comprar elementos fijos de capital. Un sector de II posee nuevamente su valor fijo de capital, bajo su forma natural renovada; el otro todavía se ocupa en acumularlo en forma dineraria para reponer más tarde su capital fijo in natura.
Luego de los intercambios precedentes, la situación de la que tenemos que partir es el remanente de las mercancías que ambas partes deben intercambiar: en I, 400pv; en II, 400c [20]. Partimos del supuesto de que II adelanta 400 en dinero para el intercambio de esas mercancías, cuyo [561] importe de valor es de 800. Una mitad de las 400 (= 200) deben ser desembolsadas, de todos modos, por el subsector de IIc, el cual ha acumulado 200 en dinero como valor de desgaste y tiene que reconvertirlo ahora en la forma natural de su capital fijo.
De la misma manera que el valor constante de capital, el valor variable de capital y el plusvalor en los que puede descomponerse tanto el valor del capital mercantil de II como el de I son representables en cuotas proporcionales particulares de las mercancías II, o en su caso de las de I, otro tanto ocurre, dentro del propio valor constante de capital, con la parte de valor que aún no se debe convertir en la forma natural del capital fijo, sino, por el momento, atesorarse paulatinamente bajo la forma dineraria. Determinada cantidad de mercancía II (en nuestro caso, pues, la mitad del remanente, = 200) es aquí únicamente la portadora de ese valor correspondiente al desgaste, valor que, mediante el intercambio, ha de precipitarse en dinero. (El primer subsector de los capitalistas II, que renueva capital fijo in natura, puede haber realizado ya, con la parte correspondiente al desgaste de la masa mercantil de la que aquí sólo figura un remanente , una parte de su valor de desgaste, pero aún quedan por realizar para él 200 en dinero.)
En lo que respecta a la segunda mitad (= 200) de las £ 400 volcadas por II en la circulación durante esta operación residual, con dicha mitad se compran a I componentes circulantes del capital constante. Los dos subsectores de II, o sólo el que no renueva in natura el componente fijo de valor, pueden haber volcado una parte de esas £ 200 en la circulación.
Con las £ 400, pues, se retiran de I: 1) mercancías por un importe de £ 200, que sólo se componen de elementos del capital fijo; 2) mercancías por un importe de £ 200, que no reponen más que elementos naturales de la parte circulante de capital constante de II. Ahora bien, I ha vendido todo su producto mercantil anual, en la medida en que debe venderlo a II, pero el valor de un quinto de ese producto, £ 400, existe ahora en sus manos, bajo la forma dineraria. Este dinero, empero, es plusvalor convertido en dinero, que debe gastarse como rédito en medios de consurno. I, pues, con las £ 400 [562] compra el valor mercantil íntegro de II, = 400. El dinero refluye a II, por ende, a cambio de sus mercancías.
Vamos ahora a suponer tres casos: denominamos "subsector 1" la parte de los capitalistas II que repone el capital fijo in natura, y a los que atesoran en forma dineraria el valor de desgaste de capital fijo, "subsector 2". Los tres casos son los siguientes: a) que de las 400 que aún existen en mercancías sub II como remanente, una cantidad (digamos 1/2 para cada subsector) debe reponer en el subsector 1 y en el 2 ciertas porciones de las partes circulantes del capital constante; b) que el subsector 1 haya vendido ya íntegramente toda su mercancía, y por tanto el subsector 2 todavía deba vender 400; c) que el subsector 2 haya vendido todo menos las 200 que son portadoras del valor de desgaste.
Obtenemos, entonces, las siguientes divisiones:
a) Del valor mercantil = 400c que II tiene aún en sus manos, el subsector 1 posee 100 y el subsector 2, 300; de estas 300, 200 representan el desgaste. En este caso, de las £ 400 en dinero que I devuelve ahora para retirar mercancías II, el subsector 1 originariamente había desembolsado 300; esto es, 200 en dinero por las cuales obtuvo de I elementos de capital fijo in natura y 100 en dinero para la mediación de su intercambio de mercancías con I; el subsector 2, en cambio, sólo ha adelantado 1/4 de las 400, o sea 100, también para la mediación de su intercambio mercantil con I.
De las 400 en dinero el subsector 1, pues, adelantó 300 y el subsector 2, 100.
Pero de estas 400 refluyen: Al subsector 1: 100, o sea sólo 1/3 del dinero que adelantara. Pero posee, por los otros 2/3, capital fijo renovado por un valor de 200. Por este elemento fijo de capital, cuyo valor es de 200, ha entregado dinero a I, pero no mercancías suplementarias. Con respecto a las mercancías, se enfrenta a I sólo como comprador, y no, más tarde, también como vendedor. Por consiguiente, este dinero no puede refluir al subsector 1; en caso contrrio, los elementos fijos de capital los habría recibido de I como obsequio. En lo que se refiere al último tercio del dinero adelantado por él, el subsector 1 sólo aparece como comprador de los componentes circulantes de su capital [563] constante. Con ese mismo dinero I le compra el remanente de su mercancía, por valor de 100. El dinero retorna a ese subsector (al 1 de II), porque se presenta como vendedor de mercancías inmediatamente después de haberlo hecho como comprador. Si el dinero no retornara, II (subsector 1) le habría dado a I, primero, 100 en dinero por mercancías con un importe de 100, y luego, por añadidura, 100 más en mercancías, esto es, le habría obsequiado sus mercancías.
En cambio, al subsector 2, que desembolsa 100 en dinero, refluyen 300 en dinero: 100, porque como comprador volcó primero en la circulación esa cantidad en dinero y la recupera como vendedor; 200, porque opera sólo como vendedor de mercancías por un importe de valor de 200, pero no como comprador. El dinero, pues, no puede retornar a I. El desgaste de capital fijo se salda, pues, por el dinero que II (subsector 1) lanza a la circulación cuando adquiere elementos de capital fijo, pero no llega a manos del subsector 2 como el dinero del subsector 1, sino como dinero que pertenece a la clase I.
b) Con arreglo a este supuesto, el remanente de IIc se distribuye de tal manera que el subsector 1 posee 200 en dinero, y el subsector 2, 400 en mercancías.
El subsector 1 vendió toda su mercancía, pero 200 en dinero son la forma trasmutada de ese componente fijo de su capital constante que él debe renovar in natura. Por consiguiente, el subsector sólo aparece aquí como comprador y, en vez de su dinero, recibe mercancía de I por el mismo importe de valor, en elementos naturales del capital fijo. El subsector 2 sólo tiene que volcar £ 200 en la circulación, como máximo (si I no adelanta ningún dinero para el intercambio mercantil entre I y II), ya que en lo que respecta a la mitad de su valor mercantil sól le vende a I, no le compra.
De la circulación, le refluyen £ 400; 200, porque las adelantó como comprador y las recupera como vendedor de 200 en mercancías; 200 más, porque vende mercancías a I por valor de 200, sin obtener de I, a cambio de ellas, un equivalente mercantil.
c) El subsector I posee 200 en dinero y 200c en mercancía; el subsector 2, 200c (d) en mercancías.
[564] Conforme a este supuesto, el subsector 2 no debe efectuar ningún adelanto en dinero, puesto que él, frente a I, ya no funciona como comprador, en absoluto, sino únicamente como vendedor; tiene que esperar, por ende, hasta que le compren.
El subsector 1 adelanta £ 400 en dinero: 200 para el intercambio mercantil recíproco con I, 200 como mero comprador de I. Con estas £ 200 en dinero, adquiere los elementos de capital fijo.
Con £ 200 en dinero I compra 200 en mercancías al subsector I, al cual, de esta suerte, refluyen las £ 200 adelantadas en dinero para este intercambio mercantil, y con las otras £ 200 que recibió también de 1 adquiere mercancías por 200 al subsector 2, cuyo desgaste de capital fijo se precipita así en dinero.
El asunto no se modificaría, ni con mucho, si supusiéramos que en el caso c), en vez de II (subsector 1) es la clase I la que adelanta las 200 en dinero para la conversión de las mercancías existentes. Si, entonces, I compra primero mercancías por 200 a II, subsector 2 se parte del supuesto de que a éste sólo le queda ese remanente mercantil por vender , las £ 200 no retornan a I, ya que II, subsector 2, no vuelve a presentarse como comprador; pero II, subsector 1, tiene entonces £ 200 en dinero para comprar, y asimismo otras 200 en mercancías para intercambiar, o sea, en total, 400 para el intercambio con I. £ 200 en dinero, pues, retornan a I, procedentes de II, subsector 1. Si I las vuelve a desembolsar para adquirir de II, subsector 1, las 200 en mercancías, retornan a sus manos, tan pronto como II, subsector 1, adquiere de I la segunda mitad de las 400 en mercancías. El subsecor 1 (II) ha desembolsado £ 200 en dinero como mero comprador de elementos del capital fijo; no retornan a él, sino que sirven para convertir en dinero las 200c de mercancías remanentes de II, subsector 2, mientras que a I, el dinero desembolsado para el intercambio mercantil, £ 200, no refluye vía II, subsector 2, sino vía II, subsector 1. Por su mercancía de 400 le ha retornado un equivalente mercantil cuyo monto es de 400; las £ 200 en dinero adelantadas por él para la conversión de 800 en mercancías, también han vuelto a sus manos, con lo cual todo está en el orden debido.
[565] La dificultad que surgía del intercambio
I) 1.000v + 1.000pv, quedó reducida a la que deriva del

II) 2.000c
intercambio de los remanentes:
I).........400pv
II) (1) 200 en dinero + 200c en mercancía + (2) 200c en mercancía; o bien, para que la cosa resulte aun más clara:
I) 200pv + 200pv.
II) (1) 200 en dinero + 200c en mercancía + (2) 200c en mercancía.
Como en II, subsector 1, 200c en mercancía se intercambian por 200 Ipv (mercancía), y como todo el dinero que circula en este intercambio que efectúan I y II de 400 en mercancías retorna a quien lo adelantó, sea I o II, tenemos entonces que ese dinero, como elemento del intercambio entre I y II, en realidad no es un elemento del problema que aquí nos ocupa. O planteándolo de otra manera: si suponemos que en el intercambio entre 200 Ipv (mercancía) y 200 IIc (mercancía de II, subsector 1) el dinero funciona como medio de pago, no como medio de compra, y por tanto tampoco como "medio de circulación" en sentido estricto, resulta claro puesto que las mercancías 200 Ipv y 200 IIc (subsector 1) son de igual importe de valor que medios de producción por un valor de 200 se intercambian por medios de consumo cuyo valor es de 200; que aquí el dinero sólo funciona de manera ideal, y que no hace falta volcar efectivamente en la circulación de este lado o de aquél dinero alguno para pagar un saldo. El problema, pues, sólo queda planteado de manera pura cuando tachamos la mercancía 200 Ipv y su equivalente, la mercancía 200 IIc (subsector 1), en ambos lados, I y II.
Una vez suprimidos esos dos importes mercantiles de igual valor (I y II), que se saldan mutuamente, queda pues el remanente de la transacción, en el cual el problema se manifiesta en su pureza, a saber:
I) 200pv en mercancías.
II) (1) 200c en dinero + (2) 200c en mercancía.
Resulta claro, aquí: II, subsector 1, compra con 200 en dinero los componentes de su capital fijo 200 Ipv; con ello, el capital fijo de II, subsector 1, se ha renovado [566] in natura y el plusvalor de I, por un valor de 200, se ha transformado, pasando de la forma mercantil (medios de producción, y precisamente elementos de capital fijo) a la forma de dinero. Con este dinero I adquiere medios de consumo de II, subsector 2, y el resultado para II es que el subsector 1 ha renovado in natura un componente fijo de su capital constante y que en el subsector 2 se ha precipitado en dinero otro componente (el que repone el desgaste de capital fijo); este último proceso continúa durante años, hasta que también ese componente se debe renovar in natura.
La condición previa es aquí, evidentemente, que este componente fijo del capital constante II, componente que en todo su valor se ha reconvertido en dinero y que por tanto debe renovarse in natura todos los años (subsector 1), sea igual al desgaste anual del otro componente fijo del capital constante II que aún sigue funcionando en su vieja forma natural, y cuyo desgaste, la pérdida de valor que transfiere a las mercancías en cuya producción opera, debe reponerse primeramente en dinero. Ese equilibrio aparecería, según esto, como ley de la reproducción en escala invariada, lo que en otras paabras significa que en la clase I, productora de medios de producción, la división proporcional del trabajo ha de permanecer inalterada, por cuanto por una parte proporciona al sector II componentes circulantes, y por otra componentes fijos del capital constante.
Antes de que investiguemos esto más en detalle, hemos de ver primero cómo se presenta el problema cuando el importe del remanente de IIc (1) no es igual al remanente de IIc (2), cuando puede ser mayor o menor. Expongamos sucesivamente ambos casos.
Primer caso

I) 220pv.
II) (1) 220c (en dinero) + (2) 200c (en mercancía).
Aquí, IIc (1) compra con £ 200 en dinero las mercancías 200 Ipv, y I, con el mismo dinero, adquiere las mercancías 200 IIc (2), o sea el componente del capital fijo que debe precipitarse en dinero; con ello, dicho componente qaeda convertido en dinero. Pero 20 IIc (1) en dinero no es reconvertible en capital fijo in natura.
[567] Este inconveniente es subsanable, al parecer, si fijamos el remanente de Ipv en 220 en vez de en 200, de tal manera que de las 2.000 I sólo 1.780, en lugar de 1.800, hayan quedado liquidadas por el intercambio precedente. Siendo asi tendríamos lo que sigue:
I) 220pv.
II) (1) 200c (en dinero) + (2) 200c (en mercancía).
IIc, subsector 1, con las £ 220 en dinero compra las 220 Ipv, y I, acto seguido con £ 200 adquiere las 200 IIc (2) en mercancías. Pero en tal caso quedan £ 20 en dinero del lado de I, una fracción de plusvalor que sólo se puede retener en dinero, en vez de poderse gastar en medios de consumo. Con esto, pues, la dificultad no habrá hecho más que desplazarse de IIc (subsector 1) a Ipv.
Supongamos ahora, por el contrario, que IIc, subsector 1, sea menor que IIc (subsector 2): tendremos, pues, el
Segundo caso:

I) 200pv (en mercancía)
II) (1) 180c (en dinero) + (2) 200c (en mercancía).
II (subsector 1) adquiere por £ 180 en dinero 180 de mercancías Ipv; con ese dinero, I compra a II (subsector 2) mercancías por igual valor, o sea 180 IIc (2); restan 20 Ipv invendibles de un lado y, asimismo, 20 IIc (2) del otro; mercancías por valor de 40, inconvertibles en dinero.
De nada nos serviría fijar el remanente I = 180; no quedaría entonces, por cierto, ningún excedente en I, pero sí, como antes, un excedente invendible, inconvertible en dinero, de 20 en IIc (subsector 2).
En el primer caso, cuando II (1) es mayor que II (2), queda del lado de IIc (1) un excedente en dinero al que no se puede reconvertir en capital fijo, o bien, si se fija el remanente Ipv = IIc (1), el mismo excedente en dinero estará del lado de Ipv, inconvertible en medios de consumo.
En el segundo caso, cuando IIc (1) es menor que IIc (2), queda un déficit en dinero del lado de 200 Ipv y IIc (2), y un excedente igual de mercancías en ambos lados, o cuando el remanente Ipv se fija = IIc (1) d[d], habrá un déficit en dinero y un excedente en mercancías del lado de IIc (2).
[568] Si fijamos los remanentes Ipv siempre como iguales a IIc (1) ya que los pedidos determinan la producción, y en nada modifica la reproducción el que este año I produzca más componentes fijos de capital, y el año próximo más componentes circulantes de capital pertenecientes al capital constante II e[e], tendríamos que en el primer caso Ipv sería reconvertible en medios de consumo sólo si I comprara con esa suma una parte del plusvalor de II; si ésta, pues, en vez de consumirse fuera acumulada por II f[f] como dinero, en el segundo caso el único remedio sería que el propio I gastara el dinero, o sea una hipótesis que ya hemos rechazado.
Si IIc (1) es mayor que IIc (2), se vuelve necesaria la introducción de mercancías extranjeras para la realización del excedente dinerario en Ipv. Si IIc (1) es menor que IIc (2), se requiere, a la inversa, exportación de mercancía II (medios de consumo) para que se realice en medios de producción la parte de desgaste IIc. En ambos casos es necesario el comercio exterior.
Si suponemos, también, que al examinar la reproducción en escala invariada hay que admitir que la productividad de todos los ramos industriales se mantiene constante, y que por ende también se mantienen constantes las relaciones proporcionales de valor entre sus productos mercantiles, siempre presentarían interés para la producción en escala ampliada los dos casos aducidos en último término cuando IIc (1) es mayor o menor que IIc (2) , ya que es incuestionable que pueden presentarse en dicha producción.
3. Resultados

En lo que se refiere a la reposición del capital fijo corresponde observar, en general, lo siguiente:
Siempre que no varíen todas las demás circunstancias o sea no sólo la escala de la producción, sino también, en particular, la productividad del trabajo , si muere este año una parte del elemento fijo de IIc mayor que la que [569] caducó el año anterior, esto es, si también hay que renovar in natura una parte mayor, entonces la porción del capital fijo que sólo está en vías de extinción y a la que provisionalmente, hasta el término de su vida, hay que reponer en dinero, decrecerá en la misma proporción, ya que según el supuesto de que partimos la suma (y también la suma de valor) de la parte fija de capital actuante en II se mantiene incambiada. Pero esto trae aparejadas las circunstancias siguientes. Primera: si una parte mayor del capital mercantil I se compone de elementos del capital fijo de IIc, una parte tanto menor se compondrá de componentes circulantes de IIc, ya que la producción global de I para IIc se mantiene inalterada. Si una porción de la misma se acrecienta, la otra decrece, y viceversa. Pero por otra parte, también la producción global de la clase II sigue teniendo la misma magnitud. ¿Cómo es esto posible, empero, si menguan sus materias primas, productos semielaborados, materiales auxiliares (esto es, los elementos circulantes del capital constante)? Segunda: una parte mayor del capital fijo IIc restaurado bajo forma dineraria, afluye a I para reconvertirse, para pasar de la forma dineraria a la forma natural. Por tanto afluye a I más dinero, aparte del que circula entre I y II a los meros efectos del intercambio mercantil; más dinero que, en lugar de mediar el intercambio mercantil recíproco, se limita a aparecer unilateralmente en función de medio de compra. Pero al mismo tiempo habría disminuido proporcionalmente la masa mercantil de IIc, portadora de la reposición de valor correspondiente al desgaste, y por tanto la masa mercantil II que no ha de intercambiarse por mercancía de I, sino sólo por dinero de I. Habría afluido más dinero de II a I como mero medio de compra y existirían menos mercancías de II, que frente a I tendría que funcionar meramente como comprador. Por ende, una arte mayor de Ipv pues Iv ya se convirtió en mercancía II no sería convertible en mercancía II y se conservaría inmovilizada bajo la forma dineraria.
No es necesario que sigamos examinando aquí el caso inverso, cuando en un año la reproducción de los casos fatales del capital fijo de II se reduce y, por el contrario, se acrecienta la parte correspondiente al desgaste.
Y entonces se presentaría la crisis crisis de producción pese a que la reproducción es en escala invariada.
[570] En una palabra: en el caso de la reproducción simple y de circunstancias inalteradas o sea, particularmente, de fuerza productiva, magnitud global e intensidad del trabajo incambiadas , si no se parte del supuesto de una proporción constante entre el capital fijo que se extingue (que hay que renovar) y el que sigue operando en su vieja forma natural (y agregando valor a los productos meramente para compensar su propio desgaste), tendríamos que en un caso la masa de los componentes circulantes a los que hay que reproducir se mantendría igual, pero habría crecido la masa de los componentes fijos necesitados de reproducción; tendría pues, que aumentar la producción global de I, o en caso contrario aparecería, aun prescindiendo de las condiciones dinerarias, un déficit de la reproducción.
En el otro caso: si decreciera la magnitud proporcional del capital fijo II que hay que reproducir in natura, y por tanto aumentara en la misma proporción el componente del capital fijo II al que únicamente se debe reponer en dinero, tendríamos que la masa de los componentes circulantes del capital constante II reproducidos por I se mantendría inalterada, pero decrecería la de los componentes fijos necesitados de reproducción. Por consiguiente, o disminución de la producción global I o excedente (tal como antes aparecía un déficit), excedente inconvertible en dinero.
El mismo trabajo, por cierto, en el primer caso puede suministrar un producto mayor si aumenta en productividad, extensión o intensidad, y así se podracubrir el déficit en ese caso; pero tal cambio no se operaría sin un desplazamiento de trabajo y capital de un ramo de producción de I al otro, y todo desplazamiento de ese tipo provocaría perturbaciones momentáneas. Pero, en segundo término (en la medida en que se acrecentaran la extensión e intensidad del trabajo), I tendría que intercambiar más valor por menos valor de II, esto es, tendría lugar una depreciación del producto de I.
A la inversa en el segundo caso, donde I tendría que restringir su producción lo que significa crisis para los obreros y capitalistas ocupados en ese sector o suministrar un excedente, lo que también trae consigo una crisis. En sí y para sí esos excedentes no constituyen un [571] mal, sino una ventaja, pero son un mal en la producción capitalista.
El comercio exterior podría proporcionar un remedio en ambos casos: en el primero, para convertir en medios de consumo la mercancía I inmovilizada en la forma dineraria, en el segundo, para dar salida al excedente mercantil. Pero el comercio exterior, en la medida en que no se limita a reponer elementos (también en lo que respecta al valor) no hace más que desplazar las contradicciones a una esfera más amplia, abrirles un campo de acción más dilatado.
Una vez suprimida la forma capitalista de la reproducción, el asunto se reduce a que la magnitud de la parte caduca del capital fijo, a la que por tanto hay que reponer in natura (en el caso, la parte que opera en la producción de los medios de consumo), varía en los diversos años. Si es muy grande en un año (si excede la mortalidad media, como en el caso de los hombres), en el siguiente será tanto menor, seguramente. No disminuirá por ello si las demás circunstancias no varían la masa de materias primas, productos semielaborados y materiales auxiliares necesaria para la producción anual de medios de consumo; la producción global de medios de producción, pues, tendrá que aumentar en un caso, decrecer en el otro. Esto sólo se puede remediar por medio de una sobreproducción relativa continua: de una parte, cierta cantidad de capital fijo, de la que se produzca más de lo que es directamente necesario; de otra parte, y ante todo, acopio de materias primas, etc., que exceda de las necesidades anuales inmediatas (esto rige, particularmente, para el caso de lo medios de subsistencia). Este tipo de sobreproducción es igual al control de la sociedad sobre los medios objetivos de su propia reproducción. Dentro de los límites de la sociedad capitalista, empero, es un elemento anárquico.
El ejemplo del capital fijo en el caso de una escala invariada de la reproducción es concluyente. El desequilibrio g[g] en la producción de capital fijo y capital circulante es una de las causas favoritas a que echan mano los economistas para explicar las crisis. Para ellos es una [572] novedad que ese desequilibrio pueda y deba surgir cuando se trata de la mera conservación del capital fijo, que pueda y deba surgir en el supuesto de una producción normal ideal, con reproducción simple del capital social ya operante.
XII. La reproducción del material dinerario

Hasta ahora hemos dejado completamente a un lado un factor, a saber, la reproducción anual de oro y plata. Como mero material para la producción de artículos suntuarios, dorados, etc., tendría tan poco sentido citarlos especialmente aquí como mencionar a cualesquiera otros productos. En cambio, desempeñan un papel importante como material dinerario y potencialiter [potencialmente], por tanto, como dinero. Para simplificar, sólo tomaremos al oro como material dinerario.
La producción anual de oro ascendía en total, según datos antiguos, a 800.000 - 900.000 liras h[h], aproximadamente 1.100 ó 1.250 millones de marcos. Según Soetbeer [21], por el contrario, la media de los años 1871-1875 sólo montó a 170.675 quilogramos, por un valor de poco más o menos 476 millones de marcos. De esa cantidad, Australia suministró aproximadamente 167 millones de marcos, Estados Unidos 166, Rusia 93. El resto se distribuye entre diversos países, en sumas que no alcanzan en cada caso a los 10 millones de marcos. Durante el mismo período la producción anual de plata ascendió a poco menos de 2 millones de quilogramos, por un valor de 354 1/2 millones de marcos, de los cuales México proporcionó, en números redondos, 108 millones, Estados Unidos 102, América del Sur 67, Alemania 26 millones, etc.
De los países de producción capitalista predominante sólo Estados Unidos se cuenta entre los productores de oro y plata; los países capitalistas europeos obtienen casi todo su oro y, con mucho, la mayor parte de su plata, de Australia, Estados Unidos, México. América del Sur y Rusia.
[573] No obstante, desplazamos las minas de oro al país de la producción capitalista, cuya reproducción anual analizamos aquí, y precisamente por la razón siguiente:
La producción capitalista no puede existir, en modo alguno, sin comercio exterior. Pero si se supone una reproducción anual normal, en una escala dada, con ello se supone también que el comercio exterior sólo sustituye artículos locales por artículos de otra forma de uso o forma natural, sin afectar las relaciones de valor, y por tanto sin afectar tampoco las relaciones de valor con arreglo a las cuales las dos categorías medios de producción y medios de consumo efectúan su intercambio recíproco, ni tampoco las relaciones entre capital constante, capital variable y plusvalor en que se puede descomponer el valor del producto creado por cada una de esas categorías. La introducción del comercio exterior en el análisis del valor del producto reproducido anualmente, pues, sólo puede confundir, sin contribuir con ningún factor nuevo ni al problema ni a su solución. Se lo debe abstraer por entero, pues, aquí, por tanto, hemo de tratar al oro como elemento directo de la reproducción anual, no como elemento mercantil importado del exterior, por el intercambio.
La producción de oro pertenece, como la producción de los metales en general, a la clase I, a la categoría que engloba la producción de medios de producción. Vamos a suponer que el producto áureo anual es = 30 (por razones de comodidad, ya que la estimación es exageradamente elevada si se la compara con los guarismos de nuestro esquema), digamos que ese valor se puede descomponer en 20c + 5v + 5pv; 20c debe intercambiarse por otros elementos de Ic, punto que examinaremos más adelante i[i], pero las 5v + 5pv (I) tienen que intercambiarse por elementos de IIc, esto es, por medios de consumo.
En lo que respecta a las 5v, toda empresa productora de oro comienza por comprar la fuerza de trabajo; no con oro producido por ella misma, sino con una porción de las existencias de dinero que hay en el país. Con esas 5v, los obreros obtienen medios de consumo en II, y éste adquiere de I, con ese mismo dinero, medios de producción. Digamos que II le compra a I oro por valor de 2, [574] como material mercantil, etc. (componente de su capital constante); siendo así, 2v refluyen a los productores de oro de I, y refluyen en dinero que ya pertenecía antes a la circulación. Si II no efectúa ninguna otra compra de material a I, éste le compra a II al lanzar a la circulación su oro como dinero, ya que el oro puede comprar cualquier mercancía. La diferencia estriba, tan sólo, en que I no se presenta aquí como vendedor, sino únicamente como comprador. Los buscadores de oro de I siempre encuentran salida a su mercancía, que se halla invariablemente en la forma de intercambiabilidad directa.
Supongamos que un fabricante de hilados les ha pagado a sus obreros 5v; éstos prescindiendo del plusvalor le suministran a cambio un hilado en producto = 5; los obreros compran por valor de 5 a IIc, y éste, por 5 en dinero, adquiere hilado de I, y de esta manera refluyen al hilandero 5v en dinero. En el caso supuesto, por el contrario, Io (como hemos de designar a los productores de oro) adelanta a sus obreros 5v en dinero que pertenecía ya a la circulación; éstos gastan el dinero en medios de circulación, pero de los 5 sólo 2 retornan de II a Io. Éste, sin embargo, exactamente como el fabricante de hilados, puede recomenzar el proceso de reproducción, ya que sus obreros le han proporcionado 5 en oro, de los cuales ha vendido 2 y posee 3 en oro; sólo tiene que acuñarlos [22], pues, o convertirlos en billetes de banco, para con ello, sin otra mediación de II, volver a tener en sus manos directamente todo su capital variable en forma dineraria.
Ya en este primer proceso de la reproducción anual, no obstante, se ha verificado una modificación en el volumen de la masa dineraria j[j] que efectiva o virtualmente pertenece a la circulación. Hemos supuesto que IIc compró 2v (Io) como material, y que Io, a su vez, gastó 3 dentro de II, como forma dineraria del capital variable. De la masa dineraria suministrada por la nueva producción de [575] oro k[k] [23], pues, 3 han quedado dentro de II, en lugar de refluir hacia I. Con arreglo al supuesto, II ha satisfecho su necesidad de material áureo. Las 3 quedan como tesoro áureo en sus manos. Como no pueden constituir elementos de su capital constante y como, además, II ya tenía antes suficiente capital dinerario para la adquisición de fuerza de trabajo; como, asimismo, si se exceptúa el elemento de desgaste esas 3 o suplementarias no tienen que desempeñar función alguna dentro de IIc, por una de cuyas fracciones se han intercambiado (sólo podrían servir para cubrir pro tanto [en esa proporción] el elemento de desgaste si IIc (1) fuera menor que IIc (2), lo que sería fortuito); pero, por otra parte, como con excepción del elemento de desgaste el producto mercantil IIc íntegro debe intercambiarse por medios de producción I(v+pv), tendremos entonces que ese dinero debe forzosamente y en su totalidad transferirse de IIc a IIpv, siendo indiferente que éste exista en medios de subsistencia necesarios o en medios suntuarios, y que un valor mercantil correspondiente ha de transferirse, por el contrario, de IIpv a IIc. Resultado: una parte del plusvalor se acumula como tesoro dinerario.
En el segundo año de reproducción, si se sigue utilizando como material la misma proporción del oro producido anualmente, de nuevo refluirán 2 a Io y 3 se repondrán in natura, esto es, quedarán nuevamente liberados en II como tesoro, etc.
En lo tocante al capital variable en general: el capitalista Io, como cualquiera de los demás, constantemente tiene que adelantar ese capital en dinero para la compra del trabajo. Con respecto a ese v, no es él, sino sus obreros los que tienen que comprarle a II; nunca puede darse el caso, pues, de que se presente como comprador o vuelque oro en II sin la iniciativa de éste. Pero en la medida en que II le compra material, en que se ve obligado a convertir su capital constante IIc en material áureo, refluye de II a Io parte de (Io)v, de la misma maera que a los demás capitalistas de I; y en la medida en que esto no ocurre, Io repone su v en oro, tomándolo directamente de su producto. Sin embargo, en la misma proporción en que no le refluye de II el v adelantado como dinero, en II una [576] parte de la circulación l[l] ya existente (dinero que fluyó de I a II y no retornó al primero) se transforma en tesoro, con lo cual una parte de su plusvalor no se gasta en medios de consumo. Como constantemente se inicia la explotación de nuevas minas de oro o se reinicia la de antiguas, determinada proporción del dinero que Io debe desembolsar en v forma parte siempre de la masa de dinero existente con anterioridad a la nueva producción de oro, masa que Io, por intermedio de sus obreros, vuelca en II y que, en la medida en que no retorna de II a Io, constituye allí un elemento de tesaurización.
Pero en lo que respecta a (Io)pv, tenemos que Io sólo puede presentarse aquí como comprador; lanza su pv como oro en la circulación y retira, a cambio del mismo, medios de consumo IIc; aquí el oro se usa y consume en parte como material, funcionando pues como elemento real del componente constante c del capital productivo II; y si esto no ocurre, se convierte de nuevo en elemento de la tesaurización, como parte de IIpv inmovilizada en dinero. Se revela aquí aun prescindiendo de Ic, punto que hemos de considerar más adelante [24] cómo incluso en el caso de la reproducción simple, donde está excluida la acumulación en el sentido estricto del término, es decir, la reproducción en escala ampliada, se incluye necesariamente, por el contrario, el acopio de dinero o atesoramiento. Y como esto se repite año a año, se explica con ello el supuesto del que se parte al examinar la producción capitalista: que en el momento de iniciarse la reproducción, una masa de medios dinerarios proporcional al intercambio de mercancías debe encontrarse en las manos de las clases de capitalistas I y II. Tal acumulación se verifica inclusive después de deducir la pérdida de oro ocasionada por el desgaste del dinero circulante.
Se comprende de suyo que, cuando más avanzada esté la época de la producción capitalista, tanto mayor será la masa dineraria acumulada en todas partes y tanto menor la proporción que la nueva producción de oro añade anualmente a esa masa por considerable que pueda ser ese suplemento [577] en cuanto a su cantidad absoluta. Volvamos una vez más, en general, a la objeción que formuláramos contra Tooke m[m]: ¿cómo es posible que cada capitalista extraiga del producto anual un plusvalor en dinero, esto es, retire de la circulación más dinero del que volcó en ella, cuando en última instancia se debe considerar a la clase misma de los capitalistas como la fuente que, en definitiva, vuelca el dinero en la circulación?
Observemos a este respecto, resumiendo lo que desarrolláramos con antelación (capítulo XVII):
1) El único supuesto exigible aquí que exista en general suficiente dinero disponible para intercambiar los diversos elementos de la masa de la reproducción anual en modo alguno se ve afectado por el hecho de que una parte del valor mercantil se componga de plusvalor. Si supusiéramos que toda la producción pertenece a los propios obreros, que su plustrabajo es por tanto nada más que plustrabajo para ellos mismos, no para los capitalistas, la masa del valor mercantil circulante sería la misma y requeriría para su circulación, manteniéndose iguales las demás circunstancias, la misma masa de dinero. En ambos casos sólo nos preguntaremos: ¿de dónde procede el dinero necesario para convertir ese valor mercantil global? Y no, en modo alguno: ¿de dónde procede el dinero necesario para realizar el plusvalor? Sin duda, para volver una vez más sobre el punto, cada mercancía individual se compone de c + v + pv, y por tanto, para la circulación de la masa mercantil global se requiere por un lado determinada suma de dinero para la circulación del capital c + v, y por otro, otra suma de dinero para la circulación del rédito de los capitalistas, del plusvalor pv. Tal como en el caso de los capitalistas individuales, para la clase entera el dinero con que adelanta capital difiere del dinero con que gasta su rédito. ¿De dónde procede este último dinero? Sencillamente de que de la masa de dinero que se encuentra en poder de la clase de los capitalistas o sea, en términos generales, de la masa dineraria global que se encuentra dentro de la sociedad una parte n[n] hace circular el rédito de los capitalistas. [578] Vimos más arriba cómo cada capitalista que instala un nuevo negocio, no bien éste se encauza, vuelve a pescar el dinero que gasta en medios de consumo para su mantenimiento, lo recupera como dinero que sirve para realizar su plusvalor. Pero hablando en general, toda la dificultad reconoce su origen en estas dos fuentes:
Primera: si consideramos meramente la circulación y la rotación del capital, y por tanto también al capitalista sólo como personificación del capital no como consumidor capitalista y aficionado a la buena vida , vemos cómo aquél lanza constantemente plusvalor en la circulación, como componente de su capital mercantil, pero nunca vemos en sus manos el dinero como forma del rédito; nunca lo vemos cuando vuelca dinero en la circulación para consumir el plusvalor.
Segunda: si la clase de los capitalistas arroja cierta suma de dinero, bajo la figura de rédito, en la circulación, parece como que paga un equivalente por esa parte del producto global anual y como que esa suma deja con ello de representar plusvalor. Pero el plusproducto, en el que se representa el plusvalor, nada cuesta a la clase de los capitalistas. Como clase, lo posee y disfruta gratuitamente, y la circulación de dinero en nada puede modificar esa circunstancia. El cambio mediado por esa circulación consiste, sencillamente, en que cada capitalista, en vez de consumir in natura su plusproducto, lo que las más de las veces no es factible, retira del fondo global compuesto por el plusproducto social anual, mercancías de todo tipo y se apropia de ellas; las retira hasta el monto del plusvalor del que se apropiara. Pero el mecanismo de la circulación nos ha mostrado que cuando la clase de los capitalistas vuelca dinero en la circulación para gastar su rédito, retira a su vez de la circulación el mismo dinero, y que por tanto ese proceso siempre puede comenzar de nuevo; que, por ende, considerada como clase de los capitalistas, queda como siempre en posesión de esa suma dinerara requerida para realizar el plusvalor. De modo, pues, que si el capitalista no sólo retira del mercado de mercancías el plusvalor en forma de mercancías destinadas a su fondo de consumo, sino que además el dinero con que adquiere esas mercancías refluye a sus manos, es evidente que las ha retirado de la circulación sin ceder a cambio ningún equivalente. Nada le cuestan, aunque las pague con dinero. [579] Si compro mercancías con una libra esterlina y el vendedor de la mercancía me devuelve la libra a cambio de plusproducto, que no me ha costado nada, es obvio que ha recibido gratuitamente las mercancías. La reiteración constante de esta operación no modifica en nada el hecho de que constantemente retiro mercancías y, con la misma constancia, quedo en posesión de la libra, aunque transitoriamente me desprenda de la misma para obtener las mercancías. El capitalista recupera constantemente ese dinero como realización de plusvalor, que no le ha costado nada.
Vimos que en Adam Smith el valor social global de los productos se resuelve en rédito, en v + pv, y que pol tanto el valor constante de capital se hace equivaler a cero. De esto se desprende, necesariamente, que el dinero requerido para la circulación del rédito anual también es suficiente para la circulación del producto anual global: que en nuestro caso, por tanto, el dinero necesario para la circulación de los medios de consumo por un valor de 3.000 basta para la circulación del producto anual global, cuyo valor es de 9.000. Es ésta, en efecto, la opinión de Adam Smith, reiterada por Tooke. Esta idea falsa acerca de la relación entre la masa de dinero requerida para la realización del rédito y la masa de dinero que hace circular el producto social global, es un resultado necesario de que no se comprende, y se plantea irreflexivamente, el modo y manera en que los diversos elementos materiales y de valor del producto global anual se reproducen y reponen a lo largo del año. Ya ha sido refutada, por lo tanto.
Escuchemos a los propios Smith y Tooke.
Dice Smith, libro II, cap. II: "La circulación de cada país puede dividirse en dos ramas distintas; la circulación entre los comerciantes y la que tiene lugar entre comerciantes y consumidores. Aunque se puedan emplear las mismas piezas dinerarias de papel o metal ora en una circulación, ora en la otra, estas dos transcurren continuamente, simultáneas y yuxtapuestas, y por ende cada una de ellas requiere determinada masa de dinero de este o aquel tipo para mantenerse en funcionamiento. El valor de las mercancías que circulan entre los diversos comerciantes nunca puede superar el de las que circulan entre los comerciantes y los consumidores, pues todo lo que compran los comerciantes ha de ser vendido, en última [580] instancia, a los consumidores. Como la circulación entre los comerciantes se efectúa en gros [al por mayor], requiere en general una suma bastante grande para cada transacción aislada. La que tiene lugar entre comerciantes y consumidores, por el contrario, en su mayor parte se efectúa en détail y a menudo o requiere más que pequeñísimos montos de dinero: las más de las veces alcanza con un chelín o incluso medio penique. Pero las sumas pequeñas circulan con mucho mayor rapidez que las grandes... Por consiguiente, aunque las compras anuales de todos los consumidores por lo menos" {¡este "por lo menos" es notable!} "igualan en valor a las de todos los comerciantes, por regla general pueden liquidarse con una masa de dinero muchísimo menor", etc.
Respecto a este pasaje de Adam observa Thomas Tooke ("An Inquiry into the Currency Principle", Londres, 1844, pp. 34-36, pássim): "No cabe duda de que la distinción formulada aquí es, en cuando al fondo, correcta... El intercambio entre comerciantes y consumidores incluye también el pago del salario, que constituye la entrada principal (the principal means) de los consumidores... Todas las transacciones entre un comerciante y otro, esto es, todas las ventas, desde el productor o importador, pasando por todas las gradaciones de procesos manufactureros intermedios, etc., hasta llegar al comerciante detallista o al exportador, se pueden resolver en movimientos de transferencias de capital. Pero en la mayor parte de las transacciones, las transferencias de capital no presuponen de manera necesaria, ni tampoco traen aparejado efectivamente en la realidad, un traspaso verdadero de billetes de banco o moneda me refiero a un traspaso material, no a uno ficticio en el momento de la transferencia... El monto total de las transacciones entre comerciantes y comerciantes ha de determinarse y delimitarse, en última instancia, por el monto de las transacciones entre comerciantes y consumidores."
Si la última frase apareciera aislada, podría creerse que Tooke no hace más que comprobar la existencia de una relación entre las transacciones de unos comerciantes con otros y las que llevan a cabo comerciantes y consumidores, en otras palabras, entre el valor del rédito global anual y el valor del capital con que se lo produce. Pero no es éste el caso. Tooke hace suya, expresamente, la [51] concepción enunciada por Adam Smith. Se vuelve superflua, por tanto, la crítica particularizada de su teoría de la circulación o[o]a Marx se refiere seguramente a la primera edición, en la que las actuales "secciones" se denominaban "capítulos". Cfr., en la presente edición, libro I, vol. 1, pp. 163-164..
2) Todo capital industrial, en sus comienzos, vuelca de una vez en la circulación el dinero que corresponde al total de su componente fijo, al que sólo vuelve a retirar paulatinamente, a lo largo de una serie de años, mediante la venta de su producto anual. En un primer momento, por ende, vuelca más dinero en la circulación que el que retira de ella. Esto se repite cada vez que se renueva in natura el capital global; se retira cada año en el caso de cierta cantidad de empresas cuyo capital fijo ha de renovarse in natura; se repite, fraccionadamente, con cada reparación, con cada renovación fragmentaria del capital fijo. Por consiguiente, si de un lado se retira de la [582] circulación más dinero que el que se vuelca en ella, del otro el caso es el inverso.
En todos los ramos industriales cuyo período de producción (al que hay que distinguir del período de trabajo) abarca lapsos relativamente prolongados, los productores capitalistas vuelcan constantemente dinero en la circulación durante ese período, en parte para pagar la fuerza de trabajo empleada, en parte para adquirir los medios de producción que se deben utilizar; de esta suerte, se retiran del mercado de mercancías, de manera directa, medios de producción; también medios de consumo en parte indirectamente, a través de los obreros que gastan sus salarios, y en parte directamente por los capitalistas mismos que en modo alguno suspenden su consumo , sin que en un primer momento esos capitalistas vuelquen al mismo tiempo, en el mercado, un equivalente en mercancías. Durante ese período, el dinero arrojado por ellos a la circulación sirve para la realización del valor mercantil, inclusive del plusvalor contenido en ese valor. Muy importante se vuelve este factor en la producción capitalista desarrollada, cuando se trata de empresas de gran envergadura a cargo de sociedades por acciones, etc., como construcción de ferrocarriles, canales, muelles, grandes edificios urbanos, barcos de hierro, drenaje de tierras en gran escala, etc.
3) Mientras que los demás capitalistas si prescindimos del desembolso en capital fijo retiran de la circulación [583] más dinero que el lanzado en ella para comprar la fuerza de trabajo y los elementos circulantes, los capitalistas productores de oro y plata prescindiendo del metal precioso que sirve como materia prima no hacen más que volcar dinero en la circulación y de ella sólo retiran mercancías. El capital constante salvo la parte correspondiente al desgaste , la mayor parte del variable y todo el plusvalor, a excepción del tesoro que talvez se acumule en sus propias manos, se vuelcan en la circulación como dinero.
4) De una parte circulan como mrcancías, por cierto, todo tipo de cosas que no han sido producidas en el curso del año, como terrenos, casas, etc., y además productos cuyo período de producción comprende más de un año: ganado, maderas, vino, etc. En lo tocante a éste y otros fenómenos es importante no perder de vista que, además de la suma de dinero requerida para la circulación directa, existe siempre cierta cantidad p[p] en estado latente, sin funcionar, que con un impulso dado puede entrar en funciones. El valor de tales productos suele circular, también, de manera fraccionada y paulatina, como el valor de las casas en el alquiler de una serie de años.
Por otra parte, no todos los movimientos del proceso de reproducción se ven mediados por la circulación dineraria. El proceso global de producción, no bien ha obtenido sus elementos, queda excluido de aquélla. También queda excluido de esa circulación todo producto que el productor consuma de manera directa sea individual o productivamente , así como el aprovisionamiento en espccie de los obreros agrícolas.
La masa dineraria que hace circular el producto anual, pues, existe en la sociedad, se ha acumulado poco a poco. No pertenece al producto de valor de este año, si se exceptúa, talvez, el oro con que se reponen las monedas desgastadas.
En esta exposición partimos del supuesto de que la circulación se efectúa, exclusivamente, con dinero consistente en metales preciosos y que en ésta, a su vez, se da la forma más simple de compras y ventas al contado, por más que sobre la base de la circulación meramente metálica el dinero pueda funcionar también e históricamente, [584] en la realidad, haya funcionado así como medio de pago, y aunque sobre esa base se hayan desarrollado un sistema crediticio y determinados aspectos de su mecanismo.
Este supuesto no sólo se formula por consideraciones de método, a pesar de que la gravitación de las mismas se muestra ya en el hecho de que tanto Tooke y sus discípulos como sus adversarios se hayan visto constantemente forzados en sus controversias, cuando se discutía la circulación de billetes de banco, a recurrir nuevamente a la hipótesis de la circulación metálica pura. Se veían forzados a hacerlo post festum, pero lo hacían entonces de manera muy superficial; no podía ser de otro modo, por cierto, ya que así el punto de partida desempeñaba en el análisis el papel de un punto meramente incidental.
Pero la consideración más simple de la circulación dineraria, presentada en su forma natural y espontánea y esta circulación es aquí un factor inmanente del proceso anual de reproducción nos revela lo siguiente:
a) Una vez supuesta la producción capitalista desarrollada, o sea el predominio del sistema de trabajo asalariado, es evidente que el capital dinerario desempeña un papel fundamental, por cuanto es la forma en que se adelanta el capital variable. En la medida en que el sistema del trabajo asalariado se desarrolla, todo producto se transforma en mercancía y debe por consiguiente con algunas excepciones importantes someterse íntegramente a la transformación en dinero como fase de su propio movimiento. La masa del dinero en circulación debe bastar para esa realización de las mercancías, y la mayor parte de dicha masa se suministra bajo la forma del salario, del dinero que como forma dineraria del capital variable adelantan los capitalistas industriales en pago de la fuerza de trabajo y que en manos de los obreros sólo funciona en su parte mayor como medio de circulación (medio de pago). Es esto la antítesis de la economía natural, tal como prepondera sobre la base de todo sistema de servidumbre (incluida la servidumbre basada en la dependencia personal) [25], y aun más en entidades comunitarias más o menos primitivas, se hallen contaminadas éstas, o no, por relaciones de servidumbre o esclavitud.
En el sistema esclavista, el capital dinerario desembolsado para adquirir fuerza de trabajo desempeña el papel [585] de forma dineraria del capital fijo; sólo se lo repone paulatinamente, al cabo del período de vida activa de esclavo. Por eso entre los atenienses la ganancia que un esclavista obtenía directamente, por el uso industrial de su esclavo, o indirectamente, alquilándolo a otro usuario industrial (por ejemplo para trabajar en las minas), sólo se consideraba intereses (además de amortización) del capital dinerario adelantado, exactamente como, en la producción capitalista, el capitalista industrial hace figurar en la cuenta una fracción del plusvalor, más el desgaste del capital fijo, en calidad de intereses y gasto de reposición de su capital fijo, y tal como también es la regla en el caso de los capitalistas que alquilan capital fijo (edificios, máquinas, etc.). No tomamos aquí en consideración a los esclavos meramente domésticos, ya sea que presten servicios necesarios o sirvan sólo para la ostentación o boato; corresponden a la clase de nuestros servidores domésticos. Pero también el sistema esclavista en la medida en que es la forma dominante del trabajo productivo en la agricultura, manufactura, navegación, etc., tal como ocurría en los estados desarrollados de Grecia y en Roma conserva un elemento de la economía natural. El propio mercado de esclavos recibe un suministro constante de su mercancía la fuerza de trabajo por parte de la guerra, la piratería, etc., y esta rapiña, a su vez, no es mediada por un proceso de circulación, sino que constituye una apropiación en especie de fuerza de trabajo ajena por medio de coerción física directa. Inclusive en los Estados Unidos, después que el territorio intermedio entre los estados del Norte de trabajo asalariado y los estados esclavistas del Sur se transformara en comarca dedicada a la cría de escavos para el Sur donde, por consiguiente, el esclavo mismo lanzado al mercado de esclavos se convertía en elemento de la reproducción anual , durante mucho tiempo esto resultó insuficiente, y para satisfacer al mercado se siguió practicando, durante todo el tiempo posible, la trata con Africa.
b) Los flujos y reflujos del dinero que, sobre la base de la producción capitalista, se operan como resultado de un proceso natural en el intercambio del producto anual; los adelantos de capital fijo efectuados de una sola vez y por todo su volumen de valor, y el retiro gradual de [586] su valor de la circulación a lo largo de períodos de varios años, o sea su reconstitución paulatina bajo la forma dineraria gracias al atesoramiento anual, un atesoramiento que por su esencia difiere totalmente del que se efectúa de manera paralela sobre la base de la nueva producción anual de oro; la diversa duración del tiempo en que, según la extensión de los períodos de producción de las mercancías, se adelanta el dinero, al que por tanto siempre hay que volver a atesorar previamente, antes que se lo pueda retirar de la circulación por la venta de la mercancía; la extensión diversa del tiempo durante el cual se efectúan los adelantos, lo que surge ya de que difieren las distancias entre los lugares de producción y los mercados de salida; asimismo, la diferencia en magnitud y periodicidad del reflujo, según el estado o en su caso según la magnitud relativa de los acopios productivos en diversas industrias y en los distintos capitales individuales del mismo ramo de la industria, y por ende los plazos de las compras de elementos del capital constante todo ello durante el año de reproducción : sólo es preciso que la experiencia vuelva notorios y ostensibles todos esos diversos factores del movimiento espontáneo y natural para dar pie metódicamente tanto a los arbitrios mecánicos del sistema crediticio como también a un verdadero acosamiento de los capitales existentes prestables.
Agréguese a esto, además, la diferencia entre las industrias cuya producción bajo condiciones en lo demás normales se efectúa de manera continua y en la misma escala, y aquellas que en diversos períodos del año utilizan distintos volúmenes de fuerza de trabajo, como es el caso de la agricultura.
XIII. Teoría de la reproducción, según Destutt de Tracy [26]
Como ejemplo de la ofuscación confusa y a la vez presuntuosa que padecen los economistas cuando someten a examen la reproducción social, sírvanos el gran lógico Destutt de Tracy (cfr. libro I, p. 147, nota 30) q[q], a quien el propio Ricardo tomó en serio y llamó a very [587] distinguished writer [un escritor muy distinguido] ("Principles", p. 333).
Este autor distinguido formula las siguientes explicaciones sobre el proceso social de reproducción y circulación:
"Se me preguntará cómo esos empresarios industriales pueden lograr ganancias tan considerables y de quién pueden obtenerlas. Respondo que las logran porque todo lo que producen lo venden más caro que lo que les ha costado producirlo, y que lo venden:
"1) a sí mismos, por toda la porción de su consumo destinado a la satisfacción de sus necesidades que pagan con una parte de sus ganancias;
"2) a los asalariados, tanto a los que remuneran ellos mismos como a los remunerados por los capitalistas ociosos; asalariados de los cuales recuperan, por esta vía la totalidad de sus salarios, excepto tal vez sus pequeños ahorros;
"3) a los capitalistas ociosos, que les pagan con la parte de sus réditos que no han cedido ya a los asalariados ocupados por ellos de manera directa, de tal modo que toda la renta que pagan anualmente a estos capitalistas refluye a ellos por una u otra de esas vías". (Destutt de Tracy, "Traité de la volonté et de ses effets", París, 1826, p. 239.)
Conque los capitalistas se enriquecen, en primer término, lucrando todos a costa unos de otros cuando intercambian la parte del plusvalor que dedican a su consumo privado, o sea la que consumen como rédito. Por consiguiente, si esa parte de su plusvalor o de sus ganancias es = £ 400, de estas £ 400 se obtendrán por ejemplo £ 500, gracias a que cada copartícipe de las £ 400 vende su parte al otro un 25 % más cara. Como todos hacen otro tanto, el resultado es el mismo que si esas ventas recíprocas se hubieran efectuado por el valor correcto. Sólo que para hacer circular un valor mercantil de £ 400 necesitan una masa dineraria de £ 500, y esto más se parece a un método de empobrecerse que de enriquecerse, puesto que se ven forzados a mantener una gran parte de su patrimonio global, improductivamente, bajo la forma inútil de medios de circulación. Todo el asunto se reduce a que la clase de los capitalistas, pese al aumento de precios nominal y general de sus mercancías, [588] sólo tiene para repartirse, con vistas a su consumo privado, existencias mercantiles por valor de £ 400, por más que los integrantes de esa clase se den unos a otros el gusto de hacer circular £ 400 de valor mercantil con la masa de dinero que se requeriría para que circularan £ 500 de valor mercantil.
Prescindimos por entero de que aquí se supone la existencia de "una parte de sus ganancias" y por tanto, en definitiva, la de un acopio de mercancías en donde se representa la ganancia. Destutt, precisamente, nos quiere explicar de dónde procede esa ganancia. La masa de dinero necesaria para hacerla circular constituye una cuestión por entero secundaria. La masa de mercancías en la que se representa la ganancia parece originarse en el hecho de que los capitalistas no sólo se venden esa masa mercantil unos a otros lo que es ya algo muy bonito y profundo , sino que se la venden, todos, a un precio demasiado elevado. Ahora conocemos, pues, una fuente de la que dimana el enriquecimiento de los capitalistas. Desemboca en el secreto del "inspector Bräsig", según el cual la gran pobreza [Armut] proviene de la gran pauvreté [pobreza] [27].
2) Los mismos capitalistas venden además "a los asalariados, tanto a los que remuneran ellos mismos como a los remunerados por los capitalistas ociosos; asalariados de los cuales recuperan, de esta manera, la totalidad de sus salarios, excepto sus pequeños ahorros" [28].
El señor Destutt de Tracy convierte el reflujo a los capitalistas del capital dinerario bajo cuya forma adelantaron el salario a los obreros en la segunda fuente de enriquecimiento de tales capitalistas.
En consecuencia, si por ejemplo la clase de los capitalistas paga £ 100 en salarios a los obreros y luego los mismos obreros compran mercancías a esa misma clase por un valor de £ 100 por tanto si refluye a los capitalistas, mediante la venta de mercancías por £ 100 a los obreros, la suma de £ 100 que adelantaran como compradores de fuerza de trabajo tenemos que los capitalistas se enriquecen gracias a este procedimiento. Parecería, desde el punto de vista del sentido común, que mediante ese procedimiento los capitalistas se encuentran nuevamente en posesión de las £ 100 que tenían antes de aplicarlo. Al comenzar el procedimiento poseen £ 100 en [589] dinero, y con ellas compran fuerza de trabajo. A cambio de esas £ 100 en dinero, el trabajo comprado produce mercancías por un valor según lo que sabemos hasta ahora de £ 100. Mediante la venta de las £ 100 en mercancías a los obreros, los capitalistas recuperan las £ 100 en dinero. Estos últimos poseen de nuevo £ 100 en dinero, pero los obreros £ 100 en mercancías, producidas por ellos mismos. No se alcanza a ver cómo habrían de enriquecerse los capitalistas de esa manera. Si las £ 100 en dinero no hubieran retornado a sus manos, primero habrían tenido que pagar £ 100 en dinero a los obreros por su trabajo y luego darles de balde el producto de ese trabajo, medios de consumo por £ 100. En el mejor de los casos el reflujo podría explicar, pues, por qué los capitalistas no se empobrecen con esa operación, pero de ninguna manera por qué se han enriquecido.
Una cuestión diferente, por cierto, es la de cómo los capitalistas poseen las £ 100 en dinero y la de por qué los obreros, en vez de producir las mercancías por su propia cuenta, se ven forzados a intercambiar su fuerza de trabajo por esas £ 100. Pero esto es algo que para un pensador de los quilates de Destutt se comprende de suyo.
El propio Destutt no está enteramente satisfecho con esta solución. No nos había dicho que alguien se enriquece porque cede una suma de dinero de £ 100 y luego recupera esa suma de dinero, o sea por el reflujo de £ 100 en dinero, reflujo que no hace más que mostrar por qué esas £ 100 no se han perdido. Nos había dicho que los capitalistas se enriquecen "porque todo lo que producen lo venden más caro que lo que les ha costado comprarlo" [29].
O sea que, también en su transacción con los obreros, los capitalistas se enriquecen porque les venden más caro a los mismos. ¡Admirable! "Pagan el salario... y todo eso refluye a ellos mediante los gastos de toda esa gente, que les paga" {los productos} "más caros que lo que a ellos" {los capitalistas} "les ha costado por intermedio de ese salario." (P. 240.)
¿Los capitalistas, por tanto, pagan £ 100 en salario a los obreros, y luego venden a éstos el propio producto de ellos a £ 120, de tal manera que no sólo retornan a ellos las £ 100 sino que además ganan £ 20? Esto es [590] imposible. Los obreros sólo pueden pagar con el dinero que han recibido bajo la forma de salario. Si perciben de los capitalistas un salario de £ 100, sólo pueden comprar por £ 100, no por £ 120. O sea que de esta manera el asunto no marcha. Pero aún queda otro camino. Los obreros les compran a los capitalistas mercancías por £ 100, pero en realidad sólo reciben mercancías por valor de £ 80. Es incuestionable, por tanto, que se los ha defraudado en £ 20. Y lo es, asimismo, que el capitalista se ha enriquecido en £ 20, porque en rigor ha pagado la fuerza de trabajo en 20 % por debajo de su valor o efectuado un descuento, mediante un rodeo, por un monto del 20 % con respecto al salario nominal.
La clase de los capitalistas alcanzaría el mismo objetivo si desde un primer momento sólo pagara un salario de £ 80 a los obreros y luego, por esas £ 80 en dinero, les proporcionara efectivamente £ 80 de valor en mercancías. Si consideramos la clase en su conjunto, éste parecería ser el procedimiento normal, ya que según el propio señor Destutt la clase obrera debe percibir un "salario suficiente" (p. 219); ese salario debe alcanzar por lo menos para conservar su existencia y actividad y para "procurarse el sustento más estricto" (p. 180). Si los obreros no perciben esos salarios suficientes se da entonces, según el propio Destutt, "la muerte de la industria" (p. 208), o sea, al parecer, un medio que no sirve para enriquecer a los capitalists. Pero sea cual fuere el nivel de los salarios que la clase de los capitalistas paga a la clase obrera, esos salarios tienen un valor determinado, por ejemplo £ 80. Por ende, si la clase de los capitalistas paga £ 80 a los obreros, éstos tendrán que suministrarle valor mercantil por esas £ 80, y el reflujo de las £ 80 no la enriquecerá. Si les paga £ 100 en dinero y les vende por esa misma suma un valor mercantil de £ 80, les habrá pagado 25 % en dinero por encima de su salario normal y entregado a cambio de ese dinero 25 % menos en mercancías [30].
En otras palabras: el fondo del que la clase de los capitalistas extrae su ganancia se formaría, en definitiva, mediante deducciones efectuadas al salario normal, mediante el pago de la fuerza de trabajo por debajo de su valor, esto es, por debajo del valor de los medios de subsistencia necesarios para su reproducción normal como [591] trabajadores asalariados. Si se pagara, por ende, el salario normal que es lo que según Destutt debe ocurrir , no existiría ningún fondo de ganancias ni para los industriales ni para los capitalistas ociosos.
El señor Destutt, pues, habría tenido que reducir todo el enigma de cómo se enriquece la clase de los capitalistas a las deducciones del salario. Siendo así, los otros fondos del plusvalor, de los que habla sub 1 y sub 2, no existirían.
En todos los países donde el salario de los obreros en dinero se reduce al valor de los medios de consumo necesarios para su subsistencia como clase, pues, no existiría ningún fondo de consumo y ningún fondo de acumulación para los capitalistas, y por tanto tampoco fondo alguno para la existencia de la clase de los capitalistas, y por ende ninguna clase de los capitalistas. Y precisamente éste sería el caso, según Destutt, en todos los países desarrollados y ricos, de antigua civilización, ya que aquí, "en nuestras sociedades de antigua raigambre, el fondo con el que se sufraga el salario se convierte en... una magnitud casi constante" (p.. 202).
Aun en el caso del descuento de salarios, el enriquecimiento de los capitalistas no proviene de que primero paguen al obrero £ 100 en dinero y luego le proporcionen £ 80 en mercancías por esas £ 100 en dinero o sea, en realidad, que hagan circular £ 80 en mercancías por medio de una suma dineraria de £ 100, un 25 % mayor de lo que debería ser , sino de que el capitalista, además del plusvalor de la parte del producto en que se representa el plusvalor , se apropia de un 25 % [31] de la parte del producto que debería recaer en el obrero bajo la forma del salario. En la forma absurda en que Destutt concibe el asunto, la clase de los capitalistas no ganaría absolutamente nada. Paga £ 100 en concepto de salarios y del producto del obrero le da a éste £ 80 de valor mercantil a cambio de esas £ 100. Pero en la operación siguiente debe adelantar de nuevo, aplicando el mismo procedimiento, £ 100. No hace más que experimentar el placer estéril de adelantar £ 100 en dinero y proporcionar a cambio de esa suma £ 80 en mercancías, en vez de adelantar £ 80 en dinero y suministrar a cambio £ 80 en mercancías. Esto es, siempre adelanta inútilmente un capital dinerario 25 % mayor de lo que se requiere para que circule su [592] capital variable, lo que constituye un procedimiento peculiarísimo para enriquecerse.
3) La clase de los capitalistas, por último, vende "a los capitalistas ociosos, que le pagan con la parte de sus réditos que no han cedido ya a los asalariados ocupados por ellos de manera directa, de tal modo que toda la renta que paga anualmente a estos capitalistas" {los ociosos}, "refluye a ella por una u otra de esas vías" [32]bis.
Hemos visto ya que los capitalistas industriales pagan "con una parte de sus ganancias toda la porción de su consumo destinado a la satisfacción de sus necesidades" [33]. Supongamos entonces que sus ganancias son = £ 200. Gastan £ 100, por ejemplo, en su consumo individual. Pero la otra mitad, = £ 100, no les pertenece a ellos, sino a los capitalistas ociosos, o sea a los que viven de la renta de sus tierras y a los capitalistas que prestan a interés. Han de pagar £ 100 en dinero a esa cofradía. Digamos, ahora, que de ese dinero estos últimos necesitan £ 80 para su propio consumo y £ 20 para adquirir sirvientes, etc. Con las £ 80, pues, compran medios de consumo a los capitalistas industriales. De tal manera refluyen a éstos mientras se alejan de sus manos £ 80 en productos £ 80 en dinero, o sea 4/5 de las £ 100 que pagaron a los capitalistas ociosos en concepto de renta, intereses, etc. Además la clase de los sirvientes, los asalariados directos de los capitalistas ociosos, ha obtenido de los amos £ 20 como salario. Con ellas compran también, a los capitalistas industriales, medios de consumo por £ 20. Refluyen así a éstos, al tiempo que se alejan de sus manos £ 20 en productos, £ 20 en dinero o sea el último quinto de las £ 100 que habían pagado a los capitalistas ociosos en concepto de renta, interés, etc.
Al término de la transacción han refluido a los capitalistas industriales las £ 100 en dinero que habían cedido para el pago de rentas, intereses, etc., a los capitalistas ociosos, mientras que la mitad de su plusproducto, = £ 100, ha pasado de sus manos al fondo de consumo de esta última categoría de capitalistas.
Como es obvio, pues, en lo que toca al punto que aquí se examina resulta totalmente indiferente el traer a colación, de alguna manera, la distribución de las £ 100 entre los capitalistas ociosos y sus asalariados directos. El caso es simple: los capitalistas industriales pagan a aquéllos [593] en dinero, con £ 100, sus rentas e intereses, en suma, la parte que les toca del plusvalor de £ 200. Con esas £ 100 los ociosos compran medios de consumo, directa o indirectamente, a los capitalistas industriales. Les rembolsan £ 100 en dinero y retiran de éstos mdios de consumo por valor de £ 100.
Se ha operado, de esa manera, el reflujo de las £ 100 en dinero pagadas por los capitalistas industriales a sus colegas ociosos. ¿Es este reflujo dinerario, como fantasea Destutt, un medio que permita enriquecerse a los capitalistas industriales? Antes de la transacción disponían de una suma de valor de £ 200; £ 100 en dinero y £ 100 en medios de consumo. Luego de la transacción sólo poseen la mitad de la suma de valor originaria. Han recuperado las £ 100 en dinero, pero perdido las £ 100 en medios de consumo, ahora en manos de los capitalistas ociosos. Se han empobrecido en £ 100, pues, en vez de enriquecerse en esa cantidad. Si en lugar de dar ese rodeo esto es, de pagar primero £ 100 en dinero y luego recuperar esta suma como pago por £ 100 en medios de consumo hubieran pagado directamente la renta, los intereses, etc., bajo la forma natural de su producto, no refluirían a ellos £ 100 de la circulación en dinero, ya que no habrían volcado en ésta dicha suma dineraria. Caso de seguir la vía del pago en especie, el asunto sencillamente se presentaría así: del plusproducto, cuyo valor es de £ 200, retendrían para sí mismos la mitad y cederían la otra mitad a los capitalistas ociosos, sin recibir a cambio equivalente alguno. Ni el propio Destutt podría sentirse inclinado a declarar que es éste un medio de enriquecimiento.
La tierra y el capital que los capitalistas industriales tomaron en préstamo de los capitalistas ociosos, y por los cuales pagaron a éstos una parte del plusvalor bajo la forma de renta de la tierra, intereses, etc., les rindieron una ganancia, naturalmente, ya que esto era una de las condiciones de la producción, tanto de la del producto en general como de la parte del producto que constituye el plusproducto, o en la que se representa el plusvalor. Esta ganancia surge de la utilización de la tierra y el capital tomados en préstamo, pero no del precio pagado por ellos. El precio, antes bien, constituye una deducción practicada a esa ganancia. Si no, habría que suponer que los [594] capitlistas industriales en lugar de enriquecerse se empobrecerían si pudieran retener para sí la otra mitad del plusvalor, en vez de cederla. Y a esa confusión se llega cuando se entreveran fenómenos de la circulación, como el reflujo dinerario, con la distribución del producto, la cual sólo es mediada por aquellos fenómenos.
No obstante, el mismo Destutt es tan astuto que observa: "¿De dónde proceden los réditos de esa gente ociosa? ¿No provienen acaso de la renta que le pagan, de sus ganancias, aquellos que hacen trabajar los capitales de ella, es decir, aquellos que con el fondo de esa gente remuneran un trabajo que produce más de lo que cuesta, en una palabra, los industriales? A éstos hay que remontarse siempre cuando se trata de encontrar la fuente de toda riqueza. Son ellos, en realidad, quienes alimentan a los asalariados ocupados por la gente ociosa". (P. 246.)
O sea que ahora el pago de esa renta, etc., es una deducción practicada a la ganancia de los industriales. Antes era el medio de que éstos se enriquecieran.
Pero a nuestro Destutt le ha quedado un consuelo, sin embargo. Estos honrados industriales proceden con los capitalistas r[r] ociosos como habían procedido entre sí y respecto a los obreros. Les venden todas las mercancías con un recargo, por ejemplo, de 20 %. En tal caso las posibilidades son dos: o los ociosos, aparte las £ 100 que reciben anualmente de los industriales, disponen de otros recursos en dinero, o no disponen de ellos. En el primer caso los industriales les venden mercancías y valores de £ 100 al precio de, digamos, £ 120. Al vender sus mercancías no sólo refluyen a sus manos las £ 100, pues, que pagaron a los ociosos, sino además £ 20 que constituyen para ellos, efectivamente, un valor nuevo. ¿Cómo está ahora la cuenta? Han entregado gratuitamente mercancías por £ 100, puesto que las £ 100 en dinero con que se las pagó en parte, eran su propio dinero. Su propia mercancía, pues, les ha sido pagada con su propio dinero. O sea, pérdida de £ 100. Pero han recibido, aparte, £ 20 como recargo de precios por encima del valor. Esto es, £ 20 de ganancia con las £ 100 de pérdida, el resultado [595] es una pérdida de £ 80; nunca un superávit, siempre un déficit. La estafa perpetrada contra los ociosos ha reducido la pérdida de los industriales, pero no por eso transformado una pérdida de riqueza en un medio apto para que éstos se enriquezcan. Pero este método no puede prolongarse indefinidamente, ya que es imposible que los ociosos paguen anualmente £ 120 en dinero cuando sus ingresos anuales sólo son de £ 100.
Veamos, entonces, el otro procedimiento: los industriales venden mercancías cuyo valor es de £ 80 por las £ 100 en dinero que han pagado a los ociosos. En este caso, como siempre, entregan de balde £ 80 bajo la forma de renta, interés, etc. Gracias a esta estafa han reducido el tributo que rinden a los ociosos, pero el tributo existe hoy como ayer, y los ociosos, con arreglo a esta teoría según la cual los precios dependen del libre arbitrio de los vendedores, están en condiciones de exigir en lo futuro £ 120 de rentas, intereses, etc., por sus tierras y capitales [34], en vez de contentarse como hasta ahora con £ 100.
Este desenvolvimiento brillante es enteramente digno del profundo pensador que en una página copia a Adam Smith y dice que "el trabajo es la fuente de toda riqueza" (p. 242), que los capitalistas industriales "emplean sus capitales para pagar el trabajo que los reproduce con ganancia" (p. 246), y que a vuelta de página concluye que esos capitalistas industriales "alimentan a todos los demás hombres, son los únicos que aumentan el patrimonio público y crean todos nuestros medios de disfrute" (p. 242), que no son los obreros los que alimentan a los capitalistas, sino éstos a los primeros, y precisamente por la deslumbrante razón de que el dinero con que se paga a los obreros no queda en las manos de éstos, sino que retorna constantemente a los capitalistas, en pago de las mercancías producidas por los obreros. "Todo lo que hacen es recibir con una mano y devolver con la otra. Su consumo ha de considerarse, pues, como generado por aquellos que lo remuneran." (P. 235.)
Tras esta exposición exhaustiva acerca de la reproducción y consumo sociales, mediados por la circulación dineraria, prosigue Destutt: "Es esto lo que completa ese perpetuum mobile [movimiento perpetuo] de la riqueza, un movimiento que aunque mal conocido" {mal connu, ¡qué duda cabe!} "ha sido correctamente denominado circulación, [596] pues en rigor describe un círculo y retorna siempre a su punto de partida. Este punto es aquel en que se consuma la producción". (Pp. 239, 240.)
Destutt, that very distinguished writer, membre de l'Institut de France [35]bis et de la Société Philosophique de Philadelphie [ese escritor muy distinguido, miembro del Instituto de Francia y de la Sociedad Filosófica de Filadelfia], y en realidad, hasta cierto punto, una lumbrera entre los economistas vulgares, solicita por último al lector que admire la maravillosa claridad con que expuso el curso del proceso social, el torrente de luz que vertió sobre el punto, y es tan condescendiente, inclusive, que pone al lector en conocimiento de cuál es el origen de toda esa luminosidad. Esto hay que reproducirlo en el original:
"On rémarquera, j'espère, combien cette manière de considérer la consommation de nos richesses est concordante avec tout ce que nous avons dit à propos de leur production et de leur distribution, et en même temps quelle clarté elle répand sur toute la marche de la société. D'où viennent cet accord et cette lucidité? De ce que nous avons rencontré la vérité. Cela rappelle l'effet de ces miroirs où les objets se peignent nettement et dans leurs justes proportions, quand on est placé dans leur vrai point-de-vue, et où tout paraît confus et désuni, quand on en est trop près ou trop loin". ["Confío en que se advertirá cómo esta manera de considerar el consumo de nuestras riquezas concuerda con todo lo que dijimos en torno a su producción y su distribución, y al propio tiempo qué claridad difunde sobre todo el desenvolvimiento de la sociedad. ¿Cuál es el origen de ese acuerdo y esa lucidez? Oue hemos hallado la verdad. Esto recuerda el efecto de esos espejos en que los objetos se dibujan nítidamente y en sus justas proporciones cuando nos ubicamos en el punto de vista adecuado, y en los que todo aparece confuso y discordante cuando se está demasiado cerca o demasiado lejos de los mismos."] (Pp. 242, 243.)
Voilà le crétinisme bourgeois dans toute sa béatitude! [¡He aquí el cretinismo burgués en toda su beatitud!] s[s]


[a]

a En el manuscrito (II, p. 142), el título de este texto es: "Reproducción en escala simple (prescindiendo de la circulación del dinero)". (R 750/1.)
[1] 42 {F.E. Del manuscrito II.}
[b] b Sigue aquí en el manuscrito: "producción, o en su caso"...
[c] c A continuación dice en el manuscrito: "además de la reproducción del mundo de las mercancías,"...
[d] d La fórmula que aparece aquí en el ofiginal de Marx (II, p. 142) es: "M' - D'- (M - m)... P... D' (R 752/1).
[e] e En el manuscrito se lee aquí a continuación: "y según su forma natural".
[f] f En el manuscrito (II, p. 142) figura aquí el siguiente pasaje: "Finalmente, para reducir el problema a sus condiciones más simples, en un primer momento es necesario prescindir por entero de la circulación dineraria, y por tanto, asimismo, de la forma dineraria del capital. La masa de dinero en circulación no constituye un elemento de valor del producto social global que ella hace circular. Por consiguiente, el problema de saber cómo el valor del producto global se distribuye en valor constante, etc., no depende, en sí, del problema de la circulación dineraria. Sólo después de haber analizado el punto sin tener en cuenta la circulación dineraria podremos examinar cómo se presenta el fenómeno cuando se lleva a cabo mediante la circulación del dinero". (R 753/1.)
[2] 43 {F. E. Del manuscrito VIII.}
[3] 44 {F. E. En lo esencial, del manuscrito II. El esquema procede del manuscrito VIII.}
[g] g En el manuscrito (II, p. 142), el orden en que aparecen los dos sectores de la producción social es inverso a éste: el I es el de los medios de consumo, el II el de los medios de producción. (Cfr. R 754/2.)
[h] h En el manuscrito (II, p. 143) la frase comienza así: "Pero sólo se ha consumido una parte del capital constante fijo"... (R 755/1.)
[i] i Véase, en la presente edición, t. I, vol. I, pp. 245-246.
[j] j Engels ha resumido aquí dos extensos pasajes, el primero de los cuales comienza con esta frase: "Al analizar la reproducción del capital social reproducción que por el momento examinamos independientemente de la circulación dineraria y, por tanto, del capital dinerario esta abstracción del valor del producto mercantil no puede ser suficiente". El segundo de esos pasajes concluye de esta suerte: "La reproducción no se ha vuelto posible sino por esa reposición" (la del capital constante consumido). "Examinaremos ahora, por consiguiente, el segundo sector del producto social anual: los medios de producción". (Manuscrito II, p. 144.) El esquema que Engels incluye a continuación está precedido en el manuscrito de la siguiente advertencia: "En anticipación de lo que vendrá más adelante". (Cfr. R 756/2.)
[4] 45 {F. E. De aquí en adelante, de nuevo el manuscrito VIII.}
[5] [67] En la primera de estas dos ecuaciones "3/5" y "2/5" indican que 480 y 320, respectivamente, representan esas fracciones del resultado (de 800); en la segunda igualdad, que 120 y 80 representan esas mismas fracciones del resultado respectivo, de 200 (Cfr. K 466).-- 498.
[k] k En la 1ª edición, "constituyen" en vez de "reciben".
[6] [68] Período de proliferación de las estafas (Schwindelblüte).-- En algunas versiones de "El capital" se toma aquí el sustantivo Schwindel en alguna de sus-acepciones anticuadas: así, en TI 414 se traduce la palabra compuesta por bogus prosperity (falsa prosperidad) y en T. IT. 2, 69, por falsa euforia. Nos parece claro que Marx se refiere en este lugar al mismo Schwindelzeit (período de las estafas, o de las transacciones fraudulentas) que menciona en el tomo I ("MEW", t. XXIII, p. 697) y al que en el tomo III denomina más claramente aun "período de la sobreproducción y las estafas" ("Periode der Uberproduktion und des Schwindels") ("MEW", t. XXV, p. 507).-- 501.
[l] l Traducimos lileralmente ("Sturmvogel" = "ave de las tormentas") para mantener la alusión, que con la versión cientificamente más correcta ("procelaria") se perdería para quien no sepa que el nombre castellano del ave deriva del latín procella, tormenta.
[7] 46 {F. E. Ad notam [para que tomen nota] ocasionales partidarios de la teoría de las crisis formulada por Rodbertus.)
[8] m Véase, en la presente edición, t. I, vol. 1, p. 137.
[9] 47 {F. E. La exposición difiere aquí un tanto de la efectuada más arriba (p. 374) (a). Allí también I volcaba una suma de 500, por separado, a la circulación. Aquí es únicamente II el que proporciona material dinerario suplementario a la circulación. No altera esto en nada, sin embargo, el resultado final.}
[n] n En el original, "más rápido el número de las circulaciones" en vez de "mayor número de las circulaciones".
[10] [69] Ha seguido el camino de toda carne.-- El eufemismo por decaer y morir, irónicamente empleado por Marx, es de origen bíblico: combina el "toda carne había corrompido su camino sobre la tierra", etc. ("Génesis", VI, 12-13) y el "yo voy el camino de toda la tierra" con que David, moribundo, se despide de su hijo Salomón (I Reyes, II, 2).-- 513.
[o] o En el manuscriío dice a continuación: "circulación de las mercancías y también, por ende, para la"...
[11] 48 {F. E. Desde aquí, manuscrito II}.
[p] p En el manuscrito II, p. 145, este texto figura a continuación del intitulado "Los dos sectores de la producción social" (véase aquí, pp. 483-487) y lleva como título: "La producción de medios de producción". Engels descarta el comienzo del texto y modifica el ejemplo numérico del capital total. (R 758/1 y 758/2.)
[q] q "Spezifische Arbeitsart"; corregido conforme a la 1ª edición. En la 2ª, "spezifische Arbeitskraft" ("fuerza específica de trabajo"). Rubel, que suprime sin explicaciones el adjetivo "spezifisch", sostiene que en el manuscrito no se lee aquí ni "Arbeitsart" ni "Arbeitskraft", sino "Teilarbeit" ("trabajo [o tarea] parcial"). (Cfr. R 760/2.)
[r] r En el manuscrito (II, p. 146) se lee aquí este paréntesis: "Este punto se completará más adelante". El texto que sigue ha sido muy retocado por Engels, a quien pertenece también el subtítulo "Capital variable y plusvalor", etc. Entre los pasajez omitidos figura el siguiente "esquema que engloba el conjunto del proceso social de reproducción, en la medida en que es mediado por la distribución del producto mercantil social global":
"I) Producción de bienes de consumo:
C400 + V100 + PV100.
II) Producción de medios de producción:
C800 + V200 + PV200".
[s] s Engels suprime aquí un fragmento del manuscrito (pp. 148-150); el subtítulo siguiente le pertenece (R 766/1).
[t] t En el manuscrito se lee después de "producto": "de forma natural determinada".
[u] u En la 1ª y 2ª ediciones, Werke, etc.: "es igual al valor total del valor"...
[v] v Subtítulo de Engels (R 762/1)
[w] w En el manuscrito sigue aquí el texto: "de los que sólo se pueden consumir 2.000 y"...
[12] 49 {F. E. A partir de aquí, manuscrito VIII}
[x] x En el manuscrito (VIII, p. 42) el texto correspondiente a este apartado figura después, no antes, de los actuales apartados XI y XII (R 814/1).
[13] 50 "Cuando el salvaje hace arcos ejerce una industria, pero no practica la abstinencia." (Senior, "Principes fondamentaux de l'économie politique", trad. Arrivabene, París, 1836, pp. 342, 343.) "Cuanto más progresa la sociedad, más abstinencia requiere la misma." (Ibíd., p. 342.) (a) Cfr. "Das Kapital", libro I, cap. XXII, 3, página 619.) (b)
a En el manuscrito (II, p. 149) se lee aquí a continuación: "Cfr N. Flerovski acerca de la verdadera abstinencia del campesino ruso, que deja de comer una parte de su trigo a fin de «consumirla» como simiente" (R 815/1) {70}.
[14] [70] Como acota Rubel, Marx valoraba altamente la obra de Flerovski sobre la "Situación de la clase obrera en Rusia" (1869), para leer la cual se había puesto a estudiar el idioma ruso. Rubel se equivoca al decir que la nota, "extraída del manuscrito II, p. 149, fue omitida por Engels"- lo que omitió éste, obviamente, sólo fue la frase sobre la "abstinencia del campesino ruso".-- 535.
[15] 51 E. B. Tylor {71}, "Forschungen über die Urgeschichte der Menschheit", trad. H. Müller, Leipzig, s/f, p. 240.
[16] [71] En el original, tanto en el texto como en la nota al pie, "Tyler". Bajo este nombre se publicó la versión alemana, citada en la nota, de la obra del antropólogo inglés Edward Burnett Tylor, "Researches into the Early History of Mankind", Londres, 1865. El pasaje mencionado por Marx figura en las pp. 198-199 de la edición inglesa.-- 536.
[y] y En la 1ª edición no está subrayada la palabra "dinerario".
[17] [72] Marx alude a las "Lettres à M. Malthus sur differents sujets d'économie politique, notamment sur les causes de la stagnation générale du commerce", París, 1820.-- 538.
[z] z En la 1ª edición, p. 400. Véase, en este tomo, p. 495.
[aa] aa 1ª y 2ª ediciones, "y' en vez de "o"; corregido según el original preparado por Engels para la imprenta.
[bb] bb En la 1ª edición, Werke, etc., "Verkäufer" ("vendedor") en vez de "Käufer" ("comprador"); evidente lapsus de Marx o errata de los editores.
[18] [73] Ab ovo (desde el primerisimo comienzo).-- Horacio elogia a Homero porque "no comienza el relato de la guerra de Troya desde el huevo [ab ovo]" (Arte poética, 147). El poeta romano alude a uno de los huevos puestos por Leda, del que nacieron Clitemnestra (hija de Tíndaro) y Helena (engendrada por Zeus).-- 553.
[cc] ccc En la 1ª y 2ª ediciones, "1/10" en vez de "1/5".
[19] [74] Dei ex machina (dioses desde la máquina, dioses aparecidos artifiosamente).--Recurso artificioso con el que se pretende resolver de golpe y porrazo, desde el exterior, un probbma intrincado. La expresión procede de la jerga teatral: en las obras de Euripides y otras tragedias griegas era frecuente que un dios, introducido en el escenario por una máquina, zanjara de manera inesperada y concluyente conflictos de por sí insolubles. Platón ("Cratilo", 425 D) y Luciano ("Hermotimos", 86) ya se refieren irónicamente a ese procedimiento de los dramaturgos.-- 557.
[20] 52 {F. E. Los guarismos tampoco coinciden aquí con el supuesto anterior. Esto carece de importancia, sin embargo, pues lo que interesa son las proporciones.}
[dd] dd En la 1ª y 2ª ediciones, "IIc (2)" en vez de "IIc (1).
[ee] ee En la 1ª y 2ª ediciones, desde "el que este año"; "el que este año se produzcan más componentes fijos de capital y el año próximo más componentes circulantes de capital pertenecientes al capital constante II y I"; corregido según el original de Engels para la imprenta.
[ff] ff En la 1ª y 2ª ediciones, "I" en vez de "II".
[gg] gg En la 2ª edición, "equívoco" en vez de "desequilibrio"; corregido según la 1ª edición.
[hh] hh De 363.000 a 408.000 quilogramos, aproximadamente.
[21] 53 Adolf Soetbeer, "Edelmetall-Produktion", Gotha, 1879, [página 112].
[ii] ii Véase, en este tomo, p. 576, nota 55.
[22] 54 "Los buscadores de oro llevan directamente una cantidad considerable de oro nativo (gold bullion)... a la ceca de San Francisco." "Reports of H. M. Secretaries of Embassy and Legation, 1879, parte III, p. 337.
[jj] jj En el original, literalmente: "en la masa de la masa dineraria", etc.
[kk] kk "Goldproduktion"; corregido según la 1ª edición. En la 2ª: "Geldproduktion" ("producción de dinero") {75}.
[23] [75] Según los anotadores de "Werke" también en la 1ª edición se leía aquí "Geldproduktion" ("producción de dinero") en vez de "Goldproduktion" (producción de oro"). Se trata de un error: en la edición príncipe del tomo II, p. 471, línea 9, se lee "Goldproduktion".-- 574.
[ll] ll En TI 476 se traduce "Zirkulation" por "means of circulation" ("medios de circulación").
[24] 55 {F. E. No figura en el manuscrito la investigación en torno al intercambio, dentro del capital constante del sector I, del oro de producción reciente.}
[mm] mm Véase en este tomo, vol. 4, pp. 404-405.
[nn] nn En el manuscriio se leen a continuación estas palabras: "opera como capital dinerario y la otra parte"...
[oo] oo En su edición de "El capital" Rubel intercala aquí, como parágrafo 2), el siguiente fragmento, inédito por Engels, del manuscrito II (p. 160): "Hemos visto (libro I, cap. I) que la masa de dinero existente en un país es mayor que la masa de dinero absorbida constantemente en la circulación mercantil (a). Atesoramiento, etc. Esto es todavía más exacto, pues, en el caso del dinero absorbido por la circulación de la masa de las mercancías producidas durante el año, en ella, en efecto, circulan en cuanto mercancías todo tipo de cosas que no han sido producidas durante el año en curso, como por ejemplo terrenos, casas, etc. (títulos de deuda pública, etc.). Eso es válido, asimismo, en el caso de la producción cuyo período de trabajo se extiende a lo largo de varios años, bestias de labor, animales destinados al consumo, madera, vino, etc. No se debe inferir de esto, sin embargo, que todas las mercancías que no se producen ni consumen en el año necesiten una circulación dineraria particular. En ciertos casos existe siempre, además del dinero requerido por la circulación inmediata, cierta cantidad de dinero en estado latente, inactivo, pero que no espera más que un impulso para entrar en funciones. Por otra parte, no todos los movimientos del proceso de reproducción implican la circulación de dinero. Está excluido de la misma, en primer término, todo el capital productivo en funciones, así como el capital productivo latente como por ejemplo las existencias en posesión de los productores, las máquinas, edificios, etc., que aún no han comenzado a funcionar . También se halla al margen de la misma todo producto que, en lugar de prestar funciones como capital mercantil, se consume directamente, sea a título individual (como parte del rédito), sea a título productivo (es decir, al reingresar en el proceso del que ha salido como producto); el capitalista, en vez de adelantarla en dinero, bien puede adelantar una parte de su capital variable bajo la forma natural de su producto, como ocurre por ejemlo allí donde un arrendatario les paga a sus obreros en productos agrícolas, etc.
La masa de dinero que hace circular el producto anual y que hemos de examinar aquí ya existe, pues, en la sociedad; se la ha acumulado poco a poco. No forma parte del producto de valor de este año. Sólo en la medida en que se trata de remplazar piezas dinerarias desgastadas, una parte del producto anual se debe intercambiar por oro; puede ocurrir, de esta suerte, que cierto monto de capital social y de fuerza social de trabajo se gaste en el ramo dedicado a la producción de los metales preciosos. Por el momento podemos hacer caso omiso de este problema, ya que lo examinamos más detalladamente, en esta sección, sub B b. Partimos del supuesto de que la cantidad de dinero que requiere la circulación está dada, pero, en realidad, no lo está". Las letras B b corresponden al sumario del manuscrito II y designan la segunda subdivisión del capítulo B ("La reproducción en escala ampliada"), subdivisión que se intitula en el manuscrito: "La reproducción ampliada examinada con respecto a la circulación dineraria que la media". (Cfr. Rubel, pp. 808-810 y n. 810/1.)
[pp] pp En el manuscrito: "de dinero".
[25] [76] Traducimos Hörigkeit por servidumbre y Leibeigenschaft por servidumbre basada en la dependencia personal. Como indicamos en otro lugar, a propósito de un pasaje del tomo I, no siempre es posible establecer una distinción neta entre ambas denominaciones, que muchas veces se entrecruzan o se superponen. Pero, en general, mientras que el Hörig era gleboe adscriptus (no podía ser enajenado sin la tierra, ni la tierra sin él), el Leibeigener a veces no lo era --lo ligaba al señor, más bien, una relación de dependencia de tipo personal--, lo que en ciertos casos allanaba su pasaje a la condición de hombre libre.-- 584.
[26] 56 {F. E. Tomado del manuscrito II}.
[qq] qq Véase, en nuestra edición. t. I, vol. 1, p. 199, n. 30.
[27] [77] El "Onkel Bräsig" (Tío Bräsig) o "Entspektor Bräsig" ("Entspektor" es una deformación jocosa de "Inspektor", inspector) es un personaje de cuentos humorísticos de Fritz Reuter (1810-1874), escritos en bajo alemán, y en particular de su novela "Ut mine Stromtid (De mis tiempos de marino). En el capitulo XXXIX de esta última, Bräsig cierra una perorata con la frase: "¡La gran pobreza [Armut] en la ciudad proviene de la gran Powerteh!" Powerteh es una adaptación dialectal del francés pauvreté.-- 588.
[28] [78] Las pequeñas diferencias entre esta redacción castellana del pasaje de Destutt y la versión del mismo pasaje en la página 587, responden a diferencias de redacción entre las dos versiones alemanas de la misma frase.-- 588.
[29] [79] La variante en la redacción castellana de esta cita de Destutt (cfr. p. 587) corresponde a una variante similar en la versión alemana, hecha por Marx (o por Engels) de esta misma cita.-- 589.
[30] [80] Si el capitalista paga £ 100 en dinero a los obreros y les vende por esa misma suma un valor mercantil de £ 80, les habrá pagado, en efecto, conforme a los supuestos de Marx, 25 % en dinero por encima de su salario normal ( (100 - 80) / 80 = 20 / 80 = 25 %). Pero, aunque a primera vista resulte paradójico, a cambio de las £ 100 no les habrá entregado 25 % menos en mercancías, sino sólo 20 % menos ( (100 - 80 ) / 100 = 20 / 100 = 20 %). Para entregar a los obreros, a cambio de £ 100, "25 % menos en mercancías", es obvio que debería darles mercancías por un valor de £ 75, no de £ 80.-- 590.
[31] [81] Caso similar al de nuestra posnota 80. Con arreglo a los supuestos de Marx, si el capitalista paga al obrero £ 100 en dinero y luego le proporciona £ 80 en mercancías por esas £ 100, es exacto que la suma dineraria de £ 100, mediante la cual hace circular £ 80 en mercancías, es un 25 % mayor de lo que debería ser( (100 - 80) / 80 = 20 / 80 = 25 % ). Pero si lo que debería recaer en el obrero bajo la forma de salario es £ 100 y el capitalista sólo le paga £ 80, es evidente que éste se habrá apropiado sólo de un 20 % de lo que debería recaer en aquél, no de un 25 % (en cuyo caso quedarían nada más que £ 75, no £ 80, para el obrero).-- 591-
[32] [81 bis] Las ligeras diferencias entre la presente versión castellana de este pasaje y la que figura en la p. 587 se fundan en diferencias análogas entre las dos versiones alemanas del mismo.-- 592.
[33] [82] Cfr. con esta misma cita en la p. 587. Las diferencias de redacción derivan de diferencias análogas entre las dos versiones alemanas de la cita.--592.
[rr] rr En la 1ª y 2ª ediciones, Werke, etc., "industriales" en vez de "capitalistas"; evidente lapsus del manuscrito o errata de los editores. TI 491 : "capitalists": T. IT. 417: "capitalisti".
[34] [83] Como los industriales les venden a los ociosos con un recargo del 25 % (mercancías de £ 80 de valor al precio de £ 100), para compensar ese recargo los ociosos no tendrían que "exigir en lo futuro £ 120 de rentas, intereses, etc.", en vez de £ 100, sino £ 125: esto es, no deberían aplicar un recargo del 20 %, inferior al decretado por los industriales, sino uno de 25 %. Conforme a los supuestos de Marx (los industriales de Destutt venderían por £ 100 las mercancías que en realidad valen £ 80), con £ 120 los ociosos no podrían comprar mercancías de un valor real de £ 100, sino tan sólo mercancías cuyo valor verdadero fuera de £ 96, es decir, obtendrían con sus rentas intereses, etc., una cantidad de mercancías ligeramente inferior a la que obtenían antes de que los industriales aumentaran arbitrariamente los precios de las mismas. No deja de ser curioso que Marx incurriera con relativa frecuencia en errores de este tipo (véase, por ejemplo, la edición citada de los "Grundrisse", pp. 293, 681 y 684, o nuestras posnotas 51, 93 bis y 96 correspondientes al tomo I de la presente edición de "El capital", o, en este tomo, las posnotas 15, 16, 17, 18, 80 y 81, o el tomo III de "El capital" --"MEW", t. XXV, p. 148--), y más curioso aun que sólo unos pocos de esos deslices hayan sido adverridos, que sepamos, por algún editor precedente de obras de Marx.--595.
[35] [83 bis] Membre de l'Institut de France.-- Este instituto está compuesto por cinco academias: Académie Française, des Inscriptions et Belles-Lettres, des Sciences, des Beaux-Arts y des Sciences Morales et Politiques. Destutt de Tracy pertenecía a esta última.-- 596.
[ss] ss En el manuscrito de Marx II (p. 167), "satisfaction de soimême" ("autocomplacencia") en vez de "béatitude" (R 809/1).