[343]
SECCION CUARTA
TRANSFORMACION DE CAPITAL
MERCANTIL Y DE CAPITAL DINERARIO
EN CAPITAL DEDICADO AL TRAFICO
DE MERCANCIAS Y EN CAPITAL
DEDICADO AL TRAFICO DE DINERO
(CAPITAL COMERCIAL) [a]
CAPITULO XVI
EL CAPITAL DEDICADO AL TRAFICO
DE MERCANCIAS [b]
El capital comercial o de comercio se divide en dos formas o subespecies, en capital dedicado al tráfico de mercancías y en capital dedicado al tráfico de dinero [1] Hemos procurado, muy particularmente, evitar ciertos términos sesquipedales y anfibológicos (como "capital-mercancías de comercio", por ejemplo) que figuran en otras versiones castellanas de "El capital".
- 343., que a continuación caracterizaremos más en detalle, en la medida en que ello sea necesario para el análisis del capital en su estructura medular.
Y ello es tanto más necesario por cuanto la economía moderna, incluso en el caso de sus mejores representantes, mezcla directamente el capital comercial con el capital industrial, pasando completamente por alto, de hecho, sus peculiaridades características.
El movimiento del capital mercantil ha sido analizado en el libro II [c].
Considerando el capital global de la sociedad, [344] siempre hay una parte del mismo que, aunque está compuesto por elementos en continua variación y hasta de cambiante magnitud, se halla como mercancía en el mercado, para transformarse en dinero; otra parte de él se halla en el mercado en forma de dinero para transformarse en mercancías.
El capital global se halla constantemente empeñado en este movimiento de transformación, en esta metamorfosis formal.
En la medida en que esta función del capital que se halla en el proceso de circulación se autonomiza, en general, como función particular de un capital particular, en que se fija en cuanto función adjudicada, en virtud de la división del trabajo, a un género particular de capitalistas, el capital mercantil se convierte en capital dedicado al tráfico o comercio de mercancías.
Ya hemos expuesto (libro II, capítulo VI, Los costos de circulación, 2 y 3) [d] hasta dónde deben considerarse la industria del trasporte, conservación y distribución de las mercancías -bajo una forma adecuada a dicha distribución- como procesos de producción que persisten dentro del proceso de circulación.
Estos casos intermedios de la circulación del capital mercantil se confunden en parte con las funciones peculiares del capital comercial o dedicado al tráfico de mercancías, en parte se hallan ligadas, en la práctica, a las funciones especificas peculiares de éste, a pesar de que con el desarrollo de la división social del trabajo se pone de relieve en forma pura la función del capital comercial, es decir separada de aquellas funciones reales y autónoma con respecto a ellas.
Para nuestros fines, en los que se trata de determinar la diferencia específica de esta figura particular del capital, debe hacerse abstracción, pues, de aquellas funciones.
En tanto el capital que sólo funciona dentro del proceso de circulación, en especial el capital dedicado al tráfico de mercancías, combina en parte aquellas funciones con las suyas propias, no se manifiesta en su forma pura.
Una vez despojado de aquellas funciones, y desechadas éstas, lo tendremos en su forma pura.
Hemos visto que la existencia del capital como capital mercantil y la metamorfosis que recorre dentro de la esfera de la circulación, en el mercado, como capital mercantil [345] una metamorfosis que se resuelve en compras y ventas, en transformación del capital mercantil en capital dinerario y de capital dinerario en capital mercantil , constituyen una fase en el proceso de reproducción del capital industrial, es decir en su proceso de producción global; pero que al mismo tiempo se diferencia, en esta su función de capital de circulación, de sí mismo como capital productivo.
Se trata de dos formas de existencia separadas y diferentes del mismo capital.
Una parte del capital social global se halla permanentemente en esta forma de existencia como capital de circulación en el mercado, en el proceso de esta metamorfosis, pese a qe para cada capital individual su existencia en cuanto capital mercantil y su metamorfosis en cuanto tal sólo constituya un punto de transición en constante desaparición y renovación, una fase transitoria de la continuidad de su proceso de producción, y aunque en consecuencia cambien permanentemente los elementos del capital mercantil que se halla en el mercado, al ser constantemente sustraidos al mercado de mercancías, siéndole devueltos en forma igualmente constante como nuevo producto del proceso de producción.
El capital dedicado al tráfico de mercancías no es, pues, otra cosa que la forma trasmutada de una parte de este capital de circulación que se halla constantemente en el mercado, en el proceso de la metamorfosis, y permanentemente comprendido por la esfera de la circulación.
Decimos de una parte porque una parte de la compra y venta de las mercancías transcurre directamente entre los propios capitalistas industriales.
En esta investigación hacemos abstracción por completo de esa parte, ya que en nada contribuye a la definición, a la intelección de la naturaleza específica del capital comercial, y porque, por otra parte, ya ha sido expuesta en el libro II de una manera exhaustiva para nuestros fines.
El comerciante en cuanto capitalista en general, aparece primeramente en el mercado como representante de cierta suma de dinero que adelanta como capitalista, es decir que quiere transformar de x (valor originario de esa suma) en x + x (esa suma más la ganancia correspondiente).
Pero para él, no sólo como capitalista en general, sino en especial como comerciante, es obvio que su capital debe aparece originariamente en el mercado en la forma de capital dinerario, pues no produce mercancías sino que sólo comercia [346] con ellas, intermedia su movimiento, y para comerciar con ellas debe comprarlas primeramente, es decir ser poseedor de un capital dinerario.
Supongamos que un comerciante posea £ 3.000 que valoriza como capital comercial.
Con esas £ 3.000 compra, por ejemplo, 30.000 varas de lienzo al fabricante del mismo, a 2 chelines la vara.
Luego vende esas 30.000 varas.
Si la tasa media anual de la ganancia es = 10 %, y luego de deducir todos los costos accesorios obtiene una ganancia anual del 10 %, habrá transformado al término del año las £ 3.000 en £ 3.300.
Cómo obtiene esa ganancia es una cuestión que trataremos más adelante.
Aquí hemos de considerar por ahora la mera forma del movimiento de su capital.
Con las £ 3.000 compra constantemente lienzo, el cual vende de continuo; repite sin cesar esta operación de comprar para vender, D-M-D', la forma simple del capital tal como se halla por completo dentro de la órbita del proceso de circulación, sin ser interrumpido por el intervalo del proceso de producción, situado fuera de su propio movimiento y función.
¿Cuál es entonces la relación entre este capital dedicado al tráfico de mercancías y el capital mercantil en cuanto mera forma de existencia del capital industrial?
En lo que respecta al fabricante de lienzo, ha realizado con el dinero del comerciante el valor de su lienzo, la primera fase de la metamorfosis de su capital mercantil, cuya transformación en dinero ha llevado a cabo, y ahora, permaneciendo constantes las demás circunstancias, puede reconvertir el dinero en hilado, carbón, salario, etc., mientras que por otro lado puede transformarlo en medios de subsistencia, etc., para el consumo de su rédito, es decir, al margen del gasto del rédito, puede proseguir en el proceso de reproducción.
Pero aunque para él, para el productor del lienzo, se ha verificado la metamorfosis de ese producto en dinero, su venta, la misma aún no ha ocurrido para el propio lienzo.
Este se encuentra, como antes, en el mercado como capital mercantil, con la determinación de llevar a cabo su primera metamorfosis, de ser vendido.
A este lienzo no le ha ocurrido otra cosa que un cambio en la persona de su poseedor.
Con arrelo a su propia determinación, a su posición en el proceso, sigue siendo, al igual que antes, capital mercantil, mercancía vendible, sólo que ahora está en manos del comerciante, en lugar de estar, como antes, en manos del [347] productor.
La función de venderlo, la de mediar la primera fase de su metamorfosis, le ha sido quitada al productor por el comerciante, quien la transformó en su asunto particular, mientras que antes era una función cuyo cumplimiento le restaba aún al productor, una vez que había concluido la función de producir dicho capital mercantil.
Supongamos que el comerciante no logra vender las 30.000 varas durante el intervalo que necesita el producto de lienzo para lanzar nuevamente al mercado 30.000 varas por valor de £ 3.000.
El comerciante no puede comprarla nuevamente porque aún tiene en depósito las 30.000 varas no vendidas, no habiéndolas reconvertido aún en capital dinerario.
Se produce entonces un atascamiento, una interrupción de la reproducción.
El productor de lienzo podría tener, ciertamente, capital dinerario adicional a su disposición, el cual, independientemente de la venta de las 30.000 varas, fuese capaz de transformarse en capital productivo prosiguiendo así el proceso de producción.
Pero esta hipótesis en nada cambia las cosas.
En la medida en que entra en consideración el capital adelantado en las 30.000 varas, su proceso de reproducción está y sigue interrurrumpido.
Por consiguiente, en este caso se ve palpablemente de hecho, que las operaciones del comerciante no son otra cosa que las operaciones que deben realizarse, en general para transformar el capital mercantil del productor en dinero, las operaciones que median las funciones del capital mercantil en el proceso de circulación y reproducción.
Si en lugar de un comerciante independiente fuese un mero dependiente del productor quien tuviese que ocuparse exclusivamente de esa venta, y además de la compra, esa conexión no quedaría oculta ni por un instante.
Por consiguiente, el capital dedicado al tráfico de mercancías o es en absoluto otra cosa que el capital mercantil del productor, que debe efectuar el proceso de su transformación en dinero, ejecutar su función como capital mercantil en el mercado; sólo que esa función, en lugar de aparecer como una operación subsidiaria del productor, aparece ahora como la operación exclusiva de un género especial de capitalistas, de los comerciantes, se vuelve autónoma como la actividad de una inversión especial de capital.
Por lo demás, esto se revela asimismo en la forma, específica de la circulación del capital dedicado al tráfico [348] de mercancías.
El comerciante compra la mercancía y la vende luego:
D-M-D'.
En la circulación mercantil simple o incluso en la circulación de mercancías tal como aparece en cuanto proceso de circulación del capital industrial, M'-D-M, la circulación es mediada por el hecho de que toda pieza dineraria cambia dos veces de poseedor.
El productor de lienzo vende su mercancía, el lienzo, transformándola en dinero; el dinero del comprador pasa a sus manos.
Con ese mismo dinero compra hilado, carbón, trabajo, etc., vuelve a gastar ese mismo dinero para reconvertir el valor del lienzo en las mercancías que constituyen los elementos de producción del lienzo.
La mercancía que compra no es la misma mercancía, no es mercancía de la misma índole que la que vende.
Ha vendido productos y comprado medios de producción.
Pero la situación es diferente en el movimiento del capital comercial.
Con las £ 3.000 el lencero compra 30.000 varas de lienzo, vende las mismas 30.000 varas de lienzo para retirar de la circulación el capital dinerario (£ 3.000 además de la ganancia).
Por lo tanto, en este caso no son las mismas piezas dinerarias, sino la misma mercancía la que cambia dos veces de lugar; va de manos del vendedor a manos del comprador, y de las de éste, convertido ahora en vendedor, a las de otro comprador.
Se la vende dos veces, y se la puede vender varias veces aún por interpolación de una serie de comerciantes, y precisamente sólo en virtud de esa venta repetida, del doble cambio de lugar de la misma mercancía, el primer comprador recupera el dinero adelantado en la compra de la mercancía, se media el reflujo de ese inero hacia él.
En el caso M'-D-M, el doble cambio de lugar del mismo dinero hace que la mercancía resulte enajenada bajo una figura y se la apropie bajo otra.
En el otro caso, D-M-D', el doble cambio de lugar de la misma mercancía hace que el dinero adelantado sea retirado de la circulación.
De ese modo se revela precisamente que cuando la mercancía ha pasado de manos del productor a manos del comerciante aún no se ha vendido de manera definitiva, y que este último sólo prosigue la operación de la venta, o sea la mediación de la función del capital mercantil.
Pero al mismo tiempo se revela, de esta manera, que lo que para el capitalista productivo es M-D, una mera función de su capital en su forma transitoria de capital mercantil, es, para el comerciante, D-M-D', una valorización especial del [349] capital dinerario que ha adelantado.
Aquí se revela una fase de la metamorfosis de las mercancías con relación al comerciante, como D-M-D', es decir como evolución de una especie particular de capital.
El comerciante vende definitivamente la mercancía, es decir el lienzo, al consumidor, sea éste un consumidor productivo (por ejemplo un blanqueador) o un consumidor individual, que utiliza el lienzo para su uso particular.
De ese modo recupera el capital adelantado (con ganancia), y puede recomenzar la operación.
Si en ocasión de la compra del lienzo el dinero no hubiese funcionado más que como medio de pago, de modo que el comerciante sólo tuviese que pagar seis semanas después de la recepción de mercancía, y si la hubiese vendido antes de ese lapso, podría pagarle al productor del lienzo incluso sin haber adelantado capital dinerario siquiera.
Si no la hubiera vendido, tendría que pagar las £ 3.000 al vencimiento del plazo, en lugar de adelantarlas de inmediato contra entrega del lienzo; y si por alguna baja en los precios del mercado lo hubiese vendido por debajo del precio de compra, tendría que reponer la parte faltante a partir de su propio capital.
¿Qué confiere entonces al capital dedicado al tráico de mercancías el carácter de un capital que funciona de manera autónoma, mientras que en manos del producto que vende él mismo aparece manifiestamente sólo como una forma particular de su capital en una fase particular del proceso de reproducción de éste durante la permanencia del mismo en la esfera de la circulación?
Primero:
el hecho de que el capital mercantil, en manos de un agente diferente de su productor, lleva a cabo su transformación definitiva en dinero, es decir su primera metamorfosis, su función que le corresponde en el mercado qua [en cuanto] capital mercantil, y que esa función del capital mercantil se produce en virtud de la operación del comerciante, mediante su compra y su venta, de modo que esa operación se configura como una actividad propia, separada de las restantes funciones del capital industrial, y por ende independiente.
Es una forma particular de la división social del trabajo, de modo que una parte de la función que en caso contrario debería llevarse a cabo en una fase particular del proceso de reproducción del capital, en este caso de la circulación, aparece como la función exclusiva de un agente de circulación [350] propio, diferente del productor.
Pero de esa manera esta actividad particular no aparecería aún en modo alguno como la función de un capital particular, diferente del capital industrial implicado en su proceso de reproducción, y autónomo con respecto a él, como en efecto no aparece como tal allí donde desarrollan el comercio los simples viajantes de comercio u otros agentes directos del capitalista industrial.
Por tanto, aún debe sumarse un segundo factor.
Segundo:
ese nuevo factor interviene por el hecho de que el agente independiente de circulación, el comerciante, adelanta capital dinerario (propio o prestado) en contraposición.
Lo que para el capital industrial que se encuentra en su proceso de reproducción se presenta sencillamente como M-D, como transformación del capital mercantil en capital dinerario o mera venta, se presenta para el comerciante como D-M-D', como compra y venta de la misma mercancía, y en consecuencia como reflujo del capital dinerario que se aleja de él en la compra, retornando en virtud de la venta.
Siempre es M-D, la transformación del capital mercantl en capital dinerario, lo que se presenta para el comerciante como D-M-D, en tanto adelanta capital, en la compra de la mercancía al productor; siempre la primera metamorfosis del capital mercantil, aunque para un productor o para el capital industrial que se halla en su proceso de reproducción el mismo acto puede presentarse como D-M, es decir como reconversión del dinero en mercancía (los medios de producción) o como segunda fase de la metamorfosis.
Para el productor de lienzo, M-D constituyó la primera metamorfosis, transformación del capital mercantil en capital dinerario.
Para el comerciante, este acto se presenta como D-M, transformación de su capital dinerario en capital mercantil.
Ahora bien, si vende su lienzo al blanqueador, para éste ese acto constituye D-M, transformación de capital dinerario en capital productivo o la segunda metamorfosis de su capital mercantil, pero para el comerciante es M-D, la venta del lienzo que ha comprado.
Sin embargo, de hecho sólo ahora el capital mercantil que ha producido el fabricante de lienzo ha sido definitivamente vendido, o bien este D-M-D del comerciante sólo constituye un proceso mediador para el M-D entre dos productores.
O bien supongamos que el fabricante de lienzo, con una parte del valor del lienzo vendido, compra hilado a un comerciante [351] en hilados.
Entonces, esto constituye para él D-M.
Pero para el comerciante que vende el hilado es M-D, reventa del hilado; y con relación al propio hilado, en cuanto capital mercantil, es sólo su renta definitiva, con la cual pasa de la esfera de la circulación a la esfera del consumo; M-D, el término definitivo de su primera metamorfosis.
Por ello, ya sea que el comerciante le compre al capitalista industrial o que le venda, su D-M-D, el ciclo del capital comercial, siempre expresará solamente lo que, con referencia al propio capital mercantil, en cuanto forma de transición del capital industrial que se reproduce, no es más que M-D, el cumplimiento de su primera metamorfosis.
El D-M del caital comercial sólo es simultáneamente M-D para el capitalista industrial, pero no lo es para el capital mercantil producido por éste [e]; sólo es la transición del capital mercantil de manos del industrial a manos del agente de la circulación; sólo el M-D del capital comercial es el M-D definitivo del capital mercantil actuante.
D-M-D sólo son dos M-D del mismo capital mercantil, dos ventas sucesivas del mismo, que sólo median su venta última y definitiva.
En consecuencia, el capital mercantil asume en el capital dedicado al tráfico de mercancías la figura de una especie autónoma de capital por el hecho de que el comerciante adelanta capital dinerario, el cual sólo se valoriza como capital, sólo funciona como capital por el hecho de estar exclusivamente ocupado en mediar la metamorfosis del capital mercantil, su función como capital mercantil, es decir su transformación en dinero, y lo hace mediante la constante compra y venta de mercancías.
Ésta es su operación exclusiva; esta actividad que media el proceso de circulación del capital industrial es la función exclusiva del capital dinerario con el cual opera el comerciante.
En virtud de esa función transforma su dinero en capital dinerario, presenta su D como D-M-D', y en virtud del mismo proceso transforma el capital mercantil en capital dedicado al tráfico de mercancías.
El capital dedicado al tráfico de mercancías, en la medida en que exista bajo la forma del capital mercantil y mientras exista bajo esa forma considerando el proceso [352] de reproducción del capital social global , no es, evidentemente, otra cosa que la parte del capital industrial, existente aún en el mercado y empeñado en el proceso de su metamorfosis, que existe ahora como capital mercantil y funciona como tal.
Por lo tanto, es sólo el capital dinerario adelantado por el comerciante, exclusivamente destinado a la compra y a la venta, y que por ello jamás adopta otra forma que la del capital mercantil y la del capital dinerario, y nunca la del capital productivo, permaneciendo constantemente encerrado dentro de la esfera de circulación del capital; sólo es este capital dinerario el que hay que considerar ahora con relación al proceso global de reproducción del capital.
No bien el productor, el fabricante de lienzo, ha vendido sus 30.000 varas al comerciante por £ 3.000, compra con el dinero así obtenid los medios de producción necesarios, y su capital reingresa al proceso de producción; su proceso de producción continúa, prosigue ininterrumpidamente.
Para él se ha llevado a cabo la transformación de su mercancía en dinero.
Pero para el propio lienzo la transformación no ha ocurrido aún, como hemos visto.
El lienzo aún no ha sido definitivamente transformado de nuevo en dinero, no ha entrado aún como valor de uso en el consumo, sea en el consumo productivo o en el consumo individual.
El comerciante lencero representa ahora en el mercado el mismo capital mercantil que en él representaba originariamente el productor de lienzos.
Para éste el proceso de la metamorfosis se ha abreviado, pero ello sólo para proseguir en manos del comerciante.
Si el productor del lienzo tuviese que esperar hasta que su lienzo haya cesado efectivamente de ser una mercancía, hasta que haya pasado a su último comprador, el consumidor productivo o individual, su proceso de reproducción se vería interrumpido.
O bien para no interrumpirlo hubiese debido restringir sus operaciones, teniendo que transformar una parte menor de su lienzo en hilado, carbón, trabajo, etc., en suma, en los elementos del capital productivo, conservando una mayor parte del mismo como reserva dineraria, a fin de que, mientras una parte de su capital se encontraba en el mercado como mercancía, otra parte del mismo pudiera proseguir el proceso de producción, de tal suerte que cuando esta parte ingresara al mercado como mercancía, la otra influyera en forma de [353] dinero.
Esta división de su capital no queda suprimida por la injerencia del comerciante.
Pero sin esta última, la parte del capital de circulación existente bajo la forma de reserva dineraria tendría que ser siempre mayor con relación a la parte del mismo ocupada bajo la forma de capital productivo, restringiéndose proporcionalmente la escala de la reproducción.
En lugar de ello, el productor puede emplear constantemente una parte mayor de su capital en el proceso de producción propiamente dicho, y una parte menor en carácter de reserva dineraria.
Pero en cambio hay otra parte del capital social que se encuentra permanentemente dentro de la esfera de circulación bajo la forma del capital comercial.
Siempre se le emplea sólo para comprar y vender mercancías.
De este modo, sólo parece haber ocurrido un cambio de las personas que tienen en sus manos este capital.
Si el comerciante, en lugar de comprar lienzo por £ 3.000 con la intención de volver a venderlo, emplease él mismo productivamente esas £ 3.000, se habría incrementado el capital productivo de la sociedad.
Sin embargo, en tal caso el productor de lienzo tendría que fijar una parte más significativa de su capital como reserva dineraria, y otro tanto tendría que hacer el comerciante, ahora convertido en capitalista industrial.
Por su parte, si el comerciante prosigue siéndolo, el productor ahorra tiempo en la venta, el cual puede emplear en supervisar el proceso de producción, mientras que el comerciante debe dedicar todo su tiempo a la venta.
Caso que el capital comercial no sobrepase sus proporciones necesarias, se debe suponer:
1) que como consecuencia de la división del trabajo, el capital que se ocupa exclusivamente de la compra y de la venta (y en el cual se incluye, además del dinero para la compra de mercancías, el dinero que debe ser desembolsado en el trabajo necesario para la actividad de la empresa comercial, en capital constante del comerciante, edificios para depósitos, trasporte, etc.) es menor de lo que sería si el capitalista industrial debiese estar personalmente a cargo de toda la parte comercial de su empresa;
2) que, puesto que el cmerciante se ocupa exclusivamente de esa actividad, para el productor no sólo su mercancía se convertirá antes en dinero, sino que el propio [354] capital mercantil efectuará más rápidamente su metamorfosis de lo que lo haría en manos del productor;
3) que, considerando el capital comercial global en relación con el capital industrial, una rotación del capital comercial puede representar no sólo las rotaciones de muchos capitales en una esfera de la producción, sino las rotaciones de un número de capitalistas en diversas esferas de producción.
El primer caso se da, por ejemplo, si el lencero, luego de haber comprado con sus £ 3.000 el producto de un productor de lienzos y de haberlo vuelto a vender, antes que el mismo productor vuelva a lanzar al mercado la misma cantidad de mercancías, compra el producto de otro o de varios otros productores de lienzos y vuelve a venderlo, mediando así las rotaciones de diferentes capitales en la misma esfera de la producción.
El segundo caso se da cuando el comerciante, luego de vender el lienzo, compra seda, por ejemplo, es decir que media la rotación de un capital en otra esfera de la producción.
En general hay que señalar lo siguiente:
la rotación del capital industrial está limitada no sólo por el tiempo de circulación, sino también por el tiempo de producción.
La rotación del capital comercial, en la medida en que sólo comercie con una clase determinada de mercancías, está limitada no por la rotación de un capital industrial, sino por la de todos los capitales industriales en el mismo ramo de la producción.
Una vez que el comerciante ha comprado y vendido el lienzo de uno, puede comprar y vender el de otro, antes de que el primero vuelva a lanzar una mercancía al mercado.
En consecuencia, el mismo capital comercial puede mediar sucesivamente las diversas rotaciones de los capitales invertidos en un ramo de la producción, de modo que su rotación no es idéntica a las rotaciones de un capital industrial individual, y por ello no sólo repone la reserva dineraria individual que ese capitalista industrial determinado debería tener in petto.
La rotación del capital comercial en una esfera de la producción está limitada, naturalmente, por la producción global de dicha esfera.
Pero no lo está por los límites de la producción o por el tiempo de rotación del capital individual de la misma esfera, en la medida en que ese tiempo de rotación está dado por el tiempo de producción.
Supongamos que A suministre una mercancía que requiere tres meses para su producción.
Luego de que el comerciante [355] la ha comprado y vendido, digamos en un mes, puede comprar y vender el mismo producto de otro productor.
O bien luego de vender los granos de un arrendatario, por ejemplo, puede comprar y vender, con el mismo dinero, los granos de otro, etc.
La rotación de su capital está limitada por el volumen de granos que puede comprar y vender sucesivamente en un lapso dado, por ejemplo en un año, mientras que la rotación del capital del arrendatario, prescindiendo del tiempo de circulación, está limitada por el tiempo de producción, que dura un año.
Pero la rotación del mismo capital comercial puede mediar igualmente las rotaciones de capitales en diversos ramos de la producción.
En tanto el mismo capital comercial sirve, en diversas rotaciones, para transformar sucesivamente en dinero diversos capitales mercantiles, comprándolos y vendiéndolos uno después del otro, desempeña, en cuanto capital dinerario, la misma función con respecto al capital mercantil que desempeña el dinero en general, en virtud del número de sus rotaciones en un período dado, con respecto a las mercancías.
La rotación del capital comercial no es idéntica a la rotación o a una sola reproducción de un capital industrial de igual magnitud; antes bien es igual a la suma de las rotaciones de un número de esta clase de capitales, sea en la misma esfera de la producción o en diversas esferas.
Cuanto más rápidamente rote el capital comercial, tanto menor será la parte del capital dinerario global que figure como apital comercial, y cuanto más lentamente rote el capital comercial, tanto mayor será dicha parte.
Cuanto menos desarrollada esté la producción, tanto mayor será la suma del capital comercial en relación con la suma de todas las mercancías volcadas en la circulación; pero tanto menor será en términos absolutos o comparada con situaciones de mayor desarrollo.
Y a la inversa en el caso contrario.
Por eso, en esas condiciones de falta de desarrollo, la mayor parte del capital dinerario propiamente dicho se encuentra en manos de los comerciantes, cuyo patrimonio constituye así, respecto a los otros, el patrimonio dinerario.
La velocidad de circulación del capital dinerario adelantado por el comerciante depende:
1) de la velocidad con la que se renueva el proceso de producción y con que [356] se entrelazan los diversos procesos de producción, y 2) de la velocidad del consumo.
No es necesario que el capital comercial recorra meramente la rotación anteriormente considerada, la de comprar primero mercancías por todo el monto de su valor, para luego venderlas.
Por el contrario, el comerciante efectúa simultáneamente ambos movimientos.
Su capital se divide entonces en dos partes.
Una de ellas se compone de capital mercantil, y la otra de capital dinerario.
En un caso compra, con lo cual convierte su dinero en mercancías.
En otro caso vende, con lo que transforma otra parte del capital mercantil en dinero.
De un lado, su capital refluye hacia él como capital dinerario, mientras que por el otro afluye hacia él capital mercantil.
Cuanto mayor es la parte que existe bajo una forma, tanto menor es la parte que existe bajo la otra.
Esto se alterna y se compensa.
Si con el empleo del dinero como medio de circulación se combinan su empleo como medio de pago y el sistema crediticio que sobre él se basa, disminuye aun más la parte de capital dinerario del capital comercial en proporción con la magnitud de las transacciones que lleva a cabo este capital comercial.
Si compro vino por £ 1.000 a tres meses de plazo, y si he vendidoel vino al contado, antes de expirados los tres meses, no debo adelantar ni un centavo para esta transacción.
En este caso también es de una claridad meridiana el hecho de que el capital dinerario que en este caso figura como capital comercial no es, en modo alguno, otra cosa que el propio capital industrial en su forma de capital dinerario, en su reflujo hacia sí mismo bajo la forma de dinero.
(El hecho de que el productor que ha vendido £ 1.000 de mercancías a 3 meses de plazo pueda descontar la letra, es decir la obligación de pago, en el banco, en nada altera las cosas y nada tiene que ver con el capital del comerciante.) Si en el ínterin los precios de mercado de la mercancía rebajasen en 1/10, el comerciante no sólo no obtendría ninguna ganancia, sino que únicamente recibiría £ 2.700 en lugar de £ 3.000.
Debería agregar £ 300 para pagar.
Estas £ 300 sólo funcionarían como reserva para la nivelación de la diferencia de precios.
Pero otro tanto vale para el productor.
Si él mismo hubiese vendido a precios en baja, también hubiera perdido £ 300, y no podría recomenzar la producción en la misma escala sin capital de reserva.
[357] El lencero le compra al fabricante lienzo por £ 3.000; de estas £ 3.000, el fabricante destina, por ejemplo, £ 2.000 para comprar hilado, se lo compra al comerciante de hilados.
El dinero con el cual el fabricante paga a este comerciante no es el dinero del comerciante lencero, pues éste ha recibido a cambio mercancías por el importe de esta suma.
Es forma dineraria de su propio capital.
En manos del comerciante en hilados, estas £ 2.000 aparecen ahora como capital dinerario refluido; pero, ¿en qué medida lo son, a diferencia de esas £ 2.000, en cuanto forma dineraria abandonada del lienzo y forma dineraria adoptada del hilado?
Si el comerciante de hilados ha comprado a crédito y vendido al contado antes de expirar su vencimiento de pago, no hay en esas £ 2.000 ni un solo centavo de capital comercial que difiera de la forma dineraria que adopta el propio capital industrial en su proceso cíclico.
El capital dedicado al tráfico de mercancías, en la medida en que no es, por consiguiente, mera forma del capital industrial que se halla bajo la figura de capital mercantil o capital dinerario en manos del comerciante, no es otracosa que la parte del capital dinerario que pertenece al propio comerciante y a la que se hace circular en la compra y venta de mercancías.
Esta parte representa, en escala reducida, esa parte del capital adelantada para la producción que siempre tendría que hallarse en manos del industrial como reserva dineraria, como medio de compra; y circular siempre como su capital dinerario.
Esta parte se encuentra ahora, reducida, en manos de capitalistas comerciales; y como tal funciona constantemente en el proceso de circulación.
Es la parte del capital global que, al margen de gastos de rédito, debe circular constantemente como medio de compra en el mercado para asegurar la continuidad del proceso de reproducción.
Es tanto menor en relación con el capital global cuanto más veloz sea el proceso de reproducción y cuanto más desarrollada se halle la función del dinero como medio de pago, es decir del sistema crediticio [2].
El capital comercial no es otra cosa que capital que actúa dentro de la esfera de la circulación.
El proceso de circulación es una fase del proceso global de la reproducción.
Pero en el proceso de la circulación no se produce ningún valor, y por consiguiente tampoco se produce plusvalor alguno.
Sólo tienen lugar modificaciones formales de la misma masa de valor.
De hecho no ocurre sino la metamorfosis de las mercancías, que en cuanto tal nada tiene que ver con creación o modificación de valor.
Si en la venta de la mercancía producida se realiza un plusvalor, ello ocurre porque ese plusvalor ya existe en ella, en el segundo acto, el del nuevo intercambio de capital dinerario por mercancía (elementos de producción), tampoco el comprador realiza un plusvalor, sino que en él solamente se inicia la producción del plusvalor mediante el intercambio de dinero por medios de producción y fuerza de trabajo.
Por el contrario.
En la medida en que estas metamorfosis insumen tiempo de circulación tiempo éste en el cual el capital no produce absolutamente nada, y por [359] ende tampoco produce plusvalor constituye una limitación de la creación de valor, y el plusvalor se expresará, en cuanto tasa de la ganancia, precisamente en forma inversamente proporcional a la duración del tiempo de circulación.
Por consiguiente, el capital comercial no crea valor ni plusvalor, es decir no lo hace directamente.
En la medida en que contribuye a la abreviación del tiempo de circulación, puede ayudar indirectamente a aumentar el plusvalor producido por el capitalista industrial.
En la medida en que ayuda a expandir el mercado y en que media la división del trabajo entre los capitales, es decir que capacita al capital para trabajar en mayor escala, su función promueve la productividad del capital industrial y su acumulación.
En la medida en que abrevia el tiempo de circulación, eleva la proporción entre el plusvalor y el capital adelantado, es decir la tasa de ganancia.
En la medida en que reduce la parte del capital confinada como capitl dinerario dentro de la esfera de la circulación, hace aumentar la parte del capital directamente empleada en la producción.
[a]
a En el manuscrito (I, p.
243) en lugar de "(capital comercial)" dice, sin paréntesis, "o en capital comercial".
(Cfr.
R 1048/1.)
[b] b Este título continúa en el manuscrito con las palabras:
"(la ganancia comercial)".
(Véase R 1048/2.)
[1] [82] En toda esta sección -y no se olvide que estamos ante la primera redacción de un texto, más o menos enmendada por Engels, no ante una versión definitiva-, Marx emplea determinados términos técnicos de manera fluctuante, y por momentos algo confusa; en especial, recurre a sinónimos muy variados para designar las mismas categorías económicas.
Hemos puesto un cuidado extremo, por ello, en verter de manera inequívoca esos términos, y muy en particular los siguientes:
Warenkapital:
capital mercantil (mercantil es siempre, en nuestra versión, lo que tiene que ver con la mercancía [Ware], no con el mercader o comerciante [Kaufmann]).
Warenhandlungskapital:
capital dedicado al tráfico de mercancías.
Geldkapital:
capital dinerario.
Geldhandlungskapital:
capital dedicado al tráfico de dinero.
Kaufmännisches Kapital:
capital comercial.
Handelskapital:
capital comercial (a veces, capital de comercio); véase, en "Werke" 278, la primera línea de este capítulo, donde Marx trata como sinónimos los términos kaufmännisches Kapital y Handelskapital.
Kommerzielles Kapital:
capital comercial.
Merkantiles Kapital:
capital comercial (no mercantil, término que, insistimos, reservamos para lo referente a la mercancía); cfr.
"Werke" 295, donde se emplea como expresiones idénticas Kaufmannskapital y merkantiles Kapital, o 297, donde se iguala merkantil a kommerziell.
Warendhandler o Kaufmann:
comerciante (cfr.
en "Werke" 280-281 ó 296 el empleo indistinto de uno u otro vocablo).
[c] c Véase, en la presente edición, t.
II, vol.
4, pp.
101-116.
[d] d Véase, en la presente edición, t.
II, vol.
4, pp.
162 y ss.
y 77 y ss.
[e] e En la 1ª edición, "para éste"; modificado según el manuscrito de Marx.
[2] 38 Para poder clasificar el capital comercial como capital de producción, Ramsay lo confunde con la industria del trasporte y llama al comercio "el trasporte de mercancías de un lugar a otro" ("An Essay on the Distribution of Wealth", p.
19.) La misma confusión se encuentra ya en Verri ("Meditazioni sulla economia politica", § 4, p.
32.) y en Say ("Traité d'économie politique", I, pp.
14, 15).
En sus "Elements of Political Economy" (Andover y Nueva York, 1835) dice Samuel Philips Newman:
"En la disposición económica existente de la sociedad, el propio acto llevado a cabo por el comerciante, el de hallarse entre el productor y el consumidor, adelantándole capital al primero y recibiendo productos a cambio, y haciéndole llegar esos productos al segundo y recibiendo capital a cambio de ellos, es una transacción que facilita el proceso económico de la comunidad y a la vez agrega valor a los productos en relación con los cuales se la lleva a cabo" (p.
174).
De este modo, tanto el productor como el consumidor ahorran tiempo y dinero en virtud de la intervención del comerciante.
Este servicio requiere adelanto de capital y trabajo y debe ser recompensado, "puesto que agrega valor a los productos, ya que los mismos productos, en manos de los consumidores, valen más que en manos de los productores".
Y de ese modo el comercio le parece ser, lo mismo que al señor Say, "un acto de producción [...] en el sentido estricto del término" (p.
175).
Este punto de vista de Newman es radicalmente falso.
El valor de uso de una mercancía es mayor en manos del consumidor que en manos del productor, porque sólo allí se realiza, en efecto.
Pues el valor de uso de una mercancía sólo se realiza, sólo entra en funciones no bien la mercancía ingresa a la esfera del consumo.
En manos del productor sólo existe en forma potencial.
Pero no se paga dos veces una mercancía, primeramente su valor de cambio y luego, por añadidura, su valor de uso.
A cambio de pagar su valor de cambio, me apropio de su valor de uso.
Y el valor de cambio no seacrecienta en lo más mínimo por el hecho de que la mercancía pase de manos del productor o del comerciante intermediario a manos del consumidor.